POSITIVISMO En la segunda mitad del s.XIX se fragua el positivismo, cuyo fundador y máximo representante es Augusto Comte. Se caracteriza por: toma como modelo de racionalidad a la ciencia experimental, pretendiendo atenerse exclusivamente a los hechos de la experiencia. Por tanto, rechaza como incognoscible lo que está más allá de los hechos y niega todo pensamiento metafísico. Unificación de las ciencias. Todas las ciencias están conectadas, obedecen a un único método y forman parte de un sistema. Conocimiento es poder. La importancia de la ciencia radica en su capacidad transformadora de la sociedad. La ciencia tiene que proporcionar una base sólida a la sociedad, y en este sentido, la sociología era la ciencia cumbre que tenía que proporcionar las leyes fundamentales sobre las que se edificaría una sociedad nueva. Comte formula la ley de los tres estadios en su obra más importante Curso de filosofía positiva, que pretende explicar la evolución intelectual de la humanidad: del estadio teológico, que explica la realidad a partir de agentes sobrenaturales, se pasa al metafísico, que lo hace a partir de la razón pero con connotaciones espiritualistas e idealistas, y que debe ser definitivamente superado en el estadio positivo, que representaría la madurez de la razón apoyada en el conocimiento científico de la leyes que rigen los fenómenos. La segunda gran aportación de Comte fue clasificar todas las ciencias de forma jerárquica. Consideraba que una ciencia es más compleja y ha tardado históricamente más tiempo en aparecer cuanto más concreto es su objeto de estudio. Por el contrario cuanto más general y amplia es una disciplina, mayor es su sencillez. Las matemáticas y la astronomía, al ser las primeras en aparecer tienen un carácter más general y sencillo. Les siguieron la física, la biología y la química. La última, la más concreta y completa es la sociología. La sociología sintetiza todos los conocimientos anteriores y engloba a su vez a la ética y a la política. La finalidad de esta ciencia consiste en establecer las leyes que regulan el comportamiento humano para lograr una sociedad perfecta, ordenada y en paz. MATERIALISMO El materialismo es aquella posición filosófica que considera que el origen y fundamento de toda realidad es material. Por tanto, se reduce o identifica todo lo existente con la realidad material o sensorial, y se critica todo pensamiento metafísico, Históricamente, la primera formulación del materialismo se da ya en Grecia, con el atomismo de Demócrito y Leucipo, s.V-IV a.C., para los cuales el universo se explica a partir de átomos materiales y el movimiento de los mismos. Posteriormente, a lo largo del siglo XVIII se desarrolla una corriente de pensamiento materialista y mecanicista que tiene entre sus representantes más destacados a Diderot y Holbach. Aceptan la concepción cartesiana de res extensa, sujeta a un determinismo estricto, pero niegan la existencia de la res cogitans, y el pensamiento sería explicable como actividad del cerebro, por lo que todo puede ser explicable en términos mecánicos. Finalmente, el materialismo es también seguido por Marx, s. XIX.: Tiene una concepción dialéctica del materialismo. Según esta perspectiva, sólo la materia es real junto con sus transformaciones, cambios y evoluciones. La mejor forma de explicar esto es recurriendo a la dialéctica, según la cual todos los procesos naturales y sociales ocurren por contradicción y por negación de la negación. A su vez, defiende también una concepción histórica del materialismo: no es el pensamiento el que conforma la realidad y la historia, sino que son las particulares condiciones materiales de un momento concreto, esto es, la distribución de los recursos y relaciones de producción, las que determinan la ideología imperante y la marcha de la historia. MARXISMO El marxismo tiene como gran autor de referencia a Marx, pero también se desarrolla a partir del pensamiento de Engels. Se trata de una corriente que surge en el s.XIX. Su obra principal es El Capital, pero también escribió otras relevantes como Manuscritos de economía y filosofía y el Manifiesto del Partido Comunista, escrito junto con Engels. Tiene una concepción dialéctica del materialismo. Según esta perspectiva, sólo la materia es real junto con sus transformaciones, cambios y evoluciones. La mejor forma de explicar esto es recurriendo a la dialéctica, según la cual todos los procesos naturales y sociales ocurren por contradicción y por negación de la negación. A su vez, defiende también una concepción histórica del materialismo: no es el pensamiento el que conforma la realidad y la historia, sino que son las particulares condiciones materiales de un momento concreto, esto es, la distribución de los recursos y relaciones de producción, las que determinan la ideología imperante y la marcha de la historia. Entiende que hasta entonces la filosofía ha desempeñado una función ideológica, interpretando el mundo, desde los intereses de la clase dominante, poseedora de los medios de producción y recursos económicos. Por tanto, la filosofía ha sido instrumento de legitimación de un orden social y económico injusto. Frente a ello, el marxismo afirma que la misión de la filosofía es la transformación del mundo, comenzando por las condiciones materiales y de producción. NIHILISMO El término nihilismo (del latín nihil, nada) se designa en general toda doctrina que niega la existencia de realidades o valores objetivos. Se ha calificado de nihilista el pensamiento de Schopenhauer. En su obra El mundo como voluntad y representación afirma que todo cuanto conocemos existe solo en la conciencia humana; lo que llamamos mundo no es sino voluntad, representación y fuerza. Lo único que se oculta detrás de esta representación es la voluntad irracional. La idea de nihilismo es fundamental en la obra de Nietzsche. En particular se refiere al diagnóstico que Nietzsche realiza en el s. XIX sobre la cultura occidental: todos sus valores, verdad, bien, virtud, etc., fundados por el cristianismo y el platonismo son falsos y una negación de la vida, y proceden en el fondo de una “voluntad de la nada”, del odio a la vida. Cuando dichos valores se derrumben por ilusorios llegará el nihilismo a la sociedad occidental: los valores tenidos como supremos perderán validez y el hombre entrará en un estado de decadencia y de agotamiento general. Una vez asumido este nihilismo negativo, pasivo y pesimista, Nietzsche lo convierte en nihilismo activo y positivo. La etapa de destrucción y de negación da paso a la de creación y afirmación, pero afirmación de la vida que hay que vivirla con optimismo y con voluntad de crear, voluntad de poder. Es el tiempo del superhombre. FENOMENOLOGÍA Movimiento filosófico iniciado por Husserl a principios del s.XX como reacción al positivismo. Sus obras principales son Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. El positivismo quería reducir todo a hechos y, en concreto a hechos de la naturaleza, por lo que el único conocimiento válido era el que proporcionaba las ciencias de la naturaleza a través del método experimental. Sin embargo, Husserl cree que el conocimiento ha de ser de los universal y necesario, y si partimos del análisis de los hechos no podemos llegar a una verdad absoluta, por lo que el positivismo, en último extremo, nos lleva a una posición relativista y escéptica. Husserl pretende volver a fundamentar el saber teniendo como modelo a las matemáticas y la lógica, al igual que lo hiciera Descartes y, para ello, busca una evidencia que haya de darse a la intuición. Para conseguirlo propone el método fenomenológico, que permite conquistar la “esencia” de los fenómenos (lo que se muestra o aparece) mediante la eliminación progresiva de todo presupuesto. Impone tomar las cosas tal y como aparecen, “retornar a las cosas mismas”, a lo originario anterior a la deformación de los modos humanos de su estudio, como la matematización, y centrarse en lo “revelado” ante la conciencia pura. Esto se consigue de la siguiente manera: Epojé o reducción filosófica: consiste en abstenerse de juzgar los objetos a partir de doctrinas filosóficas anteriores. Reducción eidética: poner entre paréntesis todo lo que de individual, existencial y particular aparece en lo dado por la intuición empírica, quedándonos con la “esencia” EXISTENCIALISMO Movimiento filosófico que surge en Alemania hacia los años 30 del s.XX y desde allí se extiende al resto de Europa, y en particular a Francia. Es una respuesta a la tremenda crisis creada por las dos guerras mundiales, poniendo en primer plano problemas radicales como el sentido de la existencia, la libertad, la nada, la culpa, la muerte, etc. El existencialismo se inspira en la fenomenología de Husserl y en el vitalismo del siglo XIX, especialmente en Nietzsche, pero su antecedente fundamental es Kierkeegard. Entre los filósofos existencialistas existen profundas diferencias sobre el modo de entender el ser del hombre en el mundo, por lo que se habla de “existencialismos” en plural. El más representativo es un existencialismo ateo y pesimista, que concibe al hombre como abocado a la angustia y a la muerte y que está representado por Heidegger (El ser y el tiempo) en Alemania y por Sartre (El ser y la nada; El existencialismo es un humanismo) En concreto, trata estos temas: La existencia, como modo de ser propio del hombre. Lo peculiar y característico del hombre no hay que buscarlo investigando su esencia, sino más bien su existencia. En el caso del hombre, y sólo para él en cuanto que tiene conciencia de sí mismo, la esencia es existir. Primero existimos y después, en función de lo que vivimos y cómo lo vivimos, nos hacemos de una determinada manera. La libertad, que es el principio humano más auténtico, con el que vamos concretando nuestra existencia. Estamos siempre en alguna circunstancia en la que se nos impone realizar una elección. La angustia (Heidegger) y la náusea (Sastre), provocada por la necesidad de elegir y la carencia de valores fijos que dirijan la elección. ESTRUCTURALISMO Movimiento europeo en el área de humanidades que emergió en Francia a mediados de los años cincuenta del s.XX. Tuvo especial relevancia durante los años 60 y 70 del s. XX en lingüística, psicología, antropología, sociología o filosofía de la historia. Entre los principales teóricos del movimiento estructuralista destacan Lévi-Strauss (Las estructuras elementales de parentesco), Foucault (Las palabras y las cosas; Historia de la sexualidad), Lacan, Althusser, y más recientemente Derrida. En general, puede decirse que el estructuralismo no es una escuela sino un enfoque metodológico para las llamadas ciencias humanas (lingüística, antropología, historia, etc.) que se centra en el empleo de la idea de “estructura”, definida como un sistema de relaciones y transformaciones, donde se consideran como significativos no los términos en sí mismos, sino en sus relaciones. Frente al ser como categoría principal del saber filosófico, reivindican la noción de relación y frente a la idea de sujeto de conocimiento propusieron la categoría de estructura. Este enfoque presenta implicaciones filosóficas: Antihumanismo y antisubjetivismo: prioridad de los universal (la estructura) sobre lo individual. La estructura sucede al hombre. El hombre, un ser inmerso en estructuras psicológicas, económicas y sociales pierde su sentido como “yo”, “conciencia” o “espíritu”. Antihistoricismo: las estructuras son a-históricas. Sus desarrollos no son más que una serie de variaciones dentro de las posibilidades dadas por las estructuras.