1 TITULO: Acciones hacia el Desarrollo Rural con Enfoque Territorial en una zona de Trabajo. AUTORA: María Ruth Macedo. Argentina INSTITUCIÓN: INTA CER Leales [email protected], [email protected] Tel-fax: 03863-493058 El trabajo de intervención se desarrolla en diferentes localidades rurales del departamento Leales, Tucumán, donde habitan pequeños productores familiares y minifundistas, cuya estrategia de vida está basada en la producción de maíz y animales de granja para el autoconsumo y la producción de caña de azúcar para la venta. El objetivo es abordar las acciones que se vienen implementando tendientes tanto a mejor el sistema productivo, como a fortalecer los procesos socioorganizativos. La metodología incluye la descripción del territorio, los actores sociales que lo integran y sus vinculaciones y las distintas estrategias empleadas desde los programas de intervención de acuerdo a un marco teórico de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial. Como resultado se exponen los avances, las fortalezas y dificultades encontradas en una experiencia de trabajo en marcha. Palabras Claves: intervención, territorio, actores sociales, procesos socioorganizativos, innovación organizacional, Desarrollo Rural con Enfoque Territorial. 2 INTRODUCCION Hasta los 1990s, el paradigma o enfoque del desarrollo rural predominante en el INTA, coincidente con el del país, fue el del Neoliberalismo. En este modelo el estado deja de tener la importancia que tenía, se desvincula de sus roles tradicionales como promotor de desarrollo y garante de la igualdad de oportunidades en materia de educación, salud y vivienda y reduce su intervención para garantizar el libre mercado. Se quebró la tradicional estructura social argentina caracterizada por la presencia importante de la clase media con movilidad social ascendente y se avanzó hacia una sociedad dual, con numerosos sectores sin posibilidad de acceder al nuevo sistema productivo (Alemany, 2003:154). Durante el dominio del “pensamiento único”, la problemática regional perdió identidad. En esta etapa desaparece todo lo que tenía que ver con la planificación y la acción estatal en la actividad económica se restringe aceleradamente. Comienzan, entonces, los procesos de privatización y desregulación que llevaron al retiro del estado de su función anterior, para dejar actuar al “mercado” como el “organizador” más eficiente de la actividad económica (Manzanal, 2005). En los finales de los años ochentas y principios de los noventas, surge el enfoque Neoestructuralista, el cual asume que, “las causas del subdesarrollo en Latinoamérica no se localizan en distorsiones de las relaciones de precios inducidas por las políticas gubernamentales (aunque haberlas, las hay), sino que más bien tienen sus raíces en factores endógenos estructurales” (Ramos y Sunkel, 1983: 49). Tomando esta premisa como punto de partida, la propuesta neoestructuralista se basa principalmente en que el estado debe representar un papel decisivo en la promoción del desarrollo, alentando, por ejemplo, el desarrollo de los recursos humanos y una distribución equitativa del crecimiento económico. Las políticas agrarias deberían, antes que cualquier cosa, reconocer que existe heterogeneidad entre los productores agrícolas y, por esta razón, se necesita diseñar políticas diferenciadas que tiendan a favorecer la economía campesina, ya que es la que más se encuentra a merced del mercado globalizado. Este cambio de paradigma, se reflejó en el Plan Tecnológico del CER INTA Leales 2001-2003, donde se pone de manifiesto la necesidad de reforzar el trabajo con los pequeños productores de la zona, y, a partir de entonces, comienza el trabajo para iniciar los diferentes programas de intervención en el medio rural que la Institución estaba implementando a nivel nacional. Hasta el año 2002, el Campo Experimental Regional Leales (CER) estuvo abocado a la investigación de la producción de bovinos para carne y al mejoramiento de maíces subtropicales. El trabajo de extensión y transferencia de tecnología se concentró principalmente en estas temáticas y estuvo orientado a medianos y grandes productores de Tucumán y Santiago del Estero. Para los pequeños productores solo se contaba en la zona con el trabajo de Prohuerta alentando la autoproducción de alimento. A partir de ese año, con la creación del área de Desarrollo Rural en INTA Leales, se pone en marcha una nueva metodología de intervención que involucra no solo el trabajo con los minifundistas y pequeños productores sino el relacionamiento con las instituciones y organizaciones de la comunidad a través de los proyectos de intervención del Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Sustentable (PROFEDER). Esta propuesta contempla la puesta en marcha de distintas estrategias de intervención (Prohuerta, Minifundio, ProFam, Cambio Rural, Proyecto Regional) de acuerdo a las poblaciones objetivos contemplados en el programa Federal (sectores excluidos, minifundistas, pequeños productores familiares, Pymes, empresas). El objetivo de este trabajo es dar a conocer las distintas estrategias implementadas desde los proyectos de intervención. destinados tanto a mejor el sistema productivo como a 3 fortalecer los procesos socioorganizativos. Comentar los avances, dificultades, fortalezas en un proceso que está en marcha. DESCRIPCIÓN DEL CONTEXTO SOCIOECONOMICO El área de trabajo se encuentra en el departamento Leales, ubicado al centro este de la provincia de Tucumán, a 56 Km. de San Miguel de Tucumán (ver anexo Nº 1). La superficie del departamento comprende 2.027 km2 y aquella cubierta por el área de trabajo representa el 20% (aproximadamente unas 40.000 has). La población departamental es de 51.1641 habitantes, el 3.84% del total de la población provincial, con un porcentaje de NBI (Población con Necesidades Básicas Insastifechas) de 33.34 %, siendo el promedio provincial del 34 %. Se entiende como área territorial de trabajo o área de influencia, la que tiene como centro al INTA Leales, limitando hacia el Oeste con el Río Salí, al Norte con el Ingenio Leales, al Este con la ruta nacional Nº 9 y al Sur con los márgenes del dique El Frontal (ver anexo Nº 2). Fue delimitada por técnicos del INTA Leales, a comienzos del 2002, con el criterio de que se empezara a trabajar con los pequeños productores en el diagnóstico, teniendo en cuenta además la posibilidad espacial (tiempo y distancia) del técnico para comenzar a relacionarse con los actores locales. Se trata de una zona rural con aproximadamente 5.500 habitantes, el 10 % de la población del departamento. Ninguna de las localidades que comprende supera los 2000 habitantes y se encuentran ubicadas tomando como referencia al INTA Leales: San Antonio y La Villa de Leales, al SO sobre la ruta provincial 306, a una distancia de 8 y 10 Km. del INTA, Los Quemados, a 5 Km., El Vizcacheral, a 8 Km., Los Zelayas a 10 Km., La Cañada a 12 Km., Los Gómez, a 20 Km. y Los Romanos a 30 Km. ubicadas todas ellas al SE, sobre la ruta provincial 306, Santa Rosa de Leales a 7 Km. y Loma Verde a 10 Km., al Norte, sobre la ruta provincial 323. El departamento Leales, tiene su Municipalidad cabecera en Bella Vista y posee 12 comunas rurales: Agua Dulce y La Soledad, El Mojón, Esquina y Mancopa, Estación Araoz y Tacanas, Las Talas, Los Gómez, Los Puestos, Manuel García Fernández, Quilmes y Los Sueldos, Río Colorado, Villa de Leales y Santa Rosa de Leales y Laguna Blanca. Las localidades que involucra el área de trabajo pertenecen a tres Comunas Rurales diferentes: Villa de Leales, Los Gómez y Santa Rosa de Leales, lo cual representa una desventaja para trabajar con los actores locales más importantes de las tres zonas en forma conjunta, ya que estos son pocos y están dispersos. Las prácticas asistencialistas y clientelistas están presentes en estos ámbitos. El clientelismo es la expresión de una relación social vertical, es decir una interacción sostenida y un acuerdo tácito entre personas con diferentes cotas de poder (Durston, 2004). La forma específica más común de clientelismo encontrada es el político partidario, caracterizado por el monopolio de la información y la dispensación de los planes jefes/as de hogar a cambio de votos. Con los planes se les otorga un subsidio a los desocupados. Es común que participen en estos planes los productores agropecuarios pobres que, por las características temporales de su trabajo, aparecen como “desocupados” en diferentes momentos del año aunque no lo sean. El hecho de contar con un monto mensual de dinero garantizado contribuye en muchos casos, a alejarlos de sus actividades agropecuarias y del esfuerzo que ello representa; y para los que no 1 Fuente: Comunicación personal con el Programa Social Agropecuario-Tucumán (en base a datos aportados por la Dirección de Estadísticas de la provincia de Tucumán. Año 2002). 4 lo tienen, es un objetivo a conseguir. Esto aleja cada vez más a las poblaciones locales de las posibilidades de insertarse productivamente porque se acostumbran a otra dinámica de vida y de trabajo. Estos tipos de relaciones vinculares (asistencial y clientelar) son otro escollo a superar cuando se pretende promover un vínculo entre los actores de la zona, para el cual los recursos económicos o servicios proporcionados no sean fines en sí mismos, sino instrumentos para la transferencia o intercambios de bienes simbólicos como el valor de la organización como espacio de construcción de poder. En cuanto al ambiente, el área involucrada se encuentra en la región de la Llanura Deprimida, Subregión de la Llanura Deprimida Salina Seca Subhúmeda2. Constituye una amplia planicie con suaves ondulaciones y débiles depresiones con pendientes menores al 5 %, en la cual el clima se caracteriza por precipitaciones de 900 mm a 650 mm, disminuyendo de Oeste a Este. La evapotranspiración es de 950 mm anuales, la temperatura media anual es de 19,5 ºC, la media de enero es de 25 ºC y la de julio de 12 ºC, las heladas tienen una frecuencia de 12 a 15 días por año, registrándose las mismas en el período de junio-agosto. Esta subregión se asocia a las fases salinas y salino-sódicas, localizándose suelos con estas limitaciones lo cual es agravado por la presencia de una napa freática con elevado contenido salino fluctuante. En los meses de máximas precipitaciones, verano y otoño está muy próxima a la superficie 50 a 100 cm, mientas que en invierno-primavera disminuye drásticamente 200 cm, la misma tiende a salinizar los horizontes superficiales y exige que se establezcan estrictas normas en el manejo del riego. Otra limitante importante en condiciones de secano es la deficiencia hídrica en el período inverno-primaveral. El río principal es el Salí que atraviesa la provincia de norte a sur a lo largo de 190 Km. Bordea el límite sur de Leales, separándolo del departamento Simoca. Toda la zona de trabajo esta influenciada por el recorrido de este río y sus crecientes ha dejado sobre todo en el último verano, consecuencias importantes ya que provocó inundaciones con la evacuación de parte de las poblaciones en Villa de Leales, San Antonio, Los Quemados, Los Gómez, Los Lunarejos. En las localidades de la comuna de Los Gómez las crecientes del río limitan la fecha de siembra del cultivo de maíz, ya que los pequeños agricultores que tienen sus parcelas en las orillas, deben sembrar a principio de octubre para cosechar los choclos a principio de enero, antes que el río crezca y se lleve la producción. La vegetación natural es el monte con la presencia de numerosas leguminosas tales como el algarrobo, mistol, chañar, garabato, guayacán, tusca, tala. Sin embargo en la actualidad la vegetación esta bastante degradada, habiéndose reducido en muchos casos a fachinales o la desaparición total del monte para darle lugar a la agricultura por el proceso de sojización y el avance de la superficie implantada con caña de azúcar, en algunas zonas donde antes se encontraba reducida a unos pocos surcos, para el autoconsumo de los animales. Este avance de la frontera agrícola no solo deterioró el ambiente por el desmonte y la habilitación de tierras sin un adecuado plan de manejo sino llevó a muchos pequeños productores, por el cercamiento de los campos, a disminuir el número de animales vacunos y a vender parte de sus campos. Por su ubicación sobre rutas provinciales estas localidades deberían tener una buena conectividad. Sin embargo, salvo la Villa de Leales y Santa Rosa que son las localidades de mayor número de habitantes, las demás cuentan con caminos internos que en su mayoría no 2 Según el Bosquejo Agrológico de la Provincia de Tucumán. 5 están consolidados, lo que provoca que en la época de lluvias sean intransitables por el barro y en la época seca sea muy difícil la circulación por el exceso de polvo. Con respecto a los servicios e infraestructura se destacan: un deficitario sistema público de transporte, de muy baja frecuencia y sin llegar a cubrir toda la zona, por lo que la población se ve obligada a usar para viajar remises ilegales o autos rurales compartidos que se encuentran muy deteriorados. Si bien existen locutorios y acceso a Internet en la Villa de Leales y en Santa Rosa, éstos no son suficientes para las localidades vecinas. No hay emisoras de radios locales, la población escucha las de San Miguel de Tucumán. No cuentan con un banco, el más cercano está en Bella Vista. El sistema de salud también es insuficiente, en la zona se cuenta con solo un hospital público en Santa Rosa de Leales y Centros de Asistencia Primarias (CAPS) en algunas localidades, los cuales no cuentan con médicos suficientes ni en forma permanente. La educación pública está cubierta con 5 escuelas primarias cercanas y 4 escuelas secundarias, de las cuales hay un Instituto Técnico y un Instituto Agrotécnico, en la Villa de Leales. La mayoría de los alumnos al terminar la secundaria se anotan para ingresar a la policía y a gendarmería o no continúan los estudios, sólo un muy bajo porcentaje ingresa a la Universidad en San Miguel de Tucumán. En la zona, el destacamento policial se ubica en la Villa de Leales y en Santa Rosa hay calabozos y patrullas pero no hay bomberos. Con respecto a otros servicios básicos como electricidad, está provista en las localidades salvo en zonas alejadas a los centros poblados. No todos cuentan con agua potable, algunos poseen pozo surgente y otros no cuentan con agua en su domicilio. En ninguna de las localidades se encuentra gas natural, se usa el gas envasado y cocinas a leñas. Hay déficit habitacional, muchas de las viviendas rurales son calificadas del tipo rancho, la mayoría sin baño instalado, sin control de excretas y basura, en convivencia con animales domésticos. En relación con las actividades productivas del total de has cultivadas3 en la provincia, se encuentran en el departamento implantadas con caña, el 18% (51.700 has), sembradas el 16 % con soja (51.110 has), el 13 % con maíz (6.070 has) y el 36 % con poroto (1.200 has). Con respecto a las actividades pecuarias, Leales cuenta con el 35 % de los porcinos, el 19 % de los bovinos, el 4 % de los ovinos y el 1,6 % de los caprinos totales de la provincia. Según el CNA de 2002, del total de EAP’s provincial con límites definidos (9.555), el departamento Leales cuenta con el 18 % de estas (1.752), de las cuales el 22 % (385) tienen entre 0 y <5 Has y el 52% (911) entre 5 y <25 Has, es decir que un 74 % tiene entre 0 y <25 Has. Esto representa todavía una importante población de pequeños productores que se reflejan en el área territorial considerada. La estructura socio-productiva en el área de trabajo, puede ser diferenciada considerando dos situaciones: -Hacia el Norte del INTA Leales, predomina el monocultivo, ya sea de caña de azúcar estratificado en productores grandes (más de 3000 surcos), medianos (1200 a 3000 surcos) y pequeños productores familiares y minifundistas (de 60 a 900 surcos) o de soja-trigo en productores grandes (más de 500 has). La caña de azúcar, al ser un cultivo netamente industrial, les asigna a las explotaciones de pequeños productores rasgos de funcionamiento diferentes con relación a otros pequeños productores, cuya producción se orienta más a la subsistencia del grupo familiar que al mercado. El cultivo industrial exige, por lo tanto, una 3 Información del Laboratorio de Teledetección y SIG, INTA EEA- Salta. Campaña agrícola 2006-2007 cultivos de verano. 6 articulación directa y única con los ingenios azucareros, aspecto que vuelve más vulnerables a las economías de los pequeños productores. Las características antes mencionadas, las políticas de ajuste estructural implementadas en la década de los noventa, -especialmente el Decreto 2284/91 de desregulación económica- tendientes a la liberalización de los mercados, sumado al proceso histórico-estructural propio de las economías regionales, han ido moldeando y otorgándole mayor complejidad a la estructura social agraria cañera y, dentro de ella, al sector de los pequeños cañeros. En la actualidad el pequeño cañero se desarrolla dentro de un marco de profunda crisis, donde su propia existencia se encuentra comprometida (Paz, 1999). -Hacia el Sur del INTA Leales, si bien se encuentran explotaciones de grandes productores dedicadas a la ganadería de cría y a los cultivos de caña-soja, la mayoría de los sistemas de producción está diversificado encontrándose mayoritariamente pequeños productores familiares y minifundistas. En común se destaca el componente productivo de autoconsumo, “para el gasto”: maíz, hortalizas, vacunos cruzas y animales de granja: gallinas, pollos, cerdos y lo que queda como excedente se destina para la venta. A diferencia del sistema cañero monoproductivo, en el sistema diversificado convergen actividades de tipo productivo y reproductivo de forma relativamente autónoma, teniendo como resultado una intensificación de la producción con bajas escalas productivas. Un ejemplo típico de la zona que refleja esta situación es la finca de doña Delia Britos, en la localidad de San Antonio, que ante la crisis cañera introdujo el cerdo para diversificar, luego siguió por criar pollos parilleros y gallinas ponedoras, sembró más alfalfa para sus vacas y empezó a hacer quesos, todo eso en una superficie menor de 10 has. La superficie promedio con que cuentan oscila entre 5 a 30 hectáreas, son propietarios de la tierra aunque la mayoría no posee títulos (sucesión indivisa). No arriendan tierras, ni son arrendatarios, algunos toman en carácter de préstamo tierras de terceros para trabajarlas y lo hacen por una campaña. De la superficie total, algunas partes se encuentran improductivas por salinización, anegamiento y ocupadas con monte. En las dos situaciones, los pequeños productores y minifundistas realizan los trabajos de preparación del suelo pagando el servicio a terceros o con animales de tiro y maquinaria propia en menor medida. La siembra y el cultivo comúnmente lo realizan con mano de obra familiar, usando el arado de mancera principalmente. En general, los jefes de familia están ocupados la mayor parte del año en realizar los trabajos de campo pero es común que por los menos un miembro de la familia se ocupe en trabajos extraprediales en la comuna, empresas agrícolas privadas, instituciones estatales de la zona o migren para la cosecha del limón en el otoño-invierno y al sur del país en verano para la cosecha de la vid y frutales de carozo y pepita. Es común que, como estrategia de supervivencia, tengan un componente del ingreso neto extrapredial que, además del dinero que aporta el/la que se va a trabajar afuera, provenga de algún plan jefe/a de hogar de alguno de los miembros de la familia y, en caso de contar con mayores, de la pensión o jubilación de éstos. En este trabajo se consideran Pequeños Productores Familiares4 a aquellos que trabajan directamente su explotación y que no emplean trabajadores no familiares remunerados permanentemente. Por Minifundistas5 se entiende a aquellos pequeños productores al frente de unidades de producción agropecuaria bajo condiciones de: escasez de recursos; tenencia precaria de la tierra; baja remuneración de la mano de obra familiar; falta de tecnología y asesoramiento adecuados; dificultad de acceso al crédito; bajo poder de negociación en los 4 Concepto considerado por el Programa para pequeños productores familiares (PROFAM) puesto en marcha a fines 1997 por el INTA. 5 Concepto tomado de la Unidad de Minifundio INTA. 7 mercados y debilidad organizativa con otros productores locales. La misma problemática es compartida para ambos en el área de trabajo. Las categorías de pequeño productor y minifundista no son denominaciones propias de la población del lugar. En numerosas oportunidades se les consultó sobre su identidad preguntándoles como se autodenominaban y la mayoría respondió como “agricultores”. Esta identidad construida a partir de las actividades tradicionales, maíz y la caña de azúcar, refleja la mayor importancia de las actividades agrícolas con respecto a las pecuarias, como base del sistema productivo. La totalidad de esta población comercializa, en un marco de economía informal: caña de azúcar, maíz, lechones, huevos, zapallos, calabazas, batatas, quesos, tamales, chalas, carbón. Los pequeños cañeros venden por lo general a los intermediarios, el cultivo en pie, por lo que se pierde la posibilidad de comercializar azúcar como moneda de cambio con los ingenios. Las ventas de los otros productos, se hacen en forma individual “en la tranquera” o en ferias locales. Los problemas que afectan a los minifundistas más allá de los tecnológicoproductivos que los lleva a obtener bajos rendimientos, giran en torno a las dificultades que presentan para organizarse. Esto explica diversas situaciones que van desde no contar con organizaciones de base para gestionar necesidades comunes y no tener alternativas rentables para vender mejor la producción, hasta no ser sujetos de créditos. Las posibilidades de vender frecuentemente los excedentes pasan exclusivamente por las ferias locales. En el área mencionada encontramos tres: la de Los Gómez, la de Santa Rosa y la de Villa de Leales. Cada una funciona una vez por semana, en diferentes días. Como características comunes en ellas, las ventas son minoristas, no solo se comercializan los productos agropecuarios locales sino productos foráneos como alimentos, muebles, insumos, ropa, calzado, materiales para la construcción, artículos de librería, etc. Los feriantes no están organizados, no hay acuerdos básicos sobre la producción, presentación del producto, precios, ni controles bromatológicos. La comuna les provee el espacio físico a cambio del cual pagan una tasa en función de la superficie utilizada. ACTORES LOCALES Las formas organizativas que encontramos en el área de trabajo no son muy abundantes y se pueden dividir según su origen (de productores agropecuarios pequeños y minifundistas o no) y su accionar (a favor de la promoción del sector pequeño productor o no) en6: a)-Organizaciones de primer grado o de base En la actualidad el área no cuenta con “organizaciones formales de productores” orientadas al mejoramiento de la producción o a las posibilidades de comercialización y agroindustria de los productos agropecuarios. Existieron solo cooperativas cañeras que desaparecieron por problemas financieros y estafas a los asociados, según lo que comenta la gente. Antes de ponerse en marcha los proyectos de intervención del INTA Leales, no había grupos de base formados7 que funcionaran. Con la aprobación del proyecto de Minifundio se formó inicialmente un grupo de productores minifundistas en Los Quemados y con el transcurso del Proyecto se constituyó un grupo más, en el Vizcacheral. Durante el 2005, al 6 Se tomó esta tipología de Arqueros y Manzanal (2004). 7 Se considera grupo de base, a un conjunto de pequeños productores y/o Minifundistas con objetivos y actividades compartidas y que se identifiquen como tales. 8 aprobarse el Proyecto Profam, se reconvirtieron los tres grupos: San Antonio, Loma Verde y La Cañada de CR a grupos de pequeños productores familiares de ese proyecto. La formación del grupo es una estrategia propuesta por los Proyectos, en ningún caso se partió de organizaciones preexistentes. Los centros vecinales compuestos por pequeños productores, existen solo en algunas localidades, están formados de hecho pero no funcionan con acciones concretas. Además, consideramos en este tipo de organizaciones a las ferias locales aunque no tengan una estructura organizativa formal y estén compuestas por actores que en su mayoría no son productores. b)-Organizaciones de no productores b1)- Organismos públicos Nacionales, Provinciales y Locales. Campo Experimental Regional, INTA Leales, Colegio Agrotécnico La Candelaria, Facultad de Agronomía y Zootecnia (UNT) y Comunas Rurales de Los Gómez, de Villa de Leales, de Santa Rosa. b2)- Programas Nacionales o Provinciales de Desarrollo Rural. La presencia de Programas de Desarrollo Rural Nacionales como el PSA- PROINDER propició procesos organizativos que no perduran en la actualidad, dejando algunos indicios concretos de su existencia (ej. maquinaria, reproductores, amistades y enemistades). Como antecedente más reciente, a través de una vinculación con el PSA- PROINDER, se logró financiamiento (créditos reintegrables y no reintegrables) para emprendimientos comunitarios, grupo de Minifundio Los Quemados (2004) y grupo ProFam Loma Verde (2005), habiendo finalizado ya la asistencia técnica del PSA. Actualmente se encuentran presentes los proyectos de intervención del INTA Leales: Prohuerta, con una cobertura de 350 familias en el área de trabajo, Proyecto Minifundio con una población objetivo de 100 familias y Proyecto ProFam con una población de objetivo de 30 familias. No existen organizaciones de segundo grado privadas ni públicas tales como organizaciones de organizaciones de pequeños productores ni ONG de desarrollo. ESTRATEGIAS PROPUESTAS Una vez creada el área de Desarrollo Rural, se incorporó en un primer momento un ingeniero agrónomo (abril 2002) para realizar el abordaje de la comunidad. Se considera que fue un abordaje de la comunidad ya que se realizó la primera aproximación a la zona, estableciendo puentes para una comunicación, reconociendo el terreno y haciendo contacto con informantes clave. La metodología empleada fue el diagnóstico rural rápido. 9 En una segunda etapa se reforzaron los recursos humanos, con la incorporación de una ingeniera zootecnista (mayo 2003)8 profundizándose el diagnóstico inicial pero ya con la participación de la población local, usando la metodología del diagnóstico participativo. Para realizarlo se emplearon numerosas reuniones en diferentes localidades, Los Quemados, Loma Verde y San Antonio, esto concluyó con un diagnóstico de la zona, donde se vieron reflejados los problemas tecnológicos en los cultivos más importantes: maíz y caña de azúcar, y en los animales de granja: cerdos, gallinas; y los problemas organizativos: desconfianza en el trabajo asociativo, inexistentes asociaciones formales de grupos de productores, escasos ámbitos participativos como clubes, iglesias, centros vecinales, inexistencia de antecedentes de trabajos previos en conjunto con otras instituciones. Como resultado de este trabajo se puso en marcha el primer proyecto de Minifundio de INTA Leales, “Fortalecimiento de los Productores Minifundistas del área de influencia del CER INTA Leales, Departamento Leales” y tres grupos de Cambio Rural (CR), (octubre 2003). Aunque los modelos de intervención en dichos programas son diferentes en relación a la población objetivo (Programa Minifundio: minifundistas y pequeños productores, y Cambio Rural: Pymes), la problemática de los participantes de ambas estrategias fueron muy similares, por lo que, con el tiempo, los grupos de CR se transformaron en un proyecto ProFam, “Fortalecimiento de los sistemas productivos de los productores familiares del Departamento Leales. Tucumán” (febrero 2005). Ambos proyectos (Minifundio y ProFam) son semejantes en sus modelos de intervención. El mismo es una construcción ideal que para la población objetivo de Minifundio, propone como herramientas: la incorporación de tecnologías apropiadas, la capacitación, la diversificación y el apoyo a la organización para reforzar el autoconsumo principalmente. Y para la población de Profam, además de la incorporación de tecnologías apropiadas, se contempla incrementar los ingresos de las explotaciones; favorecer la vinculación con la agroindustria y mejorar la habilidad de organización hacia formas autogestionarias para acceder con éxito a los mercados. La estrategia de intervención, en ambos proyectos, planteó inicialmente abordar tanto los problemas tecnológico–productivos con lotes demostrativos, capacitaciones, asistencia técnica, la puesta en marcha de un Módulo demostrativo para pequeños productores, como los problemas organizativos promoviendo la formación de grupos, conformando una mesa de trabajo y apoyando actividades comunitarias. En el trabajo ya en terreno, una de las grandes dificultades fue la ausencia o escasa representatividad de la población beneficiaria, en consecuencia, una parte importante del tiempo fue dedicada a las acciones tendientes a fortalecer procesos socioorganizativos. Numerosas reuniones, visitas, charlas con lideres locales fueron necesarias para formar los grupos en las diferentes localidades, inexistente hasta ese momento. Sin bien estos grupos hoy en día, no tienen personería jurídica, sus integrantes están unidos por objetivos comunes, se sienten identificados y tienen una estructura de funcionamiento, por ejemplo, se hace una reunión mensual donde se lleva una orden del día y se registran las opiniones y decisiones tomadas en un acta que luego se firma al finalizar la reunión. Hay actividades que comparten los integrantes de los grupos como la participación en capacitaciones y el préstamo de herramientas comunitarias. También, brindan a otros integrantes del grupo servicios que se 8 La incorporación de 2 técnicos extensionistas para trabajar con pequeños productores en un plazo de un año es un hecho relevante ya que hasta ese momento la institución contaba con un solo extensionista especializado en ganadería que trabajaba con productores medianos y grandes. 10 hacen como favores, tales como la vacunación de los cerdos, la aplicación de un herbicida, la carneada de un capón o el abonado de la caña o maíz. Además, una vez al año se comparte un encuentro para todos los grupos (hasta la fecha se realizaron tres), donde se reflexiona sobre cuestiones que superan lo productivo. En el primer encuentro se trabajó sobre la participación y los motivos que no la favorecen. En el segundo, el tema fue la organización, ventajas y desventajas. Y, en el último: el aprendizaje, amigos y enemigos. Todavía no se logró avanzar hacia actividades comerciales en conjunto, aunque sí se pusieron de acuerdo para comprar algunos insumos y un grupo (Loma Verde) formó un lote semillero de caña de azúcar apoyados por créditos reintegrables y no reintegrables del PSA. La experiencia en la zona de ayudas financieras no ha sido muy exitosa desde el punto de vista económico, aunque podemos destacar que los recursos recibidos del PSA, fueron empleados para el fin solicitado y se realizó un trabajo comunitario para levantar las instalaciones. Los beneficiarios de estos créditos no reintegrables y créditos reintegrable inicialmente fueron los grupos iniciales de Los Quemados del proyecto Minifundio, construyéndose tres gallineros comunitarios y llegando a vender la producción de huevos. Los conflictos surgieron cuando la producción de los emprendimientos superaron a la demanda local y ante la dificultades de trasladarse a vender a otros centros de consumo, y el bajo precio del huevo en general, no se llegó a cubrir los costos y a reponer el alimento, siendo inviable su mantenimiento. Hoy en día quedan en pie la infraestructura construida para tal fin, algunos la reciclaron como gallineros caseros y otros la mantienen sin uso. Antes de los proyectos de intervención tampoco se encontraron antecedentes de trabajo previo entre las organizaciones de no productores. Por lo tanto, como estrategia para fomentar las vinculaciones entre los actores locales, se planteó una mesa de trabajo. Para ello se invitó al colegio Agrotécnico La Candelaria, a la directora de la escuela 77, a los técnicos de los programas PSA, Prohuerta, Minifundio, Profam y a los delegados comunales de las tres comunas (aunque solo asistió uno y posteriormente a las siguientes reuniones mandó a un representante). En el tiempo transcurrido de su funcionamiento desde octubre de 2004 a noviembre de 2005, se destacan el diálogo generado, las demandas planteadas, las soluciones encontradas a algunos problemas, en un espacio donde por primera vez los actores encontraron el ámbito para conocerse y empezar a practicar una “participación organizada” 9, (Sánchez Vidal, A., 1991), lo que resulta un ejemplo concreto de un proceso de innovación organizacional para la zona. Esta experiencia no perduró por tener una alta dependencia de los técnicos del INTA Leales. Una vez finalizado el periodo de ambos proyectos se gestionó su reformulación (Minifundio, octubre de 2007 y Profam, febrero de 2008) con acciones puntuales tendientes a mejorar el sistema productivo a través de capacitaciones, charlas en las reuniones, asistencia técnica, visitas al Modulo demostrativo para pequeños productor, difusión de variedades mejoradas de semillas de maíz, alfalfa, pasturas subtropicales, caña de azúcar, igual que se lo venia haciendo e introduciendo cambios que apuntan a fortalecer espacios de vinculación entre los integrantes del grupo y con los demás actores del medio. Uno ejemplo de ello, es una experiencia en innovación organizacional que se inició a mediados del 2007, con la crianza de porcinos. La propuesta consiste en entregarles una pareja (padrillito y cachorra) a dos integrantes de los grupos, elegidos consensuadamente por 9 La participación es organizada cuando se da en alguno de los siguientes sentidos: a) se realiza a través de organizaciones sociales b) existen canales establecidos y diferenciados, institucionalizados o no, c) existen unas finalidades u objetivos que estructuran u organizan la participación. 11 el grupo (para ello se firma un acta acuerdo), mas alimento balanceado e insumos veterinarios durante todo el proceso de recría y como contrapartida se les pide al productor/ar que siga las indicaciones técnicas hasta la parición de la camada en el caso de la hembra, repartiendo las crías a los demás integrantes del grupo y en el caso del macho, prestarlo como reproductor para el servicio hasta que todos los integrantes del grupo gocen del beneficio de tener un animal mejorado. Los reproductores quedan luego para el/la productor/a que se hizo cargo de la crianza inicial pero es un beneficio para el resto del grupo ya que pueden contar una de sus crías y de esta manera tener una mejora genética. Los resultados de esta experiencia recién se podrán evaluar a fines de este año. Las necesidades sociales son también tenidas más en cuenta en esta etapa de los proyectos y se presta más atención a captarlas e interpretarlas. Una experiencia fue realizar un taller con la participación de los integrantes de un grupo de Profam que sirvió para reflexionar sobre cuestiones que habitualmente no son comentadas en las reuniones grupales. El objetivo fue conocer los sueños, las necesidades sentidas, rescatando así la visión que tienen los pequeños productores de la zona sobre el Desarrollo, a través de preguntas que respondieron individualmente, como las siguientes : 1)- ¿qué es para mí estar mejor?, 2)- ¿qué querríamos para el futuro de nuestra familia?, 3)- ¿qué hubiese querido yo ser o hacer?, 4)-¿qué es lo mas me gusta hacer?, 5)- ¿qué hacemos para alcanzar nuestros sueños?. Las respuestas reflejaron una visión de estar mejor, ligada a la satisfacción de necesidades básicas que no están satisfechas como el contar con mejores caminos, una buena educación, el acceso a la salud. Se evidenció una identificación importante con las actividades que llevan acabo y un anhelo a continuar haciéndolas “...que tengamos animales como gallinas, cerdos y vacas y con eso vendamos ...”...“Lluvia para poder sembrar”... CONSIDERACIONES FINALES Las acciones que venimos implementando que propenden al desarrollo rural del área de trabajo, han tenido alcances heterogéneos, pero en general puede reconocerse que ellas no son suficientes para revertir situaciones de pobreza y de exclusión que tiene sus raíces en procesos estructurales, que atraviesa a la sociedad toda; pero las diversas oportunidades de implementación, han dado lugar a procesos de participación que abren oportunidades de transformación. La metodología grupal de trabajo, el proceso de innovación organizacional con los porcinos, los Encuentros de pequeños productores mencionados son algunos ejemplos de espacios de participación que hemos generado con los proyectos de intervención. El enfoque de desarrollo territorial del INTA, implica un proceso de construcción social implementado por los actores de un territorio que apunta a la generación de capacidades locales para aprovechar los recursos propios y movilizarlos hacia la satisfacción de las necesidades de la comunidad. En este sentido la propuesta de la mesa de trabajo busco fortalecer articulaciones en un territorio donde las vinculaciones son escasas y no frecuentes, de ahí que el aprendizaje de esa propuesta haya sido primero la promoción de vínculos para luego en un futuro trabajar en pos del desarrollo territorial. 12 BIBLIOGRAFÍA ALEMANY, C. (2003) “Apuntes para la construcción de los períodos históricos de la extensión rural del INTA”. En INTA, La extensión rural en debate. Concepciones, retrospectivas, cambios y estrategia para el Mercosur, Buenos Aires. ARQUEROS, X., MANZANAL, M. 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