LA MALARIA EN NUESTROS DÍAS En 2010, cerca de 3 mil millones de personas (aproximadamente el 50% de la población mundial) estaban expuestas al paludismo o la malaria. Martha Lucía Quiñones, profesora asociada de la UN e investigadora principal del proyecto de la UN. Los diez proyectos de centros internacionales financiados por la NIAID buscan la eliminación de la malaria en diferentes regiones del mundo. - Fotos. A. Felipe Castaño / Unimedios Bogotá D. C., abr. 25 de 2012 - Agencia de Noticias UN- El planeta celebra el Día Mundial contra la Malaria. Con este motivo, investigadores y especialistas de la UN opinan sobre la importancia de los estudios, campañas y avances en esta enfermedad. El Día Mundial del Paludismo fue instituido por la 60.ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2007, como una forma de reconocer los esfuerzos desplegados en todo el mundo para controlar eficazmente la malaria. La enfermedad ha venido disminuyendo en el mundo en los últimos cinco años, al pasarse de un millón de muertes a 800 mil en este periodo. Si bien, de acuerdo con la ONU cada día mueren más de 1.400 niños por esta causa, se evidencia una mejoría con respecto a los 1.900 registrados el año anterior. La reducción en Centroamérica ha sido más drástica. Y, aunque Colombia también la ha sentido, sigue encabezando, junto con Brasil, la lista de número de casos reportados en Latinoamérica, debido a los problemas y conflictos sociales que enfrentan estas dos naciones. Según Vladimir Corredor, profesor asociado al Departamento de Salud Pública de la UN, se trata de una enfermedad muy grave en el África, donde hay millones de personas en riesgo de contagio, en especial los niños. Aunque en América Latina la situación no es tan compleja, dado que el número de casos es muy inferior, esto no quiere decir que sea menos importante. Para Martha Lucía Quiñones, Ph. D. en Entomología y profesora asociada de la UN, este es un momento muy interesante con relación a la malaria, porque hay muchas iniciativas tendientes a eliminar la enfermedad en muchas partes del mundo. La experta considera que una celebración de esta naturaleza es muy importante porque crea conciencia, ya que permite reconocer esta enfermedad como un problema serio que necesita muchos aportes y recursos. Dado el interés creciente que se ha despertado, han surgido iniciativas para financiar proyectos en todo el mundo, como el del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), entidad adscrita a los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. A lo anterior se suma el proyecto aprobado por el programa Redes de Colciencias para el estudio de la malaria y del dengue. En este caso, diferentes instituciones del país se han organizado en torno a este. Entre ellas se encuentran las Universidades del Valle (a través de su Centro Internacional de Vacunas), la de Antioquia y la UN. Con respecto a la labor desarrollada en la UN, la profesora Quiñones es la investigadora principal en el componente de vectores. Participan, además, el profesor Fernando de la Hoz, en Epidemiología, y el profesor Vladimir Corredor, en la resistencia a medicamentos antimaláricos. También existe un grupo de la Facultad de Ingeniería cuya tarea consiste en desarrollar modelos matemáticos para predecir qué va a suceder, una herramienta útil para la toma de decisiones acerca de medidas de control. “Es una oportunidad grandísima saber que estos proyectos funcionan actualmente. Por eso, el Ministerio de Salud está muy interesado. La idea es cómo empezamos a eliminar la malaria en ciertas regiones en Colombia y de Latinoamérica”, manifiesta Quiñones. Por su parte, y con respecto al Día Mundial contra la Malaria, el profesor Corredor coincide con Quiñones en que esta celebración ha permitido que se tome conciencia de la gravedad del problema, particularmente en África. Aunque, según él, también lo ha hecho al mostrar que la enfermedad requiere ser atacada en los sitios de origen. En otras palabras, en África, América Latina y el sudeste asiático. De igual manera, ha permitido iniciativas importantes, como la de la Fundación Gates, o la financiación de investigaciones en las universidades, con esquemas que buscan agrupar a los centros de investigación de los países desarrollados con los de los países que padecen la epidemia. Actualmente, el propio Corredor, a través del proyecto de Colciencias, trata de establecer los genotipos de resistencia a los antimaláricos en Colombia, así como los modelos genéticos que permitan explicar esos genotipos de alta resistencia que aparecen en estas tres partes del mundo. Cabe destacar que la organización Resistencia Mundial Antimaláricos, con sede en Oxford, trabaja en la elaboración de mapas mundiales de los genotipos de resistencia a las drogas antimaláricas, en llave con la Escuela de Medicina Tropical de Londres, la Fundación Gates, el Centro de Investigación Médico Sudafricano y la Universidad de Mahidol de Tailandia. (Por: N° 56 Fin/fga/sup/fgd)