Félix Pérez y Sergi Valera [email protected] Universidad de Barcelona Depto. de Psicología Social Facultad de Psicología Evaluación psicosocial del uso de parques urbanos: tipos de usuarios de seis parques públicos en Barcelona según el nivel de seguridad percibida en el barrio En 2009 la inseguridad ciudadana fue considerada el principal problema de Barcelona, inmediatamente seguido de la inmigración, según sus ciudadanos/as, sea como resultado de vivir en barrios objetivamente más peligrosos, o del miedo difuso y la obsesión securitaria que caracteriza la sociedad actual. Aunque una larga tradición de estudios se ha ocupado de identificar cuáles son los factores vinculados a la generación de inseguridad ciudadana, poca atención se ha prestado en general al efecto que ésta tiene en los patrones de uso del espacio público. Dados los mútiples beneficios atribuidos a los parques públicos por sus efectos positivos en la salud y en el fomento de las relaciones en el vecindario y la cohesión social, un acceso no equitativo por parte de la comunidad a estos espacios tiene importantes implicaciones vinculadas a la Justicia Social. No sólo eso, el riesgo a que las dinámicas extremas de evitación del espacio público puedan llegar también a ocurrir a este lado del Atlántico y a que, por motivos de seguridad, se vea amenazada parte de la diversidad social que caracteriza la vida urbana, justifica un interés cada vez más creciente por la evaluación psicosocial del espacio público. Este trabajo recupera la metodología observacional sistemática para el análisis del espacio público y las consecuencias comportamentales del miedo al delito. Entre septiembre y diciembre de 2010, un estudio observacional en 40 plazas y parques públicos de Barcelona ha sido realizado con un equipo de 7 observadores entrenados. Se realizaron un total de 217 sesiones de observación de 45 minutos, en las que se registró información relativa a 5 macrocriterios: (1) tiempo (franja horaria), (2) espacio (zona dentro del espacio, utilización de instalaciones y/o mobiliario urbano, presencia de zonas desocupadas), (3) tipos de usuarios (género, franja de edad, tamaño de los grupos, homogeneidad o heterogeneidad de género en los grupos, grupo étnico, signos evidentes de pobreza), (4) uso del espacio y (5) características ambientales del espacio ocupado (iluminación, limpieza, mantenimiento, grafitis). Creado a partir de la combinación de formatos de campo y sistemas de categorías, el instrumento ad hoc de observación y registro EXOdES (Examen Observacional de Espacios) se basa en configuraciones de criterios, donde cada unidad de registro es el resultado del encadenamiento sincrónico de códigos correspondientes a cada uno de los diferentes criterios estudiados (Pérez-Tejera, Valera y Anguera, 2011). Partiendo de los datos de la Encuesta de Victimización de Barcelona (Ajuntament de Barcelona, 2010), se comparan los tipos de usuarios de 3 parques situados en los distritos con nivel más alto de seguridad (Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts y Gràcia) y 3 parques situados en el distrito percibido como más inseguro (Ciutat Vella). Partiendo de una muestra de 6.318 configuraciones con información coocurrente relativa a cada uno de los 5 macrocriterios estudiados, se ha analizado el tipo de usuarios encontrado diferencias significativas en los modos de apropiación de los parques públicos según el nivel de percepción de seguridad en el propio barrio. Las mujeres y ancianos/as (solos y en grupo), los grupos mixtos en cuanto al género, los grupos de niños/as supervisados por personas adultas y/o ancianas, y los de personas ancianas con adultas son significativamente más frecuentes en los espacios de los barrios seguros que en los inseguros. Por otro lado, en los espacios públicos de los barrios percibidos como más inseguros es significativamente mayor la presencia de inmigración, vagabundos y personas con signos evidentes de pobreza. Además de la frecuente escasez de espacio en los centros urbanos, uno de los problemas que cierne hoy sobre el espacio público están vinculados a la consolidación del fenómeno de la inseguridad ciudadana en nuestras ciudades. Entre sus consecuencias está la existencia de mecanismos de evitación por parte de determinados usuarios (mujeres, ancianos/as y niños/as) y los procesos de exclusión social hacia determinados usuarios, generalmente marcados por su color y clase social, aunque paradójicamente sean también aquellos que por su situación de vulnerabilidad tienen un riesgo mayor a ser víctimas de la violencia y el abuso. Tan importante como construir nuevos espacios públicos urbanos es prever no sólo su utilización sino un cierto grado de la heterogeneidad social que caracteriza lo urbano. Tratar de invisibilizar todo aquello que asusta o molesta, o la ausencia de planificación en relación a este aspecto, es una estrategia que contribuye a empeorar el problema de la inseguridad. La creación de espacios excesivamente ordenados y socialmente homogeneos en cuanto a los usos que éstos favorece implica un alto riesgo de inhibición de la diversidad que caracteriza lo urbano, siendo éste necesario para reducir el creciente temor injustificado hacia determinados grupos sociales, a menudo sustentado en un conocimiento estereotipado del otro. En este trabajo se ofrece una estrategia de evaluación de los usos espacio público para un mayor conocimiento de sus patrones de apropiación actual, y se propone su utilización como condición previa para la puesta en marcha de intervenciones físicas y/o comunitarias.