FERNANDINHA PRIMERA MUJER DE LA DIVISIÓN DE HONOR EN EL FÚTBOL En una playa de Sao Paulo, ciudad de Brasil, están jugando chicos y chicas al fútbol. Este espectáculo es corriente verlo en las playas de todo Brasil, porque ellos quieren ser grandes futbolistas y ganar mucho dinero para su familia. Forman equipos dirigidos por chicos o personas mayores, aficionados al fútbol. De vez en cuando aparecen personas extrañas que ven jugar a los chicos y a las chicas, y de vez en cuando también desaparecen algunos jugadores, que eran precisamente los mejores del equipo. Había muchos jugadores buenos, en especial una chica llamada Fernandinha, cuyo sueño era llegar a se tan buena como Ronaldinho. Ella desde pequeña iba todos los días por la tarde a jugar con cualquiera de los equipos que se formaban en la playa, aunque ella tenía amigos con los que prefería jugar, porque ya se conocían y sabían cómo pasarse el balón, cómo desmarcarse, etc., etc.. Pero antes de ir a la playa, la mañana la dedicaba al estudio; primero, en la escuela, y después al instituto, porque quería ser una buena futbolista, pero también una persona culta, por eso, por la tarde, cuando venía de la playa, preparaba los deberes y leía libros de cultura y de fútbol. Su padre al principio no quería que su pequeña Fernandinha siguiese su mala racha, porque él había fracasado en el fútbol a pesar de sus esfuerzos, y quería que fuese arquitecto o algo por estilo, que también con estas carreras se ganaba dinero; pero viendo la afición que tenía su hija y que jugaba tan bien, pues no sólo le dejó que siguiera su sueño sino que le prometió que la ayudaría todo lo que pudiese para que triunfase. Cuando Fernandinha cumplió los trece años, en 1998, lo primero que hizo el padre fue meterla en un equipo federado del barrio en la categoría de cadete; en el equipo jugaban casi más chicas que chicos y casi todos eran muy buenos como jugadores y como personas, menos uno, que era un gamberro, que parecía que más que aprender a jugar, iba a los entrenamientos a hacer el tonto, y que al final acabaron echándolo. Desde el primer momento de jugar en el equipo, como jugaba tan bien y hablaba tanto de Ronaldinho, la llamaban Ronaldinha. El equipo, que había estado en la mitad de la tabla, empezó a subir gracias a los goles de la nueva jugadora y, al final quedaron los segundos de su categoría provincial. Terminada la temporada, un señor que había estado observando su juego, se interesó por ella, habló con el padre y le propuso ficharla en un equipo de tercera división. El padre y la hija aceptaron, firmaron un contrato, y así fue cómo empezó a ganar su primer sueldo por jugar a una cosa que tanto le gustaba. La temporada en su equipo se le pasó volando; con su buen entrenador mejoró mucho su técnica, y jugó tan bien y metió tantos goles, que se convirtió en la máxima goleadora de tercera división y le dieron el balón de oro de la categoría y llevó a su equipo a ascender a segunda. Al año siguiente, ya en el año 2000, volvió a hablar con ellos el mismo señor que habido ido al año anterior para aconsejarles que se fuesen a España, que era donde triunfaban todos los campeones; a sus padres les pareció bien el consejo, y prepararon los pasaportes, hicieron las maletas y se vinieron a España. Cuando llegó a Barcelona Fernandinha, lo primero que hizo fue ir al Camp Nou para ver entrenar a Ronaldinho, y se emocionó tanto, que antes de terminar el entrenamiento salió al campo y se fue a abrazar a Ronaldinho y le pidió que le firmara una foto que llevaba siempre de él y tener así un autógrafo y que le diera algún consejo; los polis la fueron a detener, pero Ronaldinho los paró y dejó que jugase un partidín con el equipo, y gustó tanto a los jugadores y al entrenador, que los dejó entusiasmados. Un par de horas después Ronaldinho le dijo que si iba a un equipo bueno que podía tener futuro, y así lo hizo. Ella como quería ser del Barcelona, se fue a hablar con los que mandan en el equipo, pero le dijeron que no la admitían porque era una chica y en el equipo no había ninguna; todos los jugadores protestaron, hasta el entrenador la quería. O sea, que no la fichaban porque era una chica; sólo por eso,¡qué injusticia! ¿No? Pero, además, había otro problema, porque ella y sus padres sólo tenían permiso de turistas y no tenían permiso de residencia en España. Entonces fueron a la policía para preguntar lo que tenían que hacer. Les dijeron tantas cosas que tenían que hacer, que si tenían que rellenar tantos papeles , que si tenían primero que tener un contrato de trabajo, etc, etc., y todo esto duraba no sólo meses sino años. O sea, que se lo pusieron tan difícil, que por poco se desaniman y se vuelven a Brasil, pero Fernandinha no se dio por vencida. Acudió a su amigo Ronaldinho que le aconsejó que sus padres se buscasen un empleo para ellos y que mientras tanto ella buscase un club donde entrenar para no perder la forma, aunque no pudiese jugar partidos oficiales. Los padres encontraron trabajo: la madre de limpiadora en un restaurante de lujo y el padre de chofer de limusinas, y así comenzaron ya los trámites que le duraron solamente un año por las muchas recomendaciones que tenían por parte del Barcelona. Ya con la nacionalidad española, empezó a jugar, como ella quería, en el equipo filiar femenino del Barcelona; fue magnífica su actuación en el campo y muy buena compañera en el vestuario; consiguió ser la máxima goleadora de la liga y la mejor jugadora del año. En la temporada siguiente fue seleccionada para formar parte del equipo nacional femenino para los Campeonatos del mundo, que tendría la final en Sao Paulo; así tuvo la oportunidad de visitar muchos países no sólo de Europa sino de todo el mundo. El equipo español fue ganando partidos hasta que logró llegar a la final, que sería contra el equipo de Brasil, del que formaban parte antiguas amigas suyas hasta de la playa; también tuvo la oportunidad de presentarlas a sus compañeras del equipo español. Como era de esperar, Fernandinha aprovechó el tiempo libre para ver a toda su familia y a sus amigos. La final estuvo muy igualada; terminó con empate a cuatro goles; por el equipo español ella metió tres goles; en la tanda de penaltis España ganó por 4-5. Fernandinha paseó alrededor del campo la copa entre los aplausos de los aficionados de Brasil, que aunque habían perdido la final, tenían a una brasileña como campeona. La temporada siguiente la jugó ya en el primer equipo del Barcelona. ¿Cómo pudo ser esto? Porque cambiaron el Reglamento precisamente porque el Barcelona y en especial Ronaldinho necesitaban a Ronaldinha para ser campeones. Así es cómo Fernandinha logró ser la primera mujer que jugó en un equipo de hombres de la Primera División de España. Lo consiguió, siendo mujer y emigrante, luchando con su esfuerzo, su valentía y su deseo de ser siempre la primera. SORI ALUMNO: JUAN GARCÍA HERRERO IES: MONTE NARANCO (OVIEDO)