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Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
Babesiosis bovina
Piroplasmosis; Fiebre de Texas; Aguas rojas.
Definición
La babesiosis bovina es una enfermedad febril transmitida por garrapatas y causada por uno o más parásitos protozoarios del género Babesia que
generalmente se caracteriza por una lisis eritrocítica
extensiva que conduce a anemia, ictericia, hemoglobinuria y muerte.
Existen por lo menos seis especies de Babesia
descritas, que son responsables de la babesiosis bovina; todas pueden, ser agrupadas por su tamaño,
como grandes o pequeñas.
Tanto la diferenciación morfológica como la
serológica son las que determinan la identificación
de varias babesias. Las dos más conocidas o de mayor interés en Nortemérica son: Babesia bigemina y
Babesia bovis, transmitidas primariamente por las
garrapatas el género Boophilus. Estas especies y sus
garrapatas vectoras una vez estuvieron presentes en
grandes zonas de los EE.UU. y aun están presentes
en México y en la mayoría de las zonas tropicales y
subtropicales del hemisferio occidental.
Etiología 1: Babesia bigemina
1. Babesia bigemina. Es grande y pleomórfica;
característicamente se observa y se identifica
por un par de corpúsculos en forma de pera
unidos en ángulo agudo dentro del eritrocito
maduro. También hay formas redondas que
miden entre 2 y 3 micras y aquellas en forma
de pera o alargadas, que miden entre 4 y 5
micras.
La Garrapata es el vector de la Babesia.
Fuente: Queensland government.animal and plant health.tick fever. www.dpi.qld.gov.au./tickfever
Signos clínicos
La infección con B. bigemina generalmente está
acompañada por la presencia de las garrapatas
Boophilus. La transmisión natural es por la alimentación de ninfas y garrapatas adultas infectadas, y
la infección se manifiesta entre 2 y 3 semanas después de la infestación. Después de la inoculación
con sangre infectada, el período de incubación puede ser entre 3 y 4 días, o menos, dependiendo del
volumen del inóculo de exposición. Normalmente
los terneros son bastante resistentes a la Babesia y
la infección, por lo general, no produce enfermedad
clínica. En animales más viejos, los signos clínicos
pueden ser muy severos, sin embargo, las diferencias en patogenicidad se asocian con diferentes zonas geográficas, aun cuando el aislamiento sea de
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Enciclopedia Bovina
Glóbulos rojos infestados por babesias de 2 tipos.
Fuente: Queensland government.animal and plant health.tick fever.www.dpi.qld.gov.au./tickfever
B. bigemina. Generalmente el primer signo es fiebre
alta con temperaturas rectales que llegan hasta los
41.5 °C. Hay anorexia y atonía del rumen. La primera observación de la infección con frecuencia es
el aislamiento del animal afectado del resto del hato;
se observa inquieto, buscando sombra e, incluso,
puede echarse. El bovino puede estar parado con el
lomo arqueado, tener el pelo grueso o hirsuto y
mostrar evidencia de disnea y taquicardia; las membranas mucosas se ven inyectadas y enrojecidas primero, pero conforme la lisis eritrocítica progresa, el
color se va tornando a pálido debido a la anemia.
La anemia es un factor que contribuye a la debilidad y a la pérdida de la condición observada en
el ganado sobreviviente a la fase aguda de la enfermedad. La anemia puede presentarse en pocos días
con la destrucción de 75% o más de los eritrocitos.
Esto, generalmente está asociado con hemoglobinemia y hemoglobinuria severas. Después del inicio de la fiebre, la crisis generalmente termina una
semana después y si el animal sobrevive, comúnmente hay una severa pérdida de peso, baja de la
producción láctea, aborto y una recuperación prolongada. La mortalidad es extremadamente variable y puede llegar a 50% o más, pero en la ausencia
de un estrés marcado, la mayoría de los animales
sobreviven.
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Lesiones macroscópicas
En el ganado que muere en la fase inicial de la infección, los pulmones pueden estar edematosos y
congestionados. El saco pericárdico puede contener líquido serosanguíneo y hemorragias subepicárdicas y subendocárdicas de tipo petequial. El hígado
se encuentra aumentado de tamaño e ictérico, y la
vesícula biliar puede mostrar hemorragias en la superficie mucosa y estar distendida con bilis gruesa
y de color verde oscuro; el bazo está marcadamente aumentado con consistencia pulposa y obscura. El abomaso y la mucosa intestinal se pueden
observar ictéricos y, en algunas partes, con hemorragias subserosas. La sangre está delgada y acuosa.
La vejiga urinaria frecuentemente está distendida,
la orina oscura de color rojo café; la ictericia comúnmente está distribuida en el tejido conectivo;
los ganglios linfáticos están edematosos y pueden
presentar petequias. En el ganado que ha sufrido un
proceso más prolongado, las lesiones agudas son
menos evidentes. Se pueden encontrar hemorragias
petequiales subepicárdicas; el cadáver generalmente está emaciado e ictérico y la sangre es delgada y
acuosa, las fascias intermusculares están
edematosas, el hígado de color café, y la bilis puede contener escamas de material semisólido. Los
Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
riñones se ven pálidos, con frecuencia edematosos
y la vejiga puede contener orina normal, dependiendo de cuánto ha pasado desde la crisis hemolítica
hasta la realización de la necropsia. Aun cuando el
bazo se ve aumentado, la pulpa es más firme que
en la babesiosis aguda.
desaparece o esta presente en un número extremadamente bajo, después de la infección aguda.
Diagnóstico diferencial
La anaplasmosis, la tripanosomiasis, la teileriasis,
la leptospirosis, la hemoglobinuria bacilar, la
hemobartonelosis y la eperitrozoonosis, son enfermedades que deben ser consideradas en el diagnóstico diferencial, por su parecido con la babesiosis.
Pronóstico
Esplegnomegalia de vaca muerta por babesiosis
Fuente: J.S. King: Cornell Veterinary Medicine. necropsy show and tell. www.vet.cornell.edu./nst/.
Diagnóstico de campo
Fiebre, anemia, ictericia y hemoglobinuria, son signos clínicos sugestivos de babesiosis en el bovino
localizado en zonas enzoóticas de garrapatas
Boophilus. Si estos signos están también ligados a
esplenomegalia y a lesiones post mortem asociadas
con destrucción eritrocítica, el diagnóstico de
babesiosis se refuerza. El diagnóstico positivo requiere la identificación de la Babesia en los frotis
sanguíneos o pruebas serológicas positivas y/o experimentos de transmisión.
Diagnóstico de laboratorio
La infección aguda con Babesia bigemina generalmente se detecta en los frotis sanguíneos delgados
teñidos con Giemsa. Los frotis gruesos aumentan
la posibilidad de detectar al organismo causal, pero
la morfología característica es más difícil de identificar con esta técnica. En los casos de infección crónica, el diagnóstico generalmente se hace utilizando
varias pruebas serológicas para la detección de
anticuerpos específicos, ya que el organismo causal
Después del inicio de la hemoglobinuria, el pronóstico es pobre. Entre los animales viejos completamente susceptibles la mortalidad puede llegar a 50%
si no se da tratamiento. Entre los bovinos que se
crían en zonas de babesiosis endémica, las pérdidas
son pocas, aun cuando exista la infección. Esto generalmente refleja una exposición temprana del
neonato, cuando de forma natural son más resistentes y, probablemente, reciben anticuerpos
calostrales que brindan protección transitoria variable. Después de sufrir la infección, el bovino tiene
un alto grado de resistencia a la reexposición.
Distribución geográfica
La B. bigemina está ampliamente diseminada en el
ganado y ocurre en cualquier lugar en el que se encuentren las garrapatas del género Boophilus, se incluye el norte y el sur de América, Europa, África,
Asia y Australia. La babesiosis también se presenta
en el Caribe y en las islas del Pacífico sur. El bovino
y los hospederos invertebrados (la garrapata) constituyen el mayor reservorio de la infección. La fauna silvestre y los hospederos no bovinos no han sido
incriminados.
Transmisión
Las garrapatas adquieren la infección por Babesia
durante su alimentación en animales infectados. La
infección entonces pasa a los ovarios y las larvas
que están emergiendo son portadoras de la infección. La Babesia continúa desarrollándose dentro de
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Enciclopedia Bovina
las larvas y generalmente se transmite a un nuevo
hospedero durante las fases de ninfa y adulta. Las
garrapatas Boophilus, Rhipicephalus, Ixodes y
Haemaphysalis son los principales vectores de la
Babesia bigemina. La transmisión mecánica es posible, pero generalmente de este modo no es suficiente
para mantener la infección si no existen los vectores
específicos o garrapatas.
Huéspedes: El bovino es el principal hospedero, pero se ha reportado que el búfalo de agua y el
búfalo africano también pueden infectarse.
Medidas preventivas: El procedimiento más
viejo y probablemente más efectivo para el control
de la babesiosis es erradicar a su vector, la garrapata
Boophilus. La campaña de erradicación en los EE.UU.
—llevada a cabo en las décadas de los años 20 y
30—, dependió básicamente de sumergir al ganado
cada 2 o 3 semanas en baños cargados con acaricidas
arsenicales. Estos acaricidas han sido reemplazados
por una gran variedad de compuestos mejorados,
incluyendo los hidrocarburos clorados, los
organofosforados, las piretrinas naturales y sintéticas. En algunos países tropicales, la meta es el control de la garrapata, más que la erradicación. Con
este sistema se intenta obtener una situación estable, en la cual el número de garrapatas sea suficiente para mantener un nivel bajo de infección en el
ganado y, por lo tanto, inmunidad a la babesiosis
aguda, pero con el número de garrapatas por debajo de aquel que induciría pérdidas primarias por la
babesiosis. En ausencia de la reinfección, la Babesia
gradualmente desaparece pero el ganado se vuelve
susceptible, por ello el deseo de tener bajos niveles
de exposición y mantener una infección
inmunizante. En algunas zonas, el control de las garrapatas ha sido complicado por el desarrollo de
resistencia en las garrapatas contra muchos de los
acaricidas comunes.
Tratamiento
El tratamiento exitoso contra la B. bigemina depende de un diagnóstico temprano y de la administración rápida de medicamentos efectivos. Hay menos
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posibilidad de éxito si el tratamiento es retrasado
hasta que el animal se ha debilitado por fiebre y
anemia. Sin embargo, si se administran los medicamentos a tiempo, el éxito es seguro ya que existe
un gran número de compuestos efectivos.
Limpieza y desinfección: Además del control
y eliminación de las garrapatas vectoras, en zonas
enzoóticas la limpieza y la desinfección no son suficientes para el abatimiento en la incidencia de la
enfermedad. Como la mayoría de las enfermedades sanguíneas, se debe tener cuidado en las rutinas
de cirugía (descornado, castración, etcétera) y en los
procedimientos de vacunación, para prevenir la
transferencia accidental de sangre de un animal a
otro y así transmitir la infección.
Inmunización: La forma más común de inmunización contra de la B. bigemina consiste en la inoculación de microorganismos vivos (atenuados o
virulentos) en ganado susceptible joven, seguido de
una quimioterapia adecuada para modificar los efectos clínicos, por lo tanto, se induce una inmunidad
coinfecciosa o un estado de premunición.
Etiología 2: Babesia bovis
2. Babesia bovis. Es pequeña y pleomórfica, está
típicamente identificada como un sólo corpúsculo, como pequeños corpúsculos redondos o
como corpúsculos en pares en forma de pera
unidos en ángulo obtuso dentro de un eritrocito
maduro. Las formas redondas miden de 1 a 1.5
micras y las de forma de pera de 1.5 a 2.4 micras.
Signos clínicos
Las infecciones de B. bovis se asemejan en muchos
aspectos a aquellas observadas en las de B. bigemina,
pero existen algunas diferencias características:
La hemoglobinuria y la hemoglobinemia no se
observan con frecuencia en las infecciones por B.
bovis, aunque pueden presentarse.
El nivel de anemia frecuentemente es menos
severo, pero con mayor frecuencia se ve involucrado
el sistema nervioso central. Generalmente se acepta que la B. bovis es la más virulenta de ambos orga-
Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
nismos; esto es cierto en Australia, pero lo es menos en África y en el hemisferio occidental.
Comúnmente los animales desarrollan
incoordinación y depresión postrándose con la cabeza extendida que más tarde echan hacia atrás,
con movimientos involuntarios de las piernas durante la postración lateral; después sigue la muerte.
Diagnóstico diferencial
Además de las condiciones mencionadas para B.
bigemina, los efectos cerebrales o del sistema nervioso central que son comunes para B. bovis, pueden ser confundidos con rabia y otras encefalitis.
Pronóstico
La B. bovis tiene un período de incubación más prolongado que el de B. bigemina.
Una vez que los signos del sistema nervioso central
se establecen, el pronóstico es pobre. Generalmente, B. bovis produce una respuesta clínica mucho
más severa que la de B. bigemina.
Lesiones post mortem
Distribución geográfica
Los cambios aparentes, son similares a los descritos
para B. bigemina. Los capilares de la materia gris,
del cerebro y del cerebelo están distendidos con
eritrocitos infectados. Generalmente no hay evidencia de una degeneración neuronal o de hemorragia.
Sin embargo, hay dilatación de los espacios perivasculares y edema intersticial.
La B. bovis se presenta generalmente en las mismas
zonas que la B. bigemina y en asociación con garrapatas Boophilus, sin embargo, ha sido descrita en algunas partes de Europa, en donde la garrapata Boophilus
no existe, lo cual sugiere otros posibles vectores.
Incubación
Diagnóstico
Además de los métodos discutidos para B. bigemina,
se ha descrito una técnica de biopsia de cerebro que
ha probado ser muy útil para detectar y diagnosticar las infecciones por B. bovis. La característica de
baja parasitemia en la sangre circulante hace a esta
técnica muy útil para mejorar las posibilidades de
observar al organismo causal. Hay una marcada concentración de eritrocitos infectados en los capilares
del cerebro. Las técnicas serológicas de diagnóstico
son similares a las descritas para B. bigemina. Actualmente, la prueba de inmunofluorescencia indirecta es la prueba de elección para el diagnóstico
serológico de B. bovis.
Transmisión y hospederos
Las mismas garrapatas (B. annulatus, B. microplus)
que transmiten la B. bigemina, generalmente son
capaces de transmitir a la B. bovis.
Medidas preventivas: Igual que con B.
bigemina la erradicación de la garrapata Boophilus,
que es su vector, puede eliminar la transmisión de
B. Bovis y después de un período de tiempo la infección desaparece por sí misma.
Tratamiento
Generalmente, la quimioterapia es efectiva, utilizando esencialmente los mismos medicamentos que
para la B. bigemina. La B. bovis es un poco más difícil de tratar y es deseable un segundo tratamiento o
un ligero aumento en la dosis.
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