Fundamentos Teológicos del Evangelismo I. La condición del hombre caído a. Arminianismo: El hombre está enfermo espiritualmente El hombre caído fue afectado seriamente por el pecado pero todavía tiene la habilidad de escoger el bien espiritual y por medio de esto, determinar su destino eterno. b. Calvinismo: El hombre está muerto espiritualmente (Depravación Total) Debido a la caída, el hombre está muerto, ciego y sordo espiritualmente a las cosas de Dios y por lo tanto es incapaz de escoger el bien espiritual y determinar su destino eterno. c. Pasajes Clave 1. La caída trajo como resultado la MUERTE ESPIRITUAL a todos los hombres. (Génesis 2:16, 17; Ro 5:12; Ef. 2:1-3, Col. 2:13) 2. El hombre caído está ahora ciego y sordo a la verdad espiritual (Ge 6:5, 8:21, Ecl 9:3, Je 17:9; Mc 7:21-23). 3. El hombre caído está ahora bajo el control de Satanás y en esclavitud al pecado. (Juan 8:44; Ef 2:1-2; 2Ti 2:25-26; 1Jn 3:10, 5:19; Ro 6:20, Ti 3:3). 4. El hombre caído dejado en su estado de muerte, es totalmente incapaz de arrepentirse, creer en el evangelio o de venir a Cristo (Jn. 6:44, 65, Ro 8:7-8; 1 Co 2:14; Ro 3:9-12). d. Confesión de Fe de Westminster (IX.3) El hombre, por su caída a un estado de pecado, ha perdido absolutamente toda capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe a la salvación; por tanto como hombre natural, que está enteramente opuesto a ese bien y muerto en el pecado, no puede por su propia fuerza convertirse a si mismo o prepararse para la conversión. II. La naturaleza de la elección de Dios a. Arminianismo: La elección de Dios está basada en su presciencia de la fe humana Antes de la fundación del mundo, Dios escogió a ciertos individuos para salvación basándose en Su presciencia de ellos en su libre albedrío escogerían a Cristo. b. Calvinismo: La elección de Dios es incondicional La elección de Dios de ciertos individuos para salvación antes de la fundación del mundo no está basada en alguna respuesta de obediencia de su parte conocida de antemano por Dios (tales como el arrepentimiento o la fe), sino está basada exclusivamente en su propia voluntad buena y soberana. c. Pasajes Clave 1. Dios ha elegido a personas a quienes a escogido para concederles la salvación. (Dt 10:14, 15; Mt 24:22,24,31; Jn 6:37-39, 65, 17:9; Ro 8:28-33; Ro 11:5; Ef. 1:4, 5, 11; 1Te 1:4, 5, 5:9; 2 Te 2.13; 1 Pe 1:1, 2:8, 9). 2. La elección de Dios no se basó en la fe o las buenas obras de los elegidos, conocidas de antemano por Él. (Dt 7:6-8; Ro 9:11-13, 16 1Co 1:27-29; 2 Ti 1:9). 3. La fe y las buenas obras son el resultado, no el fundamento de la predestinación. (Hechos 13:48, 18:27; Ef 1:12, 2:10, Fi 1:29, 2:12, 13; 1Te 1:4, 5, 2 Te 2:13, 14; 2 Pe 1.5-11). 4. El término bíblico “conoció de antemano” (Ro 8:29) significa “amó de antemano”, “apreciar, conocer con un interés, deleite, afecto o acción peculiar, preordenar. (Amós 3:2; Je 1:5; Mt 7:22,23, 1 Co 8:3, 2 Ti 2:19; 1 Pe 1:20). d. Confesión de Fe de Westminster (III.5) A aquellos que Dios ha predestinado para vida desde antes que fuesen puestos los fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable propósito y al consejo y beneplácito secreto de su propia voluntad, los ha escogido en Cristo para la gloria eterna. Dios los ha predestinado por su libre gracia y puro amor, sin previsión de su fe o buenas obras, de su perseverancia en ellas o de cualquiera otra cosa en la criatura como condiciones o causas que le muevan a predestinarlos; y lo ha hecho todo para alabanza de su gloriosa gracia. III. El diseño de la propiciación de Cristo a. Arminianismo: La muerte de Cristo estaba diseñada para hacer posible la salvación para toda persona. La muerte de Cristo hizo posible la salvación para cualquiera, pero no asegura o garantiza la salvación de nadie. El hombre caído determina si la obra de Cristo será eficaz o no por medio de su fe. b. Calvinismo: La muerte de Cristo estuvo diseñada para asegurar, de hecho, la salvación de todos los elegidos de Dios. La muerte de Cristo aseguró y de hecho, salvó a todos los elegidos de Dios. Dios ha determinado que sean salvos todos aquellos por los que Cristo se sacrificó. c. Pasajes Clave 1. La muerte de Cristo se establece en la Escritura como aquello que en verdad logró la salvación, no como aquello que meramente hizo posible la salvación. Su muerte en verdad nos reconcilió con Dios (Ro 5:8-10; 2 Co 5:18, 19; Ef 2:15, 16; Co 1 21,22). Su muerte en verdad nos redimió (Ga 3:13, Ti 2:14; Heb 9:12). Su muerte en verdad nos salvó (Lc 19:10, 1Ti 1:15). 2. Jesucristo fue enviado al mundo a salvar a la gente que el Padre le había dado. (Jn 6:35-40; Jn 10:11, 14-18, 24-29; Ef 1:3, 4, 7, 13). 3. La obra sacrificial e intercesora de Cristo como sumo sacerdote es por aquellos que el Padre le ha dado, no es por el mundo. (Jn 17:1-11, 20, 24-26; Heb 2:17, 3:1, 9:28). 4. La obra de salvación de Cristo fue hecha con el propósito de salvar a personas en particular: Su pueblo (Mt 1:21). Sus ovejas (Jn 10:11, 15, 26). La Iglesia (Hch 20:28, Ef 5:25-27). Los elegidos de Dios (Ro 8:32-34). Sus amigos (Jn 15:13). Por muchos (Mt 20:28, 26, 28; Heb 9:28). 5. Aquellos por los que Cristo murió son una multitud incontable de cada tribu, lengua, pueblo y nación del mundo (Ap 5:9). El mundo (Jn 3:16, 17, 4:42, 2 Co 5:19, 1 Jn 2:1, 2, 4:14). “Todos” (Ro 5:18, 2 Co 5:14, 15, 1 Ti 2:4-6, He 2:9, 2 Pe 3:9). Nota: La Biblia a menudo usa la palabra “mundo” y “todos” en un sentido restringido o limitado (ver Lc 2:1, 2; 1 Co 6:12, 10:23; Jn 12:32; 1 Co 15:22). d. Confesión de Fe de Westminster (III.6 y VIII.5) Así como Dios ha designado a los elegidos para la gloria, de la misma manera, por el propósito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado también los medios para ello. Por tanto, los que son elegidos, habiendo caído en Adán, son redimidos por Cristo, y en debido tiempo eficazmente llamados a la fe en Cristo por el Espíritu Santo; son justificados, adoptados, santificados, y guardados por su poder, por medio de la fe, para salvación, Nadie más será redimido por Cristo, eficazmente llamado, justificado, adoptado, santificado y salvado, sino solamente los elegidos. (III.6) VIII.5 El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el sacrificio de si mismo que ofreció una sola vez por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de su Padre, y compro para aquellos que éste le había dado, no solo la reconciliación, sino también una herencia eterna en el reino de los cielos. (III.6) “A menudo se nos acusa de limitar la propiciación de Cristo porque decimos que Cristo no murió por todos los hombres o todos los hombres serían salvos. Ahora, nuestra respuesta a esto es que nuestros oponentes son los que la limitan, nosotros, no. El arminiano dice: Cristo murió por todos los hombres. Pregúntales qué quieren decir con esto. ¿Murió Cristo para asegurar la salvación de todos los hombres? Ellos dicen: No, por supuesto que no. Hacemos una segunda pregunta: ¿Murió Cristo para asegurar la salvación de algún hombre en particular? Ellos responden: no. Si son congruentes están obligados a admitir esto. Ellos dicen: No, Cristo murió para que cualquier hombre sea salvo si… - y luego siguen ciertas condiciones para la salvación. Ahora, ¿Quién está limitando la muerte de Cristo? Tú dices que Cristo no murió para asegurar infaliblemente la salvación de alguien. Entonces, mi estimado Señor, tú eres el que está limitando la propiciación de Cristo. Nosotros decimos que Cristo murió de tal manera que aseguró infaliblemente la salvación de una multitud que nadie puede contar, quienes a través de la muerte de Cristo no sólo pueden ser salvos, sino son salvos, deben ser salvos y no tienen posibilidad de correr el riesgo de no ser salvos”. Charles Haddon Spurgeon . IV. La obra del Espíritu Santo a. Arminianismo: El Espíritu Santo no puede regenerar al hombre caído sino a partir de que éste cree. El Espíritu Santo hace todo lo que puede para llevar al hombre caído a la salvación, pero no puede darle vida sino hasta que el hombre caído responde en fe, de su propio libre albedrío. La fe precede y hace posible el nuevo nacimiento. La fe produce vida. b. Calvinismo: El Espíritu Santo regenera a cada uno de los escogidos de Dios, habilitándonos para creer. (Gracia irresistible). El Espíritu Santo por gracia regenera a cada uno de los escogidos de Dios, creando dentro de ellos un nuevo corazón y habilitándolos para que libre y voluntariamente crean en Cristo como Salvador y Señor. El nuevo nacimiento precede y hace posible la fe salvadora. La vida produce fe. c. Pasajes Clave 1. Todos los que el Padre ha escogido y por los que Cristo murió ciertamente experimentarán la aplicación de esa salvación por medio del Espíritu Santo (Jn 6:37, 44, 10:16, Ro 8:29-30; 8:32; 1Co 6:11, 12:3, 2Co 3:6, 17, 18; Ef 1:3, 4., 7, 13, 14; 2Pe 1:2). 2. La regeneración Espiritual es un cambio interno el hombre hecho sólo por el Espíritu Santo y no es dependiente de la ayuda o coperación por parte del hombre. Un nuevo nacimiento (Jn 1:12,13; Ro 9:16; Jn 3:3-8; 2Pe 1:3, 23; 1Jn 5:4; Tito 3:5). Un nuevo corazón (Dt 30:6; Ez 36:26,27) Una nueva creación (2Co 5:17, 18; Ga 6:5; Ef 2:10) Una resurrección (Jn 5:21; 11:14, 15, 25, 38-44; Ef 2:1, 5, Co 2:13) Un regalo (Jn 17:2, 1Co 4:7, Ef 2:8-9) d. Confesión de Fe de Westminster (X. 1,2) A todos aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, y a ellos solamente, le agrada en su tiempo señalado y aceptado, llamar eficazmente por su palabra y Espíritu, fuera del estado de pecado y muerte en que están por naturaleza, a la gracia y salvación por Jesucristo; iluminando espiritual y salvadoramente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios; quitándoles el corazón de piedra y dándoles uno de carne; renovando sus voluntades y por su potencia todopoderoso, induciéndoles hacia aquello que es bueno, y trayéndoles eficazmente a Jesucristo; de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la gracia de Dios la voluntad de hacerlo. Catecismo menor de Westminster Pregunta 31. ¿Qué es llamamiento eficaz? Llamamiento eficaz es la obra del Espíritu de Dios por la cual, convenciéndonos de nuestro pecado y de nuestra miseria, ilustrando nuestras mentes con el conocimiento de Cristo y renovando nuestras voluntades, nos persuade a abrazar a Cristo, que nos ha sido ofrecido gratuitamente en el Evangelio, y nos pone en capacidad de hacerlo. V. La naturaleza de la fe verdadera a. Arminianismo: Todos los que creen y han sido salvados en verdad pueden perder su salvación por no mantener dicha fe, etc.. b. Antinomianismo (regeneración decisional): Todos los que hacen una profesión pública de fe están eternamente seguros, ya sea que mantengan o no su fe. c. Calvinismo: (Perseverancia de los santos) Todos los escogidos de Dios, redimidos por Cristo y regenerados por el Espíritu Santo son salvos eternamente. Son guardados en la fe por medio del poder de Dios todopoderoso y por lo tanto continúan perseverando en la fe. d. Pasajes Clave 1. La persona que cree verdaderamente en Jesucristo tiene nueva vida que es Eterna. (Jn 3:16, 36, 5:24, 6:47, 51, 11:25, 1Jn 5:13). 2. Todos aquellos que tienen una fe salvífica genuina en Cristo son guardados en él para la eternidad por el Poder de Dios. (Jn 6:35-40, 10:27-30, 17:11, 12, 15; Ro 8:29, 30, 35-39; 1Co 1:8, Ef 1:5,13, 14, 4:30, Fil 1:6; 1 Pe 1:3-5). 3. Los verdaderos creyentes perseverarán en la fe y la obediencia por el poder del Espíritu Santo hasta el final. (Jn 14:21, Ef 2:10; 1Pe 5:10; 2 Pe 1:10, Fil 2:12, 13, 3:12-15; 1Jn 3:9, 5:18; Heb 5:11-6:12, 1Jn 2:19,25). e. Confesión de Fe de Westminster (XVII.1) A quienes Dios ha aceptado en su Amado, y que han sido llamados eficazmente y santificados por su Espíritu, no pueden caer ni total ni definitivamente del estado de gracia, sino que ciertamente han de perseverar en él hasta el fin, y serán salvados eternamente. VI. La Paradoja Teológica: Creer tanto en la Soberanía divina como en la responsabilidad humana. Entonces, aquí tenemos dos peligros opuestos. Cada uno es el resultado de una visión parcial de la verdad, la cual significa una ceguera espiritual. Cada peligro revela una falla de enfrentarse directamente con la antinomia bíblica de la responsabilidad humana y la soberanía de Dios. Ambos peligros se unen para advertirnos del riesgo de colocar estas verdades, una contra otra, o de permitir en nuestras mentes que una obscurezca a la otra. Ambos peligros se unen para advertirnos del error de ir de un extremo al otro del péndulo. Si hiciéramos esto, nuestro postrer estado vendría a ser peor que el primero. Entonces, ¿Qué debemos hacer? Dirigir nuestro curso por el camino angosto que evita ambos extremos. Pero ¿Qué significa hacer esto? Significa que debemos asegurarnos de que creemos ambas doctrinas con todo nuestro ser, y de mantener continuamente ambas doctrinas delante de nosotros para que guíen y gobiernen nuestras vidas. (J.I. Packer, Evangelismo y la Soberanía de Dios) El ofrecimiento libre y universal del evangelio a toda la humanidad (Is 55:1, Apoc. 21:17; Hechos 17:30). “Dios invita indiscriminadamente a todos por medio de la predicación del evangelio” Juan Calvino. VII. El mensaje en el Evangelismo. (J.I. Packer) a. Es un mensaje acerca de Dios. “Nos dice quién es Dios, cuál es su carácter, cuáles son sus estándares y qué requiere de nosotros, sus criaturas. Nos dice que le debemos la existencia, que para bien o para mal estamos siempre en sus manos y bajo su mirada, y que nos hizo para adorarle y servirle, para mostrar sus alabanzas y vivir para su gloria”. b. Es un mensaje acerca del pecado. “Nos dice cómo hemos fallado a los estándares de Dios; cómo hemos llegado a ser culpables, inmundos e indefensos en el pecado, y cómo estamos bajo la ira de Dios. Nos dice que la razón por la que pecamos continuamente es porque somos pecadores por naturaleza, y que nada de lo que hagamos o intentemos hacer por nosotros mismos puede enderezarnos o regresarnos a estar en el favor de Dios. Nos muestra tal y como Dios nos ve, y nos enseña a pensar de nosotros mismos como Dios piensa de nosotros. Así nos lleva a la desesperación y esto también es un paso necesario. No es sino hasta que hemos comprendido nuestra necesidad de estar bien con Dios, y nuestra inhabilidad para lograrlo por cualquier esfuerzo de nuestra parte, que podemos conocer al Cristo que salva del pecado”. c. Es un mensaje acerca de Cristo. “Es acerca de Cristo el encarnado hijo de Dios. Cristo, el cordero de Dios que murió por el pecado; Cristo, el Señor resucitado; Cristo, el perfecto salvador”. Se predica la muerte y resurrección de Cristo (como lo predicaron los apóstoles). d. Es un mensaje acerca de la fe y el arrepentimiento. “El evangelio es un llamado a la fe y al arrepentimiento. Todos los que oyen el evangelio son llamados por Dios a arrepentirse y creer. Pablo dijo a los atenienses que Dios está ordenando a todo hombre que se arrepienta. El arrepentimiento y la fe son considerados como deberes por la orden directa de Dios y por lo tanto, la falta de arrepentimiento y la incredulidad son señalados en el Nuevo Testamento como los pecados más graves”.