PRINCIPIOS ÉTICOS En mi trabajo terapéutico y en mi experiencia personal he encontrado que siendo los principios una referencia fundamental en la vida, tenemos muy poca información acerca de ellos. Nos educan para adquirir conocimientos pero no para vivir, y salimos a la vida sin conocer sus reglas. Dos de sus reglas más importantes son los principios que rigen la existencia y los mecanismos de la conciencia humana. Aquí hablaré de los primeros. Contemplando una panorámica de mi vida he observado que mis mayores errores se han debido a la falta de claridad en mis principios, y que cuando de forma intuitiva he tomado decisiones en armonía con ellos, he evitado errores mayores y graves problemas. Gracias a un libro, tomé conciencia de la necesidad de definir mis principios y aprendí a ver cuales me mueven. Desde entonces mis decisiones son más claras y mi interior más sereno. Por otro lado, en mi experiencia en consulta he observado en las personas una gran confusión a la hora de hacer elecciones. Esto es debido a una carencia de referencias internas que les den claridad para tomar decisiones que conduzcan a una paz y felicidad estables, no transitorias. Los principios dan esa referencia interna. Por ello considero el establecimiento de principios una parte fundamental del trabajo terapéutico. El desarrollo de principios conduce a una ética personal, pero esta han sido sustituidos por una moral social, cuyas reglas se basan en intereses particulares y no en los verdaderos principios que rigen el funcionamiento de la realidad. Ética personal y moral social. Ética personal La ética personal nace de la bondad de carácter o buena voluntad. Fomenta el desarrollo constante a lo largo de la vida de principios como: Integridad, humildad, fidelidad, armonía, valor, justicia, paciencia, esfuerzo, simplicidad, honestidad... Busca la integración profunda de estos principios en la propia naturaleza por medio de hábitos, dando a aquella prioridad por encima de los intereses personales. Principios · Los principios son leyes naturales tan reales como las de la física. · Son verdades fundamentales, profundas de aplicación universal. · Son la realidad objetiva. No corresponden a ninguna doctrina o religión. · La mayoría son evidentes por sí mismos, esencialmente indiscutibles, y parecen existir en todos los seres humanos. Los demás son fruto de una observación profunda de la realidad. · Gobiernan el desarrollo y la felicidad humanos e incluyen las raíces de toda familia e institución que haya prosperado y perdurado. Estos son algunos de los principios existentes: Principios centrales de la conciencia. Principio de Realidad: (Mente) No hay más realidad que la realidad única. Si lo entiendes, las cosas son como son. Si no lo entiendes, las cosas son como son. Luego, las cosas son como son. El grado de felicidad de una persona depende de su capacidad de adaptación al principio de realidad. La causa última del error es la ignorancia de la realidad. Aun la peor de las intenciones es fruto de la ignorancia. Principio de Libertad: (Acción) Entre la realidad y nuestra respuesta a la realidad, está la libertad de elegir. Dicho en términos sicológicos: Entre el estímulo y la respuesta está la libre elección de la respuesta. Una característica exclusiva del ser humano es que su conciencia se autogobierna: mediante el ejercicio de la libertad ha desarrollado la capacidad de trascender las instrucciones genéticas y desplegar un curso de acción independiente. Principio de Realización. (Emoción) El desarrollo de conciencia es la evolución natural de la vida humana. La conciencia humana no está en el planeta solo para evolucionar genéticamente. El destino del hombre es la realización plena de todos sus potenciales. Según la Sicología Transpersonal el gran problema de la Humanidad es el bajísimo nivel de conciencia de sus miembros. Una consecuencia de ello mantiene al mundo en peligro de destrucción: el desarrollo de conciencia está muy por debajo del desarrollo de tecnológico. Por tanto, el desarrollo de conciencia es imprescindible para la vida humana en la Tierra. Principios de entendimiento. (Mente) Principio del conocimiento de sí. El conocimiento de sí se adquiere mediante la auto observación. Conduce la integración de lo existencial con lo esencial. El conocimiento de sí es el soporte del desarrollo de conciencia y el paso previo al conocimiento de la Realidad. Permite a la persona que sus pensamientos, sentimientos y actos estén integrados. Principio de respeto: El respeto es la base imprescindible de toda relación. Todo ser humano merece que sea respetada su dignidad, en cualquier momento y en cualquier situación. La Naturaleza merece respeto absoluto. Principio de información: La información que permitimos que entre en nuestra conciencia determina el contenido y la calidad de nuestra vida. La información alcanza nuestra conciencia a través de la atención. Principio de Unidad. Todos somos Uno. Este principio es válido para todos los grupos humanos, desde la Humanidad hasta las familias. Lo que sucede a una parte nos afecta a todos, por más fronteras y armas que pongamos en medio. Principio de Estética. La belleza y la armonía nutren la conciencia. La belleza inmanente de todas las cosas es manifestación de la Realidad Ultima. Principios de procedimiento. (Acción) Principio de proceso. El camino es tan importante como la meta. Siempre se cosecha lo que se siembra y cultiva, no hay ningún atajo. Tras un esfuerzo el proceso sigue. Todos los pasos son importantes y todos requieren su tiempo, no es posible saltarse ninguno. Principio de crisis: La conciencia se desarrolla en base a procesos de crisis. Un proceso de crisis es el paso con incertidumbre de un estado conocido y seguro a otro desconocido e incierto. La aceptación de la incertidumbre permite el salto de conciencia. Principio de causa y el efecto. Lo que siembras, cosechas. Cuando realizamos acciones que aportan paz y felicidad a otros, recibimos paz y felicidad. Principio de receptividad. La confianza y la entrega a algo superior que rige la vida, abre las puertas de la realización. Amar lo que te sucede te hace uno con la Realidad. Principios éticos. (Emoción) Principio de Amor: Donde no haya amor, pon amor y encontrarás amor. Amar es un acto, no un sentimiento. Principio de Honestidad: La verdad es un bien superior al propio interés. Conlleva la honradez, no sacar partido de ninguna situación ventajosa. Principio de Integridad. La fidelidad a los propios principios lleva a decisiones impecables, tomadas sin miedo ni egoísmo. Conduce a actuar de forma impecable suceda lo que suceda. Principio de Compasión. El nivel de desarrollo de un individuo o una civilización se mide por su grado de protección al más débil. Conlleva al compromiso de aliviar el sufrimiento de todo ser sintiente. Principio de Servicio La dedicación a algo mayor que uno mismo aporta sentido a la vida. El servicio abre las puertas de la vocación, máxima realización en la vida. Principio de la Paz. La paz es una conquista inaplazable para el individuo y el planeta. Toda violencia ha de desaparecer de la Tierra. Principio de Gratitud. Nada de cuanto tenemos nos pertenece. Por todo podemos agradecer. Dar gracias por lo que tenemos transforma nuestras vidas. Principio de Alegría. La alegría es fuente de Vida. La alegría conduce a la sencillez y traspasa lo sórdido y lo solemne. Moral social La moral es un conjunto de normas elaboradas en origen para facilitar la convivencia, pero cuyo fin, según Freud, es tiranizar al individuo. La moral tiene dos expresiones, una represiva que ahoga la libertad y otra transgresiva que la agota. La primera utiliza falsos principios, rígidos y deshumanizados como arma para generar culpa y dominar al individuo, la segunda ignora cualquier principio. Algunas de las características que ha tomado la moral social actual son las siguientes: Fomento de una falsa imagen pública. Desarrollo de actitudes para la obtención fácil de metas en propio provecho como: conductas consideradas exitosas, habilidades de convicción y actitudes mentales "positivas" con acciones en sentido opuesto. Otras actitudes como manipulación e interés fingido, técnicas sicológicas de influencia, estrategias de poder, habilidad para la comunicación de lo que el otro desea escuchar, etc. La meta de la moral social es alcanzar las cosas de forma fácil y rápida sin pasar por el proceso natural de dedicación y desarrollo que las hacen posible. Esta moral y el sistema de mercado actual han dado cabida a los tres parásitos que asolan la civilización: el consumismo, la corrupción y la especulación. Especialmente perjudicial es la moral represiva, pues da origen a los fundamentalismos que desencadenan las guerras. Dicha moral toma unos principios y niega su universalidad, enfocándolos a los intereses y al poder de un grupo cerrado, y eleva a la categoría de sagrados dichos intereses. Los demás principios, que suelen ser los que dan soporte a los derechos humanos, los ignora. Después busca un enemigo que no cumpla las normas por ellos dictados y lanza al pueblo a la batalla. Esta es la receta de todo integrismo, ya sea el cristiano del radicalismo en Estados Unidos y sus seguidores en Europa, el judío de la derecha israelí, o el islámico de los cerebros terroristas musulmanes o el régimen iraquí. Todo fundamentalismo necesita buscar un enemigo para cobrar fuerza, porque quien transgrede la ética carece de fuerza ante la Vida. El enemigo siempre es más débil (un estado más pequeño, la población civil, las mujeres...) Si encuentra a alguien que le responde con violencia alcanza su justificación. Su enemigo es su mejor aliado pues gracias a él arrastra a las masas en pos de sí infundiéndolas miedo al enemigo. Ellas le dan la fuerza de que carece, una fuerza que pagan con sangre. Crear un fundamentalismo es fácil: Solo se necesita usurpar lo Fundamental poniéndose en su lugar y tener los medios de propaganda necesarios para amedrentar al hombre dormido, diciéndole: "Estás en grave peligro, y solo yo te puedo salvar" Son éstos tiempos en que soplan vientos de guerra y es más necesario que nunca cultivar la ética personal para no entrar en confusión, evitando así seguir a quienes desde el poder o los medios de comunicación incitan a la destrucción de muchos para preservar los intereses de unos pocos. Códigos éticos internos Todos los seres humanos tenemos un conocimiento intuitivo de los principios, pues son parte de una ley natural inscrita en el corazón, aunque a menudo los ignoremos. La función del hombre es expresarlos con su vida en su paso por la tierra. Cada persona tiene su carisma, una capacidad de expresar más intensamente ciertos principios. Los códigos éticos internos son esos principios específicos que mueven a la persona. Quizás tu ética interna esté conectada a la estética, y tus sentidos capten la belleza inmanente que se encuentra en todas las cosas; entonces crearás arte, o bien seas un buscador infatigable porque tu ética está conectada al principio de la verdad. Acaso el principio de la compasión inunde tu ser y la vida ponga a tus puertas multitud de criaturas a las que aliviar, o seas un amante servidor de la paz y mitigues la violencia por donde la encuentres. Si la causa y el efecto están sumamente presentes en tu vida y serás un servidor de la justicia. También es posible que manifiestes varios principios a la vez, o que pases por diferentes etapas en tu vida. Cuando reconoces tus códigos éticos y los desarrollas, te vuelve autorreferente, pues los códigos éticos definen la propia identidad más que cualquier otra cosa. Sabrás quien eres a través de ellos. Entonces ya no necesitas recurrir a tu familia, tu sociedad, tu trabajo, tu país, tu religión ni a nada externo para definir tu identidad, pues está referida a sí misma, has establecido tu centro. No necesitas tener, porque ya eres. Ya no necesitas sostenerse en una moral social falsa, pues te sustenta una ética interna a la que alimentas cada día. Si observas a los que te rodean, cuando una persona inspira confianza y es apoyo para los demás, verás que con su vida expresa algunos de los principios mencionados. Posee una ética interna que le permite permanecer inquebrantable frente a los miedos o intereses. Los códigos éticos son ideales, y los ideales son inalcanzables. Por tanto no hay que sentir culpa de no cumplirlos con perfección. En Sicología Transpersonal se dice: "¡Pobre de aquel que tiene ideales tan bajos que los alcanza!" Cuando uno reconoce sus códigos internos y se ocupa cada día de tratar de alcanzarlos, halla paz interior pues está justificado ante sí mismo. Tony de Mello contaba una anécdota: Se encontraba en Calcuta, en la chabola de un "paria" que tenía como oficio tirar de un carrito en el cual cargaba una persona, lo mismo que hacían los caballos o los burros cuando no había coches. Es un trabajo tan duro, que muchos mueren jóvenes de tuberculosis. (Hace 12 años cuando fui a la India, su tarifa era 30 pesetas por día). Cuando el hombre llegó al atardecer a casa sudoroso y agotado, estaba sonriente. Tony le dijo: - No te entiendo. Vienes enfermo; tus hijos están pasando hambre. ¿Por qué estás contento? Él le contestó: - Porque hoy he dado lo mejor de mi, lo demás está en manos de Dios. Tony exclamó: "¡Este hombre es un místico!" Los códigos éticos internos sirven para no perderse en el laberinto de la mente, en la tormenta de las emociones, ni en el torbellino de las experiencias, porque permiten a la conciencia permanecer en el ojo del huracán, donde reside la calma. Son la brújula que guía nuestro caminar por la vida. Cómo cultivarlos. Una manera de encontrar estos códigos internos es tomar papel y lápiz y buscar respuesta a estas preguntas: ¿Quién soy yo? ¿Qué busco en la vida? ¿Qué me mueve en ella? ¿Qué quiero dejar a los demás? ¿Cuál es mi relación con cada uno de los principios arriba señalados? ¿Cuáles llaman más mi atención? No basta con preguntárselo una vez, las respuestas en ocasiones tardan meses, pero merecen la pena. Tómate tu tiempo, si dedicamos ocho horas al día para cubrir nuestras necesidades materiales, no están de más un par de ellas a la semana para nutrir nuestras necesidades trascendentes, nuestra esencia. Otra forma de empezar a practicar los códigos éticos internos es leer la lista de principios los fines de semana y procurar tenerlos presentes a lo largo de la semana a la hora de tomar decisiones. Existe mucha literatura de desarrollo personal y, aunque una parte de ella busca los atajos y las soluciones rápidas, la mayoría motiva de forma indirecta a establecer principios. Sin embargo no se enfocan de forma clara y organizada en la importancia de los mismos. Algunos libros que se acercan a ellos son: los de Louise Hay (Ed. Urano),"Los diez secretos del amor abundante" (Ed. Sirio), "Las siete leyes espirituales del éxito" (Ed. Edivisión), y sobre todo: "Los siete principios de las personas altamente efectivas" (Ed. Paidos). Este último creo que es el libro que enseña a llevar a la práctica la teoría de los demás. Pero no es un libro fácil y es necesario leerlo varias veces e irlo poniendo en práctica para alcanzar resultados, porque en esto de los principios la constancia es la clave. Se trata de crear hábitos relacionados con ellos para establecer nuestro centro de conciencia; ese espacio donde reside nuestra ética personal, la que nos capacita para tomar decisiones libres. Quizás rencontrar la ética es la tarea principal del hombre que quiere despertar. Todo es manifestación de la Realidad Ultima, pero los principios son su expresión más directa; son la luz de la Tierra. Practicarlos es sencillo, solo se necesita buena voluntad y constancia; intención y atención. Cuando los sigues, aunque te equivocaras, aciertas.