LA MUJER DE LA NOCHE (LA LLORONA) Cuando oí su voz, su grito..., Sucumbió todo mi ser, percibí el sonido más lastimero que jamás imaginé sentir. Cuando miré su silueta iluminante me deslumbro al instante paralizándome al momento con asombró y sin aliento. Cuando miré su pálido rostro..., sentí todas las ocultas sensaciones: Me estremecí, sentí ese sobrio escalo frío su dolor, calor, pasión y amor desgarrado. Cuando me miré en sus ojos..., vi sus pensamientos tan profundos. Altibajos pasados se asomaron en su mirada con esperanzas para la espera de la llegada. A la vez se asomaron en ellos una luz singular como destellos inconsolable por cada agónica partida que fueron importantes en su vida Cuando dijiste hay mis hijos, un nudo, sentí en mi interior, un terror abismal, como ninguna cosa jamás en el mundo, ninguna vos me hizo sentir tan fatal... Tu expresión es grotesca y dolorosa y guarda la dulzura perdida en una coraza, cualidad perdida en su interna mente “perla” que la envejece permanentemente. Cuando me tocó..., como un velo me cubrió; me sentía seco, sin vida, vacio con mi mundo y mis alrededores. La vida fue extraña en el momento, pues no soñé encontrar algo así. Cuando te sentí, creo, fue el inframundo en el instante. No pensé que un amor tan generoso, se perdiera en el tiempo pudiera existir en las irrealidades, y si, sólo en mis ficciones. En ese entonces tenía un vacío en el alma y tú me diste en un instante. Tu amor guardado de otra vida y ahora, la mía, está llena de otra alusión, inimaginable para un ser como yo. Tú, la que llegaste a ser La mujer de mis temores. Para quien llegó a ser La mujer de otra vida: Tú, ….... “perla”