Entomología forense

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Una introducción de la entomología forense
An introduction of forensic entomology
Resumen. La entomología forense es un especialización de la entomología aplicada que hace uso de la
información recopilada acerca del tiempo de desarrollo, distribución, y respuestas fisiológicas ante diversas
influencias de los insectos para determinar la estación cuando un cadáver llego al lugar del hallazgo, el
intervalo post mortem (PMI), si el cuerpo fue trasladado, su ubicación original y/o la presencia de sustancias
toxicas que hayan sido relevantes para la causa de muerte. El presente trabajo recopila las principales
metodologías seguidas por los entomólogos forenses ilustradas por medio de casos reales o experimentaciones
con una importancia similar.
Palabras clave: Toxicología. PMI. Insectos. Sucesión. Descomposición
Abstract Forensic entomology is a specialization of applied entomology which makes use of information
gathered about the time of development, distribution, and physiological responses to several influences the
insects may reflect to determine the season when a dead body got to a certain place where it was found, the
post mortem interval (PMI), if the body was moves, its original whereabouts and/or the presence of toxic
substances that may have been relevant to the cause of death. The present paper reviews the main forensic
methodologies follows by forensic entomologist by making use of real cases or experiments with similar
importance.
Key words: Toxicology. PMI. Insects. Succession. Decomposition.
Introducción
La necesidad de conocer el intervalo de tiempo que ha transcurrido desde la defunción de un individuo es una
prioridad cuando se investiga un homicidio o una muerte que se dio en circunstancias desconocidas o
sospechosas. El obtener información oportuna y fiable es vital para incriminar o exonerar a las partes
involucradas, de ahí deriva la importancia de la interpretación de la entomofauna asociada al cadáver, la cual
puede ser ignorada por las autoridades quienes no la consideran como parte de la evidencia.
Hay centenares de especies de artrópodos que son atraídos por los cadáveres entre los cuales se encuentran
dípteros, coleópteros, isópodos, opiniones y nematodos, sin dejar de lado sus estados inmaduros; estos
organismos pueden usar el cuerpo como fuente de alimento directa o para sus estados inmaduros luego de la
eclosión, como refugio o como lugar para la reproducción ya sea sobre o dentro de este, todo esto
dependiendo de sus preferencias o del estado de descomposición del cuerpo. Debido a que los artrópodos se
encuentran ampliamente distribuidos y poco tiempo después de la muerte llegan al cuerpo, son útiles para
determinar las circunstancias, lugar y tiempo desde el fallecimiento (Benecke 2001; Marchenko 2001)
El hecho de que los cuerpos sepultados se encontraban habitados por artrópodos de muchos tipos se conoce
desde los siglos XVIII y XIX de manera que los doctores ya apreciaban la importancia de las larvas de mosca
en la descomposición, El primer reporte de estimación del intervalo post mortem (PMI) fue hecho por el
doctor Bergeret en Francia en 1855, quien luego de examinar el cadáver de un recién nacido y asociando las
especies de moscas encontradas en el cadáver con lo que se conocía del ciclo de vida de estos insectos para
emitir un PMI probable (Benecke 2001)
El proceso de descomposición ha sido delimitado en cinco etapas que abarcan todos los cambios que suceden
justo después de la defunción hasta que solamente quedan los huesos, cabello y piel deshidratada. La
investigación ha permitido el calculo de los intervalos de tiempo aproximados para cada una de estas etapas,
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los cuales son empleados en el calculo del PMI. La putrefacción empieza con la llamada etapa fresca donde
no se perciben cambios físicos obvios ni olores aunque a nivel interno ya se esta presentando la autolisis
enzimática de los órganos y la proliferación bacterial; en esta etapa se presenta la descomposición microbiana
temprana, autolisis y se considera hasta la ovoposición y eclosión de las larvas de dípteros (Di Maio 2001;
Marchenko 2001; Stuart y Nordby 2003)
Esto es seguida por un estado abultado durante el cual el cadáver muestra una hinchazón abdominal y
burbujas de sangre son evidentes en los orificios corporales, hay un intenso olor y los fluidos salen del cuerpo
por los orificios, esta etapa culmina cuando el cuerpo se desinfla. En esta etapa de descomposición activa hay
una licuefacción y desintegración perceptibles, los insectos que se alimentan del cuerpo habrán perforado la
piel cambiando su ubicación inicial en los ojos, además de la terminación del desarrollo larval que causa la
mayor parte de desintegración del cadáver para esta etapa (Di Maio 2001; Marchenko 2001; Stuart y Nordby
2003)
Le sigue el estado avanzado en el cual la mayor parte de la piel se ha desprendido excepto en la zona
abdominal y el olor comienza a desaparecer, esto es causado por los dípteros y coleópteros en sus estados
larvales (Di Maio 2001; Kulshrestha y Satpathy ;Marchenko 2001; Stuart y Nordby 2003)
La etapa final donde solo se encuentran los restos se caracteriza por una ausencia total de olor y la presencia
de los huesos, cierta cantidad de cabello y piel deshidratada, comienza cuando las larvas de coleópteros
abandonan el cuerpo y los huesos se separan entre sí (Di Maio 2001; Marchenko 2001; Stuart y Nordby 2003)
Los procesos de actividad de la fauna asociada a cadáveres ha sido contabilizado por diferentes, pasando de
dos a seis dependiendo del estudio o de los sujetos de estudio empleados (Wolff 2001; Marchenko, 2001).
El grado de conocimiento que se tiene del patrón de desarrollo y de la sucesión de insectos durante los
diferentes estados de descomposición es empleado en la obtención del tiempo transcurrido desde la muerte y
el hallazgo del cadáver, es decir, el PMI. Para obtener una cifra acertada, las condiciones ambientales del área
deben considerarse además de ciertos principios básicos deben obedecerse como (i) que la colonización de un
cuerpo por los insectos sigue un patrón predecible de sucesión de especies y (ii) que el tiempo de desarrollo
para cada estadio de cada especie de insecto es predecible. Cuando los entomólogos forenses investigan la
escena de un crimen siempre se usa una jama para capturar dípteros adultos que estén asociados al cuerpo ya
sea el mismo día, o la mañana siguiente si el levantamiento del cadáver fue en la noche. Los insectos visibles,
principalmente larvas de dípteros, son removidos de la superficie del cuerpo. Las temperaturas de la multitud
de larvas son tomadas con una sonda infrarroja para no disgregarlas. Una sonda de temperatura sensible se
emplea para registrar la temperatura bajo el cuerpo pues de acuerdo al estado de descomposición una masa de
larvas puede ubicarse allí. Una vez se ha llevado a cabo el levantamiento, se recogen todos los insectos de
debajo del cuerpo y de las inmediaciones. Toda la vegetación y suelo hasta una profundidad de 14 cm bajo el
cuerpo es almacenada en bolsas y llevada al laboratorio para su clasificación (Dadour et al 2001, Di Maio
2001, Stuart y Nordby 2003)
Otra variable debe ser tenida en cuenta, el llamado patrón de invasión, pues hay especies que tienden a
desaparecer y luego aparecer, para ello se han creado categorías como i) especies necrófagas que se alimentan
del cadáver, ii) predadores y parásitos de los necrófagos, iii) especies omnívoras, y iv) especies adventicias
que usan el cadáver como una exención de su nicho (Wolfff et al 2001)
El PMI calculado es por lo general menor al tiempo que realmente ha transcurrido, de manera que no
constituye una cifra definitiva para establecer le momento de la muerte. Sin embargo, este valor aproximado
puede ser de un gran valor pues permite a los investigadores el concentrarse en establecer el paradero y
compañía de la victima en un rango mas estrecho con la posibilidad de reunir información vital para la
investigación (Di Maio 2001; Stuart y Nordby 2003)
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El PMI puede verse afectado por varios factores, uno de los cuales es la temperatura del aire que influencia la
ovoposición de las especies dada la naturaleza poiquilotérmica de los insectos, a partir de estudios del
desarrollo de insectos llevados a cabo bajo diferentes temperaturas, se ha establecido que esta tasa de
desarrollo es especifica para cada especie (Dadour et al. 2001; Wolff et al. 2001).
Otro factor que debe ser considerado es el numero de larvas aglomeradas en un lugar pues se ha observado un
incremento de temperatura de 1 a 1.3 ºC con relación a la temperatura del aire circundante debido a la
actividad alimenticia de estas; este incremento en la temperatura puede llevar a un incremento del desarrollo y
por lo tanto tener un efecto negativo en la determinación del PMI si no se tiene en cuenta (Grassberger y
Reiter 2002; Campobasso et al. 2001)
Los efectos de la refrigeración no pueden ser omitidos, los insectos que se alimentan de un cadáver
usualmente son colectados in situ durante el hallazgo y luego post mortem; estas muestras son refrigeradas y
transferidas a un laboratorio para análisis, larvas de especies de dípteros como Protophormia terranovae en
diferentes estadios de desarrollo muestran cambios significativos luego de la refrigeración, lo que sugiere que
las bajas temperaturas no detienen el desarrollo sino que lo interrumpen (Myskowiak y Doums 2002)
La posibilidad de que la muerte ocurrió durante la noche debe considerase por su efecto en el comportamiento
de los insectos, normalmente se considera que las moscas permanecen inactivas durante la noche de manera
que la ovoposición no ocurre durante este periodo. Sin embargo, hasta que Greenberg llevo a cabo
experimentos donde colocó cebo en el suelo y bajo arbustos, mostró que la ovoposición nocturna sucede pero
a una tasa notablemente reducida; la elección de Greenberg en cuanto a la posición de las trampas, puede
afectar los resultados porque las moscas podrían haber caminado hasta ellas en lugar de aterrizar como
usualmente lo hacen detectando el cebo desde cierta distancia (Singh y Bharti 2001)
Recientemente se ha sugerido que el refugio de un cadáver ante las condiciones atmosféricas puede afectar la
tasa de descomposición sobre las diferentes estaciones debido a los cambios en la sucesión de los insectos,
resultados obtenidos por Centeno et al. (2002) indican que este es un factor que debe controlarse cuado se
calcula el PMI.
Los cuerpos que presentan un estado avanzado de descomposición presentan una dificultad especial, debido a
que los análisis toxicológicos de rigor a partir de orina, sangre y órganos internos son posibles. Como una
buena alternativa se encuentran los insectos relacionados con el cadáver quienes pueden mostrar trazas de
toxinas y abuso de sustancias, un proceso conocido como entomotoxicología (Introna et al. 2001, Musvasva et
al. 2001) En el estudio realizado por Musvasva et al. (2001) se cultivo la especie de díptero Sarcophaga
tibialis a partir de individuos silvestres atraídos con carne en descomposición a condiciones de 24 °C con
fotoperiodo 12:12 h, las larvas se expusieron a concentración es de 100 mg/kg de metohexital sódico e
hidrocortisona 6 ml/Kg a través de muestras de carne cruda hasta completar la eclosión del adulto registrando
la duración de los intervalos de desarrollo.
El objetivo del presente trabajo es el de recopilar información acerca de uno de los enfoques de la
entomología aplicada, presentando los principios básicos de las metodologías utilizadas incluyendo una
variedad de casos que reflejan tanto sus alcances como sus faltas.
Materiales y métodos
Campobasso et al. (2001) en su revisión bibliográfíca de una gran variedad de casos que afectan la
descomposición y colonización de cadáveres por insectos, pero centrándose principalmente en Diptera,
Grassberger y Reiter (2002) en su estudio del efecto de la temperatura del desarrollo de la mosca
Protophormia terranovae, la cual es importante porque es muy común en las regiones frías como el ártico y el
polo norte de manera que es la especie de Calliphoridae más tolerante al frío. Además como es una de las
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primeras especies que invade los cadáveres, el conocimiento de su respuesta a diferentes temperaturas puede
ser de gran valor para afinar las estimaciones del PMI. Para llevar a cabo este estudio se colectaron huevos,
larvas y adultos de P. terranovae de cadáveres humanos y de cerdo, posteriormente se identificaron mediante
claves taxonómicas y se criaron en un insectario entre 22 y 25 °C con humedad relativa del 60%, fotoperiodo
de 14:10 (luz/oscuridad), alimentación consistente en azúcar pulverizada, agua abundante, levadura y leche en
polvo.
Se colocaron en tazas de 35 mm con hígado en descomposición permitiéndoles ovopositar por treinta minutos,
luego se esparcieron los huevos en cajas de Petri con sangre de oveja de manera que tuvieran las condiciones
necesarias para eclosión y se pusieron las cajas a temperaturas de 15, 20, 25, 30 y 35 °C. Otra muestra de
cerca de 100 huevos fue esparcida en 250 g de hígado crudo que posteriormente se corto en trozos de cerca de
1 cm2 y se depositaron en tarros plásticos con una capa de gasa por encima para evitar la formación de
agregados larvales, una vez terminado el desarrollo se sacrificaron las larvas en agua caliente para evitar
encogimiento (Grassberger y Reiter 2002).
La especie P. terranovae es un díptero de distribución holárctica que es sensible al fotoperiodo con una
diapausa como consecuencia. Myskowiak y Doums (2002) aprovecharon la adaptación de esta especie a las
bajas temperaturas para investigar el efecto que tiene la refrigeración en su desarrollo mediante la exposición
a un rango de temperaturas bajas que simulan el tratamiento que se le da a las muestras forenses. Se tomaron
especimenes adquiridos en una tienda de carnadas para pesca y se criaron hasta adultos permitiéndoles
ovopositar en carne cruda mantenida a 24 °C y humedad relativa (HR) 75%. Se sometieron a temperaturas de
4 °C 75& /HR) por 1−10 días para luego regresarlos a 24 °C, y un control a 24 °C 75% HR para cada uno de
los estados de desarrollo.
El uso de coleópteros en la estimación del PMI cuando un cadáver se encuentra en el último estado de
descomposición es de inmenso valor pues ya no están disponibles sustancias como la orina u órganos internos
y las exuvias o especimenes adultos son el ultimo recurso para obtener indicios de las circunstancias del
fallecimiento. Schroeder et al (2002) presenta un caso de un marino retirado que fue encontrado en su sillón
en la sala de su morada en estado casi esqueletizado con el cráneo yaciendo cerca.
Con el objetivo de determinar las condiciones que se dan bajo techo para un cadáver en cuanto a las oleadas
de insectos y la preservación de factores como temperatura o humedad en comparación a las presentadas por
un cuerpo a la intemperie, Centeno et al. (2002) ubicaron dos cadáveres de cerdo por experimento confinados
en jaulas de madera una con techo mientras que la otra no. Los cerdos pesaban entre 15−17 kg, fueron
sacrificados mediante una puñalada en el corazón una hora antes del experimento, para evaluar la
artropofauna atraída por el cadáver se colocaron seis trampas pitfall sin cebo en un radio de 40 cm, como
control se colocaron seis trampas más a 4 m alrededor.
Un estudio similar fue conducto por Wolff et al. (2001) en el que para muestrear la entomofauna de la ciudad
de Medellín sacrificaron un cerdo de 17.7 kg en el sitio de estudio, encerrándolo en una jaula de metal para
que pudieran entrar los insectos pero no los vertebrados carnívoros.
En Australia del sur se encuentra una de las especies mas importantes pertenecientes al género Callíphora, las
cuales muestran bastantes caracteres morfológicos variables que dificultan su identificación particularmente
en estadios inmaduros o la introducción de especies exóticas; con miras a desarrollar un sistema de
identificación fiable usando características moleculares Wallman y Donnellan (2001) usaron secuencias de
mtDNA.
El 10 de Julio de 2000 durante un desalojo forzado debido a deudas en la renta, se encontró el cadáver d un
niño cerca de su cama en el apartamento de su madre de 20 años de edad quien resultó ser una adicta a la
heroína. El niño mostraba decoloración verdosa y desprendimiento de la piel, la madre no recordaba cuando
había sido la ultima vez que lo vio (aproximadamente 2 semanas desde que se mudo donde su tío), la policía
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reporto las ventanas y cortinas como bien cerradas, había loza sucia en el platero, pero en general desde el
punto de vista entomológico el apartamento estaba limpio (Benecke y Lessig 2001)
Resultados y discusión
Factores que afectan la descomposición y colonización. Los análisis de la sucesión artropodiana permite la
asociación de cada especie o grupo de ellas a un estado de descomposición lo que permite una buena
aproximación al PMI real, los dípteros están ampliamente representados en esta sucesión donde Calliphoridae
(Callíphora spp., Lucilla spp., Phormia spp., Cynomya spp., etc.), Muscidae y Sarcophagidae caracterizan las
primeras olas. Sphaeroceridae, Piophilidae, Fanniidae y Phoridae en la cuarta y quinta olas atraídos por la
fermentación butírica y amoniacal, aproximadamente 3 a 6 meses luego del fallecimiento. Estudios del siglo
pasado como los de Motter quien clasificó y describió las especies presentes en cerca de 150 cadáveres
exhumados permanecen invariables aunque su interpretación ha cambiado un tanto dados los nuevos
conocimientos en cuanto a las especies que frecuentan la carroña y la descomposición de esta, reduciendo el
numero de olas sucesionales correspondientes a los estados de descomposición (Campobasso et al. 2001)
La interferencia de la comunidad de insectos, principalmente Diptera, en los procesos de descomposición ha
sido objeto de numerosos estudios empleando diferentes modelos animales, de los cuales pocas contribuciones
en la sucesión directamente sobre los cadáveres; entre estos el mejor son los cerdos porque permiten
extrapolar los resultados mas directamente, dada su condición omnívora, flora intestinal, contextura de la piel
y proceso de descomposición similar a la humana (Campobasso et al. 2001; Wolfff et al. 2001) En el estudio
llevado a cabo por Centeno et al. (2002) se colocaron
La temperatura es la variable más importante pues afecta directamente el proceso de descomposición de
manera que la tasa de descomposición puede elevarse o reducirse casi hasta detenerse como se da en las zonas
polares donde los restos se conservan intactos por miles de años (por ejemplo el hombre de hielo encontrado
en los Alpes Otzales en Italia). La temperatura también interfiere directamente en la actividad de los insectos
y en la velocidad de su desarrollo, de manera que cadáveres encontrados en primavera o verano exhiben una
fauna mas diversa y diferente a la que se puede encontrar en invierno (Campobasso et al. 2001)
Por otro lado, las zonas o estaciones con temperaturas mas altas tienden a favorecer el desarrollo de los
insectos, aunque si son muy altas pueden causar deshidratación y/o momificación las cuales son condiciones
indeseables para los insectos particularmente para los dípteros, o en casos donde las temperaturas se
mantienen por encima de 30 ºC el desarrollo de los huevos se ve inhibido. Las condiciones de temperatura o
humedad inadecuadas pueden fácilmente destruirlos huevos, en algunos casos los huevos pueden entrar en un
estado de diapausa mientras las condiciones mejoran de manera que la embriogénesis continua su curso a
pesar de las restricciones dependiendo de la especie. Las hembras adultas reconoce la piel seca o momificada
como un ambiente hostil para los estados inmaduros quienes necesitan tanto humedad como accesibilidad al
aire; la rápida deshidratación típica de los ambientes calidos y venteados explica la poca actividad de larvas en
la superficie del cuerpo en la mayoría de los casos de descomposición inicial, mientras que en los
subsecuentes estados la autolisis de la piel y tejidos blandos promueven un ambiente húmedo favorable para el
desarrollo de las larvas quienes causan hoyos de entrada en la piel. Similares heridas pueden ser causados por
la actividad de coleópteros, principalmente Dermestidae, quienes están asociados a estados mas avanzados de
degradación causando la desecación de los tejidos blandos semilíquidos (Campobasso et al 2001; Schroeder et
al. 2002)
La profundidad del sepulcro como un factor que influye en la colonización de insectos se ha estudiado en
cadáveres de cerdo y en cadáveres enterrados a profundidades variables (30, 60 y 120 cm), observando una
tasa de descomposición muy lenta con relación a los cadáveres expuestos. El suelo provee una barrera aislante
ante la radiación solar de manera que las temperaturas mas bajas hacen mas lenta la descomposición, un
efecto similar se observa en la colonización artropodiana es insignificante a estratos por debajo de los 30 cm
de profundidad. Ahora bien, si se estudia la temperatura generada por la descomposición en relación con la
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profundidad se ha observado una diferencia de 3.4 ºC entre el cuerpo y el exterior a profundidades de 1.2 m,
de 5 ºC a 60 cm y de 7−10 ºC a 30 cm, debido a la descomposición causada por las bacterias aerobias y
anaerobias (Campobasso et al 2001)
La inmersión de cadáveres en cuerpos de agua también previenen la ovoposición y establecimiento de los
insectos necrófagos y/o sus larvas; debido al mayor peso especifico los cuerpos inmersos en agua tienden a
hundirse para surgir luego cuando los gases de putrefacción lo hagan flotar. Durante la inmersión los tejidos
del cadáver son atacados por peces, crustáceos e insectos acuáticos, de los cuales los últimos no presentan
especializaciones a la dieta necrófaga debido a que su principal fuente de alimento son las algas, plantas y
otros insectos; experimentos empleando cadáveres de cerdos dejados en el agua observaron que ciertas
especies habitan ambientes específicos de amera que el conocimiento de la fauna de una región puede indicar
si el cuerpo fue trasladado de una lugar a otro, como un ejemplo de organismo comúnmente encontrados en
estas situaciones se encuentran los dípteros de la familia Chironomidae (Campobasso et al 2001)
La temperatura y su efecto en la tasa de crecimiento. Los resultados que obtuvieron Grassberger y Reiter
(2002) al permitir el desarrollo de huevos de P. terranovae a temperaturas de 15, 20, 25, 30 y 35 °C se
representaron en un diagrama isomorphen donde se grafican los tiempos de desarrollo contra la temperatura
mostrando los cambios mas significativos; este diagrama es particularmente útil cuando las larvas o pupas
colectadas en el cadáver han dejado de alimentarse y la longitud ya no es útil para determinar su edad. A partir
de estos datos se puede concluir que los tiempos de desarrollo desde la ovoposición a la eclosión del adulto
pueden diferir en varias regiones del planeta, no solo relacionada con la metodología empleada sino
probablemente a factores intrínsecos como la adaptación geográfica.
El objetivo de los experimentos de Myskowiak y Doums (2002) era el simular la refrigeración de los insectos
usados en la investigación forense anterior a su llegada al laboratorio, aunque se considera que las bajas
temperaturas inducen la diapausa seguida por la reanudación del desarrollo, los resultados obtenidos muestran
que la refrigeración afecta el desarrollo de P. terranovae aún después de solo un dia, de manera que si el
investigador asume la diapausa como un estado transitorio que no tiene consecuencias mas serias que un
ligero retraso en el desarrollo se pueden cometer errores significativos en la estimación del PMI. Entre uno y
diez días de refrigeración pueden modificar el peso, longitud y cualquier desarrollo de los estados inmaduros
de P. terranovae, de manera que el someter los especimenes a 4 °C y a la manipulación afecta el desarrollo
como se puede evidenciar en el periodo adicional de 9−56 h observado teniendo en cuenta el periodo
completo de desarrollo de 15.5 días. Las especies necrófagas de Calliphoridae generalmente depositan sus
huevos en el cadáver o muy cerca de manera que un error mayor a 6h en la estimación del PMI distorsiona
enormemente los valores llevando a subsecuentes pruebas erróneas.
El efecto de refugio en la sucesión de artrópodos. Centeno et al. (2002) encontraron diferencias
significativas entre los cadáveres cubiertos y los que no en cuanto a la sucesión de los insectos necrófagos de
manera que un refugio acorta la descomposición, principalmente en la etapa de formación de gases en las
estaciones mas calidas (primavera/verano) probablemente debido a la mejor concentración de la temperatura
generada por la actividad alimenticia de los insectos, pero más larga en las frías (otoño/verano); El patrón
sucesional registrado con las diferentes condiciones es de importancia para el futuro debido ya que
normalmente luego de un asesinato el criminal oculta el cuerpo bajo ramas y hojas, cambiando las tasas de
descomposición naturales.
Las larvas y huevos colectados del cuerpo en el estudio de Wolff et al. (2001) se mantuvieron en condiciones
similares a los del sitio de estudio para luego sacrificarlos con etil acetato y montados para su determinación
taxonómica. Se registraron un total de 2314 individuos agrupados en siete ordenes: Diptera (Calliphoridae,
Sarcophagidae, Muscidae, Piophilidae, Syrphidae, Otitidae), Hymenoptera (Vespidae, Apidae, Formicidae,
Halictidae, Mutilidae), Coleoptera (Staphylinidae, Histeridae, Carabidae, Dermestidae, Scarabaeidae,
Silphidae, Cleridae, Nitidulidae), Hemiptera (Gelastocoridae, Coreidae), Dermaptera (Forficulidae),
Lepidoptera (Hesperidae), Blattaria (Blattidae) y otros artropodos como arácnidos como ácaros y Diplopoda.
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Se agruparon los organismos en categorías ecológicas como necrófagos (Calliphoridae, Sarcophagidae,
Muscidae, Dermestidae, Scarabaeidae, Silphidae, Formicidae), predadores y parásitos (Staphylinidae,
Staphylinidae, Forficulidae, Gelastocoridae, Histeridae, Carabidae, Vespidae, Cleridae, Silphidae), omnívoros
(Vespidae, Formicidae, Blattidae y algunos Coleoptera) e incidentales (Hesperiidae, Coreidae, Passalidae,
Nitidulidae, Halictidae), a partir de esto se puede resaltar la importancia del conocimiento de la fauna local
para poder considerar la evidencia entomológica debidamente la cual ante los altos índices de muertes
violentas ya de por sí difíciles de esclarecer con los métodos mas rutinarios, representa una buena ayuda.
El uso de coleópteros en la determinación del PMI. El PMI inicial en el caso Schroeder et al. (2002)
apuntaba a un intervalo de años, las ventanas estaban cerradas con moscas muertas en las proximidades
(Lucilia sericata, Calliphora vicina, Musca domestica y Sarcophaga sp.), la calefacción estaba encendida al
máximo de manera que la temperatura en la superficie del cuerpo era de 19.4 °C y no habían moscas vivas. El
cuerpo fue identificado por viejas fracturas, no se evidenciaron fracturas óseas y el hueso hioides estaba
intacto, aunque se hallaron pupas vacías de Calliphoridae y Drosophilidae, en cuanto a los coleópteros
Dermestidae hay una atracción por feromonas que generan agregaciones cada vez mayores en un corto
tiempo, luego de la puesta y desarrollo de huevos que dura unos cuantos días tanto los adultos como los
inmaduras se alimentan del cuerpo incluyendo materiales duros como los huesos, a diferencia de las larvas de
dípteros que solo pueden alimentarse de tejidos blandos, causando las marcas con forma de larva observadas
en los huesos y muebles. Se puede asumir que la condición modificada del cuerpo generada en un corto lapso
de tiempo impidió la proliferación de larvas de mosca mientras que los escarabajos presentaron ciclos de
reproducción rápidos. A partir de todo estos se puede afirmar sin lugar a dudas que los coleópteros pueden
causar momificación en un corto periodo.
Importancia de evidencia entomológica en casos de negligencia infantil o senil. En el caso de la autopsia
del infante encontrado en el apartamento, este mostró momificación parcial, ningún hueso roto, autolisis de
los órganos internos pero aun así pocas larvas en ojos y boca, no se encontró evidencia de toxinas pero si
desnutrición, debido a los hallazgos se estimó el PMI en 7−10 días entre la muerte y la autopsia. Se
encontraron larvas de Muscina stabulans quien frecuentemente es atraída hacia las viviendas por materia
orgánica en descomposición, además de Fannia canicularis la cual es atraída por orina y heces; las larvas de
M. stabulans se vuelven depredadoras después del segundo instar lo que puede explicar la ausencia de larvas
de F. canicularis. Los valores de PMI estimados en promedio para ambas especies resulto ser de 14 días
(7−21 días), aunque la evidencia entomologica puede sugerir un periodo de desatención por parte de la madre
por un tiempo mas prolongado (Benecke y Lessig 2001; Benecke et al. 2004)
Estudios genéticos y moleculares. Wallman y Donnellan (2001) aplicaron las ventajas de la secuenciación de
mtDNA para la identificación de especies de Callíphora provenientes del Viejo y el Nuevo Mundo;
empleando secuencias de los genes para la citocromo oxidasa I y II(COI y COII) con aproximaciones
filogenéticas para identificar substituciones diagnosticas como caracteres apomórficos en lugar de
aproximaciones fonéticas no discriminativas entre estados de carácter plesiomórficos y apomórficos. Como
tanto los adultos como los estados inmaduros tienen el mismo genotipo los resultados pueden ser usados para
discriminar individuos de todos los instares. Existen estudios con objetivos similares como la identificación de
dípteros agrupados entre los Chrysominae usando los mismos genes mitocondriales del estudio anteriormente
reseñado pero con genes adicionales como el de la transferencia de leucina (tRNA−leu) comparando
secuencias análogas de especimenes no identificados, al parear el espécimen desconocido con su pariente mas
cercano se pueden evitar inconvenientes relacionados con la falta de conocimiento De las variaciones
intraespecificas de estos insectos (Wells y Sperling 2001)
Entomotoxicología. Los estudios acerca de los efectos tóxicos agudos de sustancias en estados inmaduros de
insectos puede parecer de poca importancia forense principalmente si se tiene en mente que el descubrir larvas
o pupas muertas entre una gran masa de vivas es imposible. Sin embargo, los efectos crónicos parecen ser una
fuente de información valiosa, pues como los investigadores generalmente no tienen conocimiento de cuando
eclosionaron las larvas de manera que no pueden predecir anomalías en su desarrollo para refinar las
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estimaciones del PMI, los analisis de las sustancias que pueden afectar el desarrollo de los insectos de
importancia forense, además de proveer una ultima fuente de los restos originales del cuerpo (Musvasa et al.
2001; Introna et al. 2001).
Conclusiones
El resurgimiento de la entomología forense como una practica de interés en la estimación del PMI ha
permitido su vinculación a otras técnicas como la toxicología y adelantos en biología molecular.
El estudio de la microfauna de los cadáveres ha puesto en evidencia que las especies necrófagas mas
importantes son los dípteros de las familias Calliphoridae y Sarcophagidae seguidas por familias de
coleópteros pertenecientes a las familias Dermestidae y Silphidae. Los predadores o parásitos de las especies
necrófagas están en segundo lugar con coleópteros de las familias Silphidae y Staphylinidae, dípteros como
Calliphoridae y Stratiomydae o larvas de Chrysomya spp. (Calliphoridae), e himenópteros parásitos de larvas
y puparios de mosca. Especies omnívoras tales como himenópteros, hormigas y coleópteros que se alimentan
tanto del cadáver como de otros insectos pueden reducir la tasa de descomposición principalmente debido a
esta última razón. La especies adventicias como algunos ácaros, arañas y lepidópteros quienes usan el cadáver
como una extensión de su hábitat visitándolo de vez en cuando pueden eventualmente volverse predadores.
La amplia distribución de muchas especies de insectos permite la aplicación local de los hallazgos fruto de
experimentos y/o casos acaecidos en otras partes del mundo, de manera que la entomología forense se
convierte en una disciplina cada vez mas difundida con resultados reproducibles que la hacen cada vez mas
confiable y accesible.
Literatura citada
Benecke, M. 2001. A brief history of forensic entomology. Forensic Science Internacional 120 (1−2): 2−14
Benecke, M.; Eberhard, J.; Zweihoff, R. 2004. Neglect of the elderly: forensic entomology cases and
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