La FACPCE advierte nuevas obligaciones de Síndicos concursales

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La FACPCE advierte nuevas obligaciones de Síndicos concursales
Mediante la Resolución General 1975/2005-AFIP (BO. 12/12/2005) se establece la
obligatoriedad de colaboración fiscal a requerimientos y excesos reglamentarios a
Síndicos de Concursos y Quiebras Ley 24522. Preocupación de la Federación Argentina
de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas en nota enviada a la AFIP
(comunicado de prensa)...
Por FACPCE
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 10 de marzo de 2006
Señor Administrador Federal de Ingresos Públicos
DR. ALBERTO R. ABAD
S/D
Ref.: Resolución General N° 1975 (AFIP) (BO. 12/12/2005) (click acá)
Tenemos el agrado de dirigirnos a usted, con relación al reciente dictado de la
Resolución de referencia, publicada en el BO: 12/12/2005, referida a las obligaciones de
los síndicos concursales y otros funcionarios, respecto a los concursos preventivos y
quiebras, los incumplimientos y sus consecuencias.
Repasando la cronología de los hechos, en oportunidad de suplantarse la Resolución
vigente a ese momento (R.G. N° 745) por la que nos ocupa, hemos detectado que se ha
hecho caso omiso a considerar los innumerables antecedentes doctrinarios y de
jurisprudencia que manifestaran observaciones críticas. En concordancia con lo
antedicho, tampoco se consideraron los aportes realizados por ambas Instituciones,
efectuados al poco tiempo de sancionarse la primera de ellas.
La Resolución de referencia, a nuestro entender, tiene por objeto actualizar lo que en su
momento dispuso la R.G. N° 745, con las modificaciones realizadas a la Ley 11.683 y
con respecto al uso de la transferencia electrónica de datos (Internet), para
cumplimentar con la obligatoriedad de requerir al Organismo Fiscal las constancias de
deuda que posee el fallido, concursado ó entidad liquidada por los tributos y
gravámenes correspondientes.
Profundizando en el análisis de la Resolución de marras, es necesario destacar las
observaciones que se nos presentan respecto a los artículos 3° y 4°:
“Art.3º. Los síndicos designados en los concursos preventivos o quiebras y los
liquidadores de entidades financieras regidas por la ley 21526 y sus modificaciones, o
de otros entes cuyos regímenes legales prevean similar procedimiento, deberán prestar
la colaboración que le requieran los funcionarios autorizados de este organismo y
realizar todas las gestiones necesarias para la determinación y ulterior ingreso de los
tributos adeudados por los responsables de que se trate”.
“Art. 4º. En todo edicto mediante el cual se publique la apertura de concursos
preventivos, declaraciones de quiebras, liquidaciones administrativas, transferencias de
fondos de comercio y remates comerciales o judiciales, se deberá consignar
obligatoriamente la Clave Única de Identificación Tributaria (CUIT) o en su defecto, el
tipo y número de documento de identidad del concursado, fallido o liquidado
administrativamente, y del trasmitente, deudor, martillero o corredor interviniente,
según el caso”.
El art. 3° no hace otra cosa que formular un concepto abstracto y abierto que no consta
en la ley 11683, arts. 6º, 7º y 8º, sin que contenga ninguna precisión que lo defina como
una norma reglamentaria de la norma superior, llevando ello a su inutilidad, con el
agravante que, al constituir una disposición de nivel operativo puede fácilmente generar
demandas sobre los síndicos, que sean incompatibles con las funciones y deberes que la
Ley Concursal 24.522 les asigna. De esta forma, en vez de fijar criterios operativos
concretos, se están enunciando generalidades como la de “…prestar la colaboración que
le requieran los funcionarios autorizados de este organismo…”.
En el mismo orden, el art. 4°, modifica las disposiciones de la Ley 24.522 al agregar
requisitos al contenido de los edictos a publicar, siendo esto una incongruencia, al
tratarse de una Resolución que a todas luces resulta jerárquicamente inferior a una ley.
Es nuestra intención, participar en todos los procesos que contribuyan a delinear los
sistemas económicos, dentro de los cuales tanto la órbita fiscal como la de las empresas
en crisis, constituyen centros neurálgicos en los que intervienen nuestros profesionales.
En la materia objeto de esta presentación, creemos que en el pasado hemos aportado
ideas que hoy nuevamente ponemos a consideración y creemos que, es nuestra
obligación y parte de nuestro compromiso, volver a reeditarlas.
Por lo expuesto, es que solicitamos tener la oportunidad de debatir estas cuestiones con
ese Organismo, mediante una reunión con el Señor Administrador Federal o quien éste
designe, que nos permita ampliar los conceptos vertidos y poder establecer mecanismos
para avanzar en común con una reforma normativa, tanto a nivel de la Ley de
Procedimiento Fiscal como de Resoluciones Generales, que posibiliten sistematizar el
conjunto de aspectos en los que se solapan las áreas concursales y fiscales de modo de
racionalizar el sistema, darle claridad y certeza, así como diseñar los mecanismos más
eficientes para la maximización de los bienes tutelados por ambas órbitas.
Tenemos la convicción que con el diálogo franco podremos aunar criterios que
satisfagan los objetivos de la Administración que usted preside, en concordancia con
nuestras inquietudes, obteniendo un avance en materia fiscal respecto de los concursos
preventivos y de las quiebras, que resulte un aporte a la eficiencia que la AFIP ha
logrado en dicho campo, durante los últimos años.
Como corolario de lo expuesto, corresponde sintetizarle algunas de las presentaciones
que hemos efectuado a lo largo de los últimos años, en las distintas Cámaras, respecto al
tema que nos ocupa (en especial la realizada el 17/12/04 ante la H. Cámara de
Diputados), que se acompaña en Anexo.
Sin otro particular, a la espera de una respuesta favorable a nuestra solicitud, saludamos
al Señor Administrador Federal con nuestra más distinguida consideración.
ANEXO
1.
Como cuestión que hace a la sistematicidad de las normas, cabe señalar que los
arts. 6, 7 y 8 de la ley 11683, que tienen origen en los arts. 16, 17 y 18 del ordenamiento
anterior al actual, están comprendidos en la denominada “responsabilidad por deuda
ajena”. Este concepto descarta el supuesto de concurso preventivo en tanto en dicha
figura concursal el síndico no es administrador legal del patrimonio ni de la actividad
del deudor. De modo que la inclusión en el inciso b) del art. 8° de la ley 11683 del
instituto del concurso preventivo queda totalmente fuera de contexto y resulta
marcadamente extraño y forzado. El cambio de la palabra que en origen era “concurso”,
por la actual expresión “concurso preventivo” desconoce que el primer término tiene
una gran antigüedad y correspondía en la norma originaria al denominado concurso civil
(que no era otra cosa que un procedimiento liquidatorio similar al de quiebra, pero
aplicable a las personas civiles no comerciantes). Así entonces, dentro de un sistema
que regula las responsabilidades para responsables por deuda ajena -que incluye
exclusivamente al síndico de las quiebras- se regulan también responsabilidades para
casos ajenos por completo a dicho universo, cual es el caso del síndico del concurso
preventivo. Ya que existe sin duda una vocación de rigor lógico para mejorar las
normas, nos parece que hubiera sido oportuno reconsiderar la inclusión de estas otras
responsabilidades, más bien vinculadas a los agentes de información, amén de
considerar su pertinencia y real utilidad.
2.
Desde la finalidad de buscar las mejores alternativas y partiendo de la premisa
de que el fin de la RG 1975 es el de mejorar la real capacidad de respuesta del Fisco
para poder presentarse a verificar tempestivamente sus créditos, resulta dificultoso
entender las razones para que siempre se hayan descartado las sugerencias hechas por la
profesión contable en materia de información en los concursos preventivos. Cuando se
sancionó la RG 745 se le hizo ver al ente fiscal que mucho más eficiente que requerir de
un síndico que comunique a la AFIP, luego de aceptado el cargo, la información
consignada por el deudor en la presentación judicial del concurso (donde lo único en
juego es su transcripción fidedigna -con independencia de que la misma sea o no
verídica y completa-), era que se requiriera directamente del deudor como obligación
fiscal de cumplimiento obligatorio, que al abrirse su concurso preventivo y dentro del
quinto día hiciera saber al Fisco, con carácter de Declaración Jurada, la deuda
informada en el legajo correspondiente con expresa declaración que constituye la
totalidad de la deuda y que es la correcta. No hace falta remarcar demasiado que lo que
en el síndico constituye meramente una obligación de transcripción, en el propio
contribuyente constituye por el contrario una obligación sustancial, en tanto la falsedad
o la parcialidad de la información constituyen por sí conductas punibles. Tampoco hace
falta abundar demasiado en el hecho de que colocar esta obligación en cabeza del
deudor anticipa en mucho el tiempo de conocimiento del concurso por parte del Fisco,
lo cual pareciera que constituye el centro de la preocupación fiscal.
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