14. El factor subjetivo en la Revolución Bolivariana de Venezuela En Venezuela, a nivel teórico y dentro del proceso de la profundización de la revolución o "revolución dentro de la revolución", el factor subjetivo juega un papel cada vez más decisivo. Los bolivarianos, los compatriotas, los revolucionarios o los "chavistas" no brotan de la noche a la mañana como hongos del suelo fértil de Venezuela y América Latina. Cualquier revolución social que se propone cambiar el modo de producción existente, sus herramientas de explotación, su base energética, y sus relaciones socio-políticas necesita un factor subjetivo, una conciencia de clase, un arbitrium liberum. Este último elemento, la libre voluntad, fue originalmente descubierto por Epicuro, y en tiempos más recientes desarrollado por los pensadores burgués-capitalistas de la ilustración; luego fue refinado científica y filosóficamente por Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, Lenin, Trotski, Ché, Fidel y Ernst Bloch. ¿Por qué la práxis revolucionaria y la acción revolucionaria concreta deberían caracterizarse por la libre voluntad? ¿Por qué la vanguardia política de la Revolución Bolivariana debería liberarse conscientemente de los grilletes ideológicos y religiosos, de las cadenas coloniales y neo-coloniales de la ilusión y de la fantasía, que fueron impuestos hace mucho tiempo atrás por una mentalidad esclavista y un holocausto mental global minuciosamente planeado? Internamente, dentro del Movimiento Bolivariano, uno de los problemas más serios que se presentan en la actual "profundización" del proceso revolucionario, es el hecho de que algunos factores transformadores subjetivos humanos, que deberían darle un impulso permanente a la Revolución, en muchos ámbitos sencillamente 99 son letárgicos o ausentes. A veces, en varios reuniones urgentes concerniente a la organización, este precario dilema subjetivo incluso ha llevado a un verdadero desespero a nuestro Presidente Hugo Chávez, quien generalmente es tan militantemente optimista. De manera similar, como resultado de los efectos contrarrevolucionarios de una cierta herencia política del pasado puntofijista que definitivamente frenan al proceso emancipatorio y sus numerosos proyectos e instituciones, muchos compatriotas serios ya se están acercando a los límites de la paciencia, resistencia y tolerancia revolucionaria. Esto afecta negativamente a la coherencia, cohesión y unidad contradictoria dialéctica interna del proceso emancipatorio. Sin duda, esto es un elemento importante de la "revolución dentro de la revolución" en Venezuela; a saber el factor subjetivo, la teoría social, que merece atención urgente e inmediata. En términos generales, ¿cuáles son las principales razones para esta situación? Primero, estas razones son relacionadas a lo que nosotros, en ocasiones anteriores hemos determinado el holocausto mental o el control mental, generado por las relaciones explotadoras y dominadoras de tipo amo-esclavo a lo largo de los tiempos. Segundo, es importante destacar, que las diferentes clases dominantes europeas han producido este holocausto mental precisamente para destruir la libre voluntad, la subjetividad, la teoría y la auto-determinación. Ya Platón en su obra "La República" había sugerido la necesidad de aplicar, en la política el empleo de las grandes mentiras para gobernar a las masas, en otras palabras, la institucionalización del holocausto ideológico. Luego, Maquiavelo y Hobbes refinaron su función social y Hitler abiertamente reveló su naturaleza fascista: "Si quieres controlar a un pueblo, controla su educación". Tercero, la guerra de ideas, las campañas de desinformación y las burdas mentiras de los grandes medios de comunicación internacionales no son novedades modernas, al contrario, son tan antiguas como Matusalén. Este holocausto mental, introducido hace siglos por la Conquista europea en toda América, y perpetuado de 100 manera horrorosa por nuestros gobernantes oligárquicos del pasado, ha causado el problema central, al cual se enfrenta la educación revolucionaria en Venezuela. Cuarto, hasta hoy día, los países metropolitanos no exportan para nada su más reciente conocimiento tecnológico productivo a los países del "Tercer Mundo", al contrario, ellos botan toda su basura letal y apestosa en nuestras tierras, inclusive sus desechos radioactivos. Lo que exportan hacia nuestros países sólo sirve a sus intereses capitalista-imperialista-corporativos. Nunca han exportado nada humano, humanitario o humanista a América Latina; nunca exportaron nada que no le haya beneficiado al gran capital en primer lugar. Quinto, una pregunta muy delicada: ¿Nunca se nos ocurrió preguntar por qué España y Portugal habían introducido en América Latina su religión oficial del Estado, el Catolicismo Romano, del Orden Dominicano y la Inquisición? Y, ¿qué fue lo que pasó con nuestras propias creencias, costumbres y tradiciones religiosas, sagradas, autóctonas e indígenas? Por cierto, para reencontrarnos con nuestra esencia, aunque tarde, tenemos que rescatar a nuestros valores indígenas de las garras neocoloniales y neoimperiales del fascismo norteamericano. Finalmente, toda nuestra sobreestructura reinante colonial y neo-colonial ya osificada, nuestra sociedad y religión, nuestras oraciones, escrituras sagradas, leyes, moral, costumbres, tradiciones, etc., contienen el veneno capitalista y la estricnina imperialista del control mental. ¿Cómo podemos condenar las atrocidades materiales del capitalismo e imperialismo, como por ejemplo las cometidas en Irak y al mismo tiempo olvidar el correspondiente holocausto mental que las acompañó? Estas son las cosas que pueden causar fatalismo destructivo, confusión ideológica, desespero pasivo y hasta la capitulación total en las etapas decisivas de nuestra Revolución. ¿Cómo podemos decidir libremente y elegir nosotros mismos el camino de nuestro futuro o hacer la revolución, cuando nuestras mentes siguen esclavizadas y encadenadas a las ilusiones 101 ideológicas y religiosas provenientes de Europa y Norteamérica dictándonos percepciones ajenas sobre nuestra esencia, existencia y trascendencia humana? Durante los últimos seis años de la Revolución Bolivariana, por tener que defenderse contra un mar de ataques bárbaros internos y externos, ciertamente no hubo tiempo ni oportunidades para emprender esta inmensa tarea crucial de luchar contra una ideología opresora reinante y contra los efectos alienadores de una religión global absolutista y represiva del Estado. A pesar de una nueva fase de ataques violentos y asesinatos políticos que requiere nuestra atención, no debemos descuidar la teoría revolucionaria que es un elemento estratégico para nuestra auto-defensa, y para la propia sobrevivencia humana. Como hemos enfatizado una y otra vez, sin una crítica a la ideología y una crítica a la religión del Estado científica y filosófica, difícilmente podremos desarrollar una crítica fundamental al imperialismo corporativo del "Cuarto Imperio", es decir, no podremos introducir una verdadera Práxis y Teoría Revolucionaria. En otras palabras, tendremos problemas inmensos para emprender una revolución mundial original, nueva y victoriosa. Si descuidamos el factor subjetivo, a saber la teoría filosófica, vamos a echar a perder nuestra propia historia y abortar nuestra conciencia de clase histórica que apenas está germinando. En efecto, conocimiento es poder. Hacer y saber definitivamente son dos lados dialécticos contradictorios de una misma cosa, de la revolución. Actualmente, el conocimiento mismo se ha convertido en un arma de destrucción masiva de las élites norteamericanas, mientras que se eleva la ignorancia de las masas a la gloria celestial. De manera progresiva y al estilo verdaderamente Orweliano, el "Hermano Mayor" está borrando nuestras mentes y memorias individuales y sociales. Esto es la razón del por qué el factor subjetivo, el pensar, el pensamiento y la teoría se han convertido en un asunto tan crucial dentro del proceso revolucionario actual en Venezuela y América Latina. 102