Pero ¿es que hubo republicanos en los campos nazis

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Hay que hacer memoria antes de que la borre el tiempo
por Philipp Sudi
En España, igual que en la mayoría de las partes del mundo, ha habido guerras,
dictaduras y matanzas. Pero por varias razones la memoria colectiva en este país ha sido
manipulada durante muchos años. La gente llevaba décadas sin saber lo que había
pasado a los miles de víctimas del régimen franquista. Claro que podría plantearse la
cuestión de si la memoria sirve para algo. Por un lado, hay gente que explica que la
memoria nunca puede ser objetiva y que es mejor olvidarse de ciertas cosas. Por el otro,
muchos creen que la memoria está para evitar que la historia se repita. Si bien es cierto
que la humanidad no parece aprender mucho de sus errores, ya que evidentemente sigue
habiendo guerras y barbaridades, no hay que olvidar que muchas veces la memoria sí
puede convencer y cambiar actitudes.
Más de diez mil españoles pasaron por los campos de exterminio nazis y sólo alrededor
de tres mil los sobrevivieron hasta la liberación por las fuerzas aliadas. Antes de la
muerte de Franco en 1975 este hecho no se conocía en España puesto que sólo se hacían
públicos los números de los caídos de la guerra civil del bando franquista. De los muertos
del otro bando de la guerra civil, de los republicanos exiliados y del hecho de que hubiera
republicanos en los campos de exterminio nazis, no se hablaba. La mayoría de los
republicanos era gente muy politizada y comprometida con la lucha antifascista. Así que
durante el franquismo fueron los mismos republicanos que habían sufrido en los campos
de exterminio los que en aquellos lugares del horror erigieron monumentos que
recordaban a las víctimas españolas de los nazis, pues el Estado español no estaba
dispuesto a reconocer lo que había sucedido. Pongamos por caso el de un toledano que
sobrevivió Mauthausen, se quedó allí, se casó e hizo de guía durante décadas para
visitantes españoles en el campo de concentración que más vidas de republicanos se
cobró. Mientras en la RFA por lo visto no era nada fácil recordar a los deportados
españoles dado que durante la guerra fría todavía no estaban bien vistos los “españoles
rojos”, en la RDA comunista y en la neutral Austria, en cambio, no había tantas
dificultades.
Aunque no se sabe exactamente cuánto sabían las autoridades franquistas del sufrimiento
de sus compatriotas, existen más de 500 documentos de correspondencia entre el
consulado español y las autoridades alemanas que demuestran que no es cierto que nadie
en la embajada española supiera de su destino. Al parecer, el régimen alemán a veces
pasaba informaciones de los difuntos a la embajada española diciendo que cierta persona
había muerto de, por ejemplo, un “fallo cardíaco” o de “deficiencias en la circulación
sanguínea”. La poca información que tenía la embajada, se la pasaba al Gobierno
franquista, donde casi nunca llegaba a ser transmitida a los parientes del fallecido.
Por fin, en 1978, el Rey Don Carlos fue el primer representante oficial de España en
acordarse de las víctimas republicanas en los campos nazis. Dijo que quería ser el Rey de
todos los españoles. Desde entonces la postura oficial de España consiste en condenar lo
que pasó allí, pero con sigilo y sin remover mucho. En concreto, España estaba entonces
tratando de construir una democracia estable y reconciliar las dos Españas. Si bien es
cierto que España reconocía a las víctimas del Holocausto, el asunto no entró en las
escuelas y los medios de comunicación de masas. Pero ¿es posible que convivan personas
de ideología tan distinta si se habla demasiado de los crímenes y del sufrimiento en el
pasado? La transición a la democracia fue un éxito y aunque había cada vez más libros,
películas y artículos sobre el franquismo, la política siguió tratando de olvidar y callar.
Ahora bien, desde los años ochenta el interés del pueblo español y sobre todo de los
jóvenes por la historia ha crecido enormemente. Es más, en noviembre de 2002 el
Congreso acordó una condena unánime al franquismo y un reconocimiento a sus
víctimas. Los parlamentarios incluyeron en esa resolución que el reconocimiento no
debía servir “para reavivar viejas heridas o remover el rescoldo de la confrontación civil".
Sin embargo, cuando los once partidos de la oposición honraron a las víctimas del
franquismo con motivo del 25 aniversario de la constitución en diciembre de 2003, el PP
no participó.
Pues bien, el acordarse del pasado franquista ahora ya no se puede eludir. Con todo, el
hecho de que todavía no exista un monumento conmemorativo en España de los muchos
españoles que fueron víctimas del Holocausto instalado por el Gobierno español,
demuestra que todavía hace falta mucho trabajo memorial. Tampoco se sabe si los
familares de los españoles enterrados en Bretstein saben que allí yacen los cuerpos de sus
queridos. Para concluir, cedo la palabra a Montserrat Roig, autora de la obra
extraordinaria sobre los españoles en los campos nazis “Noche y Niebla”:
”Mientras exista uno de nuestros deportados olvidado, hablar de la deportación tendrá
un sentido. La lucha de esos hombres y mujeres por conservar la dignidad en medio de la
bestialidad y del irracionalismo es para nosotros, nacidos bajo el fascismo, un profundo
motivo de serenidad y esperanza.”
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