ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE. PAUTAS EDUCATIVAS Por *Sabaté N., **Bielsa A. *Psicóloga. Master en Psiquiatría infanto-juvenil. Centre Londres 94 ** Psiquiatra. Adjunt Clinic Unitat Paidopsiquiatria Vall d’Hebron. UAB INTRODUCCIÓN 1. Definición del marco lingüístico Desde que nace el niño, éste va pasando por etapas en las que muestra aprendizajes y adquisiciones nuevas, lo vemos crecer y desarrollarse. Nos preocupamos por su peso, su altura, el oído, la vista, la sonrisa, etc. Sin darnos cuenta podemos dar por hecho que el niño crecerá bien, si está bien alimentado y bien atendido y que poco a poco surgirán las diferentes etapas como si se tratara de un juego de domino en el que las fichas puestas una al lado de otra, haciendo caer la primera, el resto también se caen una vez iniciado el proceso. Si pensamos más en este ejemplo tan sencillo aplicado a las fichas, nos damos cuenta de que no es tan fácil cuando se aplica al desarrollo del niño. Para que este desarrollo se lleve a cabo en las mejores condiciones es necesario aportar elementos enriquecedores que estimulen y moldeen las habilidades y las etapas que van surgiendo. 2. Qué nos sugiere la palabra lenguaje a. Comunicación y interacción con el entorno Hemos de partir de la base que el lenguaje es una forma de expresión y comunicación. A cada etapa, el niño elabora su sistema de representación y de comunicación que necesita y que es capaz de realizar. El niño pequeño ya comunica con el entorno antes de desarrollar el lenguaje hablado. En el primer período comunica estados afectivos, necesidades biológicas, éxitos y fracasos sin necesidad de la palabra, ni la frase y para ello se sirve de la melodía, el timbre, intensidad y altura del sonido. Entre los 7 y 10 meses puede designar objetos con el gesto y será el adulto quien interpretará la demanda según el contexto en el que aparezca. Y es a partir del los 2 años, en el momento que madura el sistema sensorio-motor donde empiezan a aparecer estructuras lingüísticas que tienen un aspecto deliberadamente comunicativo. Aquí es donde el niño utilizará distorsiones de palabras de los adultos para hacer referencia a sus deseos y peticiones. En esta fase es muy importante la receptividad y estimulación de los padres y del entorno para llevar a cabo la organización del lenguaje. b. El lenguaje es pensamiento El lenguaje es el producto de una actividad nerviosa compleja que facilita la comunicación del pensamiento. Nos permite aprender los contenidos y desarrollar las estructuras mentales. El niño con desarrollo normal del lenguaje posee una base mental para la transmisión adecuada de sus capacidades del lenguaje oral, accediendo a la lectura y la escritura hacia el segundo curso de educación primaria. En comparación, los niños con dificultades en el lenguaje se encuentran con limitaciones en las áreas académicas y sociales, debido a la dificultad de transmitir el pensamiento de ideas y contenidos. Es conocido que alrededor de un tercio de todos los niños con dificultades en el lenguaje en la primera infancia y/o en etapa de educación infantil, presentan dificultades en sus adquisiciones instrumentales (lecto-escritoras). Se ha observado que el retraso en la adquisición de un nivel semántico satisfactorio en el lenguaje oral se correlaciona directamente con el grado de comprensión oral a partir del tercer curso de educación primaria. EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE. ETAPAS. Volviendo a la idea planteada aquí al principio, hemos visto que el lenguaje del niño no es exacto ni matemático, ya que cada niño evoluciona en la medida que crece y es estimulado. Hemos de ser conscientes de que unos aprenden más rápidamente las primeras palabras y otros en cambio se mantienen con sonidos guturales elementales hasta llegar a su momento madurativo. Para determinar un período aproximado diríamos que el niño llega a utilizar la lengua hablada alrededor de los 2 años. A partir de entonces aprenderá las estructuras de la base de su lengua, enriqueciendo la gramática y el vocabulario. Etapas de la adquisición del lenguaje: - Período pre-lingüístico (de 0 a 12 meses) - Período lingüístico (de 1 a 3 años en adelante) - 1,6 años: conexión de palabras y vocalizaciones - 2 años: frases de 2 palabras - 2,6 a 3 años: gramáticas infantiles - 3,6 años en adelante: adquisición y utilización diferenciada de los elementos de la frase. 1. Período pre-lingüístico (de 0 a 12 meses) En las primeras semanas el bebé emite gritos sin valor de relación. Posteriormente hasta los 4-5 meses hace vocalizaciones espontáneas de modo como si jugase, articulando sonidos como /ta-ta-ta/, /err-err/, /mam-mam/. Hacia los 6-7-8 meses muestra la primera intención de comunicarse y de imitación, hasta llegar finalmente, entre los 10-12 meses, al sistema fonológico de la lengua materna. 2. Período lingüístico (de 1 a 3 años en adelante) En el primer año, el niño dice sus primeras palabras, /mama/ y /papa/ hecho que conlleva una gran exaltación para los padres en especial si se trata del primer hijo. Más adelante emitirán expresiones de dos palabras antes de los 24 meses. En el período entre el tercer y quinto año de vida, el niño con un desarrollo normal del lenguaje hace un salto espectacular. En esta edad las frases tienen 5 palabras y incorporan reglas gramaticales. Aparecen pronombres reflexivos, preposiciones, conjunciones y infinitivos, al igual que una gran diversidad de preguntas (¿cuando?, ¿cómo?, ¿porqué?). Además ya son capaces de modificar el habla según si el oyente es la madre, un extraño o una muñeca. Para el desarrollo correcto del lenguaje del niño es importante que el padre y la madre hablen pronto a su hijo. No solo para decirles "no", sino para hablarle como si fuera una persona inteligente. De esta manera el niño podrá encontrar un patrón de imitación de las palabras que posteriormente dirá. INDICADORES SINTOMÁTICOS 1. Adquisición articulatoria Hay sonidos articulatorios más fáciles de adquirir que otros. Hacia los 5 años el niño debería articular correctamente todos los sonidos de su lengua, pero aparecen diferencias individuales según el desarrollo y estructura de los órganos encargados de la articulación. Se ha de dar importancia a la estimulación y al crecimiento de esta estructura articulatoria. Al estar el habla muy vinculada a la evolución del niño, ciertas dificultades motrices de ejecución pueden ir unidas a un déficit de la práctica. Así pues, podemos afirmar que un niño con una estructura correcta con un déficit de práctica motriz le puede conllevar a presentar una malformación o dificultad articulatoria. Cuales serían las prácticas motrices a tener en cuenta: - Estimulación maxo-facial: implica la ejecución de ejercicios y juegos tan sencillos como soplar, sacar la lengua, reír, etc. - El uso excesivo del chupete, o chuparse el dedo puede provocar un crecimiento de la disposición dental incorrecto y por lo tanto, verse afectada la articulación de algún sonido. Después de los dos años el 40% de los niños aún se chupan el dedo, la pipa o su mascota. De éstos, un 10% lo continuarán haciendo hasta los 5 años. Por regla general este impulso proviene de un sentimiento de inseguridad, aburrimiento o deseo de dormir. El principal problema de esta conducta está en el hecho que produce un crecimiento de los dientes hacia delante si éste hábito se mantiene hasta la edad de la segunda dentición, es decir, más allá de los 6 años. - Hábitos alimentarios, y introducción de texturas y alimentos. Se trata de considerar la práctica alimentaria diversificada como un deportista que necesita ejercitar gran variedad de musculatura y no tan solo aquel que utilizará mayoritariamente en su especialidad. La diversificación de las texturas de los alimentos estimulan la motricidad facial y fortalece la mandíbula, la dentición y el paladar. Para masticar no es necesario esperar a coincidir con la aparición de los dientes, ya que mucho antes, el niño puede masticar y se le puede introducir alimentos menos triturados y con diferentes texturas que le hagan estimular el aparato bucal. 2. Dislalias evolutivas y disfuncionales: En el caso de que el niño presente una estructura funcional del paladar o de los músculos de la lengua deficiente muy posiblemente presentará dificultades en la articulación. Los problemas de articulación de los fonemas pueden ser normales hasta cierta edad, en especial en los primeros tres años. Son las llamadas dislalias evolutivas y se solucionan con la edad. Las que son causa de observación serían las disfuncionales, para las cuales se hará necesaria una intervención reeducativa. Las dislalias son "entrebancs" en la realización de determinados fonemas. El niño dislálico desarrolla su lenguaje expresivo con normalidad cronológica y adecuada a complejidad morfosintáctica pero hay letras que no pronuncia correctamente. Los sonidos que se ha de adquirir según las edades serían: - A los 3 años es normal que presente dificultades en los grupos consonánticos, es decir, en la pronunciación de dos consonantes juntas, como por ejemplo, es normal que el niño diga /pat/ por /plato/. En cambio no es normal que confunda los sonidos de la /p/, /t/, /k/. Es necesario poner atención en la pronunciación de tipo: /ada/ por /ara/ y /pela/ por /pera/. - Es a los 4 años que ya sabe pronunciar bien los grupos consonánticos. Lo que debemos diferenciar en este período son las dislalias y las omisiones. La omisión de letras sería la desaparición de letras, trozos de palabras y incluso palabras enteras. Un ejemplo de omisión sería: /cholate/ por /chocolate/, /batillas/ por /zapatillas/. El niño que presenta omisión nos recordará el habla de un niño más pequeño. - y finalmente, a los 5 años, el niño ha de articular correctamente todos los sonidos de su lengua. 3. Deficiencias auditivas: Otro indicador ha tener en cuenta, es la dificultad en el oído. Por su incidencia se debe citar la hipoacusia secundaria a otitis serosa recurrente, es decir, la disminución en el oído debido a una infección en la oreja. Sabemos que el niño imita lo que oye, de ahí que cuando falta el oído no aparece el lenguaje, que es el caso de los niños sordos. Si la pérdida de oído es parcial pero intensa, es probable que aparezca un retraso en la adquisición del lenguaje que puede variar en el grado. El niño es propenso a presentar hipoacusia intermitente, en especial durante la etapa que ha de aprender el habla mediante el análisis de su propio código fonético-lingüístico. Este momento evolutivo, cronológicamente, se presenta entre los 18 y los 30 meses y coincide con la época de mayor incidencia de otitis serosa en la infancia. 4. Retraso en el habla: El desarrollo del habla en la infancia padece un retraso en un 5% de la población y presenta una incidencia de 4 a 1 a favor de los varones que son mayores candidatos a presentar esta dificultad. El retraso en el habla, tal como indica la palabra, comporta una dificultad en el inicio de la expresión del niño ya que se expresa torpemente, con vocabulario reducido y le cuesta construir las frases. Aún así la comprensión de lo que dice es bastante buena. UTILIZAR EL LENGUAJE PARA APRENDER 1. Pautas para la estimulación: Qué se ha de recordar para llegar a que el niño hable bien: - Comunicar activamente con el hijo desde el primer día: En la medida que el niño escuche el lenguaje cotidiano tendrá más oportunidades de imitarlo. Los padres o personas a cargo del niño tienen un papel fundamental para esta tarea ya que serán los mejores transmisores de este tipo de lenguaje. El día a día se puede convertir en una inmersión agradable del vocabulario base y de las expresiones usuales. Así pues, encontraremos muchas ocasiones para practicarlo. - Hablarle correctamente: Cuanto más claros sean los mensajes, más facilidad le damos al niño para reproducir lo que escucha decir. No es necesario que el vocabulario sea muy complicado, con tan solo utilizar las palabras de todos los días, tenemos un vocabulario suficientemente amplio como para permitir acceder a gran cantidad de palabras. - Buscar los mejores momentos para establecer conversaciones: De todas maneras no se han de sobrepasar los límites y hablar constantemente al niño. Habrá muchos momentos en que el niño no estará receptivo al lenguaje ya que preferirá su juego, el diálogo egocéntrico o la televisión. Podemos aprovechar los momentos en que vuelve de la escuela para preguntar como le ha ido, qué ha hecho, al igual que después de una excursión. Nos puede explicar unos dibujos que ha visto, cromos que le gustan y una variedad amplia de situaciones que permiten el diálogo receptivo. - Recibir positivamente los intentos de reproducción verbal del niño - Vigilar la vista y el oído, además de problemas físicos (dientes, lengua, respiración) - Ayudar a enriquecer el vocabulario - Introducir el hábito de leer cuentos y libros La edad de los cuentos empieza aproximadamente a los 3 años. En esta edad el niño pedirá escuchar siempre los mismos cuentos y con las mismas palabras. Gracias a esta repetición continua aprenderá el lenguaje, incorporará nuevo vocabulario y expresiones cotidianas. Los libros y cuentos servirán para llevar a cabo la transmisión de contenidos y será una medio rico para estimular la fantasía y aprender las normas que regulan el mundo del adulto. Leer en voz alta un cuento cambiando voces y entonación permitirá mantener la atención del niño a la vez que le parecerá más entretenido. Aprovechando que a los pre-escolares mientras utilizan el material y hacen actividades van hablando, se les puede ofrecer libros sin palabras donde ellos puedan inventar su propio cuento.