AMÉRICA LATINA EN EL SIGLO XIX “Aunque en, 1820, a causa de la independencia, los nuevos Estados y las nuevas naciones estaban ya en formación, hubo una primera etapa de transición que se prolongó hasta mediados del siglo XIX. Fue un proceso lento y difícil y tuvo que hacer frente a problemáticas sociales, políticas y económicas, que marcarían la naturaleza de esos Estados: el predominio de determinados grupos hegemónicos, el estancamiento económico, el militarismo, el caudillismo y las divisiones dentro de la propia clase dirigente. (…)Se destacaron dos facciones: la conservadora y la liberal. La primera la integraban los terratenientes, el alto clero y el ejército, que defendían las estructuras sociales y económicas preexistentes y, en definitiva, la tradición, el centralismo, el Estado confesional y la consolidación de la aristocracia rural como clase hegemónica; sus partidarios procedían, en general, de los centros de poder nacional. La segunda, se nutría, al menos teóricamente, de los sectores mercantiles, intelectuales y profesionales, partidarios de la libertad de comercio y el laicismo; procedían en su mayor parte, de las ciudades alejadas de aquellos centros; vinculados al federalismo y a la defensa de la “igualdad”, lucharon por la abolición de los privilegios corporativos. Sólo cuando los distintos grupos de poder llegaron a un mínimo de consenso entre ellos, fue posible la organización de Estados nacionales relativamente estables, en torno de un parlamento que representara de forma equitativa los intereses de aquéllos, y les garantizara, al menos en parte, el control sobre el poder central. En esta etapa, el esfuerzo de los sectores dominantes se centró en cuatro puntos que consideraban esenciales para lograr un Estado moderno: instituir un orden legal, la separación de la Iglesia y el Estado, lograr una jurisdicción territorial claramente definida y contar con un sistema educativo público. Hacia mediados del siglo se había llegado, a la superación del caudillismo en gran parte del subcontinente, planteándose la necesidad de encontrar otras formas de equilibrar la estructura política: la creación del Estado y de las instituciones que le permitieran funcionar; los grupos dominantes delegaron en él el poder político, de manera que el principio de representación equitativa de todos ellos pudiese ser una realidad (Carmagnani, 1984). La Constitución fue el instrumento moderador que encontraron para garantizar la paz entre los distintos grupos; en un primer momento adoptaron el sufragio censitario para luego decidirse por el universal, aunque éste sólo incluía a los varones adultos y alfabetizados. …Ese camino hacia la construcción del orden, en el último tercio del siglo y la Primera Guerra Mundial, fue una etapa de profundas transformaciones tecnológicas, demográficas, sociales, políticas, económicas y culturales que dieron lugar a la formación de los distintos Estados latinoamericanos y a su inserción en el mercado mundial como proveedores de materias primas. Argentina y Uruguay fueron los que suministraron productos agrícolas de clima templado, sobre todo cereales y ganado; Brasil, Venezuela, las Antillas y América Central, los de clima tropical (caña de azúcar, plátanos, café y cacao); por último, Chile, Perú, Bolivia y México, países ricos en minerales, exportaban nitratos, plata y cobre. Ahora bien, este proceso de incorporación no se dio en todos los países al mismo tiempo ni de la misma forma. Las variaciones dependieron, esencialmente, del grado de cohesión social logrado por las élites y de su adaptación al nuevo orden económico internacional. Mientras que en algunos la transición se dio, como dice Tulio Halperin Donghi (1984), a través de la evolución de las actitudes dentro de los sectores ya antes dominantes y que consiguieron organizar el Estado relativamente pronto, otros pasaron por fases de convulsiones políticas y sociales importantes y las fuerzas renovadoras tuvieron que librar una dura batalla; en ellos el proceso fue lento y se prolongó casi hasta la última parte del siglo, predominando, entre tanto, los enfrentamientos, la anarquía y el caudillismo, traducido en muchos casos en dictaduras más o menos sangrientas. Éste fue el caso de América Central, así como en México. También la consolidación estatal fue tardía en Ecuador, Paraguay o Bolivia. En otros países como Perú, Venezuela, Argentina o Uruguay, el proceso no fue tan largo, pero no por ello resultó fácil.” Aróstegui J., Buchrucker C. y Saborido J., 2001, El mundo contemporáneo: Historia y problemas; 394-407; Crítica, Barcelona TAREAS: 1. Anota los períodos que distinguen los autores en el siglo XIX para América Latina. 2. ¿Qué sectores políticos se enfrentaron y quiénes los integraban? 3. ¿Cuál es la opinión de Carmagnani sobre la creación del Estado? 4. ¿Qué características económicas distingues en las últimas décadas del siglo XIX? 5. ¿De qué forma se dio el proceso de incorporación al mercado mundial?