LECTURA ORANTE DE LA PALABRA JUAN 20, 19-31 Domingo 15 de abril de 2012-04-12 Segundo domingo de Pascua ORACIÓN.- “Señor Jesús, que estás presente en nuestras comunidades, como lo estuviste también en medio de la comunidad de los apóstoles, te pido Señor, que quienes te seguimos hoy vivamos en sincera vida fraternal. AMÉN”. LECTURA.- ¿Qué dice el texto? Jesús ya había muerto y sus discípulos se reunían a escondidas por temor a los judíos, era domingo cuando Jesucristo, a pesar de las puertas cerradas se presenta en medio de ellos y lo primero que les ofrece es un saludo de paz, muestra sus heridas y les vuelve a recordar que al igual que Él. Son enviados por el Padre Dios para ofrecer el perdón de los pecados. Cuando Jesús apareció, Tomás no estaba junto al resto de los discípulos y a pesar del testimonio que sus compañeros le dan se muestra incrédulo y pide pruebas para creer. Pasan ocho días “nuevamente es domingo y estando Tomás, Jesús vuelve a aparecer reiterando por tercera vez su saludo de paz. Le ofrece a Tomás sus heridas para que tocando con sus manos crea que realmente Él está vivo y presente. Lo invita a ser hombre de fe, Tomás se rinde exclamando: “Señor mío y Dios mío! ¿Por qué Jesús luego de dar la paz a sus discípulos les muestra sus heridas? ¿Qué le recuerda Jesús a sus discípulos en relación a sus Ministerios? ¿Por qué Tomás no cree en el testimonio de los demás apóstoles? ¿Qué pruebas pide Tomás para creer que Jesús había resucitado? Cuando Jesús vuelve donde se encontraban sus discípulos, y esta vez Tomás estaba con ellos, ¿Qué le dice Jesús a Tomás? ¿Cuál fue la respuesta de Tomás? ¿Qué quiso decirle Jesús a Tomás cuando le dice: no seas incrédulo, sino hombre de fe? MEDITACIÓN.- ¿Qué me dice el texto? Que Jesús se ha manifestado vivo a algunos elegidos los ha invitado para que libremente den testimonio de la fe, en paz y ofreciendo el perdón de los pecados a cuantos lo quieran recibir. La transmisión de la fe no depende de pruebas irrebatibles, sino de sencillos testigos que fieles a lo que han visto y oído comunican con amor que Jesús ha resucitado para vencer nuestros temores y pecados. La fe no se impone es ofrecida a debe ser aceptada en libertad. ¿Qué siento al ver las heridas de Cristo? ¿Siento como propio el mandato que Jesús hace a sus discípulos? ¿Soy de las personas que creen en el testimonio de mis hermanos? ¿Qué pruebas necesito para saber que Jesús ha resucitado también hoy? ¿Cuál sería mi respuesta si Jesús Resucitado me dijera: ven toca mis heridas? ¿Soy realmente una persona de fe? ¿O me derrumbo fácilmente ante las adversidades? ¿Cuál es el mensaje del texto para mi vida hoy? ORACIÓN.- ¿Qué le digo al Señor? Con la alegría de sentirnos discípulos misioneros del Señor, pero también sentirnos incrédulos como Tomás, expresemos al Maestro lo que hay en el corazón. o Señor, ayúdame a reconocerte vivo en tus manifestaciones con humildad, muchas veces a través del testimonio sencillo de mis hermanos de comunidad, sin ser necesariamente testigo directo de lo acontecido. o Que mi fe, Señor, sea una respuesta libre y de adhesión vital al testimonio de Jesucristo a través de la comunidad creyente. o Que la racionalidad no sea un obstáculo para rendirme a Él, sino que me ayude comprender la sustentabilidad de la fe, para seguirlo con total confianza. CONTEMPLACIÓN - ACCIÓN.- Dejo que el Señor me hable Quédate en silencio por unos minutos y con los ojos cerrados, imagínate tocando las heridas de Cristo, tanto de su cabeza, manos, pies y costado, y escucha el suave murmullo de la voz del Señor que te dice: “todo lo hice por ti, porque te amo”, quédate en la presencia del Señor Resucitado. ORACIÓN. Gracias Señor por regalarnos testigos de tu presencia en medio de nosotros. Gracias por superar los obstáculos de nuestras “puertas cerradas” y manifestarte de igual forma. Gracias Señor, por la comunidad con la cual nos brindamos el apoyo para seguirte. Ayúdanos a ser tus testigos para tantos que no te ven o no quieren reconocerte presente. Ayúdanos a ser embajadores de tu paz y perdón. Gracias Señor.