notas sobre deducibilidad IVA

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NOTAS SOBRE LA DEDUCIBILIDAD DEL IVA SOPORTADO
A.- La deducibilidad del IVA está sujeta, ENTRE OTROS, al cumplimiento de
tres requisitos:
1. Objetivos: que las cuotas soportadas en facturas que estén relacionadas
con las prestaciones de servicios que prestamos.
2. Formales: que estén soportadas en facturas que reúnan todos los
requisitos reglamentarios: identificación del proveedor el destinatario,
descripción de la operación, cuota de IVA separada del resto de la
contraprestación.... Por tanto, no son deducibles las cuotas de IVA
documentadas en tickets.
3. Registrales : que las facturas estén asentadas en los libros de IVA.
B.- Hay, sin embargo, una serie de operaciones ( artículo 96 LIVA) que no dan
derecho a la deducción del IVA soportado. Son las compras de los siguientes
bienes o servicios :
1.º Las joyas, alhajas, piedras preciosas, perlas naturales o cultivadas, y
objetos elaborados total o parcialmente con oro o platino.
2.º Los alimentos, las bebidas y el tabaco.
3.º Los espectáculos y servicios de carácter recreativo.
4.º Los bienes o servicios destinados a atenciones a clientes, asalariados o a
terceras personas.
5º. No obstante, si serán deducible el IVA soportado en la compra de los
objetos publicitarios de escaso valor ( Precio inferior a 90, 15 €, con algún
matiz poco importante) aunque se regalen a clientes, asalariados....Por
ejemplo, los bolígrafos rotulados con el nombre de la empresa entregados con
finalidad publicitaria, sí serían deducibles
6.º Los servicios de desplazamiento o viajes, hostelería y restauración, no
serían deducibles salvo que el importe de los mismos tuviera la consideración
de gasto fiscalmente deducible a efectos del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas o del Impuesto sobre Sociedades.
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Por ejemplo: los gastos de restaurante con clientes, relaciones públicas... sí
serían deducibles, en la medida en que esos gastos no son liberalidades, si no
gastos necesario o convenientes dentro del contexto de la propia actividad.
C.- Es claro que, en multitud de ocasiones, se van a plantear problemas de
prueba a la hora de acreditar si una determinada compra de bien o servicio
está correlacionada con la actividad o con un consumo privado del empresario.
Así, por ejemplo, ¿ Cómo probar que un gasto de restaurante se ha realizado
con clientes y no en el contexto de las relaciones privadas? ¿ Cómo demostrar
que un determinado electrodoméstico se utiliza en la empresa y no en el
domiclio privado?
Dicho lo anterior y atendidas las circunstancias concretas, cabe ahora invocar
una jurisprudencia que se va abriendo paso y que atiende a criterios de
razonabilidad. No obstante, ni está actualmente ratificada por el Tribunal
Supremo ni admitida en todo caso por la Administración.
Transcribo el Fundamento de Derecho Tercero de la Sentencia del TSJ de
Cataluña, de 24 de enero de 2.008 :
“En efecto, tratándose, como es el caso, de gastos de restaurantes, bares,
parquímetros, peajes, taxis, etc., no cabe exigir que el sujeto pasivo haya de
aportar, respecto de cada uno de ellos, una factura completa con indicación del
destinatario, lo que resultará del todo inviable en la práctica totalidad de los
casos, ni menos que, también de forma individualizada y pormenorizada, se
acredite la relación directa con la actividad. Por el contrario, habrán de ser
consideraciones generales respecto de los usos y costumbres habituales
en estos casos, en relación con la razonabilidad y proporcionalidad, lo
que determine su admisión o rechazo. Y en el caso no ha quedado puesto
de manifiesto por la Inspección que tales consideraciones lleven al rechazo de
la deducibilidad, sino que se ha basado, estrictamente, en consideraciones
formales que, dice, no permiten conocer si el gasto es necesario para la
sociedad o se trata de gastos particulares de los empleados. Aún así, si los
gastos son razonables y proporcionados con los ingresos y responden a
lo habitual en las actividades propias de la entidad recurrente, como es el
caso a juicio de la Sala, los gastos han de estimarse deducibles.”
Esta sentencia es especialmente significativa por su SENSATEZ.
Ciertamente el IVA es un impuesto neutral que no debe gravar al empresario o
profesional, si los bienes o servicios adquiridos se afectan a la actividad.
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Y ciertamente hay determinados bienes o servicios cuya adquisición puede
plantear dudas.
Ante esta disyuntiva, puede suscitarse uno de estos dos comportamientos:
o bien la tentación de negar en todo caso la deducibilidad ( lo que,
simplemente evidenciaría que se considera defraudador al
contribuyente por principio y que se es poco respetuoso con la
neutralidad del IVA )
o admitir la deducibilidad en todo caso ( lo que parece poco
prudente porque la Administración quedaría indefensa ante
comportamientos maliciosos y abusivos)
Ante esa tesitura,
el Tribunal toma una postura plenamente ponderada,
equilibrada e inteligente , pues considera que si:

Los gastos son adecuados a los usos y costumbres.

Si son razonables

Y si son proporcionados con el volumen de ingresos de la sociedad.
No puede negarse su deducibilidad, ni exigirse al contribuyente una prueba
definitiva, individualizada y pormenorizada, que acredite terminantemente la
relación directa con la actividad, pues la exigencia de tal prueba , que por el
rigor con que se demanda es imposible de aportar, supone, simplemente,
impedir por la vía de hecho la deducción del IVA.
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