ANTECEDENTES DE LA INDUSTRIA TEXTIL EN COLOMBIA

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EMPRENDIMIENTO III
NOMBRE DEL PROYECTO
CONFECCIONES JUNIOR BABY
INTEGRANTES
LAURA MELINA OCHOA
SANDRA MILENA BERMUDEZ
PRESENTADO A LUDWING ROMAN
TECNOLOGICA FITEC
MERCADEO
SEPTIEMBRE 6 DE 2009
ANTECEDENTES DE LA INDUSTRIA TEXTIL EN COLOMBIA
El 19 de septiembre de 1908 la historia de Antioquia y de la industria
en Colombia registró un cambio trascendental. Ese día empezaron las
producciones de telas de la planta de la Compañía Colombiana de
Tejidos (Col tejer) en la que era considerada la más moderna planta
del país, por su tamaño y el impacto que tuvo para la economía y la sociedad
nacionales.
Col tejer fue la primera empresa textil, fundada por la familia Echavarría en
1907 y que comenzó la producción en 1908 en Medellín, a diferencia de las
otras textileras que estuvieron en los municipios cercanos (Bello y Envigado).
Sus socios fundadores fueron Alejandro Echavarría y Vicente B. Villa a nombre
de dos casas comerciales: Alejandro Echavarría e hijos y R. Echavarría y Cía.
Esta familia y sus casas comerciales eran los sucesores de la firma Rudesindo
Echavarría e hijo, fundada en 1872 por un rico comerciante de Barbosa. Su
principal actividad era el comercio de "mercancía al por mayor" a través de
almacenes, en los que un renglón importante eran las telas importadas.
Los avisos de la prensa de 1909 permiten comprobar la estrecha relación entre
la producción de telas, ahora en el país, y la distribución a través de sus
propios almacenes ya establecidos: "Tejidos de los nuestros van gustando más
día por día. Compañía Colombiana de Tejidos. Se venden en los almacenes de
R. Echavarría y Cía., Alejandro Echavarría e hijos". (Aviso comercial. La Patria,
Medellín, febrero 23 de 1909).
De esta manera se lograba la integración perfecta: los antiguos importadores
de telas, con una clientela ya asegurada y almacenes bien surtidos, producían
ahora telas y las distribuían ellos mismos. El capital de la familia Echavarría
provino del comercio de importación y constituye un caso típico de un
comerciante minorista que se transformó en importador y se volvió rico. Según
el historiador inglés Roger Brew, la familia Echavarría, a diferencia de las
típicas de comerciantes ricos de Medellín, era más bien nueva en los negocios.
Vicente B. Villa a su vez provenía de una familia de ricos comerciantes y
banqueros. Su madre era hija de Julián Vásquez Calle, que junto con su
hermano Pedro fueron unos de los hombres más ricos de Antioquia; y su
abuelo Vicente Villa, de los primeros que comerció con Jamaica. De otra parte,
estuvo casado sucesivamente con dos hijas de Rudesindo Echavarría y estudió
química e ingeniería eléctrica en el Instituto Tecnológico de Massachussets en
Estados Unidos. Fue uno de los fundadores de la Empresas de Teléfonos de
Medellín y gerente de la Empresa de Energía de Medellín, de la que los
Echavarría eran fuertes accionistas.
Primeros telares
Antes de Coltejer es claro que el país tenía una tradición en la producción de
textiles. En el siglo XIX sobresalieron los telares artesanales de Santander, que
suplían en buena medida el mercado interno de telas burdas. En 1886 se creó
la empresa de Hilados y Tejidos en Samacá (Boyacá) sobre una larga tradición
artesanal. En Barranquilla, en 1910, se creó la Fábrica de Tejidos Obregón,
entre otras.
Pero la primera fábrica moderna se creó en el municipio de Bello (Antioquia)
por un grupo de empresarios antioqueños, encabezados por el ingeniero y
general Pedro Nel Ospina Vásquez, quien luego sería en los años 20
Presidente de la República, tal como lo había sido su padre Mariano Ospina
Rodríguez. La fábrica se denominó Compañía Antioqueña de Tejidos, pero fue
más conocida como la Fabrica de Tejidos de Bello y se localizó, como fue usual
en esta época, en cercanías de una fuente de agua (La García) con el objetivo
de producir su propia energía a través de una rueda Pelton.
Pedro Nel Ospina, por entonces desterrado a causa de los conflictos políticos,
estudió el asunto en México a finales del siglo XIX y en 1903 comenzó a
despachar la maquinaria desde Inglaterra. Para su traslado a Bello, la
maquinaria sufrió tantos daños que como afirma con un poco de exageración el
historiador e hijo de Pedro Nel, Luis Ospina Vásquez: "Fue hecha en los
Talleres de Robledo", que fueron los encargados de repararla. Esta primera
empresa fracasó y fue adquirida por la familia Restrepo Callejas. No obstante
siguió funcionando varios años y finalmente se fusionó con la futura Fabricato.
Por su parte Coltejer tuvo una capacidad de producción que permaneció
prácticamente igual hasta 1931, cuando se inició su expansión. Pero fue la
adquisición de la firma textilera de Rosellón en 1942, que funcionaba en
Envigado, la que contribuyó notablemente a consolidarla en el país. Para 1943
contaba ya con 70.000 husos, 1.900 telares y 4.000 trabajadores. Según
Santiago Montenegro, fue realmente la coyuntura creada alrededor de la
Segunda Guerra Mundial lo que produjo el enorme crecimiento de esta
empresa.
Desde comienzos del siglo XX las empresas textiles utilizaron la publicidad
para aumentar sus ventas y sustituir el consumo de las telas importadas. Así
por ejemplo se realizaron campañas patrióticas a favor de los productos
nacionales.
"Con el apoyo adicto a todas las clases sociales, esa cruzada nacionalista ha
conseguido ya que en Antioquia todo el mundo vista con telas elaboradas en el
país... Proteja la industria colombiana. Vístase bien y económicamente con
telas del país"...
Así por ejemplo la fábrica de tejidos de Bello utilizó el lema: "A estas telas no
las rompe ni el diablo", acompañada de un dibujo en donde aparecía el diablo
halando la tela, que reforzaba gráficamente el texto y que llegó a ser muy
célebre.
En síntesis, las primeras empresas textileras fueron la prolongación de las
casas comerciales creadas desde tiempo atrás y ligadas a élites familiares,
cuyos nexos de parentesco e intercambios matrimoniales reforzaron sus
diversificados intereses económicos, que los protegerían de los altos riesgos
que tuvo la actividad económica.
VALORES
Es así como JUNIOR BABY LTDA define los siguientes valores institucionales
buscando una identidad propia que la represente en su entorno social y
económico:
Honestidad: Somos fieles y leales con la empresa, expresándolo con un
trabajo de calidad.
Autoestima: Establecemos una misión y un objetivo de vida, trabajamos para
conseguirlos, esperamos el uso pleno de todas las potencialidades y
capacidades; así se logra el éxito.
Responsabilidad: Cumplimos con los deberes legales, administrativos y
laborales para llegar a la excelencia.
Humildad: Ejercemos nuestra actividades en un entorno de colaboración y
amabilidad creando el mejor ambiente de trabajo.
Constancia: Somos persistentes, recursivos y proactivos en nuestra forma de
actuar.
Trabajo en equipo: Nos basamos en la cordialidad y el diálogo, fortaleciendo
los vínculos de trabajo, amistad y compromiso con nuestros clientes,
colaboradores y proveedores
MISION
JUNIOR BABY LTDA Diseña, comercializa y distribuye ropa para bebe de
excelente calidad, con precios justos y con un excelente servicio a sus
clientes. Buscamos
permanentemente la innovación y el mejoramiento
continuo de las prendas y procesos, generando desarrollo integral para
nuestros colaboradores, clientes, proveedores y accionistas, logrando
rentabilidad, crecimiento y solidez.
VISION
JUNIOR BABY LTDA Será en el año 2.014, una organización reconocida por el
diseño, la comercialización y la distribución de ropa para bebes. Contará con
cinco puntos de venta en Colombia ubicados en Bogotá, Medellín,
Bucaramanga, Cali y Cartagena y con distribución internacional en Brasil,
Venezuela y Panamá. La base del crecimiento se fundamentará en la
aplicación de nuestros valores institucionales y en los principios del
mejoramiento continuo
OBJETIVO GENERAL
Crear la empresa JUNIOR BABY LTDA. - Comercializadora y
Distribuidora de ropa para bebes, apoyados en elementos diferenciadores
como:
marca propia, diseños innovadores, calidad de los productos, precios
competitivos, distribución y entrega oportuna.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Realizar un estudio de mercados que establezca:
• El mercado y su segmentación
• El producto y sus características
• La estrategia comercial y
• La gestión de marca
2. Definir por medio de un estudio técnico los recursos físicos y logísticos
Necesarios para el funcionamiento de la empresa.
3. Organizar a través de un estudio administrativo la carta estratégica
institucional y la estructura organizacional, necesarios para las acciones de
comercialización y distribución.
4. Desarrollar un estudio financiero y económico para identificar:
• Capital de trabajo requerido
• Valor de la inversión total del proyecto
• Fuentes de financiamiento
• Punto de Equilibrio
• Proyección de ventas e ingresos
• Estados financieros y razones financieras
• Tasa mínima atractiva de retorno del proyecto
5. Establecer el marco legal general para la constitución de una empresa
JUSTIFICACIÓN
El carácter práctico de esta investigación se fundamenta en la obtención de
riqueza y crecimiento para los socios de la empresa, aprovechando un
mercado potencial que genere fuentes de ingreso y sostenibilidad para la
empresa.
La situación económica y política actual del país, sugiere una mayor apertura
de los mercados textiles y de confecciones con la próxima firma del tratado de
libre comercio (TLC) con los Estados Unidos de Norte América.
El gobierno colombiano ha fomentado políticas de financiamiento y facilidades
de acceso al crédito buscando la generación e impulso de micro, pequeñas y
medianas empresas que sean viables y competitivas apoyadas en la
innovación, el desarrollo tecnológico, la formación profesional y la mano de
obra cada vez mas calificada.
Todos estos factores conforman un escenario adecuado para la creación de
nuevas empresas.
Con la investigación se plantearán las herramientas necesarias para la
creación de una empresa comercializadora y distribuidora de ropa para bebes;
la inquietud que cimienta esta investigación es acercarse a las expectativas de
producto, diseño, calidad y precio de los distribuidores y usuarios finales
potenciales, a partir de productos únicos y diferenciados.
ANALISIS DEL ENTORNO
LA AGROINDUSTRIA DEL ALGODÓN EN COLOMBIA: LOS
TEXTILES Y LAS CONFECCIONES
La industria textil comprende desde la transformación de la fibra en hilo hasta la
obtención de la tela, lo que de manera general reúne los procedimientos de
Preparación o acondicionamiento de la fibra, hilandería o hilado y tejido.”1
La industria de la confección comprende la transformación de la tela en
prendas de vestir y otros productos confeccionados como la lencería, la ropa
para el hogar, las cortinas, los colchones, entre otros. Las etapas productivas
corrientes son el diseño, el trazado, el corte, el estampado y bordado, el
ensamblaje, la pulida, el etiquetado y por último, el almacenamiento del
producto final.
El precio y la marca: Las empresas más grandes del país en la actualidad
Utilizan diferentes estrategias en el mercado, según su participación en el
mismo y el producto que ofrecen.
En el país, la rivalidad competitiva es fuerte en precios y en diferenciación de
productos. Muchas empresas nacionales son maquiladoras y subcontratistas
de reconocidas firmas internacionales.
Es importante resaltar que en algunas regiones industriales del país se tiene
una especialización productiva hacia una línea de moda especial, como por
ejemplo, en Santander en la línea infantil y de bebé; en Tolima las camisetas y
productos de tejidos de punto, en Bogotá productos textiles de algodón y
mezclas con otras fibras, etc. Las empresas del sector también manejan la
subcontratación de actividades por medio de producción por satélite para
cumplir con los requerimientos de volúmenes internacionales, lo cual se une a
la exigencia de economías de escala para ser más productivos. En general, la
lógica estratégica sobresaliente es la tradicional de costos bajos y
diferenciación en diseños.
En síntesis, la industria de las confecciones en el país es muy sensible al
precio y a los ingresos; hay una demanda sensible a los precios de los
productos extranjeros con tendencias a la baja de los precios internacionales y
una amenaza alta de productos sustitutos.
Canales de distribución: con la liberalización de las importaciones y la mayor
Exposición a la competencia internacional se dieron cambios importantes en la
estructura de comercialización y se buscó integrar los diferentes elementos de
la cadena por medio de acuerdos sectoriales de competitividad. De este modo,
los costos de comercialización y distribución han disminuido considerablemente
a partir de la presencia de nuevas fuerzas en la negociación, la importación de
insumos para textiles y confecciones, y la búsqueda de nuevos proveedores
para eliminar intermediarios.
La distribución de telas, artículos para el hogar y confecciones se realiza
crecientemente de manera directa, incorporando nuevos mecanismos como la
fuerza de ventas, puntos de fábrica, concesiones, venta de almacenes en
cadena, etc.
En materia de confecciones, las pequeñas empresas con productos poco
diferenciados y marcas no reconocidas, venden en pequeños almacenes que
compiten con precios bajos, utilizando en ocasiones puntos de venta propios.
Las medianas empresa con un poco más de diferenciación y marcas más
conocidas, utilizan más los puntos de venta propios, los eventos feriales y una
fuerza de ventas que abastece diferentes almacenes.
Las grandes empresas, con productos de marca, explotan más el mecanismo
de las concesiones, la colocación en grandes superficies y centros comerciales,
almacenes especializados y boutiques.
Comercio de las confecciones de algodón: durante el período 1991 hasta
2004, el comercio total de las confecciones ha aumentado significativamente, a
una tasa anual del 11%. Este comportamiento es explicado básicamente por el
vertiginoso aumento de las exportaciones que crecieron a una tasa anual
promedio del 12%, al pasar de 250 millones de dólares en 1992 a 507 millones
en el 2004. Las importaciones a su vez crecieron a una tasa del 3% siendo en
el 2004 de 34 millones de dólares.
En conclusión, el patrón actual de comercio de la cadena algodón-textilconfecciones presenta un escenario delicado si se tiene en cuenta que las
principales importaciones se concentran en los eslabones iniciales de la
cadena, como fibra, hilados y telas; y las mayores exportaciones se dan en el
eslabón final, las confecciones; lo cual señala que el crecimiento de estas se ha
apalancado en importaciones aunque también debe competir con confecciones
importadas. Esto está generando un estancamiento en las etapas productivas
anteriores a la confección con exceso en está última industria, pero también
podría presentarse estancamiento en la industria de las confecciones, por
déficit de materia prima que hay que importar
“Conclusiones: el sector textil y confeccionista colombiano cuenta con una
tradición de más de cien años, durante los cuales se ha ganado un lugar
fundamental en el desarrollo económico e industrial del país construyendo una
compleja cadena productiva, que pasa por actividades diversas como el cultivo,
el desmote, el hilado, la tejeduría y la confección, a través de las cuales esté
sector ha generado un aporte muy importante al empleo, el ingreso y a las
exportaciones.
A pesar de su importancia, desde la apertura el sector textil se ha visto
sometido a una fuerte presión por la competencia de telas importadas, fue lento
en amoldarse a las nuevas condiciones competitivas y sufrió un descenso
pronunciado en su producción, en sus ventas y consecuentemente en todos
sus indicadores de desempeño, los cuales se agravaron con la recesión
económica de finales de la década de los noventa. Un gran número de
empresas del sector debieron ser liquidadas y otras entrar en concordatos.
Las mayores desventajas reveladas por el sector son el atraso tecnológico
presente en la mayor parte de las empresas, altos costos de las materias
primas, así como algunos problemas en sus estructuras organizacionales.
No obstante las dificultades, el sector se ha mantenido tratando de
reestructurar sus finanzas y su aparato productivo, posee ventajas heredadas
de su larga experiencia como son: el conocimiento técnico, con habilidades y
destrezas en el factor humano, una buena calidad de sus productos y en la
actualidad se encuentra haciendo un gran esfuerzo por diferenciar sus
productos e innovar los procesos.
En cuanto al sector confeccionista este no fue ajeno a la amenaza generada
por la apertura, y también vio afectados sus resultados económicos, las
desventajas nuevamente fueron el atraso tecnológico que hace la actividad
intensiva en manode obra y por tanto, ha sido vulnerable a los aumentos en los
costos laborales.
En eslabones primarios de la cadena como el desmote, se cuenta con una
cantidad adecuada de plantas desmotadoras en relación con la producción
nacional, no obstante, se presentan algunas desventajas en cuanto a
capacitación técnica del personal y desconocimiento sobre los rendimientos y
calidades del algodón, lo que se constituye en detrimento frente al algodón
importado.
Igualmente, el hecho que en Colombia aún no estén generalizadas las técnicas
avanzadas para clasificar el algodón, se convierte en desventaja frente a los
países que si lo tienen.
Los indicadores de competitividad, productividad y eficiencia revelaron un
sector textil en total reestructuración, con un lento crecimiento del valor
agregado dado lo obsoleto de su maquinaria y la precaria tecnología, con
niveles de eficiencia (reflejados por la participación del consumo intermedio en
la producción bruta) por debajo de otros sectores industriales, con bajas
inversiones y baja productividad laboral.
Mientras el sector de confecciones presentó un mejor comportamiento,
una mayor capacidad para generar valor agregado, eficiencia en el consumo
intermedio, aunque se presenta baja productividad laboral y un nivel de
inversiones menor al de los otros sectores industriales, esto en consonancia
con el atraso tecnológico
En cuanto a las industrias textil y confeccionista se encontraron estructuras de
mercado de carácter competitivo para los dos sectores, con presencia de un
gran número de empresas, con una gran participación de la micro y la pequeña
empresa. La industria se ha desarrollado más hacia el sector confeccionista, el
cual se viene recuperando gracias al crecimiento del sector externo, un mayor
control al contrabando, y su incipiente vocación maquiladora, que aunque
puede constituirse en un importante nicho de mercado, también puede
presentar ciertas desventajas por la dependencia de materias primas
importadas y los contratos de las firmas internacionales quedando al vaivén de
los movimientos en los incentivos y costos de otros países maquiladores.
Por otro lado, se presenta una fragmentación competitiva tanto en el mercado
nacional como en el internacional, al desarrollarse el sector confeccionista sin
jalonar los demás eslabones hacia atrás de la cadena. En esta perspectiva, si
el mayor crecimiento de esta industria no se acompaña de mejoras en el
cultivo, y los eslabones de hilados y textiles para garantizar una mayor
articulación entre las ganancias de los industriales de la confección con las de
los demás eslabones, el país podría convertirse en una simple maquiladora,
abastecido por materia prima importada y al vaivén del capital externo.
Sin embargo, cabe destacar la fortaleza nacional en el campo del diseño y el
deseo de los industriales de incursionar en los mercados nacional e
internacional con marcas propias.
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