Me hallaba aislado del mundo, nadie en mi proximidad me podía

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Me hallaba aislado del mundo, nadie en mi proximidad me podía provocar inseguridad
ni me podía atormentar, y yo no tuve más remedio que ser original.
Esta frase se atribuye al músico Joseph Haydn. Fue Haynd un músico genial y prolífico
trabajador a sueldo del príncipe Nicolás I Esterhazy. Vivió una vida sin sobresaltos y llena
de éxitos. Pero tras su muerte su estrella se apagó y tuvieron que pasar ciento cincuenta
años para que su música fuese nuevamente reivindicada.
Leí esta frase en el libro de Eugenio Trías El canto de las sirenas y me gustó. Sobre
Haydn diré que hasta ahora no ha sido uno de mis músicos favoritos. Pero este año, en el
que se cumplen doscientos de su muerte, he asistido a varios conciertos y sentir su música
en vivo me ha hecho cambiar de opinión. Especialmente emocionante fue la
interpretación del oratorio La Creación que escuché mientras mi mente viajaba a las
imágenes de la Capilla Sixtina. Como dice E. Trias, Haydn se vio eclipsado en la historia
de la música por hallarse situado entre dos genios y personalidades impresionantes:
Mozart y Beethoven. No le falta a Haydn genio ni creatividad pero tal vez a su vida le
faltó algo de la salsa que sazonó la de los dos grandes.
Volviendo a la frase, ésta sugiere que la originalidad surge del aislamiento y también de
una cierta tranquilidad de espíritu. Tal vez sea verdad que es necesario cierto alejamiento,
encontrarse al margen de cualquier contaminación. Tal vez la creatividad necesite
desarrollarse en un ambiente así. Y ello me hace pensar en la naturaleza y en la teoría de
Darwin. Porque las especies también necesitan un cierto aislamiento para evolucionar,
para crear nuevos órganos, para ser originales. Las criaturas que Darwin descubrió en las
Islas Galápagos quedaron aisladas del continente y por consiguiente no tuvieron más
remedio que “ser originales” si querían adaptarse.
Pero Haydn no sabía de las teorías de Darwin, no podía saber porque Darwin nació el
mismo año en que él murió, el 1809. Ambos genios, en campos tan diferentes como la
ciencia y la música, quedaron unidos por un año del que ahora se celebra el doscientos
aniversario. Éste es un año Haydn y un año Darwin.
Estoy sorprendida porque no sabía exactamente qué quería explicar sobre esta frase que
leí hace un par de días. Sólo sé que tenía ganas de comentarla porque me gustó. A
medida que iba escribiendo iba pensando . He buscado las fechas en que nació y murió
Haydn antes de darme cuenta de que la frase me llevaba a pensar en las teorías de
Darwin. Después me he preguntado si tal vez coincidieron en algún momento de sus
vidas, me parecía que no, pero para cerciorarme he buscado las fechas del nacimiento y
muerte de Darwin, ya no recordaba lo de su aniversario. He visto atónita como la muerte
del primero coincidía con el nacimiento del segundo. No sé si Darwin era amante de la
música, si conocía a Haydn. En los años en que vivió Darwin, el músico estaba casi
olvidado. ¿Llegó Darwin a conocer su famosa frase?
No sé si he resultado original estableciendo conexiones entre esos dos personajes. Si ha
sido así debe ser fruto del aislamiento puesto que hoy me he quedado sola en casa.
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