1º Bach. T10 - IES Herminio Almendros

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TEMA 10
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939-1945)
1.- LAS CAUSAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.Los orígenes del conflicto deben buscarse en el Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera
Guerra Mundial. Este tratado, lejos de asentarse en el consenso y la reconciliación, estableció
una paz ficticia basada en el resentimiento y la humillación, lo cual generó ansias de
revancha. La crisis económica de 1929 y el auge del fascismo, especialmente del nazismo
alemán, crearon las circunstancias que condujeron a la guerra.
1.1.- LA POLÍTICA EXPANSIONISTA NAZI.En el ámbito de las relaciones internacionales, la primera consecuencia del acceso de Hitler al
poder fue· el abandono de Alemania, en 1933, de la Sociedad de Naciones (SDN) como
muestra de su rechazo al orden internacional. Seguía los pasos dados anteriormente por
Japón, que, a raíz de su ataque a China (1931), fue objeto de condena por parte de la SDN. En
1935, le seguiría Italia tras ser condenada por la invasión de Abisinia (actual Etiopía) con el
fin de crear un imperio colonial en África oriental. Emergía una actitud de desafío a la SDN, y
una defensa de la fuerza como instrumento de la acción exterior.
La política emprendida por la Alemania nazi para forjar el Gran Reich y conquistar su espacio
vital consiguió imponerse en Europa por medio de hechos consumados, lo cual dejó sin
respuesta a las potencias democráticas. A principios de 1935, Alemania procedió a la
anexión del Sarre tras la celebración de un plebiscito entre la población. Pocas semanas
después, impulsó el rearme de la sociedad alemana, estableció el servicio militar obligatorio
y procedió a la creación de una fuerza aérea, y en marzo de 1936 inició la remilitarización de
Renania. Hitler había quebrantado el Tratado de Versalles sin que las democracias
reaccionasen.
1.2.- LA DEBILIDAD DE LAS DEMOCRACIAS.La Guerra Civil Española (1936-1939) facilitó, por una parte, la aproximación entre Hitler y
Mussolini, ya que ambos apoyaron a los militares sublevados contra la Segunda República, y
ayudó decisivamente a forjar la alianza política e ideológica del bloque fascista. En octubre
de 1936 se formalizó el Eje Roma-Berlin, y un mes después, Japón firmaba con Alemania el
Pacto antikomintern contra la URSS. Al cabo de un año se incorporó la Italia fascista (1937) y,
más tarde, la dictadura húngara y España, una vez conseguido el triunfo franquista.
Por otra parte, la Guerra Civil Española evidenció la debilidad de las democracias, que
propugnaron una política de no intervención. La falsa neutralidad fue una clara muestra de la
actitud temerosa de los Estados occidentales ante el apoyo nazi a Franco. En buena medida,
el inmovilismo ante Hitler fue el resultado de la división política en Gran Bretaña entre
conservadores y laboristas, y en Francia, entre el Frente Popular de Léon Blum y la derecha
tradicional.
Gran Bretaña, dirigida por el conservador Neville Chamberlain, fue la abanderada de la política
de apaciguamiento respecto a Hitler: significaba que no se opondría frontalmente a la acción
nazi con la esperanza de que, una vez satisfechas sus aspiraciones de unificación
germánica, cesaría la política expansionista. Chamberlain consiguió el beneplácito de
Francia en esta línea de actuación. Además, se consideraba que Hitler podía ser un aliado útil
frente a la URSS y el comunismo. En cualquier caso, esta política permitía ganar tiempo
para intensificar la industria de guerra británica, en especial las construcciones, y las
innovaciones tecnológicas como los radares. Sin embargo, la posición de Chamberlain fue
interpretada por Hitler de tolerancia a su programa expansionista.
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1.3.- EL ANSCHLUSS Y EL PRIMER EXPASIONISMO NAZI.En marzo de 1938, las tropas alemanas ocuparon Austria, y tras una intensa campaña de
propaganda, Hitler forzó un referéndum que permitió la incorporación de Austria al Reich
(Anschluss). Semanas después, procedió a la ocupación de los Sudetes, en
Checoslovaquia, con el pretexto de que en esta región vivían unos tres millones de alemanes.
Ninguna de estas acciones suscitó claras reacción adversas por parte de las democracias.
Fue Hitler quien tomó la iniciativa política, y en septiembre de 1938 convocó a los jefes de
gobierno de Gran Bretaña, Francia e Italia a la Conferencia de Múnich. Los reunidos aceptaron
la ocupación alemana de los Sudetes y su integración en el Reich a cambio de garantías de
no agresión sobre el resto de Checoslovaquia.
Parecía que la política de apaciguamiento había evitado el conflicto abierto, pero una nueva
agresión de Hitler contra Checoslovaquia, que provocó su desaparición como Estado (marzo
de 1939), implicó la quiebra de esta política. Pocos días después, Hitler se anexionaba el
enclave de Memel en Lituania, al mismo tiempo que Mussolini consolidaba su presencia en el
Mediterráneo con la ocupación de Albania (abril de 1939). Además, ambos jefes estrechaban
su alianza política y militar con el Pacto de acero (mayo de 1939) ante, ahora sí, la alarma de
las democracias. La agonía de la paz era irreversible.
1.4.- EL ESTALLIDO DE LA GUERRA EN EUROPA.El siguiente horizonte del expansionismo nazi fue Polonia, pero Hitler era consciente de que la
invasión de esta nación podía provocar la reacción occidental a causa de las alianzas de
Polonia con Francia y Gran Bretaña. Por eso, convencido de que no era posible mantener una
guerra en dos frentes, Hitler llevó a cabo un acercamiento táctico a la URSS con el fin de
conseguir su neutralidad militar en caso de producirse un conflicto occidental.
Por su parte, los soviéticos veían con preocupación el avance alemán y, debido al
aislacionismo a que estaban sometidos por parte de los países occidentales, no esperaban
contar con ninguna ayuda si eran invadidos. Por ello, Stalin optó por el Pacto
germanosoviético de no agresión (agosto de 1939). Firmado por Mólotov y Von Ribbentrop,
permitía obviar temporalmente el conflicto entre ambas potencias, enemigas ideológica y
políticamente, e incluía unas cláusulas secretas de reparto de Polonia y de reconocimiento
del control de la URSS sobre Finlandia, Letonia, Estonia y Lituania.
La invasión nazi de Polonia se desarrolló a partir de la reclamación de Hitler sobre la ciudad
libre de Danzig, habitada por alemanes, y de su derecho a construir una autovía y una línea
de ferrocarril a través del corredor polaco. La negativa del gobierno polaco, que contó con
el apoyo francés y británico, fue la excusa que utilizó Hitler para iniciar la invasión de Polonia
el día 1 de septiembre de 1939. El día 3, Francia y Gran Bretaña declaraban la guerra a
Alemania. La Segunda Guerra Mundial había comenzado.
1.5.- EL IMPERIALISMO JAPONÉS EN ASIA.La emergencia de Japón como la gran potencia imperialista de Extremo Oriente se basó en
una práctica militarista y en una política expansionista en Asia. Ante los efectos de la crisis
económica de la década de 1930, Japón se planteó disponer de un "espacio vital" propio que
le permitiese el dominio del Asia oriental, con el fin de extraer materias primas y exportar
sus productos. Para poder hacer efectivo su expansionismo desarrolló una poderosa
industria armamentística, se acercó a la Alemania nazi y reforzó su alianza con el Pacto
antikomintern (1936) al considerar a la URSS como el principal enemigo en la zona.
La invasión japonesa de la región de Manchuria, en China, fue el primer acto del nuevo rumbo
expansionista japonés y significó la formación de un Estado satélite, Manchukuo, en 1932.
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Japón desoyó, como hemos visto, la condena de la SDN e inició el camino de una política de
hechos consumados cuyo triunfo estimuló la exaltación patriótica y militar. Además, desde
1934, Japón expresó sus deseos de crear una gran fuerza naval, lo que constituía un
anuncio claro de preparación bélica para la futura expansión por el Pacífico. En 1937 inició
la invasión del norte de China y reforzó su alianza con Berlín y Roma. En 1938 anunciaba el
objetivo de crear la Gran Asia, entendida como un nuevo orden asiático.
El inicio de la guerra en Europa, en 1939, favoreció los planes japoneses, ya que debilitaba
el control británico, holandés y francés sobre las colonias asiáticas. La ocupación de
Indochina (1940) y otros ataques contra China fueron los preparativos militares para el
dominio de Japón en el Pacífico, donde su único competidor era Estados Unidos.
2.- EL DESARROLLO DE LA GUERRA.La Segunda Guerra Mundial se inició de manera fulgurante, en 1939, con la estrategia de la
"guerra relámpago" practicada por los nazis. El avance de las potencias del Eje fue imparable
hasta que la campaña de Rusia y la entrada de Estados Unidos en el conflicto marcaron el
punto de inflexión.
2.1.- LAS VICTORIAS ALEMANAS. LA “GUERRA RELAMPAGO”.La invasión de Polonia significó la aparición de la "guerra relámpago" o Blietzkrieg, un nuevo
tipo de guerra basada en la sorpresa y la rapidez de movimientos del ejército alemán, la
Wehrmacht, con sus divisiones acorazadas y sus carros de combate (Panzer), combinada
con la acción de la aviación. Perseguía la destrucción del enemigo y la devastación de sus
infraestructuras, y respondía a las previsiones del alto mando alemán de llevar a cabo una
campaña corta. Así fue: en tres semanas llegaron a Varsovia.
Una parte del territorio ocupado se incorporó directamente al Reich (Danzig, Posnania y la
Silesia polaca), y en la otra (Varsovia y Cracovia) se formó un gobierno bajo control de la
administración nazi. Paralelamente, el ejército soviético ocupó la zona este de Polonia,
continuó su expansión hacia Finlandia, que se prolongó hasta febrero de 1940, y extendió su
influencia a las repúblicas bálticas (Letonia, Lituania y Estonia).
Hasta la primavera de 1940 no se produjeron nuevas acciones bélicas de relieve. Los nazis
situaron en el punto de mira a la Europa septentrional por su importancia militar, como base
aereonaval para actuar contra Gran Bretaña, y económica, ya que la industria alemana
necesitaba el hierro de Suecia, país que se mostraba neutral políticamente pero que se
integró en el circuito económico alemán. Dinamarca y Noruega fueron conquistadas con
rapidez sin que la intervención inglesa pudiera impedirlo. Todo ello provocó, en Gran Bretaña,
la dimisión de Chamberlain y la formación de un gobierno de unidad nacional presidido por
Winston Churchill (mayo de 1940).
El siguiente objetivo del alto mando alemán fue Francia. La ofensiva se inició a través de los
Países Bajos y Bélgica, que fueron ocupados en 48 horas (mayo de 1940), y continuó a
través de las Ardenas hacia Francia. El Estado Mayor galo quedó sin respuesta, ya que
había situado todas sus defensas en la línea Maginot, fronteriza con Alemania, sin prever la
posibilidad de una invasión desde Bélgica. Las tropas francobritánicas, sorprendidas por la
espalda, quedaron cercadas y fueron evacuadas por la playa de Dunkerque.
Mussolini, ante el apabullante éxito alemán y convencido de la debacle francesa, entró en
guerra el 10 de junio, uniéndose a las operaciones nazis. Los alemanes entraron en París el 14
de junio y, poco después, el nuevo jefe de Gobierno, el mariscal Pétain, solicitaba el
armisticio, que se firmó el 22 del mismo mes. La ocupación dividió Francia en dos zonas: la
norte, bajo dominio directo de los nazis, y la sur, un Estado títere colaboracionista con
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Alemania bajo la autoridad de Pétain, con capital en Vichy. Mientras, desde Londres, se
anunciaba la "Francia libre" dirigida por el general Charles de Gaulle, que llamaba a la
resistencia contra los ocupantes.
2.2.- LA BATALLA DE INGLATERRA Y LA GUERRA DEL DESIERTO.En el verano de 1940 sólo Gran Bretaña constituía un peligro para la expansión alemana.
Hitler decidió entonces llevar a cabo la batalla de Inglaterra, que preveía la ocupación por mar
de la isla precedida por un ataque aéreo. En agosto se iniciaron los intensos bombardeos de
la aviación alemana, la Luftwaffe, sobre objetivos militares y núcleos urbanos (Coventry,
Londres...) hasta que la aviación británica, la RAF, consiguió repeler la agresión. Mientras, el
cerco marítimo alemán sobre el archipiélago tampoco consiguió doblegar la resistencia
inglesa, que contó con la ayuda de Estados Unidos, regularizada desde marzo de 1941.
Hitler se vio frenado por primera vez y tuvo que renunciar a la invasión.
Al mismo tiempo, en el norte de África se abrió un nuevo frente de guerra. Las tropas
italianas atacaron Egipto (de septiembre de 1940 a febrero de 1941), entonces protectorado
británico, con el fin de controlar el canal de Suez, vital para el transporte de petróleo. Su
fracaso comportó la intervención del recién creado Afrikakorps alemán, dirigido por el mariscal
Rommel, que penetró en Egipto (1941) y consiguió doblegar a las tropas británicas en la
llamada guerra del Desierto. Pero una contraofensiva británica, encabezada por el general
Montgomery, consiguió frenar a las tropas alemanas en El Alamein (noviembre de 1942).
Poco más tarde, un ejército conjunto aliado desembarcó en el África francesa y venció
definitivamente a Rommel en Túnez (mayo de 1943). Así, el norte de África se perfiló como
plataforma para la invasión aliada de Italia.
2.3.- LA CAMPAÑA CONTRA LA URSS.Desde verano de 1940, y a pesar del pacto firmado en agosto de 1939, Hitler preparaba la
operación Barbarroja para invadir la URSS. Pero la fracasada ocupación de Grecia (octubre
de 1940) por de Mussolini ante la fuerte resistencia helénica, desplazó hacia Este y los
Balcanes la atención de Hitler, que transformó a Hungría, Rumania y Eslovaquia en Estados
satélites a finales de 1940. Bulgaria siguió el mismo camino en marzo de 1941.
En Belgrado, una fuerte revuelta, el día 27 de marzo, depuso al gobierno, que estaba
dispuesto a aliarse con Alemania mediante el llamado Pacto tripartito. La reacción nazi
resultó brutal: Belgrado fue bombardeada y el 17 de abril Yugoslavia quedó ocupada y
desaparece como Estado. Desde aquel territorio, Hitler atacó Grecia, cuyo ejército se rindió el
21 de abril de 1941. Días después, cayó Creta.
Con el camino expedito en los Balcanes, los alemanes iniciaron la campaña de Rusia el 22 de
junio de 1941. Se pretendía la destrucción del régimen bolchevique, el sometimiento de los
pueblos eslavos y una expansión territorial que permitiese la explotación de las riquezas
(alimentos, minerales, petróleo...) de la URSS. El ataque se distribuyó en tres direcciones:
Leningrado al norte, Moscú en el centro y Ucrania y las regiones industriales al sur. Pero la
resistencia soviética frustró todas las perspectivas: las tropas alemanas no pudieron
conquistar la ciudad de Moscú (diciembre de 1941); mientras, Leningrado resistía sitiada
por las tropas alemanas durante casi tres años (desde septiembre de 1941 hasta enero de
1944); por último, el avance alemán hacia el sur, frenado en la batalla de Stalingrado, finalizó
con la rendición alemana en febrero de 1943, al cabo de casi un año de cerco a la ciudad. Fue
la primera derrota del ejército alemán y marcó el inicio del declive nazi en el continente
europeo.
2.4. LA GUERRA EN EL PACÍFICO. LA INTERVENCIÓN DE EE.UU.4
El expansionismo nipón sobre China y las colonias europeas en Asia condujo al ataque
aéreo contra la base estadounidense de Pearl Harbour (Hawai) el 7 de diciembre de 1941, sin
previa declaración de hostilidades. La opinión pública estadounidense, dividida hasta
entonces sobre la participación en la guerra, apostó por la intervención: Roosevelt declaró la
guerra a Japón, Alemania e Italia. Al abrirse un nuevo espacio bélico, el Asia oriental, y
producirse la incorporación de Estados Unidos al bando aliado, la mundialización de la
guerra fue un hecho. .
El avance japonés fue imparable hasta mediados de 1942. Japón conquistó las colonias
asiáticas de Gran Bretaña, Países Bajos y Francia (Hong Kong, Singapur, Malasia, Birmania,
Indonesia...) y llegó a las Filipinas. Los japoneses también pretendieron ocupar Nueva
Guinea y Australia, pero fueron contenidos por Estados Unidos en las batallas del Mar de
Coral y de Midway, entre mayo y junio de 1942. La derrota japonesa en Guadalcanal, en
febrero de 1943, fue el punto de inflexión de la contienda en el Pacífico y anunció el declive
nipón, en paralelo a lo que había significado para Hitler la rendición de sus tropas en
Stalingrado.
2.5. LA DERROTA NAZI.En la primavera de 1943, el curso de la guerra había cambiado definitivamente de rumbo.
Por un lado, el potencial económico, bélico y humano de los aliados (Gran Bretaña, EE. UU.
y la URSS) se mostraba con claridad mientras las dificultades del Eje (Alemania, Italia,
Japón) se hacían cada vez más perceptibles. Las ofensivas de los aliados obligaron a los
alemanes a replegarse. Además, se generalizaron los bombardeos masivos sobre las
ciudades alemanas y adquirió relieve la resistencia antifascista en los territorios ocupados,
lo que ayudó a la eficacia de las contraofensivas aliadas y contribuyó a la desorganización
y desmoralización de los ocupantes.
En julio de 1943 se inició la campaña de Italia con el desembarco aliado en Sicilia y la
preparación del ataque sobre el sur de la península. Ello provocó la crisis del gabinete
fascista y la caída y encarcelamiento de Mussolini. Hitler reaccionó con la invasión del
centro y el norte de Italia y rescató al Duce. La península quedó dividida en dos partes: al
norte se formó la República Social Fascista de Saló, con Mussolini al frente; al sur se instauró
una monarquía, con un gobierno antifascista, que declaró la guerra a Alemania el 13 de
septiembre de 1943. Desde esta zona los aliados iniciaron el avance hacia el norte, que se
desarrolló lentamente a causa de la encarnizada resistencia alemana. Los aliados no
consiguieron alcanzar la ciudad Roma hasta junio de 1944.
En el frente este, el avance del Ejército Rojo hizo retroceder a alemanes hasta sus fronteras
de 1941. A finales de 1944 los soviéticos habían ocupado Rumania y Bulgaria. Mientras, las
resistencia yugoslava y albanesa conseguían la liberación de sus respectivos territorios.
En el frente oeste, el 6 de junio de 1944, se produjo el desembarco anglo estadounidense en
Normandía, favorecido por el avance soviético en el este y la acción de la resistencia
francesa. El 24 de agosto, la ciudad de París era liberada.
El año 1945 significó el hundimiento final de Alemania. En el frente oriental, las tropas
soviéticas liberaron Hungría y Polonia, entraron en Austria y Checoslovaquia, y el 24 de
abril, llegaron a Berlín. Al mismo tiempo, los aliados angloestadounidenses, dirigidos por
Eisenhower, habían penetrado por la orilla izquierda del Rhin. Hitler se suicidó el 30 de abril.
Dos días antes, Mussolini había sido capturado y ejecutado por la resistencia italiana, con lo
que finalizó la liberación del norte de Italia. Berlín capituló el 2 de mayo ante el mariscal ruso
Zukow, y durante los días 7 y 8 se firmó la rendición incondicional del III Reich.
2.6. LA DERROTA JAPONESA.5
La ofensiva estadounidense, tras la conquista de Guadalcanal, se desarrolló en dos
direcciones. La primera, encabezada por el general MacArthur, se dirigió desde Australia
hacia las Filipinas, tras la ocupación de Nueva Guinea y las islas Salomón. La segunda
partió de Hawai y avanzó hacia Japón por el este, tras la conquista de las islas Gilbert,
Marshall y Marianas. El avance estadounidense fue muy lento, ante la durísima resistencia
nipona y a pesar de la superioridad de EE.UU., que disponía de nuevos materiales bélicos
(tanques anfibios, portaaviones...). Estados Unidos recuperó las islas Marianas a finales de
julio de 1944, y las Filipinas en octubre del mismo año, después de la batalla de Leyte, en la
que aparecieron los kamikazes, pilotos suicidas japoneses. En noviembre de 1944 se iniciaron
los bombardeos sobre Tokio y otras ciudades japonesas, que se prolongaron hasta el
verano de 1945. A pesar de las victorias estadounidenses de Iwo Jima y Okinawa, entre
marzo y junio de 1945, la rendición japonesa no se vislumbraba como inmediata, y la guerra
podía alargarse en el Pacífico a pesar de la derrota de Alemania en Europa. Ante ello, el
nuevo presidente de EE.UU., Truman, sucesor del difunto Roosevelt, fallecido en abril de
1945, decidió lanzar dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, los días 6 y 9 de
agosto de 1945. El 2 de septiembre se producía la capitulación japonesa. La guerra había
terminado.
3.- EUROPA BAJO EL DOMINIO NAZI.Las conquistas alemanas tenían como finalidad la sumisión y el control de Europa en
función de las necesidades de los arios y del Reich. Cualquier oposición era castigada con
la persecución o la muerte, y un régimen de terror se instaló en las zonas ocupadas.
3.1. LA OCUPACIÓN NAZI.Los países vencidos, incorporados u ocupados por el Reich, fueron administrados y
controlados por los soldados y la policía alemanes. Desde el punto de vista económico, el
objetivo era la organización de Europa en beneficio de Alemania. Para ello se impuso la
explotación y esclavización de la población (los trabajadores extranjeros en la industria
alemana pasaron de 300.000, en 1939, a 5.300.000 en 1944), así como la participación de
capital alemán en las empresas foráneas, el control de la producción alimenticia y minera
y las requisas forzosas de productos. En resumen, los nazis practicaron el pillaje sobre los
recursos materiales y humanos de los países ocupados e impusieron la producción de
aquello que necesitaba el Reich, sin atender a las necesidades de la población autóctona.
Esta imposición se consiguió mediante un régimen del terror. La Gestapo y la SS arrestaban,
torturaban y deportaban hacia campos de concentración a todos los que se resistían. Es
más, decidían la eliminación sistemática y masiva de las personas o colectivos considerados
peligrosos, inferiores o despreciables. En 1942 planificaron, además, la eliminación de todos
los judíos de Europa, en campos de concentración y de exterminio.
3.2. LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN.Los primeros campos de concentración se construyeron en 1933, y entre ellos destacó el de
Dachau, destino de detenidos políticos alemanes (comunistas, socialistas, demócratas...),
grupos étnicos o religiosos, homosexuales, etc. En 1938 se construyeron los de Mauthausen
y Ravensbrück, donde acabaron buena parte de los republicanos españoles. Con el progreso
de la guerra la construcción de campos se intensificó.
El campo de Auschwitz-Birkenau fue el más representativo, al considerarse como un campo
de exterminio en el que se pusieron en práctica las últimas novedades tecnológicas para la
liquidación en masa de personas (cámaras de gas, hornos crematorios, etc.). Acogió a polacos,
rusos, gitanos, judíos... y llegó a exterminar a unas 10.000 personas diarias. Desde 1942
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funcionaron también campos más pequeños, específicamente de exterminio (Chelmno,
Treblinka, Sobibor...), diseñados para eliminar rápidamente a miles de deportados (limpieza
étnica).
Los campos eran espacios cercados con muros, alambradas eléctricas y torres de vigía para
evitar las fugas. Los presos vivían hacinados en barracones que contaban con unos edificios
auxiliares (duchas, talleres, cocina, enfermería...) y estaban sometidos a unas duras
condiciones de trabajo. Desde 1942 se instalaron cámaras de gas y hornos crematorios con
los que hacían desaparecer los cadáveres.
Se obligaba a los presos a llevar signos de identificación de su condición (judíos,
homosexuales, comunistas), y se les sometía a una disciplina más feroz y a todo tipo de
maltratos y vejaciones. Estas condiciones, unidas a una escasa alimentación y a los trabajos
forzados; producían una elevada mortalidad entre los prisioneros. La SS se encargaba de la
gestión y explotación de los campos, a menudo en colaboración con grandes empresas que
situaban sus fábricas cerca de los campos y utilizaban a los prisioneros como mano de
obra esclava.
3.3. COLABORACIÓN Y RESISTENCIA.Los alemanes encontraron activos colaboradores en los países ocupados. Fue el caso de
industriales temerosos del comunismo o seducidos por las expectativas de beneficio que
ofrecían los alemanes y de sectores de la población atraídos por el nuevo orden nazi, garantía
de anticomunismo y de estabilidad. Asimismo, en la colaboración tuvo una decisiva
influencia el régimen de violencia y terror, que sometía a arresto, tortura, deportación o
ejecución a cualquier resistente.
A pesar de la violencia, en los países ocupados fueron surgiendo movimientos de resistencia
antifascista, originados por el sentimiento patriótico, el rechazo al nazismo y a la propia
injusticia de la ocupación. Impulsaron una guerra encubierta contra los nazis y sus
colaboradores, a través de acciones de sabotaje y espionaje a favor de los aliados. El primer y
más importante se desarrolló en Yugoslavia (1941), donde los partisanos, mayoritariamente
comunistas, dirigidos por el mariscal Josef Broz, llamado Tito, fueron determinantes en la
liberación del país. En noviembre de 1944 entraron en Belgrado, al lado de las fuerzas
soviéticas que operaban en los Balcanes.
En Italia adquirió relevancia, desde mediados de 1943, un movimiento partisano antifascista,
con una fuerte presencia comunista. Los partisanos tomaron la iniciativa de la lucha contra
la República de Saló, en favor de una Italia democrática. Fue una auténtica guerra civil que
finalizó, en la primavera de 1945, con la victoria partisana en las ciudades del norte
(Bolonia...), acompañada a menudo de insurrecciones populares (Génova, Turin, Milán...) y
de la ejecución del Duce. En Francia, a la acción antinazi impulsada desde el exterior por el
general De Gaulle (la "Francia libre"), se añadió la del maquis en el interior, y la resistencia
tuvo una importante intervención en la organización del desembarco de Normandía y en la
liberación de París (agosto de 1944).
4.- LAS CONSECUENCIAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, buena parte de Europa había quedado destruida y su
población diezmada. Sobre este paisaje de ruina y desolación se gestó la división entre los
aliados, lo cual conllevó la emergencia de dos nuevas superpotencias, EE.UU. y la URSS,
que entraron en competencia y relegaron el concierto europeo a un segundo plano.
4.1. EL IMPACTO DEMOGRÁFICO.7
La Segunda Guerra Mundial dejó tras de sí un rastro de devastación como ningún otro
conflicto del siglo XX. Más de 55 millones de seres humanos murieron a lo largo de la
confrontación, de los cuales la mitad correspondió a la URSS. Le seguirían Alemania y
Polonia, pero fue esta última nación la que en términos relativos experimentó las mayores
pérdidas (un 22 % de la población) y en la que se produjo el mayor número de víctimas
civiles: el 95 % del total. Si se compara con el escaso 5 % de civiles que perecieron en la
Primera Guerra Mundial, el desastre adquiere pleno significado. A los terribles datos de
mortalidad hay que añadir el número de heridos, que alcanzó los 35 millones, y el de
desaparecidos, en torno a los 3 millones.
De todo ello se deduce una nueva dimensión de la catástrofe: el profundo impacto de la
mortalidad entre la población civil, que representó algo más de la mitad de las víctimas
totales. De este modo, la Segunda Guerra Mundial comportó la desaparición del concepto
tradicional de retaguardia e inauguró una nueva era en la que los conflictos bélicos
tendrían en la población civil sus principales víctimas. Las poblaciones de la retaguardia
fueron sometidas a bombardeos sistemáticos, que pretendían aterrorizar y acabar con su
capacidad de resistencia. Asimismo, se buscaba destruir la organización industrial y
económica del enemigo y debilitar su potencial militar.
Esta capacidad mortífera de la guerra se explica, no sólo por la sofisticación del armamento, sino
por su dimensión de "guerra total" y por el carácter de las ocupaciones nazi y japonesa, que
comportaron el asesinato, la deportación, el exterminio y el genocidio de la población, así como
la práctica del terror y la violencia sistemática.
En la posguerra, también es necesario constatar el elevado número víctimas indirectas que se
produjo a causa de la desnutrición, las heridas y las irradiaciones de las bombas atómicas.
Asimismo, después de 1945 continuaron los desplazamientos de población. Entonces se
vincularon a la liberación de prisioneros y de trabajadores forzados que retornaban a sus
países. También se relacionaban con las modificaciones de las fronteras y las expulsiones
de minorías étnicas como consecuencia de la configuración de nuevos Estados a partir .le los
acuerdos de paz.
Cerca de 30 millones de europeos deambularon por el continente en la inmediata posguerra,
colaborando en crear una sensación de caos e incertidumbre, sobre todo en Europa central y
oriental. En Asia, cerca de siete millones de japoneses fueron también repatriados desde
Corea y China (Manchuria) hacia el archipiélago al que había quedado reducido el nuevo Japón.
4.2. EL IMPACTO ECONÓMICO.La Segunda Guerra Mundial tuvo una indisociable dimensión económica, con la intervención
del Estado para poner la producción, la ciencia y la técnica al servicio de las necesidades
bélicas. El crecimiento del complejo industrial militar supuso un extraordinario cambio en la
organización de la producción y un gran aumento de la mano de obra en los países
beligerantes, a pesar del reclutamiento militar. En Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón
significó la movilización masiva de la mujer y su incorporación al mundo laboral.
Al acabar el conflicto, la devastación era especialmente importante en Europa oriental,
donde el pillaje en las ciudades (Polonia), la práctica de la "tierra quemada" (URSS) y las
destrucciones de pueblos (Yugoslavia) provocaron una drástica reducción de su capacidad
de producción.
En Europa occidental, las ciudades y la vías de comunicación (carreteras, ferrocarriles... )
fueron los elementos más afectados. Por su parte, Japón había quedado al borde del
aniquilamiento, con Tokio y los centros industriales destruidos, Hiroshima y Nagasaki
arrasadas por las bombas atómicas, y las economías coloniales (Malasia, Indochina,
Indonesia) desorganizadas.
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En contrapartida, los países que habían quedado territorialmente al margen de la contienda,
como Canadá, Australia, Suecia y Estados Unidos, vieron incrementada su riqueza. En
especial Estados Unidos, que experimentó un fuerte crecimiento económico y adquirió una
posición hegemónica. También la Unión Soviética, a pesar de las destrucciones, se
transformaría en una gran potencia mundial gracias al mantenimiento de su zona industrial
asiática y al control militar y político que ejerció sobre las nuevas democracias populares de
la Europa oriental.
La reconstrucción de Europa parecía una empresa casi imposible, pero la conservación
parcial de la industria bélica en Gran Bretaña y Francia constituyó el punto de arranque para
su desarrollo económico, principalmente, desde el momento en que se fueron restableciendo
las comunicaciones y el abastecimiento de materias primas y de fuentes de energía, y
desde que EE.UU. aportó recursos financieros. La intervención del Estado en la economía
y la sociedad europeas fue otro elemento decisivo, que marcó un cambio respecto al pasado,
y que sentó las bases para la creación del Estado del bienestar. Las victorias electorales de
los laboristas en Gran Bretaña (junio de 1945) y de la izquierda en otros países continentales
implicaron, por un lado, una política de recuperación de la vida económica, pero también la
atención de las urgentes necesidades sanitarias, de vivienda y educación, con una nueva
política fiscal que debía fomentar la redistribución de la riqueza.
4.3.- EL IMPACTO MORAL.La brutalidad de las acciones bélicas cuestionó los valores morales y políticos sobre los
que había reposado buena parte de la civilización europea anterior. Los derechos humanos
habían sido vulnerados sistemáticamente y se había impuesto a lo largo de seis años una
cultura de violencia, terror y crueldad. El conocimiento de los campos de concentración y
exterminio puso en evidencia las dimensiones del horror nazi. Y en otro sentido, la bomba
atómica sobre Hiroshima y Nagasaki fue percibida como un verdadero apocalipsis mundial.
Asimismo, el descubrimiento de las masacres practicadas por los soviéticos en Polonia reveló
una crueldad inesperada.
En este contexto, los vencedores de la guerra impulsaron la creación de un tribunal que definió
un nuevo concepto de derecho internacional: el de los crímenes contra la humanidad. El
juicio de Nuremberg (20 de noviembre de 1945-30 de septiembre de 1946) permitió sentar en
el banquillo de los acusados a dirigentes nazis ante un tribunal formado por magistrados de los
cuatro grandes Estados: EE.UU., la URSS, Gran Bretaña y Francia.
De todas formas, pocos dirigentes nazis llegaron al proceso de Nuremberg.
Algunos se habían suicidado al final de la guerra (Hitler, Goebbels), varios habían conseguido
huir (Borman, Eichmann) y otros se quitaron la vida durante el proceso (Goering). De los 21
procesados más destacados, 3 fueron absueltos, 4 condenados a entre 10 y 20 años de
cárcel, 3 a cadena perpetua y 11 a muerte. Sin embargo, el proceso permitió hacer un balance
público de las atrocidades del nazismo y sentó precedente para que, en el futuro, no
quedaran impunes los actos criminales cometidos por responsables políticos y altos cargos
militares.
4.4. LAS CONFERENCIAS DE PAZ.La organización de la paz se abordó en una serie de conferencias entre los aliados a partir de
1941 (Carta Atlántica). Las más importantes fueron las impulsadas por los tres grandes (EE.UU.,
la URSS y Gran Bretaña) desde 1943 en Teherán hasta la de Yalta (Crimea), en febrero de
1945. Yalta marcó el momento de mayor colaboración entre los aliados; Roosevelt, Stalin y
Churchill decidieron la desnazificación y partición de Alemania, e incorporaron a Francia en
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el reparto. Otras cuestiones que se debatieron fueron la división de Polonia1, las nuevas
fronteras de la URSS, la creación de una comisión de reparaciones para evaluar los pagos
de Alemania y la organización de elecciones democráticas en los países liberados. Además,
se estableció la creación de un nuevo organismo internacional para garantizar la paz: la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Para que estas iniciativas prosperasen era necesario esperar la completa derrota del nazismo,
el enemigo común. Y para entonces la situación había cambiado hasta el punto de que la
desconfianza y la provisionalidad definían ya la relación entre los angloestadounidenses y
los soviéticos. Se perfilaba la división del mundo en dos bloques, que no tardaría en
materializarse.
La Conferencia de Potsdam (julio-agosto de 1945)2 fue la última que realizaron los tres
grandes. Se fijó la situación de Alemania, que, finalmente, conservó su unidad y pasó a la
tutela de los aliados. Berlín se dividió en cuatro zonas con un gobierno interaliado y se
consolidaron las fronteras de Polonia. Más allá, los resultados fueron escasos y el
permanente enfrentamiento entre Stalin y Truman se saldó en acusaciones mutuas de
pretender la hegemonía mundial, en la suspensión de las ayudas estadounidenses a la
URSS y en el dominio soviético sobre Europa oriental. No fue hasta la Conferencia de París
(1946) cuando se elaboraron los tratados de paz con Italia, Rumania, Bulgaria, Hungría y
Finlandia, firmados en 1947. Hasta 1955 no se cerró el de Austria, que permanecía ocupada
por los aliados. Y aquel mismo año, las potencias aliadas (sin la URSS) firmaron la paz con
Japón. En cambio, Alemania no firmó nunca un tratado de paz sino que fue
reemprendiendo de manera progresiva sus relaciones con los aliados.
4.5. LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU).La necesidad de un organismo que sustituyese la desprestigiada Sociedad de Naciones se
planteó entre los aliados ya en 1941. Fue en la Conferencia de San Francisco (abril-junio de
1945) donde se aprobó la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a la que se
adhirieron los 46 Estados fundacionales. Pretendía el mantenimiento de la paz y la
seguridad internacional, y la cooperación económica y social entre las naciones. Establecía
la igualdad soberana de todos sus miembros para resolver los conflictos así como el rechazo
de la fuerza, la no injerencia en los asuntos internos de cada nación y el derecho de los
pueblos a disponer de sí mismos.
Todos los Estados miembros de la ONU están representados y tienen voto en la Asamblea
General, órgano deliberativo cuya autoridad es básicamente moral, ya que sólo puede emitir
recomendaciones. Además, cuenta con diversos organismos administrativos: Consejo de
Seguridad, Consejo Económico y Social, Secretaría, Consejo de Administración Fiduciaria y
Corte Internacional de Justicia. La figura más pública de la ONU es el Secretario General.
1
Se acordó que las fronteras tanto de Polonia como las de los Balcanes serían determinadas en futuros
tratados de paz, lo que permitiría a la URSS aplicar una política de hechos consumados. El gobierno
polaco protestó al considerar que era una vulneración de los principios de la Carta del Atlántico, pero la
URSS hizo caso omiso.
2
Se produce un cambio de los actores, a Stalin, se unen Truman (presidente de EEUU), y Clement Atlee
(primer ministro británico).
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