EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN EL SECTOR SOCIAL Notas © preparadas por Julio SILVA-COLMENARES, Dr. sc. oec. * para una exposición ante el IV ENCUENTRO REGIONAL DE ADMINISTRADORES organizado por la FACULTAD DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS de la CORPORACION UNIVERSITARIA DE LA COSTA -CUCBarranquilla, 23 de abril de 1.999 CONTENIDO 1. 2. 3. 4. 5. 6. Un déficit muy costoso Gerencia de lo privado, lo público y lo social Especificidad del Sector Social El Atraso empresarial en el Sector Social Una Gerencia para la Eficiencia y la Equidad Herramientas gerenciales al servicio de lo social 1. UN DEFICIT MUY COSTOSO Si bien se insiste mucho en el déficit pecuniario, casi nunca se reconoce que en el sector social, ya sea público o privado, al lado de amenazas o prioridades financieras reales se presenta otra situación de igual validez: el «déficit de gerencia», que por ser oculto no es menos grave. Su cuantificación exacta es difícil pero su magnitud aproximada es gigantesca. Para acercarnos a esta magnitud, basta un «botón de muestra», como se dice en el habla popular. Un costo oculto por ineficiencia e ineficacia del 20% --igual proporción que para su caso consideran estadounidenses y europeos-- en el gasto médico y hospitalario --que representa la mitad del gasto total en salud-- significaría que por el «hueco insondable» del «déficit de gerencia» se van al año entre 250 y 300 millones de dólares. Con esta suma podría darse atención en salud a más de tres millones de colombianos en el régimen subsidiado. Y si se hace el cálculo sobre toda la producción de bienes y servicios sociales el resultado también es impresionante. Considerando que este tipo de Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 1 dependencias y entidades maneja no menos del 20% al 25% del PIB nacional y que el «costo oculto» de la ineficiencia y la ineficacia se mantiene, por lo menos, en el mismo 20% del gasto total, estamos hablando de que por este «hueco» ampliado se va, como mínimo, del 4% al 5% del PIB, esto es, entre cuatro mil y cinco mil millones de dólares al año. Monto de «no-crecimiento» y/o «no-desarrollo» que se está yendo en utilización inadecuada o innecesaria de los recursos, en «burocratismo» o incluso en apropiación dolosa de los bienes disponibles por carecer de adecuados controles internos, para mencionar los «caminos» más conocidos. De esta manera, insistir sólo en el incremento del gasto social, puede llevar a que por el «hueco» de la ineficiencia y la ineficacia se vayan en forma subrepticia sumas que ya son billonarias. La discusión no es si existe subordinación de la política social a la política económica o si el gasto social y el gasto económico son excluyentes, sino como deben complementarse y armonizarse en una estrategia integral de desarrollo, que tenga en cuenta que la «deuda social» no sólo se paga con la solución del «déficit pecuniario» en el gasto social, sino también con la solución del «déficit de gerencia» en el sector social. Si se asignan más recursos pero se gerencian mejor, el efecto no será una simple suma aritmética sino una multiplicación sinérgica. Por tanto, reducir --por lo menos-- o eliminar --como situación ideal-- este «déficit de gerencia» debe ser prioridad, si de verdad se desea un compromiso serio con la construcción del nuevo Estado social de derecho y con el bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, como lo ordena la Constitución del 91. Lo anterior no niega que existen dependencias y entidades que gozan de gerencias dignas de imitarse, pero que, son las excepciones que confirman la regla. Pero es necesario insistir en que para reducir el «déficit de gerencia social» no es suficiente modernizar las instituciones --lo que a veces sólo se reduce a comprar equipos nuevos y computadores--, sino hay que hacer lo más difícil, modernizar los procesos, y lo más importante, modernizar el recurso humano. O sea actualizarlo, ponerlo a tono con lo más avanzado del pensamiento actual, es decir, aplicar lo que es una vieja «cantaleta» y prioridad en otras partes: educar, educar y educar. Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 2 2. GERENCIA DE LO PRIVADO, LO PUBLICO Y LO SOCIAL En este sentido, lo primero a señalar es que existen similitudes y diferencias entre la gerencia privada, la gerencia pública, esto es, de las instituciones estatales, y la gerencia social, que debe desempeñarse --situación legitimada hoy desde la propia Constitución Política-- en un sector mixto, en donde coexisten empresas privadas, estatales y mixtas. Será necesario, por consiguiente, revisar las principales bases conceptuales de las distintas modalidades gerenciales, así como la presentación de lo que serían los rasgos distintivos de una gestión para la eficiencia económica y la eficacia social, centrada en la satisfacción de los ciudadanos y con prioridad para los consumidores de bienes y servicios sociales, esto es, para la calidad y la equidad. Partiendo de lo anterior y otras consideraciones, se desarrolla la idea de «profesionalizar» la gerencia de las empresas sociales, sobre la base de dos aspectos fundamentales: una estrategia de gestión para la eficiencia económica --alta productividad en el uso de los recursos disponibles-- y la eficacia social --cumplimiento de los objetivos propuestos-- y una táctica de desarrollo de habilidades gerenciales modernas. No puede olvidarse que la principal peculiaridad de la gerencia social es su objetivo fundamental: contribuir a la valorización, a agregar valor, al más importante capital de cualquier sociedad: el capital humano, los hombres y mujeres, la gente, como quiera llamársele. Diciéndolo con otras palabras, su propósito esencial es «engrandecer», dignificar a las personas. Un documento de enero de 1.996 del Consejo Nacional de Política Económica y Social --CONPES-- insiste en la necesidad de superar el «cuello de botella» de lo que se ha venido llamando el «déficit» de gerencia que padecen los programas y empresas sociales y señala a la capacitación en Gerencia Social como uno de los instrumentos que le permitirán una mayor efectividad a la política social gubernamental. Documento que refuerza dos pronunciamientos anteriores del CONPES; en noviembre de 1.994, al aprobar nuevas orientaciones en Ciencia y Tecnología, destacaba como un objetivo apoyar la investigación que se oriente a fortalecer la capacidad de gestión que permita una mayor eficiencia en la prestación de los servicios sociales y luego, en junio de 1.995, introdujo como parte de un nuevo paradigma para la gerencia Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 3 pública la idea de desarrollar un modelo de gerencia social. Pero la concepción del CONPES adolece de dos fallas que vale la pena corregir. En primer lugar, parece que el documento de enero de 1.996 no es justo con un sector de la sociedad colombiana cuando propone crear un programa de capacitación en diseño de políticas sociales y gestión social utilizando para ello la capacidad y conocimientos desarrollados por organizaciones internacionales, cuando en el país ya existe un buen acervo al respecto. No sólo muchas organizaciones sin ánimo de lucro e investigadores privados están trabajando desde hace varios años sobre esta temática, sino que también están en pleno funcionamiento diversos programas de pregrado y postgrado, así como de educación continuada y no formal, que se centran o hacen énfasis en la Gerencia Social. Una segunda debilidad de los documentos CONPES consiste en identificar casi de manera exclusiva la gerencia social con la dirección de programas y empresas sociales estatales, cuando a la luz de la Constitución del 91 cada día tienen un mayor campo de acción en el cumplimiento de la “finalidad social del Estado” empresas sociales privadas; aún más, ya existen en Colombia miles de empresas privadas sociales, de muy distinta naturaleza jurídica y muy diverso nivel de desarrollo organizacional, que se «mueven» en el «mercado sui-géneris» de los bienes y servicios sociales. Ellas también necesitan una gerencia social moderna. Como es sabido, en la actualidad se está en un proceso de rápida transformación de los paradigmas gerenciales y de estructura organizacional. Desaparecen los modelos burocrático-formales tradicionales, tanto en el sector público como en el privado, y se avanza en alternativas no convencionales, que buscan la mayor flexibilidad con estructuras abiertas y relaciones horizontales. Incluso en el sector privado se pasa a empresas descentralizadas que llegan a eliminar el organigrama vertical para adaptarse con mayor facilidad a cambios acelerados del entorno. Hoy se sustituye la administración, como logística de los recursos, por la gerencia, más orientada hacia objetivos, estrategias y procesos. Al buscar diferencias entre la empresa privada tradicional, con ánimo de lucro y ubicada en sectores como el agropecuario, industrial, comercial o Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 4 financiero, y la empresa pública (por ejemplo, las empresas industriales y comerciales del Estado) y social, esto es, dedicada a la producción de bienes y servicios sociales, cuya naturaleza jurídica puede ser a su vez estatal, privada o mixta, para muchas personas existe una barrera infranqueable entre la empresa privada y la empresa pública y social y, aún más, entre la forma de gobernar los asuntos privados y los asuntos públicos y sociales. Parecería que siempre la empresa privada está regida por el mercado y produce bienes y/o servicios que se realizan en éste a un precio conocido y fijado en razón de costos competitivos, mientras la empresa pública y social no se mueve en el mercado y al estar regida por razones de Estado y/o de política gubernamental, produce bienes y/o servicios que parecería no tienen precios y si los tienen no se fijan en razón de los costos. Pero tal separación es artificial, pues tanto las unas como las otras existen en el seno de la misma sociedad y sujetas a las mismas relaciones económicas mercantiles, con la peculiaridad que corresponde a la actividad que desarrollan o al «escenario» en que se mueven. Así mismo, la historia de los últimos decenios en Colombia enseña que tal idea puede ser muy popular pero no es representativa de la realidad. Muchas empresas privadas no soportan la competencia en un mercado que ha estado protegido y sus costos se han beneficiado de cuantiosos --y a veces ocultos-- subsidios estatales o de precios excesivos que pagan los consumidores colombianos. Protección y subsidios que en muchos casos crearon monopolios que nunca pasaron por el acicate de la competencia, y que llevaron a Colombia a tener uno de los más altos niveles de concentración del capital. O, al contrario, existen empresas públicas y/o sociales muy eficientes que pueden competir en cualquier mercado y con cualesquiera competidores. De otro lado, se ha avanzado también en la caracterización del mercado «sui géneris» de bienes y servicios sociales, mercado que se mueve en el marco de dos concepciones teóricas complementarias y de actualidad: crecimiento compartido y competencia regulada. De otro lado y con mayor énfasis en la empresa pública y social, todavía se cree que puede hacerse una planeación minuciosa, capaz de prever hasta el más mínimo detalle, cuando lo que se requiere hoy es una previsión del futuro capaz de acomodarse a los cambios y por eso se aconseja trabajar con la técnica de los escenarios posibles; en concordancia con lo anterior, es Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 5 imposible concebir un control administrativo de los detalles, que consume tiempo y recursos físicos y humanos que podrían dedicarse a otros menesteres, olvidándose muchas veces del control de gestión, esto es, de los procesos, las estrategias y los objetivos. Así mismo, en las empresas públicas y sociales se olvida que toda organización debe verse interrelacionada en forma creciente con la economía mundial, con el vertiginoso cambio tecnológico que ocurre hoy y con la búsqueda de nuevas estructuras organizacionales, en ambientes de complejidad e incertidumbre. Organizaciones que deben gerenciarse como «sistemas abiertos» en donde no se puede esperar respuestas exactas sino resultados que se mueven en determinados rangos de probabilidad, en donde no hay trayectorias únicas sino caminos zigzagueantes. Como dijera Machado, “caminante no hay camino, camino se hace al andar”. 3. ESPECIFICIDAD DEL SECTOR SOCIAL Si bien no existe una definición unívoca como ocurre, por ejemplo, con la agricultura, la industria y las finanzas, para mencionar algunos sectores, el llamado «sector social», está integrado por entidades dedicadas a la producción y distribución de bienes y servicios sociales como agua, alcantarillado, plazas de mercado, salud y hospitalización, educación y cultura, atención de niños y ancianos, recreación, vivienda popular y similares, ya sea en forma directa, indirecta o de simple coordinación. Parte de esta producción va a entregarse a empresas que pueden ser de propiedad estatal, privada o mixta, pues en este caso la responsabilidad del Estado no es tanto de producir y distribuir cuanto de garantizar a los ciudadanos el acceso equitativo y oportuno a tales bienes y servicios y vigilar su calidad. En este tipo de entidades, que se mueven en el campo del llamado «gasto social», se debe trabajar con el criterio de funcionamiento sistémico y proponerse sustituir el subsidio a la oferta por el subsidio a la demanda. El funcionamiento sistémico supone que en esa área o actividad se integran en sistema todas las entidades relacionadas, ya sean del sector público -gobiernos nacional, departamental o municipal-- o del sector privado. Como Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 6 es comprensible, esta integración no es jerárquica sino funcional, esto es, de coordinación y complementación. 4. EL ATRASO EMPRESARIAL EN EL SECTOR SOCIAL El «sector social», tanto público como privado, incluidos los ministerios de lo social—con excepciones que confirman la regla--, está muy atrasado en aspectos gerenciales, manteniendo modelos empresariales “pegados” a la jerarquización, la verticalidad y la rigidez. Es indispensable que las empresas sociales aprovechen el «know-how» organizacional y gerencial moderno, lo que en principio no implica una gran inversión sino un cambio cultural sustancial. En la búsqueda de causas que expliquen el atraso organizacional en las empresas sociales, podemos mencionar algunos otros factores, tales como la debilidad política del sector y sus instituciones y empresas, que siempre han estado muy desvinculadas de los centros de decisión, y más bien han sido víctimas del clientelismo y la lucha politiquera por el poder, lo que se agrava con la falta de concertación y compromiso real con la sociedad civil, en general, y su comunidad, en particular. Así mismo, conspiran contra la eficiencia y la eficacia la existencia predominante de organizaciones centralizadas, autocráticas y sin participación, con estructuras piramidales y excesivos niveles jerárquicos. El atraso en tecnología administrativa también se aprecia en la ausencia y/o desconocimiento de normas específicas, la presencia de métodos y procedimientos imprecisos y de funciones superpuestas, tanto al interior de cada institución como en el conjunto sectorial. A su vez, en las instituciones y entidades del sector social se observa todavía mucha incapacidad para abordar operaciones multi-institucionales --en sus relaciones intra y extrasectoriales--, dificultad para utilizar la evaluación como instrumento gerencial --en su propio trabajo interno--, gran resistencia al cambio --en lo político y cultural--, y, en resumen, carencia de una gerencia específica o especializada en el sector social. Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 7 5. UNA GERENCIA PARA LA EFICIENCIA Y LA EQUIDAD Salir del atraso organizacional significa pasar a empresas eficientes y eficaces. Para facilitar la comprensión de este cambio, es necesario ponerse de acuerdo sobre el contenido de los términos. Por consiguiente, podría decirse que la eficiencia es la medida que relaciona los resultados obtenidos con el esfuerzo social o recursos utilizados. O sea que la eficiencia puede entenderse como la utilización de lo que se dispone para obtener los mayores y mejores resultados con el menor desperdicio y/o costo de recursos; por tanto, en este caso se orienta más a la búsqueda de una mayor rentabilidad social. A su vez, la eficacia es la medida relativa de los resultados obtenidos respecto a los objetivos o fines esperados, o sea que tiene una relación más estrecha con el propósito de mejorar la calidad de la vida. Es decir, mide el avance hacia lo que se quiere o necesita, haciendo bien lo que se debe hacer. La conjunción de eficiencia y eficacia debe servir para afianzar un modelo de sociedad que procura el progreso humano con desarrollo sostenible. En el difícil camino hacia una gerencia social para la eficiencia y la equidad hay que destacar que todavía es mucho el trecho que queda entre el deber ser y el ser. Lo necesario para lograr una gerencia social de alta calidad técnica y humana está muy distante de lo existente en la actualidad, tanto en Colombia como en América Latina y el Caribe, sin hablar de otras regiones del mundo. Se necesita un esfuerzo gerencial de largo plazo y lo que existe es una gran inestabilidad de la alta y media dirección de las instituciones y las empresas, lo que impide otra condición necesaria para el éxito: el compromiso indelegable de la alta gerencia con los fines sociales de la entidad y los medios para lograrlos al menor costo posible, pues lo habitual es el poco compromiso de los directivos. Incluso se encuentran personas que consideran su presencia un «accidente» que más bien deben utilizar en beneficio personal; como se dice en Colombia, hay que aprovechar su «cuarto de hora». Si bien la gerencia social debe aprender de los modelos gerenciales desarrollados para la actividad empresarial tradicional --llamados por algunos «modelos gerenciales privados»--, no puede caerse en la ingenuidad de considerarlos como «milagrosas panaceas» que ofrecen solución para cualquier problema. Sin desconocer lo universal y general, hay que buscar lo particular y específico de lo social. Partiendo de la experiencia acumulada -Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 8 positiva y negativa-- hay que pensar en respuestas propias innovadoras, planear con audacia una nueva conceptualización de la gerencia social y la renovación creativa de las concepciones que han dado fruto. Si bien en las empresas sociales se encuentran muchos casos de ineficiencia, del otro lado no toda empresa privada tradicional, por el sólo hecho de serlo, es eficiente y produce excelentes bienes o servicios. La evidencia histórica muestra que en América Latina y el Caribe, en general, así como en Colombia, en particular, cada vez hay mayor capacidad de dirección y liderazgo para comprometerse con unos objetivos y lograrlos; incluso bajo la dirección y liderazgo de la propia comunidad se han llevado a cabo proyectos exitosos de gran magnitud o impacto social. Todo lo anterior confirma que si bien los conceptos y técnicas de la gerencia moderna son indispensables en la empresa privada para sobrevivir en la compleja vida de hoy, también en la dirección de las empresas sociales se requieren los mismos conceptos y técnicas, con las adaptaciones, especificaciones o limitaciones del caso, para atender con oportunidad y suficiencia a los ciudadanos y ofrecer a los consumidores y usuarios mejores bienes y servicios a menores costos y precios más equitativos, ya sea que se paguen del bolsillo individual o con fondos públicos. Además, el proceso en marcha de descentralización lo exige con mayor razón. Por tanto, la gerencia debe utilizar las técnicas más avanzadas de gestión, como son planeación y dirección estratégicas, gerencia del servicio, calidad total, gerencia por objetivos, cero defectos, gerencia por políticas y otras similares, unificadas todas por un propósito común: lograr la mayor eficiencia y eficacia en la relación entre esfuerzo social, esto es, recursos de la sociedad, y resultados y objetivos, que en la empresa social debe cumplir un papel parecido a los criterios de costo-beneficio, rentabilidad y sobrevivencia de la empresa privada. No obstante lo anterior, la situación existente hasta ahora comprueba que en los programas, proyectos y empresas sociales predomina una concepción asistencialista y una acción desvertebrada, desintegrada, con escaso recurso profesional calificado, en especial en el área gerencial, lo que ha dado como resultado una notoria debilidad institucional y significativa ineficiencia Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 9 organizacional que dificulta la respuesta ante los cambios, lo que no niega la existencia de entidades modernas, que han superado esta etapa y son capaces de asumir las transformaciones en marcha. En este sentido el reto es pasar de una gerencia «correctiva» de los efectos encontrados a una gerencia «anticipativa» de los efectos previsibles. 6. HERRAMIENTAS GERENCIALES AL SERVICIO DE LO SOCIAL Aunque existe un amplísimo catálogo de técnicas modernas de gestión que pueden utilizarse por parte de la gerencia de las empresas sociales—casi las mismas que tiene a su disposición cualquier gerente privado--, en este corto numeral se quieren mencionar sólo algunas que mejor se adaptarían a la gestión que las tipifica y permiten abordar la dirección de tales entidades con mayor facilidad. Como se sabe bien, la planeación estratégica, a diferencia de la planeación normativa habitual, no diagnostica sino explica situaciones que deben transformarse, en un proceso de cambio y mejoramiento continuo, es decir, supone la acción para obtener resultados. Diciéndolo de otra manera, es un proceso que implica planeación y dirección estratégicas, en forma entrelazada y permanente. En este sentido, significa una ruptura total con la tradición gubernamental, en que la planeación es un ejercicio reservado a los técnicos‚ y la dirección‚ a los políticos, con muy poca o nula comunicación entre las dos fases. Parecería que la planeación se hace para cumplir normas legales o ganar prestigio público y la dirección para satisfacer intereses individuales o de hegemonía grupista. Simultánea con esta fase de la planeación estratégica y en apoyo de la nueva cultura organizacional que se desea generar, es indispensable determinar la misión, que no es más que el reconocimiento explícito de la función social de la entidad. Esto es, qué hace, porqué lo hace, para quién lo hace, cómo lo hace y con quién lo hace, que son las principales preguntas que pueden responderse cuando ha sido bien definida la misión. Definida la misión --que no es eterna, pues está en dependencia de los factores cambiantes que determinan la función social--, es conveniente identificar una visión futura de Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 10 la organización, o sea, cómo se quiere ser o dónde se quiere estar en un horizonte de tiempo y de espacio. Al lado de la incorporación de tecnología administrativa moderna, son necesarios otros cambios que se articulan y complementan. Entre éstos, pueden mencionarse los siguientes: a) la aplicación de conceptos de mercado --no del «capitalismo salvaje» sino de la sana competencia-- a los bienes y servicios sociales, lo que implica desarrollar criterios nuevos de mercadotecnia que tengan en cuenta el carácter «sui géneris» de estos bienes y servicios; b) la sustitución del control fiscal «policivo» --que tanta corrupción genera-- por un estricto control interno bajo responsabilidad de la gerencia y un control posterior de gestión por una auditoría externa especializada, y c) el uso de la tecnología de computación para crear sistemas de información oportunos y pertinentes, que sirvan a la gerencia para tomar «decisiones inteligentes». Como estas «empresas» deben estar orientadas al mercado --aunque no siempre sus ciudadanos-clientes deben someterse a las duras leyes de la competencia-- es indispensable que desarrollen habilidades de mercadotecnia social, no sólo para ubicar a los consumidores-usuarios potenciales y facilitarles su conversión en consumidores-usuarios efectivos, sino también para identificar recursos subutilizados o productos y/o servicios nuevos que permitan «vender» más y/o aumentar cobertura, incrementar los ingresos y repartir mejor los cargos fijos. Como un apoyo indispensable para una gerencia moderna, es necesario introducir los principios y técnicas de la contabilidad empresarial privada, en sustitución de la vieja contabilidad presupuestal gubernamental, que si bien fue un avance en los siglos 18 y 19, ya es una técnica apenas útil para la «tienda de la esquina» e insuficiente para medir el cumplimiento de los fines sociales del Estado. Como es natural, este cambio exige «flexibilizar» las normas presupuestales y hacer que los gerentes no respondan por gastos sino por costos y resultados, de un lado, y objetivos y satisfacción de ciudadanosclientes, por el otro. Ahora, cuando en diversos programas y proyectos sociales se impone la intermediación de los «fondos sociales» para asignar recursos y el criterio de Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 11 la «focalización» para distribuirlos, puede decirse que si bien no es condición «sine qua non» para «focalizar» tener instituciones modernas, no hay duda que manejar con transparencia y oportunidad subsidios específicos e individualizados, identificando bien a los beneficiarios, requiere un desarrollo organizacional con una determinada capacidad administrativa y la existencia de sistemas de información de cierta sofisticación. © Propiedad intelectual de Julio SILVA-COLMENARES. permiso. Prohibida su reproducción sin Economista, Contador Público, Administrador de Empresas, PhD en Economía y Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de Rostock (Alemania); miembro de número y Vicepresidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas; profesor emérito de la Universidad Autónoma de Colombia –FUAC-; profesor visitante de postgrados en varias universidades de Colombia; autor de más de 20 libros y folletos y de más de 200 ensayos y artículos científicos publicados en el país y en el exterior; en la actualidad, Director de Postgrados en Ciencias Económicas y Sociales de la FUAC y columnista de la página editorial del diario económico y empresarial La República. Julio SILVA-COLMENARES EL «DEFICIT DE GERENCIA» EN SECTOR SOCIAL 12