R.Picolotti y R. Estrada Oyuela

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CORTE FINAL
Por Romina Picolotti*
A 7 anos de lucha de la asamblea de Gualeguaychú el gobierno nacional decide
actuar sobre su desalojo en cumplimiento de una orden judicial dictada luego de
transcurrir tres anos de estar la gente apostada en la ruta. Es que cuando ser
verde era lo políticamente correcto ni el oficialismo, ni la oposición, ni el poder
judicial se cuestionaban la legalidad del corte y mucho menos la liberación de la
ruta. Resulta aun más llamativo que el Presidente de nuestra Corte Suprema el Dr.
Lorenzetti después de 7 anos nos adelante su opinión sobre este tema
advirtiéndonos a los argentinos que los cortes de rutas o calles son ilegales. Al
mismo tiempo un destacado jurista y miembro de esta misma Corte expresó su
opinión en un sentido diametralmente opuesto. El Dr. Zafaroni reflexionó a favor
de la legalidad del corte de ruta. Los argumentos a favor de la legalidad del corte
son variados, el derecho a resistir reconocido por el derecho constitucional, la
defensa de un interés colectivo, la posibilidad real de existir rutas alternativas por
lo que el derecho a circular no se vería violentado, etc., etc.
Ante tanta confusión y concientes de los sentimientos de desazón e impotencia que
invaden a los ciudadanos de Gualeguaychú nos preguntamos ¿dónde reside la
verdad? La Bruyere expresaba que ‘frecuentemente la verdad suele ser lo contrario
de los rumores que circulan acerca de los sucesos y de las personas”. ¿Cuáles son
estos rumores con respecto al corte de ruta? Y ¿cuál es la verdad oculta detrás de
ellos?
En cumplimiento del fallo de la Haya es preciso desalojar el corte de ruta – rumor.
La verdad: el fallo en ninguna de sus páginas se expide sobre el corte de ruta, es
más cuando Uruguay planteó ante la Haya una medida cautelar reclamando para
que el Tribunal resuelva sobre el corte de ruta, la corte internacional no hizo lugar
al reclamo uruguayo.
El corte es ilegal – rumor – La verdad: existen argumentos jurídicos válidos que
avalan tanto la legalidad como la ilegalidad.
El corte perjudica a los ciudadanos de Gualeguaychú y de Fray Bentos – rumor- La
verdad: La mayor perjudicada por el corte es Botnia/UPM. En el documento del ano
2003, emitido por la propia Botnia, que fundamenta la decisión de ubicar la mega
pastera en el actual sitio, la empresa expresa como razón fundamental el hecho de
contar con un puente internacional que facilitará la logística y el tránsito de bienes
y servicios hacia y desde la pastera.
El corte vulnera el derecho de libre tránsito y circulación – rumor. La verdad:
mientras exista un paso alternativo viable este derecho no se ve afectado. Aunque
sí afecta principalmente los intereses de Botnia/UPM pues le resulta mucho más
costoso utilizar el paso alternativo. Los pasos alternativos vigentes hoy son el
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Presidente Centro de Derechos Humanos y Ambiente
puente de Concordia, el puente de Colón, el ferry Juan Lacazze y Buquebus. La
triste prueba de que el derecho al libre tránsito está garantizado lo constituyen los
24 camiones de pasta de celulosa que Botnia/UPM envió a Papelera Tucumán
desde el 06 de mayo al 25 de mayo pasado, según consta en las actas de la
Aduana uruguaya.
El corte de ruta ya no tiene legitimidad pues la Corte de la Haya entendió que no
hay contaminación – rumor- La verdad: el corte de ruta es legítimo. El fallo de la
Haya no le garantiza al pueblo de Gualeguaychú que Botnia/UPM no contamina el
río Uruguay. Por el contrario, lo único que nos indica el fallo es que Argentina no
aportó prueba suficiente sobre este punto y que a la Corte no le bastan los hechos
esporádicos de contaminación demostrados. La Corte sin embargo no rescata el
hecho de que a Argentina le es imposible recabar la prueba pues le está vedada la
entrada no sólo a la mega fábrica sino también a aquellas zonas del río que están
siendo más afectadas por el volcamiento diario de la mega pastera. Botnia/UPM
durante su vida útil vertirá al Río Uruguay 109.600.000 m3 de efluentes tóxicos.
Tampoco los rumores aluden al voto en disidencia del juez de la Haya Yusuf que
admite expresamente la negligencia en la manera en que el Alto Tribunal evaluó la
evidencia presentada sobre la contaminación del río. El juez expresó “Soy de la
opinión de que la Corte debería haber requerido asistencia técnica... con el fin de
contar con ayuda adecuada para comprender profundamente y en detalle la
evidencia científica y técnica presentada por las partes, particularmente con
respecto al posible impacto de las descargas de Orion (Botnia) en los recursos
vivos, la calidad de las aguas y el balance ecológico del Río Uruguay.”
Finalmente, el último rumor, Argentina ganó pues la Corte reconoció que Uruguay
violó el Tratado. Nos preguntamos entonces porque la gente de Gualeguaychú
resiste y llora.
El Derecho-Deber de Resistencia Colectiva – Paralelismos
entre Botnia y British Petroleum (BP)
Por Romina Picolotti*
En momentos en los que se persigue por delincuentes a los asambleístas de
Gualeguaychú y los ciudadanos del mundo miramos atónitos el mayor desastre
ecológico de la historia de Estados Unidos producido por BP, resulta oportuno
reflexionar sobre el Derecho-Deber de Resistencia
consagrado en el
constitucionalismo demócratico y la responsabilidad ambiental de las empresas
multinacionales.
Una de las primeras expresiones de este derecho-deber se encuentra en Antígona
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Presidente Centro de Derechos Humanos y Ambiente
de Sófocles. En esta tragedia, Antígona decidiendo obedecer las leyes no escritas
de los dioses, da sepultura al cadáver de su hermano Polinice, muerto en la batalla
de Tebas. Creón, el rey de la ciudad, quien había ordenado dejar insepulto al
cuerpo de Polinice por considerarlo culpable de traición y agresión armada a su
patria, ordena llamar inmediatamente a Antígona ante su presencia.
Al ser cuestionada por el propio Creón, sobre su osadía de violentar las leyes, al no
acatar la orden vigente, Antígoda responde: “Cómo que no era el Dios Júpiter
quién las había promulgado, ni tampoco Justicia ha impuesto esas leyes a los
hombres, no creí yo que tus decretos tuvieran fuerza para borrar e invalidar las
leyes divinas, de manera que un mortal pudiese quebrantarlas. Pues no son de hoy
ni de ayer, sino que siempre han estado en vigor y nadie sabe cuando aparecieron.
Por esto no debía yo, por temor al castigo de ningún hombre, violarlas para
exponerme a sufrir el castigo de los dioses”.
Es decir, Antígona entiende que tiene el derecho de resistir la aplicación de la ley
pues tiene el deber de proteger algo superior y evitar el castigo de los dioses.
Mientras la marea negra de petróleo se acerca a las costas estadounidenses, y el
crudo brota a chorros en las profundidades, algunos se preguntan si no estamos
en presencia del castigo de los dioses. Hubiera sido preferible resistir con
vehemencia a la instalación de estaciones petroleras off shore aunque esto
significara violar la legislación vigente?
Con el avenimiento del Cristianismo se consagra de manera explícita y definitiva
este derecho-deber de resistencia al imponer límites a la obediencia debida por el
individuo al Estado. Así, aunque la doctrina cristiana manda obedecer a la
autoridad civil, establece asimismo la concepción de dignidad del individuo frente
al Estado. La expresión “se debe dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es
Dios” consagró definitivamente en el derecho romano la recepción del derechodeber de resistencia. De esta manera un ‘buen’/a cristiano/a” tiene la obligación de
resistirse a obedecer a la autoridad civil, al Cesar, cuando entiende que éste ha
tomado aquello que es de Dios.
En el Estado moderno, el derecho-deber de resistencia se asocia –inter alia- con la
obligación de resistir la autoridad cuando se amenazan o vulneran derechos
humanos. Esta resistencia puede ser de índole individual o colectiva. Por ejemplo,
el campeón del mundo de boxeo Muhammad Ali (Cassius Clay), como Antígoda, se
resistió por razones de conciencia a ir a pelear en la guerra contra Vietnam cuando
tenía la obligación civil de hacerlo. El campeón expresó “lo que está aconteciendo
en Vietnam es una gran injusticia y las violaciones de derechos humanos deben
llegar a su fin”. Tres veces se negó a avanzar en la fila cuando fue formalmente
convocado, el agente federal lo amenazó con prisión por 5 anos y una multa de
U$10,000. Muhammad se resistió. Fue arrestado, el Gran Jurado Federal de
Estados Unidos lo declaró culpable de deserción y la Asociación Mundial de Boxeo
le arrebató su título mundial. Finalmente la Corte Suprema de los Estados Unidos
lo absolvió por unanimidad. Anos mas tarde, el derecho de resistir por razones de
conciencia es reconocido prácticamente por todo los países occidentales.
La jurisprudencia y la doctrina han avanzado reconociendo el derecho-deber
individual y colectivo a resistir en salvaguarda de los derechos humanos. Derechos
que pertenecen al hombre/mujer por su condición humana y que son anteriores al
Estado. El derecho a un medio ambiente sano es un derecho con rango
constitucional, reconocido asimismo en el tratado de derechos humanos de San
Salvador (Protocolo Adicional de la Convención Americana de Derechos) del cual
nuestro país es signatario.
La Corte de la Haya no se expidió sobre el corte de ruta de Gualeguaychú, es más
rechazó de manera contundente el reclamo de Uruguay para que el Tribunal
Internacional resolviera sobre esta cuestión. Sin embargo, el fallo sí ordena el
monitoreo conjunto de Botnia. Al día de la fecha Uruguay, y Botnia amparándose
una vez más en el gobierno oriental, no permite el monitoreo por parte de
Argentina de la mega planta.
Botnia cuya localización es ilegal conforme el fallo de la Haya, tampoco cuenta con
un estudio de impacto ambiental transfronterizo consensuado por ambos Estados.
Ha manipulado datos una y otra vez, expresando por ejemplo en su informe ante
el Banco Mundial que la fábrica contaba con “gran apoyo de la comunidad”, o que
consultó debidamente a las comunidades argentinas, o que se había cumplido
plenamente con el derecho internacional vigente, etc.
Resulta oportuno aquí realizar un paralelismo entre Botnia y BP. Botnia/UPM se
presenta como una de las empresas de industria de celulosa más responsables del
mundo en términos ambientales. British Petroleum aseguraba que era la empresa
líder en el mundo en responsabilidad ambiental. Sin embargo, la irresponsabilidad
demostrada por BP en el Golfo de México, en la reciente catástrofe ambiental y
social que no parece tener fin, quedó tristemente al descubierto. La conducta de la
petrolera nos recuerda la misma prepotencia e irresponsabilidad que hemos vivido
de parte de Botnia.
Al igual que Botnia, declaraba en su Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) sobre
la insignificancia del impacto de su producción o que el Río Uruguay es muy
caudaloso y profundo, cuando en realidad lo podemos cruzar prácticamente
caminando, BP declaró en su Evaluación de Impacto Ambiental sobre el mínimo
riesgo que representaba su plataforma ahora hundida y desaparecida. También BP
como Botnia expresó que en la zona había lobos, nutrias, morsas y focas. Sin
embargo las especies senaladas no habitan la zona del Golfo. Botnia declaró en su
EIA peces que no existen en el Río Uruguay. BP ofrece como referencia y contacto
para sostener sus cálculos de impacto sobre la flora y fauna, un biólogo, que murió
casi cuatro años antes de que el EIA fuera presentado a las autoridades de Estados
Unidos. Botnia, como repitiendo la historia, manipuló datos científicos para
demostrar la gran capacidad de dilución del Río Uruguay de los efluentes tóxicos
que vuelca diariamente.
Las afirmaciones de BP que derrames eventuales nunca podrían llegar a la costa
por la extrema profundidad y lejanía de la perforación y que su plan de
contingencia podía responder a un derrame 10 veces superior al actual, nos da la
misma sensación de incredulidad que nos ofrece Botnia cuando sugiere que en
realidad deja el agua del Río Uruguay más limpia de lo que la toma, y que sería
imposible que en Gualeguaychú se sienta olores derivados de su producción. Sin
embargo, los ciudadanos de Gualeguaychú tuvieron el “honor” de sentir estos
olores.
Por todo ello, porque las imágenes del Golfo son desgarradoras, porque los
ciudadanos estamos hartos de los atropellos, porque hay derechos humanos en
juego que son mas importantes que los grandes lucros de unos pocos a costa del
futuro ambiental de unos muchos, porque es nuestro deber inexcusable legar a
nuestros hijos un planeta en el que puedan banarse en sus mares y rios sin
temores, por todo lo hecho y por haber librado a nuestro Río Uruguay más
pasteras, por el enorme coraje y el ejercicio de su derecho de resitencia,
agradezco profudamente el estoicismo de los ciudadanos de Gualeguaychu y de las
más de 80,000 personas que participaron de la marcha al puente.
El monitoreo sobre Botnia “debe ser continuo”
Raúl Estrada Oyuela
El ex encargado de Asuntos Ambientales de la Cancillería argentina, Raúl Estrada
Oyuela, aseveró a LT14 que el monitoreo ambiental en la pastera Botnia debe
realizarse “de manera continua”. Por otra parte, aseveró que “no deben hacerse
especulaciones” sobre la renuncia del ex canciller Jorge Taiana.
En declaraciones a Conclusiones, Estrada Oyuela explicó que el monitoreo sobre la
posible contaminación ambiental de la pastera Botnia lo realiza la propia empresa.
“El control siempre debe ser realizado por la otra parte, no por la propia pastera”,
enfatizó el ex embajador.
Además indicó que tras el levantamiento de la protesta de asambleístas en Arroyo
Verde, el método de control para monitorear la pastera debería estar acordado en
30 días “y luego debe hacerse cumplir”. A lo que añadió que el monitoreo “deberá
ser continuo”.
En este sentido aseveró que el río Uruguay posee una capacidad “limitada” para
absorber los contaminantes que arroja Botnia. Según un informe de la consultora
canadiense Ecometrix “la masa de efluentes que está aportando el proceso químico
de la pastera se van acumulando en el río y producirán daño ambiental”, acotó el
ex embajador.
Por otra parte al ser consultado sobre la renuncia de Jorge Taiana como canciller,
Estrada Oyuela respondió: “No se deben hacer especulaciones, las cosas se irán
aclarando con el correr de los días”.
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