La Eficiencia en el Acceso a la Justicia Carolina Valeria Mistretta DNI 34.353.667 Maestría en Derecho y Economía Metodología II Universidad de Buenos Aires Noviembre 2013 Introducción Frente a la opinión generalizada de instaurar una reforma en los procedimientos judiciales, la importancia de medir los costos de acceso a la justicia resulta crucial, ya que ayuda a detectar qué partes del proceso resultan más ineficientes y generan mayores costos. Por acceso a la justicia, nos referimos no solamente al acceso a procesos judiciales formales, sino también a las formas de acceder a información y asistencia legal, a los medios alternativos de resolución de conflictos como ser la mediación y la conciliación, etc. Con anterioridad, se ha tratado de realizar esta medición en términos de calidad, analizando así la resolución de los conflictos en base a los parámetros de la justicia. Sin embargo, un análisis económico de la cuestión debe tomar en cuenta también términos cuantitativos y tener como objetivo la eficiencia del sistema. En primer término se deben distinguir las etapas del procedimiento y analizar separadamente los costos que conllevan cada una. “Separando el proceso en sus distintas etapas, el juez a menudo podrá limitar el pleito a una etapa particular del proceso, facilitando así su resolución….Y una vez que estas etapas hayan sido identificadas, puede determinarse más fácilmente cuáles son las que dan origen al pleito.” 1 En el presente trabajo se busca argumentar que la eficiencia en los procedimientos de acceso a la justicia tiene directa relación con la minimización de los costos para todas las personas involucradas en el proceso desde el suceso perjudicial disparador del conflicto hasta su resolución. Y esta eficiencia se puede lograr a través de la utilización prioritaria de la negociación privada de los conflictos. En este sentido resulta aplicable el renombrado Teorema de Coase. Etapas del Procedimiento Para resumir las etapas de acceso a la justicia, se puede citar la Teoría de Felstiner.2 Esta distingue como primer etapa la existencia de un hecho que causa un cierto gravamen. Este puede tratarse de un daño a la propiedad privada, un incumplimiento de una obligación, un hecho delictivo, etc. Luego de su ocurrencia, la víctima de dicha circunstancia pasará a atribuir responsabilidad al individuo que lo causó, pidiendo la correspondiente indemnización, resarcimiento, o restablecimiento de la situación a su estado anterior si esto fuera posible. Cuando esto le fuera denegado la simple discusión entre partes se transformará ya en un conflicto, y al no poder ser este resuelto por las partes entre sí, nacería ya una causa judicial. 1 Bour, Enrique: “Introducción General y Parte 1” en Derecho y Economía- Lecturas de Grandes Contribuciones. Pág.4 2 Barendrecht Maurits, Mulder José y Giesen Ivo: “How to measure the Price and Quality of Access to Justice?” http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=949209&http://scholar.google.com.ar/scholar?start=30&q=P rice+of+Justice:+International+Comparative+Analysis+on+Costs+of+Administrative+and+Judicial+Remedies&hl=es &as_sdt=0&as_vis=1. Noviembre, 2006. Pág. 7 2 A medida que transcurren las etapas descriptas, los costos de ambas partes, tanto reclamante como reclamado, incrementan ya que aumentan las personas involucradas en el procedimiento (mayores costos de comunicación). Es decir, ante el simple hecho dañoso, el afectado podría tratar de resolver la cuestión por sus propios medios o requerir la asesoría legal de un profesional. Este último podría intentar un simple intercambio telegráfico con el supuesto responsable, quien al no hacerse cargo deberá a su vez consultar a un abogado para intentar una mediación, interviniendo así un tercer profesional, y fracasada esta, se pondría en marcha el aparato judicial estatal por completo, requiriendo la citación de testigos, peritos, expertos, etc. generando gastos no solo para las partes sino también para el resto de la sociedad quienes deben sustentar el mismo mediante sus impuestos. Costos del Procedimiento Antes de iniciar cualquier tipo de procedimiento, la parte afectada debe realizar un análisis costo- beneficio de la situación. Si los gastos de acceso a la justicia son mayores que el resarcimiento que podría obtener al finalizar el proceso, no le resultará beneficioso. “Tres variables centrales son determinantes de la cantidad de juicios que se presentan: la cantidad de externalidades que dan origen a las disputas, el costo de presentar una demanda y el valor esperado de las reclamaciones.”3 Por cantidad de externalidades se hace referencia a ciertas circunstancias sociales que generan incentivos para que las personas reclamen, es decir casos que afectan a una pluralidad de individuos, como ser aquellos relativos a la contaminación ambiental por ejemplo en asuntos relativos a la contaminación del Río Matanza- Riachuelo, o a una crisis económica generalizada como se dio en nuestro país en el 2001 con el corralito bancario. En cuanto a los costos de presentar una demanda se pueden dividir en costos financieros o monetarios, costos en razón del tiempo asignado a la resolución del conflicto, costos que derivan de la extensa duración del proceso, y costos emocionales.4 En cuanto a los costos financieros o monetarios por así llamarlos, se tratan de la cantidad de dinero que deben desembolsar las partes durante el proceso. Aquí nos encontramos con los gastos por la asistencia letrada, los gastos administrativos como ser el pago de la tasa de justicia, etc. y los honorarios de los peritos, expertos, intérpretes en caso de ser necesarios durante el proceso. Estos últimos más que nada en el caso de procesos en el exterior. Hoy día con el fenómeno de la globalización y el desarrollo de la tecnología, los medio de transporte y la comunicación, ya resultan más comunes los conflictos transfronterizos. A estos se les debe agregar los gastos de viaje, estadía, y abogados especializados en materia de Derecho Internacional Privado. Estos costos dependerán de la complejidad del asunto, el monto 3 Stordeur, Eduardo (h): Análisis Económico del Derecho. Una Introducción. Abeledo Perrot. Primera Edición. Buenos Aires, 2011. Pág. 386 4 Barendrecht et al. Pág. 14 3 discutido, la prueba necesaria, los costos requeridos para obtener la misma, y la etapa del proceso en la cual se resuelva. Estos últimos costos son fácilmente medibles. Sin embargo, los costos relacionados con la duración del proceso son más complicados de identificar. En principio, nos encontramos con los costos de búsqueda de un letrado que asesore a las partes en la materia en conflicto, el tiempo destinado a interactuar con la contraparte en búsqueda de una conciliación previa, la recolección de prueba y evidencia, la interacción con las diferentes autoridades administrativas y judiciales en audiencias, etc. Las diversas legislaciones “adoptan medidas para limitar [la duración del proceso] acotando el alcance de las cuestiones, el número de testigos y la cantidad de evidencia, así como el tiempo dedicado por cada parte para realizar un examen directo y otro cruzado.”5 Existen también plazos a respetar tanto por las partes, en relación a la prescripción de las acciones, la caducidad de la prueba, etc. como por los magistrados para dictaminar, aunque estos últimos la mayoría de las veces no son cumplidos dado el cumulo de tareas que tienen los juzgados a su cargo. En el caso de los procesos penales, los diferentes tratados internacionales en materia de derechos humanos, los cuales fueron incorporados con jerarquía constitucional en la reforma de 1994, hablan del derecho de los imputados a un juicio rápido y expedito. En relación a la duración del proceso, también se debe considerar que procesos más extensos acarrean mayores costos de oportunidad para ambas partes. En demandas por resarcimientos pecuniarios estos se ven reflejados en el rubro de lucro cesante y en la fijación de intereses. En caso de tratarse de disputas sobre bienes se debe tomar en cuenta su devaluación con el transcurso del tiempo. Los costos emocionales son los más difíciles de medir. Estos varían de acuerdo a la naturaleza del procedimiento. En los procesos penales estos suelen ser mucho más elevados para las víctimas y sus familiares. Expertos en criminología hablan de una suerte de ‘doble victimización’ de la víctima, ya que durante el transcurso del proceso debe enfrentarse con su victimario, revivir los hechos, etc. En procesos de otra naturaleza, implica una carga emocional agregada a la vida de todos los individuos involucrados, por verse sustraídos de sus rutinas y colocados en un ámbito estresante y desconocido por ellos. La influencia de los costos emocionales variará de acuerdo al individuo, su situación familiar y socioeconómica, y la naturaleza del caso. Hay ciertos gastos que no constituyen costos en sí. Por ejemplo, el tiempo y dinero empleado por el abogado en la causa. Estos se traspasan a sus clientes mediante sus honorarios. Lo mismo podría decirse del personal judicial, ya que traspasa sus gastos al Estado, pero estos constituyen gastos sociales que la sociedad debe pagar a través de sus impuestos. No se traspasan los gastos sufridos por los testigos, jurados (en aquellos países en los cuales el juicio por jurados se encuentra previsto), abogados pro bono, etc. 5 Bour. Pág.5 4 Por último, al momento de entablar la demanda, el actor realiza un análisis de costobeneficio según el valor esperado de su reclamo. Dependiendo de sus expectativas de ganar el pleito y el monto pretendido, decidirá incurrir o no en los costos de acceso a la justicia. Sin embargo, como estos últimos suelen ser elevados, y con el fin de que no constituyan una barrera de acceso para las personas más carenciadas, existen diversas formas de disminuirlos. Por ejemplo, nuestra legislación prevé la presentación de un beneficio de litigar sin gastos a los efectos de exceptuarse del pago de costos administrativos como ser la tasa de justicia. Existen a su vez patrocinios letrados gratuitos instituidos por diferentes universidades, asociaciones, y los Colegios Públicos de abogados; y defensorías oficiales creadas por el mismo Estado para los casos en materia penal y en materia de familia. No obstante se debe ser cuidadoso al momento de establecer mecanismos de acceso gratuito a la justicia a fines de evitar la llamada tragedia de los comunes. La tragedia de los comunes se caracteriza por el agotamiento de un recurso de acceso abierto a causa de su uso excesivo. Es decir, los individuos ante la posibilidad de obtener un resarcimiento, aun en los casos en los cuales resultaría aplicable el principio de bagatela, podrían abusar de las herramientas otorgadas para su protección, llevando a la justicia casos en los cuales los costos sociales invertidos no ameritan el potencial beneficio. Análisis Económico: La Eficiencia y el Teorema de Coase Realizando un análisis económico sobre la materia, lo que se debe buscar es la eficiencia del sistema judicial. Si los resultados del conflicto resultan conforme a la justicia o no, escapa el análisis del presente trabajo. A pesar de que muchas personas relacionen la eficiencia con la forma en que ellos han atravesado un procedimiento judicial, tomando en cuenta el tiempo de duración del mismo, la manera en que fueron tratadas, si sus derechos fueron respetados, y si se les concedieron oportunidades para hacerlos valer, no se deben confundir los conceptos. “En el campo de la economía aplicada al derecho el empleo del término [eficiencia] usualmente refiere a la eficiencia en sentido distributivo, de extensivo uso en economía normativa, más precisamente a la eficiencia en el sentido de Pareto.”6 La eficiencia en sentido de Pareto se refiere a una relación en la cual no es posible mejorar la situación actual de una persona sin empeorar la situación de otra.7 De esta manera, siguiendo este criterio, solo deben ser emprendidas aquellas acciones que supongan un incremento del bienestar de todos, la mayoría o algunos, siempre que ninguno resulte perjudicado. “El óptimo de Pareto supone que, dadas las restricciones operantes, los bienes están asignados a su mejor empleo, de modo que no es posible ya mejorar a nadie sin empeorar a otro individuo. Queda, en algún sentido, de ese modo definido en forma algo negativa: constituye un estado de cosas que no puede ser 6 Stordeur. Pág. 29 Cooter, Robert y Ulen, Thomas: Derecho y Economía. Fondo de Cultura Económica. Primera edición en español. México D.F., 1998. Pág. 26 7 5 dominado por ningún otro, en tanto no es posible ya mejorar a nadie sin perjudicar a otra persona.”8 Al analizar las etapas previstas del procedimiento de acceso a la justicia se mencionó que cuanto antes se solucione el conflicto, tanto la cantidad de personas involucradas como los costos del procedimiento serán menores. La eficiencia del procedimiento se lograría mediante procesos más cortos que minimicen los costos de todas las partes, es decir mediante la resolución privada de los conflictos. Esta conclusión, tiene directa correlación con el Teorema de Ronald Coase. Coase menciona primeramente los denominados costos de transacción. Estos son los costos del intercambio entre las partes, y tienen tres fases. En la primera, nos encontramos con los llamados costos de búsqueda, que se refieren a la individualización de la contraparte. En el procedimiento analizado pueden referirse tanto a los costos de identificación del responsable del daño causado, como los costos relativos a la búsqueda de un profesional para adquirir asesoría legal. En segundo lugar, se encuentran los costos del arreglo, es decir, los costos de la negociación. En muchos casos los conflictos logran resolverse mediante la cooperación entre las partes, y de ahí surge un acuerdo o una resolución amigable. Esto muchas veces funciona por la amenaza de una forma de solución no cooperativa, es decir, la apertura de un proceso judicial. En algunos casos “ambas partes conocen los valores de amenaza de la otra parte y la solución cooperativa”9, y al ser pública esta información se facilita el acuerdo. Estos acuerdos pueden no ser del todo justos, considerando que puede darse la situación en la que los gastos de acceder a la justicia sean mayores para una de las partes que para la otra. Esto último depende muchas veces también del sistema de imposición de costas de la reglamentación procesal vigente. “La regla por la cual cada una paga sus costos con independencia del resultado del proceso puede llevar a algunas ineficiencias, especialmente cuando se trata de conflictos entre partes de muy distinta capacidad económica…. Esto podría llevar a que las personas pobres que demandan empresas o personas ricas se vean forzadas a arreglar. Por su parte, el sistema que traslada todas las costas judiciales a la parte vencida, al incrementar el costo de una eventual sentencia desfavorable, tiene la ventaja de desalentar las demandas temerarias o poco serias, y de generar incentivos para la realización de acuerdos entre las partes más adversas al riesgo.”10 Por último, una vez llegado a un arreglo, existen costos de ejecución del acuerdo, que surgen cuando se requiere tiempo para el cumplimiento del acuerdo e implican el monitoreo del comportamiento de la contraparte, la aplicación de sanciones, etc. A medida que se dificulta la resolución del conflicto, es decir, se avanza en las etapas de acceso a la justicia, todos estos costos incrementan. Con el fin de reducir los costos de transacción y que las partes puedan resolver los conflictos por sí mismas, el teorema normativo 8 Stordeur. Pág. 31 Cooter y Ulen. Pág. 121 10 Stordeur. Pág. 391 9 6 de Coase propone “estructurar la ley de tal modo que se eliminen los impedimentos para los acuerdos privados.”11“Algunos costos de transacción son endógenos al sistema legal en el sentido de que las reglas legales pueden disminuir los obstáculos existentes para la negociación privada. El teorema de Coase sugiere que la ley puede alentar la negociación reduciendo los costos de transacción.”12 Esto se logra mediante la definición de derechos de propiedad simples y claros. Es decir, la ley debe estructurarse de manera tal que las personas puedan por sí mismas, sin incluso contar con la necesidad de solicitar asesoría letrada, resolver sus conflictos. Esto se da sobre todo en cuestiones de derecho civil, comercial y laboral, es decir de derecho común. Conforme la ley 26.589 complementaria del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, la mediación previa es obligatoria salvo para cuestiones relativas a acciones penales; acciones derivadas del derecho de familia en cuanto no atañen cuestiones patrimoniales; causas en las que el Estado nacional, provincial, municipal o cualquiera de sus reparticiones sean parte; procesos de declaración de incapacidad; amparos, habeas corpus y habeas data; medidas cautelares; diligencias preliminares; juicios sucesorios; concursos preventivos y quiebras; convocatoria a asamblea de copropietarios, etc. (Art. 5). En materia de derecho civil, otra manera de prevenir la necesidad de acceder a la justicia surge de la redacción efectiva de los contratos. Los mismos deben contener clausulas claras y precisas en donde se consignen en forma clara y precisa los derechos y obligaciones de las partes de manera tal que no resulte necesario acudir a la justicia para su interpretación y/o ejecución. En cuestiones de derecho laboral la ley 24.635 creó el Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (SECLO) en la órbita del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Ante este organismo, de instancia administrativa, se dirimen con carácter obligatorio y previo al inicio de la demanda judicial, todos los reclamos individuales que versen sobre conflictos de derecho correspondientes a la competencia de la Justicia Nacional del Trabajo. Esta instancia es de carácter gratuita para el trabajador y de bajo costo para el empleador. A su vez, en el año 2009 “la vice-presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Elena Highton de Nolasco, presentó un mapa de situación que permite acceder con rapidez a datos existentes (y actualizados) sobre métodos de resolución alternativa de conflictos implementados en el Poder Judicial, a nivel nacional y local, y efectuar análisis y comparación de datos a fin de obtener un conocimiento integral de la situación, optimizar las experiencias llevadas a cabo hasta el momento y mejorar el servicio al ciudadano. Presenta una amplia gama de soluciones alternativas como arbitraje, conciliación, mediación, oficinas de atención al ciudadano, casas de justicia y oficinas de violencia doméstica, entre otras.”13 11 Cooter y Ulen. Pág. 128 Ibídem. 13 Bour. Pág. 15 12 7 Por otro lado, el derecho penal al fundarse en diferentes principios posee un sistema completamente autónomo que debe ser encarado de diversa manera. Dejada la resolución de causas penales a la libre disponibilidad de las partes, se volvería a la llamada ‘Ley del Talión’ y la búsqueda de justicia por mano propia. El sistema penal se encuentra orientado a la protección de derechos y garantías de raigambre constitucional, ya que lo que se pone en juego son bienes jurídicos de mayor trascendencia, es decir, mayormente valuados por la sociedad, como ser el derecho a la vida, la libertad, la propiedad privada, etc. En estos casos la aplicación del Teorema de Coase no resulta tan simple. Sin embargo, en los Estados Unidos se ha logrado encontrar la forma de aplicarlo mediante la posibilidad de una negociación previa entre el fiscal y el imputado junto con su abogado defensor sobre los hechos y la pena que se pretende imponer. De esta manera se alcanza el descongestionamiento de la justicia penal y son pocos las causas que arriban a juicio oral frente a los tribunales. En la Argentina, se buscó obtener un resultado similar mediante la implementación del juicio abreviado, el cual fue incorporado a nuestro Código Procesal Penal de la Nación mediante la ley 24.825. Establece que en los casos en que la pena máxima prevista para el delito en cuestión sea menor a seis años de privación de libertad o una pena no privativa de libertad, el fiscal al formular el requerimiento de elevación a juicio concretará el pedido de la pena, con la conformidad del imputado, asistido por su defensor. El juez previa audiencia con este último llamará autos para sentencia. La única prueba de la que cual podrá hacerse valer es la obtenida en la etapa de instrucción, es decir, ambas partes se ahorran el trámite del proceso oral. Hoy en día en la Argentina, el juicio abreviado es una institución controvertida, y el derecho a ser uso de ella no es del todo seguro, dependiendo mucho de la posición sobre su constitucionalidad del juez que tenga a cargo la causa. La resolución de conflictos mediante la negociación privada implica mayor eficiencia en el sistema, ya que todos los involucrados se ven beneficiados. La parte actora y demandada se ahorran los costos de un procedimiento judicial, con todo lo que esto acarrea como hemos analizado; la sociedad se vería beneficiada ya que se disminuyen los costos de administración de justicia y los costos por eventual error judicial. “La administración de justicia debe ejercer la tutela del derecho al menor costo posible Es decir, una vez establecidos jurídicamente los derechos de propiedad y de las personas, por ejemplo, su efectiva vigencia depende de que los mismos sean efectivamente defendidos. Dicha defensa debe ser practicada de la forma más eficiente posible, ya que de esta manera se logran dos objetivos: (i) se reduce el costo directo de recursos destinados a la solución de conflictos existentes; y (ii) disminuye la ocurrencia misma de dichos conflictos por el efecto de disuasión ejercido.” 14 14 Bour. Pág. 22 8 Conclusiones En primer lugar para abaratar los costos de la justicia se debería lograr evitar la mayor cantidad de conflictos en la sociedad. Las “leyes eficientes y estables deberían favorecer la cooperación mientras que la prevalencia de reglas ineficientes deberían alentar el conflicto….el inicio de un litigio es una externalidad y leyes eficientes que minimizan en conjunto las externalidades tienden a evitar pleitos….”15 De esta manera, se pone en cabeza de los legisladores la tarea y responsabilidad de sancionar, como bien dispone el teorema de Coase, leyes que definan en forma clara y precisa los derechos de propiedad de los individuos a fines de evitar futuras controversias. Siguiendo la misma línea de pensamiento, tomando el art. 1197 de nuestro Código Civil el cual establece que las convenciones establecidas en un contrato obligan a las partes como la ley misma, se debe incitar a la redacción de contratos ciertos, completos, y auto-suficientes. En caso de generarse igualmente los conflictos, pese a los frenos legales pretendidos, las partes deben intentar resolverlos primeramente mediante la negociación. Esta puede darse mediante una simple conversación entre las partes o contando ellas con el asesoramiento de profesionales, siempre teniendo en cuenta que la falta de información o la información equivocada sobre la situación de la contraparte y la necesidad de incluir a muchas personas dentro de la transacción, aumentan sus costos, con lo cual facilitar la comunicación es clave a fines de lograr una resolución a través de estos métodos. En la Argentina se han tratado de instaurar diversos métodos para propiciar la mediación previa a una instancia judicial. Los tribunales hoy día se encuentran colapsados de causas. A fines de lograr el descongestionamiento de la justicia, considero necesario mejorar la distribución de los recursos y del presupuesto del poder judicial y asignarlos al desarrollo de otras vías de resolución de conflictos como las mencionados a lo largo de este trabajo. De esta manera, lograrán llegar a la justicia aquellos casos que realmente ameritan ser tratados por los tribunales, lográndose una mayor eficiencia en el sistema judicial. 15 Stordeur. Pág. 375 9 Bibliografía Barendrecht Maurits, Mulder José y Giesen Ivo: “How to measure the Price and Quality of Access to Justice?” http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=949209&http://scholar.google.com.ar/ scholar?start=30&q=Price+of+Justice:+International+Comparative+Analysis+on+Costs+of +Administrative+and+Judicial+Remedies&hl=es&as_sdt=0&as_vis=1. Noviembre, 2006. Bour, Enrique: “Introducción General y Parte 1” en Derecho y Economía- Lecturas de Grandes Contribuciones. Cooter, Robert y Ulen, Thomas: Derecho y Economía. Fondo de Cultura Económica. Primera edición en español. México D.F., 1998. Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas: La Reforma del Poder Judicial en la Argentina. Buenos Aires, 1996 Stordeur, Eduardo (h): Análisis Económico del Derecho. Una Introducción. Abeledo Perrot. Primera Edición. Buenos Aires, 2011. 10