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REPÚBLICA DOMINICANA
1. Rasgos generales de la evolución reciente
Ante el aumento de las presiones inflacionarias y el resurgimiento de la incertidumbre en los mercados
internacionales, el banco central llevó a cabo una política monetaria restrictiva orientada a reducir la
demanda agregada. No obstante, la inflación al cierre de 2011 llegó a un 7,7%, en comparación con un
6,2% en 2010. Por su parte, el crecimiento económico fue de un 4,5% (frente a un 7,8% en 2010). La
desaceleración de la actividad económica incidió en una reducción del déficit en cuenta corriente de la
balanza de pagos, que pasó de un 8,6% del PIB en 2010 a un 7,9% del PIB en 2011. Sin embargo, el
resultado neto de la balanza de pagos continuó siendo positivo y permitió un aumento de las reservas
internacionales netas de 295,2 millones de dólares.
2. Política económica
a)
Política fiscal
La aplicación de algunas medidas para mejorar la administración tributaria a fines de 2010 y la
aprobación de la Ley 139-2011 permitieron sostener los ingresos fiscales (que aumentaron un 9,8% en
2011, frente a un 13% en 2010) a pesar de la desaceleración de la economía. Mediante dicha ley se
buscaba aumentar la recaudación en el equivalente a un 0,4% del PIB, entre otros objetivos, a través del
incremento de la tasa del impuesto sobre la renta de las empresas de un 25% a un 29%, el establecimiento
de un impuesto (1%) sobre los activos financieros productivos netos de las instituciones clasificadas como
bancos múltiples, asociaciones de ahorro y préstamo, bancos de ahorro y crédito y corporaciones de
crédito, y el establecimiento de un impuesto como régimen simplificado para el pago del impuesto sobre
la renta a la operación de los casinos de juego legalmente establecidos. En efecto, los ingresos tributarios
crecieron un 12% como resultado del aumento por concepto de impuesto sobre la renta y los beneficios
(21,6%) e impuestos sobre mercancías y servicios (10%). Ello situó la carga tributaria en un 12,9% a fines
de 2011 (en comparación con un 12,8% en diciembre de 2010).
Por su parte, los gastos totales tuvieron un crecimiento de un 9,3%, alcanzando un 16,1% del PIB,
frente a un 16,4% en 2010. El aumento del gasto se explica por el incremento del gasto corriente de un
10,4%. El determinante más importante del aumento del gasto continuaron siendo las transferencias al
sector eléctrico, que nuevamente se elevaron como consecuencia del alza de precios del petróleo y
derivados. Otro componente importante en el aumento del gasto corriente fue el pago de intereses de la
deuda (25,2%). Con ello, el comportamiento del sector externo y la desaceleración de la economía
condicionaron los resultados de la política fiscal en su objetivo de reducir el déficit fiscal, que fue de un
2,6% del PIB (frente a un 2,7% en 2010).
El déficit se financió mediante el aumento de la deuda externa pública, que alcanzó los
11.625 millones de dólares (el equivalente al 21,1% del PIB en 2011, frente al 19,6% en 2010). Por otra
parte, la deuda interna fue de 4.968 millones de dólares (un 9% del PIB), con lo que el saldo de la deuda
total del sector público no financiero se situó en un 30,2% del PIB al cierre de 2011, en comparación con un
29,2% en 2010. Ello fue posible dentro del marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que
facilitó mantener el acceso a recursos de las instituciones financieras multilaterales y la colocación de deuda
bonificada en los mercados internacionales. Dicho acuerdo, que fue firmado en noviembre de 2009 por un
período de 28 meses, ha sido objeto de cuatro revisiones y concluiría en el primer trimestre de 2012.
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b)
Política monetaria y macroprudencial
Con el propósito de moderar el crecimiento del crédito al sector privado (y evitar un auge del
crédito), en mayo de 2011 la tasa de referencia de política monetaria se incrementó 175 puntos básicos,
quedando en 6,75%. El aumento de la tasa de política monetaria incidió en un incremento de las tasas de
interés activas, que en promedio ponderado se elevaron 360 puntos básicos y llegaron a 17,2% en
diciembre de 2011. El aumento de las tasas nominales de préstamo y la expectativa de una inflación hacia
la baja se tradujeron a diciembre en una desaceleración del crédito al sector privado, cuyo crecimiento
nominal pasó de un 20% en diciembre de 2010 a un 17,2 % a finales de 2011.
En forma consistente con el objetivo planteado, las operaciones de mercado abierto del banco
central tuvieron un impacto contractivo, ya que al cierre de 2011 los valores en circulación de dicho banco
se situaron en 236,99 millones de pesos dominicanos (monto un 7,9% más alto que el cierre de 2010).
La contracción interna se tradujo en un aumento del uso de las líneas de crédito externas por parte
de la banca. En efecto, el monto de pasivos externos fue de 813,7 millones de dólares al cierre de 2011, en
comparación con 510,7 millones al cierre de 2010 (es decir, mostró un aumento del 36,8%). Con ello la
utilización de crédito externo continuó su tendencia creciente, después de situarse en un mínimo de
334,2 millones de dólares al cierre de 2009.
Gracias a la disminución de la tasa de inflación, no fue necesario realizar incrementos adicionales
a la tasa de interés y, por el contrario, en noviembre se rebajó la tasa de encaje (1,4%), dentro del objetivo
de mediano plazo de reducir la utilización de instrumentos directos y concentrarse en el uso de la tasa de
interés como instrumento de política.
Por otra parte, la reducción del crecimiento de la cartera de créditos afectó negativamente las
utilidades del sistema financiero. Según las cifras de la Superintendencia de Bancos, la rentabilidad del
patrimonio promedio del sistema medida como coeficiente sobre el capital (rate over equity) pasó de un
23,4% a fines de 2010 a un 19,9% al cierre de 2011. La rentabilidad de los activos fue de un 2,35%, frente
a un 2,64% en diciembre de 2010. Por su parte, la capitalización del sistema continuó mejorando, ya que
el patrimonio neto de las instituciones aumentó un 17,2% a diciembre de 2011 (frente a un 14,3% en
2010). Como consecuencia de la desaceleración del crecimiento del crédito y el aumento del patrimonio
bancario, el índice de solvencia del sistema alcanzó un nivel que superó por un 7,45% el mínimo
requerido, al situarse en 17,45% a fines de 2011. La liquidez del sistema, medida por la razón de liquidez
ajustada, también presentó niveles significativamente superiores a los indicadores mínimos (más de tres
veces los mínimos).
3. Evolución de las principales variables
a)
La actividad económica
La actividad económica se desaceleró en 2011 al presentar un crecimiento de un 4,5%, que se
compara con un 7,8% en 2010. Ello fue consecuencia de una reducción del ritmo de crecimiento de la
demanda interna, que se moderó de un 9,2% en 2010 a un 2,7% en 2011, y que se caracterizó por una
desaceleración del consumo privado, que aumentó un 3,9% después de registrar un crecimiento de 7,7%
en 2010. A su vez, se produjo una disminución del crecimiento del consumo público, de un 3,3% en 2010
a solo un 0,4% en 2011, como resultado del programa de ajuste fiscal aplicado. La formación bruta de
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capital fijo, por su parte, se contrajo un 2,7%, en contraste con el aumento de un 17,6% en 2010. Las
exportaciones mostraron un crecimiento de un 8,8% real, frente a un 11,6% en 2010.
No obstante la desaceleración económica, la mayoría de los sectores presentaron un
comportamiento favorable, si bien con tasas de crecimiento moderadas en comparación con las de
2010. El sector manufacturero creció un 5,1%, frente a un 7,7% en 2010. Dicha desaceleración se
explica por la fuerte desaceleración en la elaboración de bebidas y productos de tabaco, que pasó de
crecer un 12% en 2010 a solo un 2,2% en 2011. Por su parte, la fabricación de productos de la
refinación de petróleo cayó un 4,2%, en contraste con un crecimiento de un 7,8% en 2010. Otro
sector que explica la fuerte desaceleración de la actividad económica es la construcción, ya que tiene
efectos multiplicadores importantes hacia adelante y hacia atrás en la economía. En efecto, la
construcción mostró un ligero crecimiento del 1,4%, que contrasta con el crecimiento del 11%
registrado en 2010. El sector de servicios también mostró una fuerte desaceleración, ya que en 2011
creció a una tasa del 2,4%, en comparación con un 7,3% en 2010. Entre los componentes de dicho
sector es importante mencionar la desaceleración en el comercio, que pasó de un crecimiento del
13,6% en 2010 al 4,3% en 2011. Las actividades de intermediación financiera, seguros y actividades
conexas también mostraron un menor crecimiento en 2011 (un 4%, frente a un 12,5% en 2010).
En contraste, la industria manufacturera de zonas francas creció un 14%, en comparación con
solo un 3,4% en 2010. Este crecimiento se sustenta en un aumento de la demanda de los Estados Unidos
de los productos textiles, cuya fabricación aumentó un 31,7% en 2011, frente a un 5,4% en 2010, y el
aumento en la elaboración de productos farmacéuticos, que creció a una tasa del 25,5% comparada con un
1,5% en 2010. Por otra parte, el valor agregado del sector de minas y canteras también exhibió un
comportamiento positivo importante (un aumento del 79,7%, frente a un 2,9% en 2010) derivado del
reinicio de la producción de ferroníquel para exportación.
b)
Los precios, las remuneraciones y el empleo
Los esfuerzos de política monetaria y la reducción de los precios internacionales de alimentos
permitieron que al finalizar 2011 la inflación se situara en 7,76%, después de haber superado el 10% en
agosto. El repunte inflacionario de 2011 se explica fundamentalmente por el alza de los precios de los
alimentos y el petróleo en los mercados internacionales. En efecto, los precios del rubro de alimentos y
bebidas no alcohólicas aumentaron un 9,7%, lo que constituyó un 31,4% de la inflación anual. Entre los
productos que tuvieron un mayor impacto están el aceite de soja (20,3%), la yuca (33,8%), los huevos
(18,4%) y el pollo fresco (19%). Otro rubro que mostró un aumento importante fue el transporte (13%),
cuyos precios están directamente correlacionados con las alzas de precio de los combustibles y explican el
30% de la variación del índice de precios al consumidor. El tercer rubro en importancia fue la vivienda,
cuyos precios aumentaron un 10,3% y dieron origen al 15,3% de la variación de precios.
En lo que respecta al mercado laboral, los resultados de la Encuesta Nacional de Fuerza de
Trabajo muestran que la desocupación abierta tuvo un ligero incremento en 2011, al pasar del 5,6%
en abril al 5,9% en octubre de ese año. Por su parte, la tasa global de participación, que finalizó en
2010 con un 55%, alcanzó en octubre de 2011 un 56,3%, con lo que recuperó los niveles alcanzados
en la segunda mitad de 2007. Sin embargo, la encuesta también muestra que durante 2011 se produjo
un pequeño incremento del sector informal, que llegó a representar un 57% del total de ocupados.
El salario mínimo negociado a principios de 2011 tuvo un aumento del 17%. Sin embargo, esto
solo incidió en una variación de un 1,3% del salario medio real.
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c)
Sector externo
La desaceleración de la actividad económica y en particular el moderado dinamismo de las
importaciones, combinado con un fuerte crecimiento de las exportaciones, permitieron una reducción del
déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, que pasó del 8,6% en 2010 al 7,9% en 2011.
En efecto, las exportaciones totales de bienes mostraron un crecimiento del 26,4% al alcanzar los
8.536 millones de dólares, impulsadas fundamentalmente por mayores ventas de los denominados
productos menores o no tradicionales y el reinicio de las exportaciones de ferroníquel. También se
destacan las ventas de bienes en puerto, que aumentaron 147 millones de dólares (34,9%), y las ventas de
bienes producidos en las zonas francas, que se incrementaron 667 millones de dólares (15,8%).
Por su parte, las importaciones mostraron una marcada desaceleración, al crecer un 12,5% en
2011, en comparación con un 26% en 2010, incluso después del aumento del 33,4% del precio medio
ponderado de los combustibles. Las importaciones de bienes de capital mostraron una caída del 10%
respecto de los niveles observados en 2010, mientras que las importaciones de bienes de consumo
duradero se redujeron un 9,1%. Las importaciones de alimentos elaborados o semielaborados crecieron un
10% y las de materias primas y bienes intermedios, un 25,9%.
Un componente positivo relevante para la mejora del déficit en cuenta corriente fue el aumento de
los ingresos por remesas familiares, que crecieron un 6,7%, en contraste con la reducción del 1,6%
registrada en 2010.
El incremento del déficit en la cuenta corriente fue casi totalmente compensado por el aumento de
la inversión extranjera directa, que alcanzó los 475 millones de dólares (un 25% más que en 2010).
4. Rasgos principales del primer trimestre de 2012
En 2012 la CEPAL estima que la actividad económica podría crecer alrededor de un 4,5% y registrar al
cierre de año una inflación muy cercana al límite inferior de la banda del banco central, del 5,5%. En efecto,
en el mes de abril, la inflación anualizada fue del 4,04% y la tasa acumulada hasta este mes fue del 0,95%.
Por su parte, la tasa activa para préstamos hasta mayo fue del 15,5% y se espera que la cartera de créditos
del sistema bancario muestre un crecimiento de alrededor del 12,5% al final de 2012. La desaceleración de
la inflación permitió que el banco central tomara la decisión de reducir su tasa de política monetaria
75 puntos básicos, para situarla a partir del 1 de junio en un 6%. Ello se realizó tomando en cuenta que en
marzo la actividad económica estaba aumentando por debajo de su potencial, al presentar una tasa de
crecimiento del 3,8%, y con el propósito de evitar una desaceleración mayor de la economía.
En marzo de 2012 el crédito al sector privado registraba un crecimiento de un 11,2%,
significativamente inferior al observado en el primer trimestre del 2011, que fue de un 19,8%.
El sector agropecuario exhibió un comportamiento más dinámico en los primeros tres meses de
2012, al crecer un 2,3% (superando el 0,5% anotado en el mismo trimestre de 2011). Por el contrario, el
sector de minas y canteras presentaba una fuerte desaceleración, al registrar un crecimiento de un 25,6%
en el primer trimestre de 2012, en comparación con un 42,4% en el mismo período de 2011. Esto fue
resultado de la reducción de la demanda de materiales para la construcción como el mármol y la piedra
caliza, que presentaron caídas del 19,7% y el 27,7%, respectivamente. También se redujo la tasa de
crecimiento de las manufacturas, al situarse en un 3,3%. En este comportamiento incidió la baja del valor
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agregado de la producción azucarera y la disminución de la actividad en las zonas francas. Finalmente,
cabe señalar que el sector de comercio mostró una ligera mejora, al pasar de un crecimiento del 5,4% en
el primer trimestre de 2011 a un 6,8% en el mismo período de 2012.
Las remesas familiares, a pesar de que siguen aumentando a una tasa del 3,6% hasta marzo de
2012, muestran una desaceleración respecto del dinamismo del año anterior. Por su parte, las
exportaciones totales hasta marzo exhiben un crecimiento del 12,2%, impulsadas por el incremento de las
exportaciones de ferroníquel y de los productos menores. A la misma fecha, las importaciones generales
consignan un crecimiento moderado del 5,7%, que se explica fundamentalmente por un escaso
incremento de las importaciones de bienes de consumo. El crecimiento de las exportaciones, mayor que el
de las importaciones, podría permitir que el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos se redujera
ligeramente en comparación al observado en 2011.
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