“Soy esencialmente maestro porque entiendo la mentalidad del aprendiz: mantenerse despierto, tener curiosidad y disfrutar con lo que se aprende” Fernando Savater QUIÉN ES FERNANDO SAVATER? Nació en San Sebastián el 21 de junio de 1947. Comenzó los estudios de bachillerato en San Sebastián, donde vivió hasta los trece años. Después se trasladó con su familia a Madrid donde continuó estudiando. En esta ciudad cursó la carrera de Filosofía y Letras, rama Filosofía, en la Universidad Central, en la que se doctoró, aunque no llegó a leer su tesis "Ensayos sobre Cioran", al ser acusado de querer ridiculizar la institución universitaria. Al terminar la carrera se incorporó como profesor de Historia de la Filosofía en la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Madrid, de donde se le expulsó por su actitud de crítica a la política del régimen. Posteriormente fue profesor de Ética y Sociología en la Universidad a Distancia (UNED) y, desde 1980, profesor de Ética en la Universidad del País Vasco, en San Sebastián. Amigo y discípulo del filósofo francés Emile Michel Cioran y, a la vez, lector entusiasta de las obras de Robert Louis Stevenson, pasó a ser considerado como el polemista más duro del momento e incluso llegó a calificársele como "L'enfant terrible" de la filosofía española, lo que le originó dificultades en el mundo universitario oficial, le dio fama de disidente y muchos le consideran corrosivo, polemista y autosuficiente en los sentidos más peyorativos de estos términos. Desde el punto de vista político, está especialmente sensibilizado en el problema vasco. Fernando Savater es miembro del Foro de Ermua, corriente ciudadana de opinión nacida a raíz del secuestro y asesinato de Miguel Angel Blanco que se opone a "cualquier clase de negociación política con ETA" y autor del "Manifiesto por la Paz", que redactó en 1997 para Solidaridad Internacional y en el que destaca que "la exigencia de paz civil es tan válida para Argelia o Colombia como para Euskadi". Es socio de Amnistía Internacional, y está ligado a la Coordinadora de Presos en Lucha (COPAL), y a la Asociación de Familiares y Presos (AFAPE). Es miembro del Partido Radical, intervino en diciembre de 1987 en la presentación de este grupo político, que se autocalifica como "partido de acción directa, no violenta" y del que también forman parte Santiago Carrillo y Nino Olmedo. Savater es un autor prolífico, que se define como un "filósofo de compañía", al estilo de los philosophes franceses, no como un Filósofo académico y con mayúscula. Su filosofía es ilustrada y vitalista; su forma de expresión, polémica e iconoclasta; sus opiniones a menudo navegan contra corriente. El estilo agudo, incisivo, e irónico de Savater se aprecia de manera más evidente en sus artículos periodísticos, el género que más le gusta escribir. Se confiesa influido por Nietzsche, Cioran y Spinoza, entre otros. En los setenta se le consideró durante mucho tiempo discípulo de Agustín García Calvo, pero a partir de 1981 sus caminos se separan ostensiblemente. Como escribe en su autobiografía Mira por dónde, «fue fundamental en mi devenir intelectual y moral encontrarle, no menos que luego despegarme de él».[ Siguiendo a Spinoza, propugna una ética del querer en contraposición a una ética del deber. Los seres humanos buscan de manera natural su propia felicidad y la ética ayuda a clarificar esta voluntad y mostrar las formas de su realización. Por tanto la ética no debe juzgar las acciones por criterios abstractos y ajenos a la felicidad propia. Su filosofía política ha evolucionado desde el pensamiento negativo libertario, antiprogresista, que mantuvo en los setenta al individualismo democrático, socialdemócrata, liberal y universalista de su etapa posterior. El punto de inflexión del Savater joven al maduro puede situarse en La tarea del héroe (1981), donde escribe: "He sido un revolucionario sin ira; espero ser un conservador sin vileza". También ha reflexionado a menudo sobre el papel de las religiones en las sociedades democráticas actuales, propugnando un modelo de sociedad laica en su sentido más amplio, que ayude a afrontar no solo los planteamientos teocráticos, «sino también los sectarismos identitarios de etnicismos, nacionalismos y cualquier otro que pretenda someter los derechos de la ciudadanía abstracta e igualitaria a un determinismo segregacionista».