El outsourcing en seguridad, una clara ventaja para la

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El outsourcing en seguridad, una clara ventaja
para la organización
Antonio Ramos
Director de Auditoría y Consultoría Informática de S21sec
RESUMEN: En la actualidad, la práctica del
outsourcing empieza a ser habitual y consiste en
la contratación externa de determinadas
unidades o funciones necesarias en una
organización. Las operaciones que se suelen
subcontratar se caracterizan por ser complejas,
importantes o incómodas de efectuar.
En el campo de la seguridad de la información,
el outsourcing es una opción muy beneficiosa
para aquellas empresas que quieran delegar la
protección de su información a un partner
especializado en seguridad, dada la complejidad
de los ataques y el creciente número de
dispositivos de seguridad existentes. Por un
lado, esto permite a las organizaciones centrarse
en la consecución de los objetivos propios de su
negocio y, por otro, recibir todo el conocimiento
sobre las últimas tecnologías y recursos que
acumula una empresa de seguridad. Tener la
posibilidad de acceder a niveles de seguridad
más elevados, no sólo constituye una gran
ventaja que ofrece la práctica del outsourcing
sino también la mejor alternativa para no
acometer los costes derivados de disponer de un
área propia en la empresa.
Las tareas que se suelen externalizar están
generalmente
relacionadas
con
la
monitorización de la seguridad, como es el caso
de la gestión de dispositivos de seguridad pero
existen numerosas actividades que podemos
externalizar y que mejorarán los resultados de
nuestras organizaciones.
Subcontratar se está convirtiendo en una
necesidad para las organizaciones, por lo que
éstas deben ser muy exigentes a la hora de
confiar la seguridad de sus sistemas. Una
elección adecuada de proveedor será la clave
para obtener beneficios futuros.
Introducción: El día a día de los responsables
de seguridad está ganando en complejidad:
Troyanos y amenazas cada vez más sofisticadas,
la evolución de nuevas formas de phishing,
nuevos entornos y tecnologías susceptibles de
sufrir ataques y las regulaciones cada vez más
exigentes están multiplicando las piezas del
puzzle de la seguridad. Y lamentablemente, la
complejidad no es la mejor amiga de la
seguridad.
Además, esta situación no parece tener
perspectivas de corregirse, ya que los países son
cada vez más prolíficos en la creación de nuevas
normativas y los sistemas se están tornando
cada vez más complejos. En definitiva, se están
produciendo un conjunto de circunstancias que
hacen que el personal de seguridad de las
organizaciones no pueda dedicarse a cumplir
con los objetivos de negocio.
Una buena solución para responder a la
necesidad continua de especialistas que puedan
afrontar los cada vez más intricados problemas
de seguridad sin desatender los objetivos de
negocio es recurrir al outsourcing. De esta
manera, las organizaciones pueden centrarse en
su actividad, al mismo tiempo que consiguen
mejorar los niveles de seguridad.
La subcontratación de servicios de seguridad
soluciona el problema de la falta de
profesionales cualificados dentro de la empresa
y permite afrontar el entorno de riesgo creciente
que supone la situación actual de manera más
eficaz.
Además de permitir mejoras en los niveles de
seguridad, el outsourcing tiene otros efectos
positivos: el más destacable, la gestión de
recursos humanos. Las organizaciones están
enfocadas al cumplimiento de sus objetivos de
negocio y no les resulta fácil reunir al personal
adecuado para la gestión de la seguridad y,
mucho menos todavía, retener a esas personas.
El caso más claro podría ser el de la
monitorización de la seguridad, ya que hacen
falta seis personas para operar durante las 24
horas los siete días de la semana, así como un
equipo de supervisores y personal de soporte.
Por otra parte, dado que los ataques a una
organización no ocurren a menudo, este grupo
de personas sufre largos períodos de inactividad
seguidos de pocas horas de tensión, factores que
hacen difícil mantener a este equipo
comprometido e interesado. Por eso, son muy
raras las ocasiones en que una organización
encuentra rentable disponer de este tipo de
equipos in-company. La subcontratación, por el
contrario, les permite aprovechar economías de
escala a través del proveedor de seguridad y
conseguir servicios de expertos sin dejar de ser
rentables.
Los beneficios del outsourcing
compañía
para la
En el mundo real, la práctica del outsourcing es
algo bastante habitual, aunque no nos demos
cuenta: servicios médicos, bomberos, guardias
de seguridad, cálculo de impuestos, elaboración
de nóminas… ¿Qué tienen en común los
servicios que se subcontratan a terceros?
Básicamente, las tareas subcontratadas se
caracterizan por ser complejas, importantes o
desagradables.
En este sentido, la seguridad de la información
no es distinta de las tareas que hemos
mencionado. Por tanto, es claramente candidata
a la subcontratación. ¿Pero qué significa
concretamente poner la seguridad de nuestros
sistemas en manos de un proveedor
especializado de seguridad?
En primer lugar, las empresas e instituciones
pueden sumar experiencia, disponer de mayor
facilidad para contratar y formar al personal y
acceder a las infraestructuras necesarias para
soportar el servicio mediante la firma de
contratos a medio o largo plazo. Además, están
en condiciones de mantenerse permanentemente
actualizadas sobre las nuevas vulnerabilidades,
las herramientas, productos de seguridad y
últimas versiones de software.
Por otra parte, la práctica del outsourcing
permite transferir el conocimiento de los
especialistas a la organización. Una empresa
especializada en seguridad puede aprender y
acumular conocimiento de los ataques que
sufren todos sus clientes y está en condiciones
de integrar los problemas de seguridad que
existen en otras regiones y países.
Otro efecto importante que no podemos olvidar
es que el outsourcing permite exigir niveles de
rendimiento en función de unos acuerdos de
nivel de servicio y ofrece la posibilidad de
acceder a niveles de seguridad más elevados. De
hecho, en el caso de la seguridad, los riesgos de
no subcontratar pueden ser mayores que la
alternativa de contar con un área propia, ya que
es poco probable que una organización asuma
los costes e infraestructuras que puede ofrecer
una empresa especializada. Básicamente,
porque en casi todos los casos no vamos a poder
comparar la prestación del servicio con recursos
propios y desde el exterior, ya que los servicios
prestados nos van a proporcionar un nivel de
rendimiento superior al disponible internamente.
En S21sec por ejemplo, ofrecemos servicios de
seguridad gestionada desde el primer Centro de
Operaciones de Seguridad 24 horas en España.
Este centro, dotado con tecnologías de primer
nivel nos permite ofrecer un conjunto de
servicios especializados (gestión de firewalls,
IDS, IPS…) y brindar respuesta inmediata ante
crisis de seguridad. Disponemos desde servicios
de protección y de defensa, basados en auditoría
de riesgos y gestión de infraestructuras
informáticas, hasta vigilancia digital y respuesta
a posibles incidentes o ataques, así cómo
análisis forense. Estos servicios requieren un
grado de especialización y una inversión en
tecnología que resultaría menos rentable si se
implantase para una única empresa o institución.
Además de las infraestructuras técnicas y los
niveles de seguridad física, la subcontratación
en S21sec da acceso a la utilización de
procedimientos operativos detallados para todas
las casuísticas o el cumplimiento con estándares
internacionales reconocidos como la ISO/IEC
27001:2005 o ITIL, en lo relativo a gestión de
configuraciones, gestión de incidencias y HelpDesk.
Definir un servicio de seguridad a tu medida
Una vez que nos hemos planteado la
subcontratación de la seguridad de la
información, aún nos queda definir qué áreas o
tareas vamos a subcontratar y seleccionar al
proveedor más adecuado. Es necesario tener en
cuenta que todas las actividades no se
subcontratan de la misma manera, bien porque
se trate de tareas que están demasiado cerca del
negocio o que resultan demasiado caras para
que las asuma un tercero o porque no se escalan
bien.
En este sentido, cuando se subcontrata la
función, no debemos olvidar que la
organización siempre mantiene el control de su
propia seguridad y cuando no existe un rol de
gestión, las compañías especializadas pueden
ofrecer un servicio útil, efectivo y escalable.
Las tareas que se suelen externalizar están
generalmente
relacionadas
con
la
monitorización de la seguridad como es el caso
de la gestión de vulnerabilidades o las alertas de
IDS. La monitorización permite la detección y
respuesta en tiempo real, a través de tecnología
avanzada de correlación y analistas expertos.
Este tipo de actividades constituyen el
complemento ideal a las habituales medidas de
protección. La vigilancia permite compensar la
debilidad de la seguridad basada en parches y
nos hace menos dependientes.
La monitorización no debería estar orientada a
la implantación de más productos que nos
protejan de todo, sino en la mejora de los
procesos que nos permitan gestionar mejor los
riesgos. Esto se traduce en la necesidad de una
vigilancia constante, dado que los ataques llegan
de todas partes y en cualquier momento. Al
analizar los logs en tiempo real, podemos
deducir lo que un atacante está haciendo y
responder también en tiempo real; y es ahí
donde reside la verdadera seguridad. En la
batalla contra el fraude, los defensores están en
condiciones de reaccionar rápidamente a un
ataque, gracias a su conocimiento del terreno.
Por eso, es necesario contar con expertos en
seguridad vigilantes, flexibles e implacables,
que sean capaces de utilizar las herramientas
automáticas para la búsqueda de patrones en la
ingente cantidad de datos que producen los
registros de auditoría e interpretar los resultados
para definir las respuestas más adecuadas en
cada momento. Los sensores no ofrecen
seguridad por sí mismos, sino que hacen falta
personas capaces de detectar comportamientos
anómalos, de detectar la respuesta adecuada,
integrada a los requerimientos del negocio.
que se adapte mejor a sus necesidades (“Go with
the industry leader”). Es básicamente una
cuestión de confianza.
También hay que tener en consideración los
posibles conflictos de interés: si alguien
gestiona y monitoriza mi red y encuentra algo,
¿me lo dirá o tratará de solucionarlo? Otro
aspecto que no podemos olvidar es la salud
financiera del partner elegido, dado que será
una relación a largo plazo. Debemos considerar
si son líderes en su campo y tienen una
trayectoria sólida y fiable además de tener en
cuenta la especialización que tienen en el sector
o que no abarquen otras ramas de actividad que
puedan interferir negativamente en su trabajo.
Son muchos factores los que hay que tener en
mente cuando hablamos de seguridad de
calidad, por ello el coste del servicio no debe
convertirse en algo decisivo a la hora de
decantarse por un servicio u otro sino más bien
en algo complementario.
Conclusiones:
o La seguridad de los sistemas de
información es un hecho que las
compañías deben tener en cuenta para
salvaguardar la protección de sus datos.
o
La proliferación de nuevas amenazas
cada vez más sofisticadas exige unos
herramientas específicas para lograr su
identificación, detección, erradicación
y prevención.
o
Junto a estos dispositivos de
tecnología, es necesario contar con
unos profesionales especializados en
seguridad que velen por los posibles
riesgos en los sistemas de su compañía.
o
El outsourcing se erige como la mejor
opción para alcanzar niveles óptimos
de
seguridad.
Una
empresa
especializada en seguridad ofrece un
equipo de supervisores con alta
experiencia en el sector que monitoriza
las 24 horas del día posibles ataques y
es capaz de detectarlos y dar una
respuesta adecuada.
o
La subcontratación de la seguridad es
una decisión difícil puesto que se debe
exigir el mejor servicio que incluye a
unos profesionales líderes en su campo
y una tecnología de primer nivel.
A quién subcontratar
Decidir en quién voy a confiar la seguridad de
mis sistemas es una decisión difícil, sobre todo
si no se es experto en la materia. ¿Cómo
diferenciar un buen servicio de otro que no lo
es? Muchas veces cuando uno no es experto en
algo, lo que suele hacer es preguntar a su
alrededor, obtener recomendaciones y seguir al
RESEÑA CURRICULAR: Antonio Ramos es
Licenciado en CC. Económicas y Empresariales
por la Universidad Complutense de Madrid y
Máster en Auditoría de Cuentas por la
Universidad Pontificia de Salamanca, Certified
Information Systems Auditor (CISA) y Certified
Information Security Manager (CISM) por la
ISACA. Comenzó como Auditor Informático en
1998 desde su incorporación a la firma de
auditoría, Ernst & Young en la que llegó a ser
responsable del área Information Security
Management del departamento de gestión de
riesgos informáticos (TSRS).
En
2004,
se
incorporó
a
S21sec,
empresa especializada en seguridad de la
información como Director de la unidad de
Consultoría y Auditoría Informática. También
ha sido miembro de la Junta Directiva del
capítulo de Madrid de ISACA como Tesorero
entre 2004 y 2006.
Aunque los inicios de su carrera estuvieron
marcados como auditor de sistemas de
información,
también
realizó
diversos
asesoramientos en la materia hasta que, desde
2003 se centró en el desarrollo de proyectos
relacionados con la gestión de la seguridad de la
información
conforme
a
estándares
internacionales (COBIT, ITIL, ISO 27001...).
Adicionalmente, está homologado como
auditor, tanto por ASIMELEC para la
certificación de prestadores de servicios de
certificación como por VISA / PCI Security
Standards Council para la realización de
auditorías de su estándar Payment Card
Industry - Data Security.
Finalmente ha participado como profesor en
múltiples cursos, tanto para la formación de
auditores de sistemas de información como
responsables de seguridad, algunos de ellos
como apoyo a la obtención del CISA y del
CISM. Asimismo, es autor de artículos que han
sido publicados tanto en prensa especializada
del sector como en prensa general y económica.
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