Efectos del Programa Oportunidades en las Relaciones Familiares

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EFECTOS DEL PROGRAMA
OPORTUNIDADES EN LAS RELACIONES DE
PAREJA Y FAMILIARES
Presentado por:
Ignacio Maldonado*
Maribel Nájera*
Adriana Segovia*
* Terapeutas familiares del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia, A. C. (ILEF).
Índice
RESUMEN EJECUTIVO
3
PRIMERA PARTE: INTRODUCCIÓN
7
SEGUNDA PARTE: TEMATIZACIÓN Y ANÁLISIS DE LAS NARRATIVAS
1. Violencia familiar: premisas, posiciones, significados, situaciones de tensión
11
2. El dinero de la mujer
15
3. El Programa Oportunidades, ¿qué pasa con el dinero?
18
4. Percepción del Programa Oportunidades
20
5. Situaciones familiares originarias y transición a la familia actual
21
6. Papel del hombre y de la mujer en la familia de origen y transición: premisas de
género y posicionamiento
24
7. Valores aprendidos, posición actual: valores preferidos
30
8. Relación con los hijos y las hijas
31
9. Conclusiones
33
TERCERA PARTE: MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO. INTERVENCIONES
DEL EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
10. Marco teórico
40
11. Metodología
43
12. Intervenciones de los coordinadores, equipo de reflexión y recuento del grupo
46
BIBLIOGRAFÍA
57
2
RESUMEN EJECUTIVO
Este trabajo forma parte del proyecto general: El Programa Oportunidades examinado desde
el género, el cual pretende producir un conjunto de análisis de las acciones de
Oportunidades con el fin de identificar, desde una perspectiva de género, sus consecuencias
y efectos buscados o no por el Programa, sobre las mujeres y las familias beneficiarias.
El objetivo de la investigación es examinar, desde el punto de vista cualitativo, cuál es el
efecto de la entrada de recursos que representa el Programa Oportunidades en las
relaciones de pareja y familiares, y comprender si hay un cambio o no en las relaciones
familiares, de qué características, cuáles son sus alcances y, si es el caso, proponer algunos
lineamientos para mejorar la manera en que se otorgan tales recursos.
Este objetivo se basa en la percepción que existe con relación a un posible aumento de la
violencia familiar, a partir del dinero que entra del Programa a través de la mujer, que es
quien lo administra. De ahí que decidiéramos estudiar la percepción del hombre de las
familias beneficiarias, tanto del Programa mismo como de sus relaciones familiares para
encontrar las conexiones entre éstos.
En este estudio estamos considerando tres comunidades rurales, una dentro del Estado de
México (Ocoyoacac), con un índice de marginación considerado como bajo; y dos en Morelos
(Tres Marías y Santa Catarina), donde el índice de marginación es considerado como medio.
La metodología que se utilizó fue la de grupos focales reflexivos, uno por cada comunidad,
en la que participaron un promedio de 10 hombres por grupo. La modalidad de la entrevista
está basada en la experiencia terapéutica y de investigación-acción del equipo investigador,
que utiliza la modalidad de equipo reflexivo, que implica la utilización de una conversación
terapéutica que, al mismo tiempo que recoge información, pretende crear un clima para la
reflexión de los temas que nos interesan, de tal modo que también se logre un pequeño
cambio de visión sobre dichos temas.
Las conclusiones principales de este trabajo fueron: Con relación a la hipótesis planteada
que relaciona al dinero que la mujer recibe del Programa Oportunidades como un motivo que
puede incrementar la violencia, podemos afirmar que no sucede de esta manera. El dinero
del Programa está claramente diferenciado como una ayuda que los hijos necesitan para la
educación, no es un dinero de la mujer, sino que ella lo administra y en ese sentido es una
zona libre de conflicto. El hallazgo más importante es que en las distinciones sobre los
recursos que los hombres hacen -del hombre, de la mujer, del Programa- este último no
3
representa un problema de poder. Mientras que el trabajo del hombre lo liga a su papel
esperado de proveedor, el trabajo de la mujer la desliga de su papel esperado como
cuidadora de la casa. El trabajo empodera a la mujer. Sin embargo el dinero de
Oportunidades no es visto como dinero “de ella”, y esto no amenaza al hombre, por tanto en
sí mismo no genera violencia.
El tema del dinero, especialmente la falta de éste, sí es un motivo de tensión en la pareja,
que puede o no desembocar en violencia, esto depende de la verticalidad de la autoridad, del
grado de desequilibrio de poder, y de las premisas que predominen en el hombre como
alguien que tiene o no derecho a someter a la mujer, además de otras variables como
impulsividad y alcoholismo. Los hombres que rechazan la violencia afirman que sí se siente
presionados por este tema, pero que prefieren salir a despejarse e intentar dialogar con la
mujer.
En general existe un rechazo a la violencia en el discurso, pero se evidencia la existencia de
la misma. Los factores principales de la violencia están relacionados con la forma en que se
distribuye el poder en la pareja y en la familia y las premisas patriarcales que predominen,
donde los estereotipos persisten en lo individual y son reforzados por lo social.
Los hombres se debaten acerca de una identidad masculina que pueda diferenciarse del
machismo, pero en el camino hay todavía muchos dilemas y ambigüedades al respecto. La
premisa del hombre como proveedor parece seguir siendo de las más importantes y poco
flexibles a partir de los cuales se definen como tales.
Un hallazgo importante de la investigación es que si bien existe severa violencia en todas las
familias de origen, y que ésta en la mayor parte de los casos es vista por los hombres como
“natural” y hasta “comprensible” en el contexto de sus padres, es ampliamente reprobada
como forma de relación y de educación en su familia actual.
Este intento de romper la cadena de repetición puede estar respaldado por los cambios
sociales y la información a la que tienen acceso acerca de la educación y el trato hacia la
mujer, a partir también de un mundo globalizado, a través de los medios de comunicación a
los que tienen acceso, y por el deseo de que los hijos tengan otras oportunidades y otra
vivencia de la infancia.
Es muy significativo el cambio respecto a la generación anterior; ahora privilegia el diálogo y
se promueve una mayor cercanía con los hijos. El valor de que “los hijos son más importantes
que uno” va acorde con el Programa Oportunidades.
4
Se encontró el valor educación como algo fundamental en su visión del mundo y del futuro y
esto es importante porque lo hace naturalmente armónico con los objetivos de
Oportunidades. Explica la aceptación y valoración del Programa.
Otros valores relacionados con la visión positiva del Programa son la dignidad, entendida
como algo sostenido en la honradez, el trabajo y su responsabilidad como proveedores. No
se ve como una amenaza de su dignidad sino un apoyo a ésta, ya que les permite en
ocasiones tener menos presión para aceptar un mejor trabajo, mantener su honestidad, su
palabra, pero no “los mantiene”.
Otro hallazgo importante de la investigación fue descubrir que conviven dos visiones
aparentemente contradictorias: por una parte, la visión tradicional machista en algunos de los
hombres respecto a su pareja como alguien que está mejor en su casa sin trabajar, y por
otra, una gran expectativa respecto a las hijas para que estudien y trabajen y no sean amas
de casa “del montón”.
El Programa Oportunidades representa un apoyo muy importante para las familias y es
altamente valorado por ellas debido a que cumple dos funciones principalmente, la primera se
relaciona con lo que mencionábamos como el valor más importante que es la educación, este
dinero hace más probable que los hijos puedan cumplir uno de los deseos más fervientes de
los padres, que es que los hijos estudien para que puedan tener mejores condiciones de vida
que las que ellos tuvieron. La segunda es que al asegurar un dinero que sirve para cubrir los
gastos escolares de los hijos, permite que los hombres se sientan menos presionados de
cumplir con todo, la manutención y la educación de los hijos, en el contexto de la situación de
pobreza que viven.
Por lo anterior, el Programa tiene el plus de colaborar a una dinámica familiar un tanto más
relajada y armónica debido a la seguridad proporcionada por ese dinero que relaja a los
padres de familia, motiva a los hijos y propicia tener metas que se perciben más alcanzables
si se mantiene el apoyo económico.
Por otro lado, el apoyo a la salud también ha beneficiado a la familia en dos ámbitos, primero,
el tener servicios de salud también es fuente de seguridad porque disminuye el temor de no
tener atención ante un caso de enfermedad en medio de la pobreza. Y segundo, la
orientación que reciben las mujeres, sobre diversos temas, las hace más independientes y
abiertas, lo que también se refleja en una dinámica familiar que puede basarse en el diálogo,
el compañerismo y la unión. La parte importante de este punto es que esta autonomía o
desarrollo también está siendo valorada por muchos hombres.
5
Nuestra propuesta es que es muy importante que la aplicación de un programa social como
Oportunidades considere los efectos que pudiera tener en las relaciones familiares, y como
se ha demostrado en este estudio, estos efectos son principalmente positivos, tanto en los
temas directos de salud y educación, como en la percepción de una vía de bienestar y
mejoramiento de las condiciones de la familia.
Por otra, a pesar de la posición de rechazo a la violencia manifestada en la mayor parte de
los entrevistados, es claro que siguen predominando las visiones tradicionales autoritarias
sobre la equidad, y estas visiones autoritarias son el caldo de cultivo para la violencia familiar,
por lo que sería conveniente incluir en el concepto de salud, no sólo la dimensión física sino
también la dimensión emocional, con programas que tiendan a desarrollar una equidad de
género y que incidan en la cultura patriarcal que comparten hombres y mujeres.
6
PRIMERA PARTE: INTRODUCCIÓN
Este trabajo forma parte del proyecto general: El Programa Oportunidades examinado desde
el género, el cual pretende producir un conjunto de análisis de las acciones de
Oportunidades con el fin de identificar, desde una perspectiva de género, sus consecuencias
y efectos, buscados o no por el Programa, sobre las mujeres y las familias beneficiarias.
El Programa Oportunidades representa una transferencia monetaria mensual para familias
en situación de pobreza, condicionada a una corresponsabilidad por parte de dichas familias
en materia de salud y educación, acciones que en su conjunto permiten el logro de los
objetivos del Programa: mejorar las condiciones de salud y educación de los beneficiarios. La
transferencia se realiza a través de las mujeres, y es esta característica particular que ha
llevado a pensar, a partir de algunas observaciones de campo, si se presentan efectos en el
equilibrio de las relaciones familiares por el hecho de que la mujer tenga acceso a más
recursos, que si bien benefician a la familia en general, la colocan en un lugar de poder
diferente al de una persona sin recursos. Se ha llegado a pensar que de existir una amenaza
en el equilibrio de poder, podrían incrementarse las situaciones de violencia preexistentes.
Es por eso que nuestro interés es examinar desde el punto de vista cualitativo cuál es el
efecto de esa entrada de recursos en las relaciones de pareja y familiares, y comprender si
hay un cambio o no, de qué características, cuáles son sus alcances y, si es el caso,
proponer algunos lineamientos para mejorar la manera en que se otorgan tales recursos.
Según cifras de las Naciones Unidas en México, el 85.6% de los casos de violencia
atendidos corresponden a agresiones contra mujeres. De acuerdo a la Encuesta Nacional
Sobre la Dinámica de las Relaciones de los Hogares (ENDIREH) del INEGI, para 2003, de
un universo de 19 417 972 mujeres encuestadas a nivel nacional, de once entidades de la
república, el 46.6% ha padecido algún tipo de maltrato (9 064 458.); el 38% ha
experimentado maltratos emocionales, siendo el tipo de agresión más frecuente a las
mujeres; siguiendo en orden de incidencia la violencia económica padecida por 29.3%; la
agresión física (9.3%) y la violencia sexual experimentada por el 7.8% de las mujeres.1
De acuerdo a la ENDIREH “la violencia de pareja con relación a la condición económica
muestra un patrón sistemático, ya que las mujeres que desempeñan actividades no
1
Flores Alonso María de Lourdes, Violencia en Contra de las Mujeres, Boletín del Centro de Estudios
Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, Núm. 7, agosto de 2005, p. .21
7
económicas y las que se dedican a labores domésticas padecen menos agresiones que las
que tienen alguna ocupación remunerada.2
Estos estudios que demuestran que casi cerca de la mitad de la población femenina vive
violencia doméstica, y que además puede existir una relación entre esta violencia y la
ocupación remunerada o no remunerada, apoyan la necesidad de revisar esta relación,
especialmente en un Programa como Oportunidades que busca mejorar la condición de las
familias en varios niveles, y que no puede descuidar la dimensión de las relaciones
familiares.
Por un lado, la diferencia en el ingreso, es decir las mayores probabilidades de acceso a un
trabajo remunerado por parte del hombre, es causa de una diferencia de poder que a su vez
es factor de dominación y que por ello puede generar violencia; por otro lado, es posible que
la entrada de recursos por parte de la mujer, si bien puede equilibrar la relación en términos
de poder, puede ser amenazante para los papeles tradicionales de ambos y constituir un
factor de riesgo para la violencia.
En el vínculo donde se manifiesta la violencia en la pareja, el dinero se convierte en un
elemento más que permite al hombre sojuzgar a la mujer. La idea de que ella disponga de
recursos puede generar malestar en el hombre porque éste puede suponer que la mujer
podría utilizar el dinero para hacer uso de su movilidad y libertad. Cuando se presenta
violencia en la pareja, en una situación en donde la mujer no percibe ingresos, ésta tiende a
depender emocional y económicamente de su pareja. Las limitaciones económicas afectan
tanto a la mujer como a los hijos. El que la mujer tenga libertad o no en el manejo del dinero
depende del grado de sometimiento.
Hemos observado que a mayor indefensión física, emocional, económica, aislamiento,
información y menores redes de apoyo; mayor será el nivel de violencia al que las personas
están expuestas (Maldonado y Aurón, 2001 y 2002, Nájera, 1998).
En la geografía de la violencia contra las mujeres, las entidades que registran mayores tasas
de homicidios, en orden de mayor a menor incidencia, son: el Estado de México, el Distrito
federal –en los cuales tiende a aumentar–. Siguen Guerrero, Oaxaca, Puebla, Jalisco,
Chiapas. En las zonas urbanas hay una mayor incidencia de violencia emocional y
económica, la de tipo físico es muy similar, mientras que la sexual es relativamente mayor en
las áreas rurales. En general, la violencia de pareja contra las mujeres es más elevada en las
2
Ibidem, p. 22
8
ciudades que en el campo (el Estado de México y Morelos no fueron incluidos en la encuesta
pues sus gobiernos respectivos no firmaron el convenio requerido con el INEGI).3
Para el año 2004, el Programa Oportunidades alcanzó la meta sexenal de atender a 5
millones de familias, orientado a atender a aquellas comunidades de las entidades
federativas con mayores índices de marginación.
En este estudio estamos considerando tres comunidades rurales, una dentro del Estado de
México (Ocoyoacac), con un índice de marginación clasificado como bajo; en tanto que en
Morelos, en donde realizamos el estudio en dos de sus comunidades (Tres Marías y Santa
Catarina), el índice de marginación es considerado como medio. 4
La metodología que se utilizó fue la de grupos focales reflexivos, uno por cada comunidad,
en la que participaron un promedio de 10 hombres por grupo. La modalidad de la entrevista
está basada en la experiencia terapéutica y de investigación-acción del equipo investigador,
que utiliza la modalidad de equipo reflexivo, que implica la utilización de una conversación
terapéutica que, al mismo tiempo que recoge información, pretende crear un clima para la
reflexión de los temas que nos interesan, de tal modo que también se logre un pequeño
cambio de visión sobre dichos temas.
En la segunda parte analizaremos si existen situaciones de violencia en las familias
estudiadas a través de los hombres entrevistados, cuáles son las premisas culturales que
sostienen tales situaciones, qué posturas tienen ante ellas y cuáles son las situaciones de
tensión que principalmente pueden disparar la violencia. Después veremos qué papel juega
el trabajo remunerado o no en las relaciones familiares. Posteriormente daremos cuenta de
la función del dinero del Programa Oportunidades en las relaciones familiares y cómo es
percibido éste.
De acuerdo a nuestro marco teórico (tercera parte), creemos que las situaciones familiares
previas determinan en mucho una situación de violencia presente, por eso nos abocamos a
investigar cómo eran estas situaciones en las familias de origen de los entrevistados y cuál
es su postura a la transición presente y de las futuras generaciones, y dentro de esta
postura, cómo se considera el papel del hombre y de la mujer, si esta visión influye en la
relación con los hijos y las hijas y cuáles son los valores construidos alrededor de estas
relaciones y finalmente las conclusiones al respecto.
3
Ibidem, p. 20
Cuadro de Cobertura por Índice de Marginación y Desarrollo Humano. SEDESOL.
Labores 2004. Programa Oportunidades. Agosto de 2005. p. 10
4
9
Informe de
En una tercera parte explicitaremos el marco teórico y metodológico que sostiene el estudio,
así como qué tipo de intervenciones hicimos en el grupo y cuál fue la retroalimentación que
siguió de los entrevistados, con base en la idea de que esta investigación también es de
algún modo intervención en las visiones que pueden sostener la violencia familiar.
10
SEGUNDA PARTE: TEMATIZACIÓN Y ANÁLISIS DE LAS
NARRATIVAS
1. Violencia familiar: premisas, posiciones, significados, situaciones de
tensión
Nos interesaba conocer ciertos rasgos de la dinámica familiar en general y en especial el
ejercicio de la violencia, cuáles eran las situaciones típicas de tensión, los significados atrás
de estas acciones y la posiciones valorativas respecto a estas acciones; para relacionarlo
con las situaciones de violencia en la familia de origen y principalmente con las aportaciones
económicas de las mujeres, para encontrar su relación con el dinero recibido por el
Programa Oportunidades.
La violencia en la familia de origen fue una constante en todos los participantes. La mayoría
describe autoritarismo del padre ejercido hacia la esposa y hacia los hijos, y hacia estos una
especial dureza en los castigos, hablan de tablas, cueros, varas, bandas de carro, lazos,
cables, entre otros instrumentos de castigo.
La mayor parte de los entrevistados tiende a justificar la violencia recibida, ya sea por las
circunstancias adversas de sus padres o por su ignorancia, o “porque éramos traviesos”, con
un cierto sentido de “merecimiento”. Y dentro de quienes la justifican, gran parte de ellos al
mismo tiempo reconoce que junto con la violencia también se inculcaron valores o
enseñanzas que los formaron. Otra parte de los entrevistados no justifica la violencia y vive
sólo un resentimiento por considerarla como una agresión y abuso en sí misma sin ningún
tipo de enseñanza, sólo como sometimiento. A pesar de la violencia recibida, y aun cuando
encuentran justificaciones a ella, en general han decidido no usar la violencia hacia sus hijos,
al menos no de la forma en que ellos la recibieron.
ƒ
mi abuelo se crió a lo bruto, mucho se van con la idea de que “así me crió mi papá
también voy a criar así a mis hijos”, claro, esa fue su época, su tiempo… yo a la gente
de antes, a mis abuelos de algún modo los justifico porque fue gente revolucionaria que
padeció mucha hambre, tuvo mucho sufrimiento …
ƒ
(mi abuelo) imponía su voluntad, decía “sabes qué, te vas y nada de que no puedo”.
Eran de los de antes que imponían su voluntad, no es como uno que ahora ya razona
con los hijos: “oye hijo cuando puedas algo”, ellos cuando decían algo era porque ya
11
era una manda. La vida me enseñó con golpes, pero también me enseñó a trabajar, me
enseñaron a ganarme la vida honestamente...
ƒ
si uno se salía de los límites de su consentimiento, venía un cinturonazo, los cinturones
eran los que hablaban ahí, yo creo que por eso mucha gente de aquí es responsable,
aunque no teníamos la preparación... eso me formó un carácter.
Señalaron como parte de la violencia vivida de niños en ocasiones un descuido o negligencia
y eso es algo en lo que varios se propusieron hacer algo diferente con los hijos:
ƒ
A mí nunca me dijeron “ya se te hizo tarde, apúrate, cámbiate”, y es más, yo antes iba
a la escuela sucio, mugroso...nadie me inducía a cambiarme de ropa.. y ahora con mis
hijos es al revés, porque yo los motivo: “saben qué hijos, cámbiense, cámbiense los
calcetines, cámbiense todo”, pero de buen modo, prácticamente a mis hijos pues yo no
los he golpeado.
Sin embargo, señalaron que esta violencia no es algo del pasado sino que actualmente hay
padres que siguen golpeando a los hijos.
Ante la violencia hacia la madre varios expresaron la sensación de impotencia por no haber
podido hacer nada, y es frecuente una cierta determinación que de niños pequeños tomaron
de algún día hacer frente al padre golpeador:
ƒ
Mi padrastro siempre iba tomado y le pegaba a mi mamá, yo crecí con la idea de que
un día iba a defender a mi mamá y un día lo hice, no lo golpeé, lo abracé y ya no pudo
hacer nada, nos caímos, nos separaron y después me corrieron de la casa, mi madre
dijo que ya no quería que viviera ahí, para mí fue una mala experiencia, pero se me
rompió todo el rencor una vez que me dijo “préstame a tu hijo”, mi hijo el mayor que
tenía dos o tres meses, se lo dejé, lo empezó a abrazar y le hablaba, así es la vida…
ƒ
yo siempre llevé en la mente “yo tengo que crecer para que mi madre no sufra… tengo
que crecer y mi papá se las va a ver conmigo, voy a defender a mi mamá” y así lo hice.
Cuando ya estábamos grandes (los hermanos y él) en una ocasión sí le dijimos “si le
quieres pegar a mi mamá mejor péganos a nosotros, pero hasta que te canses porque
ya estuvo suave de que le estés pegando a mi madre, ya estamos nosotros para
defender a mi mamá”.
Ya que la diferencia de poder es un elemento importante de la violencia, se observa que en
la mayor parte de los hombres su mayor poder o jerarquía o autoridad es algo
12
incuestionable, aunque se presentan también ambivalencias o dilemas respecto a esta
posición:
El coordinador percibe la contradicción y le pregunta: Si fuera malo, ¿habría que prohibir o
habría que dejar que ella decidiera o habría que ponerse de acuerdo?
Entonces reflexiona: Yo digo que ponerse de acuerdo, dialogar, es que nunca me ha pasado
una situación así...
Situaciones de tensión
Las principales situaciones de tensión mencionadas son el dinero, la enfermedad, lo sexual,
la religión y la toma de decisiones. Enfatizaron que para ellos el diálogo ha tomado un lugar
importante en la relación de pareja como vía de sortear los problemas y han aprendido a
hacer como un “tiempo fuera”, es decir, que ante la elevación del tono de la discusión el
hombre opta por salirse de la casa un rato para calmarse y retomar la conversación.
Señalaron que esto era muy diferente a lo que ellos vivieron, porque por lo regular sus
padres les pegaban a sus madres.
La falta de dinero es uno de los factores de tensión y violencia más importantes, ya que la
masculinidad está especialmente asociada a la capacidad del hombre como proveedor, y
cuando esta capacidad es débil, se convierte en un factor de tensión y amenaza para él y
genera cuestionamientos por parte de ella. Ahí los recursos de Oportunidades no son
amenazantes para el hombre y pueden llegar a ser una válvula de escape a la violencia al
bajar los factores de tensión. Pero no podemos tener una certeza sobre este hecho, por lo
que quedaría como materia de futuras investigaciones esta conexión directa.
ƒ
yo procuro dialogar, yo nunca he llegado a los golpes porque siempre hemos
solucionado las cosas en diálogo…
ƒ
la esposa con la que vivo actualmente no peleamos, no discutimos, no tenemos
problemas, sí los hay porque no alcanza para la comida, cuando se necesita la ropa,
los zapatos nuevos y no hay dinero…
ƒ
yo le digo “cuando haiga un problema, cuando no estemos de acuerdo, mejor déjame
salir un rato… más que nada debe haber comunicación porque si no hay comunicación
pues no funciona esto.
13
ƒ
Es desesperante cuando no tenemos dinero, me salgo a la calle, a dar una vuelta para
calmarme y para que ella se calme, porque antes peleábamos.
ƒ
La falta de dinero da desesperación, pienso “cómo le voy a hacer”, no voy a decir: “me
voy a tomar o a fumar”.
En las posturas más tradicionales se menciona como motivo de problemas el que alguno de
los dos no cumpla con “lo que le corresponde”, en el sentido más tradicional y polarizado:
que el hombre sea responsable de llevar el sustento y la mujer de mantener el hogar y los
hijos bien cuidados. Es dentro de este tipo de posiciones que causa alguna molestia que la
mujer trabaje, y que a partir de ahí tenga dinero e independencia, como se describirá más
ampliamente en un apartado posterior.
A pesar de que los participantes privilegiaron el diálogo como vía para solucionar problemas,
reconocieron que hay muchos hombres de su comunidad que cuando no están de acuerdo
con su pareja, cuando se presentan los problemas, optan por la violencia.
Ante los hijos han tratado de poner en práctica el diálogo para educarlos y dejar atrás los
golpes como forma de poner límites. Aunque en estas posturas es evidente la ambivalencia
con la que viven la autonomía de los hijos y de la esposa, respecto a las posturas autoritarias
tradicionales, y la dificultad de haber aprendido que límites va junto con violencia, y ahora
intentar separar la violencia de la educación y del ejercicio de los límites.
Un ejemplo interesante de problema y solución no violenta la dio un hombre que habló del
problema de bautizar o no al hijo, ante las posturas polarizadas de la pareja, es un ejemplo
de los intentos de diálogo y de practicar el llegar a acuerdos.
ƒ
Ella aceptó que sí les puede enseñar la religión, no se lo prohibí, pero que ellos
decidan cuándo se quieren bautizar, quedamos de acuerdo.
Es importante resaltar que los participantes en este tema, al igual que en la historia familiar,
mencionaron que hablar les sirve, valorando así la sesión a la que fueron invitados:
ƒ
decir lo que nos ha pasado es un desahogo… antes nada más al trabajo y juntarte los
sábados y domingos la copa o lo que sea y en estas reuniones saca uno cosas buenas
y se da uno cuenta, “lo que tengo que hacer para que mi hijo entienda es esto y lo
otro”, un señor que le hace así con su hijo y es positivo... “voy a agarrar tu técnica” y
así va uno aprendiendo.
14
Podemos concluir que a pesar de que la mayoría de los hombres vivieron severas
situaciones de violencia en su familia de origen, en general la rechazan abiertamente, al
menos en el discurso, y demuestran en sus ejemplos los intentos de establecer relaciones de
diálogo con la pareja y los hijos a pesar de que surjan situaciones de tensión. Algunos
mencionaron algunos episodios violentos. Probablemente quienes no mencionaron nada
estén más involucrados en situaciones de violencia. Podemos afirmar que la mayoría la
rechaza en el discurso, y quienes no la ejercen se sienten orgullosos de ello.
Es de subrayarse que sí se manifiesta el dinero como un tema motivo de tensión, y por ello
seguimos como línea de trabajo su relación con el Programa Oportunidades y su impacto en
la dinámica de las relaciones familiares, como veremos adelante.
2. El dinero de la mujer
En el apartado anterior se menciona que el dinero puede ser un motivo de tensión,
principalmente si escasea, y en otro nivel por quién lo genera. La investigación encontró que
los hombres hacen distinciones importantes en el tema del dinero con base en quién lo
genera o de dónde proviene. El dinero que él genera, el que genera la mujer y el que
proviene de Oportunidades tiene significados diferentes y por tanto efectos diferentes en la
dinámica familiar.
En el marco de los dilemas en la transición de los hombres entrevistados, de familias, valores
y papeles tradicionales hacia relaciones más igualitarias y respetuosas, destaca el hecho de
que les resulta más fácil romper algunos tabúes con relación a las tareas tradicionales de los
hombres: hacer quehaceres domésticos, cuidar a los hijos o hacer la comida, que aceptar el
trabajo, el dinero, la independencia y la autonomía de la mujer.
Encontramos dos grupos extremos en esta postura, el grupo de Ocoyoacac, en donde
ninguna de las esposas trabajaba remuneradamente, los hombres se oponen a esta
actividad y el grupo de Tres Marías, en donde la mayoría de las esposas trabajaban
remuneradamente, los hombres aceptan esta situación.
En el grupo de hombres que se oponen a que la mujer trabaje, consideran que el dinero que
gana directamente la esposa con su trabajo para algunos significa un riesgo a su autoridad y
supremacía dentro de la relación, así como la posibilidad de que la mujer tenga otros
horizontes que sólo atender el hogar. Otro argumento en oposición a su trabajo es la
atribución de poca capacidad para saberse mantener en su función de “buenas esposas” por
15
los “peligros que las acechan en el exterior”, considerándolas muy inmaduras para estar
fuera del hogar. Cuando estos hombres hablan de su propia madre como alguien que tuvo
que trabajar, es visto como una desgracia.
Otros manifestaron que en su relación de pareja han tenido muchos problemas donde uno
de los principales es la dificultad de aceptar que su esposa trabaje, porque eso los hace
sentir que no cumplen con su función de hombres, aunado a que la pareja utiliza el
argumento de su aportación económica como arma en las discusiones:
ƒ
Hemos llegado a la violencia, nos hemos separado varias veces, aquí lo difícil es que
yo tengo la culpa porque tengo inculcada la cultura del machismo, ella ha tenido la
necesidad de trabajar porque hay veces que yo no tengo trabajo y hay veces que el
dinero que aporto no alcanza, ella ha tenido que trabajar y por la cultura del machismo
pienso “¿cómo es posible que mi mujer se vaya a trabajar?”A mí me hace ver mal,
como si fuera un inútil.
ƒ
Empieza una discusión sencilla y ella dice, “yo también estoy aportando… yo también
tengo los mismos derechos que tú” y todo se hace un problema, a ver quién aplasta a
quién de cualquier forma…
ƒ
Vamos a decir, nos llevamos bien y mi esposa se está ganando el dinero y cualquier
cosa que yo le quisiera reprochar, me manda al diablo, “yo también tengo dinero”.
ƒ
Para eso está el hombre, de que uno tiene que hacerse responsable de la casa, de los
gastos de la casa, no digo que mi mujer anda de lo mejor, yo tampoco, pero lo poco
que gano, pues es para que ella no tenga necesidad de salir a buscar a otra parte lo
que le haga falta, como no he vivido esa situación de que ella trabaje, la verdad no
tengo ninguna experiencia.
ƒ
(yo le decía a mi mujer) yo nunca me desobligué a lo mío, yo nunca me he
desobligado... si tú vas a trabajar, yo no te estoy mandando... no hay problema,
siempre y cuando te des a respetar... mientras yo no te vea en malos pasos, no tengo
ni por qué decirte nada... uno como hombre se hace desobligado porque dice “mi
esposa ya trabaja”.
Aunado a esto, algunos participantes mencionaron que otro problema de que la mujer trabaje
es que puede empezar a querer hacer muchas cosas más que sólo trabajar y atender el
hogar:
16
ƒ
una mujer que trabaja llega a un mundo muy diferente, a donde ya no es que está en
su casa haciendo las cosas del hogar, sino que ya sale a trabajar y empieza a tener
relaciones con más personas, y cuando no están preparadas, yo me he dado cuenta
que señoras que hasta su casamiento eran buenas personas, por decir, amas de casa,
se empiezan a desviar, porque ya en el ambiente las empiezan a invitar que “vamos a
tal parte a dejar a fulana” y si la mujer no está preparada va a caer bien fácil en decir
“sí, vamos”, “no pues ahora vamos al cine, vamos a tomar un refresco”.... pero como
no está preparada mentalmente, fácilmente es víctima de otras personas, y es cuando
el hombre que la dejó ir a trabajar dice, “bueno , si yo te di la confianza, por qué haces
esto”.
En el grupo de los hombres que aceptan que la mujer trabaje, manifestaron su
agradecimiento por el apoyo que ellas les han brindado al ayudarlos a sostener la familia y
consideraron que entre los dos hacen que la familia progrese. Mencionaron que actualmente
es común que la mujer trabaje porque los tiempos han cambiado y son difíciles
económicamente, aunado a que han superado en mucho los discursos tajantes de división
de funciones que ellos catalogaron de machismo:
ƒ
lo que pasa es que los papás eran como muy machistas, o sea que no dejaban que la
mujer trabajara y ahorita eso no es malo y no es malo que uno se meta a la cocina…
cuando hay que hacerlo te metes a la cocina, barres, trapeas, cambias pañales… yo
digo, si tiene uno la facilidad lo puede hacer… yo digo ¿con qué hace la mujer el
quehacer? Con las manos verdad, aunque a veces te encuentras a un amigo y te dice
mandilón.
ƒ
Decían (antes) “si no llevas dinero a la casa eres poco macho”, no, no, si yo reconozco
que no puedo y mi esposa me puede ayudar en ese momento, eso también me hace
macho porque estoy reconociendo que ahorita no puedo. La mayoría de las mujeres
aquí en el pueblo trabajan, trabajan los hombres y trabajan las mujeres y por mi parte
yo las considero igual, todas ellas merecen respeto y yo creo que todos estamos
acostumbrados aquí en Tres Marías a tratarlas como se debe, bien.
ƒ
No, mi esposa sí me ayuda, yo estoy en el taller y hay veces que la verdad no hay
trabajo. (El coordinador le pregunta que si ella gana más dinero eso trae problemas)..
no, no trae problemas.
Otros consideraron que la violencia familiar ha disminuido porque las mujeres tienen más
opciones, ahora tienen forma de obtener recursos económicos y culturalmente ya no es tan
señalada cuando termina la relación marital:
17
ƒ
ellas no pueden depender directamente de un hombre y antes sí, que si la mujer
dejaba al marido ya la sociedad la tachaba que dejó al marido y a lo mejor por otro y
ahora ya no, ahora si la mujer deja al marido ya es porque ella tiene los conocimientos
y sabe que con marido o sin él, va a salir adelante
ƒ
ya no tienen el miedo de quedarse solas, porque antes ellas a lo mejor aguantaban
tantos golpes por lo mismo que no tenían de dónde echar mano, de un trabajo y ahora
ya no les interesa, ... ya hasta vemos mujeres taxistas, mujeres de tránsito,
desempeñando trabajos públicos y antes pues no, era muy difícil con una gente así,
ƒ
yo siento que a pesar de eso ya hay hasta más divorcios porque ya es independiente,
ya tienen más estudios y antes no.
También es muy interesante observar que aquellos hombres opuestos al trabajo de la mujer,
esperan en cambio que sus hijas se preparen y trabajen. Uno de ellos dice sobre una de sus
hijas:
ƒ
Yo mencionaba que la mujer no está preparada... porque mi esposa no llegó más que
a la primaria, pero de los que estamos aquí, quisiéramos que nuestras hijas fueran
profesionistas, que salieran a trabajar.
Podemos concluir que en donde persiste la visión más tradicional de la mujer como
encargada del hogar y del hombre como proveedor, es más probable que cuando se
amenaza esta estructura surjan probablemente situaciones de violencia, dependerá de la
flexibilidad con que se afronten estos cambios. En donde la visión es más equitativa respecto
al papel de la mujer y el hombre, es menos probable que surjan situaciones de violencia en
este tema. En ambos contextos el dinero que proviene de Oportunidades no juega en este
sentido un factor de tensión ya que no es visto como un “trabajo de la mujer”, sino como una
ayuda para los hijos.
3. El Programa Oportunidades, ¿qué pasa con el dinero?
Como señalamos antes, los recursos que llegan a las familias tienen diferentes significados e
implicaciones, dependiendo de quién los generó o de dónde provengan. Esto es lo que
ocurre con el Programa Oportunidades.
Una parte importante de las entrevistas grupales se dedicó a investigar cómo es recibido el
dinero de Oportunidades en este contexto, en estas relaciones familiares, y los valores frente
18
a la masculinidad y la independencia o con relación al empoderamiento de las mujeres.
Podemos afirmar que, aun cuando hay un rechazo en diferentes grados a la autonomía
económica de la mujer, el dinero que se recibe por parte del Programa Oportunidades es un
área libre de conflicto, ya que este dinero no es visto como una amenaza al papel de
proveedor del hombre, sino como un apoyo muy claro para los hijos y su educación y su
salud, que son valores muy apreciados, por lo que el Programa, además del beneficio
económico, es simbólicamente muy importante porque está definido en función de sus
principales preocupaciones, aspiraciones y valores.
Sin excepción, contestaron que el dinero del Programa Oportunidades es para los hijos y
también que les parece muy bien que sea la mujer quien reciba y administre ese dinero, por
diversas razones, algunas en valoración de su papel diferenciado del hombre, y algunas
ciertamente como un papel diferenciado pero ”menor”. El Programa, al estar relacionado con
los hijos es percibido como algo doméstico, es decir, que le corresponde a la mujer.
ƒ
No, yo creo que ahí ya es algo diferente, porque en primera, esos programas que de
antemano está dando el gobierno es una buena ayuda para los niños.
ƒ
Ese Programa se lo dejamos a Vanesa, así se llama la niña, se lo dejamos
exclusivamente para ella, entonces yo me encargo de llevar el sustento a la casa.
ƒ
Por decirlo, ese dinero es de las niñas, no es mío... no, la verdad no me gusta ser de
esas personas, de tomar el dinero que no es mío.
ƒ
Una cosa es el apoyo que se nos da para los niños, nuestros hijos, y es para ellos
exclusivamente, de ahí no les quitamos nada, incluso a veces ni para comer, porque
aunque sea para eso sí ganamos.
ƒ
Yo digo que es mucho mejor una mujer que un hombre, que lo reciba una mujer
porque realmente piensa en los hijos.
ƒ
Las mujeres son las que administran.
ƒ
Ellas son las que están más al pendiente, son las que están en la casa.
ƒ
Se imagina a un hombre ahí formado. Supuestamente todos trabajamos, no podemos
estar ahí.
Este último comentario alude, por una parte, a premisas tradicionales sobre ese trabajo
“menor”, “devaluado”, que lo haga la mujer. Pero también subraya el papel de hombre
19
proveedor-trabajando, como una condición importante de su concepción de masculinidad, un
desempleado es visto en una condición muy devaluada como hombre.
4. Percepción del Programa Oportunidades
De acuerdo con las preguntas de la investigación, era necesario explorar la percepción en
general del Programa para buscar la relación de esas percepciones con los efectos en las
familias, especialmente en su relación con la violencia.
Los participantes valoraron ampliamente el Programa Oportunidades, ya que lo consideran
una ayuda que necesitan mucho y que es muy probable que sin ella no podrían mantener a
sus hijos en la escuela, aunado a que a ellos les quita una presión, ya que saben al menos
que ese dinero llega con regularidad y solventa los gastos de la escuela, por lo que pueden
concentrarse en ganar el sustento de la casa.
ƒ
un desahogo… un descansito y nos da la oportunidad de tirarle a una chamba mejor
pagada, porque muchas veces por estar presionado agarra uno cualquier trabajo mal
pagado y bien matado…
Manifestaron que el dinero del Programa lo utilizan para útiles, ropa y lo que piden en la
escuela:
ƒ
útiles, comida, ropa… lo que piden en la escuela es muy caro… es bueno porque
podemos comprarles libros, comida y ellos tienen más oportunidades que nosotros…
ƒ
luego los niños se enferman y vas al Centro de Salud y te los checan, ellos tienen su
carnet, es muy bueno, hasta uno de hombre va…
Algunos mencionaron que este Programa también tiene la valía de motivar a los hijos a
seguir estudiando porque saben que si lo hacen bien pueden continuar al menos al nivel
medio superior:
ƒ
mi hija siente que es una motivación extra que está teniendo para la escuela, porque
dice que ya le dijeron que si pasa a la prepa le van a dar un poquito más, entonces
dice ella “me lo tengo que ganar”, si en el sexenio que viene lo van a cambiar, va a ser
un golpe duro para los niños porque van a decir “me quitaron mi ayuda ¿y ahora que
voy a hacer?”
20
También valoraron las pláticas que les dan en el Centro de Salud, porque han notado
cambios en sus esposas, ahora son más abiertas, cuidan su salud y su cuerpo y han
aprendido:
ƒ
a no dejarse… muchos beneficios porque si yo no la acompañaba al médico ella no
quería irse sola y ahora no, ahora llego y “¿dónde está tu mamá?”, “se llevó a mi
hermanito al Centro de Salud”… yo siento que con este Programa ella ya se
desenvuelve más, antes nomás de la escuela a la casa y ya tiene más
desenvolvimiento en el entorno social y familiar... a través del Programa pues le ayudó
mucho para no dejarse pues, cambió.
Esta valoración en sí misma es un indicador de un cambio importante en la visualización de
la mujer como alguien de quien se valora que salga y tenga más autonomía y agencia
personal.
En conclusión, el Programa Oportunidades, de acuerdo a la percepción de los entrevistados,
no representa una amenaza a la dinámica familiar, por la manera en que entran los recursos,
y sí en cambio es visto como una ayuda para los temas que más les importan: los hijos, la
educación y la salud.
5. Situaciones familiares originarias y transición a la familia actual
Para conocer la relación entre el Programa Oportunidades y la violencia familiar era
necesario rastrear otros factores determinantes de ésta para conocer su peso en estas
dinámicas particulares. Las investigaciones sobre violencia familiar (Corsi, 1994), así como la
evidencia empírica en la clínica, demuestran que las pautas de conducta violenta tienden a
repetirse de una generación a otra, a menos que algún miembro de la familia haga un acto
de conciencia y decida no repetir esta pauta. De ahí que decidiéramos conocer si había
habido violencia en la familia de origen, que aumentaría las probabilidades de violencia en la
familia actual; pero este antecedente no puede entenderse en una relación lineal directa,
sino también es necesario saber cómo se entendió esa violencia, qué efectos tuvo en la
generación actual y qué postura tienen ante ella, lo que puede construir pautas diferentes de
relación.
Era importante también saber, con relación al dinero, quién asumía el papel de proveedor y
qué tan equilibrado era el poder en la familia de origen. El dinero tiene un papel importante
en ese poder, pero hay otros componentes, como la valoración de las tareas diferenciadas
21
hombre/mujer, o la capacidad de intervenir en las decisiones familiares. Son estas líneas las
que exploramos en la familia de origen y cómo se relacionaba con la familia actual.
Es necesario aquí introducir el concepto de lealtades familiares: “El concepto de lealtad en la
familia implica la existencia de expectativas estructuradas de grupo, con relación a las cuales
todos los miembros adquieren un compromiso, como si existieran fibras invisibles pero
resistentes que los mantienen unidos”. 5
“Los sistemas de lealtad pueden basarse en las premisas y los mitos gestados por la familia.
Un mito representa los significados que se dan a los acontecimientos y a los
comportamientos, es un relato compartido por todos, y a partir de estos relatos se va
construyendo y determinando una realidad dada.” 6
Con el concepto de lealtad estamos observando que hay un componente importante para
seguir o rechazar cierto tipo de comportamientos o pautas de conducta que suelen ser
fuertes mandatos a seguir en las familias. Lo que podemos ver en esta transición de
visiones, es que las lealtades implícitas sobre ideas tradicionales de masculinidad están muy
presentes, y que sin embargo, están siendo modificadas, no sin un costo en un conflicto
existencial personal y familiar.
Cuando los participantes relataron sus historias de vida durante la infancia, se encontraron
algunas constantes que atravesaban a todos como son pobreza extrema, trabajo desde muy
pequeños, dejar los estudios por tener que trabajar, hermanos mayores haciéndose cargo de
los pequeños, violencia familiar y orfandad. En el marco de esta pobreza, también se
resaltaron historias de cooperación, apoyo en redes familiares y esfuerzos personales.
Las condiciones de vida imperantes los condujeron a hacerse responsables de sí mismos y
de la familia a muy temprana edad, intentando trabajar y estudiar, pero la realidad los rebasó
y tuvieron que dejar la escuela.
Algunos mencionaron que “no tuvieron infancia”, y es que necesariamente el concepto
“infancia”, relacionado a juego, menos responsabilidades, otros que se hacen cargo, no
aplica en estos casos.
ƒ
Para mí también fue difícil la infancia, porque yo no tuve infancia, a los doce años yo
ya andaba trabajando y hasta la fecha ando trabajando.
5
Boszormenyi-Naggy (1983), Lealtades invisibles, Amorrortu.
Andolfi, Maurizio (1988), en Marisa Oseguera, Lealtades y mandatos intergeneracionales, tesis de
especialidad, ILEF, 1996.
6
22
ƒ
Pus yo la verdad yo no disfruté mi infancia, mi niñez, porque mi padre le gusta el
alcohol... de que yo recuerdo, tengo 29 años, yo recuerdo que siempre se iba...
Estas experiencias también los llevaron a tratar de formar una familia diferente a la de origen,
por ejemplo en donde la relación de pareja no fuera violenta, privilegiando el diálogo y
formando un equipo para sacar a los hijos adelante, así como procurar que éstos tuvieran
una mejor vida que la de ellos. Incluso algunos que son abuelos, se hacen cargo de los
nietos porque los padres no pueden o son irresponsables, quizá tratando de evitarles la
orfandad o el descuido que ellos padecieron.
A continuación se muestran algunos
fragmentos de las historias:
ƒ
Cuando yo tenía ocho años se murieron mis papás, ahí empecé a trabajar y a trabajar,
crecí solito hasta que me junté con mi esposa…
ƒ
Yo como era el más grande no estudié porque tuve que trabajar, ayudar para que mis
hermanos estudiaran
ƒ
Mi familia siempre humilde como lo somos en la actualidad, yo de niño carecí de madre
porque hubo una separación de mis padres, como a los diez o doce años me quedé
sin mi madre. Me quedé con mi papá y mis hermanos, seguimos la vida, pero la
verdad es que fue un poco difícil porque a falta de una madre no hay guía, no hay ni un
plato de frijoles así calientito, no hay quien lave, quien planche, pero gracias a Dios
aquí estamos
ƒ
Mi papá falleció como al año de que yo nací, mi mamá se puso a trabajar y me dejó
con mi abuela y tuve un padrino de bautizo que conoció a mi papá, él me veía, incluso
de grande me enseñó a valorar a la mujer.
ƒ
Mi jefe se iba a trabajar al DF y venía cada ocho días, pero aquí la que sufría era la
mamá porque en la semana tenía que dar de comer, dar lo que nos pedían en la
escuela y en ese tiempo el trabajador ganaba poco, hasta la fecha sigue ganando
poco.
En cuanto a la situación económica, reconocen que de la situación precaria que vivieron de
niños, todos han hecho esfuerzos para superar la miseria y hoy viven en una situación
económica relativamente mejor a la de su niñez.
Es importante destacar el concepto de hijos parentales, aquellos hermanos mayores que se
hacen cargo de los otros cuando no están los papás por diversas razones. En estas familias
aparece muchas veces la figura en la familia de origen, esta estructura aparece en general
23
de una manera adecuada y como parte de los recursos que se construyen las familias para
subsistir. En nuestro enfoque insistimos finalmente en la importancia de la calidad de las
relaciones familiares, y la posibilidad de construir redes de apoyo, más que la composición o
estructura de las mismas.
A pesar de estas historias infantiles, que a algunos aún les causa un fuerte dolor que los
puede llevar al llanto al recordarlas, consideraron que justamente las situaciones difíciles por
las que pasaron los formaron, les dieron enseñanza y los llevó a intentar otro tipo de
relaciones familiares. Algunos mencionaron la forma en que las vivencias infantiles los
marcaron para aspirar a ciertas metas o valores, lo cual los hace sentirse agradecidos con
sus padres o abuelos a pesar de la dureza de los castigos:
ƒ
La vida me enseñó con golpes, pero también me enseñó a trabajar, me enseñaron a
ganarme la vida honestamente. El dinero y lo poquito que estoy haciendo, vendiendo
materiales, es gracias a mi abuelo, a los golpes que me dio y a la forma de trabajar que
me enseñó, me enseñó a defenderme de la vida.
6. Papel del hombre y de la mujer en la familia de origen y transición:
premisas de género y posicionamiento
La violencia familiar, fenómeno complejo y multicausal, está sostenido y retroalimentado por
la construcción social de los géneros. La manera en que hombres y mujeres han sido
socializados como tales, se basa en premisas de género que cuando apuntan a la
desigualdad entre ellos, así como a la supremacía del hombre sobre la mujer, tienden a
justificar la violencia de género y la violencia de los más fuertes sobre los más débiles (los
padres sobre los hijos o los más vulnerables). De ahí que nos interese conocer cómo fue la
socialización de estos hombres como tales, con cuáles premisas se formaron, a cuáles
adhieren y cuáles rechazan, y cuál es su posición actual sobre lo que debe ser un hombre,
es decir qué idea poseen sobre la masculinidad.
Las premisas abarcan una amplia gama de aspectos, uno de los cuales es el papel del
dinero en la familia, quién tiene derecho u obligación de ser proveedor, si eso excluye otros
papeles, qué significado tiene ese papel, confiere o no poder. Por tanto la exploración de
estas premisas de género y su vinculación con el dinero, nos dan un panorama sobre cuál es
el contexto cultural en que se inserta el Programa Oportunidades y cómo este contexto
recibe a dicho Programa.
24
El papel del hombre y la mujer en la familia de origen
Se observa que tradicionalmente en las familias de origen, las funciones y actividades
estaban completamente divididas por género, el padre era el proveedor y la madre se
encargaba del hogar. Cuando alguno de los dos faltaba, por separación o muerte, el que
permanecía trataba de cumplir con ambos roles, pero al parecer los padres solían delegar
más las labores del hogar, mientras las madres asumían ambas y se responsabilizaban de
éstas y de llevar el dinero a casa. De tal forma que los participantes mencionaron que
cuando vivían ambos padres, el padre era el que se encargaba de llevar el dinero a la casa y
la madre se dedicaba al hogar, lavar, hacer la comida, cuidar a los hijos y planchar, además
de que era la responsable de administrar el dinero que el padre ganaba. En general se
nombra “trabajo” al que hace el hombre y “actividades, tareas” a las que hace la mujer:
ƒ
así se manejaba, el papá en el campo y la mamá en la casa con los hijos, con la
rutina… mi papá traía el dinero, mi mamá atendiéndonos… el papá traía el dinero y se
lo daba a mi mamá… los hombres al trabajo y las mujeres a su actividad, el hogar.
En los casos de orfandad o de abandono de alguno de los padres, el que se quedaba con
ellos cumplía con la función de trabajar y de atenderlos. Cuando el padre era el que
permanecía, los hijos tenían que colaborar mucho en la casa, y si había hijas, era en las que
se delegaba el trabajo de la casa, otras veces eran las abuelas quienes se hacían cargo:
ƒ
una de mis hermanas era la que veía por nosotros… cuando mi hermana se fue con su
marido, mi abuelita vio por nosotros, ella nos hacía de comer y nos lavaba de vez en
cuando.
Cuando eran las madres las que se quedaban, ellas asumían más claramente ambas
funciones, trabajar y el hogar, y aunque los hijos ayudaban en alguna tarea de la casa, era
ella quien al regresar de trabajar tenía que llegar a hacerles de comer o “atenderlos”:
ƒ
mi mamá salía a vender antojitos mexicanos y una de sus hermanas era la que se
encargaba del quehacer de la casa y si no al revés, nosotros íbamos al monte a traer
leña, sí hacíamos alguna actividad en la casa como barrer el patio y las mujeres eran
las que se encargaban de hacer la comida… cuando llegaba de trabajar, llegaba a
hacernos la comida para atendernos, cocinaba hasta que llegaba de trabajar o la
dejaba preparada desde la mañana.
En esta división polarizada de tareas, se reconoce en la mayoría de los casos a la mamá
como administradora del dinero de la familia. Este reconocimiento como administradora
25
avala un tipo de relación de la mujer con el dinero, pero es un papel diferente al de
proveedora, que tiene otros significados e implicaciones (ver el apartado relativo al dinero de
la mujer).
Los participantes reafirmaron que la división de tareas o actividades por género era algo que
se notaba desde la infancia en los juegos, ya que mientras los varones jugaban a los carritos
y a los caballitos, las niñas a la comidita. También hicieron la distinción que ahora las niñas
juegan a la pelota y que están cambiando las cosas, como reconocer que ahora trabaja la
pareja:
ƒ
No quiere decir que si un niño agarra una muñeca se va a volver maricón, ahora no.
Algunos consideraron que el hecho de que su madre fuera quien se hacía cargo por
completo del trabajo del hogar y que en el entorno social estaba muy censurado que los
hombres hicieran alguna tarea asignada a las mujeres, los llevó a ser “machistas”:
ƒ
mi mamá me decía que me lavara mi ropa y no quería porque me decían que me iba a
volver maricón, ahora cocino y me lavo mi ropa, ya sé que no me voy a volver
maricón… de niño mi abuelo me decía “qué haces en la casa, ¿por qué no estás en el
campo?... pareces vieja”.
De donde podemos apreciar que aprendieron una visión de papeles polarizados de los
hombres y las mujeres. Algunos casos, como el que se cita, con una clara desvalorización
del trabajo femenino. En otros casos, como una división hasta cierto punto “equilibrada” de
las tareas.
A partir de este aprendizaje familiar y social, los hombres entrevistados oscilarán entre varias
posiciones y premisas respecto a lo que los hombres y las mujeres hacen y son. En todos es
muy clara una relación de poder vertical, a partir de la cual los hombres “dan permiso” o no,
se ven a sí mismos como principalmente proveedores y como proveedores principales
(aunque las mujeres puedan ganar más, a veces) y llegan a “ayudar” a su mujer en las
labores del hogar; estos tres puntos son claros indicadores de la relación vertical. Sin
embargo, hay muchos matices e intentos de construir relaciones más igualitarias que las que
vivieron en su origen.
ƒ
Lo que pasa es que también los papás eran como muy machistas, o sea, no dejaban
que la mujer trabajara y ahorita, por decir, eso no es malo, y no es malo que uno se
meta a la cocina, por decir, aquí los demás compañeros pues hay algunos que todavía
son machistas y nada que ayudarle a la mujer. No sé , es un tema que es una ayuda
26
que le queremos dar, pero no es porque la esposa te mande, estamos equivocados los
que lo vemos de esa manera, pero yo para qué voy a decir que le ayudo mucho a mi
esposa, pero cuando hay que hacerlo, barres, trapeas, cambias pañales, me meto a la
cocina.
Lo interesante es que a pesar de las ambivalencias, hay una tendencia a criticar al
machismo.
ƒ
Por ahí hay quienes discriminan a la mujer por el hecho de que uno es hombre se
siente con más fuerzas y con más derechos sobre la casa y lo que hay en la casa y
sobre los hijos, pero yo soy todo lo contrario porque yo sí lo vi en mis papás... (mi papá)
era el clásico machista, el clásico de que si yo te doy de comer aquí casi casi eres mi
esclava, y yo no es que quiera quedar bien ante ustedes, pero nunca he tocado a mi
esposa de un solo golpe.
Cabe destacar que aun en este marco general, se observó una diferencia importante entre
dos grupos, mientras que en el de Tres Marías, tradicionalmente conocido como tianguis
turístico de alimentos, atendidos en su mayoría por mujeres, el trabajo de la mujer es
reconocido; en el caso de Ocoyoacac, ninguna de las esposas de los participantes trabajaba,
con las obvias consecuencias de ambas situaciones, que se describirán más adelante en el
apartado relativo al trabajo de las mujeres.
Los participantes mencionaron que han logrado tener una relación satisfactoria con su pareja
y que valoran ampliamente el trabajo que su esposa hace en la casa porque saben que es
mucho y que no se acaba nunca, por lo que ellos participan en algunas labores del hogar.
Un señor de Ocoyoacac piensa que los problemas en la pareja empiezan si el hombre no es
responsable (o sea, proveedor). Una coordinadora le pregunta si no es tan importante lo que
hace la mujer. El hombre contesta, algo molesto:
ƒ
No, si le estoy diciendo a usted que juntos, juntos, o sea, yo con lo que me toca y a mi
esposa con lo que le toca... A mi esposa le toca que todo camine bien en el hogar, si
ella tiene el cariño, tiene el amor hacia sus hijos, lógico que sus hijos van a salir buenos
estudiantes, buenos ciudadanos, a lo mejor uno como hombre llega más tarde por ir a
trabajar, ni tiene la misma atención hacia los hijos, pero la esposa sí...
También valoraron el papel de la mujer en cuanto al cuidado de los hijos porque son las que
más tiempo pasan con ellos, en caso de que no trabajen, y si lo hacen de cualquier manera
no los pierden de vista, además de ser las que pueden dar el respaldo emocional a los hijos.
27
Sin embargo, reconocieron que en su comunidad persiste el machismo y que algunos
hombres no dejan trabajar a sus esposas ni les ayudan en la casa.
En general podemos resumir que la mayoría de los hombres rechaza el machismo y la
violencia, al menos en el discurso, y que percibe una transición en los papeles tradicionales
hacia una situación más equilibrada de poder que le parece positiva; sin embargo en la
práctica se debate en ambivalencias donde a veces pareces cómodo y otras muy difícil
aceptar esos cambios en los papeles de la mujer y el hombre.
¿Qué es ser hombre?
En cuanto a su concepto de lo que es ser hombre, a veces asociado al concepto de macho,
los participantes hablaron sobre las diferentes interpretaciones que le dan a la palabra
macho y lo que para ellos significa ser hombres:
ƒ
Yo crecí con eso de “aguántese como los machos”, me enseñaron que macho es
aguantarse, ser duro, no pedirle nada a nadie, ser autosuficiente, pero no golpeador
ƒ
Mis papás me enseñaron que la honradez y ser una persona cabal y yo mismo me he
inculcado la idea de que hay que ser hombre de una sola palabra, la honradez, la
honestidad y el respeto por los demás
ƒ
Trabajar y hacer las cosas por la derecha.
ƒ
el macho que siempre tiene sometida a la mujer eso para mí no es ser macho ni
hombre, eso es ser un cobarde, un abusivo.
ƒ
el macho es el que tiene un montón de hijos… los señores de unos setenta a unos
cincuenta años siguen siendo agresivos con la mujer “sírveme de comer, plánchame la
ropa” y si no está la señora a la hora de que él se sienta a la mesa, se enojan y
empiezan a gritar.
A pesar de que el estereotipo existe al parecer ha ido cambiando el concepto:
ƒ
los señores de unos cuarenta para acá ya son más tranquilos, ya platican más, ya hay
más diálogo, yo digo que las generaciones sí nos van cambiando también lo que
teníamos de definición de macho… antes sí le pegaban a sus mujeres nada más
porque no les gustaba lo que habían hecho de comer, y yo le he dicho a mi esposa
28
“mientras yo viva así sea muy grande el motivo no hay por qué llegar a los golpes, por
eso hay que platicar, la comunicación es muy importante”.
En estos cambios de la forma en que se conciben como hombres también han empezado a
incorporar la idea de que ellos no pueden imponer o prohibir a sus esposas pensar o actuar
de acuerdo a lo que ellas quieren:
•
yo no le puedo prohibir a mi mujer haga algo…como seres humanos tenemos derecho a
expresar lo que sentimos, ¿por qué prohibir?, cada quien vive diferente, yo al menos en
mi casa platicamos para llegar a un acuerdo para que los dos estemos felices, no veo
por qué prohibir algo, sólo que sea malo… hay que ponerse de acuerdo, dialogar.
La discusión intentaba diferenciar ciertas características de “macho”-“hombre” que
evidenciaban las ambivalencias y el estado a veces confuso de los hombres provenientes de
esas familias tradicionales que están transitando a otras formas de concebir la masculinidad,
que en condiciones de marginalidad y a la vez de globalización, se debaten sobre lo que los
sigue haciendo hombres más allá del papel de proveedores, con un cierto rechazo a la
violencia y al sometimiento de la mujer. No obstante las discusiones sobre el concepto de
macho-hombre, es importante señalar que en general se tiende a rechazar (al menos en el
discurso) la violencia asociada a la masculinidad o el machismo, su posición es que el
machismo y su asociación a violencia es visto como reprobable.
Los participantes mencionaron estos aspectos fundamentales que los hacen sentir muy mal
como hombres: la falta de trabajo, no tener dinero para mantener a su familia y el temor de
que sus hijos pasen las mismas carencias que ellos, y por otra parte el temor a la pérdida de
capacidad sexual:
ƒ
a veces cuando uno no tiene trabajo se siente muy presionado, se altera uno…cómo
voy a sacar adelante a mi familia, eso me preocupa mucho
ƒ
… la escuela pide muchas cosas y no siempre se puede, los maestros actúan sobre los
niños y nos da desesperación.
Este tema de la falta de trabajo puede derivar en diferentes consecuencias para los hombres
como son preocupación, tensión, desesperación, sentimiento de inutilidad, peleas de pareja
y violencia familiar.
Sin embargo, algunos mencionaron que ante la falta de trabajo y por tanto de dinero, han
aprendido a hacer un equipo con su esposa, trabajar ambos y no ser ellos, necesariamente,
los principales proveedores:
29
ƒ
ella siempre me ha ayudado, siempre ha trabajado, yo la conocí trabajando y a la fecha
ella es la principal aportadora de la casa, ella a mí me ayuda mucho, yo no siento que
eso es ser hombre o macho, no me siento menos, no me siento humillado, al
contrario…
En cuanto a ver en riesgo su potencia sexual:
ƒ
el taladro me perforó justo aquí en el pene y en ese momento dije “ya valió”, no podía
tener relaciones sexuales, me dolía, yo dije “qué me pasó con esa cosa, ¿quedarme
impotente por esa cosa?”, me hacía el enojado con mi esposa, me volteaba para acá,
pasó el tiempo y ya se me quitó el dolor, pero sí me hacía el enojado (en la noche en la
cama), de repente platiqué con ella, me dijo “habérmelo dicho antes, no tiene nada que
ver”, y ahí fue como que volví a recobrar la confianza en mí, nomás fue transitorio, me
recuperé completamente, pero en ese tiempo yo sí así lo pensé, “ya acabé de ser
hombre nomás por eso”, me hacía enojar eso, no tanto por mí sino que decía “qué va a
decir mi esposa de que no puedo”, se me metió la idea porque pensaba que si ya no
tenía yo relaciones, pues ya no era hombre, pero ya después platicando con ella y que
ella me dijo todo esto, resultó que fue transitorio, qué susto.
7. Valores aprendidos, posición actual: valores preferidos
Al rastrear las posiciones y los significados de situaciones como la violencia, la familia, el
papel de los hombres y las mujeres, encontramos los valores asociados a estos conceptos
que dan luz sobre las preferencias y visiones hacia el futuro que tienen estos hombres. Los
valores que señalamos a continuación son un hallazgo de la investigación que aclaran
posiciones que a veces parecieran ambiguas o contradictorias.
Un hallazgo muy importante es encontrar que el valor primordial que se resaltó fue el de la
educación. Se le asocia en mucho como “causa” de la pobreza de su familia de origen, de la
condición personal actual y como una esperanza de cambio para sus hijos.
ƒ
En ese tiempo era más (difícil) porque éramos más de familia y el papá no estaba
preparado.
ƒ
(le dije a mi esposa) “vamos a hacerla como Dios nos dé a entender y la poca
educación que tenemos, vamos a sacar adelante a la familia”
30
ƒ
yo gracias a Dios alcancé a estudiar un poquito y me di cuenta que eso no es bueno
(los golpes) y a fin de cuentas no lleva a nada bueno.
Este valor del estudio es especialmente importante para las hijas, hicieron énfasis en que sus
hijas deben estudiar para que puedan enfrentarse a las nuevas circunstancias de la vida
actual, no como antes, que las mujeres no necesitaban hacerlo porque se dedicarían al
hogar:
ƒ
quisiéramos que nuestras hijas fueran profesionistas, que salieran a trabajar porque ya
el tiempo lo exige y yo le inculco a mi niña “yo quisiera que fueras una abogada, una
buena doctora, una buena contadora, supérate”.
De entre los valores aprendidos de sus padres, aprecian el trabajo, la honestidad, el ser
fuertes:
ƒ
Hasta donde yo recuerdo y su poca preparación de ellos (los padres), pues la
honradez y ser una persona cabal... yo mismo me he inculcado la idea de que hay que
ser hombre de una sola palabra, aunque estemos en provincia..la honestidad y el
respeto a los demás.
ƒ
La vida me enseñó con golpes pero también me enseño a trabajar, me enseñaron a
ganarme la vida honestamente.
Los valores que ahora asumen por elección y que han elegido enseñar a sus hijos son el
estudio, la honestidad, aparece más el aprecio al estudio que al trabajo por el trabajo mismo.
En conclusión la alta valoración de la educación como factor de movilidad social es una
visión que permite una gran aceptación del Programa Oportunidades y sus condiciones de
corresponsabilidad.
8. Relación con los hijos y las hijas
En la investigación sobre las relaciones familiares, nos pareció que ocupaba un lugar muy
importante la relación de los hombres con los hijos y las hijas porque representan, primero, la
posibilidad de una acción reparadora sobre las carencias afectivas y económicas que ellos
vivieron, y también una trascendencia y evolución hacia el futuro, mirando en ellos la
posibilidad de ser mejores cuando ellos los superen y los representen mejor. En esta visión
engancha naturalmente el Programa Oportunidades.
31
El tema más importante en relación con los hijos es la preocupación de que no sufran lo que
ellos sufrieron, tanto en el aspecto económico como en la calidad emocional de su vida y de
las relaciones padre-hijo, así como asegurar sus estudios. Es importante señalar que este
interés se refiere por igual a los hijos varones que a las hijas mujeres.
ƒ
ahora sí que hay que darles lo mejor ahora que uno puede…
ƒ
si uno no tuvo hay que dárselos, no ponerlos a trabajar, con lo poco que tenemos…
ƒ
los papás de antes con lo que llevaban había que comer, pero los de ahora se
preocupan por llevarles lo mejor a sus hijos…
Los participantes consideraron que hay un cambio en la forma en que antes los padres
trataban a los hijos y lo que les daban y en la manera en que actualmente los educan, pues
ya no utilizan los golpes.
ƒ
yo siempre me puse la idea, una meta “cuando tenga mis hijos, pues yo no los voy a
tratar así”… los de antes imponían su voluntad, no es como uno que ahora ya razona
con los hijos “oye hijo, cuando puedas…”, ahora a mis hijos, yo los motivo, de buen
modo.
Algunos mencionaron que también ha habido cambios en la actitud de los hijos debido a que
ya no se conforman como ellos tenían que hacerlo:
ƒ
ahorita los niños ya vienen muy listos, ya no es como antes nosotros de “cómete esa
tortilla con chile”, ya no se lo comen, simplemente ahorita en la casa a mi hijo no le
gustó la comida y no comió, ahora ya se dan el lujo de desperdiciar una comida si no
es rica, en lo que se necesita para que un chiquillo crezca al menos que tenga su
estomaguito lleno, ya no, antes nosotros qué dábamos por tener una tortilla caliente.
Esta también parece una actitud ambivalente, ya que por una parte, ante las carencias y
escasez que vivieron, les da gusto que sus hijos tengan más posibilidades de elegir, pero al
mismo tiempo se cuestionan si no se estarán “malcriando”.
Como decíamos, el intento de mejoría no sólo se refiere a lo material, sino que hay una
conciencia, una clara intención de tener una mejor relación con los hijos que la que ellos
tuvieron con sus padres:
ƒ
Yo cuando tengo tiempo libre en el trabajo vengo (a la escuela), y pregunto (sobre
cómo va su hija).
32
Será importante observar en un futuro las consecuencias de esta esperanza depositada en
los hijos, ya que como afirman Boszormenyi-Naggy y Spark (1993), la mayoría de los
progenitores están dispuestos a asegurar que su intención es la de ser mejores padres para
sus hijos de lo que fueron sus padres con ellos. Pueden restar importancia o negar sus
sentimientos de carencia y hacer esfuerzos por dar “todo” a sus hijos, sin embargo ¿qué
sucede con sus propios apetitos internos sin satisfacer? Ellos pueden convertirse, en forma
abierta, en progenitores abnegados, sacrificados, lo cual produce, de modo casi inevitable,
sentimientos de culpa en el hijo receptor, que siente que debe pagar en exceso por lo que se
le brinda de manera tan poco egoísta, al tiempo que se siente obligado para siempre a
satisfacer las expectativas paternas.
En conclusión, los hijos son en sí mismos un valor, una meta, una realización de lo que ellos
no pudieron ser. Esto hace que se valore la educación, la salud y el intento de tener una
buena relación con ellos, valores que representa el Programa Oportunidades y que se
traduce en una gran aceptación.
9. Conclusiones
Del análisis de resultados del estudio Efectos del Programa Oportunidades en las
relaciones de pareja y familiares se desprenden las siguientes conclusiones:
1. Con relación a la hipótesis planteada que relaciona al dinero que la mujer recibe del
Programa Oportunidades como un motivo que puede incrementar la violencia, podemos
afirmar que no sucede de esta manera. El dinero del Programa está claramente diferenciado
como una ayuda que los hijos necesitan para la educación, no es un dinero de la mujer, sino
que ella lo administra y en ese sentido es una zona libre de conflicto. El hallazgo más
importante es que en las distinciones sobre los recursos que los hombres hacen -del hombre,
de la mujer, del Programa- este último no representa un problema de poder. Mientras que el
trabajo del hombre lo liga a su papel esperado de proveedor, el trabajo de la mujer la desliga
de su papel esperado como cuidadora de la casa. El trabajo empodera a la mujer. Sin
embargo el dinero de Oportunidades no es visto como dinero “de ella”, y esto no amenaza al
hombre, por tanto en sí mismo no genera violencia.
2. El tema es diferente en lo que se refiere al trabajo y los ingresos que la mujer pueda
recibir. Aquí encontramos dos posiciones extremas en un continuum de posiciones
intermedias y con muchos matices. En un extremo está la posición de algunos hombres que
se ven amenazados porque la mujer trabaje y tenga sus propios ingresos, porque cuestiona
33
su función principal asignada socialmente y tradicionalmente como proveedor único o
principal y que está significada como parte de su masculinidad; y porque además le da a la
mujer autonomía emocional y económica y puede “rebelarse” a la autoridad masculina e
incluso hacerle sentir que no lo necesita. Es importante insistir que aun aquellos hombres en
esta posición, están no sólo de acuerdo, sino muy deseosos de que sus hijas estudien y
sean profesionistas y “salgan” (en muchos sentidos, de la casa, del medio, de la condición de
sus padres, del pueblo, del país).
En el otro extremo del continuum están los hombres que aprecian el trabajo y los ingresos de
la mujer como una ayuda indispensable, especialmente en condiciones de pobreza, valoran
asimismo su autonomía y su independencia. Podemos decir que más que una amenaza de
“no necesitarlos” es una seguridad de sentirse involucrados como dos que están a cargo de
la responsabilidad familiar solidariamente.
Al parecer la perspectiva de los hombres sobre las mujeres en general e incluso sobre sus
propias mujeres ha ido cambiando hacia percibirlas como personas que tienen derecho a
pensar, a hacer y a decidir, lo cual abre la posibilidad de que las relaciones de pareja sean
más equitativas, donde el diálogo ha empezado a ser la vía de resolución de conflictos.
Consideran que ambos tienen la responsabilidad de la familia y por tanto, el cuidado de los
hijos es compartido así como el del hogar y el sustento.
En ambos extremos, sin embargo, el trabajo de la mujer es visto como una “ayuda” (no
importa que sus ingresos sean mayores que los del hombre en determinado momento).
Parece que sigue siendo importante que él sea visto como el principal (o único) proveedor,
para no ser tachado de irresponsable o poco hombre.
El Programa Oportunidades no afecta especialmente ninguna de las dos visiones extremas y
en el caso de la visión más equitativa, se llega a mencionar que está bien que la mujer salga
del hogar y participe en pláticas que le informen y que desarrolle redes con las otras mujeres
con las que se relaciona a través del Programa.
3. Por tanto, el tema del dinero, especialmente la falta de éste, sí es un motivo de tensión en
la pareja, que puede o no desembocar en violencia, esto depende de la verticalidad de la
autoridad, del grado de desequilibrio de poder, y de las premisas que predominen en el
hombre como alguien que tiene o no derecho a someter a la mujer, además de otras
variables como impulsividad y alcoholismo. Los hombres que rechazan la violencia afirman
que sí se siente presionados por este tema, pero que prefieren salir a despejarse e intentar
dialogar con la mujer.
34
El tema del dinero y el trabajo de la mujer pueden llegar asimismo a ser un tema de tensión y
violencia por las mismas razones mencionadas, la diferencia de poder y las premisas más o
menos patriarcales o autoritarias que predominen en la pareja.
4. Es importante señalar la historia y el contexto de los hombres que hoy reciben
Oportunidades para entender muchas de sus posiciones respecto al dinero, los hijos y las
relaciones familiares.
Las condiciones económicas de todos fueron de una pobreza extrema y llenas de carencias
materiales, poca comida, pocas opciones y en muchos casos padres sobrecargados por
atender las necesidades económicas y con pocas posibilidades de atender necesidades
emocionales. La mayoría de estos hombres reconoce, con dolor, con resentimiento, con
conciencia, estas condiciones, y toma una posición al respecto, así como decisiones
importantes, como no querer que sus hijos sufran, tanto en el aspecto económico como en el
aspecto emocional, y que no carezcan de educación.
Por eso es importante que en todos los grupos haya surgido en la conversación la idea de
cambio como un elemento muy importante, ya que se va incorporando que no hay
estructuras naturales y únicas de cómo deben ser las relaciones familiares y sociales, sino
que van cambiando de acuerdo al contexto y a las decisiones y construcciones personales.
La aparición de la idea de cambio y el énfasis de nuestra parte en trabajarlo se relaciona con
nuestro marco teórico porque apunta a la posibilidad de percibir las ideas, las costumbres
como construcciones sociales de acuerdo a un contexto, y no como mandatos “naturales”,
“dados”, asimismo que las personas pueden elegir construir ideas o costumbres nuevas,
especialmente las construcciones de género (construccionismo social).
Es también importante relacionar esta idea con el concepto de lealtades que mencionamos
en el apartado cuatro, porque la rigidez de las lealtades sería un obstáculo para incluir la
idea de cambio, y vemos que es más flexible, aunque no deja de haber un conflicto con las
lealtades familiares.
La idea de cambio es un elemento interesante para la introducción de programas como el de
Oportunidades, ya que tales programas inciden en una estructura o visión del mundo que si
es demasiado rígida puede no aceptar las propuestas que el programa conlleve.
5. Es a partir de estas historias, que el machismo forma parte de un ejemplo de
masculinidad, sin embargo hoy se debaten en dilemas sobre lo que quieren tomar de eso y
lo que quieren dejar, y en ese dilema, qué los sigue definiendo como hombres. La premisa
35
del hombre como proveedor parece seguir siendo de las más importantes y poco flexibles a
partir de los cuales se definen como tales.
Parte de la manera en que estos hombres fueron socializados (proveedor, fuerte) se unió a
su identidad, y ahora, ante nuevas realidades, está siendo difícil separar con qué se quedan
de ese aprendizaje que los siga manteniendo como hombres. Al parecer ha sido más fácil
separar la violencia de esta identidad que el papel de proveedor.
El esquema tradicional proveía de un conjunto de reglas más claro sobre quién debía hacer
qué y a qué tenía derecho y a partir de ahí se definía lo masculino y lo femenino. Si van
cambiando premisas rígidas como el hombre único proveedor, cómo construir nuevas reglas
a partir de esos cambios. Por eso es muy importante señalar cuando están apreciando la
autonomía de la mujer, el honrar su trabajo, la necesidad de demostrar afecto por los hijos, y
no sólo autoridad. Aunque estos cambios persistan con contradicciones de valores
patriarcales.
Aunque no entrevistamos directamente a las mujeres, por las percepciones de los hombres
podemos decir que las mujeres también se debaten en esta identidad femenina: “si pienso
en mi desarrollo personal, soy desleal a los mandatos de género”. Los hombres perciben los
dilemas de sumisión y sometimiento y de participación, en total correlación con los propios
dilemas. Cualquier participación económica de ella, aunque sea mayor a la de él, es vista
como menor.
6. En cuanto a la violencia, si bien la respuesta violenta de los hombres al interior de la
familia parece estar disminuyendo, todavía existe en las comunidades. Como hemos
mencionado, las razones principales están relacionadas con la forma en que se distribuye el
poder en la pareja y en la familia y las premisas patriarcales que predominen, donde los
estereotipos persisten en lo individual y son reforzados por lo social. Aún hay hombres que
sienten el derecho de descargar en la esposa o los hijos sus frustraciones, y socialmente
todavía se le llama mandilón a los que hacen trabajos del hogar.
Es importante destacar que existen estresores como el desempleo, que pueden ser
disparadores de violencia, en la medida que la sola sensación de no poder ser un buen
proveedor puede provocar violencia, ante cualquier amenaza del medio de cuestionar su
capacidad, ligada con la manera en que ha sido socializado para ser “hombre”, siendo la
identidad de hombre asociada plenamente a la de proveedor.
Un hallazgo importante de la investigación es que si bien existe severa violencia en todas las
familias de origen, y que ésta en la mayor parte de los casos es vista como “natural” y hasta
36
“comprensible” en el contexto de sus padres, es ampliamente reprobada como forma de
relación y de educación en su familia actual.
Frente a una vivencia de violencia de parte de los padres, la persona puede identificarse con
el agresor (repetir la violencia) o bien actuar un papel contrario, de terror y parálisis. Al
parecer, la mayoría de estos hombres no se identificaron con el agresor, pero como adultos
también trascendieron hasta un cierto punto la parálisis y están más conscientes del tipo de
relación no violenta que eligieron tener con sus hijos y parejas; si bien el autoritarismo sigue
siendo un rasgo predominante.
Este intento de romper la cadena de repetición puede estar respaldado por los cambios
sociales y la información a la que tienen acceso acerca de la educación y el trato hacia la
mujer, a partir también de un mundo globalizado, a través de los medios de comunicación a
los que tienen acceso, y por el deseo de que los hijos tengan otras oportunidades y otra
vivencia de la infancia.
Es muy significativo el cambio respecto a la generación anterior, que ahora privilegia el
diálogo y se promueve una mayor cercanía con los hijos. El valor de que “los hijos son más
importantes que uno” es acorde con el Programa Oportunidades.
Lo anterior ha llevado a que los hijos tengan una actitud diferente a la de sus padres en
condiciones similares de pobreza. Ahora los hijos no se conforman con lo poco que ellos
pueden darles y tienen perspectivas más elevadas respecto al estudio. El deseo de los
padres de superación y mayores oportunidades de trabajo para los hijos con la meta de que
tengan una vida mejor que la de ellos mismos, se extiende a las hijas. Ellas pueden aspirar a
continuar estudios apoyadas completamente por lo padres, aunque en la familia nuclear,
para la esposa no se desee este cambio y se prefiera que siga cumpliendo funciones
tradicionalmente asignadas al género femenino.
Cuando las hijas emulan el rol de amas de casa de las madres, para los padres esto significa
que se han quedado estancadas y por lo mismo, ellos se sienten desilusionados.
7. El hallazgo del valor educación como algo fundamental en su visión del mundo y del futuro
es importante porque lo hace naturalmente armónico con los objetivos de Oportunidades.
Explica la aceptación y valoración del Programa.
Otros valores relacionados con la visión positiva del Programa son la dignidad, entendida
como algo sostenido en la honradez, el trabajo y su responsabilidad como proveedores. No
se ve como una amenaza de su dignidad sino un apoyo a ésta, ya que les permite en
37
ocasiones tener menos presión para aceptar un mejor trabajo, mantener su honestidad, su
palabra, pero no “los mantiene”.
Percibimos que el concepto de “derechos” es una categoría que de algún modo ya se han
apropiado como parte de su visión del mundo. Se habló de los derechos de los niños, de las
mujeres, el derecho a la educación, y otros conceptos relacionados como “justicia”. Creemos
que se vislumbra una cierta construcción del concepto de ciudadanía, por lo que un
programa como Oportunidades unido a esos conceptos también apuntaría a romper la visión
paternalista del Estado y encaminarse más a la construcción de ciudadanía y
corresponsabilidad.
8. Otro hallazgo importante de la investigación fue descubrir que conviven dos visiones
aparentemente contradictorias: por una parte, la visión tradicional machista en algunos de los
hombres respecto a su pareja como alguien que está mejor en su casa sin trabajar, y por
otra, una gran expectativa respecto a las hijas para que estudien y trabajen y no sean amas
de casa “del montón”. Podemos explicar esta aparente contradicción en la medida que las
hijas se conectan con las partes narcisistas de los padres, ven en ellas una trascendencia y
mejoría de la situación actual, son “parte de ellos”. La pareja en cambio no, es otra persona y
su desarrollo representa una amenaza, cuando la situación actual del hombre se vive
vulnerable en cuanto a su poder y su masculinidad, sujeta a situaciones precarias como la
precariedad de su trabajo. Si su seguridad es así de vulnerable, el trabajo de ella se
convierte en una amenaza porque también puede ganar dinero, tener poder, conocer a otros
hombres y así aparecer también los celos.
9. El Programa Oportunidades representa un apoyo muy importante para las familias y es
altamente valorado por ellas debido a que cumple dos funciones principalmente, la primera
se relaciona con lo que mencionábamos como el valor más importante que es la educación,
este dinero hace más probable que los hijos puedan cumplir uno de los deseos más
fervientes de los padres, que es que los hijos estudien para que puedan tener mejores
condiciones de vida que las que ellos tuvieron. La segunda es que al asegurar un dinero que
sirve para cubrir los gastos escolares de los hijos, permite que los hombres se sientan menos
presionados de cumplir con todo, la manutención y la educación de los hijos, en el contexto
de la situación de pobreza que viven.
Por lo anterior, el Programa tiene el plus de colaborar a una dinámica familiar un tanto más
relajada y armónica debido a la seguridad proporcionada por ese dinero que relaja a los
padres de familia, motiva a los hijos y propicia tener metas que se perciben más alcanzables
si se mantiene el apoyo económico.
38
Por otro lado, el apoyo a la salud también ha beneficiado a la familia en dos ámbitos,
primero, el tener servicios de salud también es fuente de seguridad porque disminuye el
temor de no tener atención ante un caso de enfermedad en medio de la pobreza. Y segundo,
la orientación que reciben las mujeres, sobre diversos temas, las hace más independientes y
abiertas, lo que también se refleja en una dinámica familiar que puede basarse en el diálogo,
el compañerismo y la unión. La parte importante de este punto es que esta autonomía o
desarrollo también está siendo valorada por muchos hombres.
La recepción del Programa es compleja ya que no puede darse por sentado que sea un
beneficio “obvio” para las familias, porque ciertamente tiene efectos en los movimientos
familiares. Sin embargo encontramos que el trazo del Programa se conecta con los valores
más importantes de las familias y no amenaza la percepción de proveedor del hombre, al
tiempo que produce movimientos en el empoderamiento de las mujeres, no tanto por el lado
del ingreso como por la participación (ser valoradas y tomadas en cuenta como responsables
del dinero) y la información sobre salud y otras materias que reciben.
10. En cuanto al papel de los hombres en el Programa Oportunidades, podemos concluir que
aprecian el Programa en tanto que es una ayuda para sus hijos; en cuanto a su
funcionamiento, prefieren verlo como algo al margen de su propia participación y más como
un asunto de la esposa, porque lo administra, y de los hijos, como beneficiarios. Esto se
explica dentro del contexto de sus afirmaciones que señalan no querer parecer como
“aprovechados, mantenidos, conchudos”. Por esto mismo su participación en los programas
de salud está vista como una “carga”, por tener que faltar o pedir permiso en el trabajo, o
tener que faltar a las citas por no perder una jornada de trabajo; aunque algunos
mencionaron que era positivo, pero el cuidado de la salud del varón todavía no es un valor
positivo, pues se contrapone a una idea más generalizada del hombre “aguantador”.
11. Nos parece muy importante que la aplicación de un programa social como Oportunidades
considere los efectos que pudiera tener en las relaciones familiares, y como se ha
demostrado en este estudio, estos efectos son principalmente positivos, tanto en los temas
directos de salud y educación, como en la percepción de una vía de bienestar y
mejoramiento de las condiciones de la familia. Por otra, a pesar de la posición de rechazo a
la violencia manifestada en la mayor parte de los entrevistados, es claro que siguen
predominando las visiones tradicionales autoritarias sobre las visiones de equidad, y estas
visiones autoritarias son el caldo de cultivo para la violencia familiar, por lo que sería
conveniente incluir en el concepto de salud, no sólo la dimensión física sino también la
dimensión emocional, con programas que tiendan a desarrollar una equidad de género y que
incidan en la cultura patriarcal que comparten hombres y mujeres.
39
TERCERA PARTE: MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO.
INTERVENCIONES DEL EQUIPO INVESTIGADOR
10. Marco teórico
Nuestro principal apoyo teórico lo constituye la teoría general de sistemas o teoría sistémica
(Von Bertalanffy, 1992). Mantenemos una visión sensible al género –la construcción social
de las diferencias sexuales-, entendiendo en ella la inclusión del cuidado de hombres y
mujeres; consideramos también el tema del poder como determinante de la estructura de las
relaciones familiares y sociales. Nos interesa el pasaje transgeneracional (Andolfi, 1988) de
la violencia, las lealtades y de visiones del mundo. Igualmente atendemos los lineamientos
teóricos del socioconstruccionismo (Ward, 1997) y de los modelos estructural (Minuchin,
1992) y narrativo (White, 1993) de la terapia familiar.
Nuestras premisas éticas y terapéuticas comprenden los principios de transparencia,
multiparcialidad (concepto de Cecchin (1994) que se opone al de “objetividad”, entendiendo
la posibilidad de incluir sin someter las diferentes voces por parte de quien escucha, analiza
o entrevista). Manifestamos el rechazo a la violencia en todas sus manifestaciones (física y
emocional) como forma relacional, e insistimos en la responsabilización de quien ejerce la
violencia. De estas posturas éticas y teóricas emana el respeto a la diversidad y una visión
tendiente a resaltar los recursos de las personas y las familias.
La teoría general de los sistemas es un lente, entre otros, a través del cual la familia
aparece como una totalidad inserta en un sistema mayor, el contexto social, en donde se
localiza el origen principal de la violencia familiar, por ello se infiere que es en el mismo
contexto de las relaciones sociales-familiares que los actores pueden encontrar mejores
maneras de relacionarse, que les permitan crecer y autoafirmarse sin someter a otros.
Los sistemas son más que la suma de sus partes y están interrelacionadas de manera
compleja. La lectura dialéctica de esta teoría toma en cuenta sistemas como la ideología y el
sistema de creencias y el concepto de jerarquía, que es indispensable para distinguir el peso
diferente entre la responsabilidad de quien ejerce violencia y de quien la recibe.
Al tiempo que observamos sistemas y sus relaciones, en otro nivel pensamos desde el
construccionismo social (Ward, 1997), el cual considera que en las actividades, y en las
interrelaciones se construyen los mundos. Estos no están “dados” universalmente. Desde
este punto de vista no existe un “self verdadero”, o que permanezca inmutable; las acciones
tienen significado sólo en relación con un contexto. Este paradigma se opone a una postura
40
funcionalista que sostiene una causalidad lineal, así como la existencia de una normatividad
con características de universalidad. En nuestra experiencia en el trabajo con grupos
vulnerables hemos comprendido la importancia de esta distinción construccionista, que
respeta las muchas maneras de organización familiar, con sus propios parámetros de salud,
frente a una visión funcionalista que considera que hay una sola forma de ser familia “sana”
(funcional). Una idea fundamental derivada del construccionismo social es que si las diversas
realidades han sido construidas, se pueden deconstruir aquellas realidades que producen
sufrimiento.
Dentro de las diferentes construcciones sociales se encuentra el género. El fenómeno del
maltrato está fincado en la construcción social de una ideología patriarcal y machista,
sostenida por hombres y mujeres; la deconstrucción de las premisas que sustentan esa
realidad, mediante el trabajo terapéutico, educativo y de difusión en los medios de
comunicación masiva, son una vía, tanto para la aplicación efectiva de las leyes, como para
transformar las realidades sociales de abuso y maltrato.
Dentro del paradigma del construccionismo social, se inserta el modelo terapéutico
narrativo: Éste toma en consideración la manera en que las personas y las familias viven y
cuentan sus historias y sus problemas bajo la premisa de que es en la construcción de esas
narrativas donde se generan las patologías, a partir de ciertas ideologías e historias
dominantes. “Los terapeutas narrativos se interesan en descubrir, reconocer y desarmar
(deconstruir) las creencias, ideas y prácticas de la cultura más extensa en la que vive una
persona y que están sirviendo para mantener el problema y el relato del problema. De esta
forma, las creencias culturales que han contribuido a que el problema entre en la vida de la
persona y las creencias e ideas que están ayudando a mantenerlo con vida, son más
accesibles a ser cuestionadas y desafiadas. Las creencias e ideas que ayudan a los
problemas son generalmente vistas como ‘dadas por hecho’, como ‘verdades’, como ‘lugares
comunes de la comprensión’. A través del diálogo y las preguntas, el terapeuta puede
trabajar con el consultante en examinar estas ideas y prácticas, definirlas, desarmarlas y
rastrear su historia... Al desarmado y al examen de estas ‘verdades dadas por hecho’ se le
llama decosntrucción. Las conversaciones de deconstrucción son un componente central de
la terapia narrativa”.7
Nuestras preguntas e intervenciones, como se puede observar, están siempre ligadas a este
sentido de deconstrucción, de cuestionamiento de “verdades” y de búsqueda de significado a
7
Alice Morgan, What is narrative therapy?, p. 45
41
partir del contexto.
El construccionismo social y la el modelo narrativo acude
permanentemente al contexto:
“Las formas en que entendemos nuestras vidas están influenciadas por las historias más
amplias de la cultura en que vivimos. Los significados que atribuimos a esos eventos que
ocurren en secuencia a través del tiempo no se forman en el vacío. Siempre existe un
contexto en el cual se forman las historias de nuestras vidas. Este contexto contribuye a las
interpretaciones y a los significados que otorgamos a los eventos. El contexto de género, de
clase, de raza, cultural, y de preferencia sexual contribuye poderosamente a generar las
tramas de las historias a través de las cuales vivimos. Así pues, las creencias, ideas y
prácticas de la cultura en que se vive juegan un papel preponderante en la atribución de
significados que hacemos a nuestras vidas”. 8
De ahí nuestra insistencia en comprender siempre el contexto de las familias, de donde
emanan los particulares significados de sus relaciones. Asimismo, se ha hecho patente la
necesidad de trabajar no solamente con el sistema familiar, sino también considerar el
ecosistema en su conjunto, ya que el problema de la violencia está enlazado con sistemas
más amplios y complejos como son el contexto social, político, económico, cultural e
ideológico.
De ahí que, retomando a Michael White (1993), si consideramos la ideología del patriarcado
como el contexto en el cual se genera la violencia masculina, podemos investigar varios
conceptos interrelacionados, incluso la idea de que las mujeres son propiedad de los
hombres, y partiendo de ahí la idea de que los hombres pueden hacer lo que desean con sus
propiedades. A partir de estas indagaciones de las ideas que cada integrante de una familia
tiene sobre la agresión masculina en general y sus ideas sobre por qué ocurrieron los
episodios particulares de violencia entre ellos, podemos empezar a deconstruir dichas ideas
en que se arraiga la violencia. Se trata de enfrentar una nueva versión, señalando la
ideología patriarcal como el contexto en el que se da la violencia masculina contra la mujer;
los miembros de una familia pueden optar por dejarse llevar por esas ideas empobrecedoras
o bien decidir crear deliberadamente una relación que sea viable para ambos.
El modelo narrativo no comparte la idea estructuralista que considera que las personas
poseen estructuras fundamentales, y su identidad es algo que está adentro de la persona,
sino que se inclina por una idea de identidad con base en las experiencias de la persona, sus
compromisos de vida, sus valores, sus creencias, factores que forman parte de sus acciones;
el sentido de ser y la identidad está finalmente construido por ideas y discursos sociales y
8
Ibidem, p. 40
42
culturales. El equipo de reflexión es un instrumento de trabajo derivado de este modelo, ya
que incorpora la posibilidad de coexistencia de voces diversas y posibilita que la persona
ilumine sus preferencias. Apunta a la construcción de una agencia personal.
“Algunas veces, los terapeutas narrativos generan procesos en los cuales una audiencia
actúa como testigo [equipo reflexivo] de las conversaciones entre el terapeuta y los
consultantes. Estos procesos son conocidos como ceremonias de definición. Pueden ser
rituales poderosos para ayudar a las personas a la redefinición de sus identidades. Los
grupos de testigos externos pueden estar formados por dos o más personas, conocidas o no
por el consultante. Pueden ser otros terapeutas, miembros de la familia, amigos, miembros
de la comunidad, etc.”
9
11. Metodología
El estudio se llevó a cabo mediante una investigación cualitativa utilizando la técnica
denominadas grupos focales reflexivos. Los grupos focales se caracterizan por reclutar
personas que comparten circunstancias similares como son: edad, sexo, profesión,
ocupación, nivel socioeconómico, lugar de residencia, grado de escolaridad, y tienen como
objetivo focalizar en un tema, desarrollándolo y ampliando las perspectivas con base en una
guía previamente elaborada. La modalidad de grupo focal que utilizamos, y que hemos
denominado grupos focales reflexivos, incluye algunas aportaciones que encuentran su
origen en nuestra formación terapéutica como son: la conversación, la escucha terapéutica y
la reflexión grupal. En el caso de la escucha terapéutica, consideramos a esta una
herramienta valiosa que invita a la reflexión y no solamente a la búsqueda de información.
En este sentido son dos objetivos los que se cumplen al realizar el grupo focal desde esta
modalidad, ambos objetivos tiene como parte central el tema o temas a tratar en el grupo
focal.
La duración de cada grupo focal fue de aproximadamente dos horas. Las sesiones se
grabaron en audio con la previa autorización de los participantes del grupo focal. En este
estudio se solicitó a la empresa Berumen, especializada en estudios de opinión e
investigaciones con grupos focales o de enfoque, la organización de los grupos en cuanto a
lugar, asistencia, gratificaciones, grabación, transcripción de sesiones y análisis inicial. El
equipo de investigadores elaboró la guía de preguntas y temas que se tocaron durante la
9
Ibidem, p. 30
43
realización del grupo focal y llevó a cabo la entrevista, así como la conversación final tipo
equipo reflexivo.
Con base en nuestras hipótesis de investigación, trabajamos con grupos de hombres
beneficiarios del Programa Oportunidades, ya que nos interesaba conocer su punto de vista
sobre el Programa y sobre la manera en que es visto y asimilado por ellos. Como la línea de
trabajo está relacionada con las situaciones de violencia y sabemos que el 90% de la
violencia familiar es ejercida por los hombres, es por eso que nos dirigimos hacia ellos para
conocer su opinión.
Se realizaron tres grupos en las siguientes localidades: Santa Catarina, Morelos; Tres
Marías, Morelos y Ocoyoacac, Estado de México. Dichos grupos se realizaron el 10 y 28 de
septiembre y el 3 de octubre de 2005. Participaron en total 29 personas en los tres grupos de
enfoque.
Como se señaló en la Introducción, el índice de marginalidad del Estado de México es
considerado bajo y el de Morelos medio, aunque si observamos el perfil social de todos y
cada uno de los entrevistados vemos que es bastante similar. Podemos decir que la
diferencia más importante en términos económicos y que sí influye en los resultados es la
variable de la actividad económica predominante en Tres Marías que es el tianguis de
alimentos y el papel de la mujer ahí.
Todos los participantes contaban con el Programa de Oportunidades, eran casados y tenían
hijos, casi todos tenían entre 2 y 4 hijos, sólo un participante tenía un hijo y otros 4 con más
de cuatro, siendo el máximo 11 hijos. La edad de los participantes fluctuaba entre los 29 y 57
años. Su nivel de estudios era variado, algunos habían estudiado los primeros grados de
primaria, secundaria o preparatoria. Sólo uno no contaba con estudios. Varios de los
participantes eran campesinos, mientras que otros realizaban oficios como albañilería,
herrería, electricidad automotriz, hojalatería y pintura, pocos estaban empleados como
obreros, meseros o militares y también algunos se dedicaban al comercio. La casa de casi
todos los participantes tenía piso firme de cemento y no contaba con calentador de agua
automático. En contraste con el número de hijos actual, durante las conversaciones se pudo
observar que el número de hermanos de las familias de las que vinieron era numeroso, como
de ocho a diez en promedio. Estos datos se obtuvieron con base en un cuestionario sobre
características generales de los participantes que permitió corroborar el criterio de selección
establecido (hombres beneficiarios del Programa Oportunidades).
El clima de los grupos fue de confidencialidad, respeto y cooperación. Se tocaron los
distintos temas que se plantearon y se incluyeron otros que emergieron en la sesión, a través
44
de preguntas y reflexiones que permitieron ampliar la conversación y explorar los temas de
competencia de este estudio.
La sesión se condujo en estas etapas: la primera, de sensibilización y alianza terapéutica; la
segunda, en la que los entrevistadores (dos entrevistadores y un observador) conversan,
reflexionan y promueven la reflexión de los participantes; en un tercer momento los tres
coordinadores (los dos que llevan la entrevista más quien ha fungido como observador)
reflexionan sobre lo que han escuchado y tratan de engrosar las historias y temas
relevantes, y finalmente el grupo vuelve a hacer un recuento de lo que escuchó de los
coordinadores.
Los
grupos
de
reflexión
son
redituables
y
aportan
enormes
beneficios
porque
simultáneamente permiten investigar y generar procesos de sensibilización y reflexión que
facilitan identificar problemáticas personales, que pueden tener diversos efectos de cambio.
En este caso, por ejemplo, fue importante que en uno de los grupos señalaron qué
importante era que pidieran la opinión de los hombres, y que además los invitaran a platicar,
ya que esto no es muy usual entre ellos (salvo en otros contextos) y que este contexto les
parecía que favorecía el desahogo. De ahí que incluyamos en el siguiente apartado la
dinámica de estas conversaciones.
A manera de advertencia, cabe señalar que la información vertida refleja los puntos de vista
de los participantes independientemente de que se consideren ciertos o falsos y en ello
radica precisamente la riqueza de los hallazgos de la investigación. La información se ha
analizado y presentado de manera global cuando ésta refleja la forma de pensar y sentir de
la mayoría de los participantes; cuando existen diferencias en las percepciones por grupo se
hacen las acotaciones pertinentes.
Por tanto los resultados de esta investigación cualitativa son relevantes por las líneas de
reflexión que se abren para entender en su conjunto la relación del Programa Oportunidades
y su impacto en las relaciones familiares y de pareja. Estas líneas de reflexión no son
generalizables sin tomar en cuenta la particularidad de los contextos. Habrá que seguir
investigando estas líneas y su variación, por ejemplo, en zonas de alta marginalidad.
45
12. Intervenciones de los coordinadores, equipo reflexivo y recuento del
grupo
Nuestra investigación está planteada dentro de lo que se conoce como investigación-acción,
es decir, no se trata sólo de recopilar información sino de intervenir en el grupo y la
problemática que nos interesa, específicamente la violencia familiar y las premisas
contextuales que la sostienen. Por ello consideramos importante incluir esta parte que
describe este proceso, partiendo de la base que las intervenciones y sus resultados
inmediatos pueden servir de modelo para otras intervenciones con propósitos y alcances
específicos.
Encuadre
El encuadre que hicimos al inicio de la conversación incluye nuestra presentación como
especialistas que se dedican a investigar cómo son las familias y cómo el Programa
Oportunidades nos pidió hacer esta investigación sobre las familias beneficiarias del
Programa, intentando conocer la opinión de los hombres. Insistimos en la confidencialidad y
el anonimato de sus respuestas, así como que esta conversación no trae ningún tipo de
consecuencia directa o personal sobre la forma en que reciben el apoyo.
También explicamos las partes en que se dividirá la sesión, la primera de preguntas que
lleven a una conversación, en esta parte intervienen dos de los coordinadores, mientras que
el otro es observador. Les indicamos en general los temas: la familia de la que vienen, la
familia actual y sus opiniones sobre el Programa Oportunidades. En la segunda parte los dos
coordinadores y el observador realizan una conversación entre sí, comentando lo que
escucharon y qué cosas les parecieron relevantes (equipo reflexivo) y por último se le
pregunta al grupo qué escuchó de esta conversación entre los coordinadores (recuento del
grupo).
Intervenciones
A continuación daremos algunos ejemplos del tipo de intervenciones que hicimos como
coordinadores durante la propia entrevista. En esta parte especialmente podemos explicitar
la operación del marco teórico presentado, al señalar algunas de las intenciones de nuestras
preguntas o comentarios, dirigidas a resaltar sus recursos personales y familiares, a
reencuadrar (dar otra mirada o explorar otro nuevo significado) o bien deconstruir (reconocer
46
de dónde provienen, desarmar su significado y cómo llegó a tener tal sentido) cierto tipo de
acciones o situaciones, o a reconstruir ciertas acciones o situaciones (iluminar otros aspectos
de la historia y construir otros significados).
Un hombre narra lo difícil que fue que su papá muriera cuando él era niño y que su madre se
hiciera cargo de ocho hijos, trabajando de costurera, lo narra con dolor:
ƒ
Coordinador: ¿Cuál cree que haya sido la parte fuerte o cuál fue la cualidad de su
mamá que hizo que ella criara ocho hijos, hombres y mujeres, me refiero a cómo
educarlos en sus valores, en qué tenían que hacer?
ƒ
Pues ella trató de apoyarnos… (llora y ya no puede hablar)…..
ƒ
Coordinador: con todo lo que nos dijo, era una mujer valiosa y luchadora y generosa
¿era todo eso?
ƒ
E: (asiente)
ƒ
C: ¿Qué sería lo que usted más apreciaría de ella?
ƒ
E: Con lo poquito que nos dio, nos sacó adelante.
ƒ
C: La otra cosa, por las reacciones que tiene Ernesto, es que también es una mujer que
enseñó a ser agradecido y a sentir las cosas como tú las estás sintiendo ¿o no? Porque
hay gente que se queda medio seca, siente poco o no se da mucho chance de sentir y
tú sí te estás dando chance de decir,”mi mamá era valiosa, le costó trabajo y nos dio
mucho”, y lo dices con emoción, es muy valioso lo que tú haces, de decirlo así, con
toda tu emoción.
Esta intervención primero pide que el entrevistado de un significado al esfuerzo de su madre,
luego aporta una valoración que el entrevistado acepta y reconoce. Luego el coordinador
reconoce su capacidad de emocionarse por eso y expresarlo. Todo esto está subrayando
recursos y fortalezas y está expandiendo y reconstruyendo una acción: esfuerzo de la madre,
de tal forma que la historia se engrosa (modelo narrativo).
El grupo está hablando de los cambios de una generación a otra, tanto en las actitudes y
actividades de hombres y mujeres, como costumbres, por ejemplo que si se comían tortillas
hechas a mano y ahora van a la tortillería, el Coordinador enfatiza la idea de cambio como
algo normal y al mismo tiempo complejo en todos los aspectos:
47
ƒ
Coordinador: Esto que dice Javier, es que la cosa es muy complicada, no es sólo cómo
son los varones, cómo son las mujeres, sino tanta cosa que ha cambiado, por todo lo
que tú dices, educación, costumbres… Va cambiando, cambiando, y como dice Javier,
algunas cosas son buenas, algunas cosas son malas, quién sabe para quién…
Se va bordando más sobre la idea de cambio, ponen otros ejemplos y el coordinador sigue
poniendo el foco en la idea del cambio de lo que es ser varón y mujer:
ƒ
La economía va cambiando y también va cambiando esto de ser varón, de ser mujer, la
idea es distinta.
En otro momento insistirá especialmente en el cambio respecto a la violencia:
ƒ
Todos recuerdan que ante sí se usaba mucho, era como lo más normal, y ahora “no le
pegues, háblales”, hubo un cambio, ¿se sienten así, así lo ven?
Focalizar la idea de cambio permite buscar una actitud flexible que promueva el
reconocimiento
de
las
construcciones
sociales
más
que
“hechos
naturales”.
El
reconocimiento de “antes” y el “ahora” permite un reconocimiento de la historia. También
abre la posibilidad de cambio a futuro, de que las cosas puedan ser diferentes.
Aquí enfatizamos la posibilidad de que ser hombre (o mujer) no es una cuestión “natural”,
dada, sino construida culturalmente (construccionismo social), por eso introducimos el
sentido de “elección” de una forma de ser. Un hombre narra la violencia que su papá ejercía
sobre su mamá y su decisión de defender a su mamá, se escucha que quizá tenga otro tipo
de relación con su mujer:
ƒ
C: Cuando trae usted un ejemplo o una forma de ser compañero (con su esposa), por
lo que oigo, usted decidió ser otro tipo de hombre, me gustaría saber ¿qué tipo de
hombre decidió ser?
ƒ
E: Que no sufra mi familia lo que yo sufrí.
ƒ
C: ¿Qué hace para eso, ser cómo?
ƒ
E: Yo, para que mi familia no sufra, yo tengo que trabajar hasta donde yo puedo… y
dárselo a mis niñas… luego me dicen “¿por qué no eres como tu papá?, “porque no me
gusta ser como él, si yo lo quisiera hacer no me cuesta nada, pero no, yo sufrí pero yo
no quiero que ustedes sufran.
48
De acuerdo al modelo narrativo, estamos enfatizando la idea de elección y no de hechos
“dados”, y se engrosa esa idea reflexionando sobre los pasos dados para hacerlo.
Asimismo, en las discusiones sobre lo que hace a un hombre, hombre, cuál es el concepto
que tienen, como hemos señalado hay ambivalencias y confusiones que hablan de una
transición en esa imagen y una necesidad de construcción más clara y más congruente con
la realidad presente. Ahí tratamos de introducir algunas distinciones.
Los hombres de Tres Marías están discutiendo sobre el concepto “macho”, un hombre lo
defiende, le gusta mucho un cierto significado de “hombría”, otros consideran que macho
significa ser golpeador.
ƒ
C: Quiere decir que el hombre puede ser macho independiente, pero no golpeador,
¿cómo lo ven los demás?
Con este comentario queremos aclarar si hay una distinción, que después queda confirmada
acerca de que hay ciertas características de la masculinidad (algunas dentro del concepto
macho) que siguen siendo preferidas y otras no, como la violencia.
Hemos introducido información y posicionamientos sobre el concepto de violencia:
ƒ
C: ¿Para usted lo más difícil es que se han separado y han llegado a la violencia?
ƒ
E: Sí, sí.
ƒ
C: ¿Golpes o a qué le llama violencia?
ƒ
E: Pues verbal, ella no es de las que se dejan, si yo le digo una cosa, ella contesta y
ahí ya se arma el problema, a ver quién aplasta a quién, ya sea de cualquier forma.
ƒ
C: También dije eso de la violencia porque a veces decimos violencia y no sabemos a
qué nos referimos, pero cuando decimos nosotros violencia es cuando hay insultos, o
cuando hay golpes, o cuando el marido a veces fuerza a tener vida sexual con su
esposa, o cuando la hace sentir tonta, cuando le prohíbe cosas o le dice “estás loca”,
cosas por el estilo, a eso le llamamos violencia, no sé si ustedes piensan que esto es
violencia o no.
ƒ
E: Más que nada forzar a una mujer a tener relaciones, si cuando quiera ella y cuando
quiera uno está bien.
49
De toda la explicación sobre lo que es violencia, alguien retoma lo de “forzar a una mujer a
tener relaciones”, le ha hecho sentido en alguna forma y se pronuncia moralmente sobre ello.
A un señor le llama la atención el énfasis que se ha hecho sobre la violencia y se ve en
conflicto al respecto, habla de que si la hija no cumple con las reglas, cómo no se le va a
reprimir, “no es que pegue nomás porque sí”, dice.
ƒ
C: Pero entre reprimir y pegar habría una diferencia, ¿verdad?
ƒ
E: Ah, sí…
ƒ
C: Eso es importante, digamos, poner límites, discriminar, llamar a los chicos a que
cumplan los acuerdos, y otra cosa es cuando hay un problema, pegar para resolverlo.
No es que cambie su opinión inmediatamente, pero hemos introducido un ruido significativo
(Keeney, 1985) en una idea que era fija para él.
Señalamos los recursos. Un hombre narra su carencia de padres, él ahora cuida de sus
nietos:
ƒ
C: Miren qué importante, usted está cumpliendo y nadie le enseñó nada. Un abuelo
responsable.
Un padre habla de la relación que tiene con su hijo con una discapacidad:
ƒ
C: Ese niño tiene mucha confianza contigo.
Un hombre tenía miedo porque por un accidente era impotente temporalmente y después de
haber guardado silencio ante la mujer y “hacerse el enojado” para evitar el encuentro sexual,
decide hablarlo con ella y se tranquiliza:
ƒ
C. Fue bueno hablarlo.
ƒ
E: Sí, fue muy bueno hablarlo…
Señalamientos de recursos como estos dirigen la conversación hacia aspectos positivos de
sus acciones, que además pueden ser reconocidos por otros.
50
Equipo reflexivo
A continuación se muestran las intervenciones en la etapa de equipo reflexivo que hicieron
los coordinadores en cada uno de los grupos de estudio, se han plasmado de manera literal,
y los comentarios de los participantes al respecto (recuento del grupo). Se ha separado cada
grupo para facilitar la recuperación del momento:
Grupo 1, Santa Catarina, Morelos:
Comentarios del equipo reflexivo
ƒ
La verdad es que hay muchas cosas que me parecieron muy interesantes. Me pareció,
por ejemplo, que todos hablan del machismo como algo que hay más, hay menos, o
todavía estamos luchando con ello, pero independientemente de que exista, no lo
toman como una cosa buena, más bien como algo que a veces es un problema… Me
llamó la atención lo que decía Vicente sobre los cambios, me llamó la atención que
dijera, sobre el machismo de antes y ahora, que él no tiene problema en entrar a la
cocina, pero que le costó más trabajo entrar a la cocina a que su mujer saliera a
trabajar.
Como que sí es una cosa diferente saber que hay un problema con el dinero, el dinero
es un tema de presión, de angustia, pero que está separado del Programa
Oportunidades, de que la mujer reciba dinero, son dos cosas muy diferentes.
ƒ
Bueno, en general a mí, otra cosa que me llamó la atención es el tema de varios
abuelos haciéndose cargo de los nietos, primero varias historias sobre orfandades y al
mismo tiempo estas historias de abuelos haciéndose cargo de los nietos que es una
cosa muy importante.
ƒ
A mí también me llamó mucho la atención que hay muchos tipos de familia, pero estos
hombres con los que hemos conversado nos han demostrado que les importan mucho
sus hijos, les importa mucho su esposa, que quieren mejorar, darles mejor vida y
comparando lo que ellos vivieron y lo que ahora viven, pareciera que a todos les
interesa estar mejor y como que las cosas han cambiado en un sentido para bien
porque ya permiten que las mujeres trabajen… lo platican a veces, que se desesperan,
pero que saben que es un problema para resolver en la familia. Y esto de los abuelos
me parece a mí interesante como que estén cuidando a sus nietos, con experiencias
difíciles pero que ahí están.
51
ƒ
A mí me llamaban la atención dos cosas fundamentalmente, uno, muchas historias de
generosidad, abuelos haciéndose cargo, el hermano mayor que dice “yo me sacrifico
para que el otro siga adelante”, como muchas historias de mucha generosidad. Y la
otra es la flexibilidad, qué buena disposición para ver que las cosas van cambiando,
qué bien que casi todos han puesto buena cara a aceptar cambios, una disposición
para aceptar eso. Hay disposición al cambio y una base de generosidad.
ƒ
Algo que me ha gustado mucho de este tipo de hombres con los que estamos
platicando es que todos están viendo que el machismo no es tan bueno para sus
familias.
ƒ
Con la violencia también han hecho algo muy inteligente, dicen “yo me voy a dar una
vuelta al campo”, como saber que uno se puede enojar y que puede hacer algo con el
enojo que no sea lastimar, puede hacer otras cosas como salirse, tranquilizarse
Recuento del grupo:
ƒ
Platicaron lo que captaron de cada uno de nosotros, de las cosas que pienso, de lo que
se hace, unas personas que generan violencia… y se van para no discutir delante de
sus hijos. Es algo bueno.
Grupo 2, Tres María, Morelos
Comentarios del equipo reflexivo
ƒ
Bueno, a mí lo que me pareció muy interesante de este grupo de hombres que
aceptaron conversar con nosotros, primero que los oí muy abiertos, los oí con la
disposición de hablar de su vida, de cosas duras, de cosas difíciles y también me llamó
mucho la atención que la mayoría venían de familias que no tuvieron papá y mamá o
que tuvieron mamá o papá o los abuelos o fueron huérfanos, con muchas dificultades,
maltrato y que la mayoría empezó a trabajar desde muy chiquitos, desde muy jóvenes
por la necesidad; pero me llamó mucho la atención que ellos han decidido ahora en sus
vidas de adultos como padres no maltratar, privilegiar el diálogo, respetar a la mujer,
como que han ido incorporando esto de que a la mujer que trabaja hay que respetarla,
hay que valorar que ella tiene los hijos, entonces eso me pareció algo muy valioso de
ellos, como privilegiar el diálogo, decir “yo decidí no maltratar, yo quiero estar cercano a
mis hijos, yo quiero lo mejor”, también eso, decir “nuestro trabajo hay que dárselo a la
52
familia y Oportunidades para los hijos”, como muy valioso, entonces eso me llamó
mucho la atención de estos hombres.
ƒ
Sí, el cambio de decir “quiero educar a mis hijos de otra manera”, pero también me
llamó la atención como la flexibilidad de decir que estos abuelos o gente grande que
golpeaba en su momento le ve como el lado positivo, ayudar a la familia y también la
comprensión de que tal vez no tenían otra manera de hacerlo en esa época.
ƒ
Sí, que tuvieron una vida más difícil quizá que la suya y que fue la manera que los
enseñaron.
ƒ
A mí me gustó escuchar que independientemente de la palabra, sí están diferenciando,
“yo voy a decir este hombre o machismo” entre alguien que no necesita ni pegarle ni
gritarle ni ser violento para seguir siendo hombre, entonces hablaban de diferentes
estilos en eso, pero como sí haciendo una crítica de que eso está mal, la parte de
tenerle a la mujer el zapato en el cuello. De hecho a mí personalmente me gusta o me
toca como mujer cada palabra que dijeron en relación al respeto a la mujer, no
solamente que si gana o no gana (dinero), sino respetarla como persona, como gente
que los apoya, que hacen un equipo y salen adelante. Me gustó mucho oír que por
ejemplo don Pedro decía, “mi mujer tiene un don” o sea, yo me imaginé yo cómo me
sentiría que me reconocieran como si tuviera un don, se me hace algo muy bonito y él
también puso la palabra de “han de creer que somos unos conchudos” (por recibir
Oportunidades), no sé, yo lo veo un poco diferente, a mí me parece que por la manera
en que dijeron que reciben el Programa, que son personas preocupadas por la justicia y
sus derechos (reencuadre), o sea “mis hijos tienen el derecho de recibir educación”,
entonces si reciben ese dinero, es porque el hijo tiene un derecho, entonces más bien
los veo como gente que aprecia la justicia y el derecho de que mi hijo se eduque.
ƒ
Incluso lo dijeron en relación a que ahora existen leyes, que los niños tienen derechos,
que las mujeres tienen derechos.
ƒ
No es una limosna, es un derecho
ƒ
Es algo interesante, de hecho Pedro empezó hablando de los antepasados de alguna
manera y de los revolucionarios donde también se trataba de justicia y de crear justicia
en esa época y de esa manera y ahora … como valorando lo que es justo.
ƒ
Otra cosa que a mí me impresionó gratamente es que a pesar de que nosotras somos
mujeres, hay algunos hombres, nos ha pasado, que no les gusta hablar con mujeres o
53
que les cuesta más trabajo, y ellos tuvieron la apertura de hablar con nosotras igual que
contigo y en algún momento que pensaron que nos podía molestar algo dijeron “perdón
por las mujeres que están aquí, pero tal palabra”, como que guardaron ese respeto
pero también continuaron con esa apertura.
Recuento del grupo:
ƒ
No sólo a la mujer que trabaja hay que respetarla porque todas trabajan, es a todas las
mujeres
ƒ
Hay más comunicación (medios) eso hace que la gente, en principal los niños, se den
cuenta de sus derechos, de lo que les corresponde
Grupo 3, Ocoyoacac, Estado de México
Comentarios del equipo reflexivo
ƒ
A mí me da un sentimiento de agradecimiento con estos hombres con los que hemos
conversado, aunque yo no he conversado directamente, los he estado escuchando, y
nos han compartido cosas muy difíciles de sus historias personales, que si perdieron al
papá o que si el papá no estuvo cerca o que si hubo golpes, mucha pobreza, mucha
situación dura, en ese sentido es como un agradecimiento con ellos porque se abrieron
y nos dijeron cosas de su historia que a veces no es fácil de platicar. Me conmovió
mucho que el señor Ernesto llorara, porque habla como de que es un hombre diferente
y que habla de que valora varias cosas de su mamá y no estamos muy acostumbrados
a que los hombres expresen sus sentimientos, me pareció muy valioso que él se
abriera de esa manera y en general me pareció que a pesar de esas historias difíciles,
estos hombres decidieron hacer una vida diferente, hacer equipo con sus parejas,
motivar a sus hijos, hacer que sus hijos fueran mejores, no golpear, como que hicieron
decisiones que han hecho que tengan una vida mejor. En el sentido de cómo valoran
ser hombre, pues dicen cosas muy importantes, como el principio de la honradez, el
tener palabra, la responsabilidad, el que hay que superarse a partir del estudio, con sus
hijos y ellos mismos, hacer una vida diferente. Entonces a mí me parece que nos
compartieron sus emociones, sus tristezas, su vida difícil y esta parte muy de
evolucionar y de ser otro tipo de hombre que hay que sacar adelante. Hay otra parte
que de repente todos ellos no quieren mujeres que trabajen fuera del hogar porque a lo
mejor así acordaron, así les fue dando la vida, pero que hoy, los que tienen hijas dicen
54
que ellos quieren que estudien y trabajen sus hijas como mujeres que ahora les toca
eso, entonces es un reto que ellos ven venir ahora a que sus hijas sean profesionales o
hagan otro tipo de labores y que también las respeten a partir de eso, es lo que yo
quería decir
ƒ
Yo estoy de acuerdo contigo en todo lo que dijiste, sólo en la parte que a mí me llama
mucho la atención, que aparentemente todo ha sido bueno, tuvieron niñeces duras y de
muchas carencias, pero qué importante esta cosa dura y fuerte de los valores, de
responsabilidad, el respeto, que lo mencionaron varios, aunque lo que yo oí, aunque tú
dices que dijeron que son como las características que les enseñaron de ser hombres,
creo que sí, pero también la manera en que hablaron de sus hijas, porque la mayoría
habló de sus hijas, me parece que consideran que esos valores son valores para los
seres humanos, ya sean hombres o mujeres... bueno a mí me parece muy importante
porque en ese sentido yo los oigo a ellos en un sentido de más igualdad entre los
hombres y las mujeres, de cómo han estado criando a sus hijas en esos mismos
valores.
ƒ
Sí, digo como hombres porque ellos son hombres y dijeron que valoraban de sus papás
esas cosas, pero sí estoy de acuerdo.
ƒ
Pero en la educación los han abarcado para sus hijas también
ƒ
Saben, la idea de que la cosa va cambiando, lo que han descrito de sus familia donde
se criaron, todos están haciendo algo un poco diferente y al mismo tiempo valorando,
como honrando ciertas cosas de los padres que tuvieron, en algunos casos del padre y
muchos de la madre, que hicieron en la vida realmente mucho esfuerzo, y eso de que
comentaban de las mujeres, lo que comentaba Jesús, no, José, comentaba que
muchas veces la mujer no está madura, y ellos están al mismo tiempo, como tú decías,
preparando hijas para que estén maduras y puedan hacer una vida de más
independencia, quiere decir que en el fondo está como valorando eso, si no, no
estarían lanzando a sus hijas a una vida más independiente, más autónoma, quiere
decir que es un valor.
Recuento del grupo:
ƒ
Yo creo que todos estamos de acuerdo, estuvimos hablando y podemos decir que
queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas, apoyarlos, valorarlas.
55
ƒ
Ahora es como valorarlas, como impulsarlas más, como prepararlas hacia la vida,
darles armas para la vida, que se defiendan solas.
ƒ
Una generación nueva se puede decir, ahora la misma situación de la vida te exige que
la juventud, la niñez, esté más preparada, en este caso mi hija, tiene 12 años, ella va
evolucionando, de aquí a 10 años va a ser diferente todo en la vida para ellos y si no
van bien preparados, pues qué va a ser de ellos, este pueblo no crece ni México crece.
ƒ
Yo pienso que ahorita el éxito de nuestros hijos es también la confianza que les
tengamos y la confianza que nos tengan ellos, de platicar más con ellos, la confianza
que antes existía o que no existía entre nuestros padres o porque no había escuelas o
no había muchos maestros, entonces ahora que hay muchas oportunidades, yo siento
que la responsabilidad de los padres es tenerles confianza a los hijos para que salgan
adelante
ƒ
Pues más que nada gracias a ustedes porque siempre en estas pláticas siempre llaman
más a la mujer que al hombre, están más en contacto con los hijos, a mí sí me gustaría
que hicieran más pláticas de éstas, a veces no sabemos... o sea sabemos muy poco
nosotros porque no es lo mismo que nosotros nos pongamos a platicar entre parejas a
como ahorita, ahorita platicamos abiertamente y en la casa ya no es lo mismo.
Este señor, dejó una servilleta con una carita sonriente y con la palabra “gracias”.
Muy interesante esta parte en que agradecen ser tomados en cuenta como hombres, en
“pláticas” como éstas, a las que perciben que llaman sólo a las mujeres.
56
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