Los controles preventivos

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Los Beneficios de los Controles Preventivos
Genaro Matute Mejía, Ph.D
Profesor de ESAN
En la reunión anual del Banco Mundial en octubre de 1996, James Wolfensohn
Presidente del Banco, indicó que la corrupción es un cáncer que traslada los recursos
destinados a los más pobres a manos de los ricos. Desde ese entonces el Banco Mundial
ha cambiado prioridades y formado un equipo de profesionales que desde el
Departamento de Integridad Institucional revisa todas las actuaciones de los
funcionarios y de los proyectos del Banco. La respuesta de la institucionalidad ha sido
la de reforzar el trabajo de investigación desarrollando una estrategia que insista en la
gobernabilidad y el trabajo Anticorrupción. En este sentido se entiende que la
corrupción no es otra cosa que el resultado de un mal gobierno. La misma iniciativa se
ha repetido en todo el sistema de la banca de desarrollo, buscando asegurar que los
recursos beneficien a los más pobres y no a quienes han estado viviendo a expensas de
ellos. El mensaje ha sido rotundo y ha iniciado un cambio importante en la percepción
de los funcionarios quienes ahora hacen suyos y miran con mayor cuidado los proyectos
de desarrollo, asumiendo las responsabilidades de lo actuado en el proyecto. Hoy en día
se insiste en controles preventivos y en rendición de cuentas. El primero de estos reduce
la incidencia de la corrupción con una visión previa, mientras que el segundo obliga a
todos los participantes en las acciones del Banco a que informen de sus acciones.
En el Perú los sistemas de control han venido evolucionando para prepararse contra
cualquier intento de abusar en el uso de los recursos. La corrupción, como cualquier
otro delito, va a ser muy difícil eliminarla por completo. Lo que puede hacer el país, así
como el que busca proteger su casa de asaltantes y ladrones, es desarrollar elementos
que hagan más difícil un ataque o que reduzca los riesgos de ser afectados. Esta es la
estrategia que hay que seguir cuando hablamos de la corrupción, es decir se debe insistir
en la prevención y en la reducción de riesgos, además de una revisión posterior y un
sistema de rendición de cuentas. La prevención se operacionaliza como veedurías, es
decir estar presente en las principales actividades como apertura de sobres de una
licitación o visitas a las obras en proceso; requerimientos de información que permita al
órgano de control institucional conocer los procedimientos para luego revisarlos en
control posterior; respondiendo consultas que impidan cometer errores; y con
entrenamiento y formación de aquellos que toman diferentes tipos de decisiones o que
participan en su evaluación.
El control preventivo no es vinculante, es decir no determina la identificación de
responsabilidades, si no más bien ayuda para impedir que se presenten problemas. Es
más, el que realiza la Contraloría en el Perú exige que bajo ninguna circunstancia se
puede intervenir ni suspender la actuación de los que toman decisiones. Este tipo de
control viene a ser un seguro al que muchos ministros y funcionarios han recurrido para
mostrar transparencia a su actuación. Además, por su característica permite realizar los
correctivos para que no se produzcan pérdidas que de otra forma son muy difíciles de
reponer.
Una variante a la prevención es el control previo. Este tipo de control reconoce la
existencia de algunas acciones que han sido tradicionalmente fuente de altos niveles de
corrupción en el país. Por esta razón antes de ejecutar cualquier operación debe ser
evaluada por la Contraloría. En este sentido se realiza un informe previo a las
operaciones de deuda, a adicionales de obra por encima del 10% y por adquisiciones por
secreto militar. El control previo si es vinculante y determina que la actuación se realice
o no.
Estos controles se han ido homogenizando a nivel internacional. Las entidades
fiscalizadoras superiores a nivel internacional han venido insistiendo en los esfuerzos
preventivos puesto que una vez producidos los excesos, es muy difícil recuperar los
recursos perdidos. La experiencia del abuso de recursos es de naturaleza globalizada.
En el país, los esfuerzos por reducir la corrupción están liderados por un trabajo
colectivo del Sistema Nacional de Control por estar presente en cada actividad crítica de
las entidades públicas. Los funcionarios probos exigen la presencia del control, en la
medida que no impida ni interrumpa la toma de decisiones, pero que sí prevenga en caso
que no se estén cumpliendo las exigencias legales. Esto obliga a los funcionarios a que
sus decisiones vengan premunidas de informes técnicos, legales y presupuestales y que
los procedimientos se ajusten a Ley.
Aquí viene una gran reflexión. En mi opinión, las normas que se han creado para
reglamentar muchas de las decisiones en el sector público, asumen que no existe
incertidumbre en las decisiones a tomar. Por lo tanto un funcionario público no puede
equivocarse, y aquellos que lo han hecho han recibido las críticas más furiosas en forma
pública y mediática hasta del Presidente de la República. El sistema intenta resolver esto
con la exigencia de informes técnicos y legales. Aunque estos no resuelven las
exigencias políticas de logros. Por esta razón, se ha demostrado que ni aún contando
con los recursos, como en el caso de Agua para Todos o la Reconstrucción de Ica, o el
Shock de Inversiones, se logran los objetivos de gasto. Los problemas no son de control,
los problemas son de lo que la Ley permite o no hacer, y de la capacidad gerencial de
los funcionarios públicos. El cumplimiento de las tareas tiene como aliado fundamental
el planeamiento de las operaciones. Es así que la prevención está presente en la
definición racional y realista del plan, lo que muchas veces colisiona con los apuros de
las aspiraciones políticas de logro.
En el Banco Mundial, se ha insistido en incrementar los tiempos de planeamiento de los
programas que el Banco va a apoyar. Esto significa que se debe imponer un buen
gobierno y una buena gerencia. Es así que la administración pública nacional, con el
gobierno central, las regiones y gobiernos locales deben apostar por fortalecer su
gerencia y su gobernabilidad antes de caer en el mal uso de sus escasos recursos. Esta es
la mejor forma de prevenir desde la perspectiva de la propia entidad que complementa
la visión preventiva del órgano de control.
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