Social Media. ¿Dr. Jekyll and Mr. Hyde?

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Social Media. ¿Dr. Jekyll and Mr. Hyde?
26 septiembre 2009
http://www.rizomatica.net/social-medias-dr-jekyll-and-mr-hyde/
Con la noticia delproyecto Gaydar del MIT,
un experimento que permite identificar la orientación sexual de un grupo de estudiantes
mediante el análisis de sus datos en Facebook y las conexiones con otros miembros a través
de sus redes personales, se plantean cuestiones de gran calado acerca de la privacidad
online.
En principio, el proyecto Gaydar se ha utilizado simplemente como un elemento para plantear
una discusión sobre ética y derecho –eso afirman sus autores-. Asimismo, puede ser
discutible la fiabilidad del resultado al fundamentarse en análisis estadísticos sin series
históricas que permitan establecer patrones en base a tendencias. Pero, al margen de estas
consideraciones, el experimento pone en evidencia el potencial del Data Mining –Minería de
Datos- para preparar, sondear y explorar las masas gigantescas de datos en las plataformas
Web 2.0 para sacar información no trivial que reside de forma implícita en los datos y poder
abordar problemas sobre predicción, clasificación y segmentación.
Como en la novela “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” de Stevenson, un relato sobre
una psicopatología de desdoblamiento de personalidad, la mayoría de las plataformas
tecnológicas que dan soporte a las redes sociales tienen una cara bondadosa y una cara
“maléfica” por el uso que podrían – o pueden estar haciendo- de los millones y millones de
datos que los usuarios de estas plataformas están aportando día a día.
La cara bondadosa parece evidente. Estas plataformas tecnológicas están incidiendo de forma
significativa en nuevas formas de sociabilidad de millones y millones de personas. Además
están facilitando el desarrollo de ecosistemas colaborativos y cooperativos de información y
conocimiento y están convirtiendo capital tecnológico en capital social.
La cara “maléfica”, en términos de explotación de la privacidad y la intimidad de las personas,
no está tan clara, aunque se puede deducir por donde van los tiros. Si tomamos el caso de
Facebook, esta plataforma nos permite, como garantía de nuestra privacidad con respecto al
exterior, aportar el máximo de información sobre nosotros yseñalar que datos pueden ser
compartidos –visibles- con terceros. Pero, además de los datos que hemos suministrado –los
visibles y los no visibles-, están los datos que suministran indirectamente sobre nosotros los
amigos y familiares, configurando un banco de informaciones que pueden ser explotados a
fondo con modelos de inteligencia artificial y los análisis estadísticos de la Minería de Datos.
Un arte de exploración practicado desde hace tiempo por múltiples servicios de marketing.
No perdamos de vista que las plataformas que dan soporte al Social Media son iniciativa
empresariales –negocios- con el objetivo de maximizar sus ingresos. Los modelos actuales de
publicidad en la Red tienen los día contados, sobre todo en las plataformas sociales –los
usuarios casi la ignoran-, sin embargo, todo apunta a que la explotación de los datos de los
usuarios será –es- uno de los principales objetivos como fuente de ingresos –caso de
Facebook-.
Como ciudadano de a pie, me preocupa el uso de la información personal aportada
directamente o por terceros. Así como el potencial de cruce con las informaciones en otras
plataformas o bases de datos gubernamentales –paranoia del Gran Hermano-.
Como profesional de las TICs, no deja de ser excitante el potencial que se abre con las
tecnologías para la predicción, clasificación y segmentación con amplias aplicaciones en el
Marketing. No hablamos de “conversación” –trabajar la marca- con nuestro cliente en las
redes sociales, hablamos de un conocimiento de nuestros clientes llevados a la mínima
expresión de segmentación –individuo a individuo- conociendo, en muchos casos, detalles que
el propio interesado puede ignorar.
“Fui presa de los más terribles tormentos: un crujir de huesos, una náusea mortal y un horror
del espíritu que no podría ser superado ni en la misma hora del nacimiento o de la muerte.
Esta agonía pronto empezó a pasar, y, como quien sale de una grave enfermedad, me fui
recobrando. Había algo nuevo en mis sensaciones, algo indescriptiblemente nuevo y, a causa
de esta misma novedad, increíblemente dulce. Me sentía más joven, más ligero, más feliz en
lo físico; interiormente, tenía conciencia de una fuerte temeridad, en mi imaginación se
atropellaban desordenadas imágenes sensuales, los lazos del deber se aflojaban y
experimentaba un desconocido, pero no inocente, sentimiento de libertad en el alma.” The
Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde
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