4° Ficha - TEXTOS PARA LA PROFUNDIZACIÓN 1. Beato Santiago Alberione De Padre Alberione, Padre Luis Rolfo, Ediciones Paulinas, La noche famosa p. 45-48 De las predicaciones de Padre Alberione La formación profunda. Por lo tanto, ver que no sea sólo la exterioridad, sino que sea la interioridad en todo. Las cosas sean hechas con convicción profunda, con amor profundo, con generosidad cotidiana, sin orgullo, sino queriendo siempre contentar al Señor. Ustedes pueden ir al patio o ir a estudiar, salir o ir al dormitorio a hacer este o aquel trabajo, pero el corazón debe tener un centro hacia el cual se orienta: el corazón de Jesús en el Tabernáculo. Y a este Jesús en el Tabernáculo lo encontrarán donde vayan, y esta costumbre de orientar el corazón hacia Jesús Buen Pastor en el Tabernáculo será siempre de gran ayuda, sea en las dificultades, en las tentaciones como también en el apostolado, en las contrariedades del apostolado. (AAP 1958, 38) «Quien cree se salvará» [Mc. 16,16], ¿por qué? Porque tiene el primer amor hacia Dios y por lo tanto, es digno de ser salvado, es digno… Creyendo en Dios, creyendo en el Evangelio, creyendo en la Iglesia, creyendo, es purificado: Qui crediderit, et baptizatus fuerit, [salvus erit] [Mt. 16,16], es purificado y entonces, [es] digno de ser admitido en el cielo. Cree y después desde allá verá. Se cree, por ejemplo, a Jesús presente en el Tabernáculo, y desde allá se verá cómo Él estaba en el Tabernáculo. El misterio eucarístico se verá porque el Señor nos dará una luz especial, lux aeterna, que no es como ésta de aquí, la luz eléctrica; es otra luz, una luz eterna. Él mismo, Dios, será la luz. Sí, gran cosa esto, pero para ustedes ha preparado también gracias particulares: la vocación. (AAP 1958, 154) ¡Oh! ¡La docilidad de mente: a los consejos, a las orientaciones, a las enseñanzas!... ¡Tomar! Están todas aquí para tomar y se debe tomar lo que es dado, como toman la sopa que llega de la cocina. Allí se toma la sopa porque nutre el cuerpo y hace bien; pero cuando es una conferencia, cuando es la dirección espiritual, cuando es la enseñanza, etc., entonces se debe tomar con el mismo gusto, con el mismo apetito. El apetito respecto al pan y a la sopa es un apetito corporal, en cambio respecto a la verdad, a las enseñanzas, a las orientaciones, a los consejos… éste es un apetito espiritual. Entonces, cuando hay esta disposición, también las visitas al Santísimo Sacramento se hacen bien, porque viene con apetito, es decir, apetece, se desea la gracia, la luz de Dios. Y, entonces, ahí está el Señor (…) toquen el Tabernáculo y la luz viene al alma. ¡La docilidad! (AAP 1958, 377) Jesús en el Tabernáculo es la luz. Y nosotros, ¿estamos sedientos de la Palabra de Dios? Esperar la luz interior, la iluminación del alma: conocernos a nosotros mismos, y conocer a Dios, y conocer a Jesucristo, a la Iglesia. Hemos entrado desde el Bautismo en la Iglesia. Y entonces, ¿conocemos bastante la Hostia, el Tabernáculo que es el templo de la Hostia? Un poco de luz, un poco de luz. La luz de la lectura del Evangelio; la luz viene de las inspiraciones y de la iluminación de Dios en nuestra alma. Esta es la sabiduría: conocer a Jesucristo y todos los artículos del Credo y todo lo que la Iglesia nos enseña. La curiosidad debe ser para el Evangelio y penetrar versículo por versículo. (Pías Discípulas del Divin Maestro 1965, 10.11) Del Tabernáculo la luz, la gracia, los llamados, la fuerza, las vocaciones. (Ut perfectus sit homo Dei I, 1960, 374) Delante del Tabernáculo nosotros aprendemos muchas cosas. Son tantas las cosas que no se comprenden, pero que delante del Tabernáculo, cuando se medita, cuando se reza, la luz de Dios resplandece en las almas. (Predicas a las Hijas de San Pablo, 1952-53, 20) Del Tabernáculo viene una gran luz y en esta gran luz el Señor escruta nuestra alma. (Haec meditare – II. A serie - A las Hijas de San Pablo, 6, 1946, s2,12) Quien se acerca al Tabernáculo abatido, perdido, indeciso, por graves dificultades, también materiales, reinicia iluminado, fortalecido, consciente de lo que debe y puede hacer. (Ayudas fraternas n.2 – 1964 -19, Opúsculos reservados a las Maestras de las Hijas de San Pablo) 2. Regla de Vida: 18; 18,1; 28-30 3. Los Padres de la Iglesia De los “Tratados sobre el evangelio de Mateo” de San Cromacio de Aquilea, obispo, “Ustedes son la luz del mundo” (Tratado 5, 1. 3-4; CCL 9, 405-407); http://www.vatican.va/spirit/documents/spirit_20010511_cromazio-vescovo_it.html De los “Tratados sobre Juan” de San Agustín, obispo, “Cristo es camino a la luz, a la Verdad, a la vida” (Trat. 34,8-9; CCL 36,315-316): IV domingo de Cuaresma - Oficio de lectura. http://www.prayerpreghiera.it/padri/padri.htm De los escritos de San Ambrosio, “Luna, imagen de la Iglesia” (de Hexaemeron, IV, 8, 32): http://www.gliscritti.it/antologia/entry/598 De los «Sermones» de Juan de Napoli, obispo (Disc. 7; PLS 4, 785-786), III Semana del Tiempo Ordinario – jueves Oficio de lectura. http://www.maranatha.it/Ore/ord/LetGio/03GIOpage.htm 4. Documentos eclesiales: Lumen Fidei: 1-7; 12-13; 32-37 Evangelii Gaudium: - 46-49 “Una madre de corazón abierto” para llevar “luz” - 111-134 “Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio” (anuncio = luz) - 150.152 Dejarse iluminar por la Palabra - 156 La Misión que Él nos confía…” - 174-175 “En torno a la Palabra de Dios” y la Eucaristía - 188 “no se trata de una misión reservada sólo a algunos” - 264-267 “El encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva” - 268-274 “El gusto espiritual de ser pueblo” - 275 “La acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu” Roma, casa general, abril 2014