EPILEPSIA

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EPILEPSIA
Antiguamente se hablaba de epilepsia o de ataque de epilepsia cada vez que un individuo perdía sus sentidos
en forma imprevista ( del griego: Sorpresa ), definición etimológica confirmada además por Ambrosio Pare,
cuando escribía: Epilepsia significa sorpresa o retención de todos los sentimientos.
Esta forma clínica de concebir la epilepsia ha ido cambiando hasta nuestros días poco a poco mas o menos, en
lo siguiente:
• Ahora se distingue el ataque de la epilepsia propiamente dicha, reservándose este ultimo término para la
crisis que se repiten en forma más o menos crónica
• Actualmente se reserva la asignación de epilépticas únicamente para las crisis cerebrales resultantes de la
descarga hipersincrónica de una población de neuronas
Las crisis epilépticas se diferencian , por lo tanto:
• De las crisis cerebrales que resultan de la depresión repentina de las funciones de una población y no de su
descarga hipersincrónica (es decir de las crisis isquemicas, asfícticas, anóxicas e hipoglucémicas);
• De las crisis que dependen de la activación, a veces, intencional, de las neuronas, bajo la influencia de
factores psicogénicos como por ejemplo crisis de histeria, de ansiedad, etc.
Separados así de las crisis cerebrales de otra naturaleza, los ataques de epilepsia deben diferenciarse entre si
según el sitio y la extensión de la descarga neuronal hipersincrónica de la cual dependen y que determina su
sintomatología. Es por ello que el primer y mas grande epileptólogo, John Hughlings Jackson, escribió hacia
mediados de siglo pasado: La primera pregunta que se presenta a mi espíritu ante un individuo que presenta
estas crisis no es ¿se trata de una epilepsia?, sino más bien ¿cuál es la ubicación de la descarga neuronal
excesiva que la provoca?. Wilder Penfield agregaba casi cien años mas tarde: El problema sigue siendo el
mismo planteo Jackson : descubrir el punto de orígen de la descarga epiléptica; pero en día se lo ha podido
resolver en un número de casos cada vez mayor.
Esta victoria ha sido posible gracias a la electroencefalografía clínica y experimental, que durante los últimos
decenios, ha descubierto sobre el cuero cabelludo, sobre la corteza cerebral o en la intimidad del cerebro las
descargas neuronales de las que hasta ahora solo se conocían las expresiones inconstantes y lejanas al nivel de
los efectos periféricos, expresiones que los métodos poligráficos actuales permiten, además, precisar. Es así
que los dos aspectos de la epilepsia, el clínico y el electroencefalográfico, son actualmente inseparables.
CARACTERÍSTICAS DE LA EPILEPSIA:
Según una definición enciclopédica, la epilepsia, es un estado caracterizado por la aparición de crisis
convulsivas paroxísticas (exaltación violenta), correspondiente a la excitación simultánea de un grupo o de la
totalidad de las células cerebrales.
La epilepsia es un síntoma de diversos tipos de afecciones, cuyas causas pueden ser: Una lesión local del
cerebro, más o menos circunscripta derivadas de distintas causas, como sufrimiento cerebral en el momento
del parto, encefalitis, traumatismos de cráneo, arterioesclerosis, tumores del cerebro, etc. Pero también existen
formas en las que resulta imposible alguna lesión anatomopatológica, y en las que se puede sospechar de
causas de orden hereditario constitucional.
Es una enfermedad relativamente frecuente; se calcula que alrededor del 0.5 % de la población se halla
afectada, aunque mucha veces no se manifieste en forma clínica.
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El proceso epiléptico consiste en una descarga eléctrica anormal de un grupo de neuronas que se caracteriza
por ser rítmica, excesiva, extensiva, auto mantenida.
Las crisis de expresión generalizada (gran mal y pequeño mal) no pueden relacionarse clínicamente con un
centro localizado, y en el electrocenfalograma, se traduce por una perturbación sincrónica, bilateral y
simétrica de los ritmos recogidos. En la crisis del gran mal, la mas espectacular conocida, el individuo pierde
de repente el conocimiento y cae. Durante algunos segundos todos sus músculos se contraen (fase tónica). A
continuación se inicia la fase clónica, en la que se producen convulsiones (relajamiento intermitente de la
contracción) , seguida de un coma postcritico que pueden durar hasta media hora y que cede progresivamente.
Las ausencias constituyen la principal manifestación del pequeño mal. Se producen entre los niños. Durante la
ausencia, el niño palidece, detiene su actividad , pero no cae. La ausencia es de corta duración, apenas unos
segundos, cesa bruscamente y el niño reemprende su actividad donde la había dejado. La crisis del gran mal y
del pequeño mal no dejan recuerdo y pueden repetirse a lo largo del día.
Las crisis parciales o focales tienen una expresión clínica que permite incriminar ciertas zonas del cerebro. La
más característica son las crisis motrices (movimientos imparables de una parte del cuerpo mientras el
individuo permanece consciente); testimonian un padecimiento de la frontal ascendente. Las crisis sensitivas
(sensaciones anormales: calambres, hormigueos localizados en una parte del cuerpo) traducen una lesión en la
parietal ascendente. Las crisis focales pueden tener acciones secundarias: en este caso el individuo pierde el
conocimiento. Las lesiones que la provocan son, a menudo, tumores cerebrales primitivos, (meningioma y
glioma) o secundarios (metástasis) o malformaciones vasculares.
En principio, la epilepsia generalizada aparece como una secuela de una afección, como, por ejemplo,
encefalopatía infantil, traumatismo craneal, etilismo, etc. A veces no se le puede atribuir ninguna causa: se
trata entonces, de epilepsia esencial, que generalmente se inicia en la infancia con la crisis del pequeño mal.
Aparte de la acción especifica sobre la causa, cuando existe, el tratamiento sintomático de la epilepsia se basa
en los barbitúricos, que deben tomarse regular y prolongadamente, incluso en ausencias de nuevas crisis. No
existen contraindicaciones absolutas para el epiléptico, en cuanto se refiere a la actividad del trabajo, con tal
que se respeten determinadas precauciones que les eviten situaciones peligrosas.
ORIGEN DE LA EPILEPSIA:
Como ya habíamos explicado, la epilepsia, es un trastorno del sistema nervioso central, quizá sea una de las
dolencias humanas mas incomprendidas.
A lo largo de la historia sus victimas han sido, según las época, evitadas, temidas, despreciadas, ridiculizadas,
azotadas, o quemadas. Tenidas en algunos períodos por poseídas por el demonio, fueron reverenciadas y hasta
adoradas por otros.
Los epilépticos se hallan sujetos a ataques que acarrean pérdida o alteración pasajera del conocimiento, con o
sin movimientos convulsivos.
Los ataques comienzan predominantemente en la primera infancia y la adolescencia, pero muchas personas se
ven afectadas después de los veintiún años. El número de víctimas se reparte casi por igual entre ambos sexos.
Se desconoce el verdadero orígen de la enfermedad. Se sabe que en algunos casos obedece a un deterioro del
tejido encefálico o un tumor cerebral, pero puede aparecer en ausencia de tales condiciones. La tensión,
aunque no origine ataques, puede precipitarlos. Las personas bien adaptadas y física y mentalmente activas
son menos propensas a ellos.
El Dr. William G. Lennox, una de las primeras autoridades norteamericanas en la material, compara su libro
Science and Seizures los impulsos eléctricos del encéfalo de la persona normal con una corriente moderada de
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agua controlada por una presa adecuada. En el epiléptico el nivel de esa corriente se eleva a veces demasiado,
rebasa la presa y se produce el ataque. El rebosamiento ocurre cuando a la predisposición se unen pequeñas
perturbaciones físicas o emocionales que la mayoría de las personas soportan sin efectos perniciosos.
En la frecuencia de la epilepsia desempeñan un papel más significativo los factores hereditarios que los
adquiridos. Entre parientes cercanos de epilépticos la enfermedad aparece con una frecuencia tres veces
superior a la que se registra entre el conjunto de la población. Entre los factores adquiridos susceptibles de
acarrear epilepsia cabe señalar:
• Defectos congénitos del sistema nervioso central: como por ejemplo degeneración del mismo, defecto
mental congénito y deterioro del tejido nervioso;
• Anomalías en el desarrollo del encéfalo después del nacimiento, varios tipos de meningitis, esclerosis
múltiple, parecia general, tumores, hemorragias, excesos cerebrales, arteriosclerosis y degeneración senil;
• Enfermedades generales, como uremia, toxemia del embarazo, inflación serosa del encéfalo, anemia
perniciosa, asfixia, shock proteínico, fiebre aguda en los niños, hipotensión, shock insulínico o eléctrico;
• Efectos de drogas convulsionantes; alcanfor, cafeína, ergotina, epinefrina, cocaína, sulfato, de magnesio y
sulfatiazol.
Según la Foundation to combat Epilepsy, centro norteamericano de investigación, la incidencia de la epilepsia
por factores adquiridos resulta bastante variable. Lo atribuible a drogas, convulsionantes y tumores cerebrales
representa no más del 15% ; la debida a anormalidades en el nacimiento a un 9%; la causa por afecciones
alrededor de un 5%; la originada por tumores cerebrales alrededor de un 1,5%; la referida a defectos
circulatorios alrededor de un 1,2%; la motivada por traumatismos post natales alrededor de un 6%.
En el 77% de las personas aproximadamente, no existe evidencia de enfermedades orgánicas.
CRISIS EPILÉPTICAS GENERALIZADAS:
Como no nos podemos limitar a repetir las descripciones de los autores clásicos y como es evidente que no
podemos fiarnos de aquellas que nos proporcionen los enfermos o sus allegados, el estudio que sigue de las
diferentes variantes de crisis epilépticas provienen del análisis de documentos recogidos en Marsella y Buenos
Aires sobre millones de crisis, mayores y menores; espontáneas o provocadas, observadas y registradas
simultáneamente desde el punto de vista electroencefalográfico y electrocardiográfico.
Basándose sobre estos datos objetivos y sobre otros de naturaleza experimental, haremos, a continuación de la
semiologia (signos) de cada tipo de crisis, breves consideraciones fisio y etiopatogenicas (de desarrollo y
causas de la enfermedad), para facilitar su compresión y clasificación.
Desde la introducción del electroencefalograma, en la clasificación de las epilepsias ha prevalecido la
costumbre de distinguir dos grandes variedades de crisis epilépticas generalizadas: El Gran Mal
Tónico−Clónico (convulsivo), y el pequeño Mal de Tipo de Ausencias Mío clónicas ( contracción muscular,
sin convulsiones) y amiotonia.
Mas recientemente se has individualizado otras variedades de crisis generalizadas que no son fáciles de ubicar
inmediatamente dentro del cuadro del Gran Mal y Pequeño Mal. Por eso conviene hacer el estudio
semiológico de las diversas crisis generalizadas antes de intentar su clasificación.
LAS CRISIS TONICO−CLONICA DEL GRAN MAL:
Su semiologia será detallada, pues se ha enriquecido considerablemente en estos últimos años y debe servir de
base al estudio de la mayor parte de las otras variedades de crisis epiléptica generalizadas.
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SEMILOGIA CLINICA:
ANTES DE LA CRISIS: El comienzo de la crisis tónico−clónica es precedido, en la gran mayoría de los
casos, por la sucesión de mío clónicas agrupadas en algunos segundos y a menudo acompañadas con un grito
entrecortado, hiposo. Desde ese momento desaparece la conciencia y comienzan ciertas manifestaciones
vegetativas, a la par que el sujeto sufre una caída brutal, capaz de provocarle heridas y confusiones.
DURANTE LA CRISIS: Sea que sobrevenga después de este breve episodio mío clónico o se produzca de
entrada, la crisis del Gran Mal propiamente dicha comprende una serie de fenómenos convulsivos y
vegetativos.
ESPASMO TONICO: Que dura diez a veinte segundos, interesa a toda la musculatura esquelética, según un
orden responsable de una serie de actitudes características que varían a un sujeto a otro y a veces de una crisis
a otra, pero que habitualmente presentan una breve fase de flexión seguida de una prolongada fase en
extensión.
La Fase de flexión comienza con una contracción tónica de los musculos axiales, que predomina en los
flexores y que desplaza el tronco y el cuello, que se han tornado rígidos, hacía adelante. Al mismo tiempo,
sobreviene una contracción tónica de los musculos frontales y elevadores de las cejas y de los párpados
superiores que abre ampliamente los ojos, cuyos globos se desvían hacia arriba, luego una contracción de los
musculosos faciales inferiores y de los cutéanos del cuello que provoca una desviación hacia debajo de las
comisuras labiales . En cuanto a los musculos masticadores, su contracción interesa tanto a los elevadores
como a los depresores de la mandíbula, dejando así la boca entreabierta.
El espasmo tónico toma enseguida a los músculos rizomiélicos, predominando en la cintura escapular, en
donde la apuesta en juego del trapecio y del deltoides y del redondo menor, eleva en abducción y en rotación
externa a los miembros superiores, los cuales, se hallan tanto menos contracturados cuanto más no alejamos
de la raíz hacia a la extremidad. Así mismo, estas extremedidades se colocan en semiflexión para adoptar la
actitud del sujeto que pone arriba las manos. La contracción de la cintura pelviana, menos acentuada lleva a la
abducción y la rotación externa de los miembros inferiores, también flexionados, completando la actitud en
empróstonos.
Hasta el momento la respiración continua a pesar de la contracción tónica de los esternocleidomastodeidos y
de los escálenos, contracción que solo por resultado mantener la caja toráxica en expansión y limitar la
profundidades de la expiración.
La fase en extensión comienza también por los músculos axiales, que inclinan el tronco y el cuello hacia atrás,
mientras que la boca se abre mucho y luego se cierra con fuerza bajo el efecto sucesivo de los depresores y
luego de los elevadores de la mandíbula. Esto hace que se corra el riesgo de morder la lengua. Es en momento
cuando sobreviene la contracción de los músculos toráxicos y abdominales responsables de una expiración
larga y potente que fuerza al aire a través de una glotis espasdomática y provoca, en la mayoría de los casos,
un grito cuya duración varia de dos a doce segundos. Durante este tiempo los miembros superiores quedaran
semiflexionados, pero bajo el efecto de los musculos pectorales son descendidos en abducción, viniendo a
cruzar los antebrazos delante del pecho; a menos que se contraiga, a su vez, y se coloque en extensión forzada
y en pronación (los puntos aparecen cerrados sobre las muñecas flexionadas), los miembros inferiores también
se colocan en extensión forzada, abducción y rotación interna, con los dedos gordos y los pies igualmente
extendidos. La actitud global se convierte, así, en la de un opistótono.
Esta sucesión de acontecimientos se produce al comienzo con una rigidez perfecta y luego, a medida que la
fusión de las contracciones elementales deja de ser completa, se acompaña de una fina tremulación cuya
amplitud va en aumento.
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El sujeto pasa así muy progresivamente desde la fase tónica completa a la fase clónica, a través de una fase
tónica vibratoria, que aparece mas tardíamente a nivel de los músculos axo − rizomiélicos y facio −
masticadores.
Las convulsiones clónicas, cuya duración mediana se puede estimar en unos treinta segundos, a pesar de la
imprecisión de su comienzo, son provocadas por episodios de descontracción muscular completa que
interrumpen rítmicamente la contracción tónica, cuyo retorno transitorio se pone de manifiesto por una
sacudida leve y violenta del conjunto del cuerpo. Como los intervalos de la descontracción no cesan de
alargarse, sin sobrepasar, sin embargo, a un segundo, las clonicas son cada vez mas espaciadas hasta llegar a
aquella que señala la conclusión de las convulsiones. Por cierto que en esta fase el enfermo puede llegar a
morderse la lengua.
Desde las primeras mío clónicas precríticas se observan numerosas manifestaciones vegetativas que alcanzan
su máximo nivel al final de la fase tónica para desaparecer bruscamente al comienzo de la fase clónica. Entre
las mas evidentes o más estudiadas merecen citarse: − Un aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial,
que pueden duplicar sus valores iniciales; − Un aumento de la presión intravesical, que puede duplicarse pero
no provoca emisión de orina debido a la contracción simultánea de los esfínteres; − Una midriasis con una
desviación de los globos oculares; − Una congestión cutánea con sudoración, pilo erección y caída de la
resistencia cutánea; − Una hipersecreción glandular, especialmente salivar y traqueobronqueal, que solo se
aprecia ulteriormente.
Entre los fenómenos vegetativos, no hay que olvidar la muy prolongada apnea (suspensión de la respiración )
que comienza después de la violenta espiración que comienza la fase de extensión , de las convulsiones
tónicas y que continua hasta la última clónica durante unos cuarenta segundos.
Inmediatamente después de la crisis: El período post crítico inmediato esta muy lejos de representar la fase de
relajación muscular y de reposo neurovegetativo supuesto por los autores clásicos. Poco después de la ultima
clónica (alrededor de cinco segundos) aparece, en efecto, una nueva fase tónica que puede ser tan intensa
como la del comienzo de la crisis, pero que representa una distribución diferente, predomina siempre en los
músculos axo − rizomiélicos, faciales y masticadores, especialmente en estos últimos que provoca, una herisa
en la lengua. La nueva fase, mientras tanto es inconstante a nivel de los miembros, en donde se hace
extensión. Esta contracción tónica residual dura veinte segundos, a cuatro minutos, durante los cuales se
observa un retorno de la midriasis, de la desviación ocular y de la taquicardia, que a veces se complica con
arritmia; mientras que la respiración, que apareció con la ultima clónica; experimenta una notable aceleración.
Desde el final de las convulsiones clonica se observa, por el contrario, una corrección de los otros fenómenos
vegetativos. Es lo que sucede, sobre todo, con la tensión arterial y con la resistencia cutánea, que retornan
progresivamente a lo normal, mientras que el sujeto palidece. En cuanto a la vejiga, la breve relajación post
critica de su esfínter estriado permite la evacuación de la orina, aunque la presión intravesical ya haya
disminuido considerablemente. La evacuación de esperma y material fecal es excepcional.
El retorno de la respiración, mientras el sujeto se halla en contracción clónica post critica con la boca cerrada
y el árbol traquebronquial repleto de saliva y mucosidades, explica la puesta en juego de los músculos
respiratorios accesorios y la aparición de un exterior, así, como la salida, entre los dientes cerrados de una
baba espumosa y teñida de sangre cuando la lengua sea mordida. La abolición de la conciencia durante toda la
fase de contracción tónica residual con estertores, por lo cual se denomina fase comatosa o estertosa.
En cuanto a los reflejos, los foto motores y cutáneos desaparecen y los tendinosos se modifican en forma
variable, pero, a menudo, exagerados.
Cierto Tiempo después de la crisis: La fase de recuperación que sigue a la procedente se caracteriza por una
resolución muscular completa, un retorno del rítmo cardíaco a lo normal, una desaparición de la midriasis con
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recuperación de los reflejos foto motores y cutáneos y en algunas veces, una disminución de los reflejos de los
tendones. Durante este periodo, el coma se alivia progresivamente, y el sujeto reacciona a los estímulos
noceptivos antes de recuperar la conciencia, a pocos minutos, atravesando distintos grados de vigilia con
automatismo o sin él; o si no se abandona a un breve sueno reparados, del cual sale mas o menos cansado,
dolorido, con cefaleas y sin recuerdo de su crisis, oculta por una amnesia locunar total. La duración de estos
fenómenos, con excepción del eventual sueño post critico, varia de cinco minutos a quince minutos, de los
cuales, uno dura de la crisis propiamente dicha, de medio a cinco la fase estertorosa y de dos a diez la fase de
recuperación.
La duración relativa de las dos fases, tonica y clonica, varia, a veces lo suficiente como para deformar el
aspecto clásico del Gran Mal. Es así que principalmente en el niño, la relación habitual puede estar invertida y
la fase tonica puede durar cerca de dos veces mas que la clonica. Mucho mas raramente, la fase tonica se halla
considerablemente acortada y la crisis se transforma en una larga crisis clonica. Es importante diferenciar
estas crisis del Gran Mal de predominio tonico o clónico de las crisis exclusivamente tónicas o clonicas.
LA TRIADA DEL PEQUEÑO MAL:
La Ausencia del Pequeño Mal:
Semiologia Clínica: Se caracteriza por la suspensión de las funciones psíquicas con abolición de la conciencia
y de la memoria; presenta comienzo y terminación bruscos y la duración que varia entre un segundo a varios
minutos, en la mayoría de los casos se encuentra entre los cincos y los quince minutos. Durante dicho lapso el
sujeto no ve, no oye, no habla y no huele nada, detiene la acción o la frase en curso y queda inmóvil; con la
mirada fija y vaga; a partir del fin del acceso indicado, a menudo por una sonrisa, retoma sus gestos, o su frase
donde había interrumpido, y no recuerda nada de su accidente, puede darse cuenta mas tarde del hecho y
estimar la duración del tiempo perdido.
En ciertos casos, sin embargo, la suspensión de las funciones psíquicas es mucho mas discreta e incluso puede
pasar inadvertida por los que rodean al paciente. Es el caso, por ejemplo de las ausencias mas breves (menos
de cinco minutos) o de aquellas que corresponden a una simple obnubilación psíquica que permite al sujeto
continuar una actividad automática o menos adecuada.
Aun cuando la abolición de la conciencia es total, la inmovilidad de la persona está lejos de constituir una
regla absoluta, puesto que en una cuarta parte de los casos ocurre automatismos que en nada pueden
diferenciarse de los de la epilepsia psicomotoras del lóbulo temporal; automatismos simples en la mayoría de
los casos (manos llevadas a la cara, palpación de la vestimenta, movimientos labio linguales de gustación,
etc), pero muy complejos en otros (desvestirse, etc.)
La Sacudida o Pequeño Mal Mío clónico:
Se trata de sacudidas musculares mas o menos extendidas, de un momento al otro. Cuando son generalizadas
a todo el cuerpo, se denominan mío clónica masivas. Son bilaterales y sincrónica, pero a veces asimétricas
predominando entonces de un lado, que puede alternar de una crisis a otras; ellas interesan con preferencia de
la musculatura axo − rizomielica y los sistemas flexores, provocando, de tal modo, una brusca flexión de la
cabeza y de los brazos que se proyectan hacia delante y dejan caer los objetos sostenidos en las manos.
Cuando las sacudidas se localizan en pequeñas partes del cuerpo, se denominan mío clónicas parcelarias.
La Caída o Pequeño Mal Amiotonico
Se trata de una inhibición brusca del tono postural, que dura menos de un segundo, cuyas consecuencias son;
según su intensidad, sea un desplome total del cuerpo con la claudicación de las rodillas y caída, con
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inmediata incorporación del sujeto, sea un desplome parcial del cuerpo que no encoge sobre si mismo, pero
que se endereza antes de la caída; sea, simplemente de un desplome de la extremidad cefálica que se inclina
sobre el pecho.
OTRAS VARIANTES DE CRISIS GENERALIZADAS:
La Crisis Tonica:
Se trata de una contracción tonica perfecta, no vibratoria, cuya instalación es muy brusca o muy lenta, y cuya
duración varia entre varios segundos a cerca de un minuto (termino medio, unos quince segundos)
presentando así aspectos tan diferentes como los de una sacudida prolongada a los movimientos de muy lenta
instalación, que recuerda que no tiene nada en común con la fase clonica sostenida del Gran Ma. Puede o no
llegar a interesar mas que la musculatura axial o axo − rizomielica, o extenderse hasta la extremidad de los
miembros, permitiendo así la identificación de tres variedades; la crisis tonica axial, la crisis axo −
rizomielica; la crisis tonica global.
La Crisis Clonica:
Esta crisis comienza por una perdida de conocimiento con amiotonia, o por el contrario, breve espasmo
tonico, a veces reducido a una simple sacudida, que provoca la caída. A continuación el sujeto queda agitado
durante uno o varios segundos por sacudidas bilaterales, aunque a menudos asimétricas y generalizadas, u
otras veces, con predominio de algún segmento corporal. La variedad de las clonicas es, por otra, parte
notable de un momento a otro, tanto a lo que se refiere a su frecuencia como a su amplitud y topografía; ello
es responsable de las combinaciones mas inconcebibles, tales como por ejemplo, sacudidas rápidas, y poco
amplias en la cara, muy lentas y amplias en los miembros superiores y tan rápidas que casi llegan a un tétanos
en los miembros inferiores.
Crisis Amiotonicas:
Se trata de un sujeto que pierde bruscamente la conciencia, y privado de tono, se desploma sobre el suelo,
donde queda en resolución completa durante uno o varios minutos, con los globos oculares desviados hacia
arriba, bajo los párpados semicerrados. El retorno del tono y la conciencia es muy rápido después de esta
crisis; estas pueden, según han pretendido varios autores, desarrollarse sin perdida completa de la conciencia.
Crisis Amiotonico − Clonica
Es intermedia de las dos variables precedentes. En efecto, después de haber caído, el sujeto permanece
extendido, pálido, inconsciente, con los globos oculares desviados hacia arriba y en resolución muscular
completa, aunque la reaparición breve y súbita de un cierto grado de tono provoca, de vez en cuando, las
clonicas.
Crisis Vegetativas:
Aunque mencionadas y hace largo tiempo, estas crisis han sufrido la constante confusión con paroxismos
neurovegetativos no epilépticos (ataques de ansiedad, sincopes vasos−vágales), con las manifestaciones
vegetativas que acompañan accesoriamente a otra variedades de epilepsia generalizadas y con la crisis
epilépticas parciales de semiologia visceral.
Mioclonias Esporádicas:
Sus aspectos clínicos son idénticos a los de las Mioclonias del Pequeño Mal, excepto, en el detalle
fundamental de que su distribución topográfica es diferente. Es decir, que las sacudidas generalizadas del
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conjunto del cuerpo (Mioclonias masivas) son aquí incomparablemente mas raras que las sacudidas
generalizadas a un miembro, a un solo músculo, y a veces, aun, a un grupo de fascículos musculares
demasiado poco importante como para provocar un desplazamiento segmentario (Mioclonias parcelares)
El Espasmo Infantil:
Se trata de un espasmo tonico tan breve (del orden del segundo) que adopta en realidad el aspecto de una
sacudida, cuya duración es sensiblemente mas larga que el de la mioclonia esporádica del Pequeño Mal, pero
apenas un poco mas que el de la mayor parte de las Mioclonias de repetición periódica, con las cuales se
confunde.
Como las Mioclonias, el espasmo infantil es prácticamente siempre bilateral, simétrico, predominante en la
musculatura axo − rizomielica y los sistemas flexores; es decir, que dejando los casos muy raros de espasmos
en extensión, se manifiesta por una brusca flexión de la cabeza, aislada o acompañada de ka flexión de los
brazos.
Los espasmos infantiles, al comienzo esporádicos, se repiten en forma periódica con intervalos de dos a diez
segundos.
CRISIS EPILÉPTICA PARCIALES
Crisis de semiologia Sensitivo−Sensorial:
a) La Crisis Somatosensitiva:
Se halla constituida por sensaciones sin objeto ( parestesias) de naturaleza táctil exteroceptivas ( sensaciones
positivas de hormigueo,picadura,corriente eléctrica, o negativas de embotamiento y de insensibilidad, o más
raramente, termodolorosas (sensaciones de frío, calor,dolor) .Estas sensaciones anormales dependen de una
descarga de la corteza postrrolándica que constituye un sector áreo−talámico con el núcleo ventral
posterolateral del tálamo.
b) Al lado de la crisis Somatosensitiva se deben ubicar a las que se hallan constituídas por parestesias de la
misma naturaleza,pero referidas al conjunto del cuerpo y en especial al tronco y la cara.
Parece resultar de una descarga en las áreas secundarias o suplementarias de representación sensitiva, sobre la
vertiente superior del valle silviano y la parte superior de la cara interna de los hemisferios.
c) La crisis visual: se halla constituída por sensaciones luminosas sin objeto (paropsias ) que revisten un
aspecto negativo,o más o menos positivo (fosfenos ) .Loa fosfenos son descriptos por los enfermos con
características morfológicas,cromáticas y dinámicas muy variadas:
manchas,bolas,estrellas,discos,brillantes,giratorios.
d) La crisis auditiva: se halla constituída por sensaciones luminosas sin objeto (paracusias) de tipo
negativo,(ensordecimiento,sordera total ) o más a menudo de tipo positivo.Estos fenómenos son referidos a la
oreja opuesta de la corteza específica temporal superior que descarga,pero mas frecuentemente son los
descriptos como bilaterales.
e) La crisis olfatoria se halla constituída por sensaciones sin objeto (paosmias ) que el sujeto se halla
generalmente en la imposibilidad de identificar aunque habitualmente le atribuye un carácter desagradeble
.Estas crisis resultan de la descarga de la extremidad anterosuperior del uncus.
f) La crisis gustativa: se halla constituída por paragueusias que corresponden a tres o cuatro modalidades
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gustativas elementales,amargas ,ácidas y más a menudo raras, saladas .Estas sensaciones sin objeto resultan de
una descarga de la región peri−insular superior.
g) La crisis vertiginosa: es difícil de diagnosticar pués los enfermoa llaman vértigos a las sensaciones más
diversas.Se halla constituída por sensaciones de desplazamiento del cuerpo entero en relación al ambiente y
viceversa; desplazamiento hacia arriba,al costado y giratorio.
Estas crisis resultan de la descarga de una región todavía imprecisa del lóbulo parietal.
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