PROCEDIMIENTO : ESPECIAL MATERIA : PROTECCIÓN RECURRENTE : SEBASTIAN MUSSA RODRÍGUEZ DOMICILIO RECURRENTE : VILLA PEDRO LAGOS, PASAJE TOLÓN #439, COMUNA DE ARICA R.U.N. : 7.825.091-7 RECURRIDO : COLEGIO ALEMÁN DE ARICA RECURRIDO (2) : LUZ MARINA OSORIO BAHAMONDES REPRESENTANTE LEGAL COLEGIO ALEMÁN DOMICILIO RECURRIDO : AVENIDA ALBERTO PALZA #3727, COMUNA DE ARICA EN LO PRINCIPAL: Recurre de Protección; PRIMER OTROSÍ: Solicita Orden de No Innovar; SEGUNDO OTROSÍ: Acompaña documentos. Ilustrísima Corte de Apelaciones de Arica SEBASTIAN MUSSA RODRIGUEZ, R.U.T. 7.585.091-7, Técnico Mecánico, en representación legal de mi hija, quien es menor de edad, con 17 años a la fecha tal y como se acredita con el Certificado de Nacimiento que se acompaña en el segundo otrosí de esta presentación, LORENA MUSSA VALENZUELA, R.U.T. 18.615.624-2, de ocupación estudiante de enseñanza media, ambos domiciliados en Villa Pedro Lagos, Pasaje Tolón #439, comuna de Arica, a S.S. Iltma. respetuosamente digo: En ejercicio del derecho que nos confiere el artículo 20 de la Constitución Política de la República, y dentro de plazo, venimos en interponer recurso de protección en contra del COLEGIO ALEMAN DE ARICA y de su Representante Legal, doña LUZ MARINA OSORIO BAHAMONDES, subdirectora del mismo establecimiento, ambos domiciliados en Avenida Alberto Palza #3727, comuna de Arica, por las acciones ilegales y arbitrarias que se señalan más adelante, de las cuales tomamos conocimiento el pasado día Viernes 1 1 de julio de 2011, acciones que se han perpetuado a la fecha y que vulneran de manera continua los derechos y libertades fundamentales que la Constitución Política de la República reconoce a todos los habitantes del territorio, solicitando que se acoja el presente recurso de protección en mérito de los antecedentes y consideraciones de hecho y de derecho que expondremos en los siguientes acápites: I.- Antecedentes de hecho: Con fecha domingo 26 de junio de 2011, mi hija, Lorena Mussa, hasta entonces alumna del Colegio Alemán de Arica, convocó a sus compañeros, a través de la página del Centro de Alumnos de la red social “Facebook”, a una asamblea de carácter informativo para el día Martes 28 de Junio a las 9:15 horas (horario de recreo) a desarrollarse en el patio del establecimiento. El objetivo de esta convocatoria era dar cuenta de la discusión actual sobre la calidad y equidad en educación y que ha derivado, como es de público conocimiento, en una serie de movilizaciones y discusiones públicas a nivel nacional. Con fecha Martes 28 de Junio, se llevó a cabo la Asamblea logrando un alto nivel de convocatoria, lo que demuestra el interés de los compañeros de Lorena de informarse sobre el acontecer nacional. Por espacio de 5 minutos la asamblea se realizó de forma pacífica y sin alterar el desarrollo normal de las actividades académicas y administrativas del colegio (recordemos que se desarrollaba durante el recreo). Transcurrido este tiempo, la asamblea es interrumpida abruptamente por la Sra. Luz Marina Osorio Bahamondes, representante legal y subdirectora del establecimiento, quien con una actitud amenazante insta a Lorena a acudir a su oficina, notificándole de paso, de forma verbal (a través de gritos), frente a todos los asistentes a la reunión su expulsión del Colegio. Es menester agregar que, junto a Lorena, quien hacía uso de la palabra al momento de la interrupción, se encontraban Vanessa Iturriaga, Romina Céspedes (ambas compañeras de Lorena en el 4to año medio) y Macarena Henry de (3er año medio) quienes son conducidas a la oficina de Inspectoría General, a diferencia de Lorena que se dirige hacia la oficina de la subdirectora, la Sra. Osorio. Es dable señalar que, fruto de esta increpación pública, Lorena acude inmediatamente a la oficina de la Sra. Osorio. En esta ocasión, ésta insiste con la desvinculación de Lorena, omitiendo cualquier tipo de procedimiento ajustado a derecho que permita a Lorena, al menos, conocer los cargos que se le imputan y hacer uso de su derecho a defensa. Como veremos más adelante, en el acápite de antecedentes de derecho, la Sra. Osorio desconoce incluso su propia reglamentación interna contenida en el Manual de Convivencia Escolar. Acto seguido a esta “reunión” entre Lorena y la Sra. Osorio, mi hija es conducida, contra su voluntad, hacia la Biblioteca del Establecimiento donde se encontró con las 3 alumnas antes mencionadas, también participantes de la Asamblea. Por espacio de 5 horas, estas 4 alumnas son retenidas bajo vigilancia, prohibiéndoseles acudir al baño, a 2 almorzar e incluso comunicarse con nosotros, sus padres. Si alguna de las niñas logra zafarse de la vigilancia para ir a los servicios higiénicos es por sus propios medios y sin concurrir autorización alguna de la autoridad. Al respecto, queda absolutamente claro que la retención es un atentado físico y moral hacia las alumnas, quienes, a mayor gravedad, son sancionadas sin mediar un proceso justo y racional. Finalmente, las alumnas pueden abandonar el establecimiento aproximadamente a las 16 horas. Al día siguiente, miércoles 29 de Junio, Lorena acude junto a nosotros, sus padres, al Colegio, para ser informados, en detalle de los hechos y las sanciones aplicadas. En esta ocasión somos recibidos por la Sra. Osorio quien, nuevamente omitiendo derechos de rango constitucional referidos al derecho a defensa y, de categoría internacional, como lo es el derecho de todo niño a defenderse ante autoridad administrativa que, como se verá, tiene consagración positiva en la Convención de Derechos del Niño, nos señala que Lorena no podrá estar presente en la reunión. Nosotros, sus padres, condicionamos nuestra participación en la reunión a la presencia de nuestra hija, pues considerábamos que era necesario contrastar las versiones. Ante nuestro condicionamiento, la Sra. Osorio nos instó a firmar el término del contrato de prestación de servicios educacionales, situación ante la cual nuevamente nos opusimos por considerar éste acto como una imposición unilateral sin fundamento alguno. Ante esta nueva oposición, la Sra. Osorio, en tono soez y amenazante, reiteró la medida de expulsión de Lorena a la vez que nos conminó a hacer abandono del establecimiento so pena de llamar a Carabineros si acaso nos oponíamos. Sin haber espacio para el diálogo, Carabineros se apersonó en el lugar reiterando la solicitud de abandono, ante lo cual accedimos. Posteriormente, el día Viernes 1 de Julio se nos notificó a través de ORD 0181/2011, fechada el 30 de Junio de 2011, de la terminación unilateral del contrato de prestación de servicios educacionales suscrito entre la Sra. Luz Marina Osorio Bahamondes, en representación legal del Colegio Aleman de Arica y Sebastían Mussa (el recurrente), apoderado y representante legal de Lorena Mussa Valenzuela. En esta notificación no se acompañó la documentación que se señal. El Manual de Convivencia Escolar establece, en la parte final del art. 23, las normas procedimentales que deben seguirse para la terminación del contrato y señala que esta decisión podrá ser tomada por el Consejo de Profesores, la Directora del Establecimiento y/o la Representante Legal. En la notificación aludida no hay mención al órgano decidor por lo que se presume, de acuerdo al remitente y al desarrollo que tuvieron los hechos antes mencionados, que ha sido la Representante Legal, la Sra. Luz Marina Osorio Bahamondes, quien, unilateralmente, decidió expulsar a Lorena Mussa poniendo término al contrato. Asimismo, quien suscribe esta acción constitucional agotó las instancias internas del establecimiento al hacer uso del derecho a apelación que confiere el 3 artículo 1, letra p), del Manual de Convivencia Escolar del Colegio Alemán de Arica. La normativa interna señala que este derecho puede impetrarse siempre que: a) se haga dentro de tercer día hábil (Art. 1 letra i)); b) por escrito (Art. 2, letra o)) y; c) dirigida a la dirección del establecimiento (Art 2, letra o)); requisitos satisfechos a cabalidad. Sin embargo, al momento de la presentación de la apelación ante la Dirección del Establecimiento, el día Lunes 4 de Julio, la autoridad se niega a recibir arguyendo que “no hay nada más que hablar”, desconociendo su propia reglamentación interna. Quien recurre, se ve obligado a entregar la carta en la portería, a la espera de respuesta en los términos que el Manual establece, esto es, mediante resolución escrita o mediante la citación a una reunión para resolver el caso, lo que no ha sucedido a la fecha. Por último, no es menos importante señalar que, a partir del día de la Asamblea, Lorena se ha visto imposibilitada de hacer ingreso al establecimiento. II.- Antecedentes de Derecho A la fecha no se ha recibido respuesta por parte de la Dirección del Establecimiento por lo que se decide recurrir de protección por la vulneración de los siguientes derechos constitucionales. 1) Se vulnera el derecho a la libertad de emitir opinión. El constituyente consagró esta garantía en el numeral 12 del art. 19, al garantizar “La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio…”. Al respecto, la notificación de expulsión señala en su numeral tercero que Lorena habría incurrido en la falta grave contemplada en el art. 23 del Reglamento, esto es, “Faltar el respeto, amenazar, injuriar, agredir de hecho o de palabra a cualquier miembro del colegio” a raíz de la citación a una Asamblea Extraordinaria a través de la página Facebook del Centro de Alumnos del Colegio. Esta convocatoria se materializó, el día Martes 28 de Junio, en horario de recreo (9:15 de la mañana), por lo que no alteró el normal desarrollo de las actividades académicas. De acuerdo a la recurrida, en el numeral tercero de la notificación, Lorena pasó por alto la autoridad del Centro de Alumnos y de la Dirección del establecimiento por no respetar los procedimientos formales para éste tipo de convocatorias. Sin embargo, de acuerdo a la Corte Europea de Derechos Humanos tal y como lo cita Miguel Ángel Fernández G., en su estudio “Libertad de Expresión, censura previa y protección preventiva de los derechos fundamentales”, publicado por la Revista chilena de Derecho, Vol. 28 N°2, año 2001, la libertad de emitir opinión, por cualquier medio y sin censura previa es: “uno de los fundamentos esenciales de la sociedad democrática, una de las condiciones primordiales para su progreso y para el desarrollo de los hombres” 4 En materia de Derechos del Niño, la Convención de Derechos del Niño de las Naciones Unidades, ratificada por Chile el 13 de Agosto de 1990, consagra en sus artículos 12 y 13, el derecho a la libertad de expresión en los términos siguientes: Art. 12 N°1 de la CDN: “Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.” (Énfasis nuestro) Art 13 de la CDN: 1. El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño.; 2. El ejercicio de tal derecho podrá estar sujeto a ciertas restricciones, que serán únicamente las que la ley prevea y sean necesarias: a) Para el respeto de los derechos o la reputación de los demás; o b) Para la protección de la seguridad nacional o el orden público o para proteger la salud o la moral pública. (Énfasis nuestro) De lo anteriormente expuesto, podemos concluir que convocar a una reunión a través de Facebook o difundir información de interés general a través de una Asamblea Pública, en horario de recreo (no afectando el desarrollo normal de las actividades del establecimiento) es una manifestación del Derecho Humano a la Libertad de Expresión y no contraviene, en sentido alguno, ni la seguridad nacional ni el orden público. A mayor abundamiento, la doctrina constitucional señala que este derecho en realidad se desglosa en tres: 1) derecho a emitir opinión; 2) libertad de informar que, obviamente, conlleva el derecho a buscar dicha información; 3) derecho a recibir información, éste último con un marcado rasgo colectivo y que es un complemento a la libertad de expresión. Lo anterior se ve confirmado en la Ley 19.733/2001 sobre “Libertades de Opinión y Ejercicio del Periodismo” que establece en el Art. 1, inciso final, “el derecho de las personas a ser informadas de los hechos de interés nacional”, lo cual constituye, justamente, la finalidad de la Asamblea convocada por Lorena. Sin ir más lejos, la jurisprudencia nacional reconoce la importancia de los hechos que motivaron la convocatoria, a saber, las manifestaciones reivindicativas de los estudiantes. De esta manera, en los autos caratulados “Jorge Abrigo Orrego en contra de Doña Elena Opazo”, de la Corte de Apelaciones de Santiago, 12-diciembre-2006, ROL N°5117-2006 (recurso de protección), en su considerando cuarto, inciso final, señala: “Además, resulta obvio que dicho movimiento [que incluyó una reunión pública en el patio del colegio y posterior toma pacífica del establecimiento] fue motivada por aspiraciones de estudiantes jóvenes, que ven con preocupación no solamente su futuro, sino que también su actual realidad académica, que deriva de un sistema 5 educacional que, como es público y notorio, se encuentra fuertemente cuestionado y es objeto de estudios para modificarlo” Agrega en su considerando octavo: “Que resulta pertinente recordar que históricamente numerosos movimientos estudiantiles han sido el motor de cambios y evoluciones sociales…” La jurisprudencia citada precendetemente hace referencia a la toma de un establecimiento. En el caso sub lite, no existe siquiera ánimo explícito y comprobable de llevar a cabo esta acción. Por el contrario, Lorena, haciendo uso del espacio de recreo, solo pretendía dar a conocer información de un asunto de relevancia nacional. En otro orden de ideas, cabe agregar que el Manual de Convivencia Escolar no establece “los procedimientos formales” para este tipo de convocatorias, a la vez que no se tipifica como falta la convocatoria a reuniones públicas en la normativa referente a los derechos y deberes en horario de recreo (Párrafo 4, art. 16 del Manual de Convivencia Escolar), por lo que, invocar la realización de la reunión como causal de expulsión atenta contra el principio de tipicidad penal, establecido en el Art. 19, N° 3 inciso final que dispone que “ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona está expresamente descrita en ella.” La doctrina constitucional ha señalado profusamente, que este principio de tipicidad se extiende a todo tipo de sanciones –penales, civiles, disciplinarias, administrativas o de otra índole- que provengan de cualquier órgano que ejerza jurisdicción A su vez, reglón seguido, en el numeral cuarto de la carta de notificación de expulsión, se señala que Lorena infringe el artículo 23 del Manual de Convivencia Escolar al “Cometer bullying o menoscabo sicológico y/o físico a cualquier miembro de la comunidad educativa” lo que se fundamentaría, de acuerdo a la carta, por comentarios que Lorena emitió a través de Facebook en referencia a las declaraciones emitidas por el presidente del Centro de Alumnos del Colegio Alemán, Franco León, al Diario La Estrella de Arica el día 26 de Junio de 2011. Los comentarios de Lorena son: “¡¡LA ESTRELLA DE ARICA MIENTE!! En ninguna reunión hemos manifestado que no queremos irnos a toma, esa es únicamente la decisión del Centro de Alumnos. Me parece increíble FRANCO que digas tales mentiras, solo quieren mover a los demás cursos en base a miedos y amenazas. Fuera de las reuniones la mayoría de los estudiantes se muestran insatisfechos con el centro de alumnos ya que es tal la falta de solidaridad e información que no se les hace llegar a los demás cursos. O sea me parece INCREÍBLE que me pidan a mí información, si es tarea del centro de alumnos. En eso se ve su ineficiencia y claramente para el lado que apuntan que no es precisamente a las demandas y solidaridad de los alumnos, sino que velan por la "seguridad" e interés de unos pocos. Esa actitud completamente individualista y poco solidaria del centro de alumnos deja mucho que desear” (corrección ortográfica nuestra) 6 Como se puede apreciar, el tenor de lo expresado por Lorena constituye una opinión que se ajusta a los parámetros internacionales de derechos humanos, lo que corrobora la afirmación de la Corte Europea de Derechos Humanos, citada en el trabajo anteriormente señalado de Manuel Ángel Fernández G., que dispone en relación al carácter de las ideas e informaciones que se transmiten, que la libertad de expresión es válida “no solo para las informaciones o ideas que son favorablemente recibidas o consideradas como inofensivas o indiferentes, sino también para aquellas que chocan, inquietan u ofenden al Estado o a una fracción cualquiera de la población. Tales son las demandas del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin las cuales no existe una ‘sociedad democrática’” (Énfasis nuestro) Por último, es menester señalar que por tratarse de un derecho constitucional, sus limitaciones deben ser establecidas mediante normas de rango legal, sin que pueda restringirse con medidas, previas o posteriores, que no se funden en disposiciones legales. El texto constitucional además excluye de manera clara y explícita la censura previa (Art. 19 N° 12 inciso primero). Si bien la norma constitucional establece un principio de responsabilidad (Art. 19 N°12 incisos primero y tercero), lo hace a modo de complemento, producto de un examen posterior al incorrecto ejercicio del derecho: quien cometa delitos o abusos debe responder de ellos de acuerdo a la ley. Es decir, se permite que en caso de abusos o delitos se ejerzan acciones legales, pero con posterioridad a que los mismos ocurran. Dado que se considera como núcleo de esta garantía la no censura previa, debe interpretarse el principio responsabilidad a posteriori con el fin de evitar que las personas incurran en la ‘auto-censura’ por temor a eventuales sanciones. Así, cualquier medida, como la decretada por los recurridos, debe analizarse desde el punto de vista de los efectos que provoca. En ese contexto, como se deduce de la opinión de Lorena, no hay motivación de denigrar ni ofender la honra de persona alguna. 2) Se vulnera el derecho a reunirse pacíficamente, sin permiso previo y sin armas. Esta garantía la establece el Art 19 N°13 de la Constitución al prescribir, en su inciso primero: “El derecho a reunirse pacíficamente sin permiso previo y sin armas.” Esta libertad es reflejo de la libertad personal de movilización y también de la libertad de opinión, la que puede tener un mayor alcance si es ejercida por un conjunto de personas reunidas que suscriben análogas convicciones o ideas. De todas maneras, la doctrina constitucional ha señalado que, toda reunión cualquiera que sea su objeto o el número de los participantes (multitudinaria o no) tiene 7 un carácter transitorio y por ello no se generan vínculos que aten o comprometan, de modo obligatorio, a los participantes. Es decir, la substancia del derecho consiste en poder, libremente, comunicarse con otros e interactuar con ellos en pos de un interés común, sin pretender la creación de vínculos jurídicos de naturaleza más permanentes. Este conjunto de interpretaciones acerca del derecho a reunión tiene, como se ha dicho, fundamento doctrinario. Así, el profesor Enrique Evans de la Cuadra, en su obra “Los Derechos Constitucionales, Actas de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución (C.E.N.C.)”, Tomo II, tercera edición, página 338, se refiere a la libertad de expresión en el sentido que “la esencia de este derecho radica en las facultades de convocar o citar a reuniones, organizarlas, realizarlas y concurrir a ellas, todo sin permiso previo” Asimismo, la Convención de Derechos del Niño fortalece esta garantía al señalar: Artículo 15 CDN: 1. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas; 2. No se impondrán restricciones al ejercicio de estos derechos distintas de las establecidas de conformidad con la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional o pública, el orden público, la protección de la salud y la moral pública o la protección de los derechos y libertades de los demás. (Énfasis nuestro) Son muy pocas y obvias las exigencias que la Carta Fundamental impone para el ejercicio de este derecho: debe tratarse de una reunión pacífica, sin armas y contar con los permisos, cuando corresponda. En relación a estos permisos, cabe subrayar, una vez más, que la reunión se llevó a cabo en horario de recreo y que no existe, en el Manual de Convivencia Escolar, prohibición alguna a realizar este tipo de actividades durante el tiempo que dure aquél. Asimismo, las reuniones en lugares privados, como es el caso del Colegio Aleman, deben realizarse siempre que no interfieran en el ejercicio de derechos de terceros (concordando con el criterio de la Convención de los Derechos del Niño), como sería, por ejemplo, la vulneración al derecho a educarse de los demás alumnos. Sin embargo, como se ha insistido, la reunión se realizó en horario de recreo por lo que no vulnera garantía alguna. Cabe citar nuevamente al profesor Evans de la Cuadra, que en la obra citada, página 339, señala que: 8 “Es perfectamente válida la distinción que hace la Constitución entre reuniones en recintos privados, en que la autoridad no tiene injerencia alguna, y las que se efectúen en calles, plazas y otros lugares de uso público. Toda garantía se ejerce legítimamente cuando se respeta el derecho ajeno. En las reuniones en lugares privados, la exigencia constitucional precedente es que se realice pacíficamente y sin armas” Este argumento se ve complementado por lo señalado por el Sr. Guzmán, miembro de la C.E.N.C, citado por el profesor Evans de la Cuadra, en la obra antes citada, página342, que se refiere a este derecho, señalando que: “Para él, la esencia del derecho es que, en lugares cerrados –en lugares que no sean abiertos, genéricamente hablando-, este derecho tiene que ser ejercido sin derecho previo; y en el segundo caso, también, pero sin perjuicio de que el legislador establezca restricciones, siempre y cuando las restricciones sean realizadas, tanto por parte del legislador como por parte de la autoridad administrativa que las aplique, con un criterio que no sea discriminatorio y que respete la igualdad ante la ley, precepto con el cual debe estar siempre en armonía” En conclusión, podemos observar que, a nuestro juicio, el verdadero motivo de expulsión fue la convocatoria y posterior realización de una Asamblea informativa (hecho que no se encuentra tipificado como falta en el Manual de Convivencia Escolar). Las razones entregadas, con posterioridad, en la notificación de expulsión, no son sino un subterfugio con el cual se persigue obstaculizar la organización de los estudiantes en torno a las problemáticas nacionales. 3) Se vulnera el derecho al debido proceso legal Si bien nuestro constituyente no protegió el concepto de debido proceso, como tal, a través de la acción de protección, circunscribiéndola únicamente, en razón de texto, al art. 19 N°3 inciso cuarto, referido al derecho a no ser juzgado por comisiones especiales, ha sido la doctrina contemporánea la que amplió la protección a los demás incisos. Esta postura doctrinaria hoy cuenta con sustento jurisprudencial en el sentido de considerar arbitrarios e ilegales las actuaciones de orden interno-administrativo, como lo son las derivadas de Reglamentos de establecimientos educacionales, que supongan una vulneración al juicio justo y racional. Hoy la jurisprudencia no está conteste en considerar la extensión de la protección al debido proceso, escenario que prefigura muy bien Arturo Matte Izquierdo en su estudio de jurisprudencia "Recurso de protección y garantía constitucional del debido proceso en los procedimientos seguidos por los establecimientos educacionales en la adopción de sanciones 9 disciplinarias" en la Revista Chilena de Derecho, vol. 36 N0 1, año 2009, pp. 165 - 184, en relación a la discusión actual en la jurisprudencia, al señalar que “por un lado, se encuentra aquella jurisprudencia más bien formalista que sostiene que, por razones de texto, la Constitución Política no autoriza amparar, mediante el recurso de protección, la garantía del debido proceso frente a las omisiones cometidas por un establecimiento educacional en el procedimiento sancionatorio seguido contra un alumno. Por otra parte, se encuentra aquella jurisprudencia más garantista que reconoce la plena aplicación de esta garantía constitucional en estos procedimientos sancionatorios, y su consiguiente amparo por el recurso de protección.” Es de nuestra opinión sostener que el tenor del artículo es evitar “parcelas de poder” donde los derechos que la Constitución garantiza no tengan eficacia. Es preferible, para la convivencia democrática y el Estado de Derecho, que los ciudadanos tengan la tranquilidad jurídica de no ser vulnerados en sus derechos bajo ningún pretexto técnico-formal y que, aun cuando no haya expresión literal en el sentido de amparar el debido proceso, en su concepto amplio, la acción de protección de igual forma les brindará la necesaria cobertura en caso de verse éste conculcado, haciendo uso de su principal ventaja: la rapidez de su tramitación y consecuencial eficacia práctica. El criterio antes señalado tiene, como se ha dicho, amplio respaldo jurisprudencial. Para muestra, dos fallos: - Caso en que los recurrentes impugnan la medida de expulsión de un colegio por no existir investigación previa que sustente la medida, la Corte consideró: “no se han observado las normas mínimas de un debido proceso, actuando en contravención al propio Reglamento Interno que rige las relaciones entre el establecimiento y los alumnos, en el cual no se encuentra contemplada específicamente la falta cuya comisión se atribuye a las sancionadas”, lo que significó un actuar “en forma voluntariosa y con abierta infracción a las normas del debido proceso de ley exigido por nuestra Constitución, afectando gravemente los derechos fundamentales de las recurrentes” ("Arroyo Thoms, Tamara y otras con Director de Liceo de Niñas", considerando sexto y octavo: Corte de Apelaciones de Puerto Montt, 3-enero-2001, Rol Nº 2.8402000 (recurso de protección), confirmado por la Corte Suprema el 23enero-2001, Rol Nº 281-2001) “(…) la potestad disciplinaria de los diversos entes, que ha sido estimada como un verdadero derecho penal de carácter administrativo, debe ejercerse con sujeción a “las normas de un debido proceso, con pleno resguardo de los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, en este caso doblemente resguardados respecto a las recurrentes, tanto por las normas 10 pertinentes del artículo 19 de nuestra Constitución Política, como de la Convención sobre Derechos del Niño, que en virtud del artículo 5° de la misma Carta Fundamental, tienen idéntico valor, constituyéndose en limitaciones al ejercicio de la soberanía del Estado, y por ende a la potestad sancionatoria de sus organismos y de los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y se estructura la sociedad” ("Arroyo Thoms, Tamara y otras con Director de Liceo de Niñas", considerando quinto) - Caso en que la Corte sostuvo que la aplicación de un procedimiento “racional y justo” debe existir aun cuando el Reglamento respectivo no contemple un procedimiento al respecto: “Cualquiera sea la falta que se pueda imputar a algún alumno, las medidas disciplinarias en un establecimiento educacional como el de los recurridos, debe imponerse después de algún procedimiento de investigación en el que los derechos de los menores sean rigurosamente respetados; en particular, deben ser tratados en forma digna y con total consideración y respeto” (“Canales Araya, Gonzalo con Liceo José Victorino Lastarria, Inspector General don Sergio Román Rozas y Cabezas”, Corte de Apelaciones de Santiago, 17-noviembre-2003, Rol Nº 4.545-2003 (recurso de protección), confirmado por la Corte Suprema el 27-enero-2004, Rol Nº 5.426-2003) Vulneraciones al debido proceso legal en este caso Asumiendo que es dable considerar al debido proceso en el marco de protección de la acción constitucional en ejercicio, pasamos a enumerar las vulneraciones a esta garantía: i. Derecho a la defensa Como se ha relatado en el acápite de los hechos, Lorena, es notificada verbalmente de su expulsión al momento que la Sra. Osorio interrumpe la Asamblea que, en forma pacífica y sin alterar el orden institucional del establecimiento, se llevaba a cabo en horario de recreo (9:15 horas) del día Martes 28 de Junio. Acto seguido la sostenedora la retiene y le impide comunicarse con sus padres. Solo a partir del día siguiente, miércoles 29 de junio, nosotros, los padres, podemos acceder a una reunión con la Sra. Osorio quien, en el acto, se niega a que Lorena participe de ella. Este acto es del todo ilegal y constituye a su vez, una arbitrariedad contraria al derecho de Lorena a hacer sus descargos. Esta garantía de defensa, además de consagrarse en el art. 19 N°3 de la Carta Magna, está garantizada, en específico, por la Convención de Derechos del Niño que, al respecto, dispone: 11 Art. 12 N°2 CDN: “Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.” El DFL 2 del Ministerio de Educación que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley N°20.370 con las Normas no derogadas del DFL N°1 de 2005, en lo relativo a los Reglamentos Educacionales, prescribe: Art. 46 f) DFL 2: “Contar con un reglamento interno que regule las relaciones entre el establecimiento y los distintos actores de la comunidad escolar, y que garantice el justo procedimiento en el caso en que se contemplen sanciones. Este reglamento no podrá contravenir la normativa vigente” (Énfasis nuestro) El art.5 de la Constitución, en su inciso final, establece que la “soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.” Así, la Convención de Derechos de Niños se entiende incorporada a la legislación nacional y, por ende, debe ser respetada. Asimismo, de acuerdo al DFL N°2 del Ministerio de Educación, en la normativa específica de los Reglamentos de Convivencia Escolar, establece esta misma garantía sosteniendo que, ninguna autoridad podrá desconocerlo bajo ningún pretexto. ii. Falta de imparcialidad en la instancia de apelación Como se ha dicho, quien recurre hizo uso del derecho de apelación que confiere el Manual de Convivencia Escolar, en artículo 1, letra p), siguiendo el conducto regular que dicho cuerpo normativo prescribe, esto es, haciendo llegar una carta escrita a la Directora del establecimiento. Si se observa con detención, hay aquí una serio atentado a la imparcialidad del órgano decidor de segunda instancia debido a que existe una relación de subordinación y dependencia laboral, entre la Sra. Luz Marina Osorio Bahamondes, representante legal del Colegio, quien unilateralmente toma la decisión de expulsar a Lorena, y la Sra. Ingrid Rosseau Amigo, Directora del Establecimiento, órgano de apelación. Es poco probable que la Sra. Rosseau contradiga el parecer de la Sra. Osorio toda vez que, es de fácil presunción, arriesga algún tipo de amonestación de quien es, en definitiva, su empleadora. 12 iii. Falta de proporcionalidad en la sanción La carta que notificó la expulsión de Lorena, establece en su numeral 6, una de las causales del término de la relación contractual entre ella –representada por su padre, quien recurre- y el Colegio, señalando lo siguiente: “El mismo día (28.06.11), se llama por teléfono al apoderado para informarle de la situación de la alumna. La llamada la contesta la Sra. Jenny Valenzuela Guerra, apoderada suplente y madre de la alumna. Se le comunica [a través del Asistente Operativo de Inspectoría General, Carlos Díaz], que debe presentarse inmediatamente en el colegio, ya que su hija no puede ingresar a clases por haber cometido faltas graves. En estas circunstancias, la apoderada se niega a cumplir con la citación, incumpliendo el contrato de prestación de servicios, en su claúsula 4ta N°5, que establece: “asistir a las citaciones de apoderado de los distintos profesionales”. En relación a esta obligación emanada del contrato, debemos señalar que nada dice la norma respecto a la temporalidad de la citación ya que no se establece un plazo determinado para la asistencia del apoderado, ni hay indicios que hagan entender que ésta deba ser cumplida de inmediato. Lo anterior resulta lógico toda vez que tanto quien recurre como la madre de Lorena, desempeñamos labores bajo dependencia y subordinación. Por lo tanto, consideramos menester contar con un plazo razonable con el objeto de solicitar la debida autorización a nuestros empleadores y poder cumplir con aquella obligación. Por lo anteriormente expuesto, cabe enfatizar que la imposibilidad de asistir a la citación de manera inmediata se debió a motivos de fuerza mayor y no como lo deja entrever la recurrida, esto es, como un mero capricho de la madre de Lorena. No pudiendo acudir a la citación de inmediato, por los motivos indicados, concurrimos –la madre de Lorena y yo, el apoderado titular- al Colegio, al día siguiente (Miércoles 29 de Junio) con el objeto de ser informados de los hechos acaecidos y asimismo solicitar que se nos explique respecto a los malos tratos físicos y sicológicos sufridos por Lorena. Es necesario señalar, asimismo, que existe una manifiesta contradicción en los numerales de la carta de notificación de expulsión. Por un lado, el numeral 6, antes citado, señala que: “… Se le comunica [a través del Asistente Operativo de Inspectoría General, Carlos Díaz], que debe presentarse inmediatamente en el colegio…” (Énfasis nuestro) 13 Esta disposición se contradice con el numeral 8, de la misma carta que reza: “Cuando el Sr. Díaz llama, por última vez a la apoderada Jenny Valenzuela para informarle que si al día siguiente no se presenta el apoderado, la alumna no podrá ingresar a clases…” (Énfasis nuestro) Como vemos, no existiría la vulneración a la claúsula contractual toda vez que, es el mismo Colegio, quien dispone la citación en tiempos equívocos ya que, en un primer momento, la citación es inmediata, señalando a reglón seguido que la citación es para el día siguiente. De esta forma, la causal de expulsión no se configura haciéndola improcedente. Por otro lado, otro de los motivos que, a juicio de la recurrida, motivaron la expulsaión de Lorena, son los señalados en los numerales 7 y 8 de la carta de notificación. Al respecto, el numeral 7, continúa de la siguiente manera: “En esta misma circunstancia [de la llamada citando al apoderado inmediatamente] la Sra. Jenny Valenzuela, emite juicios ofensivos hacia el colegio y al funcionario que realizó la llamada, don Carlos Díaz, Asistente Operativo de Inspectoría General…” Asimismo, el numeral 8, insiste en la idea de los juicios ofensivos, al señalar: “[una vez señalada la imposibilidad de Lorena de entrar a clases], ésta última [refiriéndose a Jenny Valenzuela, madre de Lorena] emite ofensas y groserías infringiendo el artículo 37 del Manual de Convivencia, el que califica como falta grave por parte del apoderado ´…el maltrato verbal, despectivo y soez, en contra de cualquier integrante de la comunidad educativa, motivando el término del contrato de prestación de servicios’” Sobre estas supuestas declaraciones de la madre de Lorena, la carta no entrega ni mayores antecedentes ni prueba suficiente que acredite que los hechos hayan ocurrido con la gravedad que se relata. La madre reconoce un estado de alteración emocional que originó un tono verbal poco protocolar, el que sin embargo, no tuvo nunca el carácter de “soez o grosero” que describe la recurrida en la carta de notificación. Asimismo, el contexto de la conversación propició la alteración de Jenny (quien nunca recurrió ni al garabato ni a la palabra vulgar) toda vez que ella había sido recientemente informada de la retención de Lorena por espacio de 5 horas tal y como se describió, en el acápite de Antecedentes de Hecho, de esta presentación. 14 Arribando a una conclusión jurídica, a nuestro juicio, la medida tomada por la recurrida debe considerase arbitraria, fuera de toda lógica y racionalidad. En este orden de ideas, consideramos que la arbitrariedad debe vincularse y relacionarse con la noción de actuares u omisiones que pugnen con la lógica y la recta razón contradiciendo el normal comportamiento, sea de la autoridad o de los seres humanos en particular, que se rige por el principio de la racionalidad, mesura y meditación previa a la toma de decisiones y no por el mero capricho o veleidad, que constituiría la primera. La desproporcionalidad de la medida de expulsión de Lorena, es evidentemente exagerada, tal como lo señala la jurisprudencia caratulada "Constanza Pellegrino Garrido, Directora del Colegio Compañía de María" Corte de Apelaciones de Santiago, 6-enero-1994 (recurso de protección), publicada en Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo XCI (1994), Nº 1 (enero-abril), Seccion 5, cuando señala que: " …la decisión de no renovar matrícula a un alumno de un establecimiento educacional, por tratarse de una medida excepcional debe ser interpretada de manera restrictiva, y adoptarse sólo en el caso en que su permanencia resulte insostenible por causar grave daño al colegio y a sus compañeros. Una medida como la referida resulta exagerada o excesiva y peca por ello de arbitrariedad, tanto más si se considera que ha sido aplicada en época en que no es posible al afectado ubicarse en otro colegio similar, dadas las circunstancias que en la práctica se realizan estos trámites, como es de público conocimiento." (Énfasis nuestro) De esta manera, la sanción impetrada por la recurrida constituye una actuación arbitraria por ser ésta contraria a la razón y ser fruto de una voluntad carente de fundamento racional, obedeciendo en definitiva a caprichos en que se ha hecho uso abusivo de la autoridad escolar, distorsionando la validez de la sanción. iv. Vulneración de Manual de Convivencia El artículo 23 del Manual de Convivencia Escolar, en el apartado de “Sanciones a las faltas graves”, señala que “Antes de proceder a estas sanciones se realizará un trabajo formativo-valórico con el apoyo de los docentes y el equipo multidisciplinario.” Este trabajo no se realizó por lo que hay una seria omisión procedimental que atenta, nuevamente, contra la garantía del debido proceso y al derecho a ser oído. 4) Se vulnera el derecho de propiedad de un bien incorporal La expulsión de Lorena ha vulnerado el art. 19 N° 24 inciso primero de la CPR, que garantiza “El derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes corporales o incorporales”. Esta norma establece un único estatuto para ambas clases de 15 bienes, corporales e incorporales, tal y como los define el art. 583 del Código Civil que preceptúa que, sobre bienes incorporales hay, también una especie de propiedad. De acuerdo a lo anterior, los derechos de los estudiantes son bienes incorporales. La jurisprudencia así lo ha entendido: “Que es obvio que de un contrato educacional se desprende, para el alumno y su apoderado, un derecho de propiedad sobre un bien incorporal consistente en el acceso del primero a recibir la instrucción por la que ha optado y que imparte el Liceo” (“Pablo Quiroz Olivares contra Consejo Escolar y Sostenedor del Colegio Andrés Bello”, Corte de Apelaciones de Valparaíso, (recurso de protección), 30octubre-2007, ROL N°383-2007, considerando tercero; fallo redactado por el abogado integrante don Benardino Muñoz Sánchez) La expulsión de Lorena no tiene motivo plausible que la justifique debido a que, como se ha visto, vulnera los derechos a la libertad de emitir opinión, reunirse pacíficamente y sin armas y el de un debido proceso legal, consagrados en nuestra Carta Magna. Como consecuencia de esta triple vulneración, se afecta el derecho de propiedad de Lorena, protegido en su esencia por el constituyente, al no haber justificación alguna a su privación, convirtiendo a la expulsión en una medida ilegal y arbitraria. Por todo lo anteriormente expuesto y en virtud de la vulneración de las garantías establecidas en los numeral 3, 12, 13 y 24 de la Constitución Política, consideramos que de prosperar la acción ilegal y arbitraria de los recurridos, se provocará un efecto inhibitorio en el discurso público, inaceptable en un Estado Democrático como el nuestro. IV.- Medidas que deben decretarse con el objeto de que se restablezca el imperio del derecho. 1. Que Us. Iltma. ordene a los recurridos hacer cesar la medida de expulsión de Lorena, permitiendo que ésta vuelvan a clases regularmente; 2. Que se instruya a la recurrida en orden a que sus facultades disciplinarias no pueden ser ejercidas en términos que vulneren las garantías constitucionales de los alumnos del Colegio, imponiendo sanciones ilegales y arbitrarias. Existe la necesidad de que Us. Iltma. declare que tal conducta es ilegal y arbitraria. Tal declaración es imperiosa aún en el evento que los recurridos decidan cesar su actitud ilegal durante la secuela de la tramitación de esta acción de protección, por cuanto subsistirá el riesgo de que se perturben, priven o amenacen los derechos fundamentales de los demás alumnos del establecimiento, al término del proceso disciplinario que el Colegio ha instruido, y por 16 ello es necesario que un órgano de la jurisdicción llamado a proteger las garantías individuales así se lo declare. POR TANTO, en mérito de los expuesto y de lo dispuesto en los artículos 5, 19 Nº12, 20 de la Constitución Política del República, las normas pertinentes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos del Niño, del DFL N°2 del Ministerio de Educación, del Auto Acordado sobre Tramitación y Fallo del Recurso de Protección, y demás normas que Us. Iltma. estime pertinente, A US. ILTMA. RESPETUOSAMENTE PIDO: se sirva tener por interpuesto el presente recurso de protección en contra de COLEGIO ALEMAN DE ARICA y de su sostenedora doña LUZ MARINA OSORIO BAHAMONDES, acogerlo a tramitación, y resolver en definitiva, declarando que los actos de los recurridos son arbitrarios e ilegales, que afectan las garantías constitucionales señaladas en el capítulo III del cuerpo de esta presentación, y en consecuencia ordene restablecer el imperio del derecho haciendo cesar los impedimentos y decretando las medidas solicitadas en el acápite IV del cuerpo de esta presentación o las demás providencias que US Iltma. estime adecuadas. PRIMER OTROSÍ: De conformidad a lo señalado en el Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema, de 24 de Junio de 1992, sobre Tramitación del Recurso de Protección de Garantías Constitucionales, solicitamos a US. ILTMA. se sirva conceder ORDEN DE NO INNOVAR en cuanto a que se suspenda los efectos de la medida disciplinaria de expulsión, decretada por la recurrida, oficiando al efecto, en mérito de las siguientes consideraciones de hecho y de derecho: 1. La doctrina es uniforme en señalar que la orden de no innovar tienen por objeto esencial disponer “(…) la suspensión, desde luego, del acto perturbador de un derecho y produce efectos por mientras se resuelve el recurso de protección. Es un complemento importante del procedimiento sobre la materia, pues de este modo se precaven los efectos perniciosos del acto reclamado” (Enrique Pailas en “El recurso de Protección ante el Derecho Comparado”. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1997, página 103) 2. En el caso que nos ocupa, es evidente el “efecto pernicioso” del acto recurrido, toda vez que dicho acto impide a nuestros hijos, hijas y representados el pleno ejercicio de las garantías constitucionales a que se hace referencia en lo principal de este escrito, lo que provoca un agravio cierto, real y concreto sobre estos, concurriendo además los requisitos que la doctrina exige para la procedencia de la orden de no innovar: fumus boni juris; y periculum in mora; (Raúl Tavolari en “Tribunales, Jurisdicción y Proceso”. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1994, página 146.) 3. En relación con el fumus boni juris, resulta a todas luces evidente que dadas las características de la medida ilegal y arbitraria adoptada por los recurridos, existe certidumbre acerca la privación, perturbación y amenaza sobre las garantías 17 constitucionales de nuestros hijos, hijas y representado, que cumple los requisitos de ser real, actual, grave, precisa y concreta en sus resultados, como exige la jurisprudencia invariable de nuestros Tribunales de Justicia; 4. En relación al periculum in mora, hacemos presente a US. ILTMA. que siendo el objeto del presente recurso la protección de las garantías constitucionales que están siendo actual y permanentemente afectadas, esta sola circunstancia justifica la orden de no innovar, ya que de aceptarse el proceder de los recurridos, se violará de manera irreversible los derechos constitucionales de estos recurrentes y de sus hijos e hijas. Por lo tanto y en virtud de lo expuesto: Sírvase US. Iltma. acceder a lo solicitado. SEGUNDO OTROSÍ: Ruego a SSI. tener por acompañado los siguientes documentos: 1. Certificado de nacimiento de Lorena Mussa Valenzuela. 2. Notificación de la terminación del contrato de prestación de servicios educacionales expedida del Colegio Alemán a través de la Sra. Luz Marina Osorio Bahamondes. 3. Contrato tipo de prestación de servicios educacionales del Colegio Alemán de Arica. 4. Manual de Convivencia Escolar del Colegio Alemán de Arica. 5. Declaraciones de Lorena Mussa emitidas por Facebook. Por tanto: Sírvase US. Iltma. tenerlo por acompañado. 18