Santiago Calatrava: esculturas y dibujos IVAM. Valencia. 31 de mayo - 26 de agosto de 2001 Arte10.com/IVAM Aunque Santiago Calatrava ha defendido siempre el carácter artístico de sus trabajos de ingeniero, nunca hasta ahora se había hecho objeto exclusivo de una exposición retrospectiva la dedicación al dibujo y a la escultura de este extraordinario creador. Javier Arnaldo, comisario de la exposición que ha organizado el IVAM, ha seleccionado 51 esculturas y 80 dibujos, además de 15 carnets de dibujo y cuadernos de estudio, junto a diversos prototipos escultóricos, modelos y estructuras plegables que complementan este acercamiento a la concepción que tiene Calatrava del trabajo plástico. La exposición no se articula a partir de un orden cronológico, sino atendiendo a los principales paradigmas de su producción, entre los que están el equilibrio, el movimiento, la flexibilidad, la suspensión, el cuerpo humano y el biomorfismo, que, como otros motivos de pareja importancia, están presentes en mayor o menor grado en toda su obra. La diferenciación de capítulos dentro de la exposición sirve para organizar las referencias fundamentales de su trabajo y para presentar de forma elocuente e interrelacionada los objetos. El catálogo editado con motivo de la exposición se ilustra con la reproducción de las obras expuestas y publica un ensayo de Antón Capitel y un extenso estudio de Javier Arnaldo sobre la plástica de Santiago Calatrava. La creación plástica tiene un relieve muy especial en su obra, pues es el campo de experimentación formal, de investigación y búsqueda en el que se expresan en toda su libertad y rigor las inquietudes estéticas del constructor. En su obra escultórica encontramos propuestas muy innovadoras para el lenguaje plástico, al tiempo que realizaciones que conectan con el vocabulario de destacados exponentes de la escultura moderna, que se someten a una muy sugestiva reelaboración y a nuevas funciones estéticas. Sus primeras esculturas se remontan al año 1985, en el que expuso por primera y única vez en una galería comercial, la Jamileh Weber Gallery de Zúrich. Después no ha cesado de explorar las posibilidades de la escultura, con más de un centenar de obras realizadas hasta el presente. De ellas se muestra una representación muy amplia, en la que se da cuenta de toda su trayectoria. De entre sus decenas de miles de dibujos se han seleccionado para esta exposición fundamentalmente ejemplos significativos de sus composiciones de figuras que permitirán al espectador familiarizarse con el papel que juega la anatomía humana en movimiento como germen de todas sus exploraciones formales. Santiago Calatrava Valls nació en 1951 en Benimamet (Valencia). En 1974 concluyó sus estudios de arquitectura en la ETSA de Valencia y entre 1975 y 1979 cursó ingeniería civil en el Politécnico Federal de Zúrich, donde se doctoró en 1981 con una investigación sobre la plegabilidad de las estructuras espaciales. Abrió un estudio de arquitectura en Zúrich ese mismo año, y un segundo estudio en París en 1989. Calatrava ha participado en numerosos concursos internacionales para la construcción de obras públicas y es autor de obras tan importantes en la historia reciente de la arquitectura como, entre otras, la estación de ferrocarril Stadelhofen de Zúrich, la Estación de Oriente de Lisboa, el Puente del Alamillo de Sevilla, la estación del aeropuerto de Lyon y la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Con sus puentes, sus cierres, sus cubiertas, sus estaciones y aeropuertos Calatrava ha marcado un antes y un después en la historia de la arquitectura y ha revolucionado el universo formal de la construcción. La mayor parte de sus obras realizadas están en Suiza, España, Alemania, Francia y Canadá. Su trabajo ha sido además objeto de un buen número de publicaciones y de exposiciones que se le han dedicado en Basilea, Toronto, Nueva York, Tokio, Valencia, Londres y otras ciudades. A un largo elenco de exposiciones aporta ahora el IVAM una retrospectiva inintercambiable en relación a lo que se ha dado a conocer hasta el momento. En el recorrido temático de esta retrospectiva del quehacer artístico de Calatrava se suceden los siguientes capítulos: 1. El ojo como canon En torno a uno de los motivos que recrea formal y conceptualmente Calatrava en sus creaciones, el ojo humano, se ordena el espacio que abre la exposición, presidido por la escultura Standing Bird (S 15B). La idea de un ojo fundido con el todo, establecido como canon del sentir universal del trabajo del artista, se refleja de diversas maneras. La escultura Bird I (S 10B) presenta la forma de la curva superior del ojo y, en convergencia con ella, la línea del arco de las cejas. A su vez, esta representación sintética del ojo, cuyo iris está encarnado en una esfera metálica que descansa sobre la peana, tiene aspecto de pájaro: unas alas se recortan con las líneas de nuestro aparato ocular. La mirada de ese ojo volátil, aéreo o "mental", susceptible de quedar en suspensión, es una de las claves de la obra de Calatrava. Este asunto se traslada al planteamiento tácito de la ingravidez de las formas, que con tanta frecuencia encontramos en sus realizaciones. En el mismo espacio se presentan piezas como Guitarra (S 52) y esa especie de puente y horizonte ocular que es la escultura 44. 2. El espejo del equilibrio Llamamos "máquinas de equilibrio" o "equilibrios dinámicos" a las piezas en las que Calatrava ensaya con relaciones de equilibrio entre masas sometidas a empujes que alteran su sistema estático. Conforman toda una vertiente de su escultura. Un rasgo común a todas estas abstractas esculturas en equilibrio es que funcionan como analogías anatómicas, bien por tener como referente la complexión de la columna vertebral, del tipo de la pieza número 54, en las superposiciones de cubos múltiples en suspensión, o bien por remitir a la sujeción del peso craneal, como ocurre en las esculturas que soportan un único hexaedro en equilibrio, como en el caso de la escultura 36 B.. Éstas invitan a identificar la cabeza humana con una forma cúbica en la que podría inscribirse. 3. Sinergia. Formas y modulación de energías Las piezas grandes que se han colocado en la explanada del museo dan continuidad hacia el exterior al grupo de esculturas que forman parte del tercer apartado de la exposición, cuyo tema es la sinergia o colaboración orgánica entre elementos de aspecto biomórfico. En todo ese conjunto hallamos volúmenes que se rigen por los principios de modulación y simetría. Ejemplos notables son las piezas S 63 y S 73. Obedecen a variantes de una unidad formal redondeada que tiene dos salientes acopetados y sufre el efecto de recomposiciones muy diversas, pero siempre simétricas. El módulo cambia de amplitud, se estira, se desdobla, se transforma, se multiplica y a cada paso muestra aspectos nuevos de algo que podría formar parte de la vida del cosmos. Como en otras obras de su autor, la formalización de fuerzas es la razón de ser de estas piezas. 4. Máquinas biomórficas Muchas de las construcciones y proyectos arquitectónicos de Calatrava tienen componentes móviles complejos en las cubiertas o en las entradas, como ha ocurrido, por ejemplo, en la cúpula móvil de cristal que ideó para el Reichstag en Berlín o en la entrada a la sala municipal que construyó debajo de la Plaza de España de Alcoy. Varias de sus esculturas están también dotadas de mecanismos que pueden ser puestos en marcha para simular un movimiento orgánico. A la intención biomórfica de otras obras se añade una mecánica para su vivificación. Tal es el caso de una de las esculturas expuestas, titulada Fountain (46 B). 5. El laboratorio de la levedad. Movimiento y proporción La última sala está presidida por la escultura Winking Eye (S 9), otra máquina biomórfica, que esta vez simula el movimiento de un gigantesco ojo que cierra y abre sus párpados. Esta escultura, que retoma el tema planteado al comienzo de la exposición, se complementa con la que ocupa el centro de la sala, una Maternidad (S 19) rigurosamente abstracta, pensada como un balancín de metal que se mece sobre una piedra negra. En torno a estas piezas se exhiben obras que contribuyen a recrear aspectos aún no tratados de la obra de Calatrava y a ubicarnos en, por así decir, su laboratorio artístico. Una parte fundamental está ocupada por los dibujos. Por un lado, dos grandes frisos de bocetos de figuras humanas nos sitúan en el estadio más espontáneo de sus creaciones. Al igual que en sus dibujos sobre papeles desplegables, también expuestos, se entrega al tema del desnudo en las más diversas posturas y celebra desde la memoria y la inventiva la infinita ductilidad del cuerpo humano, como en un festejo vitalista de la variedad y del movimiento