La Unicidad de Cristo en una Era de Relativismo Por Dick Keyes Director de L’Abri Fellowship, Southborough, Mass. Traducción al Español por Ruth Zurielly Martínez ____________________________________________________________________________________________________ Dick Keyes fue el orador en las Conferencias de Consejería Harrington, en la Primavera del 2003, en el seminario Covenant. Es el autor de Más Allá de la Identidad, El Verdadero Heroísmo, Cristianismo Camaleónico, y está terminando un libro sobre el cinismo. El siguiente artículo fue tomado de una conferencia sobre la unicidad de Cristo, que él impartió durante su tiempo en Covenant. Uno de los asuntos más contenciosos y difíciles que cualquier cristiano tiene que enfrentar actualmente es la cuestión de la unicidad de Jesucristo. Este asunto es difícil, en parte, porque nuestra sociedad es religiosamente pluralista. Vivimos en una sociedad en donde gente buena, inteligente y sincera alrededor de nosotros tiene muy, pero muy diferentes convicciones religiosas a las del cristianismo. En una época de tal pluralismo, ¿Qué podría llevar a una persona a creer que solo hay un Dios verdadero, y sólo un camino hacia Él? O, como me fue preguntado una vez, ¿Cuál es tu excusa para creer tal cosa? La atmósfera intelectual y espiritual en la que vivimos rápidamente responde a esa pregunta diciendo que los cristianos que creen en la unicidad de Cristo, la creen únicamente porque son arrogantes, ignorantes, etnocéntricos, y quizás neuróticos. Si un cristiano trata de convertir a alguien, entonces él o ella es visto(a) como intolerante, imperialista, y quizás hasta con un desequilibrio psicológico. Los cristianos no queremos ser arrogantes, ignorantes, etnocéntricos, o neuróticos, ni tampoco queremos siquiera que otra gente piense así de nosotros. Al mismo tiempo, la unicidad de Cristo como el Hijo de Dios, como el camino, la verdad, y la vida, el único camino al Padre, no es algo que los cristianos puedan simplemente descartar o hacer a un lado como si fuera algo opcional o que estuviera en la periferia de la fe. Conforme nos relacionamos con otros en medio de estas suposiciones desafiantes, tenemos que ir al lugar en donde algunas de esas asunciones se originan. La convicción de la unicidad de Cristo no surgió o prosperó primeramente en la era colonial del imperialismo Occidental del siglo XIX. De hecho, ni siquiera surgió en Europa. La fe cristiana es una religión del Medio oriente y no una religión Europea. Además, el pluralismo religioso no es nada nuevo. El comienzo de la fe cristiana se dio en el Imperio Romano. El Imperio Romano del primer siglo era posiblemente más pluralista que la América moderna. Era radicalmente más diverso en sus diferentes movimientos religiosos. Y la fe cristiana, con su afirmación de la unicidad de Cristo, creció y se fortaleció exactamente en ese escenario pluralista. El pluralismo en el mundo moderno puede sorprender a la iglesia de hoy, pero no representa ningún reto para la fe cristiana. 2 Irónicamente, el Nuevo Testamento tiene una relevancia especial para nosotros al lidiar con el pluralismo. Lejos de ponernos en un nuevo paradigma, el pluralismo nos regresa al primer siglo, justo al escenario del libro de Hechos. El pluralismo era exactamente lo que el apóstol Pablo enfrentaba tan pronto como salía de la puerta central de una sinagoga hacia la calle principal de cualquier ciudad gentil. Pluralismo y Relativismo Mientras que el pluralismo no es nuevo, necesitamos reconocer que nuestra sociedad ha desarrollado una forma de verlo que es aceptada ampliamente. Esa forma de ver el pluralismo es un sistema filosófico llamado relativismo. El relativismo es un posible paradigma para entender el pluralismo. Es un sistema que niega que cualquiera pueda conocer la verdad absoluta sobre Dios o sobre las cosas y afirma que para una persona es ingenuo pensar que él o ella tiene conocimiento de dicha verdad. El relativismo declara que somos finitos; que no tenemos las normas o criterio para juzgar afirmaciones de verdades que compiten entre si, ni una escala con la cual podamos medir o examinar creencias que difieren. Cuando considero el relativismo, frecuentemente pienso en el ejemplo de un salvavidas en la playa que tiene una silla elevada para poder mirar hacia abajo, por encima de todos, y ver lo que está pasando. Él logra tener una perspectiva que nadie más en la playa tiene. Todos los demás tienen sus pies en la arena y no pueden ver más allá de sus vecinos inmediatos. Pero el salvavidas tiene una silla elevada desde la cual puede ver toda la playa. El relativismo nos dice que nadie tiene ese punto de vista elevado en lo que concierne a la religión. Todos están al nivel de la tierra, únicamente con sus perspectivas locales. El relativismo afirma que hay mucha gente con perspectivas diferentes diciendo lo que ellos creen que es la verdad fundamental, pero que simplemente están expresando sus propias creencias. Ellos están intentando nombrar algo que es innombrable. El relativismo afirma que no tiene sentido hablar de que algunas religiones sean verdaderas y otras falsas; el hacerlo introduce a la discusión categorías erróneas. Para el relativista no hay religiones que sean verdaderas o falsas. Ciertamente ninguna es verdadera en alguna forma que excluya a otras de ser verdad. Todas son verdaderas en el sentido de que todas hacen más o menos el mismo trabajo; ellas expresan los anhelos humanos más profundos y son los medios para alcanzar la cohesión social; ayudan a mantener sociedades juntas y les proveen de un sentido de unidad y propósito común. Así como nunca dirías que el helado de vainilla es el único helado verdadero, y que el helado de chocolate es un helado falso porque prefieres el de vainilla; así también el relativista dice que nunca deberías hablar de esta forma acerca de tus preferencias religiosas. Los asuntos verdadero y falso no tienen lugar en la discusión. ¿Cómo se relaciona el relativismo con el pluralismo? Puesto simplemente, el relativismo le falta al respeto al pluralismo. El relativismo parece no tener un alto terreno moral. Parece celebrar la pluralidad de creencias religiosas y ser tolerante, no prejuicioso, generoso e ilustrado. Parece celebrar la diversidad de las perspectivas religiosas, pero de hecho el mensaje del relativismo es que éste es la única forma exclusiva y correcta de entender el panorama de la diversidad religiosa en el mundo. De hecho, ¡el relativismo es extremadamente absolutista! Asume para si el mismo estado que desdeña cuando otros lo asumen. 3 El Camino Hacia La Cima de la Montaña El relativista es un absolutista del closet. Puedes haber oído la idea de que todas las religiones son caminos, o senderos que llevan hacia la cima de la misma montaña. Cuando finalmente llega a la cima de la montaña y ve a Dios, la persona se da cuenta de que no tomó la única ruta, sino que hay mucha gente en su camino hacia Dios que ha tomado todo tipo de senderos o religiones. Esta analogía de la montaña suena muy humilde y hace que cualquiera que esté en desacuerdo se sienta ignorante, tonto, y arrogante al pensar que su camino es el único camino. Pero la pregunta que debe ser contestada es- ¿En dónde está parada la persona que está describiendo esta montaña? El o ella deben estar en un aeroplano para poder ver toda la montaña. ¿Por qué es el relativista el único que puede tener un aeroplano cuando todos los demás sudan subiendo con dificultad por sus caminos en ignorancia? El relativista no está dándonos simplemente una bella imagen de apertura, más bien está dando un modelo exclusivo para entender todas las religiones del mundo. El relativismo es una sobre-religión o una meta-religión que forza a todas las religiones en su propio molde. Suena humilde y dispuesto a admitir la falibilidad del conocimiento humano, pero produce una visión única de la verdad absoluta que excluye a todos los otros contendientes. El relativista afirma que tiene una percepción inmaculada de la verdad religiosa, pero al mismo tiempo niega que cualquiera pueda tener dicha perspectiva. El relativismo niega el pluralismo, la idea de que hay diferentes opciones que difieren substancialmente las unas de las otras. El relativismo, de hecho, destruye el pluralismo. Homogeniza todas las diferencias de tal manera que se ven básicamente iguales. En la ilustración propia del relativista, el pluralismo está representado por esas pobres gentes luchando para subir la montaña, todos ellos en la misma ignorancia sobre lo que están haciendo. Piensa lo que esto significa para religiones específicas. Por ejemplo la fe cristiana afirma una creencia en un Dios personal. El budismo niega que exista un Dios personal. El relativismo dice que estas dos religiones son realmente iguales en sus convicciones más básicas. Es un proceso homogenizante que obscurece las verdaderas diferencias. Así que, para el relativista todos los puntos de vista son uno sólo. Todas las religiones son caminos a la salvación. Pero aquí nos debemos preguntar, ¿Qué significa la salvación? Diferentes religiones tienen puntos de vista muy diferentes sobre la salvación. ¿Qué salvación gana el derecho de ser sobre la que hablamos? Para el budismo la salvación es nirvana. El budista finalmente deja atrás todos sus deseos y hasta la experiencia de su individualidad. Compara esto al punto de vista musulmán sobre la salvación. Cuando menos para los secuestradores de fama reciente, significaba que serían recibidos por setenta y dos vírgenes de ojos obscuros comprometidas a satisfacer cada uno de sus deseos. ¿Sobre cuál salvación estamos hablando? ¿El cielo de quién? Si tomas la línea relativista, tienes que aceptar que realmente no podemos decir nada acerca de la naturaleza de la salvación porque en el momento en que una persona lo hace, ha excluido el punto de vista de otro. Así que lo único que podemos decir es que no sabemos nada. Pero eso no nos lleva muy lejos. Así que la salvación es definida genéricamente como algo que “posibilita una vida moral verdadera” o que “mantiene a raya las fuerzas de la desesperación.” Lo que nos intriga es que ninguno de esos enunciados suena como algo 4 que surgió de alguna de las religiones del mundo, sino más bien como el moderno humanismo occidental y liberal forzado en la pluralidad de las religiones mundiales. En Defensa del Pluralismo Los cristianos necesitan ser los que defiendan al pluralismo en contra del relativismo. Necesitamos defender el punto de que hay una diferencia entre las opciones religiosas, y mantener que esas diferencias son importantes. ¿Por qué son hoy tan ofensivas palabras como ‘conversión’, ‘proselitismo’ o ‘misionero’? No es únicamente porque la gente involucrada sea hostil e insensible, porque no todos ellos lo son. Es porque la idea de conversión o proselitismo es ofensiva para las doctrinas del relativismo. Si alguien se convierte, él o ella está diciendo que las opciones no son todas iguales- de otra forma, ¿Por qué cambiaría yo? Tú no te conviertes a menos que creas que hay diferencias reales entre las opciones disponibles. La existencia de cualquier conversión es testimonio del hecho de que esas diferencias importan, y algunas conversiones son enormemente costosas. ¿Por qué no cambiar si ya no crees que tus convicciones anteriores son verdad? Y, si son lo suficientemente importantes, ¿Por qué no persuadir a alguien más a cambiar, si esa persona te importa? ¿No es esto verdad en todas las otras áreas del conocimiento? En la historia, economía, ciencias políticas, medicina y física- hay diferencias importantes. La salud de esas disciplinas académicas depende de una libre discusión sobre las diferencias en esos campos. Como hay una pluralidad de puntos de vista, la gente cambia de opinión con respecto a los impuestos, al calentamiento atmosférico, a las medidas antiterroristas, y a los orígenes de la Revolución Americana. La gente cambia sus puntos de vista con respecto a todo tipo de cosas y un buen ambiente educacional, y una sociedad libre, demandan que sea posible tener una conversión. ¿Por qué es la conversión tan problemática solo cuando se trata de la verdad religiosa en nuestra sociedad? Si existe un pluralismo real, una verdadera diferencia en las opciones religiosas, entonces es posible equivocarse, y equivocarse de tal manera que haya grandes consecuencias. Si realmente hay diferencias, es posible estar tan equivocado que esto pueda ser catastrófico. Podríamos, por ejemplo, tener que rendir cuentas a un Ser sumamente superior a nosotros mismos. Podríamos estar completamente equivocados acerca de cómo acercarnos a ese Ser superior. Podríamos estar prescindiendo de áreas completas de significado en nuestra vida aquí en la tierra. Si existen elecciones reales entre las opciones religiosas, entonces surgen algunas preguntas muy incómodas. El relativismo nos dice que es imposible estar equivocados en una forma que importe. Es perfectamente seguro estar completamente equivocados acerca de Dios, o ignorar completamente a Dios y las cuestiones de la existencia y relevancia de Dios. Los puntos de vista diferentes son solo diferencias en preferencia – vainilla, chocolate, café, o lo que sea. Esta forma de ver las cosas anima a la gente a caminar dormidos a través de las decisiones más grandes de sus vidas. Es el relativismo el que es el opio de las masas – especialmente en el moderno escenario universitario, en donde mata y desalienta a lo que pudiera ser una discusión intelectual y espiritual enormemente estimulante. Las discusiones acerca de serias diferencias, sin embargo, son vistas con mucha frecuencia como peligrosas y susceptibles de ofender a alguien. Así, la discusión sobre las diferencias es escondida 5 bajo la alfombra lo más rápido posible. Pero si respetamos la pluralidad de religiones, estamos diciendo que la elección entre ellas es posible y necesaria. ¿Dios?, ¿No Dios?, ¿Cuál dios? Estas son preguntas importantes que todos deben enfrentar. Necesitamos una atmósfera que facilite el poder hacer estas preguntas y que no las entierre en la vergüenza y el temor de caer en lo políticamente incorrecto. Cualquier persona está en libertad de creer en algo que excluya mis creencias. Los relativistas hacen esto todo el tiempo. Pero es importante que ellos admitan que están excluyendo mis creencias. Y entonces podremos hablar – de un absolutista a otro. Podemos ser civiles el uno con el otro, podemos preocuparnos el uno por el otro, podemos amarnos mutuamente, y podemos tener maravillosas discusiones juntos. Aún si terminamos aceptando que no estamos de acuerdo, yo pienso que siempre podremos aprender el uno del otro. Dándole la Bienvenida a una Discusión Abierta Si todos admitieran ser absolutistas- y que todo aquel con cualquier tipo de convicción con respecto a Dios tiene que excluir el punto de vista acerca de Dios de alguien más – podría haber una discusión mucho más fructífera. Todos tenemos absolutos. Únete al club. Todos somos fundamentalistas; es sólo cuestión de qué cosas son fundamentales para nosotros. Si pudiéramos estar de acuerdo hasta este punto, entonces la discusión acerca de Jesús como el camino a Dios podría ser una discusión que tenga lugar en una cancha nivelada. Mi esperanza es que podamos tener una atmósfera en la que la realidad del pluralismo pueda ser puesta sobre la mesa, en la que pueda haber una interacción civil entre diferentes posiciones y sus enormes implicaciones. Esto requiere de valor para dejar que las preguntas sean ventiladas y discutidas abiertamente. Debemos darle la bienvenida a una discusión abierta. En esa discusión, los cristianos deben estar listos para dar una respuesta sobre su esperanza con gentileza y respeto. Nada desacredita tan rápidamente las afirmaciones del Cristianismo como el hecho de que estas sean hechas arrogantemente, defensivamente, o únicamente con el deseo de ganar la discusión. Que podamos ver a Jesús mismo como el único que nos da la humildad y lealtad a la verdad que necesitamos para representarlo delante de nuestros contemporáneos.