ESTRATIFICACIÓN DE GÉNERO AUMENTADA - SOCIEDADES PATRILINEALES-VIRILOCALES Tomado de: KOTTAK Conrad Phillip: Estratificación de género aumentada - sociedades patrilineales-virilocales. En: Antropología cultural. Espejo para la Humanidad. Cap. 10. McGrawHill. 1999. GUIA DE LECTURA: Esta lectura presenta ejemplos de sociedades donde en los diferentes ritos bien sea de iniciación u otro tipo de actividades realizan para aumentar la masculinidad; esto particularmente en sociedades patrilineales. Los igbo son algo infrecuente entre las sociedades patrilineales-virilocales, muchas de las cuales tienen una acentuada estratificación de género. Martín y Voorhies (1975) vinculan el declive de la matrilinealidad y la difusión del complejo patrilineal-virilocal (consistente en patrilinealidad, virilocalidad, guerra y supremacía masculina) a la presión sobre los recursos. Enfrentados a una escasez de recursos, los cultivadores patrilinealesvirilocales como los yanomanü suelen entrar en guerra con otros poblados. Esto favorece la virilocalidad y la patrilinealidad, costumbres que mantienen juntos en el mismo poblado a los hombres emparentados, donde se hacen fuertes aliados en el combate. Tales sociedades tienden a tener una acusada dicotomía domésticapública, y los varones suelen dominar la jerarquía del prestigio. Pueden utilizar sus roles públicos en la guerra, el comercio y su mayor prestigio para simbolizar y reforzar la devaluación o la opresión de las mujeres. El complejo patrilineal-virilocal es característico de muchas sociedades de las tierras altas de Papua-Nueva Guinea. Las mujeres trabajan duro cultivando y procesando cosechas de subsistencia, criando y cuidando cerdos (el principal animal doméstico y el alimento favorito) y cocinando en casa, pero están aisladas del dominio público, que controlan los hombres. Estos cultivan y distribuyen cosechas de prestigio, preparan alimentos para los festines y convienen los matrimonios. Incluso comercian con los cerdos y controlan su uso en el ritual. En las áreas densamente pobladas de las tierras altas de Papua-Nueva Guinea, la evitación masculino-femenino está asociada con una fuerte presión sobre los recursos (Lindenbaum, 1972). Los hombres temen cualquier contacto femenino, incluso el sexo. Piensan que el contacto sexual con las mujeres les debilita. En realidad, ven todo lo femenino como peligroso y polucionante. Se segregan a sí mismos en casas de hombres y ocultan de las mujeres sus preciados objetos rituales. Retrasan el matrimonio y algunos no se casan nunca. Por el contrario, las áreas escasamente pobladas de Papua-Nueva Guinea, como las zonas recientemente colonizadas, carecen de tabúes sobre contactos masculino-femenino. La imagen de la mujer como polucionadora se desvanece, la relación sexual heterosexual se valora positivamente, hombres y mujeres viven juntos y las tasas reproductoras son elevadas. La homosexualidad etoro Uno de los ejemplos más extremos de antagonismo sexual de Papua-Nueva Guinea procede de los etoro (Kelly, 1976), un grupo de cuatrocientas personas que subsisten de la caza y la horticultura en la región del Trans-FIy. Los etoro ilustran también el poder de la cultura en el modelado de la sexualidad humana. El siguiente relato se aplica sólo a los varones etoro y a sus creencias. Sus normas culturales impidieron que el antropólogo varón que los estudió recogiera una información comparable sobre las actitudes femeninas. Las opiniones etoro sobre la sexualidad están vinculadas con sus creencias sobre el ciclo de nacimiento, crecimiento físico, madurez, vejez y muerte. Creen que el semen es necesario para dar fuerza vital al feto, del que se dice que es colocado dentro de la mujer por un espíritu ancestral. Puesto que los hombres creen tener una cantidad limitada de semen, la sexualidad socava la vitalidad masculina. El nacimiento de niños, nutridos por el semen, simboliza un sacrificio necesario (y desagradable) que conducirá a la eventual muerte del marido. La relación sexual heterosexual, que sólo es necesaria para la reproducción, se evita. Las mujeres ávidas de sexo se consideran brujas, peligrosas para la salud de sus maridos. La cultura etoro permite las relaciones sexuales heterosexuales sólo unos cien días al año. El resto del tiempo son tabú. La agrupación estacional de los nacimientos nos muestra que se respeta el tabú. La heterosexualidad es tan objecionable que se separa de la vida de la comunidad. No debe producirse ni en los dormitorios ni en los campos de cultivo. El coito heterosexual sólo puede realizarse en la selva, donde resulta arriesgado debido a las serpientes venenosas, de las que dicen los Etoro que se sienten atraídas por los sonidos y el olor del sexo. Aunque se evita el coito heterosexual, los actos homosexuales se consideran esenciales. Los Etoro creen que los chicos no pueden producir semen por sí mismos. Para llegar a convertirse en hombres y con el tiempo poder dar fuerza vital a sus hijos, los muchachos deben adquirir el semen oralmente de los hombres mayores. Desde la edad de diez años hasta que se les considera adultos son inseminados por varones de más edad. No existen tabúes relacionados con esto. La actividad homosexual puede darse en los dormitorios o en el huerto. Cada tres años, un grupo de chicos con una edad que ronda la veintena es formalmente iniciado en la hombría. Van a una cabaña aislada en la montaña, donde son visitados e inseminados por varios hombres adultos. La homosexualidad Etoro está regida por un código de propiedad. Aunque las relaciones homosexuales entre los varones mayores y los más jóvenes son culturalmente esenciales, se evitan entre chicos de la misma edad. Un muchacho que obtenga semen de otros jóvenes se considera que está socavándoles su fuerza vital e impidiéndoles su crecimiento. Cuando un chico se desarrolla con gran rapidez, eso indica que está ingiriendo el semen e sus compañeros. Al igual que a las esposas ávidas de sexo, se le rehuye como a un brujo. La homosexualidad Etoro descansa no en las hormonas o en los genes, sino en tradiciones culturales. Los etoro representan un extremo del patrón de evitación masculino-femenino que se halla muy difundido en PapuaNueva Guinea y en las sociedades patrilineales-virilocales. Actividad. Por parejas realicen una reseña del texto entregado. Parámetros para realizar una reseña. 1. Título completo del libro o el artículo. 2. Datos biográficos del autor o autores3. Datos bibliográficos del documento presentados con rigor metodológico: apellido y nombres de los autores o autor, revista, ciudad, editorial, año de publicación, ISBN o ISSN, # de páginas y señalar desde el # de inicio al # de finalización. 4. Desarrollo en función de: párrafo introductorio que presente la estructura temática, a continuación el desarrollo conforme a esa estructura que abarque: párrafo introductorio, desarrollo de la síntesis de cada parte de la estructura, transcribiendo para luego interpretar las citas textuales de las ideas más destacadas del autor. 5. Conclusiones del autor del documento (si no las tiene el autor de la reseña las redacta). 6. Comentario final con valoración personal argumentada del escrito (sobre aspectos como: si el soporte bibliográfico es suficiente y actualizado, si el escrito es lógico. coherente y claro, la relevancia educativa del tema, entre otros).