[PDF] Evaluacion Clinica

Anuncio
VALORACIÓN CLÍNICA INFANTIL
¿Qué entendemos por valoración clínica infantil?
La valoración del desarrollo infantil es a partir del juego como protocolo de prueba del
desarrollo. La evaluación realizada en los primeros 3 años de vida requiere
simultáneamente la función del médico general, la observación con el sondeo activo, y
sintetizar la información de los cuidadores con la recogida de datos a través de la
observación directa del niño. La valoración clínica adecuada en niños de todas las edades
requiere habilidades especiales. Sin embargo, la necesidad y urgencia de proporcionar los
servicios clínicos adecuados es fundamental en el paciente de edades tempranas, ya que
su desarrollo y evolución madurativa esta en un rápido proceso de cambios. La valoración
en la primera infancia es un área de una sub-especialidad de la práctica clínica. No todos
los psiquiatras, psicólogos, pediatras, y otros profesionales poseen el entrenamiento y el
grado de práctica necesaria para dirigir tales evaluaciones competentemente e
independientemente.
El período de la primera infancia, hasta los 3 años de vida, se define como el momento
post-partum. Más específicamente, la infancia se refiere al tiempo antes de la explosión
de la comunicación verbal como expresión, que ocurre aproximadamente a los 18 meses.
El desarrollo en este momento tiene una transformación en la habilidad del niño para
razonar cognoscitivamente, establece relaciones sociales detalladas, desarrolla las
capacidades del razonamiento moral, y tiene experiencias emocionales por medio de la
lengua. El niño que empieza a andar esta en un período de autonomía creciente en que
usa más o menos sus habilidades para explorar su entorno, físico, cognoscitivo y social.
Sin tener en cuenta el horario cronológico exacto, la infancia y la edad de la marcha
abarcan el período transaccional de cambio neuromadurativo a lo largo de la vida postpartum.
Hay cuatro preguntas implícitas en el contexto de la valoración clínica infantil o del niño
pequeño:
1. ¿Cuál es la evolución histórica del campo de la valoración infantil?
2. ¿Por qué se realizan valoraciones del desarrollo infantil? ¿Cuándo se indica la
valoración, qué podemos aprender del proceso, y que podemos predecir sobre el
desarrollo del futuro del niño?
3. ¿Qué tipo de información define la valoración del desarrollo de un niño? ¿La valoración
puede ser un trazo cuantitativo de habilidades y capacidades, o requiere que una
evaluación cualitativa más compleja del niño en su adaptación social, afectiva, y
cognoscitiva? ¿Cuáles son las fuentes de datos para esta valoración más compleja y, el
propio proceso evaluativo tiene un efecto terapéutico?
4.¿Cuáles son las herramientas de valoración formal disponibles? ¿Cuáles son las
fuerzas y limitaciones?
Breve historia del desarrollo de la valoración clínica infantil:
A finales del siglo XIX, la comunidad científica europea se caracterizó por su fervor y
creatividad en los estudios de evolución, teorías de la mente inconsciente, y una
preocupación creciente para las deficiencias mentales. El concepto de medir las
capacidades infantiles creció de la preocupación científica para entender la inteligencia
humana e identificar el déficit mental. Así se diferenció entre la deficiencia mental y la
locura. Aparecían escuelas para el retardo mental a lo largo de Europa. El interés por la
inteligencia reflejaba la necesidad práctica de encontrar el criterio para definir y diferenciar
las deficiencias mentales.
- A principios de 1900 nace la “comprobación de la inteligencia”: En 1904, el ministro de
educación pública en París una comisión para la educación especial. Binet y Simon
desarrollaron el concepto de edad mental que se describe cómo la actuación de un niño
individual en las tareas que involucran la memoria y el razonamiento, y lo comparaban
con la edad cronológica. Terman creó una adaptación del concepto de edad mental
creando el cociente de la inteligencia (CI), la proporción entre la edad mental y la edad
cronológica multiplicadas por 100. Se usaron dos acercamientos básicos para explorar el
desarrollo intelectual de los niños: un acercamiento pretendía adaptar el CI para valorar a
los niños pre-escolares, y el segundo acercamiento, intentaba crear un nuevo modelo de
evaluación para el recién nacido. Ambos modelos representaron una salida radical del
método de estudio empleado en el siglo anterior, con los "biógrafos del bebé" que
estudiaban el desarrollo infantil a nivel empírico, por el movimiento conductista del tiempo,
y confiando en las observaciones directas de la conducta del niño.
- Entre 1920 y 1930 aparece el “Movimiento del CI Infantil contra el Movimiento de Estudio
del Niño”: aparece la Escala de la Inteligencia Infantil de Cattell en 1940, como extensión
de la Escala de Stanford en 1937. Se encontró algún test de CI global infantil.
EL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL NIÑO DE ARNOLD GESELL:
Aproximadamente al mismo tiempo que aparecen los primeros tests de CI infantil estaban
siendo desarrollados otros estudios por Yale y Gesell. Habían varios aspectos a distinguir:
considerando que el concepto de CI infantil creció de interés y se identificaron unos
modelos anticonvencionales de desarrollo, el interés de Gesell estaba principalmente en
las tendencias de desarrollo normales. Esto implicaba un modelo de desarrollo de
maduración mental. Además, el modelo de Gesell apoyó la conceptualización de los
distintos desarrollos simultáneos pero interrelacionados. Esta conceptualización de la
interrelación de múltiples dominios del desarrollo revoluciona el campo de la valoración
del desarrollo y la intervención temprana que se soportaba hasta el momento. Además, el
modelo de CI infantil era producto del concepto de inteligencia como dotación genética
innata; en contraste con el modelo de Gesell de la maduración del desarrollo apoyado en
los efectos del ambiente. Esto era una manera de entender el proceso de desarrollo más
transaccional y dinámico. Para Gesell, el diagnóstico era el objetivo primario de medir el
desarrollo infantil.
Gesell empezó sus descripciones del niño a partir de los 3 meses de edad e incluyó cinco
momentos más para valorar dentro de los primeros 2 años. Estos cinco momentos eran a
los 6, 9, 12, 18, y 24 meses. Él defendió las escalas como herramienta para valorar las
capacidades del niño y sus características de personalidad. Según Gesell:
- A las cuatro semanas: empieza a levantar la cabeza cuando esta sentado, tiene una
prensión fina de agarro reflexivo, responde al sonido, hace sonrisas y sonidos con
intención de comunicar, atiende a las caras y sonidos, esta tranquilo al cogerle.
- A las ocho semanas: sostiene la cabeza erecta ocasionalmente, pierde el reflejo de
grasping, visualiza objetos a la línea media, articula sonidos simples, mira a los otros,
hace la sonrisa social, presta clara atención a la voz conocida.
- A las doce semanas: se apoya en los antebrazos en decúbito prono, activamente
sostiene objetos, visualiza objetos a larga distancia, anticipa cuando lo alzan en brazos,
hay muestras la excitación anticipadora.
En 1916, Gesell y sus colegas empezaron un procedimiento sistemático de observaciones
meticulosas y definieron las normas de la conducta. Se dirigieron a varias áreas del
desarrollo del niño, incluso el desarrollo motor (la postura, la prensión), el desarrollo del
lenguaje (la comprensión, la imitación), la conducta adaptativa (la coordinación mano-ojo,
recuperación y manipulación de objetos, la vigilancia), y las conductas sociales y de
relación (las reacciones a las personas, la conducta en grupo, la independencia). La
primera escala completada fue publicada en 1925, y consistió en 144 artículos divididos
entre estos cuatro campos generales.
EL ESTUDIO LONGITUDINAL DE NANCY BAYLEY:
Partió de muchas de las técnicas de valoración de Gesell junto con los conceptos de CI
infantil, y trabajó en la creación de dos escalas de desarrollo infantil: la Escala de Reserva
Mental y la Escala del Desarrollo Motor.
- Entre 1940 y 1950 hay la reconceptualización de Desarrollo Infantil: Griffiths desarrolla la
Escala de Desarrollo Mental en Londres el 1954. Usaron técnicas de valoración infantil
para diagnosticar y categorizar, para la admisión a las escuelas especiales, o para evaluar
los impedimentos físicos. Así desvaneció la creencia de que la inteligencia era fija, y los
resultados documentaron un aumento en el CI de los niños en alto riesgo después de
tener cuidado y asistencia escolar, aunque esto se atribuyó a la pobre standardización de
las escalas.
La inteligencia en los niños es cualitativamente diferente de la inteligencia en los
adolescentes y adultos. Otros científicos y terapeutas exigieron que las pruebas del
desarrollo infantil tendieran a evaluar los diferentes aspectos de la inteligencia o del
desarrollo cognoscitivo y que variaran según la edad, adaptando las pruebas de CI. En el
contexto y mentalidad de la teoría de Jean Piaget favorecido claramente desde el punto
de vista cualitativo, en lugar de cuantitativo, y remarcando las diferencias en las
habilidades del niño según las edades.
- Entre 1960 y 1970 hubo muchos descubrimientos en Escalas y Pruebas de Desarrollo
Infantil: Se regularizó y comprobó la cuidadosa figura del interobservador y de la prueba
del retest como fiabilidad del trabajo de Bayley. Así aparecen las pruebas psicométricas
con más rigor. Bayley consolidó las Escalas de Desarrollo Infantil (BSID), con dos escalas
en un solo instrumento de valoración. La investigación tomó mucha cautela para validar la
predicción, la valoración temprana y la revisión conceptual, así como un reconocimiento
creciente de que el CI no es una estructura unitaria. Era importante entender los ítems de
las Escalas Específicas, como la escala verbal, para tener validez la predicción de la
Escala Global. Esto permite medir los tipos específicos de conducta, como la competencia
social o el desarrollo del lenguaje.
Crece el interés para entender las capacidades del niño y la percepción sensorial del
recién nacido, hecho que provocó el desarrollo de escalas de competencia en recién
nacidos.
- Entre 1980 y 1990 crecen las nuevas direcciones para la valoración del desarrollo
infantil: aumentaron los tests psicométricos, por el interés de renovar la funcionalidad del
diagnóstico y asistir las necesidades de educación pública. Los retrasos de desarrollo del
niño pueden ser de la intervención motora (gruesa o fina), comunicación (receptiva o
expresiva), cognición, habilidades sociales, personales, o de relación con el entorno,
ambientales, o de condición biológica que son probablemente las que conllevan un
retraso de desarrollo más significante. Las valoraciones se deben deducir de múltiples
fuentes de información. Se empezaron a diseñar instrumentos para facilitar la planificación
del tratamiento enfocado para las habilidades e intervenciones concretas.
¿Cuáles son los objetivos de la valoración clínica infantil?
La valoración infantil no proporcionar una medida fija para la inteligencia, ni una
trayectoria para el futuro desarrollo del niño, ni puede parcializar los factores causales
potenciales. Los resultados de las valoraciones son descriptivos. Las preguntas como
¿este retraso infantil viene por factores biológicos y/o ambientales, cuándo se precipitó?"
o ¿la magnitud del desorden será eventual para el desarrollo del niño? Las valoraciones
del desarrollo completo y hábilmente hecho, no pueden proporcionar predicciones
seguras a largo plazo, el resultado puede parcelar las complejas contribuciones de
dotación, experiencia, y fuerzas naturales.
La valoración del desarrollo infantil puede ser muy útil, y en muchos casos es esencial,
para el tratamiento clínico apropiado. Estas valoraciones pueden ayudar a crear un
cuadro del nivel de desarrollo actual y el contexto medioambiental, resultando una clínica
inestimable pero una planificación de tratamiento. Esencialmente, la valoración del
desarrollo es de ayuda para proporcionar una perspectiva más completa sobre el niño, de
un problema general hay varias áreas y desórdenes concomitantes más específicos y
condiciones para que las valoraciones las indiquen y clarifiquen.
1. Las perturbaciones de regulación: Los disturbios de las propias capacidades
reguladoras, como en el sueño o en las comidas, (la negación a comer, el terror nocturno,
problemas en el control de los impulsos con conductas agresivas). La baja tolerancia a la
frustración es otra dificultad reguladora. Las conductas estimuladoras, (como mecer o
golpear con el tronco o la cabeza), pueden indicar una variedad de dificultades sociales o
reguladoras, que resultan de la manifestación de la tensión del ambiente, o pueden
significar dificultades más profundas en las relaciones.
2. Las perturbaciones sociales y medioambientales: Los disturbios del desarrollo social o
medioambiental, incluyen los problemas de diferenciación con la madre o cuidador, (como
puede verse en el autismo infantil, en perturbaciones del humor). Los niños se retiran del
entorno y se vuelven más apáticos, estando en riesgo de tener más dificultades de
desarrollo. Las condiciones medioambientales como repetidas o prolongadas
separaciones, abandonos, abusos, exposición a la violencia, estos niños están en riesgo
de sufrir perturbaciones sociales y afectivas.
3. Las perturbaciones psicofisiológicas: Éstos incluyen, entre otros, el fracaso no-orgánico
para crecer, vómitos recurrentes, diarrea crónica, dermatitis recurrente. El niño responde
en un entorno de tensión mental, involucrando varios sistemas orgánicos. Cualquier
problemas puede tener una causa física, pero los médicos deben estar alertas a la íntima
conexión entre lo fisiológico y el ajuste psicológico del niño.
4. Los retrasos de desarrollo: Los retrasos en las áreas específicas de desarrollo, incluso
el desarrollo de motor y de actividad, el lenguaje y la comunicación, el conocimiento de los
otros y grado de relación, o los retrasos en varias áreas. Estos problemas pueden ser más
comunes entre los niños con dificultades perinatales, (como el niño prematuro o con
abuso de sustancia maternal y la exposición prenatal al alcohol, cocaína, u otras drogas).
5. Los desórdenes genéticos y metabólicos con secuelas del desarrollo neurológico: Éstos
incluyen, el síndrome de X frágil, el síndrome de Willi Prader, anomalías en un
cromosoma. Aunque ciertas secuelas del desarrollo y de las conductas son asociadas a
estas condiciones, la magnitud puede variar considerablemente con la valoración del
desarrollo, curso e intervenciones psicosociales bien designadas.
6. La exposición a las toxinas: La exposición de las toxinas medioambientales, (como el
síndrome del alcohol fetal) y envenenamiento de primacía, son asociados con el retraso
del desarrollo y los disturbios conductuales. Aunque es útil el tratamiento planeado, las
valoraciones no pueden determinar la proporción de la presentación de los factores
potencialmente causales de este desarrollo.
7. El daño del sistema nervioso central: El daño del sistema nervioso central (como un
traumatismo o una hemorragia intraventricular), pueden causar importantes secuelas en el
desarrollo motriz, cognoscitivo, afectivo, de relación, incluso a todo nivel de
funcionamiento.
8. La prematuridad y las primeras enfermedades. La prematuridad y otras condiciones
médicas pueden producir hospitalización u otra restricción de estímulos apropiados para
el primer tiempo de la vida del niño, y pueden afectar a la interacción entre el niño y el
padre, alterando la relación y repercutiendo en el desarrollo del niño.
Hay tres puntos generales de especial importancia:
- Primero, el lenguaje y las habilidades de comunicación son particularmente
vulnerables a las tensiones biológicas y medioambientales. Es más, los problemas
de comunicación también afectan al desarrollo social y personal.
- Segundo, las observaciones cualitativas del niño y su entorno es la escena crucial
para determinar y entender las dificultades que presenta, y más en determinados
momentos de desarrollo. Es importante evaluar los aspectos cualitativos de las
interacciones del niño con su cuidador, motivaciones, resolución de problemas, los
procesos usados, y el estado de humor que es infinitamente necesario y
determinante en el inventario de las habilidades del niño.
- Tercero, el nivel de funcionamiento del niño y su desarrollo puede variar
considerablemente en las distintas áreas. Los niños con perturbaciones
psicofisiológicas muestran un perfil de desarrollo irregular. La observación
cualitativa es de nuevo importante, así como asegurar las valoraciones, y marcar la
trayectoria de desarrollo del niño.
CONCLUSIÓN: ¿Para qué sirve una valoración del desarrollo del niño?
La valoración del desarrollo proporciona:
- Una descripción de las capacidades funcionales del niño.
- Las relaciones entre los varios dominios como el lenguaje y estatificación.
- La habilidad del niño de adaptarse.
- La capacidad estratégica de cubrir sus necesidades.
Además, para el niño más pequeño, las valoraciones del desarrollo:
- Describen el desarrollo mental.
- El funcionamiento neurológico.
- Las capacidades de regulación individual.
Para los cuidadores, la evaluación proporciona:
- Más información sobre el niño.
- El valor terapéutico potencia la alianza establecida con el médico.
- Da información para ayudar al crecimiento y estimulación que necesita el niño.
Para el médico la valoración puede proporcionar:
- Una visión más integrada del niño desde un punto bio-psico-social.
Finalmente, las valoraciones infantiles sirven para facilitar las referencias apropiadas
educativas o los servicios de rehabilitación más adecuados.
¿Cuáles son las fuerzas del desarrollo?
Varias fuerzas importantes impulsan y manejan los procesos del desarrollo. La valoración
clínica infantil y de sus familias representa un proceso para entender mejor estas fuerzas
entrelazadas, estas interacciones. Hay cuatro áreas específicas:
a) La interacción de lo innato y los factores de la experiencia,
b) El proceso de maduración,
c) E papel esencial de las relaciones con los otros para el desarrollo saludable,
d) Las fases del desarrollo y los períodos críticos o sensibles.
Aunque estas áreas estas interrelacionadas, hay algunos sub-puntos que son únicos.
¿Cual es la interacción entre lo innato y los factores de la experiencia?
El equilibrio interactivo entre lo innato y lo aprendido o experimentado es una controversia
de la ciencia del desarrollo del individuo. Aun hay defensores que dan énfasis y singular
importancia de un factor por encima del otro. Los niños tienen juegos que les permiten
desarrollar capacidades innatas que influencian sobre sus respuestas al entorno. El
médico siempre se enfrenta a la consideración de los factores intrínsecos y extrínsecos,
que actúan recíprocamente en las dificultades y contribuyen con fuerzas y estímulos para
el desarrollo del niño. Los niños son más vulnerables a los trastornos de desarrollo,
incluso en un ambiente favorable si el niño tiene un trastorno biológico, o desórdenes
genéticos, la precipitación de patología es más severa. Recíprocamente, incluso los niños
sanos biológicamente están en riesgo de tener trastornos del desarrollo si su ambiente le
proporciona una nutrición inadecuada o es incoherente.
Una combinación de empobrecimiento o peligro ambiental y/o riesgos biológicos o
genéticos son significantes para desarrollar trastornos, y si el número de factores de
riesgo aumentan, entonces se incrementa la probabilidad de resultados pobres.
El modelo transaccional del desarrollo del niño enfatiza la interacción dinámica entre el
nivel individual y los factores contextuales, como paradigma prevalecido.
¿Qué es el proceso de maduración?
Los niños cambian rápidamente, y las conductas y respuestas pueden ser muy
inconstantes a pesar de ciertas sucesiones esperadas. Es más, aunque durante los
primeros meses de vida el niño sale de la relativa indiferencia, por los sistemas
perceptores y motrices que le permiten diferenciarse rápidamente. Implícitamente,
aceptamos el modelo de desarrollo infantil de Gesell, reconociendo las sucesiones de
desarrollo basados en los pasos de maduración ordenados y definidos. Este conocimiento
permite establecer normas adaptadas a las habilidades de desarrollo.
El ambiente, la predisposición genética y la interacción de los dos factores pueden alterar
la maduración del desarrollo. El niño sigue un proceso regular para la maduración
neurológica, así, sostener un juguete o explorar una caja implica una secuencia motriz
con estímulos neurológicos apropiados y desarrollados, aunque cada individuo es
inconstante y sus etapas evolutivas no van siempre al mismo ritmo. El niño puede tener la
capacidad neurológica por hacer una sonrisa sensible, que junto con la integración motora
y perceptiva de extender los brazos, aprende que el adulto lo coge, así experimenta la
interacción con el ambiente necesario para factorizar las conductas apropiadas.
Es importante diferenciar los procesos de desarrollo tardíos de aquéllos que representan
una desviación cualitativa de la progresión típica de habilidades.
¿Por qué las relaciones tienen un papel esencial para el desarrollo saludable?
Establecer y nutrir las relaciones humanas es fundamental para el buen desarrollo, y se
reconoce universalmente entre los investigadores. Es importante en cada valoración
infantil dar énfasis y considerar las personas que influyen en la vida del niño. Cuando el
niño presenta un desarrollo anticonvencional o con retardo, esto requiere la comprensión
de las experiencias de los adultos de su alrededor. Para el niño pequeño las personas
adultas le dan total seguridad, así, los eventos serios como la separación traumática, el
abuso físico, la frecuente violencia, la pérdida y el abandono tienen efectos devastadores
sobre el desarrollo del niño.
El cuidado adecuado y la buena nutrición para un niño involucran el equilibrio entre la
satisfacción, el consuelo y el apoyo y frustración inevitables en las fases del desarrollo.
Todo esto es difícil de valorar, el equilibrio apropiado también varía según la edad del
niño. La valoración de la frustración a no alimentarse inmediatamente es diferente de la
frustración del niño pequeño a verse incapaz de alcanzar su juguete favorito, y cada factor
requiere una respuesta diferente de los padres. En un caso, la frustración puede producir
un estado doloroso y tenso, mientras que en el otro, puede llevar a una estrategia de
solución que refuerza el aprendizaje, la individuación e independencia.
No siempre son las grandes deficiencias parentales o los fracasos, como el abuso o el
abandono, los responsables del retraso en el desarrollo. Para muchos niños, las
experiencias cruciales pueden tener efectos adversos que son mucho más duros y
difíciles de identificar. Por ejemplo, la depresión maternal en el primer año de vida del
niño, puede alterar la interacción familiar y esto conlleva un desarrollo infantil alterado.
Como también influye al niño el estado del humor del cuidador, las frustraciones y la
sensibilidad del adulto que esta con el niño.
¿Cuáles son las fases del desarrollo y los períodos críticos o sensibles?
Las teorías del desarrollo se han conceptualizado cuantitativamente o cualitativamente:
- La conceptualización cuantitativa: principalmente retrata el desarrollo como una
acumulación ordenada y continua de habilidades, y depende del dominio de las
habilidades prerrequisitas por la edad.
- Las conceptualizaciones cualitativas: enfatizan la importancia de las variaciones de
cada fase del desarrollo, donde la persona percibe, entiende y actúa
recíprocamente con el ambiente.
Para abreviar, la concepción cuantitativa representa el desarrollo como un proceso
continuo, mientras que las teorías cualitativas proponen ese desarrollo como un proceso
marcado por las discontinuidades periódicas y las reorganizaciones.
El concepto de fases de desarrollo involucra las teorías de Freud (fases psicosexuales), la
teoría de Erikson (fases psicosociales), y las teorías de Piaget (fases cognoscitivas).
La investigación hace pensar en la existencia de ciertos períodos críticos en el desarrollo
humano. El concepto de período crítico para el desarrollo óptimo de las funciones sugiere
que hay que dominar ciertas capacidades en ciertos momentos, y las dificultades rompen
el período óptimo. Se ha demostrado en los humanos, que las áreas más afectadas son,
sobre todo, la competencia social y la adquisición del lenguaje.
Cuando el período crítico pasa sin la organización óptima de la función concreta, el
dominio se logra con mucha más dificultad, si es que se logra. También es una trivialidad
clínica que, cuando una función está surgiendo precozmente, es muy vulnerable a las
tensiones del ambiente. Para un niño, los factores estresantes medioambientales crónicos
pueden producir un retraso de las habilidades apropiadas en cada edad.
Durante una sesión de evaluación, se determinan las características de desarrollo
específicos y la fase de desarrollo en qué se encuentra el niño. El niño tiene que mostrar
las habilidades, los desafíos a nuevos acercamientos de las diferentes áreas (social,
cognitiva, motriz).
Hay cuatro fases de reorganización cualitativa durante los primeros 3 años de vida.
Aunque su perspectiva se enfoca principalmente en los aspectos emocionales y sociales
del desarrollo, las fases corresponden, bastante estrechamente, a aquéllos de desarrollo
más temprano, parecido a Piaget. De hecho, muchos de los cambios cualitativos en el
desarrollo cognoscitivo, primero fueron propuestos por Piaget, sobre todo cambios en el
funcionamiento social y emocional.
CUATRO FASES CUALITATIVAS DE LA INFANCIA: (cambios cualitativos, interacción
dinámica entre el proceso de maduración y las relaciones sociales, y la naturaleza
interactiva entre los dominios cognoscitivos, sensoriales, sociales, lingüísticos y motores).
PRIMERA FASE: de 0 a 2 meses
Durante la primera fase del postpartum, los niños recién nacidos trabajan principalmente
para lograr la homeostasis, (capacidad por mantener el equilibrio psicofisiológico, en
presencia de estímulos internos y externos). Sorprendentemente, ellos aprenden de
manera activa, explorando y percibiendo de su entorno, rastreando los objetos
visualmente a través del espacio, habituándose a estímulos invariantes, e incluso llegan a
anticipar las acciones del cuidador.
SEGUNDA FASE: de 2 a 7 meses
De los 2 a los 7 meses principalmente hay un aumento de la reciprocidad social entre el
niño y los cuidadores. Este cambio cualitativo permite el aumento del conocimiento del
mundo externo y mejora la coordinación de entrada sensorial y no-reflexiva, sino
voluntaria. El repertorio de respuestas emocionales cada vez está más diferenciado, y
aumenta la capacidad de imitar las conductas de los otros, empezando aproximadamente
a los 4 meses, y esto facilita la reciprocidad o contingencia social. Los últimos meses de
esta segunda fase los niños empiezan a mostrar una comprensión del objeto por
separado y con una función, y empieza a entender el principio de causa-efecto. Esto le
permite transformar la percepción del mundo y mantener las habilidades requeridas en el
desarrollo cognoscitivo social.
El concepto de durabilidad del objeto permite al niño crear representaciones mentales del
objeto. Por consiguiente tiene la habilidad de imaginar y diferenciar visualmente los
cuidadores de los extraños. El razonamiento de la causa y el efecto conlleva un aumento
de la intención de actuar. Estas habilidades cognoscitivas permiten los juegos interactivos
entre los niños y los cuidadores.
TERCERA FASE: de 7 a 18 meses
Aproximadamente entre los 7 y 9 meses, hay otro cambio cualitativo. El niño encuentra
con el adulto los impactos en la comunicación recíproca y preferencia social o pertenencia
familiar. Los niños desarrollan un sentido de intersubjetividad, la comprensión de sus
pensamientos, sentimientos, gestos, y sonidos pueden ser entendidos por otros. Sobre
esta edad, la mayoría de los niños empiezan a demostrar el razonamiento con sus
conductas. Ellos ya pueden enlazar varias conductas para lograr un resultado. El niño
considera a los cuidadores como objetos que puede usar para satisfacer sus necesidades
y que pueden quererse. A la tercera fase el niño ya tiene un sólido agarro del objeto y
aprende a razonar junto con el gesto comunicativo. En el contexto de todos estos cambios
cualitativos en que el niño actúa recíprocamente con los otros, es cuando se establecen
las preferencias sociales, las amistades.
Aproximadamente entre los 6 y 8 meses de edad, la ansiedad de separación es notable
en la mayoría de los niños, pero disminuye mucho entre los 14 y 18 meses. La ansiedad
más extraña parece empezar aproximadamente a los 8 meses, y cursa con crestas de
aproximadamente 24 meses.
A partir de los 12 meses empiezan grandes cambios y nuevas habilidades cognoscitivas,
de lenguaje, y del dominio motriz. Los niños aprenden a caminar, y esta nueva forma de
locomoción independiente o principio de la marcha, les aumenta la independencia y
capacidad de explorar un mundo más amplio. Cognoscitivamente, el razonamiento del
niño es más flexible y se abre a soluciones alternativas. La habilidad de sostener más
cantidad de información nueva y desechar la anticuada, le permite una fluidez de razonar
que hace disminuir o desaparecer el error de AB (cuando un objeto está oculto en un
lugar particular el niño persistirá cuidando y buscando el objeto en la misma situación, sin
entender que alguien lo puede cambiar).
Este aumento de la capacidad cognoscitiva y la fluidez de razonar, es mayoritariamente
por el aprendizaje de ensayo y error para la resolución del problema, donde obtiene
respuestas condicionadas. Es más, entre los 12 y 18 meses, aproximadamente, los niños
desarrollan un discurso comunicativo rudimentario, la mayoría de los niños entienden el
significado de varias palabras y tienen un vocabulario expresivo de 5 o 6 palabras.
Cuando alcanzan los 18 meses de edad, los niños entienden el significado de un número
asombroso de palabras, y pueden comunicar con palabra-frase, doblando su vocabulario
expresivo con unas 10 palabras.
CUARTA FASE: de 18 a 36 meses
Aumenta la habilidad de usar la representación simbólica en el mundo cognoscitivo y
social del niño. Aproximadamente a los 12 meses, la durabilidad del objeto en la mano le
marca el principio de la habilidad de contener las representaciones mentales del objeto en
la mente. En la cuarta fase ya simboliza objetos, y más adelante aumenta rápidamente la
habilidad del habla, el uso de las palabras tiene un salto cualitativo importante. Esta
transformación al principio es por la imitación directa de los otros, recuerda conductas y
después las aprende. La simbolización aparece cuando se usa una muñeca para hacer de
bebé, y el niño combina palabras y gestos para etiquetar los objetos en su juego. A los 18
meses, estas habilidades se consolidan, y las interacciones del niño con los otros
cambian dramáticamente. Aproximadamente entre los 18 y 24 meses, empiezan los
problemas interiores del niño, no le sirve el ensayo y error para resolver el problema, y no
sabe como sostener y manipular el aumento de representaciones mentales que siente. El
vocabulario expresivo del niño aumenta aproximadamente entre 50 y 75 palabras. A los
30 meses, el vocabulario expresivo es de casi 300 palabras, y a los 36 meses, muchos
niños tienen entre 500 y 1.000 palabras, utilizando frases de tres y cuatro palabras.
¿Cómo podemos valorar las fuentes de información de un niño?
Hay tres técnicas centrales para la recogida completa de la información, que puede utilizar
el médico o terapeuta para hacer las valoraciones infantiles: habilidad entrevistando,
observación del niño e interacciones del niño con el cuidador (a parte de la comprobación
estructurada formal), y síntesis de la recogida de información durante la evaluación.
LA ENTREVISTA:
Es axiomático que la habilidad en entrevistar es central para una completa y válida
valoración del desarrollo. Muchos de los datos sobre los funcionamientos diarios de los
niños y sus relaciones con los otros vienen de las entrevistas con los cuidadores. Las
técnicas más hábiles para entrevistar incluyen: permitir a los cuidadores empezar su
historia dondequiera que ellos escogen; dirigir información concreta, recoger las
preguntas de manera que clarifiquen pero no rompen la explicación de los padres o
cuidadores; y escuchar el afecto y el tono. El proceso de valoración requiere una alianza
entre el médico y el cuidador, facilita la comodidad del niño y el ambiente de confianza.
Establecer una alianza es central para evaluar las interacciones del niño con los adultos
de su mundo. Cuando no hay un adulto familiar que pueda explicar la historia, las
valoraciones infantiles se componen a partir de la relación entre el niño y el médico. En
los casos que se involucra una severa perturbación medioambiental es fundamental
buscar un acceso para hablar con los cuidadores.
La Entrevista con el cuidador permite hacer la recogida de datos sobre la historia familiar,
las influencias genéticas, la historia del embarazo, el parto, la etapa perinatal, postnatal, la
historia del desarrollo, la historia médica, el rol del niño en la familia, las percepciones del
cuidador, las expectativas de niño, la estabilidad ambiental familiar y en casa, los
sistemas de apoyo sociales en la familia, el funcionamiento familiar, la tensión y las
dificultades y patologías de las personas del entorno del niño.
La observación y la evaluación formal del niño permiten anotar el estado de salud física, la
apariencia, los parámetros de crecimiento, el desarrollo sensorio (visión, oído, tacto, etc.),
el desarrollo motor grueso, el desarrollo motor fino, el desarrollo de la comunicación
(receptiva, expresiva y la claridad y facilidad del discurso), la resolución de problemas
cognoscitivos, el desarrollo del ego, la capacidad de regular la afectividad, la imitación, las
habilidades estratégicas, las relaciones sociales, el interés en el ambiente, la motivación y
la capacidad para la representación simbólica.
La observación del cuidador y el niño dan información sobre el uso del niño y del cuidador
para apoyarse o reafirmarse, la atención del cuidador y la sensibilidad al estado afectivo
de niño, las interacciones positivas, la seguridad y la atadura entre el cuidador y el niño, la
respuesta afectiva del cuidador frente los esfuerzos del niño durante la valoración.
¿CUÁLES SON LOS MIEDOS MÁS FRECUENTES DEL CUIDADOR RESPECTO LA
VALORACIÓN?
Cuando los padres biológicos, adoptivos u otros cuidadores están en la entrevista, la
habilidad del terapeuta es de gran ayuda para el proceso de valoración, incluso facilita las
explicaciones a los padres. La situación del desarrollo de la evaluación, como la
hospitalización, son momentos de enorme tensión para la familia, están asustados. Los
médicos y terapeutas que trabajan con niños necesitan entender estos miedos de los
cuidadores y sus fantasías sobre el potente proceso que se les presenta como un
problema. Es frecuente que los adultos vean al niño como dañado o de alguna manera
defectivo, tienen miedo y se sienten culpables sobre el efecto de su propia conducta en el
niño. Pueden expresar sus miedos frente los problemas del niño de muchas maneras.
Ellos pueden anticipar que su niño tiene una invalidez de desarrollo, como el autismo o el
retraso mental, o que el niño tiene dificultades emocionales en la escuela, o que ellos son
inadecuados para el niño. Es un tiempo en que los cuidadores están más vulnerables, así,
lo que parece declaraciones inconsecuentes, ilógicas, de poca relevancia, puede que para
la familia sea una decisión memorable y poderosa, como salida, solución, o manera de
aceptar la situación.
Además, la tensión de hacer una valoración, afecta a las habilidades de los cuidadores de
informar sobre el desarrollo del niño y de saber hacer de padres ayudando al niño. Con
una alianza entre los cuidadores y el médico se desarrolla mejor la valoración.
¿QUÉ ES LA ESCUCHA ACTIVA?
En la primera entrevista, los cuidadores pueden ser reticentes a la sinceridad o pueden no
ser conscientes de sus propias percepciones y creencias sobre el niño. Es fundamental
permitir a los cuidadores empezar su historia donde ellos quieran y se sientan más
cómodos, así, teniendo una actitud sensata al principio se establece la alianza activa.
Considerar las entrevistas como obvias es caer al riesgo de recoger información
secundaria, es necesaria la escucha activa que involucre preguntas de ayuda mutua. El
tipo de escucha activa exige al médico hacer mucho más que la recogida pasiva de datos
y el registro de la información. Más bien, requiere la formación de numerosas conexiones
entre la información "verdadera", la información observacional (reacciones de los
cuidadores y sus respuestas afectivas), y una apreciación del contexto de la relación entre
el cuidador y el médico.
¿CUÁNDO PODEMOS ESTAR SATISFECHOS DE LA ENTREVISTA?
El propósito de entrevistas con padres, padres adoptivos, u otros cuidadores es recoger
información sobre el niño, resaltando la atmósfera afectiva. Las áreas más importantes a
cubrir referentes al desarrollo del niño son: la historia médica del niño, la historia del
embarazo de la madre, parto, período perinatal; la cantidad de miembros familiares, sus
edades y su salud; como es el entorno familiar y cómo se viven las experiencias del niño
en la vida diaria de la familia. Más específicamente, el entrevistador debe intentar obtener
un cuadro de las percepciones de los cuidadores a cerca del infante y su funcionamiento
en varias áreas. Éstos incluyen desarrollo motor y nivel de actividad, el discurso y la
comunicación, resolución de problemas y el juego, la relación a nivel personal y social, así
como la sensibilidad por el otro.
¿COMO ORGANIZAR LA INFORMACIÓN?
Provence sugiere que un método productivo es pedirles a los cuidadores que describan
un día en la vida del niño. Mostrando así las interacciones en las actividades diarias, entre
el infante y cuidador. Adicionalmente, los médicos pueden usar el “Vineland Adaptive
Behavior Scales” actualmente bajo revisión. El “Infant-Toddler Developmental
Assessment”, es también apropiado para los niños hasta 36 meses.
Implícito en esta apreciación global de entrevistar a los cuidadores como una parte de la
valoración clínica, creemos que las valoraciones requieren de sesiones conjuntas y
globales con todas las partes implicadas en el estudio. Las sesiones con el infante
también proporcionan una oportunidad de recoger más información. La valoración infantil
es un proceso global, recogiendo la información, revisando las impresiones, y probando
las hipótesis.
Pueden existir limitaciones como por ejemplo si el niño se encuentra en un ámbito
hospitalario o cuando ningún padre, miembros familiares, u otros cuidadores está
disponibles. Las situaciones de abuso severo, el abandono, colocaciones múltiples, o los
padres tremendamente enfermos son ejemplos de limitación en las valoraciones.
Observando
La observación es la habilidad fundamental requerida para el estudio del desarrollo de los
infantes. En otros términos, aunque el médico debe estar cómodo en la escena también
debe tener un armazón mental para poder organizar la información que ocurre durante la
sesión. Semejante armazón trae consigo cuatro áreas: (a) el tono afectivo predominante
de los participantes; (b) la involucración de los participantes (la curiosidad e interés); (c) el
uso de personas externas (el uso de niño de los cuidadores o examinador); y (d) las
reacciones a los cambios de setting.
LA OBSERVACIÓN
Hay varias oportunidades para la observación durante el curso de una valoración clínica.
La observación clínica empieza con el contacto con los cuidadores y el infante, incluso la
entrevista con el cuidador puede realizarse antes. Pueden obtenerse muchas
observaciones importantes del cuidador infantil y las interacciones familiares durante el
curso de la valoración del desarrollo formal.
En muchos casos, sin embargo, la evaluación de desarrollo formal solamente no puede
proporcionar suficiente información. Los infantes pueden comportarse de forma diferente
con los dadores del cuidado diferentes y en los contextos variantes. .
LOS NIVELES DE OBSERVACIÓN DURANTE LA VALORACIÓN
Quizás el nivel más obvio es la observación durante la comprobación formal.
El segundo nivel de observación durante una valoración infantil es cómo el niño
reacciona a la situación de la comprobación formal. ¿El niño se acerca a los juguetes, el
tions del interactúa, se refieren al examinador o sus cuidadores? ¿Cómo reacciona el niño
al principio de la evaluación y al final cuando ya está más familiarizado?
El tercer el nivel observacional es un enfoque específico en las interacciones entre los
cuidadores e infante.
Varias áreas generales pueden proporcionar pistas descriptivas importantes. ¿El niño se
refiere a los cuidadores demandando ayuda o certeza? ¿Muestra sus éxitos a los
cuidadores, y los cuidadores le responden? Otra observación importante para los niños
pequeños es si el niño se aleja de sus cuidadores para empezar a jugar.
La evaluación cuantitativa de desarrollo formal es sólo parte de la valoración global.
A través de observar cómo los infantes hacen lo que ellos hacen, el médico gana la
información sobre cómo los infantes toleran la frustración y cómo ellos comprometen a los
adultos, así como sobre su expresión emocional, la atención sostenida, y el nivel de
energía psicológica y física invertida en la actividad.
La síntesis
El proceso de sintetizar todos los datos es una habilidad hacia sí mismo.
Las valoraciones infantiles involucran a menudo refiriéndose a pediatras y otros médicos.
La síntesis en una valoración infantil requiere reunir todos los datos recogidos de las
entrevistas, la observación, así como una descripción cualitativa de las capacidades
(motoras, resolución de problemas, idioma-comunicación, y social) y de las actuales
fuerzas y debilidades del infante. También integra la información de la valoración en el
contexto individual del infante. El conocimiento de estos campos diversos le permite a un
médico poner los resultados de una valoración de desarrollo en un contexto significativo
adecuándose al momento individual del niño (desnutrición, nueva situación familiar, etc.).
Finalmente, el efecto terapéutico sobre los cuidadores que participan en la valoración es
muy evidente. Los cuidadores cambian a menudo sus percepciones sobre el infante,
centrándose más en sus capacidades y aspectos positivos que en los negativos
LAS HERRAMIENTAS DE VALORACIÓN DEL DESARROLLO FORMAL
Tipos de Datos Cuantitativos
Además de la inmensa cantidad de datos cualitativos obtenida por una cuidadosa
observación, los procedimientos proporcionan varios métodos para cuantificar los
resultados (desviación típica, los resultados Z y T).
Consideraciones para seleccionar una herramienta/técnica
Se presentan cuatro áreas de consideración: el propósito, las fuentes de datos, la
estandarización y las propiedades psicométricas.
EL PROPÓSITO
Una prueba de desarrollo puede ser útil para el diagnóstico, la investigación clínica, y la
planificación de la intervención temprana. Las pruebas diseñadas para estos tres
propósitos son bastante diferentes, y seleccionar correctamente las pruebas es esencial.
Los diagnósticos clínicos son usados por médicos para capturar la presentación global del
infante y mantener una nomenclatura común.
Segundo, se utilizan las pruebas de investigación cuando es deseable utilizar un
instrumento relativamente breve para identificar a los infantes que pueden estar en riesgo
suponiendo un diagnóstico adicional
Tercero, estos instrumentos ayudan identificar metas importantes del programa y para
documentar los efectos de la intervención.
LAS FUENTES DE DATOS
Las pruebas de usan uno o más de por lo menos tres tipos diferentes de fuentes de datos:
la valoración directa, observación incidental, e informe del cuidador. Es importante
reconocer las fuerzas y limitaciones de cada fuente. La valoración directa tiene la fuerza
de ser potencialmente comparable inmediatamente con otros infantes, con la asunción de
que el material se presentó similarmente. La limitación es que representa sólo una
muestra pequeña del repertorio del niño. Los estudios del informe del cuidador son una
suma útil a la valoración formal. Sin embargo, los informes del cuidador no deben ser la
única medida. Dado las fuerzas y limitaciones de cada una de estas fuentes de datos, una
valoración comprensiva debe usar fuentes múltiples en contextos múltiples.
LA REGULARIZACIÓN
La regularización de la prueba involucra el proceso de desarrollar un método consistente
de administración y recopilación de los datos normativos. Por ejemplo, sería claramente
impropio comparar la actuación de desarrollo de un infante crecido en una gran ciudad
con otro infante crecido en el campo.
PROPIEDADES PSICOMÉTRICAS
Se juzga la entereza de una prueba psicométrica centrándose en la fiabilidad (test retest,
etc) y validez de la prueba. Como una pauta, se recomiendan los coeficientes de fiabilidad
de por lo menos 0.90 para las pruebas de diagnóstico y 0.80 en investigación. Porque
ninguna prueba puede ser completamente fiable, se presentan a menudo las cuentas
dentro de un intervalo de confianza de error (por ejemplo, 100 ± 8).
Tests de Valoración Neonatal
Existen varios procedimientos específicos para evaluar a los niños durante el periodo
neonatal (del nacimiento a las 4 semanas), como la Prueba Apgar. También hay pruebas
para describir la conducta, las competencias cognoscitivas y las percepciones del recién
nacido. Son instrumentos que combinan una valoración de las capacidades innatas con la
atención a la variabilidad individual y la responsabilidad pertinente.
VALORACIÓN CONDUCTUAL CON LA ESCALA DE BRAZELTON NEONATAL:
La segunda edición de este test, evalúa el nivel de organización neurocomportamental del
neonato, la capacidad de responder, la atención y entrega, y la adaptación con el entorno.
Esta diseñado para los neonatos de 37 a 44 semanas edad gestacional que no necesita
apoyos mecánicos ni oxígeno. Son entre 20 y 30 minutos aproximadamente para
administrar la prueba, seguido de 15 minutos grabando y anotando la actuación del
neonato. Aunque también se usa con prematuros y recién nacidos frágiles.
Describe el rango de respuestas conductuales, sociales y a estímulos no sociales, como
los movimientos para alertar de los estados fisiológicos. Cada observación se anota entre
siete y nueve puntos a seguir en una pauta.
El test tiene presente factores interactivos, la conducta motriz, el estado del control, y la
respuesta fisiológica. En resumen son seis factores: la habituación, orientación, la
motricidad, el estado fisiológico, la regulación, y la autonomía, y usa los reflejos para
definir un séptimo factor. Cada uno de los siete factores puede usarse para rendir una
cuenta numérica que describe la actuación del infante en esa área. Las cuentas más altas
en los seis factores conductuales indican la actuación más madura, sin embargo en el
séptimo factor un resultado alto indica lo contrario.
Tests de Desarrollo Infantil
BAYLEY SCALES OF INFANT DEVELOPMENT-II
El BSID, actualmente en su segunda edición (BSID II) es la medida más ampliamente
usada para evaluar el desarrollo infantil. Es aplicable a niños de 1 hasta 42 meses de
edad. Tiempo de administración aproximado: 25 a 35 minutos (de 15 meses a 42 meses)
y 60 minutos para los niños menores de 15 meses.
Los tres componentes principales del BSID II son Mental Development Index (MDI),
Psychomotor Development Index (PDI), y Behavior Rating Scale (BRS). El MDI
proporciona la información sobre el desarrollo del lenguaje y las habilidades para resolver
los problemas, considerando que el PDI evalúa la totalidad del niño y el desarrollo motor
fino. El BRS evalúa las conductas del niño durante la valoración. Los artículos en el BRS
evalúan las capacidades de atención, el compromiso social, el afecto y la emoción, y la
calidad del movimiento del niño a nivel motor.
MULLEN SCALES OF EARLY LEARNING
La escala de “Mullen Scales of Early Learning toma de 15 a 60 minutos
aproximadamente, dependiendo de la edad del niño (de 15 a 30 min. Con niños de 1 a 3
años, y 60 min. hasta los 5 años). Las balanzas de Mullen evalúan el desarrollo del niño
en cinco dominios separados: la motricidad gruesa, la recepción visual, el lenguaje, la
motricidad fina y la expresión. La escala de motricidad gruesa es solo aplicable a niños
mayores de 33 meses.
BATTELLE DEVELOPMENTAL INVENTORY (BDI)
El BDI es sumamente popular.
Cinco dominios son moderados por el BDI: el personal y social, el adaptativo, el motor, la
comunicación, y cognoscitivo. Cada uno de los cinco dominios del BDI es dividido en
subdominios que finamente evalúan los componentes de cada dominio, y todos los
dominios contribuyen a un desarrollo total. El tiempo de valoración requerido por el BDI
son más extensas otras pruebas similares.
GRIFFITHS MENTAL DEVELOPMENT SCALES
Consiste en dos pruebas:
Las Habilidades de los Bebés que diseñó para el nacimiento hasta los 24 meses.
Las Habilidades de Niños Jóvenes, para los niños de 24 meses hasta 8 años. La balanza
infantil consiste en cinco dominios, que planeó después del trabajo de Gesell: el
locomotor, el personal y social, la escucha, la coordinación entre el ojo y la mano y la
actuación.
Escalas psicológicas infantiles del desarrollo
Piaget presentó una visión del niño bastante diferente a la de Gesell, reflejando que el
progreso dependía de los logros anteriores en las áreas funcionales.
La escala “Uzgiris-Hunt”, está basada en la teoría de Piaget consiste en seis subescalas.
Las dos primeras, se centran en la persecución visual y durabilidad en los objetos.
La segunda subescala, se centra en el desarrollo de medios para lograr los extremos
deseados, (usar una herramienta para obtener un objeto).
El desarrollo de la imitación, la tercera subescala, está dividida en imitación vocal e
imitación gestual.
La cuarta subescala, se centra en la causalidad operacional, incluyendo las conductas
anticipadoras, como intentar “enchufar” un juguete mecánico o, en los infantes más
jóvenes, mirando los propios movimientos de la mano.
La quinta subescala, describe la capacidad del infante de diferenciar dimensionalmente,
el rastreo y localización de los objetos de la localización de las señales perceptoras.
Finalmente, la sexta escala se centra en el desarrollo de los esquemas (por ejemplo,
como cambia el niño de juguete).
Tests de Investigación médica
Los test de investigación médica son valoraciones breves del nivel actual del niño a nivel
funcional, para determinar qué niños pueden desarrollarse a nivel mental adecuadamente
o con riesgo, requiriendo entonces una valoración extensa del diagnóstico.
La meta de estos tipos de test es identificar a esos niños que probablemente anotarían
pobremente en una valoración más comprensiva y reducir dos posibles fuentes de error:
los resultados positivos falsos (especificidad) y los resultados negativos falsos
(sensibilidad).
Aunque es deseable reducir el porcentaje de ambos tipos de error, la sensibilidad puede
ser más importante que la especificidad.
Desgraciadamente, no todas la pruebas disponen de estos datos y la mayoría están
basadas en observaciones directas sobre el niño sin tener en cuanta a la gente de su
entrono (cuidadores, etc.). Algunos, sin embargo, se basan en el informe del cuidador
(por ejemplo, the Developmental Prifflile-II and the Developmental Observation Checklist
System).
DENVER DEVELOPMENTAL SCREENING TEST-II
El “Denver Development screening Test-II” es una de las pruebas más populares, en las
escenas médicas. La razón, por lo menos en parte, puede ser su brevedad, porque puede
administrarse en 15 a 20 minutos. Es aplicable desde el nacimiento hasta los 6 años.
Una de las críticas que ha recibido este Test, es que fue validado solo utilizando una
muestra de niños que vivía en Colorado y estableciendo cuatro categorías relativas en
este aspecto:
1. “Aceptado” 2. “Questionable” 3. “Anormal” 4. “Inestable”.
EARLY SCREENING PROFILES
El “Early Screening Profiles”es aplicable en niños de 2 a 6 años. Se tocan los temas
cognoscitivo, el lenguaje, discurso, deficiencias físicas, y sociales o retrasos que pueden
interferir cuando un niño está aprendiendo y pueden garantizar una valoración
diagnóstica extensa. Los niños completan tres tipos de subtests:
- El cognitivo/lenguaje (evaluando la discriminación visual, el razonamiento lógico, los
conceptos verbales, las habilidades de prontitud escolar).
- El motor (evaluando la motricidad fina y gruesa).
- La articulación del discurso. El tiempo es de 15 a 30 min.
El inconveniente del “Early Screening Profiles”, es que no tiene ninguna versión española.
CONCLUSIÓN
Las valoraciones infantiles son en parte exploraciones clínicas que involucran una
cantidad justa de incertidumbre e inferencia. Considerando que el proceso diagnóstico
siempre involucra algún elemento de incertidumbre, las valoraciones infantiles requieren
un equilibrio entre lo que sabemos y lo que no sabemos. Así, los médicos que evalúan a
los infantes se centran más en lo que las infantes pueden saber que con lo que no saben,
enfatizando así las potencialidades y capacidades del niño.
Las referencias
Alpern GD, Boll TJ, Shearer M: Developmental Profile-II. Aspen, CO, Psychological
Development Publications, 1986.
Als H, Tronick E, Lester BM, et al.: Specific neonatal measures: The Brazelton Neonatal
Behavior Assessment Scale. In: Osofsky J (ed): Handbook of Infant Development. New
York, Wiley, 1979, pp. 185-215.
Amdur JR, Mainland MK, Parker KCH: Diagnostic Inventory for Screening Children (DISC)
Manual, 4th ed. Kitchener, Ontario, Canada, Kitchener-Waterloo Hospital, 1996.
Aylward GP: Bayley Infant Neurodevelopmental Screener. San Antonio, TX, Psychological
Corp, 1995.
Baldwin AL: Theories of Child Development. New York, Wiley, 1967.
Bangs TE, Dodson S: Birth to Three Developmental Scale. Allen, TX, DLM Teaching
Resources, 1979.
Bayley N: The California Infant Scale of Motor Development. Berkeley, CA, University of
California Press, 1936.
Bayley N: Bayley Scales of Infant Development. New York, Psychological Corp, 1969.
Bayley N: Bayley Scales of Infant Development, 2nd ed. San Antonio, TX, Psychological
Corp, 1993.
Benham AL: The observation and assessment of young children including use of the
Infant-Toddler Mental Status Exam. In: Zeanah CH Jr (ed): Handbook of Infant Mental
Health, 2nd ed. New York, Guilford Press, 2000, pp. 249-265.
Bornstein MH: Stability in early mental development: From attention and information
processing in infancy to language and cognition in childhood. In: Bornstein MH, Krasnegor
NA (eds): Stability and Continuity in Mental Development: Behavioral and Biological
Perspectives. Hillsdale, NJ, Erlbaum, 1989, pp. 147-170.
Brazelton TB: Neonatal Behavioral Assessment Scale, 2nd ed. Clinics in Developmental
Medicine, nº 88. Philadelphia, JB Lippincott, 1984.
Brigance AH: Brigance Diagnostic Inventory of Early Development, rev. North Billerica,
MA, Curriculum Associates, 1991.
Brooks J, Weinraub J: A history of infant intelligence testing. In: Lewis M (ed): Origins of
Intelligence: Infancy, and Early Childhood, 2nd ed. New York, Plenum, 1983, pp. 19-58.
Descargar