NUEVOS INSTRUMENTOS PARA LA OBSERVANCIA LABORAL (I). Ley N° 20.123. Subcontratación y Suministro. María Ester Feres* (*) Directora del Centro de Estudios del Trabajo, Relaciones Laborales y Diálogo Social. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Universidad Central. Algunas ideas previas sobre la Ley. Los sindicatos de empresas nacionales y multinacionales conocen en profundidad el creciente uso y abuso que se ha hecho de las “externalizaciones”, responsables directas de la grave precarización y desprotección laboral existente. De allí la importancia que sus dirigentes manejen los principales contenidos de la Ley N° 20.123 así como las potencialidades que con ella se abren para la acción sindical. Se trata de una legislación compleja, con importantes nuevas regulaciones, cuyo análisis desagregado se inicia en la presente edición de OLAB. Entre sus características formales, agrega un nuevo Título VII al Libro I del Código del Trabajo, denominado: “Del trabajo en Régimen de Subcontratación y del Trabajo en Empresas de Servicios Transitorios”, en el que regula -con bastante precisión- las condiciones laborales de los trabajadores/as subcontratados y, en particular, de los suministrados. Los argumentos, esencialmente dogmáticos, utilizados durante años por las teorías económicas neoliberales y los sectores que han profitado de las insuficiencias legislativas para oponerse tenazmente a toda regulación, enfatizan que los procesos de “externalización” -de funciones y de trabajadores- tal como ha funcionado en Chile, son inherentes a los procesos de globalización y que, cualquier injerencia legal sólo generará rigideces laborales, con los consiguientes efectos negativos en el empleo y en la capacidad competitiva y de sobrevivencia de las empresas. No obstante, las visiones económicas dominantes no fueron obstáculo para que el sindicalismo -expresando las sentidas demandas de gran parte del mundo laboraldesarrollara denuncias permanentes y entregara incontrarrestables antecedentes empíricos, muchos de ellos obtenidos mediante sus estrategias de observancia laboral, presionando para que se gestaran y, posteriormente, se aprobaran normas legales que regularan estos fenómenos. ¿Cómo aproximarse a las nuevas regulaciones? Es cierto que la Ley 20.123 no se refiere ni modifica diversas materias de gran importancia para el sindicalismo, las que forman parte de sus postulados irrenunciables y por las que se deberá seguir luchando; entre ellas, por ejemplo, los derechos fundamentales -inherentes al principio de libertad sindical- como la negociación colectiva y la huelga; o, el principio de no discriminación en el empleo junto al derecho de igualdad de trato salarial por trabajos de igual valor, entre varias otras. Las nuevas normas, obligatorias desde enero, se orientan no sólo a mejorar la protección de los trabajadores/as subcontratados; ellas regulan, de manera excepcional y precisa, la utilización de trabajadores transitorios provistos por empresas externas y establecen 1 nuevas exigencias en el ámbito de la salud ocupacional. Por esto, a pesar de demandas legítimas que aún permanecen insatisfechas, correspondería rescatar sus avances, difundirlos y exigir su respeto y cumplimiento, como importantes logros del sindicalismo. Los trabajadores/as saben perfectamente que las leyes pueden representar una pléyade de buenas intenciones pero que la virtud de sus contenidos así como la evaluación de los mismos sólo se constata en su eficacia práctica. Si bien existe la obligación ineludible de los entes gubernamentales y estatales de fiscalizar y garantizar jurídicamente su ejercicio, son los sindicatos y los propios trabajadores los principales actores llamados a observar, exigir y evaluar si las reformas legales que han entrado recientemente en vigencia contribuirán al objetivo del trabajo decente, según las definiciones de la OIT. Dimensiones a analizar como instrumentos de observancia laboral En la identificación de las dimensiones útiles e instrumentales para una observancia laboral activa, se debe analizar desagregadamente sus principales contenidos y también los alcances de la ley, así por ejemplo: 1. Los que diferencian entre la subcontratación, los enganchadores y la intermediación en el empleo y, el suministro o puesta a disposición de trabajadores transitorios externos. 2. Los componentes que concurren en la tipificación legal del subcontrato, así como los alcances y la operatoria entre las responsabilidades solidarias y subsidiarias de la empresa principal. 3. La puesta a disposición de trabajadores transitorios, sus causas habilitantes, los límites de tiempo, las prohibiciones legales para su utilización, las obligaciones legales y laborales de las empresas involucradas así como los derechos de los trabajadores suministrados. 4. Las situaciones de fraude a la ley y su efecto principal: el de reputar como empleador a la empresa principal. 5. Las responsabilidades directas de la empresa principal y de la empresa usuaria en materia de salud y seguridad laboral, en especial las que prevén la igualdad de trato entre trabajadores propios y externos; las nuevas obligaciones para las Inspecciones del Trabajo y para los organismos administradores del seguro de la ley de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, en particular, las mutualidades. 6. Finalmente, podría ser de particular interés sindical analizar los eventuales impactos positivos, de lograse el cumplimiento efectivo de la ley, en el incremento de la base de afiliación sindical y de cobertura en la negociación colectiva. Con seguridad, en la aplicación práctica de esta gran cantidad de disposiciones legales surgirán muchas situaciones controversiales y poco claras; por ello, si las dirigencias sindicales las conocen, difunden y están atentas a la observancia de su cumplimiento, pueden aprovechar el amplio espacio interpretativo que se generará, solicitando los dictámenes específicos, ya sea a la Dirección Nacional del Trabajo o, a la Superintendencia de Seguridad Social, según corresponda. 2 Clarificaciones legales de tipo conceptual Uno de los aportes estratégicos de la nueva legislación es que termina con una confusión, la que ha sido muy perniciosa para los trabajadores/as, de entender bajo un solo término genérico: el de la “subcontratación”, a figuras muy distinta entre sí, y que ahora -finalmente- la ley las diferencia, define y regula en términos precisos. a. Los Enganchadores e intermediarios: Con un efectivo cumplimiento de la ley, debiera desaparecer el grave problema laboral generado actualmente con los enganchadores agrícolas, en tanto, del conjunto de las disposiciones legales, queda en evidencia que a éstos se los margina absolutamente de la relación laboral. El contrato de trabajo sólo puede generarse entre el dueño del predio o de la empresa con el o los trabajadores/as, o con el contratista o la empresa de empleo temporal en su caso; esto último siempre que concurran y se cumplan las muy precisas prescripciones legales. En caso contrario, la propia ley le asigna al primero la calidad jurídica de empleador. De ese modo, se aclara definitivamente que el enganchador sólo cumple funciones de colocación o de intermediación entre demanda y oferta de empleo, por lo que no cabe considerarlo, en caso alguno, como contraparte empleadora. La única relación jurídica que podría generarse como consecuencia de la intermediación laboral sería una de tipo civil o comercial entre el intermediario y el empleador. Aún así, la ley exige que los enganchadores estén inscritos en el respectivo Registro que lleva cada Inspección del Trabajo, obligación que también rige para los contratistas y subcontratistas. No obstante la infracción a esta obligación legal va a implicar no sólo, como era hasta ahora, sanciones para los enganchadores o contratistas no inscritos, sino también para los empleadores que los utilizan sin precaverse previamente que éstos hayan cumplido con su obligación registral. b. Los contratistas y subcontratistas: En cuanto a la subcontratación propiamente tal, se la define claramente a partir de su objeto, es decir, por la ejecución de obras o la prestación de servicios entre dos empresas; fundadas en un acuerdo contractual previo entre ambas, y por cuenta y riesgo de la contratista o subcontratista. De ese modo, no cabe seguir entendiendo bajo el término de subcontratación al suministro de trabajadores. c. El suministro de trabajadores: Finalmente la ley, junto con proscribir el suministro ilegal y permanente de trabajadores y, de acotar y regular exhaustivamente mediante un régimen de excepción -que jurídicamente implica, por principio, una interpretación restrictiva-, define la utilización eminentemente temporal de trabajadores externos a través de una figura que denomina: cesión o puesta a disposición de trabajadores transitorios. 3 Estas clarificaciones, como se verá en análisis posteriores, no son meramente semánticas y cumplen importantes funciones jurídicas. Si bien todas ellas encajan como dimensiones de un nuevo paradigma organizativo de las empresas o procesos de negocios, comúnmente denominado como “externalizaciones”, el actual marco normativo las diferencia con fines regulatorios y también para los efectos que le asigna a su violación o contravención de parte de las empresas que son, efectivamente y en la realidad, las empleadoras. 4