DESARROLLO DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS Dichos cuidados dependen mucho de las diferentes culturas que tratemos, por ello hoy día las sociedades más avanzadas y desarrolladas tienen unos cuidados paliativos más desarrollados, pues se valora bastante la muerte (a veces dichos cuidados no se dan por meras cuestiones de política, ya que dan más importancia a la curación que a los que se van a morir). 1969: creación de servicios de atención domiciliaria (cuidados paliativos). 1974: creación de equipos de apoyo hospitalario. 1977: creación de centros de día y servicios de duelo. 1988: unidades específicas para enfermos de SIDA. Hay que tener en cuenta que a lo largo del tiempo, los cuidados paliativos han estado muy ligados a los cuidados de pacientes de oncología, pero en la actualidad se aplica al enfermo o paciente terminal. Paciente terminal. Aquella persona que ha sido diagnosticada con certeza de un padecimiento incurable y progresivo (es decir que no retrocede), con posibilidades de morir en un plazo menor a 6 meses. Nota: El paciente que se está muriendo es el que necesita más cuidados desde el punto de vista de Enfermería, pues reúne una serie de características exclusivas. Enfermedad terminal. Características: 1. Presencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable. 2. Falta de posibilidades razonables de respuestas al tratamiento específico. 3. Presencia de numerosos problemas o síntomas intensos, múltiples, multifactoriales y cambiantes. 4. Gran impacto emocional en pacientes, familia y equipo terapéutico, muy relacionado con la presencia, explícita o no de la muerte. 5. Pronóstico de vida inferior a 6 meses. Enfermedades más frecuentes en la terminalidad son: - Cáncer. - Enfermedades degenerativas del SNC. - Cirrosis hepática. - EPOC. - Insuficiencia renal crónica. - Complicaciones de la arteriosclerosis: HTA, miocardiopatía, diabetes, senilidad. - Demencia. - SIDA. Aspectos psicológicos: marco referencial: Atención integral individualizada. Incorporación de la familia en los cuidados. Participación del paciente. Problemas de interacción. Problemas relacionados con los efectos directos de la enfermedad y el tratamiento. Reacciones adaptativas como consecuencia de la aparición de cambios inevitables. Crisis de conocimiento shock emocional negación ira aceptación resignación Problemas derivados de la existencia previa de problemas psicológicos o sociales. Estrategias de intervención cognitivos – comportamentales: se trata de: o Proporcionar instrumentos para que puedan entender y manejar las distintas reacciones emocionales. o Fomentar una comunicación clara, frecuente y abierta. Cuidados paliativos. Según la OMS (1990), son aquellos cuidados totales de los pacientes cuya enfermedad no responde al tratamiento activo con la finalidad curativa. El control del dolor y otros síntomas físicos, así como la atención de los problemas psicológicos, sociales y espirituales son de especial relevancia. El objetivo de los CP es conseguir la mejor calidad de vida del paciente y de su familia. Objetivos de los cuidados paliativos. Mantener el paciente cómodo y libre de síntomas. Establecer metas realistas de tratamiento, dependiendo de la causa del síntoma y su posibilidad de reversión. Proporcionar continuidad entre los cuidados curativos y terminales. Ofrecer a los pacientes una oportunidad para dialogar. Satisfacer en la medida que sea posible las necesidades espirituales, emocionales y psicológicas. Crear actividades. Apoyar a la familia y a los seres queridos del paciente. Para el cumplimiento de estos objetivos son necesarios: Control de síntomas. Buena comunicación. Soporte emocional. Resolución de problemas. Factores que afectan al desarrollo de las unidades de CP: Diferencias sociales y el desarrollo de la sanidad (mayor desarrollo económico y sanitaria, mayores y mejores cuidados paliativos). Diferencias étnicas y religiosas. Factores profesionales. Organización, control y uso de opiáceos. Lugar que se le haga dentro del sistema sanitario. Componentes: - Soporte social. - Soporte espiritual. - Muerte digna. - Servicio de duelo. - Servicio hospitalario. - Organización del voluntariado. - Servicio a domicilio. - Terapia ocupacional y física. - Terapias alternativas. Equipo multidisciplinar. Constituido por: médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, asistentes espirituales, especialistas en duelo, terapeuta físico y ocupacional, voluntariado bien formado. Trabajo interdisciplinar. Reuniones interdisciplinares --> puesta en común de los datos obtenidos. Docencia (en el resto del hospital). Evaluación: detectar los objetivos cumplidos es la fundamentación profesional. Investigación (necesita previamente la evaluación del proceso). Constitución y desarrollo del equipo: La constitución y desarrollo del equipo comprende diversas fases: 1) Diseño o proyecto. a) Elaboración del proyecto: - Necesidades de este hospital: cuidados prestados, número de muertes. b) Selección y formación del equipo profesional. - Marco conceptual. c) Pactar y definir con las instituciones los plazos y objetivos específicos, financiación, evaluación y la garantía de inserción y coordinación con los demás recursos. 2) Inicial o de puesta en marcha. a) Creación del núcleo estable profesional del equipo interdisciplinar. b) Consenso: - Objetivos y métodos terapéuticos. - Organización interna y externa. - Roles profesionales y personales. c) Incorporación gradual de otros profesionales. d) Iniciar el consenso externo o en relación con los demás equipos. e) Formación específica interna reglada. f) Iniciar las actividades de la evaluación de resultados e investigación. 3) Consolidación. a) De las aportaciones de los profesionales. b) Conseguir el consenso externo e interno. c) Ofrecer formación externa de forma regular. d) Dar formación metodológica a los formadores. e) La investigación y la evaluación. 4) Avanzada o de estabilización. a) La presencia de programas específicos de intervención (protocolos). b) Tener el voluntariado consolidado. c) Alcanzar una cobertura estable. Grupos de tratamiento. Según el comportamiento respecto a las siguientes variables (R. Hugh, 1993): Estadio de la enfermedad. Finalidad del tratamiento. Toxicidad del tratamiento. Tratamiento activo con finalidad curativa. - Estadio: posibilidad de cura. - Finalidad: erradicación total del tumor. - Toxicidad: se aceptan efectos tóxicos severos (caída del pelo). - Impacto: se acepta la disminución de la calidad de vida. Tratamiento activo con finalidad paliativa. - Estadio: No-posibilidad de cura. - Finalidad: control de síntomas y/o prolongación de vida. - Toxicidad: leve o moderada. - Impacto: mejoría de la calidad de vida. Tratamiento de soporte. - Estadio: terminal, evolución rápida, muerte próxima. - Finalidad: confort y muerte digna. - Impacto: estabilización. Protocolo de actuación ante el enfermo terminal. - Diagnóstico de Enfermería: o Promoción de la salud. - Objetivo: o Conseguir el máximo estado de bienestar y confort. - Plan de cuidados: o Valoración del paciente. o Facilitar un entorno familiar. o Facilitar la vuelta del paciente al domicilio. o Flexibilidad en la dieta. o Comunicación (profesional y emocional). o Calidad de las visitas. o Trabajo en equipo. COMUNICACIÓN “La mejor herramienta del médico es una silla…para escuchar al paciente” G. Marañón. La comunicación es la base fundamental en las relaciones humanas, pero la muerte y el proceso de morir evocan en los cuidadores reacciones psicológicas que conducen directa o indirectamente a evitar la comunicación con el paciente y su familia. Además acompañar y dar apoyo a una persona enfrentada con su propia muerte es una labor demandante, agotadora y estresante, y como consecuencia el enfermo percibe que se le abandona, entrando en un aislamiento. Con el aumento tecnológico de las opciones terapéuticas, el profesional sanitario ha dejado de utilizar la palabra (comunicación verbal), sus manos (comunicación no verbal) y su humanidad (empatía) en la relación con el enfermo. Bases de la comunicación. - Interés. - Respeto. - Confidencialidad. - Observación. - Confianza. - Escucha activa. - No-juicios. Principios de la comunicación. Aprender a escuchar. Técnicas específicas: - Dar malas noticias: son aquellas que alteran las expectativas de futuro de la persona. - Responder a preguntas difíciles. - Diálogo terapéutico. Comunicación de la familia y los profesionales. Comunicación del diagnóstico. Es tarea del médico, puesto que es el que emite el diagnóstico. Esta información está en función de: Equilibrio psicológico del enfermo. Gravedad y estadio de la enfermedad. Edad y rol social. Impacto emocional sobre la parte enferma. Tipo de tratamiento. Recomendaciones. Esperar a que pregunten (dar la posibilidad de preguntar). Ofrecer algo a cambio (esperanza de disfrute). No discutir con la negación. Aceptar ¿ambivalencias?. No quitar la esperanza. Simplicidad y sin palabras “mal sonantes”. Gradualmente. No es un acto único. El paciente marca el camino y el ritmo. La familia. Amnesia postinformación (¿Qué es lo que ha entendido?). Extremar la delicadeza. Mentir lo menos posible. Pautas de comunicación. - Saludar al paciente con el nombre y darle la mano. - Presentarse uno mismo. Dar la razón de la visita. - Permanecer ambos sentados: - Distancia íntima = < 45 cm. - Distancia personal = 45 – 120 cm. - Distancia social = 120 – 400 cm. - Distancia pública = > 400 cm. - Escuchar lo que el enfermo tiene que decir. Etapas por las que pasa el paciente una vez informado del diagnóstico. 1. Negación: rechazo del paciente a asumir una información inoportuna. 2. Ira: a los profesionales y a sí mismo. Sentimientos de envidia y resentimiento, pues comienzan a creerse la información inoportuna. 3. Pacto: fase más desconocida. Se puede pactar con Dios, hacer promesas... 4. Depresión: falta de interés por el tratamiento, apatía, soledad... Preocupaciones por temas externos (hijos...). Normalmente contactan con otros pacientes que están en su misma situación. 5. Aceptación: conciencia de la muerte, por lo que tiene que dejar las cosas terminadas. CONTROL Y TRATAMIENTO DEL DOLOR Concepto. Según la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) es: “una sensación y experiencia emocional desagradable, que se asocia a una lesión tisular actual o potencial y que es descrita en términos equivalentes a la existencia de dicha lesión ” Desde el punto de vista asistencial es: “cualquier molestia corporal que indique el enfermo y que existe siempre que él lo señale” Podemos considerar tres componentes esenciales que intervienen en la percepción dolorosa: Componente sensorial: transmite la estimulación nociva, informando de su intensidad, localización y cualidad. Componente motivacional afectivo: caracteriza el dolor como desagradable, presentando ansiedad y depresión. Componente evaluador: influye en la vivencia del paciente. Clasificación. Dolor Agudo: de corta duración y alcanza rápidamente su máxima intensidad para ir disminuyendo hasta su erradicación (dolor quirúrgico o traumático). Dolor crónico: de intensidad variable. o Dolor crónico benigno: generalmente controlable con el tratamiento habitual y duración superior a tres meses. o Dolor crónico maligno: rebelde, difícil de controlar con la medicación analgésica habitual, por lo que requiere tratamiento y técnicas específicas para su erradicación (isquemias vasculares, neuralgias postherpéticas o neuropatías diabéticas). Valoración. Además de la valoración por medio de escalas y test, se debe poner en práctica el método de observación del enfermo con dolor, pues cada persona tiene su umbral del dolor (mínima intensidad de estímulo que se requiere para experimentar dolor) y su nivel de tolerancia (mayor intensidad del estímulo que se puede tolerar). Escalas simples de autoevaluación. o Escalas verbales: consisten en una lista de palabras cuyo significado presenta un valor sucesivamente creciente de intensidad. Las palabras que incluyen son (Melzack y Torgenson): Moderado Molesto Penoso Horrible Atroz. o Escalas numéricas: números que reflejan valores crecientes o una línea con valor creciente entre intensidad cero o máxima (escala analógica visual). Escalas multidimensionales del dolor. Valora simultáneamente varios componentes del dolor o El cuestionario de Mc Gill: analiza el dolor en tres dimensiones: Sensorial. Afectiva. Evaluativa. o BPI (Brief Paint Inventory): proporciona una opinión del paciente o MPAC: uso repetido de una escala analógica visual. Alternativas terapéuticas al tratamiento. Objetivos: o Alivio continuado del dolor. o Permitir que el paciente mejore su calidad de vida. o Si es posible que pude realizar alguna actividad útil a la sociedad. o Conseguir que permanezca en tratamiento ambulatorio la mayor parte dl tiempo. o Posibilitar que se autoadministre la automedicación. o Evitar la aparición del dolor. o Obtener el mínimo número de efectos indeseables. Terapias para el abordaje del dolor crónico benigno. o Terapéutica física. o Terapéutica farmacológica. o Técnicas neuroestimulativas. o Bloqueos nerviosos. o Terapéutica psicológica. Terapias para el abordaje del dolor crónico crónica maligno. o Terapéutica farmacológica. o Bloqueos nerviosos (diagnósticos y terapéuticos). o Técnicas neuroquirúrgicas (bloqueos neurolíticos de nervios etc...). o Implantación de dispositivos para infusión continua o a bolo de medicación analgésica. o Aporte psicológico. Actuación de enfermería en el enfermo con dolor. Deben complementarse y conjuntarse las facetas humana y técnica de la enfermería. La administración de fármacos analgésicos no se limita a facilitar una determinada droga prescrita por el médico, sino que encierra un trabajo responsable desde el punto de vista valorativo – diagnóstico y terapéutico. Manejo de la medicación analgésica. Según la intensidad dolorosa podemos hacer la siguiente clasificación: o Dolor leve. o Dolor moderado. o Dolor intenso. La OMS ha establecido una estrategia terapéutica para el tratamiento del dolor, según su intensidad, llamada escalera analgésica. Dolor rebelde Dolor intenso Dolor moderado Opioides potentes. Dolor leve Opioides débiles. AINES. Analgésicos no AINES. Opioides. AINES. Nunca puede administrarse conjuntamente los opioides del segundo escalón con los del tercer escalón. MEDICACIÓN NO-OPIÁCEA. 1. ANALGÉSICOS DEL 1º ESCALÓN: analgésicos no opioides o menores. o Características generales: Inhiben la liberación de prostaglandinas. Analgésicos + antipiréticos + Antiinflamatorios. No producen adicción y tienen escasa tolerancia. Fáciles de utilizar. Eficaces en el dolor leve a nivel periférico. Efectos secundarios digestivos (administrar con comidas). o Indicaciones en el dolor agudo. Dolor postoperatorio. Dolor traumático. Dolor odontológico. o Indicaciones en el dolor crónico. Dolor articular. Dolor muscular. Dolor de espalda. Dolor tumoral leve. Cefaleas. El grupo principal lo constituyen los AINES (AAS, Ketorolato, Paracetamol, Metamizol, Ibuprofeno). Tienen techo terapéutico, es decir, llegando un momento no producen más efectos aunque se aumente la dosis. MEDICACIÓN OPIÁCEA. 1. Acción de los opioides. Receptores opioides. Un estudio de la acción de varios opioides, ha permitido diferenciar tres tipos de opioides: mu ( ), Kappa (K) y delta ( ), clasificando los opioides en: Agonistas puros: o Afinidad por los receptores mu. o Efecto positivo analgésico. o A este grupo pertenecen: Morfina. Meperidina. Metadona. Fentanilo. Agonista–antagonistas mixtos: o Interaccionan con los receptores Kappa (K). o Sus acciones antagonistas se deben a la actividad antagonista o agonista parcial de los receptores mu. o A este grupo pertenecen: Pentazocina. Butorfanol o nalbufina. Agonistas parciales: o Afinidad por los receptores mu, pero su afinidad es inferior a lo de los agonistas puros, por lo que no pueden alcanzar el efecto analgésica máximo deseado como los agonistas puros. o Presentan techo terapéutico. o A este grupo pertenece: Buprenorfina. Si se administra un agonista parcial a la vez que un agonista puro, puede producirse un desplazamiento de éste e intensificar el dolor. Antagonistas puros: o Afinidad por los receptores que carecen de actividad. o Actúan como antídotos es caso de excesiva administración de opioides. o A este grupo pertenecen: Naltrexona. Naloxona. La indicación de su administración viene determinada por la intensidad del dolor y no por la gravedad del pronóstico de la enfermedad. Según su potencia analgésica se clasifican en: opioides débiles y opioides potentes. 2. ANALGÉSICOS DEL 2º ESCALÓN: Llamados opioides débiles. A este grupo pertenecen: o Codeína: opioide agonista derivado de la morfina con acción antitusígena y astringente. Útil para el dolor leve o moderado y se potencia con los AINES. o Dihidrocodeína: derivado sintético de la codeína con el doble de potencia analgésica. o Tramadol: analgésico de acción central útil para dolores moderados. 3. ANALGÉSICOS DEL 3º ESCALÓN: Llamados opioides potentes. A este grupo pertenecen: o Morfina: opiáceo (agonista puro) potente estándar para el tratamiento del dolor agudo intenso y del dolor crónico maligno (oncológico). No genera drogodependencia y no es exclusivo de las enfermedades terminales. o Pentazocina: agonista-antagonista con efecto techo. Puede producir disforia y síndrome de abstinencia cuando se acompaña de morfina. o Buprenorfina: agonista parcial que puede administrarse por vía sublingual. Útil en dolores producidos por neoplasias de cabeza y cuello. Altísima afinidad por los receptores, produce depresión respiratoria más tardía pero más difícil de revertir con Naloxona. o Meperidina. o Metadona: opioide sintético alternativo a la morfina con peligro de acumulación y toxicidad. o Fentanilo: opiáceo agonista puro con eficacia analgésica muy potente, mayor que la morfina. Vías de administración de los analgésicos. Cuando se elige una vía de administración de un fármaco tenemos que procurar que sea: Autónoma. Fácil de utilizar por el paciente y familiares. Lo menos agresiva posible. Que su utilización produzca los menos efectos secundarios. Que sea eficaz. Las vías para la administración de analgésicos son las siguientes: Vía oral: vía de elección preferente. Condiciones para su empleo. o Capacidad de deglución. o Ausencia de náuseas y vómitos. o Ausencia de aspiración nasogástrica continua. o Control efectivo del dolor. Vía sublingual: vía muy limitada. Vía rectal: vía cómoda y poco dolorosa. Las contraindicaciones para su administración son: o Alteraciones del tracto intestinal. o Dificultad en el ajuste de dosis. o No-disponibilidad de fármacos adecuados de esta presentación. Vía intramuscular: se utiliza prácticamente para la mayoría de los dolores postoperatorios. Su uso presenta muchas desventajas: o Inyecciones dolorosas. o Biodisponibilidad muy variable. o Dificultad en la inyección en pacientes crónicos muy deteriorados y con poca masa muscular. Vía intravenosa: vía de elección para el dolor agudo por el inicio más rápido de la analgesia Vía subcutánea: vía de elección preferente en enfermos con dolor oncológico. El fármaco de elección es la morfina. Ventajas: o Conserva una autonomía relativa, pero suficiente para el paciente. o Alivio eficaz del dolor. o Poco riesgo. Las complicaciones son mínimas. o Permite administrar conjuntamente en la misma solución fármacos coadyuvantes. Inconvenientes: o Limitación de la cantidad de líquidos a prefundir (la cantidad aconsejada en perfusión continua es de 0.5 ml/hora para evitar la aparición de edemas). o No exime de los efectos secundarios de los opiáceos aunque son más reducidos que por otras vías. o Hay que vigilar la zona de inserción de la aguja por si aparecen signos de infección o irritación. o Cambio de la zona de punción cada 7-10 días. o En la perfusión continua puede existir falta de analgesia o síndrome de abstinencia si se desconecta o se sale accidentalmente la aguja. Las zonas más indicadas de perfusión continua subcutánea deben ser: o Abdomen. o Muslos. o Brazos. Vía espinal (epidural e intradural): completa el 4º escalón analgésico, pues es la vía más potente y la que requiere una dosis menor. Indicaciones: o Dolor oncológico severo. o Dolor por traumatismo fuerte o múltiple. o Dolor en patologías no oncológicas pero que cursan con dolor intenso (enfermedades vasculares, neuropatías diabéticas, neuralgias postherpéticas, etc..). o Dolor en pacientes con quemaduras profundas. o En técnicas de rehabilitación dolorosa. o En dolor postoperatorio. o En patologías crónicas degenerativas. Normas generales para la administración de opiodes. Identificación correcta de la fuente dolorosa y su intensidad. Usar dosis eficaces de forma individualizada, incrementándolas en caso de ser necesario. Selección de la vía adecuada para su administración. Siempre que sea posible, usar la vía oral. En caso de imposibilidad o ineficacia de esta vía se preferirá la vía subcutánea o espinal. Establecer pauta analgésica horaria y uniforme. Conocer correctamente la medicación analgésica administrada, duración del efecto analgésico, interacciones, efectos secundarios derivados de su administración, etc... Usar combinaciones de otros fármacos para potenciar la analgesia o para controlar y evitar los efectos indeseables. No asociar nunca un opiáceo agonista con otro antagonista o agonista parcial (Pentazocina o buprenorfina), reduce la afectividad analgésica, puede potenciar el dolor o producir síndrome de abstinencia. El paso de un opiáceo débil a otro de más potencia implica la supresión del primero. La disminución de la eficacia analgésica no significa que el fármaco no sea eficaz, sino que puede ser debido al progreso de la enfermedad o a que las dosis están siendo insuficientes y necesitan ser aumentadas. La retirada de medicación opiácea nunca debe efectuarse radicalmente. Se debe hacer de forma escalonada y progresiva para evitar la abstinencia aguda. Prevenir, controlar y tratar los efectos secundarios derivados de la administración de estos fármacos. Información clara y correcta al paciente y familiares de cómo debe tomar la medicación. Evaluación de la analgesia durante todo el tratamiento para asegurarnos que esta siendo eficaz. Anotar en hojas de registros para la información médica todas las observaciones detectadas referentes a la medicación y evolución del paciente. Efectos secundarios de los opiáceos. Prevención y tratamiento. Se pueden clasificar en : Inmediatos: o Náuseas y vómitos. o Somnolencia. o Síntomas confusionales. o Inestabilidad. o Sequedad de la boca. o Prurito. Constantes: o Estreñimiento. Ocasionales: o Sudoración o Depresión respiratoria: antagonista). revertida por la Naloxona (opiáceo El dolor en el niño. Creencias falsas: Los niños no experimentan dolor. La administración de analgésicos en los niños es demasiado peligrosa. Los niños se recuperan fácilmente. No metabolizan bien los analgésicos como el adulto. Se pueden volver adictos. Los opiáceos les pueden producir depresión respiratoria. Valoración. Para poder realizar la valoración hay que tener en cuenta los factores siguientes: Edad. Nivel cognitivo. Cronología. Actitud. La base de la valoración es la observación del niño y la entrevista con los padres. Indicadores de conducta en niños pequeños: Irritabilidad. Llanto. Letargia. Pérdida de apetito. Apatía. Alteraciones del sueño. En los recién nacidos y neonatos, los indicadores serán las alteraciones en la respuesta fisiológica: Aumento de catecolaminas. Aumento de la presión arterial. Aumento del pulso. Sudoración. También hay reacciones específicas en niños pequeños como son: Voltear la cabeza. Tirarse de las orejas. En niños un poco mayores ya se puede efectuar la entrevista con ellos pero empleando las palabras adecuadas a su lenguaje como “pupa”, “malo”,”duele”, etc... En niños con capacidad cognitiva suficiente, existen otros métodos para valorar y evaluar el dolor, las escalas de medición. Entre ellas se encuentran las siguientes: Escala de color de Eland: consta de dibujos de figuras, vistas de cara y espalda el las que el niño señala el lugar donde percibe el dolor. La intensidad viene indicada por el color que el niño usa para señalar la localización. Escala de caras de Wong y Baker: consiste en 6 caras, la primera muy sonriente y la última triste y llorosa, mientras que las intermedias muestran diversos grados de felicidad y tristeza. El niño señala la cara que más se asemeje a él cuando sufre dolor. Se utiliza en niños de 3 a 14 años y es considerada como una de los métodos más exactos. Escala numérica: es una línea recta cuyos extremos corresponden a ausencia de dolor y dolor insoportable. Es semejante a la escala que se usa en el adulto. El niño señala el número que más se asemeja a la intensidad dolorosa que siente. Esta escala es útil en niños a partir de los 10 años. A pesar de estos métodos, el mejor medio para evaluar y valorar el dolor es la respuesta positiva al tratamiento analgésico. Causas del dolor infantil. Existen varias causas que pueden provocar dolor en el niño: Procedimiento para el diagnóstico y evolución de la enfermedad (aspirados de médula, punciones lumbares, etc...). Dolor originado por la propia enfermedad y su evolución. Los tumores originan dolor debido a sus infiltraciones óseas, metástasis, infiltración de plexos, etc. Este dolor a veces es agudo, crónico o recurrente, pudiendo desaparecer o, por el contrario, ir en aumento hasta su fase final. Relacionadas con el tratamiento (mucositis oral, neuropatías periféricas, flebitis, etc...) debido a la medicación o intervenciones quirúrgicas. Coincidentes pero no relacionadas. Patologías benignas más frecuentes en los niños y que cursan con dolor. Las más frecuentes son: Otalgias. Faringitis. Sinusitis. Dolores dentarios. Infecciones virales de la boca. El tratamiento farmacológico va a consistir en: Analgésicos Antiinflamatorios: o Ácido acetil salicílico. o Ibuprofeno. o Paracetamol con o sin codeína. Antibióticos en caso de infección. Tratamiento tópico como hacer gárgaras o sprays de anestésicos tópicos. Otras patologías accidentales que producen dolor intenso. Quemaduras y lesiones térmicas. Dolor postoperatorio. Dolor postraumático. Dolor oncológico infantil. Tumores más dolorosos. o Sarcoma. o Tumores metastásicos. o Neuroblastomas. o Nefroblastomas. Tumores menos dolorosos (son los más frecuentes en estas edades): o Leucemias. o Linfomas. Las causas del dolor oncológico son de dos tipos: o Yatrogénicas. o Producidas por el propio tumor. Manejo de medicación analgésica en el dolor oncológico infantil. La OMS y la IASP han elaborado un protocolo para regular la estrategia analgésicas y el tratamiento paliativo. Como principios básicos destacan los siguientes: Credibilidad. Discusión. Estrategias psicológicas y soporte emocional. Preservación del sueño nocturno. Prevención del dolor y rápida instauración de la analgesia. Evitar o reducir el componente doloroso que producen los procedimientos y técnicas empleadas en el tratamiento del proceso tumoral. Valorar la eficacia de las técnicas antitumorales. Establecer pauta de medicación analgésica. Terapéutica farmacológica: en el niño el tratamiento farmacológico para aliviar y controlar el dolor es igual que en el adulto. Entre los principales fármacos destacamos los siguientes: AINES: o Paracetamol. o Metamizol. o Ibuprofeno. o Naproxeno. OPIÁCEOS: conceptos importantes: o La inexistencia de adicción en el niño con cáncer. o La aparición del síndrome de supresión brusca de opioides en el niño es más infrecuente que en el adulto, manifestándose con irritabilidad, piel de gallina, escalofríos y otros síntomas. o Las dosis de opioides en el niño precisan ser mayores que en el adulto. La dosis límite vendrá delimitada por los efectos adversos. o El método analgésico no debe ser doloroso, por lo que ha de utilizarse la vía menos molesta para el niño. o En el uso de la vía oral, los niños prefieren los jarabes y las gotas a los comprimidos y las cápsulas. La vía rectal esta más indicada en niños pequeños. o Establecer una pauta horaria y uniforme, evitando la aparición del dolor. o Pautar un analgésico de rescate para poder administrar una dosis extra en caso de aparición de crisis de dolor intenso. o Prevenir y tratar los efectos adversos derivados de la medicación. o Evaluar la eficacia analgésica durante el tratamiento, y aumentar las dosis de medicación siempre que sea necesario. o Comunicación e información permanente a la familia de todo lo relacionado con el tratamiento analgésico y conseguir su colaboración. Los fármacos más usados: Codeína. Tramadol. Buprenorfina. Meperidina. Morfina. Conclusiones: El control del dolor en el niño en patologías oncológicas y no oncológicas se debe considerar, junto con los fármacos específicos utilizados para el tratamiento de la enfermedad que padecen. Existe una elevada incidencia de dolor en los niños con cáncer. Como causa primaria del dolor, resalta la iatrogénica, debiendo impedirla o atenuar su aparición. La importancia de una correcta valoración de la sensación dolorosa. La vía oral para la administración de analgésicos debe considerarse como preferentes. Hay que aplicar los conceptos analgésicos iguales que en el adulto. Las técnicas no farmacológicas como, la distracción, el confort, la confianza y seguridad y el soporte familiar, complementan el alivio en los niños con cáncer que sufren dolor. La importancia del trabajo de un equipo multidisciplinar para el abordaje del dolor maligno e intenso en el niño. Como resumen a todo lo expuesto anteriormente, referente al dolor y su tratamiento en los niños, no debemos olvidar que: Los niños padecen dolor. Actualmente existen métodos y fármacos para aliviarlo. Estamos obligados a dar soluciones para que el niño no sufra. El niño, igual que el adulto, merece toda nuestra atención. Dolor en el anciano. Valoración de los pacientes. El método más eficaz y sencillo es la observación y la comunicación con los familiares. En el control del dolor, además de la administración de fármacos, debemos establecer unas medidas generales que ayudan a aliviar el dolor: Efectuar los movimientos cuidadosamente. Proporcionarles confort. Ayudarles en sus necesidades físicas. Vigilar la nutrición. Evitar el riesgo de escaras realizando periódicamente cambios posturales. Aliviar su soledad. Respeto y discreción en los cuidados. Comunicación e interés por su estado procurando conseguir su confianza. Manejo de medicación analgésica en el anciano. Cualidades necesarias del personal de enfermería en los cuidados de estos pacientes: Tolerancia. Sensibilidad. Calor humano. Diplomacia y discreción. Conocimiento de los síntomas y preparación para su resolución. Dispositivos para medicación analgésica. Manejo y cuidados de Enfermería. Las indicaciones para la implantación de estos dispositivos o infusistemas espinales son: Dolor por traumatismo fuerte o múltiple. Dolor maligno en distintas patologías. Técnicas de rehabilitación dolorosas. Enfermos con quemaduras profundas. Dolor crónico oncológico. Dolor intratable por otras vías. Prevención del dolor postoperatorio. Las ventajas que ofrece el uso de la vía espinal son: Obtener mayor analgesia con dosis menores de opioides. Menores efectos secundarios. Retraso en la tolerancia. Posible autocontrol ambulatorio. Posibilidad de administrar la medicación en infusión a bolo continua. Los opiáceos indicados para administrar los por estas vías suelen ser el tramadol y la morfina. Clasificación de los dispositivos. La indicación para seleccionar el más idóneo la condiciona el propio paciente, teniendo en cuenta los siguientes factores: Expectativas de vida. Factores sociales y ambientales. Factores fisiológicos. Valoración correcta del dolor. Tolerancia de los opiáceos. La elección de la vía también esta condicionada por las características del dolor que sufre el enfermo. - Indicaciones vía epidural: dolor localizado que ocupa pocas metámeras y abarca una zona específica. - Indicaciones vía intradural: dolor difuso y generalizado. Dolor controlado con dosis altas de morfina por vía epidural. Clasificación: o Catéteres percutáneos. o Catéteres subcutáneos tunelizados. La técnica de implante es la siguiente: Preparación del paciente. Canalización de una vía venosa. Desinfección de la zona de punción. Posición sentada o decúbito lateral. Colocación de campo estéril. Infiltración anestésica de la zona de punción y recorrido tunelizado del catéter. Localización del espacio epidural. Introducción del catéter en el espacio elegido a través del trocar de punción. Retirada del trocar. Tunelización del catéter a través del tejido subcutáneo mediante tunelizador. Salida del catéter en la región supraclavicular. Conectar el filtro antibacteriano. Dar puntos de sutura en las incisiones practicadas. Ventajas de la Tunelización: Disminución del riesgo de infección. El riesgo de infección disminuye debido a: o Alejamiento de la zona de punción. o Disminución del número de incisiones. o Menor traumatismo en la tunelización. Administración de la dosis a través del catéter: o Comprobar que los centímetros a inyectar sean los prescritos. o Desenroscar el tapón del filtro antibacteriano y cuidar de que no roce la cara interna del mismo, apoyándolo en una superficie plana. o Conectar la jeringa con la dosis a administrar en el filtro. o Inyectar lentamente. o Volver a enroscar el tapón. En caso de caída o manipulación inadecuada se colocara uno nuevo estéril. o Reservorios subcutáneos de medicación analgésica: son depósitos (12 ml)de medicación opiácea conectados a un catéter y provistos de una válvula de seguridad y de un sistema de doble bomba libera dosis de 0´1 ml. Ventaja: autocontrol de la analgesia. o Portales de acceso espinal: depósito de silicona, sobre una placa metálica o de silicona, conectado a un catéter implantado en el espacio epidural o intradural. o Sistemas implantables programados: sistema de perfusión continua controlado mediante un ordenador externo que funciona mediante pilas y consta de una cámara reservorio para medicación (capacidad 18 ml), un espacio para la batería y un departamento para la bomba peristáltica Permite la programación de distintos tipos de perfusión: Bolo con una dosis prescrita para un tiempo determinado. Bolos en varias etapas. Perfusión continua con una frecuencia determinada. Perfusión continua-compleja en series de 2 a 10 pasos para tiempos determinados. Bolos retrasados, intermitentes con una dosis prescrita y con intervalos específicos. La indicación de la implantación de estos sistemas se debe realizar tras una cuidadosa selección de los pacientes. Los criterios a seguir son: Dolor crónico de origen neoplásico. Dolor no oncológico de origen generalizado o no controlado por vía oral. Expectativa de vida superior a 6 meses. Aceptación del enfermo, previa información del sistema. Autonomía aceptable del paciente. Buena respuesta a las pruebas de morfina por vía espinal realizadas previamente. Complicaciones más frecuentes de los infusistemas. o Mecánicas: Desplazamiento o efracción de catéter que obliga a su retirada. Obstrucción a la inyección. Fuga de líquidos en los reservorios monodosis. Fallo de bombeo en los multidosis. o Clínicas: Fístula de LCR. Dolor a la inyección motivado por fibrosis epidural. Aracnoiditis reactiva. Infección en el punto de salida externo del catéter. Seromas. Meningitis Necrosis de la piel. ACUPUNTURA. Es una técnica empleada en nuestra clínica del dolor con resultados muy satisfactorios en el abordaje del dolor agudo y crónico de etiología benigna. Por medio de la acupuntura correctamente aplicada sobre determinados puntos cutáneos previamente seleccionados, es posible llegar a corregir o aliviar los trastornos existentes. La práctica clínica y la investigación experimental demuestran que los efectos producidos por la inserción de agujas en los puntos de acupuntura son analgésicos y sedantes. AURICULOTERAPIA. La auriculoterapia es una técnica de muy antigua utilización en China. Baso su principio ñeque las zonas algógenas en el organismo se manifiestan en forma de puntos patológicos en el pabellón auricular y que la estimulación de estos puntos produce un efecto analgésico sobre la zona algógena. Detección de puntos. En la auriculoterapia, la primera acción a tomar es la exploración. Se trata de hacer un detenido examen en las zonas del pabellón auricular y poner los hallazgos en relación con la distribución somatotópica de la misma. Existe tres sistemas de los puntos auriculares: 1. VENTOSAS. Definición. Se trata de una técnica muy empleada en la medicina tradicional de China Pertenece al arsenal de procedimientos populares de curación y en casi todo el mundo se ha utilizado para extraer contenidos de abscesos y forúnculos. El método se basa en la creación de vacío en el interior de un receptáculo (generalmente de vidrio), por lo que se extrae el aire consumiéndolo bruscamente normalmente por la acción del fuego. Objetivo. Alivio del dolor de etiología benigna (generalmente el producido por contracturas musculares.) 2. MOXIBUSTIÓN. Definición. La moxibustión se define como la aplicación de calor sobre los puntos de acupuntura con finalidad terapéutica. El término “Moxa” viene del japonés “Mogusa”, que significa, artemisia. En China se le denomina “Kao”. Objetivos. Se realiza la aplicación de calor por medio de moxas para el alivio de las enfermedades por frío y/o humedad. También se trata de este modo el “vacío de energía”. 3. IONTOFORESIS. Definición. La iontoforesis es el procedimiento de introducir drogas ionizadas a través de la piel por acción de la corriente continua o galvánica. Los acumuladores almacenan la electricidad que le suministramos para ser utilizada posteriormente. Una vez producida la corriente por los métodos descritos, se distribuyen por los conductores que se conectan los electrodos. Los electrodos en los que terminan los conductores o latiguillos, hacen penetrar la corriente en el paciente. Hay que diferenciar los dos electrodos utilizados en iontoforesis: Electrodo de medicación o activo: es aquel en el que se introduce la medicación Electrodo de referencia o indiferente: modelo cuadrado entre 4 y 5 cm2 de tamaño. Solo sirve para llevar la corriente al paciente. Objetivos. Es un método utilizado en nuestra Unidad para la administración de medicación, con el fin de aliviar el dolor producido por ciertas patologías como: Síndrome del túnel carpiano. Neuralgia postherpética. Dolores articulares. Espasmos musculares. Tendinitis. Adherencias. Fibrosis. Etc. La elección de este método, esta motivada por ser una técnica no invasiva, por lo que conseguiremos anular el riesgo de infección que se asocia a la inyección percutánea y así mismo evitar el dolor y la ansiedad que ocasiona la inyección de la aguja. Se consigue una elevada concentración local del fármaco, reduciendo los posibles efectos sistémicos del mismo administrado por vía parenteral. Además se logra una distribución uniforme de la medicación en la zona de aplicación. ESTIMULACIÓN ELECTRICA TRANSCUTÁNEA T.E.N.S. Definición. La estimulación eléctrica transcutánea, es una técnica analgésica que basa su efecto en la aplicación local de impulsos eléctricos mediante la colocación de electrodos sobre la superficie de la piel. Objetivos. Alivio del dolor agudo y crónico de etiología benigna. Como coadyuvante de otras técnicas analgésicas, por ejemplo movilizaciones articulares y también para el alivio del dolor postoperatorio. Asistencia domiciliaria de Enfermería al paciente con dolor. Valoración: datos que debemos valorar son: Conocimiento del paciente y su familia sobre el manejo de la medicación del dolor. Capacidades para alimentarse, realizar su higiene y movilización. Grado de dependencia que tiene para efectuar los movimientos cotidianos. Grado de carga que la familia soporta. Actitud que tiene tanto el paciente como su familia ante la situación de saludenfermedad. Plan de cuidados. Una vez diagnosticada la situación, se establece el plan de actuación basándonos en: Autenticidad, siendo concientes de nuestros movimientos. Respeto al enfermo, aceptando sus convicciones de forma incondicional. Práctica de la empatía con un deseo continuo de comprender al enfermo. Desarrollo de la confianza, comprensión, autonomía y respeto. Vías preferentes de administración: o Vía oral: elección preferente. o Vía sublingual: no debe ingerirse la medicación. o Vía subcutánea: se emplea cuando no son posibles las anteriores, y es el método de elección en pacientes con una corta expectativa de vida o con gran deterioro físico. Cualidades: Mantiene una analgesia uniforme. Permite asociar fármacos coadyuvantes. Posibilita la inyección de dosis extra. Reduce las efectos secundarios. Proporciona autonomía al paciente y familia. Se puede administrar en el domicilio del paciente. Ventajas: o Evita desplazamientos innecesarios de los pacientes. o Disminución del coste hospitalario. o Menor dependencia del hospital. o Ocupación indebida de las urgencias hospitalarias. o Disminución de la ansiedad del paciente y familiares. Bases para una estrategia adecuada: o Modelo de asistencia integral. o Unidad básica de cuidados integrada por: paciente – familia – equipo asistencial. o Formación específica, adecuada y continuada del equipo asistencial. PROBLEMAS DEL FAMILIAR DEL PACIENTE TERMINAL 1. Situación emocional del familiar del paciente terminal. Sustitución del rol y la contribución del miembro enfermo. Afrontar las demandas. La desorientación. La pérdida actual y futura. 2. Miedos y temores del familiar del paciente terminal. Según Copperman: Miedo a no saber qué hacer con el deterioro progresivo del paciente. Temor a que el enfermo sufra y muera con dolor. Miedo a no obtener ayuda profesional Temor a ser responsable por la enfermedad. Miedo a no ser capaz de cuidar en la etapa terminal. Temor a herirle durante el cuidado. Miedo a encontrarse solo en casa, en el momento de la muerte. Temor a que el enfermo adivine su diagnóstico. Miedo a ser una molestia y tener que delegar en otros para que ayuden. Temor a discutir con la familia por no llevarlo al hospital. Temor a equivocarse queriendo que el enfermo permanezca en casa. Miedo a no darse cuenta si el enfermo muere. Miedo a no saber que hacer cuando el enfermo haya muerto. Miedo a tener que sacar adelante a una familia joven a solas. Miedo a un futuro lleno de soledad. 3. Duelo de la familia. Parkes describe los siguientes componentes: Compulsión por buscar por todas partes al desaparecido. Sentimiento intenso de dolor moral y/o arrepentimiento intenso en relación a la persona que muere. Transición psicosocial. “Me siento vacío” “es como si me hubieran arrancado algo”. CUIDADOS PALIATIVOS. ASISTENCIA DOMICILIARIA. La asistencia domiciliaria a enfermos en fase terminal, constituye un trabajo difícil de realizar por la complejidad del control de síntomas que presentan estos pacientes que exige un equipo multidisciplinario coordinado en sus funciones, con conocimientos y preparación adecuada para poder atenderlos. La finalidad de los Cuidados Paliativos es asistir y cuidar a estos enfermos con la intención de hacer más llevadera la enfermedad aliviando sus síntomas, aportando apoyado psicológico y ofrecerles una mejor calidad de vida. Por tanto, la atención al enfermo terminal, debe ir más allá de unos cuidados hospitalarios y derivarlos a su entorno social y familiar. La inmensa mayoría de los pacientes prefieren pasar la fase final de la enfermedad y morir en sus casas. Todos los profesionales de la medicina estamos obligados a proporcionarles una muerte digna. Aunque se ha avanzado mucho en los Cuidados Paliativos, todavía muchos pacientes no tienen esta asistencia y se convierten en enfermos de nadie. El hospital los rechaza porque medicamente no se puede hacer nada más, creándose a veces situaciones stresantes en los servicios de Urgencias y en el ámbito familiar, la familia se siente desprotegida, angustiada e incapaz de afrontar por si sola la asistencia que demandan estos pacientes. Sin embargo, cada vez existe mayor concienciación con este problema y se van creando Unidades especiales dedicadas al cuidado de los enfermos en su domicilio en coordinación con los Hospitales o con el equipo de Atención Primaria. La atención en domicilio debe abarcar no solo el cuidado del paciente, sino también, a la familia para que esta sea un recurso apropiado de ayuda y soporte. Los objetivos de la atención domiciliaria, son los de prestar cuidados similares a los del hospital; sin embargo, es notorio que estos enfermos y sus familias van a generar una gran demanda asistencial, ocasionando una gran presión sobre los profesionales que los atienden. Los principales problemas con los que se encuentran son: Escasa o nula preparación en el control de situaciones emocionales difíciles. Escasa formación en el control del dolor y otros síntomas y en el manejo de medicación específica en el domicilio y sus vías de administración. Temor a la utilización de opiáceos y acceso complicado a los mismos. Sensación de fracaso profesional al tratar a estos enfermos. Falta de coordinación con el sistema sanitario. La asistencia a los enfermos en fase terminal en el domicilio tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En el domicilio se puede prestar unos cuidados más humanos lo que repercute en una mejor evolución del enfermo, favoreciendo su autoestima con técnicas de autocuidados, a través de la educación sanitaria necesaria. A veces este no es el lugar indicado para algunos pacientes y la asistencia domiciliaria tiene sus condiciones y limitaciones. Ventajas del domicilio. Para el paciente: Le mantiene en el marco familiar. Le permite descansar mejor, no depender de horarios estrictos hospitalarios y poder relacionarse con su entorno social. Dispone de su tiempo y lo distribuye como desea. Mantiene su intimidad. Ambiente conocido, donde están sus cosas y sus recuerdos. Percepción del lugar adecuado para vivir y morir. Para la familia: Ambiente conocido y dominado. Tiempo necesario para realizar los cuidados sin prisa y en el momento más conveniente para el paciente. Evita los desplazamientos molestos y un horario controlado de visitas. Satisfacción por la participación activa en los cuidados. Facilitación del proceso de duelo. Respeto a la voluntad del enfermo de permanecer en su hogar. Para el sistema sanitario: Disminución del número de ingresos. Ahorro económico para el sistema sanitario. Mejora de la calidad asistencial. Mayor cobertura asistencial. Condiciones para poder prestar asistencia domiciliaria: Deseo del enfermo de permanecer en su domicilio. Que la familia quiera y colabore en sus cuidados. Que el entorno social y familiar sea el adecuado. Colaboración y comunicación entre los profesionales de los distintos niveles asistenciales. Un equipo técnico sanitario de atención domiciliaria organizado. Aporte psicosocial para el paciente y la familia. Limitaciones de la atención domiciliaria: Paciente sólo o con familia con trabajo incompatibles con los cuidados que precisa. Síntomas no controlados. Tratamientos paliativos específicos. Ambiente estresante. La asistencia domiciliaria requiere de una atención integral al enfermo y un control de los síntomas que presenta a lo largo de la enfermedad. Se debe establecer en una primera visita un plan de cuidados, fijar los objetivos y valorar los recursos físicos y psicológicos de la familia y ejerciendo continuamente actividad docente y de supervisión . Se establece una valoración de síntomas, comenzando por el que más esté afectando al enfermo. En esta valoración es prioritario el control del dolor. Un enfermo con dolor no puede pensar en otra cosa que su dolor que no le deja vivir y que le recuerda continuamente que la enfermedad está presente por lo que no va a colaborar en los cuidados. Siendo este el síntoma que más angustia a todos los enfermos, a veces no se estima lo suficiente, muchas veces, por falta de conocimientos apropiados para controlarlo. Control del dolor. Plan de cuidados: Escala de valoración rápida del dolor sobre: localización, persistencia, intensidad, incapacidad, y afectación psicológica. Integración de la familia en el manejo de medicación analgésica. Información correcta del tratamiento en cuanto a dosis, horarios y manejo de dispositivos para administración analgésica si los tuviera. Información sobre los posibles efectos secundarios derivados de la medicación analgésica. Con esta información correcta y una preparación adecuada, la familia aporta una ayuda eficaz a los profesionales sanitarios encargados de los cuidados del paciente. A su vez la familia necesita que su ayuda sea reconocida como necesaria. A veces la enfermedad es larga, creando momentos de ansiedad para los que necesita ayuda psicológica y relevo en los cuidados. La asistencia domiciliaria a los pacientes en fase terminal es un ejemplo claro de cómo la ayuda familiar es indispensable para aumentar los recursos de los que dispone el paciente. Otros datos que debemos valorar son: Conocimiento del paciente y la familia en el manejo de la medicación específica de tratamiento. Capacidad para alimentarse, realizar su higiene y movilización. Grado de dependencia para efectuar los movimientos cotidianos. Grado de carga que la familia soporta. Actitud que tiene tanto el paciente como la familia ante la situación de saludenfermedad. Una vez diagnosticada la situación se establece el plan de cuidados basándonos en: Autenticidad, siendo conscientes de nuestros movimientos. Respeto al enfermo, aceptando sus convicciones de forma incondicional. Práctica de la empatía con un deseo continuo de comprender al enfermo. Desarrollo de la confianza, comprensión, autonomía y respeto.