Concierto solista barroco

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Concierto solista barroco:
Es aquel en el que un instrumento solista (o varios) se alterna con la orquesta (tutti), aumentando así la
importancia
del
contraste.
Estructura
externa
e
interna
tipo
del
concerto
solista.
El Concierto solista está estructurado externamente habitualmente en tres movimientos (rápido-lento-rápido).
Presenta
una
estructura
externa
derivada
de
la
obertura
italiana.
Los movimientos rápidos presentan suelen tener la forma interna conocida como ritornello (pequeño retorno).
Esta consiste en un tema principal que reaparece en su totalidad o abreviado a lo largo del movimiento. En la
primera y última repetición está en la tonalidad original. Las reapariciones del ritornello están separadas
por episodios solistas.
El concierto es una forma instrumental que apareció durante las dos últimas décadas del siglo XVII, y que se
convirtió en una de las formas instrumentales más importantes del Barroco. En el concierto se resumen todas
las características de la música barroca: el contrate de movimientos rápidos y lentos, la oposición de timbres e
intensidades, el estilo concertato en la confrontación del conjunto de instrumentos de la orquesta con el solista o
los solistas.
Dentro del concierto barroco podemos distinguir el concierto grosso , género representativo de la música
instrumental barroca y precursor del concierto para solista y de la orquestra moderna.
El concierto es una forma para un instrumento solista o varios instrumentos solistas y la orquesta, el solista es el
protagonista de la obra y tiene que mostrar tanto la capacidad técnica del instrumento como su capacidad
expresiva.
Está estructurado en tres movimientos: rápido-lento-rápido. En el primer movimiento así como en el tercero, es
la orquesta quien comienza con su tema, dejando paso posteriormente al solista o los solistas, a partir de ahí se
inicia un diálogo entre ambos: orquesta-solista. En el segundo es el solista o los solistas los protagonistas del
movimiento, aunque también pueda ser estructurado como el primero y el tercero.
En el barroco el instrumento rey por excelencia era el violín y por tanto la mayor parte de los conciertos fueron
escritos para él, aunque también ocuparon el puesto de concertino cellos, oboes, trompetas, flautas, claves u
órganos.
Muchos son los compositores que aportaron al desarrollo de esta forma en el barroco (Albinoni, Marcello,
Tartini....etc.) pero sin duda alguna el experto por excelencia y más prolífico (425 conciertos) fue el italiano
Antonio Vivaldi, que estableció su forma definitiva determinando como norma el ciclo en tres movimientos
Rápido-Lento-Rápido.
Al escuchar cualquier concierto de Vivaldi podemos observar como la introducción en tutti, determina el
“tema” principal, el carácter y el tempo del movimiento al que nos refiramos. Este tema principal suele
reaparecer a lo largo del movimiento y esto es conocido con el nombre de ritornello. Con Vivaldi quedan
establecidos en modo y número, los ritornellos que alternan (en una u otra modalidad) con el solo del
concertino. No obstante, el concierto barroco alcanzó con Bach su máximo esplendor, al combinar los
elementos más tradicionales, con su extraordinaria habilidad armónica y contrapuntística, y explotar el
desarrollo motívico de los ritornellos.
En el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII - período barroco- tiene una muy significativa
importancia la evolución de la música instrumental Se consolidan los géneros musicales autónomos y se
separaran definitivamente de las técnicas vocales; se amplía el domino de la forma con la preparación del
concierto y la sonata, y la expresión aparece engrandecida por diversidad de influencias. Entre los instrumentos
más utilizados estaban el clavicordio o clavecín o clavicémbalo y la viola gamba.
La música barroca presenta características externas comunes, entre ellas la cualidad más sobresaliente es la
presencia del bajo continuo o bajo cifrado. Este bajo continuo es la consecuencia de la característica esencial de
la música barroca, que es su independencia de la antigua polifonía en beneficio de la monodia acompañada que
tiende a lo instrumental.
BAJO CONTINUO:
Acompañamiento constante que se consideró imprescindible en todas las formas musicales de la época barroca,
para sostener la tonalidad y evitar que la línea melódica de la pieza sonara sola. Llevado por los instrumentos
más bajos de la cuerda (u, ocasionalmente, de la madera), o bien por un instrumento de tecla, como el órgano o
el clave, era una parte tan mecánica que con frecuencia dejó de escribirse en forma de notación, indicándose los
acordes simplemente con cifras (bajo cifrado). Generalmente, el bajo continuo es ejecutado por un instrumento
de teclas cémbalo, órgano o piano, que improvisa las armonías y un instrumento de bajo (viola de gamba, un
violonchelo
o
un
fagot)
que
ejecutan
solamente
la
línea
escrita
de
bajo.
El bajo continuo tuvo su origen en ciertos métodos puestos en práctica en el siglo XVI, cuando algunas
composiciones corales (como los motetes) eran acompañadas por el órgano a través de una técnica que consistía
en improvisar los acordes que mejor se avenían a la armonía del conjunto.
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