Aportes al Debate Revolucionario del Círculo Bolivariano El Momoy , Parte I a IV.

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Anexos por Jutta Schmitt
Aportes al Debate Revolucionario del Círculo Bolivariano "El Momoy" (Parte 1 a 4)
Por: Jutta Schmitt
Parte 1
Hemos establecido, hace ya algún tiempo atrás, un Círculo Bolivariano en Chiguará, Edo. Mérida, en el marco
de lo cual nos estamos reuniendo regularmente para analizar y discutir nuestra realidad política actual, y
proveernos con un fondo teórico de lo que está pasando en nuestra Venezuela Bolivariana y en el mundo. En la
medida de lo posible, estamos tratando de sintetizar nuestros análisis y debates en forma de protocolos después
de cada sesión, y queremos compartir nuestra experiencia teórica con ustedes, para la discusión, revisión y para
impulsar iniciativas similares.
En esta primera reunión hemos establecido los lineamientos generales de as sesiones y discusiones a realizarse,
en los términos siguientes:
Dentro de nuestro enfoque común, fomentaremos el pensar propio y la diversidad del pensamiento para
evitar que caigamos en un „pensamiento único", que no sería otra cosa que continuar siendo atrapados en los
laberintos peligrosos de la ideología (1).
En lo que es y será nuestra teoría y Práxis revolucionaria-emancipatoria, nos adherimos siempre a
nuestros sueños diurnos juveniles, y en este sentido conservaremos y fomentaremos nuestra propia creatividad e
individualidad dentro del colectivo.
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En nuestro esfuerzo por comprender nuestra realidad contemporánea global y Venezolana, y por definir y
entender la evolución Bolivariana para poder contribuir con nuestro grano de arena a su buen éxito, nos hemos
visto obligado entrar en el contexto
histórico general, dentro de lo cual se desenvuelve nuestro presente inmediato.
Resulta que:
Nosotros entendemos la historia como el proceso de trabajo 2) histórico, con sus cinco características
principales:
1. La explotación económica
2. La dominación política
3. La discriminación social
4. La militarización universal
5. La alienación humana
Hasta ahora, todas las revoluciones sociales se han sucedido y han permanecido dentro del propio proceso de
trabajo con sus características enumeradas; es decir, dentro de un sistema cerrado
(3).
Con ésta limitante en mente, nos hemos adentrado al proceso de trabajo, a la historia, para analizar entonces qué
es, dentro de este sistema cerrado, una Revolución. Lo primero que hemos podido constatar es, que los "tiempos
revolucionarios" son aquellos tiempos históricos, cuando sucede que:
1.
Muere un viejo orden social y, al mismo tiempo, nace uno nuevo. La nueva realidad social "empuja"
hacia el pensamiento crítico, y el pensamiento crítico "empuja" hacia la nueva realidad social; es decir, existe
una dinámica entre los factores objetivos y el factor subjetivo
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en la historia, que se expresa en una Revolución de pensamiento y acción;
2.
Las fuerzas productivas amenazan con "detonar" las cadenas impuestas por las relaciones de producción
existentes, causando tensiones sociales, económicas y políticas entre las clases sociales, que se descargan en una
Revolución;
3.
Una nueva clase social que ya sustente el poder económico, llegue a conquistar el poder político y logre
establecer condiciones propicias para el pleno despliegue sin trabas de su poder económico;
4. Los cambios que se están generando no son cambios meramente cuantitativos o de apariencia (reforma), sino
cambios cualitativos o de esencia (Revolución), que tocan las raíces de los problemas e incluyen a todas las
facetas de la producción, reproducción y organización de la sociedad en su totalidad;
5.
Los cambios generados tengan la potencialidad de extenderse sobre el mundo entero (globalizarse).
En segunda instancia hemos constatado, que la única Revolución exitosa, que históricamente y hasta ahora se ha
generado en este sentido, ha sido la Revolución Francesa, democrático-burguesa o capitalista. La gran
Revolución Rusa de octubre de 1917 no ha podido subsistir en el tiempo por faltarle tocar algunas raíces
fundamentales y por no haberse podido extender a escala global (la Revolución permanente perdida).
Hemos establecido nuestra crítica de manera siguiente: No basta con tocar las raíces dentro del sistema de
trabajo cerrado, sino hay que erradicar al trabajo mismo, es decir, hay que acabar con la relación pervertida
entre sociedad y naturaleza - exigencia, que hasta
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hora no ha aparecido en ningún horizonte de debate revolucionario emancipatorio.
Aclaración de términos
1) Ideología: Es el reflejo mental generalizado de nuestra realidad existente, que es el modo de producción
capitalista o la sociedad e clase. La ideología se expresa en los ámbitos económico, político, legislativo, social y
cultural, y tiene la función de justificar a injustificable sociedad de clase, y de hacerla aparecer como algo
eterno, natural, estático y por ende no cambiable, cuando, en realidad, es temporal, históricamente originado,
dinámico, y por ende transformable. La ideología opera con componentes de "análisis" "verdades" ilusorias, y
componentes subconscientes, siendo la manipulación del subconsciente el factor más problemático a superar. a
teoría - es decir la conciencia de clase y el desmantelamiento de los contenidos escondidos de la subconciencia
mediante el rompimiento con los temas tabúes de la sociedad - es el único antídoto contra la ideología.
2) Proceso de Trabajo: La historia del trabajo; el trabajo entendido como la "relación" unilateral y perversa
entre la sociedad y la naturaleza, mejor dicho, la no-relación entre la sociedad y la naturaleza, que e expresa en
una actitud de total y absoluto desprecio a la madre naturaleza por parte de la sociedad, en su eterna
degradación, explotación y destrucción en nombre de la "satisfacción de las necesidades humanas" o del
llamado "progreso humano", que excluye el progreso de la misma naturaleza. De tal forma, la producción
humana siempre es y será, al mismo tiempo, destrucción humana. producción y destrucción son los dos lados
del trabajo. De lo que se trata es salir del sistema de trabajo y abrir el horizonte de la creación: creación enérgica
y energía creativa, que deja atrás la producción y destrucción como está acabando con la vida terrestre.
3) Sistema cerrado: Sistema, que se basa en una sola premisa, a cual tiene la predominancia absoluta sobre todo
lo demás. En
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el proceso de trabajo, la premisa predominante y absoluta es la sociedad (que prevalece sobre la naturaleza),
más preciso, las clases dominantes dentro de la sociedad, que prevalecen sobre ésta y sobre la naturaleza.
Parte 2
En nuestra segunda sesión hemos tocado el problema de la Auto-Defensa de la Revolución Bolivariana en todos
los planos. Hemos reiterado la necesidad de tener nuestros conceptos bien claros, y en este sentido hemos
procedido a elucidar una vez más el termino "Revolución" en función de determinar su contenido, alcance y
límite:
- Una Revolución es un cambio cualitativo que permanece dentro de un sistema cerrado, cuyo eje y centro
intocable (y por ende límite absoluto) es la relación pervertida y unilateral entre la sociedad y la naturaleza, que
nosotros llamamos el trabajo. El trabajo - es decir, la degradación, explotación y destrucción de la naturaleza
por parte de la sociedad - es la vaca sagrada, tanto para el capitalismo como para el propio marxismo /
socialismo.
En cuanto a nuestra Revolución Bolivariana (RB) y tomando en cuenta su límite absoluto dentro del sistema
cerrado que es el proceso de trabajo, hemos tratado de identificarla mediante la interrogante: ¿Reforma o
Revolución? Hemos observado lo siguiente:
1.
La realidad inmediata que tiene que ser superada por la RB es la pobreza, una de las apariencias más
agudas y visibles de la sociedad de clase, y el producto inevitable y lógico del capitalismo, que es un modo de
producción que genera necesidades artificiales y produce ganancias o valores de cambio, en vez de cubrir
necesidades reales y producir valores de uso.
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2. El Proyecto de País, contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se caracteriza
por ser un proyecto hermoso, audaz, humanista, ecologista, indígena-autóctono y modernista-universal a la
vez, pero carece, sin embargo, de un último y decisivo elemento que lo calificaría de verdaderamente
revolucionario en el sentido explicado en la sesión anterior: La Constitución de 1999 consagra el derecho a la
propiedad privada de los medios de producción, y garantiza así la perpetuación de la esencia explotadora,
dominadora, discriminatoria y alienante del modo de producción - o más bien destrucción - capitalista.
3. Por lo constatado en la observación número 2, hemos llegado a la conclusión de que el Proyecto Bolivariano
es (por ahora) un proyecto de Reforma Social, el cual, por propulsar reformas profundas, choca contra los
intereses de aquella clase social que posee los medios de producción en Venezuela y que defiende sus
privilegios groseros, aún cuando no peligra, en ningún momento, de ser extinguida.
4. Sin embargo, no se puede excluir la posibilidad de que la dinámica del Proceso Venezolano llegue a
empujarlo hacia una verdadera revolución social, sobre todo gracias a la feroz resistencia de la clase
privilegiada en cooperación con los intereses o factores externos que operan en el plano internacional, y que
seguirán empleando todos los métodos en función de pararlo que nosotros denominamos el Experimento
Bolivariano.
5. Los intereses foráneos que operan en el plano internacional afectan directamente el radio de acción del
Experimento Bolivariano, por lo cual este último se ha visto obligado a forjar alianzas progresistas no sólo a
nivel latinoamericano sino global.
372
6.
Queda la interrogante, si la dinámica internacional, nutrida por la experiencia del Experimento
Bolivariano, también contiene la posibilidad de generar un proceso de cambios que termine en una Revolución
social global y retro alimente así la verdadera Revolución Bolivariana (lo que sería la Revolución permanente
exitosa). Hemos establecido, como aspecto crítico e "imperativo categórico" (1), que es absolutamente menester
de desarrollar una teoría revolucionaria en Venezuela, que contrarreste la corriente reaccionaria dentro del
Experimento Bolivariano y con ella el peligro de su „ideologización", es decir, el que sea convertido en otra
justificación más del capitalismo y la sociedad de clase todavía existente en Venezuela y el mundo.
Esta teoría revolucionaria incluiría expresamente un aspecto psico-político, que identificaría los factores
psicológicos que impiden el cambio tan necesario de aquellos costumbres y mentalidades que le son adversos a
la Revolución y a la emancipación humana.
Aclaración de términos
(1) Imperativo categórico: premisa moral, que radica en la voluntad humana como voluntad esencialmente
racional. Concebido por el filósofo alemán, Immanuel Kant (1724-1804).
Parte 3
Hoy nos ha honrado con su visita un nutrido grupo de visitantes, profesores y estudiantes integrantes de la
Misión Sucre y de la UBV; visita organizada por nuestro compañero Otto. El marco de esta tercera sesión lo ha
constituido la observación reciente del Presidente Chávez, de que el actual modo de producción capitalista, bien
sea a nivel nacional-venezolano bien sea a nivel global, no
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es sustentable, y que hay que sustituirlo con un modelo socialista propio, venezolano-latinoamericano;
observación, que ha llevado como consecuencia el ya esperado y nada sorprendente ataque de os medios de
comunicación nacionales e internacionales.
Hemos hecho un recorrido superficial de lo que ha sido la trayectoria de las ideas radicales dentro del mismo
Movimiento bolivariano, y hemos recordado, que el ABR-200 originario sí había tanteado la lucha de clase, la
toma del poder político por vías de u conquista armada, y la abolición del capitalismo. Sin embargo, a
prevalecido la corriente moderada que había optado por la vía lectoral, la Asamblea Constituyente, la
refundación de la República unas reformas sociales profundas, y que posteriormente se ha formado como una
alianza electoral de amplio espectro, bajo el signo MVR - Movimiento Quinta República. Es así como la
Constitución e 1999, producto de la Asamblea Constituyente y aprobado por referéndum popular, deja intacto la
piedra angular del modo de producción capitalista, que es el derecho de la propiedad privada de os medios de
producción, consagrado en el Artículo 115, Título III, e los derechos humanos, garantías y deberes, Capítulo 7,
De los Derechos Económicos:
"Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, coge, disfrute y disposición de sus
bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley
con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante
sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier
clase de bienes".
De esta manera, la Constitución misma es, en parte, una expresión ideológica de la realidad capitalista que sigue
existiendo. n Venezuela, aún cuando se realice un esfuerzo considerable por mermar sus impactos negativos
mediante la acción eminentemente protagónica del Estado Bolivariano.
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Hemos observado, que por más decisivo y positivo que sea la acción del Estado en la protección y promoción
de los intereses de las clases oprimidas - como por ejemplo lo establecido en los Artículos 302, 305, 306, 307,
308 y 309 -, el haber dejado intacto la propiedad privada de los medios de producción significa la perpetuación
de la sociedad de clase y con ella la explotación económica, dominación política, discriminación social y
alienación humana.
Para comprender mejor en qué consiste la esencia del modo de producción capitalista, hemos realizado un breve
y comprimido recorrido histórico de los diferentes modos de producción desde el esclavista, a través del
feudalista hasta el capitalista, y hemos podido constatar lo siguiente:
1. En todos los modos de producción anteriores al capitalismo, había persistido por lo menos un mínimo de
la propiedad de los medios de producción en manos de los verdaderos productores o clases oprimidas,
como por ejemplo la tierra o las herramientas de producción.
2. El establecimiento y la generalización del modo de producción capitalista ha significado la conversión de
todos los componentes del proceso productivo, inclusive el trabajo mismo, en mercancías, es decir, en
valores de cambio. Esto presupone la expropiación total y absoluta de los productores o trabajadores,
quitándoles sus medios de producción, sus herramientas de trabajo y hasta los productos, fruto de su
trabajo individual. La única "propiedad privada" que poseen los trabajadores es su fuerza de trabajo, la
cual la tienen que vender al "mejor postor".
3. En el capitalismo, los poseedores de los :medios de producción ya no son los productores mismos, son
clases separadas. La remuneración que reciben los trabajadores para su fuerza de trabajo apenas les
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alcanza para restituir su energía vital, para poder seguir vendiendo su fuerza de trabajo el día siguiente (esto es,
si hay oferta de trabajo en un mercado cada vez más restringido); mientras que los que poseen los medios de
producción se enriquecen por la explotación del trabajo ajeno.
4.
A la creciente concentración de la riqueza en manos de una cada vez más reducida clase social,
poseedora de los medios de producción, le corresponde la creciente marginación y pauperización de la cada vez
más amplia clase social que tiene que vender su fuerza de trabajo. Con la total y absoluta globalización del
modo de producción capitalista, esta realidad se refleja hoy a escala mundial en la dicotomía entre los "centros
desarrollados" industrializados y de alta tecnología, y la "periferia subdesarrollada", proveedora de recursos
naturales y trabajo barato.
5.
Venezuela no se escapa ni escapará a esta realidad, mientras que seguirá vigente, como proceso
dominante, el capitalismo; calificado por el propio Presidente Chávez como un modelo económico no
sustentable y no viable, ni a nivel nacional, ni a nivel global.
Hemos constatado, que ante este panorama coincidimos plenamente con la propuesta del Presidente de buscar
una alternativa socialista propia a los problemas insolubles por el capitalismo, y ha urgido la interrogante de
cómo y dónde empezar a construir nuestro socialismo auténtico, original y nuevo. Al respecto, hemos
determinado que:
1.
Cualquier crítica que le hacemos a nuestra realidad capitalista existente, para así poder establecer los
criterios de nuestro socialismo auténtico y nuevo, tiene
376
que ser una crítica radical y tiene que romper con todos los viejos esquemas de razonar y actuar, es decir,
con todos nuestros usos, costumbres, tradiciones, valores y normas que obstaculizan el nacimiento de lo
verdaderamente nuevo. El punto neurálgico es la religión, con la que tiene que empezar nuestra crítica,
porque y como nos ha enseñado Marx, toda crítica de la sociedad tiene que empezar con la crítica de la
religión: "Exigir que se abandonen las ilusiones sobre una condición, es exigir que se abandone la
condición que requiere de ilusiones".
2. Lo nuevo no puede ser "lo viejo vestido en nuevas ropas". Lo nuevo consiste en pensar y hacer lo que
nunca antes hemos pensado y hecho, y lo que nunca más vamos a repetir. En esto, precisamente, consiste
la tan necesaria teoría y Práxis revolucionaria.
3. Históricamente, el socialismo ha nacido junto al capitalismo, como su negación. El socialismo ha nacido
como el ¡No! a la explotación económica, el ¡No! a la dominación política, el ¡No! a la discriminación
social, el ¡No! a la militarización universal, y el ¡No! a la alienación humana.
4. Sólo si nuestro socialismo auténtico-autóctono y universal a la vez, logra añadirle otro ¡No!, el ¡No!
decisivo a las negativas enumeradas, nos encaminaremos hacia la verdadera emancipación humana y
humanidad emancipada: el ¡No! al trabajo, que es el ¡No! a la destrucción de la madre naturaleza por la
sociedad, y por ende el ¡No! a la autodestrucción de la especie humana.
En la parte final de nuestra sesión de hoy, hemos presentado y discutido un borrador para lo que podría llegar a
serla constitución del
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futuro "Núcleo de Desarrollo Endógeno Kleber Ramírez" en Chiguará. Antes de introducir el texto, hemos
tratado de hacer una definición o más bien aproximación al termino "desarrollo", con las observaciones
siguientes:
1.
El concepto "desarrollo", tal y como se nos ha presentado o se nos suele presentar generalmente, es
engañoso por orientarse en el modelo de "desarrollo" europeo y/o norteamericano, es decir, al sugerir que se
puede imitar los modelos de industrialización, consumo y "prosperidad" del Occidente.
2.
Resulta, sin embargo, que históricamente el tan envidiado "desarrollo" industrial de Europa no ha sido
otra cosa que la constitución del mercado mundial con la colonización, el genocidio, el saqueo, el atropello, la
militarización, cristianización y erradicación de creencias y culturas autóctonas de los continentes y países que
hoy constituyen el "Tercer Mundo". De tal forma, la otra cara de la moneda del "desarrollo" Europeo ha sido el
"subdesarrollo" de países y continentes enteros.
3.
Comprendiendo, que "desarrollo" y "subdesarrollo" son los dos lados del modo de producción
capitalista como se estableció a escala global a través del mercado mundial, queda claro, que nada tiene que ver
con la idea nuestra de fomentar la creatividad social y natural, a la cual le queda corto el concepto "desarrollo".
Parte 4
Práctica vs. Práxis / Crítica a la Religión Cristiana
Las sesiones pasadas las hemos dedicado al análisis de los conceptos práctica y Práxis, y a la controversia, si la
religión cristiana 378
o algunos de sus elementos - deberían o no entrar al nuevo socialismo que pretendemos construir, como una de
sus raíces. Este resumen lo estamos dividiendo en dos partes; una, ¿Que es la Práxis?, y dos, Crítica a la
Religión Cristiana.
I. ¿Qué es la Práxis?
En nuestro esfuerzo de definir el concepto Práxis, hemos resaltado primero, que éste se diferencia radicalmente
del concepto práctica, y segundo, que práctica y práxis no pueden ser separados de sus partes correspondientes,
ideología y teoría. En este sentido hemos recordado brevemente y con referencia a debates anteriores, que la
práctica - el quehacer diario, repetitivo, "automático", sin reflexión previa y por ende inmediato - es el concepto
correlativo a la ideología en cuanto que afirma y deja intacto el orden social existente; mientras que la práxis la actuación nueva, precisa, revolucionaria, ponderada, producto de y entrelazado con el pensar consciente - es
el concepto correlativo a la teoría en cuanto que niega, revoluciona y transforma la realidad existente.
Ante la interrogante, qué es lo que determina nuestro pensar y actuar y qué es lo que lo convierte en teoría y
práxis o en ideología y práctica, hemos determinado lo siguiente: Todo nuestro pensar y actuar está, en primer
lugar, determinado por un ya existente marco de referencia material y espiritual el cual nos rodea y el cual es
producto histórico de las condiciones objetivas y subjetivas creadas por las generaciones anteriores, dentro de la
producción y reproducción de su vida material y espiritual.
Nosotros, siendo productos de esta realidad ya existente, tenemos dos "opciones": Una, que nunca se nos ocurre
estudiar en profundidad nuestra realidad existente y por ende nunca vamos a llegar a dudar de ella, a
cuestionarla, negarla y cambiarla, en cuyo caso seríamos seres pasivos e inconscientes, una especie de
autómatas o seres unidimensionales, dominados en nuestras percepciones por la ideología reinante, lo que se
traduce en una práctica diaria dócil e inofensiva de seguir afirmando y apoyando el orden social existente;
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os, que sí se nos ocurre conocer a fondo nuestra realidad y por ende quererla cambiar y revolucionar, en cuyo
caso seríamos seres activos conscientes, creadores de lo nuevo en el plano teórico, lo que se traduce en una
crítica activa y actividad crítica, es decir, en una Práxis evolucionaría, transformadora del orden social existente.
El dilema del "nuevo hombre", de cómo nos podemos cambiar nosotros mismos si somos precisamente
productos de circunstancias que requieren ser cambiadas para que puedan cambiar los hombres, sólo se resuelve
mediante la práxis revolucionaria y transformadora, n la cual coinciden ambos: el cambio de las circunstancias
y el cambio del ser humano.
Ante este inventario preliminar ha surgido la pregunta, n qué precisamente consisten estas circunstancias
objetivas y subjetivas ya existentes, que determinan nuestro comportamiento
nuestra "conciencia", y hemos precisado que se trata de las formas específicas de la producción y reproducción
material de la ida humana en el espacio y tiempo histórico que nos toca vivir. n nuestro caso, las circunstancias
objetivas son, por supuesto, as relaciones de producción capitalista, operantes en un país no-metropolitano, es
decir, "en vías de desarrollo", con un particular modelo de acumulación por medio de la renta petrolera
efectuado n el marco de una especie de capitalismo de Estado, donde éste último, con breves excepciones en su
historia moderna, ha jugado n papel keynesiano en lo económico y paternalista en lo social. n el plano político,
también ha formado parte de las circunstancias objetivas un particular "unipartidismo puntofijista", con sus dos
caras adeco y copeyano, que ha institucionalizado el clientelismo político y a corrupción.
Hemos constatado, que las mencionadas condiciones objetivas se traducen y expresan en el ámbito subjetivo, es
decir precisamente en la ideología dominante con su correspondiente práctica, hasta hoy día y no obstante los
esfuerzos de transformación social emprendidos por la Revolución Bolivariana, en el egoísmo, el
individualismo, la competencia de vida a muerte y en actitudes de abierto desprecio al prójimo (herencia de las
relaciones de producción
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capitalista), mezclado con una actitud pasiva-receptiva, facilista y carente de cualquier responsabilidad propia
(herencia del estado paternalista).
Estos son, concreta e inmediatamente, los factores objetivos y subjetivos a ser superados, que nos han
determinado y nos siguen determinando en considerable grado. Volviendo a la ideología y práctica como
factores inductores de una verdadera parálisis social, hemos podido constatar lo siguiente:
La ideología, que garantiza la perpetuación del orden social existente en las cabezas sobretodo de los
económicamente explotados y humanamente condenados, parece tener mil y una ventajas ante cualquier
pensamiento crítico y nuevo, ya que es conformada por las ideas de las clases dominantes, que además de ser
dueños de los medios de producción, también lo son de los grandes medios de comunicación de masas.
Las ideas dominantes de una época no sólo son las ideas de las clases dominantes, sino y como nos dice Marx
en la Ideología Alemana, se constituyen como el reino de las ideas sobre la realidad material-objetiva; es decir,
se crea la ilusión fatal, de que la realidad material-objetiva de una determinada época histórica es producto de
las ideas de un gran "dios", un sublime espíritu, un "gran hombre" o hasta una "gran raza", cuando las ideas, al
revés, siempre son productos de un determinado tiempo-espacio histórico en la producción y reproducción de la
vida humana.
De tal manera, la ideología sugiere que los cambios que han tenido lugar en el proceso histórico han sido
producto de "instancias superiores" y que el hombre pequeño y común, las masas, los explotados y oprimidos,
nunca podrán ser portadores de las grandes ideas, y que mucho menos podrán conformarse como una fuerza
material transformadora del presente y futuro.
Es en este mismo sentido que se libra la guerra de las ideas de nuestro presente; que es básicamente una guerra
declarada contra cualquier concepción teórico-práxica que difiere del modelo único capitalista, el que hoy se
extiende de manera cancerígena sobre el globo terráqueo entero. Esta guerra está siendo llevado a
381
cabo mediante la sofocadora omnipresencia de los grandes medios e comunicación de masas con cobertura en
cualquier espacio el planeta, dirigida en contra de las restantes mentes críticas e independientes.
El único antídoto contra el veneno ideológico-práctico es la teoría incisiva, reveladora y destructora de las
ilusiones y mentiras ideológicas, que tiene y tendrá siempre su prueba de fuego en la crítica activa o actividad
crítica, es decir, en la práxis revolucionaria.
1. Crítica a la Religión Cristiana
Recientemente, hemos debatido la recomendación del residente Chávez, de estudiar, en el marco de la inmensa
tarea e inventar el socialismo del Siglo XXI, no sólo las ideas originales e Marx y Engels, sino también un
posible aporte de Jesucristo a este "nuevo socialismo", y hemos leído y discutido un texto sobre "el socialismo
cristiano", extraído del libro "Hugo Chávez y el Socialismo el Siglo XXI" del conocido y apreciado autor,
Heinz Dieterich.
Aún cuando percibimos que se esta haciendo un esfuerzo por separar la esfera de las "enseñanzas bíblicas" y de
la "vida de Jesucristo" del dogma eclesiástico romano-católico, han surgido, de inmediato, una serie de
observaciones e interrogantes en torno al lema religioso-cristiano en general, que son las siguientes:
Cuando hace 500 años atrás los colonizadores europeos se daban a la tarea de implantar en nuestro continente
latinoamericano el cristianismo, no había condiciones objetivas en absoluto para el implante exitoso de esta
religión, que era completamente ajena nuestras sociedades autóctonas-indígenas. Sólo después del exterminio
sin misericordia, de la violencia más brutal y del genocidio perpetrado en contra de nuestros pueblos ancestrales
indígenas, sólo cuando los colonizadores habían convertido a nuestras tierras n un valle de lágrimas, la religión
cristiana ha podido echar raíces y `cuajar" en las poblaciones traumatizadas, desarraigadas, arrolladas y
esclavizadas por una cultura ajena.
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Es decir, el cristianismo era la mano derecha de la colonización, militarización, deshumanización y aniquilación
de nuestras civilizaciones antiguas o "precolombinas", hecho histórico violento y bárbaro, que no sólo se puede
atribuir a un "mal uso" de esta religión o un "abuso" en nombre de su Dios, sino que forma parte intrínseca de
las mismas "enseñanzas bíblicas". Nos estamos refiriendo aquí al racismo, a la discriminación y a la exclusión
social, intrínsecos a la noción bíblica del "pueblo escogido por Dios" (cuyos miembros serían, de paso, los
únicos que el día del juicio final irían a alcanzar " la salvación"), y desde donde existe una conexión directa a la
noción fascista de la "raza superior", cuya "tarea noble y misionaria" es hacerles llegar las bondades de la
"civilización" a los "pueblos bárbaros" (históricamente hablado, los pueblos que hoy conformamos el "Tercer
Mundo"). ¡El cínico Rudyard Kipling, un novelista británico, llegó a llamar esto "la carga del hombre blanco"
(the white man's burden)!
Si nuestra propia experiencia histórica nos ha enseñado que la deshumanización total y absoluta era la conditio
sine qua non para poder implantar aquí el cristianismo, ¿qué es lo que nos impide concluir, que con la rehumanización de nuestros pueblos desaparece el fantasma del cristianismo y la necesidad psicológica de una
"reivindicación divina" post-mortal por las miserias sufridas en esta única, verdadera y auténtica vida que
tenemos?
Si estamos conscientes, de que el cristianismo ha sido el arma más poderoso de control mental de las clases
dominantes a lo largo de los siglos y hasta milenios para que los oprimidos aguanten su miseria infinita en esta
su única vida, ¿podemos realmente "rescatar" aunque sean fragmentos del cristianismo para nuestro socialismo
nuevo, o no sería esto más bien una irresponsabilidad de proporciones históricas?
Después de estas observaciones e interrogantes de carácter general, hemos procedido con la lectura del texto de
Dieterich, en el cual el autor se da a la tarea de explicar la "Aportación de Jesús al socialismo del Siglo XXI", y
aún cuando hemos constatado, que a primera vista podríamos estar plenamente de acuerdo con la manera
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elegante como Dieterich resuelve esta tarea, hemos tenido que poner en duda la fuente misma del análisis, que
es, por supuesto, la biblia. Hemos recordado en este contexto, que la biblia no es, para nada, un texto íntegro, y
que de ninguno de los libros que la constituyen se ha conservado el texto original de los respectivos autores, por
lo cual se ha tenido que recorrer a su reconstrucción a partir de múltiples fragmentos y traducciones.
Consecuentemente y antes de poder aproximarse a un análisis del "aporte de Jesús", habría que familiarizarse
con la crítica a la biblia, que comprende por lo menos dos pasos fundamentales:
Crítica del origen, de la canonización y de la traducción de la biblia mediante la crítica de las fuentes, la crítica
de los textos desde el punto de vista filológico, y la crítica de la hermenéutica bíblica, lo que lleva
inevitablemente a la comprensión de la biblia como una especie de género literario, producto de seres humanos,
y no como "Palabra de Dios".
Crítica del contenido, que comprende la crítica de los principios morales y éticos expuestos en la biblia como la
violenta intolerancia religiosa en el viejo y nuevo testamento, la violencia abierta contra etnias diferentes y
comunidades que practican otro tipo de fe, las guerras de conquista y el genocidio, el patriarcalismo-machismo
con su hostilidad y rigurosa discriminación de lo femenino, la asexualidad, etc.
En otro nivel del debate y considerando el cristianismo institucionalizado, católico-romano, hemos constatado,
que estamos entrando en una nueva fase de inquisición, en la cual se combina el más crudo fundamentalismo
cristiano con la más sofisticada tecnología de armamento y destrucción, representada en la "fórmula"
Ratzinger-Bush. Ante este cuadro preocupante ha surgido (y quedado en el aire) la pregunta, si "el rescate" de la
"esencia del cristianismo", concentrada en la figura de Jesús y encomendado por el presidente Chávez en
función de enriquecer el nuevo socialismo del Siglo XXI,, se debe a consideraciones tácticas en vista de que la
abrumadora mayoría de la población venezolana son cristianos, o a un problema profundo, no resuelto con la
religión.
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Sin embargo, este problema tendría que resolverse lógicamente en el marco de un estudio detenido de los
pensamientos originarios de Marx y Engels, igualmente encomendado por Chávez, entre los cuales encontramos
que Marx, en su introducción a la "Crítica de la Filosofía de Derecho Hegeliana" observa que "la crítica de la
religión es la condición previa de cualquier crítica". Hemos quedado en retomar la discusión en este punto en la
próxima sesión.
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