GABRIEL CASTAGNA El cazador de sinfonías El director tiene el don de descubrir piezas maestras de compositores argentinos. Su último hallazgo fue una sinfonía de Astor Piazzolla, de 1953. Por Edgardo Ruffo El prestigioso sello británico Chandos acaba de editar un CD con el título de Piazzolla Vol. 2 con el primer registro fonográfico de la única sinfonía compuesta por Astor Piazzolla, en 1951. La grabación estuvo a cargo de la Wüttembergische Philharmonie Reutlingen, con dirección del argentino Gabriel Castagna. El sencillo enunciado conjuga dos noticias: por un lado, la existencia de una sinfonía desconocida de Piazzolla, y por otro, la grabación de la misma, en Alemania, para un sello británico. Con el fin de indagar en los pormenores de ambas noticias, Perfil tomó contacto con Gabriel Castagna en su casa-estudio de Castelar, en el Gran Buenos Aires, y allí descubrió, a su vez, una nueva noticia. El disco en cuestión no es sino el cuarto de una colección del sello dedicada a la música argentina en el que se grabaron por primera vez piezas sinfónicas de grandes compositores como Carlos Guastavino, Alberto Ginastera, Carlos López Buchardo, Oscar Giúdice y el ya mencionado Piazzolla. El mismo Castagna explica las razones de este peculiar acontecimiento. “Es muy poca la música argentina que está editada. Hace veinte años que trabajo en esto y no termino de sorprenderme. Por ejemplo, a Alberto Williams se lo conoce por dos o tres piecitas para piano, pero tiene compuestas nueve sinfonías y más de trescientas obras. Hay una gran cantidad de compositores que permanecen en la sombra y que tienen obras maestras, obras muy bien escritas. No tenemos un Mozart o un Beethoven. Pero tenemos obras de gran relevancia. La última vez que actué en Argentina hice Escenas argentinas, de López Buchardo, que tengo entendido que no se hacía desde 1970 y no se había grabado nunca en CD. Había una grabación de los años cincuenta, en vinilo, obviamente fuera de circulación.” —¿Es decir que la razón por la que no se ejecuta o se graba más música argentina es porque no está editada? —Es un trabajo de mucha paciencia, porque el manuscrito siempre tiene errores, y el trabajo de uno también. Por ejemplo, el manuscrito original de la sinfonía que me pasó Daniel (Piazzolla, hijo de Astor), es el que Piazzolla había interpretado en 1953, pero con una orquestación para dos bandoneones y orquesta. Pero la unión de bandoneones y orquesta es algo que trae muchos problemas de afinación. Entonces, Piazzolla reorquestó los bandoneones. En el tercer movimiento hay un septeto de vientos que originalmente era para bandoneón. Piazzolla lo reorquesta todo y queda soberbio. —¿Cuánto tiempo le llevó editar esta sinfonía? —En total fueron casi siete meses de trabajo. Son 26.000 compases. La peor penuria es revisarlo, porque si se encuentran errores en la primera revisión, seguro que también se encuentran en la segunda. Entre las obras que fueron grabadas por primera vez en esta colección se encuentran las Glosas sobre un tema de Pablo Casals, de Alberto Ginastera, y una romanza de Carlos Guastavino. “Aunque parece mentira, no estaban grabadas. Glosas... se estrenó en 1978, dirigida por Rostropovich, pero nunca había sido grabada. De las romanzas de Guastavino, hice todo el trabajo de edición a partir del manuscrito original.” —¿Cómo evalua la pérdida o el olvido de tantas obras nacionales? —El repertorio sinfónico es un patrimonio de cientos de obras, algunas que hace décadas no se hacen y otras que no se han hecho nunca. La música compuesta entre 1890 y 1950 es una música entroncada con nuestra historia nacional. Un fenómeno de cientos de artistas yendo en una misma dirección y componiendo con sinceridad e inspiración. Fue el espíritu de una época, el entronque entre el pasado y la modernidad. —¿Con su trabajo tiene mejor respuesta en Europa que en Argentina? —No con el público. Pero sí con las instituciones. Acá las instituciones están manejadas por un pequeño grupo de gente que programa en base a sus intereses personales. Edición Impresa Domingo 17 de Junio de 2007 Año II Nº 0182