ENSAYO SOBRE FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN CONSIDERACIONES ACERCA DE LA COGNICION DEL OBJETO SOCIAL Un acercamiento al texto: Dialéctica de lo Concreto, de Karel Kosik Sonia M. Cabré Trujillo La siguiente disertación intenta desarrollar algunas ideas, partiendo de las siguientes inquietudes: ¿Es adecuado suponer, que el proceso de cognición de lo real social debe centrar su objeto en los fenómenos sociales que emergen de la praxis cotidiana de los hombres? ¿Se logra, así, su aprehensión en plan científico? ¿Hay acaso, un especial movimiento de la razón, que signe tal proceso? Para ello utilizaremos como apoyatura teórica, el texto Dialéctica de lo Concreto, del filosofo Karel Kosik. La realidad social se manifiesta como el campo de la acción humana, esto equivale a decir, que el proceso primario que el individuo despliega a objeto de aprehenderla, surge como resultado de su actividad práctico-utilitaria. Siendo a partir de esta práctica, cuando elabora un sistema axiológico, conceptual, y procedimental, que condiciona su relación con el mundo, en términos reales de existencia. Ahora bien, es evidente que esta actividad ha de corresponderse, tal como afirma Kosik, (1967) con una praxis históricamente determinada, basada en: “división social del trabajo, en la división de la sociedad en clases y en la creciente jerarquización que de ella se deriva” (Pág. 26). De esto se infiere que cada individuo construye un conjunto distinto de valores, informaciones y procedimientos, en relación con esa praxis real. Esta praxis mediatizada se afianza en la conciencia de los hombres y se constituye en el conjunto de fenómenos que colman la vida cotidiana, con los cuales el individuo se familiariza y se mueve “naturalmente”. Bajo estas formas rutinarias se cobija la existencia real, de allí que el conocimiento de lo real corre el peligro de captar la manifestación puramente fenoménica, es decir la sola apariencia de la realidad. Kosik, afirma que el fenómeno muestra algo que no es el mismo, y en un movimiento de verdad y engaño, oculta la esencia. Sin embargo, esta, no permanece pasiva y tiende a manifestarse. Si no fuera así, el único mundo al alcance del hombre seria el puramente fenoménico. En este sentido, la aprehensión científica de lo real pasa por la comprensión de la unidad entre el fenómeno y la esencia o estructura interna de la cosa, en el entendido que si se pretende su aislamiento, es decir, tratar el fenómeno y esencia como elementos separados, estaríamos prestos a confundirlos, a cada uno, como representaciones auténticas de la realidad. La imposibilidad que la esencia se muestre directamente en virtud de la acción mediatizante del fenómeno, es por lo cual el individuo, debe utilizar una actividad racional especial que le permita escrutar “la cosa misma”, para lograr distinguir la mera representación fenoménica de la estructura interna de la realidad. Siendo una condición necesaria para iniciar este movimiento de la razón, el reconocimiento a la existencia de esa verdad oculta. Kosik, señala expresamente: “El hombre da un rodeo y se esfuerza en la búsqueda de la verdad porque posee una conciencia firme de la existencia de la ‘cosa misma’ “(Pág. 29). Sólo así logra superar el pensamiento común que es la forma ideologizada con el que el individuo resuelve y explica la cotidianidad de su existencia. El pensamiento dialéctico, asegura Kosik, es el único capaz de destruir el mundo de la pseudoconcreción o del ocultamiento de la esencia. Desde una postura critica y reflexiva, el pensamiento dialéctico, asume la realidad social desde el punto de vista de la realidad concreta, lo cual supone que cada fenómeno debe ser comprendido y explicado en relación con el todo. El fenómeno cumple así, un doble propósito, “definirse a si mismo y definir al conjunto”. (pág. 68) Para ello se apoya sobre el reconocimiento que, el punto de partida del proceso indagatorio es lo concreto, representado por una realidad “viva, caótica e inmediata” (Pág. 48), pero que finalmente será también el punto de llegada, pero con la riqueza de los conceptos que no eran conocidos en el punto de partida. De la representación caótica el pensamiento llega al concepto, a la determinación conceptual abstracta, mediante cuya formación se opera el retorno al punto de partida, pero no al todo vivo e incomprendido de la percepción inmediata, sino al concepto del todo ricamente articulado y comprendido. El camino de la representación caótica del todo a la rica totalidad de las múltiples relaciones y determinaciones, coincide con la representación de la realidad (Pág. 48) En este proceso de conocimiento, ninguna noción permanece inalterable, sino que son nuevamente cualificados, en cada una de las fases ascendentes, en virtud de la interacción todo-partes, partes-todo. Cualificación, que va haciendo cada vez más diáfano el camino hacia las categorías conceptuales que se acercan a la explicación-comprensión (por vía del pensamiento) del concreto real. En virtud de ello, señala Kosik, no sólo tiene lugar la reproducción “ideal de la realidad en todos sus planos y dimensiones” sino que también el todo “es diseñado, determinado y comprendido.” (pág. 49). Llegados a este punto es necesario dejar claro, la definición de la categoría totalidad. Algunos teóricos, entre los que puede señalarse a Karl Popper, señalan la imposibilidad de la aprenhensión científica del todo social. El citado autor refiere que lo total, en sentido social, abarca “todas las relaciones sociales”… por lo cual se hace “enteramente imposible controlar todas o casi todas estas relaciones, aunque solo sea porque con todo nuevo control de relaciones sociales, creamos un sinnúmero de nuevas relaciones” (Pág. 93). De ser así, nunca podrían ser alcanzados por el conocimiento humano, ya que siempre aparecerán otros hechos que serían adicionados a los ya existentes. Bajo esta concepción, lo hechos pasan a ser átomos de carácter inmutable y su conexión con el todo es circunstancial, no indispensable, en virtud que el todo, adquiere supremacía sobre los hechos. El error de Popper, se centra, en que el termino totalidad, dentro del pensamiento dialéctico no significa “todos los hechos”, tal como lo señala acertadamente Kosik. El todo se fragua, en interacción con los hechos, en un intercambio permanente, por ello afirma: “la totalidad no es por lo tanto todos los hechos, el conjunto de ellos, el agrupamiento de todos los aspectos, las cosas y las relaciones, ya que en este agrupamiento falta aún lo esencial: la totalidad y la concreción. Sin la comprensión de que la realidad es totalidad concreta que se convierte en estructura significativa para cada hecho o conjunto de hechos, el conocimiento de la realidad concreta no pasa de ser algo místico, o la incognoscible cosa en sí. (Pág. 56) El método dialéctico no aspira, a la aprehensión de “toda” la realidad, en sus múltiples elementos y manifestaciones. Su objeto es definir la totalidad concreta, como una teoría de la realidad y de cómo, es posible llegar a conocerla. Con todo lo expuesto, nos atrevemos a esbozar algunas conclusiones, orientadas en función de las inquietudes planteadas al inicio: El mundo de los fenómenos sociales son el resultado de la práctica ideologizada y no llegan a mostrar el movimiento interno de lo real, de allí que al identificar lo fenoménico con la realidad, ésta, sale empobrecida. Fenómeno y esencia conforman una unidad, la cual debe ser reconocida para penetrar en la comprensión de la realidad social en toda su complejidad. La aprehensión de la unidad del fenómeno y la esencia, en la comprensión de lo real, no se logra a través de un modelo de razón de carácter lineal, hace falta otro modo de pensamiento que vaya del todo a las partes y de las partes al todo, en un movimiento en espiral, superando cualitativamente a cada paso los escollos que imprime la pseudoconcreción, para finalmente aterrizar en la realidad concreta, con la riqueza devenida en cada una de las incursiones en el todo. REFERENCIAS Kosik, K (1967) Dialéctica de lo Concreto. México: Editorial Grijalbo Popper, K (1967) La Miseria del Historicismo. Madrid. Editorial Alianza. Sonia Cabré Trujillo Profesora de Castellano y Literatura egresada de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Magíster en Educación, mención Orientación. Docente de Educación Superior. Ha participado en diferentes eventos nacionales como ponente y asistente. Ha sido tutora y jurado de diferentes trabajos de grado. Está realizando su Tesis Doctoral.