COMENTARIO DE TEXTO DE PLATÓN -Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público” PLATÓN, La República, libro VII, cap. 3 a) Platón vive entre el último cuarto del siglo V y la primera mitad del IV. Junto con Aristóteles representa la cumbre del pensamiento griego. La experiencia de los vaivenes de la política griega le llevó al convencimiento de que la mayoría de los Estados estaban mal gobernados. De ahí nace su empeño por cambiar las cosas. A su juicio la causa de ese desgobierno está en que los gobernantes no son verdaderamente sabios. Para Platón la política es cuestión de ciencia o de sabiduría. Pero para mostrarlo tuvo que construir un sistema filosófico en el que se abordan todos los grandes problemas de la filosofía anterior, (physis-nomos) y cuya teoría central es la Teoría de las Ideas pero que va a ir acompañada por su correspondiente gnoseología, antropología, ética y, por fin, su teoría política. b) En el texto, Platón, por boca de Sócrates, nos da las claves para interpretar correctamente el “mito de la caverna” que ha expuesto en los dos capítulos anteriores del libro VII. Y plantea el ascenso del alma desde el mundo sensible al mundo inteligible. c) Las ideas principales del texto son las siguientes: 1.- El interior de la caverna representa en la alegoría al mundo sensible (“región que se manifiesta por medio de la vista”) 2.- El fuego que hay en el interior de la caverna simboliza al sol físico. 3.- El “ascenso” hasta llegar a la contemplación del sol exterior (Bien) significa el proceso de educación que lleva al alma desde la ignorancia hasta la auténtica sabiduría. 4.- La contemplación del Bien es costosa y difícil. 5.- Pero si se llega a ello, se comprenderá todo; se alcanzará la sabiduría. 6.- Esta sabiduría es absolutamente necesaria que conducirnos tanto en la vida privada, como en la vida pública. d) El texto tiene como dos partes. En la primera Platón nos transmite su concepción de la realidad divida en dos ámbitos, el mundo sensible (la caverna) constituido por seres que cambian (τα γιγνομενα) y que son objeto de los sentidos y, por otro lado el mundo de las realidades inmutables e inteligibles (τα οντα) (las cosas de arriba). Y, por otro lado, nos describe el proceso educativo como una ascensión hacia el mundo inteligible. La segunda parte se dedica a hablar del Bien y del Bien, como ya se ha señalado, dice lo siguiente: 1.- Que es la Idea más difícil de conocer, la última que se conoce tras recorrer la “áspera y escarpada subida” o la educación. 2.- Pero que una vez contemplada se comprende que ella es la causa de todas las ideas y de las cosas del mundo sensible. 3.- Y que es preciso conocerla para obrar sabiamente en la vida privada y en la vida pública. e) El mundo jerárquicamente ordenado por Platón está presidido por la Idea de Bien. La Idea de Bien tiene como dos caras: teórica que a su vez se abre en una dimensión ontológica, pues es la causa de todas las cosas, la que confiere el ser a todo el resto de la realidad y en consecuencia, también fuente de la inteligibilidad de toda la realidad. Pero tiene además otra vertiente práctica, pues es la meta o ideal que debe orientar nuestra conducta. Por eso, si queremos que nuestra vida en todas sus facetas sea la que debe ser, debemos conocerla previamente. Esto es coherente con el intelectualismo ético que defendió Sócrates y que Platón continúa. Si contemplamos o conocemos el Bien, seremos auténticamente sabios y sólo el sabio, el que ha alcanzado la sabiduría, puede ser virtuoso. Y es que la principal concepción de la virtud que defiende Platón es la virtud como sabiduría. Por eso nos dice Platón que es absolutamente necesaria esta sabiduría para la vida privada, pero también lo es para el político. El gobernante bueno ha de ser sabio, ha de haber llegado a contemplar el Bien para poder realizar su tarea con justicia. Pero dicha contemplación sólo es posible tras el largo y trabajoso proceso que es la educación, que pasará por diversas etapas, hasta poner al alma en condiciones de contemplar directamente el Bien (νοεσις) y a no conformarse con sucedáneos del mismo. Hay que recordar que el Bien en Platón no es algo relativo, como en los Sofistas, sino una Idea que el sabio puede llegar a conocer. Puede parecer paradójico que a pesar de que el Bien es fuente de inteligibilidad, sea lo que más trabajo cueste conocer. Pero, hay que recordar la situación en la que los hombres nos encontramos en esta vida, ligados y entorpecidos por lo material que nos hace creer que lo real es lo que, en realidad, no es más que copia o sombra de lo auténtico. Por eso, hace falta la educación, que no es otra cosa que un proceso de liberación del pesado lastre de lo material, una liberación del alma, para que ésta, una vez haya conocido lo más auténtico, no se deje confundir ni engañar con las cosas concretas de la vida diaria, sea privada o pública. f) Sugerencia sobre la vigencia del contenido del texto. Puede ser que para muchas personas el contenido del presente texto no le diga nada o que no le vean vigencia o actualidad ninguna. Pero pienso que, especialmente, la afirmación con la que concluye es perfectamente válida. La necesidad de tener presente el bien para actuar sabiamente tanto en nuestra vida privada como en la pública. La recomendación de Platón se puede resumir diciendo que en nuestra vida deben primar los valores morales por encima de cualesquiera otros. Por eso sitúa el Bien como la idea principal y la Ética como la ciencia a la que todas las demás han de subordinarse. Hoy vivimos en la época tecnocientífica, en la que la ciencia y su inseparable tecnología parecen ser lo absoluto. En ellas lo que prima es la eficacia y la operatividad; parecen desentenderse de valores morales. Sin embargo, esa misma tecnociencia actual que pone en las manos del hombre posibilidades inimaginables en otras épocas, plantea graves problemas morales (manipulación genética, intervención en el curso natural como jamás se ha podido…). Por otro lado, vemos a diario que en muchas ocasiones los que gobiernan los diferentes Estados, no buscan con sus decisiones la justicia, el bien común… Pues bien, el mensaje platónico de que por encima de todo ha de estar la Ética tiene una plena vigencia y nos debería hacer meditar.