T.M. Nº 86 - Las depresiones

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TEMA MÉDICO N° 86
LAS DEPRESIONES
Las crisis, la presencia de conflictos, la incertidumbre económica, laboral,
social, en definitiva emocional, en la que se transitan muchos espacios de
la vida diaria, contribuyen a la aparición de sensaciones de inestabilidad,
temor, desesperanza y angustia que, con el tiempo, pueden desembocar
en el desarrollo de cuadros depresivos. Sin embargo, la posibilidad o nó de
que este trastorno psíquico tenga lugar, depende de las características
propias de cada individuo.
¿Qué características tienen las personas que padecen depresión?
Se destaca principalmente las oscilaciones intensas de la autoestima, la
desesperanza, las alteraciones del estado de ánimo, la apatía,
hipocondría, trastornos del sueño, crisis de ideales y valores, las
disfunciones sexuales, anorexia, adicciones y trastornos corporales.
Las personas que cursan una depresión, tienen una visión pesimista de si
mismos y del mundo, acompañada por un marcado sentimiento de
impotencia y fracaso.
Quien se encuentra deprimido, transita sus días como una sucesión de
rutinas y pesares, sin presencia de indicios de pequeños estallidos de
alegría que puede experimentar una persona que no sufre este cuadro.
Así, progresivamente se produce una merma de la energía y del interés,
creciendo los sentimientos de culpa, apareciendo dificultades en la
concentración, pérdida de apetito y sentimientos hostiles.
Todos estos cambios están en general acompañados por alteraciones en
las funciones cognitivas, del lenguaje y de las funciones que nuestro
organismo desarrolla automáticamente (vegetativas: tales como el sueño,
el apetito) afectando el desempeño social, laboral e interpersonal.
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¿Cómo se verbalizan estas modificaciones?
En general, el sentimiento de agobio se expresa a partir de la
temporalidad, siendo frecuente que el individuo manifieste su falta de
proyección futura. El “no tengo ganas de” o “no tengo fuerzas”
manifiestan claramente el estado de ánimo depresivo imperante.
No obstante se puede observar un amplio rango de estados de ánimo y
un variado repertorio de expresiones afectivas. Esto es así dado que
habitualmente los pacientes con ánimo elevado (es decir manía)
expresan expansividad, fuga de ideas, insomnio, ideas de grandiosidad,
mientras que aquellos con humor deprimido, manifiestan apatía, falta de
motivación, pérdida de interés y rendimiento, escolar, laboral, social.
¿Cuales son los motivos de consulta?
Los cambios en el estado de ánimo y de las manifestaciones somáticas,
son los primeros motivos de consulta en los cuadros depresivos.
Podemos agruparlos en tres categorías:
La primera, está dada justamente por las modificaciones del estado de
ánimo y de la afectividad, siendo sus principales indicadores: la tristeza, la
baja autoestima, los autorreproches, la pérdida del placer y del interés, la
sensación de vacío, apatía, tensión, irritabilidad y las inhibiciones.
En la segunda, se encuentran los cambios en el pensamiento, dado que la
concentración disminuye, dejando espacio a la indecisión, la culpa, el
pesimismo, la crisis de ideales, valores y pensamientos negativos.
En la tercera, observamos como motivo de consulta, las manifestaciones
somáticas basadas en la alteración de algunas funciones, tales como
insomnio, hipersomnia, disminución del apetito, disminución del deseo
sexual) o la aparición de dolores corporales, cefaleas, lumbalgias, dolores
articulares ó síntomas viscerales de origen gastrointestinal o cardiovascular.
¿Cuales son los distintos grados de depresión?
Podemos hablar de depresiones leves, moderadas o graves.
En la primera, el paciente siente que es incapáz de hacer frente a la
mayor parte de las actividades de la vida diaria.
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En la segunda, a la sensación de no poder y no alcanzar, se agregan
dificultades para poder mantener las actividades, para concentrarse o
tomar decisiones. Aquí suelen encontrarse los errores laborales, los que de
existir, dañan aún más la autoestima.
Finalmente cabe destacar que ni en el cuerpo ni en la mente hay dos
personas que puedan padecer lo mismo. Cada individuo es único y por
ende cada cuadro depresivo también.
¿Cuales son las enfermedades más frecuentes asociadas a la depresión?
En este aspecto la relación es bilateral, es decir, si bien hay cuadros
depresivos que influyen en el desarrollo de determinadas patologías,
también hay algunas enfermedades que pueden contribuir a que una
persona desarrolle un cuadro depresivo, ejemplo son los accidentes
cerebrovasculares, las cardiopatías, el cáncer, la enfermedad de
parkinson, algunos trastornos hormonales y las infecciones producidas por
algunos virus.
Es muy frecuente la asociación de las siguientes enfermedades con
depresión: colon irritable, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica,
insuficiencia renal y enfermedades autoinmunes.
La depresión ¿puede intervenir en la evolución de una enfermedad
somática?
Los estados depresivos influyen sobre la evolución de la enfermedad
somática influyendo en su tratamiento eficaz. Las estadísticas indican que
la mortalidad a diez años en pacientes que han sufrido un accidente
cerebrovascular es 3.4 veces mayor si están deprimidos que si no lo están.
¿Existen cuadros depresivos “enmascarados”?
Hablamos de depresión enmascarada, cuando la alteración del estado
de ánimo se expresa a través de síntomas psíquicos, tales como la tristeza,
sinó a partir de alteraciones fisiológicas como la anorexia (falta de
apetito), la astenia (falta de fuerzas), las mialgias (dolores musculares), las
cefaleas pertinaces, el insomnio y hasta la pérdida de peso.
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Por este motivo, muchos de los estados depresivos tardan en ser
diagnosticados, ya que el estado de ánimo depresivo es menos evidente
o relevante que los síntomas corporales.
¿Las depresiones se manifiestan de igual manera en ambos sexos?
En general los varones pocas veces expresan la alteración del estado de
ánimo través de síntomas psíquicos como la tristeza, la labilidad emocional
o la ideación depresiva, por ello en ellos está más enmascarada que la
femenina.
Los varones son más incapaces de identificar las propias emociones y por
lo tanto, de verbalizarlas. Así solo mencionan los síntomas físicos de su
malestar en contraposición a las mujeres que suelen ser más claras en la
expresión de sus sentimientos.
Con anterioridad mencionábamos que muchas enfermedades pueden
cursar con depresión. Ponemos entonces en evidencia esta circunstancia,
con el objeto de dejar claro que, el paciente deprimido debe ser
correctamente diagnosticado, siendo para ello necesaria su concurrencia
al médico, quien podrá determinar claramente la inexistencia de
enfermedad orgánica y la existencia de un cuadro depresivo puro.
Existe una lista numerosa de enfermedades que cursan con depresión,
mencionaremos algunas, las más conocidas en general:
De causas endocrinas:
Hipotiroidismo (disminución de la función de la glándula tiroides).
De origen neurológico:
Accidentes cerebrovasculares.
Convulsiones.
Esclerosis múltiple.
Enfermedad de Parkinson.
Lesión cerebral traumática.
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De origen infeccioso:
Virus de la inmunodeficiencia humana.
Hepatitis C.
De origen oncológico:
Cáncer de páncreas.
Síndromes paraneoplásicos. (Conjunto de signos y síntomas determinados
que existen en forma paralela a tumores malignos).
Por deficiencias vitamínicas:
Vitamina B12.
Finalmente, no tome la decisión de consultar un especialista en psicología
para el tratamiento de la depresión, hasta que su médico de cabecera lo
haya examinado exhaustivamente y determine la necesidad de su
asistencia.
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