XI CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA .CRISIS Y CAMBIO. PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA. 10-12 DE JULIO. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. GRUPO DE TRABAJO 31. SOCIOLOGÍA ECONÓMICA Las estructuras sociales y las orientaciones hacia el endeudamiento: una comparación internacional Roberto Herranz González (Departamento de Sociología, USC) [email protected] Del Oro Sáez, Carlos Pio (Departamento de Economía Aplicada, USC) [email protected] Resumen A partir de la explotación de los datos de la encuesta ISSP 2001 en un total de 26 países, nos centramos en el conocimiento de las personas y de las instituciones a las que se piensa que se acudiría en caso de necesitar dinero. Saber a quién se pediría (un banco, miembro de la familia, otra persona que no pertenece a la familia) y quién confiesa que lo pediría (género, edad, ocupados-no ocupados) nos habla de las orientaciones y de los grupos de referencia que adoptan los individuos y también nos refleja la cultura y la estructura social de endeudamiento de cada uno de los países. Los resultados de esta encuesta internacional nos permiten dar cuenta de la presencia de importantes contrastes entre países con niveles de desarrollo muy diferentes y descubrir algunas pautas sobre el modo en que se manifiestan las orientaciones en relación a qué tipo de persona, grupo o institución se acudiría para pedir un préstamo. Palabras Clave: Sociologia económica, deuda, estructuras sociales, prestamos, desarrollo, micro-crédito. 1. Introducción En este trabajo nos aproximaremos al estudio de la naturaleza formal e informal de los espacios financieros1. A partir de la explotación de los datos de la ISSP, que abarca un total de 26 países, nos centramos en el conocimiento de las personas y de las instituciones a las que se piensa que se acudiría en caso de necesitar dinero. Lo haremos a partir de las orientaciones que declaran los entrevistados y observaremos el contraste entre países de acuerdo con su grado de desarrollo económico. No se trata de descubrir el comportamiento efectivo sino las orientaciones o grupos de referencia (Merton, R., 1964) que adoptan los individuos. En esta encuesta se pregunta si, en caso de necesitar una gran cantidad de dinero, se recurriría a procedimientos formales (bancos), se acudiría a otros informales (familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc.) o si no se pensaría recurrir a nadie. Este trabajo nos permite conocer cuál es el tipo de orientación predominante, si se confiesa 1 Este trabajo de investigación en el que se utiliza la encuesta internacional ISSP 2001 ha sido realizado dentro de las actividades animadas por el proyecto PSI2008-01937 del Ministerio de Ciencia e Innovación dirigido por Félix Requena, Catedrático de la Universidad de Málaga. 1 que se acudiría a individuos o grupos socialmente próximos pertenecientes al círculo comunitario o por el contrario al sistema bancario, es decir a una organización formal especializada en la concesión de préstamos. Es necesario advertir que sólo estudiaremos las “orientaciones” de la ayuda en caso de necesitar una gran cantidad de dinero y por consiguiente, dadas las limitaciones de los datos disponibles, no se busca conocer la cantidad solicitada o las condiciones del préstamo. En consecuencia la evidencia que podemos extraer del cuestionario del ISSP 2001 nos habla de las expectativas y de los “grupos de referencia” que adoptan los individuos. Es tan sólo un indicador de la “cultura del préstamo” o de la “cultura del endeudamiento” que con toda probabilidad variará según estructuras sociales y contextos culturales y que puede ser muy sensible a la coyuntura económica y a factores como la crisis económico-financiera que se está sufriendo durante los últimos años. Los resultados la encuesta “internacional” ISSP 2001 nos permiten dar cuenta de la presencia de importantes contrastes entre países con niveles de desarrollo muy diferentes y descubrir algunas pautas sobre el modo en que se manifiestan las orientaciones en relación a qué tipo de persona, grupo o institución se acudiría para pedir un préstamo si necesitase una gran cantidad de dinero. 2. Los grupos de referencia y las estructuras sociales de endeudamiento. Fundamentos para una Sociología económica del endeudamiento 2.1. La definición de estructura social de endeudamiento. El concepto de Estructura social del endeudamiento significa, como sucede con cualquier otro tipo o segmento de la estructura social, la presencia de un conjunto de posiciones sociales que se relacionan entre si de un modo relativamente estable. Toda estructura social es una estructura relacional, en este caso un espacio de relaciones sociales entre acreedores y deudores. En las estructuras sociales de endeudamiento, las posiciones están ocupadas por actores que participan en una estructura social más amplia y que desempeñan diferentes roles como prestamistas, prestatarios, avalistas o vigilando el cumplimiento de lo acordado. Al observar los actores que participan, el rol que desempeña cada uno de ellos, las 2 normas sociales que rigen su comportamiento y las obligaciones que se contraen, se descubren diversas formas de cultura y de estructura social. Los grupos de referencia (individuos, grupos, bancos, etc.) en los que se piensa para pedir un préstamo, encuentran su anclaje en diversas estructuras del tipo Comunidad y del tipo Asociación (Tönnies, F., 1979) que podemos utilizar como dos tipos ideales de “estructuras sociales del endeudamiento”. Si la relación de la banca con los clientes se orienta de acuerdo con una racionalidad de naturaleza formal basada en el cálculo, algo bien distinto sucede en el contexto de la familia o en el de otros círculos de proximidad (amigos, vecinos, compañeros de trabajo...). En estos últimos, el sentido del cálculo y de la racionalidad que caracteriza a los mercados y a los actores que participan en ellos, o bien desaparece o al menos pierde su pureza (Weber, 1964). Entre una donación y un préstamo formalizado sometido a un cálculo preciso en términos de tiempo, de intereses y de otras contingencias contractuales, hay un abanico amplio de posibles formas (intermedias) que dan un tono a las relaciones de intercambio2. 2.2. Las estructuras sociales de endeudamiento y el desarrollo económico. El recurso a las formas comunitarias y no comunitarias varía según el nivel de desarrollo. Mientras que en los países más desarrollados y hasta el inicio de la crisis la participación social en el mercado crediticio se difunde en amplios sectores sociales, en los países menos desarrollados la menor participación en este mercado se asocia a la presencia de un espacio de préstamo informal de naturaleza familiar y comunitaria. A pesar de los procesos de bancarización (De Blic y Lazarus, 2007), de financiarización de la vida (Inghan, 2010) y de la amplia difusión del dinero-plástico (tarjetas de débito y de crédito) en los países ricos (Carruthers y Ariovich, 2010), en la mayor parte del 2 Uno de ellos es el plano del intercambio mercantil guiado de acuerdo con una racionalidad instrumental y el otro es el plano representado por formas clásicas acuñadas en la Sociología y la Antropología. Entre ellas el don (Mauss, 1924), la reciprocidad (Polanyi, 1977) o el intercambio social (Blau, 1984), que en su expresión más pura son formas ajenas a este tipo de consideraciones de cálculo formal. 3 mundo la participación en las redes bancarias es limitada y el pago sigue realizándose “in-cash” (Guseva, 2008: 147). En las economías más desarrolladas y durante la fase de crecimiento el motor de la expansión se basó en el estímulo de la demanda a través del endeudamiento. Para Zygmut Bauman, la libreta de ahorro, símbolo de una “sociedad de productores”, es desplazada por las tarjetas de crédito. “Vivir a crédito” se había convertido en una “opción razonable” y de “sentido común” en una “sociedad de consumidores" promovida por las entidades financieras y que habría echado profundas raíces en los hábitos y las disposiciones de muchos jóvenes en la gran mayoría de países más desarrollados (Bauman: 110-111). Hoy en día, tras la crisis del 2007, la posición de “endeudado” se ha convertido en un severo lastre. Este proceso de bancarización no afectó a todos los espacios sociales por igual. En efecto, cuando se carece de la oportunidad de solicitar un crédito, los préstamos informales desempeñan un papel en las sociedades desarrolladas. La petición de ayuda a la familia constituye hoy en día y para quienes sufren la crisis económica, una de las formas que pueden estar a su alcance para sobrevivir. A diferencia de los países del primer mundo, en los países más pobres o emergentes la inmensa mayoría de la población ha estado y sigue estando excluida de los circuitos financieros. En estas condiciones el recurso a la ayuda informal está muy extendido en países de Asia, África y Latino-América (Ernest Aryeetey, 2001; Tsai, K. 2001; Adams, D. y Canavesi Shonero, M.L., 1989). Además, en estos países, tal y como destacó Pierre Bourdieu para Argelia en un ensayo pionero de Sociología Económica de las finanzas (Swedberg, 2010; Bourdieu, 2010), se presentan barreras culturales y morales que prohíben, disuaden o ponen freno al endeudamiento. En estas circunstancias cabe recurrir al apoyo de familiares, de conocidos y vecinos para responder a gastos y rituales sociales (funerales, celebraciones,…) o para sacar adelante pequeños negocios. Una práctica diferente de carácter informal y comunitario es el “préstamo rotativo”, forma conocida en México como “la tanda”, en la que los compañeros de trabajo de una empresa contribuyen informalmente al mantenimiento de un fondo común. En ocasiones son prestamistas privados ligados a la comunidad y 4 orientados de acuerdo con pautas económicamente muy agresivas3. Otras veces, las estructuras comunitarias, bajo las forma de “grupos solidarios”, “uniones” o “cooperativas”, actúan como avales frente al riesgo de impago del prestatario que ha recibido un micro-crédito, de modo que las relaciones formales se entrelazan con las informales tal como sucede en otros ámbitos de la economía (Hoss, D y Herranz, R. 1995; Herranz et all, 1992; Powell, W.W. y Laurel Smith-Doerr, 1994). El recurso a la familia o a otros grupos comunitarios puede encontrarse tan arraigado y extendido en algunos países y culturas que, a menudo, se transfieren con las corrientes migratorias hacia los países desarrollados (Zimmer, C. y Aldrish, H, 1987; Fratoe, 1988 Light y Karageorgis, 1994). La confianza en que nadie abandonará el grupo y el control que se deriva de la existencia de estrechos vínculos entre los miembros son condiciones que facilitan el funcionamiento de esta institución y que sirven de ilustración sobre los efectos del “capital social” (Granovetter, 1985, 2003; Portes, 2010). 3. Hipótesis y proposiciones Dentro de este marco teórico general sobre las estructuras sociales de endeudamiento y los espacios financieros formales e informales, a la luz de los datos disponibles de la encuesta ISSP 2001, formulamos las siguientes proposiciones e hipótesis: Hip. 1. Cuanto más desarrollados son los países, más peso adquieren las orientaciones hacia los prestamos bancarios. Hip. 2. A medida que los países están más desarrollados las orientaciones hacia las estructuras sociales de proximidad son menos relevantes. Esta segunda hipótesis nos sugiere dos proposiciones subordinadas: Hip. 2.1. El desarrollo económico se acompaña de una transformación en la distribución de las orientaciones dentro del grupo familiar. Hip. 2.2. El peso del conjunto de orientaciones hacia posiciones situadas en las estructuras sociales de proximidad no familiar se reduce con el desarrollo económico y se acompaña de una transformación en su composición interna. Finalmente, la Hip.3. A medida que los países son más pobres aumenta la presencia de personas que en caso de necesitar una gran cantidad de dinero afirman que no acudirían a nadie 3 Con frecuencia el prestamista informal conoce de cerca al prestatario y su entorno familiar y comunitario, ofrece pequeñas cantidades, de un modo ágil y rápido, explotando al máximo sus oportunidades de mercado con tipos de interés abusivos y muy superiores a los de la banca convencional (Teka, 1997) 5 4. Metodología: fuente de datos, unidades de análisis y definición de las variables 4.1. Fuente de datos. Los datos que utilizamos en este artículo proceden de la Encuesta de Social Relations and Social SupportSystemsi, que se llevó a cabo en 2001 dentro del programa (ISSP International Social SurveyProgram)4. En nuestro caso explotamos la pregunta con el Cod. Variable 46, formulada como sigue: Imagine que Vd. necesita pedir prestada una gran cantidad de dinero ¿A quién acudiría en primer lugar para que le ayudara? El abanico de alternativas de respuesta que se recogen en la nota a pie página es exhaustivo5. En este abanico se detallan diversas posiciones familiares, no familiares e instituciones a las que se podría recurrir. 4.2. Unidades de análisis. La unidad de análisis empleada no son los individuos que participan en cada una de las encuestas nacionales sino los 27 países que se relacionan a pie de página6. Los niveles de renta per cápita de estos países se relacionan a continuación: -Países muy desarrollados entre los que se sitúan EE.UU. y Japón, con una renta per cápita en el año 2001 de 34.320$ y de 25.130$ respectivamente; Países muy ligados a la cultura anglosajona como Canadá y Australia con una renta per cápita de 27130$ y 25370$ respectivamente y que se encuentran ligeramente por encima del Reino Unido (G.B.) con 24.160$ y a una mayor distancia de Nueva Zelanda con 19160$; Países escandinavos como Noruega con 29.620$, Dinamarca con 29.000$ y Finlandia con 24.430$; Países centro europeos como Suiza con 28100$, Austria con 26730, Alemania con 25350$ y Francia con 23.990$; Países desarrollados del Sur de Europa como Italia con 24670, España con 20150 y Chipre con 21190; Países pertenecientes a la antigua 4 Los datos de este trabajo proceden del Central Archive for Empirical Social Research de la University of Cologne: http://www.issp.org/ 5 Ahora imagine que necesita Vd. pedir prestada una gran cantidad de dinero ¿A quién acudiría en primer lugar para que le ayudara: Marido, mujer, pareja (01); Madre (02);Padre (03); Hija(04); Hijo(05); Hermana (06); Hermana (07); Algún otro pariente de sangre (08); Algún otro pariente político (09); Padrino (10); Amigo intimo (11); Vecino (12); Algún compañero de trabajo (13); Jefe (14); Agencia gubernamental o de servicios sociales (15); Un banco o unión de crédito (16); Un prestamos privado (17); Otra persona (18); Nadie (19); Ns/NC (10). 6 Alemania (D-W), Australia (AUS), Austria (A). Brasil (B), Canadá (CDN), Chile (RCH), Chipre (CY), Dinamarca (DK), Eslovenia (SLO), España (E), Estados Unidos (USA), Filipinas (RP), Finlandia (SF), Francia (F), Gran Bretaña (G.B.), Hungría (H), Italia (I), Japón (J), Letonia (Latvia LV), Noruega (N), Nueva Zelanda (NZ), Polonia (PL), Republica Checa (CZ), Rusia (RUS), Sudáfrica (ZA), Suiza (CH). 6 Europa del Este, como Eslovenia con 17130$, República Checa con 14720$ Hungría con 12340$, Polonia con 9.450$ y Letonia con 7.730$. Finalmente, se recogen otros países como Sudáfrica (11290), Chile (9.190) Brasil (7360$), Rusia (7100$) y Filipinas (3840$), muchos de ellos de gran tamaño en términos de población y con acusadas desigualdades internas como es el caso de Brasil, Sudáfrica y Rusia. Todos los países, con la excepción de cuatro de ellos, son calificados por la ONU con un Índice de Desarrollo Humano alto. Los cuatro países que constituyen la excepción son Rusia, Filipinas, Brasil y Sudáfrica que son clasificados con un IDH medio. 7 Orientaciones Ratios Noruega (N) Italia (I) Hungría (H) Austria (A) Alemania (D-W) Australia (AUS) 29620 24670 12340 25370 Estados Unidos (USA) 34320 Gran Bretaña (GB) 14720 24160 25350 26730 10,86 1,89 5,82 19,05 11,82 11,86 9,38 6,53 5,56 18,3 42,86 25,48 24,14 29,86 14,87 32,15 37,11 25,08 8,04 17,44 14,12 24,8 12,74 4,16 17,84 12,74 24,03 18,06 38,81 11,02 10,85 9,86 2,7 3,41 7,51 3,31 6,28 1,6 3,7 2,94 60,65 61,6 60,57 52,43 65,3 49,03 54,91 66,46 55,95 52,45 65,52 71,67 72,45 70,43 55,12 68,71 56,54 58,22 72,74 57,55 56,15 68,46 84,62 85,02 86 95,11 95,04 86,71 94,32 91,36 97,22 93,41 95,7 13,25 28,31 23,31 47,3 19,51 8,48 32,48 19,17 42,94 34,44 59,23 35,93 30,57 40,69 39,07 44,24 36,25 39,78 46,6 37,01 42,32 18,33 25 15,96 16,14 4,5 16,9 24,49 14,23 8,66 6,95 9,34 13,09 18,03 16,11 13,38 5,27 14,29 14,64 8,58 15,98 7,16 10,37 6,86 7,79 9,04 6,48 3,86 5,07 16,14 4,93 9,59 5,93 3,53 2,49 58,65 81,2 69,49 77,5 64,71 65,18 96,97 85,92 71,43 79,41 80,56 PIBpc ORNadie ORBanca ORPareja ORPrNoFam ORPrFam ORPr Fam/Pr P/Fam Asc/Fam Desc/Fam Lat/Fam Otr/Fam Int/NoFam Rep. Checa (CZ) 18,46 73,91 16,32 50,86 8,81 54,84 11,76 8,25 87,18 9450 9,05 2,75 17,29 59,53 17130 26,29 3,67 81,13 Eslovenia (SLO) 7,04 11,23 18,14 61,76 Polonia (PL) 15,49 12,07 7,56 46,84 75 35,81 13,88 18,58 2,61 59,8 24,61 18,46 10,76 11,33 4,3 39,84 42,51 18,81 6,96 18,97 16,33 44,97 6,1 20,94 21,9 29,63 27,88 5,22 8,01 95,58 20,83 48,84 11,67 9,77 96,7 82,64 16,59 43,48 19,77 47,66 95,59 26,74 35,13 85 32,89 45,55 71,3 84,14 63,75 41,74 71,79 34,57 69,53 92,85 20,94 6,63 6,47 2,11 68,94 70,9 74,92 93,12 15,81 43,36 18,15 2,35 14,61 55,09 82,14 9,9 3,51 65,77 11,35 45,2 71,61 49,11 7,6 96,97 47,11 20,43 3,31 51,15 71,65 8,47 85,79 6,43 25,7 45,73 41,13 47,14 4,86 21,56 3,94 58,86 42,81 47,84 56,43 8,18 7,5 14,92 3,38 23 41,13 12,62 44,05 45,71 27130 4,86 21,1 13,68 12,79 96,25 15,38 92,59 1,43 3840 10,3 19,09 88,92 12,94 4,23 16,59 29,36 Canadá (CDN) 25130 3,81 37,47 12,32 70,4 42,03 35,95 6,76 23,84 3,65 Rep. Filipinas (RP) 18,1 50,6 62,6 40,46 23,12 3,94 14,75 19,82 Japón (J) 7730 20150 7,06 14,55 7,8 1,58 80,26 28,39 0,4 España (E) 0 14,4 16,64 64,92 39,15 45,8 Letonia (LV) 23990 12,86 20,9 52,05 52,1 16,43 6,43 Francia (F) 9190 21190 8 5,68 12,82 45,92 13,66 Chipre (CY) 29000 12,04 71,33 7100 Rep. Chile (RCH) 28100 19,01 96,34 19170 Dinamarca (DK) 16,08 69,62 Rusia (RUS) Suiza (CH) 7360 55,33 Nueva Zelanda (NZ) Brasil (B) 53,3 49,66 60,63 2,03 9 19,96 13,88 8,16 12,94 24,47 37,3 17,27 26,88 38,66 86,47 5,56 64,34 12,75 55,63 11290 8,71 24430 14,95 Sudáfrica (ZA) 25,6 Finlandia (SF) 9,52 Tabla 1.- Orientaciones y propensiones 8 4.3. Definición de variables. Nos interesa analizar y explicar el comportamiento de tres variables (Tabla 1):Var. 1 “Orientación hacia la banca”: porcentaje de la población de cada país que se lo pediría “a la banca”. Var.2. “Orientación de proximidad”: peso en cada país de los que se refieren a personas que ocupan una posición de proximidad sea familiar o no familiar. Var. 3 “Orientación hacia nadie”: porcentaje de la población de cada país que “no se lo pediría a nadie” De todas ellas la más compleja es la variable relativa a las “orientaciones de proximidad” construida a partir de varios procesos de agregación de los datos originales, según las posiciones sociales a las que se pedirían una gran cantidad de dinero y que fueron mencionadas por los entrevistados de cada uno de los países. En esta tercera variable se incluyen todas las orientaciones hacia posiciones específicas, ya se refieran a miembros de la familia (en cuyo caso hablaremos de “orientaciones de proximidad familiar” o “grupo de referencia familiar”) o a miembros de la estructura social de proximidad “no familiar”. En el primer tipo, en las orientaciones de proximidad familiar, se incorporan todos aquellos que se lo pedirían a su pareja, a algún ascendiente, a algún descendiente, a un hermano/a (vínculo lateral), a un pariente de sangre, político o a un padrino. En el segundo tipo en las orientaciones de proximidad no familiar, se incluye los que se lo pedirían a un amigo íntimo, a un vecino, a un compañero de trabajo o, finalmente, al jefe7. A partir de estas variables que resultan de diferentes niveles de agregación construimos: 1. El peso del porcentaje de las orientaciones de proximidad familiar respecto al porcentaje de las orientaciones de proximidad en general y multiplicada por 100. 2. El peso o ratio entre el porcentaje de una orientación hacia una posición -por ej., el porcentaje de orientación a la pareja, o el porcentaje de orientación a los ascendentes etc.- respecto al porcentaje del conjunto de orientaciones de proximidad familiar y multiplicada por 100. 3. Procedemos del mismo modo que en el caso anterior con las configuraciones de las estructura sociales de proximidad no familiar. Entre otros ratios posibles podría ser el No se incluyen “los servicios sociales” pues su peso es mínimo y no encuentra una adecuada ubicación en la tipología. 7 9 peso del porcentaje de algunas de las orientaciones de proximidad “no familiar”,-por ej., si piensan que se lo pedirían a los amigos íntimos, respecto al porcentaje de las orientaciones de proximidad no familiar y multiplicado por 100. Variables independientes. Como variable explicativa hemos elegido el PIB per-cápita para observar la presencia de pautas diferentes según el nivel de desarrollo. Otras variables que observaremos y que hipotéticamente van a mediar entre el nivel de desarrollo del país y las orientaciones son la edad, el género y el hecho de estar o no ocupado (parados más inactivos). La variable edad contempla tres valores: los jóvenes (entre 16 y 29 años), los adultos maduros (entre los 30 y los 59) y los mayores (todos aquellos que tienen 60 o más). Para este conjunto de factores también se determinaron las orientaciones y ratios anteriormente definidos. En la tabla 2 se presentan los resultados de estas variables para el segmento de adultos maduros en función de la ocupación. 5. Interpretación de los datos y verificación de la hipótesis Las tres hipótesis y proposiciones que han servido de guía y que se formularon inicialmente se han visto confirmadas por los resultados de la investigación. 5.1. La orientación hacia la banca se incrementa con el nivel de vida y es un indicador que refleja el proceso de bancarización. Esta tendencia creciente se traduce en una reducción del peso porcentual de las orientaciones de proximidad, sobre todo las de proximidad no familiar, y finalmente en las de aquellos que confiesan que no se lo pedirían a nadie Dentro del grupo de países más pobres, su presencia es muy baja oscilando entre un 0.4 por ciento en el caso de Rusia y un 25 por ciento en el de Hungría. Dentro de este intervalo se sitúan países con una historia económica y política y una estructura social tan diferente como Filipinas, Letonia (Latvia), Eslovenia, Polonia, Brasil, Sudáfrica y la República Checa (Figura 1) 10 Orientaciones ORNadie ORBanca ORPareja ORPrNoFam ORPrFam ORPr No oc. 5,00 18,57 54,29 3,57 72,86 76,43 Australia (AUS) Ocup. 3,17 28,12 43,20 2,23 66,11 68,34 No oc. 7,69 36,36 28,67 0,70 54,55 55,24 Alemania (D-W) Ocup. 4,19 40,58 17,28 4,71 50,52 55,24 No oc. 10,37 17,78 34,81 2,22 67,41 69,63 Gran Bretaña (GB) Ocup. 3,77 41,51 24,53 1,89 52,83 54,72 No oc. 14,07 14,07 14,81 7,41 62,96 70,37 Estados Unidos (USA) Ocup. 9,90 17,67 13,79 6,02 66,02 72,04 No oc. 10,42 28,47 26,39 4,17 56,94 61,11 Austria (A) Ocup. 8,40 35,43 23,36 4,99 51,18 56,17 No oc. 24,15 25,08 5,88 9,60 41,18 50,77 Hungría (H) Ocup. 12,15 34,41 4,45 10,32 42,71 53,04 No oc. 5,15 25,77 14,43 1,03 68,04 69,07 Italia (I) Ocup. 2,74 28,49 16,71 6,58 62,19 68,77 No oc. 2,76 35,17 34,48 0,00 61,38 61,38 Noruega (N) Ocup. 0,95 51,36 23,64 3,13 44,43 47,55 No oc. 12,95 18,71 15,83 14,39 53,96 68,35 Rep. Checa (CZ) Ocup. 8,65 25,00 15,98 10,90 55,26 66,17 No oc. 7,69 26,15 26,92 11,54 54,62 66,15 Eslovenia (SLO) Ocup. 4,14 22,07 22,99 13,79 60,00 73,79 No oc. 13,03 12,64 8,81 16,48 57,47 73,95 Polonia (PL) Ocup. 7,95 22,41 9,64 11,81 57,83 69,64 No oc. 18,15 0,37 4,44 23,33 57,41 80,74 Rusia (RUS) Ocup. 10,87 0,00 4,35 34,14 54,99 89,13 No oc. 7,14 30,61 29,59 1,02 60,20 61,22 Nueva Zelanda (NZ) Ocup. 2,35 54,51 18,59 1,81 41,34 43,14 Tabla 2a.- Orientaciones y propensiones de la población adulta madura en función de la ocupación Fam/Pr 95,33 96,73 98,73 91,47 96,81 96,55 89,47 91,64 93,18 91,12 81,10 80,53 98,51 90,44 100,00 93,43 78,95 83,52 82,56 81,31 77,72 83,04 71,10 61,69 98,33 95,82 Ratios P/Fam Asc/Fam Desc/Fam Lat/Fam Otr/Fam Int/NoFam 74,51 13,73 4,90 5,88 0,98 80,00 75,00 65,35 21,69 3,38 7,32 2,25 52,56 24,36 6,41 8,97 7,69 100,00 34,20 46,63 2,07 14,51 2,59 77,78 51,65 29,67 3,30 8,79 6,59 100,00 46,43 37,24 2,04 9,69 4,59 42,86 23,53 41,18 5,88 21,18 8,24 90,00 20,88 50,29 2,06 15,29 11,47 80,65 46,34 24,39 13,41 7,32 8,54 100,00 45,64 37,95 3,08 6,67 6,67 94,74 14,29 26,32 23,31 24,06 12,03 70,97 10,43 45,02 8,53 15,64 20,38 50,98 21,21 45,45 12,12 16,67 4,55 100,00 26,87 50,22 2,64 16,30 3,96 58,33 56,18 28,09 3,37 7,87 4,49 53,21 37,31 1,83 3,98 3,67 73,91 29,33 20,00 30,67 9,33 10,67 75,00 28,91 40,48 11,22 13,61 5,78 58,62 49,30 9,86 18,31 15,49 7,04 80,00 38,31 26,44 3,83 18,01 13,41 90,00 15,33 34,00 23,33 18,67 8,67 51,16 16,67 39,58 7,92 26,25 9,58 59,18 7,74 21,94 24,52 21,94 23,87 69,84 7,91 28,37 10,00 32,33 21,40 57,30 49,15 28,81 6,78 5,08 10,17 100,00 44,98 35,37 2,62 12,23 4,80 60,00 11 Orientaciones ORNadie ORBanca ORPareja ORPrNoFam ORPrFam ORPr No oc. 2,68 41,61 23,49 1,34 53,69 55,03 Canadá (CDN) Ocup. 2,11 50,86 17,85 2,30 44,53 46,83 No oc. 8,82 5,88 17,16 13,24 70,59 83,82 Rep. Filipinas (RP) Ocup. 6,85 8,52 10,19 19,07 64,26 83,33 No oc. 7,63 15,25 38,98 1,69 74,58 76,27 Japón (J) Ocup. 3,33 27,15 19,96 2,10 64,27 66,37 No oc. 2,44 22,44 19,51 4,88 70,24 75,12 España (E) Ocup. 3,70 25,64 21,65 4,56 65,81 70,37 No oc. 21,19 6,78 6,78 25,42 45,76 71,19 Letonia (LV) Ocup. 13,57 15,10 8,75 32,39 38,73 71,12 No oc. 7,56 37,21 11,05 2,33 51,74 54,07 Francia (F) Ocup. 2,83 36,16 16,16 5,86 55,15 61,01 No oc. 0,00 39,18 50,52 2,06 58,76 60,82 Chipre (CY) Ocup. 0,00 64,43 20,82 3,04 31,89 34,92 No oc. 15,38 9,62 20,51 7,69 66,03 73,72 Rep. Chile (RCH) Ocup. 11,48 22,18 11,48 18,68 46,50 65,18 No oc. 9,18 47,96 18,37 2,04 39,80 41,84 Dinamarca (DK) Ocup. 0,98 60,10 18,24 1,47 37,46 38,93 No oc. 10,39 22,08 27,27 6,49 59,74 66,23 Suiza (CH) Ocup. 5,80 24,36 16,24 10,21 59,16 69,37 No oc. 17,65 18,33 17,87 9,28 54,75 64,03 Brasil (B) Ocup. 17,43 25,73 9,75 18,46 38,38 56,85 No oc. 16,05 13,49 9,88 18,26 52,09 70,35 Sudáfrica (ZA) Ocup. 7,60 28,60 6,28 30,91 31,90 62,81 No oc. 9,46 33,78 29,05 3,38 53,38 56,76 Finlandia (SF) Ocup. 3,81 46,28 28,31 0,91 48,46 49,36 Tabla 2b.- Orientaciones y propensiones de la población adulta madura en función de la ocupación Fam/Pr 97,56 95,08 84,21 77,11 97,78 96,83 93,51 93,52 64,29 54,46 95,70 90,40 96,61 91,30 89,57 71,34 95,12 96,23 90,20 85,28 85,51 67,52 74,05 50,79 94,05 98,16 Ratios P/Fam Asc/Fam Desc/Fam Lat/Fam Otr/Fam Int/NoFam 43,75 26,25 6,25 15,00 8,75 50,00 40,09 40,52 2,16 6,90 10,34 91,67 24,31 13,89 10,42 34,72 16,67 55,56 15,85 20,75 12,97 31,70 18,73 46,60 52,27 34,09 2,27 9,09 2,27 100,00 31,06 48,77 4,63 14,17 1,36 16,67 27,78 40,28 11,81 16,67 3,47 90,00 32,90 41,99 5,63 15,58 3,90 87,50 14,81 29,63 12,96 25,93 16,67 66,67 22,60 18,08 10,17 23,73 25,42 57,43 21,35 48,31 7,87 14,61 7,87 100,00 29,30 52,38 0,73 10,62 6,96 72,41 85,96 5,26 0,00 7,02 1,75 100,00 65,31 17,69 1,36 10,20 5,44 35,71 31,07 22,33 10,68 24,27 11,65 70,83 24,69 29,71 9,62 26,78 9,21 42,71 46,15 41,03 2,56 7,69 2,56 100,00 48,70 39,57 1,74 3,04 6,96 66,67 45,65 26,09 2,17 10,87 15,22 100,00 27,45 43,14 1,96 14,12 13,33 77,27 32,64 19,83 14,88 16,53 16,12 53,66 25,41 27,57 9,19 25,95 11,89 46,07 18,97 23,44 13,39 28,13 16,07 47,77 19,69 25,39 8,29 30,57 16,06 33,16 54,43 21,52 3,80 11,39 8,86 100,00 58,43 28,09 1,12 7,12 5,24 80,00 12 En contraste con estos países, entre los Estados que sobresalen económicamente el peso de esta inclinación varía desde un 21% para España o Japón a más del 50% en el caso de Dinamarca o de Chipre, una economía que a juzgar por este indicador estaba ya sobrebancarizada en el 2001. Figura 1.- Orientaciones hacia la banca A pesar de los intensos procesos de bancarización que tuvieron lugar en los países muy desarrollados durante los años ochenta y noventa esta orientación varía también según la edad, el género y el hecho de estar o no ocupado. Orientaciones Corr. Sign. Nadie Banca Pareja PrNoFam PrFam Pr Desc Lat OtrFam OtrAm -,610 0,001 ,621 0,001 ,604 0,001 -,764 0,000 0,019 0,929 -,505 0,008 -,538 0,006 -,668 0,000 -,614 0,001 -,812 0,000 Tabla 3.Correlaciones entre PIB pc y orientaciones Comenzando por la edad, el análisis de varianza revela la presencia de un contraste estadísticamente significativo entre la franja más joven (13.65) y los otros dos grupos de edad más maduros (29,67) (F= 14,793, p= 0). Más en detalle, entre los jóvenes (16-30) las diferencias según el nivel de desarrollo son poco apreciables. Pero debe de destacarse que dentro de esta franja y en siete países 13 muy desarrollados formados por Nueva Zelanda, Suiza, Gran Bretaña, Francia, Austria, Canadá y Dinamarca, se descubre una mayor inclinación bancaria en relación al resto de otros países que supera el 20%. Figura 2. Orientación hacia la banca para cada segmento de edad y según PIB pc de los países En estos países la experiencia y el ejemplo de los mayores, que sirve como grupo de referencia para los más jóvenes, las estrategias de los bancos y el apoyo de los gobiernos a las prácticas de endeudamiento de los universitarios, podrían contribuir a explicar, como apunta Bauman, esta mayor participación en el proceso de endeudamiento (Bauman: 61-64). Muchos jóvenes en estos países son un objetivo en las estrategias más recientes de captación de clientes. La orientación hacia la banca gana peso en el grupo de edad intermedio de los países más desarrollados y lo hace con más fuerza que en el mismo segmento de los menos desarrollados. Además, al analizar la diferencia entre países dentro de la franja más vieja se descubre una bifurcación. En efecto, mientras que en los que van a la cabeza se observa un tímido progreso en este tercer escalón, por el contrario, en los países económicamente rezagados se reduce ligeramente su peso en relación al segundo escalón (Figura2). 14 En cuanto al género, los varones participan más que las mujeres de su propio país de esta disposición; pero además, en el mundo más desarrollado las diferencias a favor del hombre y de un modo contra-intuitivo, son mucho más pronunciadas. Orientación a la banca 70 Hombres 60 Mujeres 50 40 30 20 10 0 RP RUS B LV RCH PL ZA H CZ SLO NZ E CY F GB SF I J D-W A AUSCDN CH DK N USA Figura 3. Orientación hacia la Banca según el PIB per cápita y para cada género Finalmente, un factor que afecta a las orientaciones es el hecho de estar ocupado. En este caso los coeficientes de correlación con la renta per cápita son significativos, alcanzando un .541 para los ocupados y un .628 para los no ocupados (Figura 4) Estos datos referidos a la franja de edad intermedia revelan cómo en todos los países sin excepción, disponer de una ocupación tiene un efecto positivo sobre la inclinación hacia el grupo de referencia bancario. 5.2. Abordaremos, a continuación, las hipótesis relativas al comportamiento de las orientaciones de proximidad. Al interesarnos por la Hip.2 y los dos enunciados subordinados se descubren pautas bien definidas en relación al papel que desempeñan las posiciones sociales de proximidad familiar y no familiar. Lo más interesante es que se confirman los dos enunciados subordinados a esta Hipótesis (2.1 y 2.2). 15 Figura 4. Orientación hacia la banca de los ocupados y no ocupados según PIBpc y para el segmento intermedio de edad Mientras el peso del conjunto de “orientaciones hacia la familia” es estadísticamente insensible al desarrollo, las orientaciones hacia las posiciones situadas en la esfera de “proximidad no familiar” pierden peso a medida que se gana en desarrollo. El conjunto de las orientaciones hacia los diversos roles familiares (de la estructura de proximidad familiar) alcanza un coeficiente de correlación de .019 con un nivel no significativo y un .929 en la prueba bilateral (Tabla 3). A pesar de la “escasa elasticidad” de estas orientaciones en relación a la renta per cápita, debe de subrayarse que tanto la configuración interna del espacio de referencia familiar (Hip. 2.1) como la del grupo de referencia no familiar (Hip. 2.2) se trasforma profundamente con el desarrollo. De modo que el significado de estos espacios de proximidad hacia los que orientan sus expectativas varía con el progreso de los países. Con el desarrollo gana peso dentro del grupo de referencia familiar “la pareja” y “los ascendientes (el padre y la madre)”, y lo pierden el resto de posiciones del círculo familiar más extenso (Tabla 4). En los países que se encuentran a la cola del desarrollo, las inclinaciones hacia posiciones dentro del universo familiar son más heterogéneas, desempeñando un papel muy importante el círculo de la familia extensa. En otras 16 palabras en los países comparativamente más pobres se diversifican las orientaciones en el abanico de oportunidades familiares. Ratio P/Fam Asc/Fam Desc/Fam Lat/Fam Otr/Fam Corr. ,616 ,507 -,640 -,777 -,638 Sign. ,001 ,010 ,001 ,000 ,001 Tabla 4. Correlaciones entre PIB pc y ratios de orientación en familia El contrate entre los países según el nivel de desarrollo no deja lugar a dudas. Entre otras diferencias debe de destacarse que por regla general en los países menos desarrollados y “dentro” del conjunto de orientaciones hacia la familia, tienen más peso porcentual los mayores de más de sesenta años que esperan encontrar apoyo entre los descendientes (la mayor parte ligados al grupo intermedio), que el que tienen los adultos de 30-60 que esperan encontrarlo (pedirían prestado) entre los mayores. Lo contrario es lo que sucede en los países más ricos. En estos se observa una gran distancia entre el peso muy débil de las orientaciones hacia los descendientes entre los más viejos y el elevado peso que adquieren las orientaciones hacia los ascendientes en el grupo intermedio. (Tabla 5). Ratios Edad Hasta 29 Entre 30 y 59 Desde 60 P/Fam Asc/Fam Desc/Fam Lat/Fam Otr/Fam Corr. ,281 ,564 -,469 -,801 -,581 Sign. ,164 ,003 ,016 ,000 ,002 Corr. ,569 ,557 -,867 -,831 -,625 Sign. ,002 ,003 ,000 ,000 ,001 Corr. ,673 ,182 -,721 -,112 -,445 Sign. ,000 ,374 ,000 ,234 ,023 Tabla 5. Correlaciones entre PIB pc y ratios de orientación en familia según la edad. Para ilustrar brevemente este último hallazgo, entre los países con mayor nivel de vida el caso límite está representado por Francia en donde un 30% de los mayores se orientaría hacia sus hijos mientras que un 55% del la franja de edad intermedia dice que se los pediría a sus padres. El caso opuesto entre los países menos desarrollados se presenta en Polonia con un 70% de orientación hacia los descendientes en la franja de 17 más edad frente a un 40% de orientación hacia los ascendientes entre el grupo intermedio. En este sentido algunas investigaciones realizadas en Francia han puesto de relieve la importancia de la ayuda económica de los padres y de los abuelos hacia los más jóvenes. Si en otros tiempos – y aún hoy en las sociedades más pobres y que conservan estructuras sociales tradicionales- las personas de edad avanzada recibían ayuda de los más jóvenes y dependían de ellos, en las últimas décadas del siglo XX se descubre que una parte importante de este grupo de edad tiene capacidad para mantenerse y ayudar a los jóvenes (Attias-Donfut y Wolff, 1977). Existen razones e indicios para pensar que este tipo de pauta observada en Francia está presente entre otros países que van a la cabeza del desarrollo. Factores como la extensión de los servicios públicos de bienestar, los sistemas de pensiones y la acumulación de un patrimonio a lo largo de la vida y en el contexto de un fuerte crecimiento económico, podrían explicar la tendencia que apuntaría recientemente hacia una inversión del sentido de esta relación de apoyo intergeneracional en relación al préstamo. Por otra parte y en relación a la Hip. 2.2, las orientaciones de “proximidad no familiar” cobran mayor importancia en los países menos desarrollados y, por añadidura, se vuelven internamente (dentro del grupo de proximidad no familiar) más heterogéneas. Es decir, este conjunto incluye un mayor número de posiciones diferentes que se sitúan en las redes de proximidad no familiar (los amigos íntimos, los vecinos, los compañeros de trabajo y los jefes). Mientras que en los países muy desarrollados son pocos los que recurren a estas posiciones y los pocos que lo hacen se inclinan por un “amigo íntimo”. En efecto, mientras que países que lideran el desarrollo mundial como Dinamarca (1.58), Nueva Zelanda (1.43), Gran Bretaña (1.60), Finlandia (2.03) y Canadá (2.11) se sitúan en torno a 2.00 puntos porcentuales y en el caso de países latinos como España (3.31), Italia (3.41) y Francia (3.94) este porcentaje aumenta ligeramente sin llegar a superar en ningún momento los 4.00 puntos. En los países menos desarrollados el peso más elevado lo encabeza Rusia con un 29,36 seguido de Latvia con un 25,7, Sudáfrica con 19, 96 Filipinas con 14.6, Chile con 12,79 y finalmente Brasil con un 12.82 (Tabla 1). 18 El análisis de correlaciones para el conjunto de los países confirma que las orientaciones hacia posiciones de proximidad son estadísticamente muy sensibles al nivel de desarrollo. Si del conjunto de orientaciones de proximidad (coef. correl. -.505) eliminamos las “orientaciones familiares”, se descubre que la correlación con el PIB p.c. sigue siendo negativa y, gana mucha fuerza explicativa (-.764). A medida que los países progresan económicamente, la reducción del papel desempeñado por las orientaciones de proximidad “no familiar” es mucho más fuerte que la reducción que se observa para el conjunto de las orientaciones de proximidad. A su vez, si dentro de este último tipo consideramos tan sólo las orientaciones hacia los que “no son amigos íntimos” (conocidos, vecinos, compañeros de trabajo y jefes) el efecto de este cambio en comparación con la correlación se traduce en un coeficiente de correlación de -.812. (Tabla 3). En relación a estas tendencias los ocupados se orientan con más frecuencia hacia la banca que los no ocupados (inactivos o parados), sostienen con menos frecuencia que no se los pedirían a nadie, se inclinan algo menos hacia la familia y muestran una mayor propensión, sobre todo en los países menos desarrollados, hacia el grupo de referencia no familiar. Los ocupados disponen de la oportunidad de orientarse hacia los compañeros de trabajo y los jefes y lo hacen sobre todo en los países menos desarrollados, revelándose la importancia que puede tener en algunos países la estructura social de proximidad laboral en la que se encuentran situados los individuos y que de un modo inadvertido condicionan las oportunidades imaginables. En consecuencia, muchas de las posiciones que son imaginables en los países menos desarrollados no lo son entre los países más ricos. Lo mismo podría decirse en relación a las orientaciones hacia la banca y entidades financieras en los países comparativamente más pobres. En su caso tampoco se imaginan esta posibilidad, no se sitúa en su horizonte cognitivo o simplemente se renuncia a ella. 5.3. Finalmente, en cuanto a la tercera y última hipótesis, podemos confirmar que el peso de las orientaciones hacia las estructuras de proximidad en los países con menos 19 desarrollo no constituye una salvaguarda frente a las situaciones de exclusión asociadas a la pobreza. En términos generales, se puede concluir que la probabilidad de responder que “no se lo pedirían a nadie” se incrementa entre los países más pobres, entre los que carecen de ocupación- y presumiblemente son menos solventes- y entre aquellos tramos de edad que superan los sesenta años. En estos países y sobre todo para los de más edad se reducen notablemente los recursos sociales y financieros. Figura 5. Orientación “hacia nadie” por edades Esto significa que en los países menos desarrollados una parte importante de esta población carece de un referente, ya sea una persona, un grupo social o un banco al que poder recurrir en caso de tener que solicitar una gran cantidad de dinero. Esta idea estaría fuera de su imaginación. El riesgo de aislamiento social y las secuelas y efectos de la pobreza es posible que se retroalimenten. No debería de descartarse, entre otros motivos que pueden intervenir, la presencia de una cultura contraria al endeudamiento que podría ser más severa entre las personas de más edad de los países menos desarrollados, tal como podía observar hace años Bourdieu en un ensayo sobre las orientaciones hacia la deuda en Argelia (Bourdieu, P. et all ,1963). 20 Finalmente y en relación a la variable “ocupado- no ocupado”, son los ocupados, con mayor probabilidad de ser solventes o de estar integrados socialmente, los que con menos frecuencia señalan que “no se lo pedirían a nadie”. Entre los “no ocupados” esos porcentajes, y para el segmento de edad intermedia, el peso de esta orientación aumenta hasta el punto de que en países como EEUU las orientaciones de los “no ocupados” y de los “ocupados” alcanza respectivamente un 14,07% y un 9,90%; en Gran Bretaña se registra un 10,3 y un 3,77; en Dinamarca un 9,18 y un 0,98; en Noruega los niveles son bajos situándose en un 2,76.y un 0,95. Mientras que en los países menos desarrollados se podrían destacar Rusia con 18,15 para los no ocupados frente a un 10,87 entre los ocupados, Latvia con un 21,19% y un 13,57; Hungría con un 24,15 y un 12,5 o Polonia con un 13,03 frente a un 7,95. 6. A modo de conclusión Para concluir, podemos sostener que los resultados de este trabajo son coherentes y casan bien con lo que sabemos en relación al desarrollo económico y los procesos de modernización. Nos permite aproximarnos al papel que desempeñan las estructuras bancarias y las estructuras comunitarias en el abanico de oportunidades en el que piensan las personas cuando necesitan una gran cantidad de dinero. Y, sobre todo, en las características internas del universo de posiciones, de la familia o de fuera de la familia, que se adoptan como referencia y los contrastes entre países según niveles de desarrollo. Las formas comunitarias forman parte de la economía informal, estadísticamente invisible, sobre todo en los países más pobres (Portes, 2010). En este sentido y hablando de los países menos desarrollados, no debe de olvidarse que se encuentran fuera de nuestra muestra un total de 80 naciones situadas entre Filipinas y Sierra Leona. Filipinas, es el país con los peores indicadores de calidad de vida incluido en la encuesta, con un índice de desarrollo humano de 0.751, una esperanza de vida de 69.5 y un PIB p.c. de 3840$; mientras que Sierra Leona, en una situación dramática y de pobreza extrema, ofrece un IDH de 0.275, una esperanza de vida de 34.5 y un PIB per cápita de 470$. 21 Observando los resultados y las tendencias que se desprenden de nuestra investigación, es razonable “deducir” que el resto de los países que son más pobres que los incluidos en el programa ISSP 2001, tenderán a recurrir con más frecuencia a las estructuras comunitarias de proximidad, familiares y no familiares, y en ellos, presumiblemente, se incrementarán de un modo notable y a medida que nos situemos en el cuarto mundo, aquellos que dirían que no se lo pedirían a nadie. No parece sensato pensar que las tendencias que hemos observado desde los países más ricos a los países emergentes con un IDH alto o medio se trunquen al desplazarnos hacia aquellos países de los que no tenemos datos y que pueden calificarse de pobres o muy pobres. El trabajo que hemos presentado podría contribuir a explicar el motivo por el cual las experiencias de micro-crédito se construyen y están entretejidas sobre la base de vínculos y lazos de naturaleza comunitaria. Para tener derecho a participar en los microcréditos es necesario ser reconocido por la comunidad. Es la estructura comunitaria como grupo la que en caso de impago e insolvencia de uno de sus miembros adopta el papel de avalista y en consecuencia se constituye en acreedor del prestatario insolvente. En el caso del sistema micro-crédito se produce una simbiosis entre las estructuras comunitarias y las estructuras financieras formalizadas. El sistema de micro-finanzas utiliza las estructuras sociales de proximidad y las redes sociales fuertes asociadas a la estructura comunitaria reconociéndolas formalmente como garantes. Esta estructura de proximidad actúa de un modo mucho más decisivo que el control legal, a través de formas muy difusas de presión y de control social arraigadas en la misma comunidad. El trabajo nos permite presentar algunas ideas y proposiciones que pueden generar nuevas hipótesis e investigaciones de interés en el ámbito de los espacios financieros formales a informales situados no sólo en el centro del mundo desarrollado sino también en la periferia, espacio que debería de visitar o re-visitar e incluir en su agenda la Sociología Económica. Al interés de la Sociología económica por el estudio de la estructura social de los tejidos empresariales, de los mercados de trabajo y de consumo debe de añadirse el estudio de 22 “la estructura social de la deuda” y el papel que desempeña la cultura en los procesos de ahorro-inversión y de endeudamiento. BIBLIOGRAFÍA: Adams, D. y Canavesi Shonero, M.L. (1989) “Rotating Savings and Credit Associations in Bolivia”, en Savings and Developments, 13, pp. 219-36. Aryeetey, E. (2001) “Informal Finance for Private Sector Development in Sub-Saharab Africa” en Journal of Microfinance, 7, nº1. Attias-Donfut y Wolf, (1997) “Transferts publics et privés entre génerations: incidence sur les inegalitées socials” en Retraite et Societé, 20, pp. 20-39. Attias-Donfut, C. (2000) “Rapports de generations. Transfers intrafamiliaux et dynamique macro sociale” en Revue Française de Sociologie, 41, (4), pp. 643-684. Attias-Donfut, C., Lapierre N. Y, Segalen, M. 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