TERRORISMO GLOBAL El conflicto asimétrico Oswaldo de Rivero Los insanos y crueles actos terroristas del 11 de setiembre pasado contra Nueva York y Washington han hecho surgir un nuevo tipo de conflicto para el siglo XXI, el conflicto asimétrico. Esto significa que un Estado, por más poderoso que sea, es hoy vulnerable a actos terroristas organizados globalmente por entidades no estatales que son difíciles de ubicar y punir. Actualmente, los planificadores militares norteamericanos están todavía ante el gran problema de cómo dar una respuesta adecuada a una fuerza terrorista diseminada por varios países como Al-Qaeda y, además, hacer que sus bombardeos aéreos resulten efectivos contra su líder Osama Bin Laden, refugiado en un país como Afganistán que no tiene high value militar por ser un país plagado de pobres, ruinas, hambruna y sequía. Es decir, donde no hay nada importante que destruir que pueda obligar a los fanáticos Talibanes a entregar a su socio Bin Laden. No será fácil, sólo con el bombardeo, hacer negociar al régimen Talibán. No estamos frente a un caso como el de Serbia, donde los bombardeos de Belgrado se hacían sobre un high value militar, infraestructura e industria, cuya destrucción terminó por hacer colapsar al régimen de Milosevic. En Afganistán, en cambio, simplemente no hay infraestructura ni industria. El objetivo de sacar a los Talibanes del gobierno tal vez sólo se podrá lograr mediante el combate militar terrestre, y éste no puede demorarse puesto que el Ramadam, la fiesta musulmana más sagrada, es en noviembre y el hecho de continuar el ataque durante ésta se interpretará como una cruzada contra todo el Islam. A ello hay que sumar que el crudo invierno afgano está próximo y que si inclusive colapsa el régimen Talibán, este colapso no garantiza que el conflicto asimétrico con otras organizaciones terroristas islámicas no continúe. No existe manual militar en el mundo occidental que indique cómo combatir en el conflicto asimétrico. Los Estados Unidos tienen hoy una fuerza militar masiva que ningún adversario estatal se atrevería a desafiar, pero hoy el adversario no tiene cara. La nebulosa terrorista de Bin Laden, está compuesta por numerosas células independientes sembradas y dormidas en el seno de las mismas sociedades democráticas occidentales desarrolladas, donde hacen uso de bienes, servicios y tecnología . Por otro lado, el uso continuo de la fuerza aérea masiva y la muerte de población civil afgana sólo traerá como reacción el reclutamiento de más terroristas entre el gran número de radicales que existen en el mundo musulmán. Mientras exista resentimiento y fanatismo religioso, toda potencia militar occidental será vunerable porque sus sociedades abiertas, democráticas y globalizadas pueden ser inflitradas por grupos terroristas cpaces de llegar a usar armas de destrucción masiva como las químicas y bacteriológicas. Frente al nuevo conflicto asimétrico que se está diseñando para el siglo XXI, no existe la categoría de superpotencia, la cual es sólo valida para conflictos estatales. Este conflicto asimétrico está también cambiando los tradicionales enfoques diplomáticos. Rusia se ha acercado a la OTAN, dispuesta a ayudar a los Estados Unidos. Putin ha declarado que la batalla contra el terrorismo islámico es también su batalla, legitimando así su dura acción en Chechenia y logrando, además, que los Estados Unidos y Alemania soliciten que los rebeldes chechenios depongan las armas. Más aún, Putin ha comenzado a plantear algo antes impensable: que Rusia se convierta en miembro de la OTAN. Robert Legvold, profesor especializado en política rusa de Columbia University de N.Y., ha descrito este acercamiento diciendo que por primera vez desde el ataque a Pearl Habor Estados Unidos y Rusia tienen hoy un enemigo común. Muchas rivalidades y alianzas están cambiando debido al conflicto asimétrico. Pakistán, que apoyaba a los Talibanes, se ha inclinado hacia Estados Unidos, alejándose así de los guerrilleros islámicos que lo ayudaban en Cachemira contra la India. Estados Unidos ya no se preocupa del peligro de una acción 2 nuclear entre India y Pakistán, y ha levantado las sanciones económicas contra ambos. Irán, un Estado considerado por los Estados Unidos como terrorista, ha criticado los ataques a Nueva York y Washington acercándose a Occidente. También Kazastán, Tajiskistán, Turquemenistán y Ubezquistán, ex-repúblicas soviéticas que están en la zona de influencia rusa, apoyan a los Estados Unidos. Es más, Ubezquistán permite lo que jamás antes hubiera permitido por temor a Rusia: la llegada de aviones norteamericanos con tropas especiales para Afaganistán. La misma China, tan celosa de su influencia asiática, debido a que sufre el terrorismo de separatistas islámicos en el Sinkiang, ha aceptado sin asomo de veto las resoluciones del Consejo de Seguridad, que validan los ataques de los Estados Unidos en esa región. Asia Central, que no era una zona de preocupación occidental desde la época de Gengis Khan, se ha convertido de pronto en el epicentro de un conflicto que tiene insospechadas consecuencias diplomáticas y estratégicas. En este conflicto concreto, la América Latina tiene todavía un rol marginal. Por el momento, la región es sólo el coro griego solidario de la tragedia norteamericana, lo cual está bien pues la masacre de inocentes ciudadanos norteamericanos es totalmente repudiable. Sin embargo, cuando vengan los premios financieros por la ayuda concreta contra el terrorismo, la región no estará muy presente. Sin duda se beneficiará más a los países musulmanes que se alinearon con Estados Unidos, como ya está pasando con Pakistán, otros países de Asia Central, muy posiblemente pase con Egipto, Indonesia, los países del Golfo Pérsico y también con Rusia y China, que son eslabones importantes de la coalición antiterrorista. Otro cambio importante resultante de este conflicto es la nueva actitud de los Estados Unidos frente a las Naciones Unidas. La organizacion ha vuelto a ser importante para la superpotencia, ya que puede servir de instrumento para fomentar una vasta y duradera coalición antiterrorista. En efecto, los Estados Unidos han comenzado por pagar sus adeudos a la organizacion y han promovido que el Consejo de Seguridad y la Asamblea General se ocupen del terrorismo internacional. 3 El conflicto asimétrico también está cambiando la estrategia financiera de los países más ricos. Se comienza a combatir los paraísos bancarios globales donde se lava dinero, el secreto bancario de las principales plazas financieras del mundo está hoy en cuestión. Se está tratando de establecer también una coalición financiera global para realizar un seguimiento a toda cuenta sospechosa, y también se está tratando de lograr implantar una legislación efectiva internacional para justificar acciones contra cuentas personales en cualquier lugar del mundo. Estos temas son hoy en día nada menos que tópicos del Consejo de Seguridad. Hoy, la misma idea de globalización que implica mover personas, bienes y servicios a escala planetaria de la manera más libre posible, sufre las consecuencias del conflicto asimétrico. Toda la movilidad de los fondos financieros globales comienza a ser afectada, a la vez que extremos controles en las fronteras nacionales, puertos y aeropuertos, afectan la circulación de personas, bienes y servicios. Todo el transporte aéreo y marítimo global se encuentra afectado por el conflicto asimétrico. La sospecha de terrorismo es omnipresente en toda transacción. Las compañías transnacionales están reduciendo el número de sus operaciones en los países en desarrollo y los capitales que se dirigían hacia los mercados emergentes se están secando. Sin duda, uno de los cambios más interesantes y menos notado que afecta ahora la ideología de la globalización neoliberal, que el Financial Times destaca, es que la actual política económica norteamericana es hoy neokeynesiana. En efecto, la administración Bush se ha alejado del laisser faire económico en favor de rebajas de impuestos, estímulo del gasto público, regularización de actividades económicas y salvataje de empresas para estimular la demanda nacional achatada por la recesión. Finalmente, este conflicto asimétrico puede afectar también la naturaleza misma de las libertades individuales garantizadas por el sistema democrático. En Estados Unidos, muchas de las medidas temporales de seguridad podrían restringir libertades si se hacen permanentes, debido a que el conflicto asimétrico puede ser prolongado. En efecto, la jueza de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Sandra Gay O'Connor, acaba de declarar que es muy posible que se den restricciones a la libertad personal como nunca ha sido 4 antes el caso en los Estados Unidos. Asimismo, existe preocupación en los medios liberales norteamericanos de que su obierno priorice en su política exterior la lucha contra el terrorismo frente a la defensa de los derechos humanos y la democracia, estrechando relaciones con regímenes autoritarios de Asia, el Golfo Pérsico y del Medio Oriente. Para triunfar en el conflicto asimétrico no es suficiente la fuerza militar masiva. Se necesita extender la actual coalición exclusivamente estatal a otros actores globales no estatales, particularmente a las financieras transnacionales, que mueven fondos por doquier y a las organizaciones no gubernamentales que defienden los derechos humanos y la democracia frente al terrorismo. Pero, sobre todo, se deberá hacer un gran esfuerzo diplomático para eliminar los conflictos regionales que originan humillación, frustración, exclusión social, fanatismo y terrorismo. Entre ellos, sin duda, la prioridad es terminar con el conflicto israelo-palestino y comenzar a lograr así el desmantelamiento del fanatismo religioso. desco / Revista Quehacer Nro. 132 / Set. – Oct. 2001 5