Fuente de malentendidos

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FUENTE DE MALENTENDIDOS
Parece sorprendente comprobar que uno de los motivos de conflictos, o al menos de
incomprensión entre los hombres, puede ser -como nos enseña el viejo filósofo- la distinta
apreciación del verdadero significado de una misma cualidad. Para ejemplificar este
malentendido dice que “ esto nos explica por qué los derrochadores tienen por faltos de
generosidad a los hombres generosos, y por qué los que no son generosos tratan a los que
lo son como si fueran verdaderamente; así como los temerarios y los imprudentes
consideran a los valientes como cobardes , y los cobardes llaman a los valientes
temerarios y locos”.
Como las cualidades humanas son abundantes , abundantes son también las
incomprensiones. En el hámbito familiar o en las relaciones de trabajo, encontramos que
que el maniático del orden-ese que no soporta que las cosas se muevan un milímetro de su
lugar establecido- tienen por desordenado al ordenado, en tanto que el desordenado le
achaca, a quién aspira a un orden razonable y justo, la manía del orden.
Las posibilidades se multiplican y afectan a muchos otros campos de actuación de
los hombres. He visto este mismo pimpón en el cual el que vive la cualidad en su justo
medio queda hecho sandwich entre los que la distorsionan por exceso o por defecto.
En un terreno que creo tener alguna experiencia – la educación de los hijos - he
encontrado innumerables desencuentros entre los distintos criterios de las familias
respecto del tema “permisos y prohibiciones”. Los padres permisivos que abandonan a sus
hijos a su suerte, con una política de billetera llena y puertas siempre abiertas, televisión
encendida a gusto a cualquier hora, consideran rígidos y severos, si no retrógrados y
represivos, a los padres que de buen criterio, que ponderan lo que se puede permitir o
prohibir. Pero estos son, además, blanco de acusaciones de las familias de estilo
dictatorial, así como de las que fluctúan y toman por normas “lo que se usa o está de
moda”, es decir, de los que siempre navegan a favor de la corriente.
El conocimiento del justo medio cualitativo de las distinas virtudes humanas
ayudaría- si hay sentido común a buena voluntad- a enfocar mejor la educación de los
hijos, a la vez que disiparía estos desencuentros frecuentes e injustos, ya que quien anda
por el recto camino es vapuleado y no comprendido por los que caminan por los desvíos.
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