Fedro; Platón

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¿Qué visión del amor da el discurso de Lisias que lee Fedro?
Loa enamorados se arrepienten de los beneficios que hacen, tan pronto como cesan en su deseo. En cambio
los que no lo están no tienen ocasión en que les toque arrepentirse. También, los enamorados consideran
aquellos asuntos propios que administraron mal por culpa del amor juntamente con los beneficios que
hicieron, y añadiendo a esto los sinsabores que tuvieron. Por el contrario, los no−enamorados no pueden
alegar descuido de sus intereses privados por esa causa. Los enamorados reconocen que están más locos que
cuerdos, y que saben que no están en su sano juicio, pero que no pueden dominarse(se están dejando llevar
por los impulsos). De modo que una vez recobrada la sensatez, ¿cómo podría considerar que están bien las
cosas sobre las que toman una decisión en ese estado?.
También trata sobre qué dirán los demás, qué pensarán, cómo actuarán, los celos, si se mantendrá la amistad...
. Por ello evitan el trato de sus amados con los demás.
Muchos enamorados son dominados por el deseo del cuerpo, antes que por el deseo de conocer el carácter y
tener experiencias sobre las demás particularidades de sus amados, y también obtener placer momentáneo, en
vez de un placer a largo plazo.
No hace falta estar enamorado de una persona para tener su amistad.
¿Por qué lo critica Sócrates?
No está de acuerdo con algunas de las cosas que dice.
En el discurso se repiten dos y tres veces las mismas ideas, inclusa pudiéndolas decir de otro modo, ya que
tiene inspiración para decir muchas más cosas sobre el mismo tema.
Se le revela pueril.
Éstos temas los habían tratado sabios de antaño.
¿Quién es Lisias?
Orador ateniense. Estudió retórica y se dedico a la enseñanza en Atenas. Fue perseguido por los Treinta y se
vio obligado a huir. De vuelta a Atenas, persiguió en los tribunales a Eratóstenes (uno de los treinta), con un
alegato que contiene una descripción Cléber del terror que reinó en Atenas. Existen dos discursos de Lisias en
los que se muestra su sobria y sencilla elocuencia, lo que le valió ser considerado el jefe del aticismo.
¿Qué opina Sócrates de la locura, demencia o?
La locura no es un mal.
Los mayores bienes se nos originan por la locura otorgada por la divina donación, e incluso los dioses no
están cuerdos.
La locura aparece donde tenía que aparecer, y profetizando don debía profetizar, y es una forma de olvidarse
de las desgracias que lo obligan.
Hay un tercer estado de posesión y de locura procedente de las musas que al apoderarse de un alma tierna y
virginal, la despierta y la llena de un báquico transporte tanto en los cantos como en los restantes géneros
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poéticos, y que, celebrando los mil hechos de los antiguos, educa a la posteridad. Pues aquel que sin la locura
de las Musas llegue a las puertas de la poesía convencido de que por los recursos del arte habrá de ser un
poeta eminente, será uno imperfecto, y su creación poética, la de un hombre cuerdo, quedará oscurecida por la
de los enloquecidos.
La locura de los dioses tiene buenos efectos. No temamos el hecho en sí de la locura.
¿Quién es la profetisa o sacerdotisa de Delfos? ¿y qué es Delfos?
El lugar donde se desarrolló el culto más importante al dios Apolo fue en el templo de Delfos, famoso por su
oráculo. Este templo era, además, considerado el centro del mundo. Las predicciones del oráculo se realizaban
sólo un día al mes, el día siete, porque era la fecha del nacimiento de Apolo. El poco tiempo disponible y la
gran asiduidad de consultantes, desde pobres gentes a reyes y héroes, motivó la ampliación de las consultas a
todo el día y la existencia de varios grupos de sacerdotes para llevar a cabo las ceremonias.
Las predicciones del oráculo solían ser verdad y ha habido diversas estudios e investigaciones para averiguar
las razones de ella. Una teoría afirma que de una fisura en el suelo surgían extrañas emanaciones que
otorgaban la capacidad a las personas que entraban en contacto con ella de predecir el futuro. Esta capacidad
iba acompañada de estados de convulsión de estilo epiléptico. Dejando de lado el hecho de que esta teoría
resulta extremadamente difícil de creer, es necesario aclarar que estudios arqueológicos realizados en la zona
demostraron la inexistencia de fisuras en la tierra. También se ha afirmado que la sacerdotisa protagonista del
oráculo se veía sometida a ritos de lavado con aguas a determinadas temperaturas que provocaban una serie de
efectos psico−somáticos que permitían predecir el futuro. Además, parecía que la pitonisa masticaba una hoja
de laurel que colaboraba a procurar estos efectos. Sea como fuere, la razón más exacta para explicar el nivel
de acierto de los oráculos es que, a menudo, el discurrir de los acontecimientos permitía hacer un análisis
realista de la situación y prever de forma exacta lo que ocurriría a continuación. Otras veces ocurría que las
afirmaciones del oráculo tenían una influencia tan enorme que provocaban la adaptación de los
acontecimientos a sus predicciones. Por último, aunque hubiera error en la predicción se seguía confiando en
el oráculo porque esta equivocación se atribuía a fallos de interpretación de lo dicho y no a un auténtico
problema del oráculo.
El desarrollo del ritual se desarrollaba por orden de llegada salvo que, en casos excepcionales, algún
gobernante o personaje tuviese preferencia. Antes de entrar al templo, el consultante debía purificarse con un
lavado ritual, entregar una cantidad de dinero y sacrificar ovejas o cabras a modo de pago en especie que el
oráculo requería. Entonces, eran introducido en la parte más profunda de la sala donde ya se encontraba la
gran sacerdotisa del oráculo, la llamada Pitonisa o Pitia. La Pitonisa en esos momentos ya estaba en trance y
se encontraba situada sobre el trípode sagrado de Apolo. Para su preparación habría debido tomar unos baños
purificadores. A lo largo del día había dos pitonisas que se turnaban en el evento de modo que pudiesen
descansar. Existía otra más preparada por si era necesario sustituir a alguna de las dos participantes.
Según la tradición las pitonisas eran mujeres jóvenes y vírgenes aunque posteriormente parece que fueron
sustituidas por ancianas. Una vez que el consultante y la pitonisa se encontraban en la misma sala, aunque
separados por una cortinilla, el primero debía transmitir su pregunta a otro sacerdote, que a su vez se la decía a
la pitonisa. Ésta intensificaba su trance y contestaba con gritos y palabras ininteligibles y se suponía que su
parecer provenía del propio Apolo. Entonces, el sacerdote recogiendo sus palabras, elaboraba una respuesta,
en verso y de tipo enigmático casi siempre, y ésta servía de contestación al consultante que podía interpretarla
por sí mismo o con ayuda de algún experto en la materia, pero siempre ajeno al templo.
Los temas que se trataban el oráculo eran diversos: a menudo se daban recetas para la purificación de los
homicidas, se hablaba sobre asuntos políticos, y sobre todo, de materias religiosas, moral pública o individual,
etc... Se cree que dos grandes y famosas máximas como "conócete a ti mismo" o "nada en demasía" provienen
del oráculo de Delfos.
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Este templo también servía de inicio de multitud de procesiones y cultos y en su entorno se celebraban los
juegos píticos con pruebas de poesía o canto.
El trance de la Pitonisa
La pitonisa, intermediaria entre el dios y los hombres, es el personaje más importante del santuario. Según el
historiador griego Diodora de Sicilia, las primera pitonisas son jóvenes vírgenes, pero la tradición cambia el
día en que un consultante, arrastrado por sus bajos instintos, viola a una de ellas. Son entonces reemplazadas
por mujeres de unos cincuenta años, generalmente simples campesinas de la región. No es necesario que
posean un don particular: son sólo el instrumento de Apolo.
...El día del oráculo, la pitonisa se purifica con un baño ritual y se viste de gala. Luego se ubica en lo más
profundo del santuario, sobre un trípode de oro. Ahí respira la exhalación sagrada (pneuma enthousiastikon), y
sin duda alucinógena, que emana de una grieta del suelo. Entra en trance y se transforma en la voz de Apolo.
Grita, se lamenta, canta palabras incomprensibles que el sacerdote (prophetes) interpreta para darle una
respuesta al consultante.
Los grandes oráculos de la humanidad
El gran número de oráculos griegos.− El más antiguo de los oráculos griegos es el de Dodona, en Epiro.
Homero lo evoca en La Iliada: Aquiles interroga ahí a Zeus, padre de todos los dioses. La respuesta llega a
través del susurro de las hojas de los árboles sagrados y el murmullo de una fuente, y es interpretada por los
sacerdotes del lugar. En Olimpia, las lamides leen el porvenir en el fuego y en las entrañas de animales
sacrificados. En Tebas y en Lebadea, los dioses dan su respuesta en los sueños del consultante que se ha
dormido en el lugar santo. El oráculo más famoso de la Antigüedad está en Delfos; sin embargo, el oráculo de
Delos también es muy famoso: según la leyenda, fue creado para celebrar la isla donde había nacido Apolo.
Los oráculos egipcios.− Contemporáneos de los oráculos griegos, también tuvieron mucho éxito. El más
conocido es el de Amón−Ra, que se remonta a la época de la famosa reina Hatsepsut, hacia el 1500 a.C.
Según la tradición, el oráculo se materializa en una imagen del dios que habla y se desplaza. Las preguntas le
son formuladas por escrito sobre rollos de papiro y él las responde a viva voz. En el 332 a.C. el oráculo de
Amón−Ra recibe la visita de Alejandro..
Las sibilas romanas.− Los griegos transmites a los romanos su afición por las profecías. Las sibilas,
generalmente etruscas, son intermediarias de los dioses. La gente viene desde lejos para escuchar a los
oráculos de la sibila de Tibur o de la sibila de Cumes. Sus profecías acerca del porvenir de Roma están
reunidas en nueve volúmenes que el rey Tarquino ordena conservar, pero que son destruidos por desgracia en
un incendio poco antes de la era cristiana. Sin embargo, el propio cristianismo se atribuye rápidamente el mito
de las sibilas: las asocia con las profetisas del Antiguo Testamento.
Resume lo que dice Sócrates acerca del alma ððððð
Toda alma es inmortal, pues lo que siempre se mueve es inmortal. Esto es lo que afirma la esencia y la noción
del alma.
Todo cuerpo al que le viene de fuera el movimiento es inanimado, en tanto que todo aquel que lo recibe de
dentro, de sí mismo, es animado, como si en esto radicara la naturaleza del alma. Lo que nos mueve es el
alma.
Describir cómo sería el alma, únicamente lo podría hacer un dios.
Toda alma se cuida de un ser inanimado y recorre todo el cielo, aunque tomando cada vez una apariencia
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distinta. Mientras es perfecta y alada camina por las alturas y rige al universo entero; pero aquella que ha
perdido las alas es arrastrada hasta alcanzar algo sólido donde se instala, tomando un cuerpo terrenal que da la
impresión de moverse a sí mismo, gracias a su virtud. Se llama ser viviente a éste ajuste entre alma y cuerpo.
¿Qué es y que decimos que es?
Dicho lugar donde reside esa realidad carente de color, de forma, impalpable y visible únicamente para el
piloto del alma, el entendimiento; esa realidad que es de una manera real, y constituye el objeto del verdadero
conocimiento.
Qué es realidad verdadera en el mito de las almas que cuenta Sócrates.
Es algo carente de color, impalpable, y visible únicamente para el piloto del alma.
¿Qué piensa del cuerpo ?
En el cuerpo está todo lo malo. El alma al no ser material, está en contacto directo con lo divino.
El cuerpo es inferior al alma, ya que cuando se pierden las alas del alma, ésta baja hasta alcanzar algo sólido
donde se instala y toma un cuerpo terrenal.
La belleza ¿qué dice de ella?
La cuarta forma de locura. La belleza de este mundo es un reflejo de la Belleza en el aspecto supremo, divino,
espiritual.
Contemplando la belleza de éste mundo, el alma nos transporta hasta la Belleza, (que dice que pudo
contemplar cuando formaba parte del séquito de Zeus. Entonces era libre, no estaba encerrado en el cuerpo)
Penetra a través de la vista y produce un sentimiento de veneración.
El que es capaz de captar la belleza, siente un escalofrío y siente respeto, como si fuera una divinidad.
Después siente un acaloramiento y las alas del alma comienzan a crecer (un cosquilleo en el enamoramiento).
La belleza es su alimento y el alma se siente libre alada capaz de volar.
¿por qué hace nacer nuevas alas al alma?
Porque mientras el alma es perfecta, está alada y camina por las alturas y rige al universo entero; pero aquella
que las ha perdido, es arrastrada hasta alcanzar algo sólido, donde se instala, tomando un cuerpo terrenal.
La propiedad natural de las alas es la de levantar el peso a lo alto, elevándolo a la región donde habita el linaje
de los dioses.
Describe el caballo filosófico
Es un buen caballo, siempre alado.
Es erguido de porte, de miembros proporcionados, cerviz alta, nariz corva, blanco de aspecto y de ojos negros.
Es amante del honor con moderación y respeto, compañero de la verdadera gloria.
Es obediente.
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Se deja conducir sin necesidad de golpes, con sólo la voz de mando.
Tiene capacidad de reflexión.
¿Qué es un dialéctico?
Para Platón, método de conocimiento que, partiendo de la contraposición de las argumentaciones del
verdadero diálogo, permite ascender hacia la verdad mediante la explicación de tales argumentaciones
opuestas y, así, complementarias. Aristóteles habla del razonamiento sobre lo meramente probable y aparente,
en el que sólo es posible la controversia (razonamiento crítico) y no la demostración. Kant se refiere a él como
el conjunto de conocimientos aparentes, derivados de la razón, entendida como capacidad deductiva que se
ejerce más allá de los límites de la experiencia. Según Hegel, la dialéctica es la condición o naturaleza
verdadera, tanto de las determinaciones del entendimiento como de las mismas cosas, y, en general, propia de
lo finito que engloba a la vez el desarrollo histórico del espíritu y el de la naturaleza misma. En el marxismo,
modo de pensamiento que se funda en el análisis de las contradicciones que constituyen la realidad
histórico−social. La dialéctica de la naturaleza es la ampliación que de la dialéctica de Marx (como dialéctica
del conocimiento y de la realidad histórico−social) hace Engels a la misma naturaleza en su obra «Dialéctica
de la naturaleza» (escrita entre 1873 y 1883 y publicada en 1925). Término de significados muy diversos, la
dialéctica atraviesa toda la historia de la filosofía: ya sea en referencia al diálogo y a la confrontación
argumentativa (Platón; también Aristóteles en relación al razonamiento dialéctico), ya sea connotando la
contradicción misma como motor del conocimiento (Platón, Hegel y Marx) y de la realidad (Heráclito, Hegel
y Engels), o ya sea, en fin, significando la negación de todo diálogo argumentativo y de todo conocimiento de
la realidad como posibles (Aristóteles y Kant). En este tercer sentido, dialéctica se opone a analítica y cobra
un significado más bien peyorativo: el de la pretensión del sujeto de conocer aquello que no es susceptible de
serlo verdaderamente. Desde el s. XIX, sin embargo, la acepción común de dialéctica es inseparable tanto de
la idea de contradicción (o, hablando con más propiedad, de la contraposición y de la contrariedad) como de
una connotación del todo positiva (de ningún modo, pues, peyorativa), y corresponde a las dos primeras
significaciones consignadas del término. Referida tan sólo al ámbito del diálogo y del conocimiento
(dialéctica subjetiva) o referida a la vez al ámbito mismo de la realidad (dialéctica objetiva), la dialéctica
supone la contraposición y la interrelación como fuerza y vida mismas del conocimiento objetivo e, incluso,
también de los mismos objetos, de las cosas; en este sentido, Platón y el marxismo vienen a converger con
Hegel. En Platón, en efecto, aquello a lo que la dialéctica apunta es a ascender de lo múltiple (lo sensible y
variable) a lo uno (lo inteligible y permanente) y, al respecto, cabe verla como anticipación de aquella
«identidad de la identidad y de la no identidad» que define a la dialéctica hegeliana, asumida por la dialéctica
marxista (aunque invertida en parte por lo que a su orientación se refiere). En cuanto a Hegel, basta indicar
que tanto el desarrollo de la conciencia individual y del proceso histórico del espíritu colectivo como el
desarrollo mismo de la naturaleza vienen determinados por la fuerza (a un tiempo corrosiva y creadora) de la
negación, de la negatividad de la contradicción, es decir, por la fuerza anticipadora de la totalidad que, a
través de la mediación, hace superar de forma incesante lo inmediato (cada figura de conciencia individual,
cada configuración cultural e histórica de la colectividad y cada estrato de la realidad natural) y abre el camino
a lo que no es aquella inmediatez, sino una etapa o un estrato ulteriores (que también deberán ser a su vez
superados) en el ascenso hacia el saber absoluto y hacia la plenitud de la historia y de la realidad. El
optimismo y la ilusión de un continuo progreso que semejante concepción comporta no son ajenos al
panlogicismo y a la apariencia de síntesis total que se dan también en Hegel (o en el marxismo: en ese caso,
como cientifismo y como ilusión de una sociedad sin clases y de una revolución liberadora y humanizada).
Sin embargo, esta actitud y esta pretensión no dejan de entrar en contradicción con el carácter de incesante
que el progreso y el ascenso (tanto del conocimiento como de la transformación de lo real) tienen, en la
medida precisamente en que la dialéctica sea la esencia del saber y de la realidad.
¿Quién es Hipócrates y qué toma de el Sócrates?
Médico griego (Isla de Cos hacia 460 a.J.C.−Larisa, en Tesalia, hacia 377 a.J.C.). La fama que ha conservado
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durante más de dos mil años contrasta con la carencia de referencias antiguas a sus escritos y con el hecho de
que su primera biografía se haya escrito quinientos años después de su muerte. Las pocas referencias de sus
contemporáneos se deben a Platón, que se refiere a él en sus diálogos «Protágoras» y «Fedro», y a Aristóteles,
que lo menciona en «La Política». Sabemos, precisamente por Platón, que pertenecía a una familia de
asclepíades (sacerdotes dedicados al culto de Asclepio, hijo de Apolo y discípulo del centauro Quirón, quien
le enseñó la medicina).
Su fama se debe, sobre todo, a los comentarios de Galeno, que hicieron de Hipócrates el padre de la medicina.
A juzgar por sus escritos, Hipócrates debió de viajar mucho por el mundo griego, residiendo sucesivamente en
la isla de Tasos, en Tracia y en Tesalia. Fue consultado por Pérdicas II, rey de Macedonia, y por Artajerjes II
Mnemón, rey de Persia. La idea central de su medicina es la concepción de la salud como un equilibrio,
mantenido en el organismo sano merced a la existencia de una fuerza natural que tiende a restablecerlo
automáticamente cuando se producen alteraciones leves. Cuando este equilibrio se rompe, a causa de la
enfermedad, el médico debe acudir en auxilio de la fuerza curativa de la naturaleza, por lo que su acción debe
consistir, sobre todo, en recomendar el régimen de vida adecuado: descanso físico y espiritual, calmantes
cuando hay dolor, dieta, ejercicios moderados y una terapéutica basada en el uso de purgantes, eméticos,
cordiales, emenagogos, enemas, lavativas, sangrías (sin recurrir a las sanguijuelas), fomentos, baños,
fricciones y masajes. Consideraba importante el equilibrio de los cuatro humores del cuerpo: sangre, flema,
bilis amarilla y bilis negra, que aparecen en diferentes proporciones según el temperamento de cada individuo.
Su teoría se conservó prácticamente hasta el s. XIX.
Cómo se debe reflexionar sobre la naturaleza de cada cosa, y la aplicación del método científico.
Bibliografía
www.tesalia.com
www.lector.net
www.psicostasia.com
www.ciudadfutura.com
Enciclopedia multimedia PLANETA DeAGOSTINI
Enciclopedia multimedia SALVAT
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