Aproximaciones hacia lo que debe contener la ley

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Documento de trabajo: Aproximaciones hacia lo que debe contener la ley1
Algunos criterios para la legislación en clave de Economía Social y Solidaria
Un programa para la Otra Economía
1. Concepto de economía mixta
2. Centralidad del trabajo
3. Comercio Justo y Solidario
4. Consumo responsable, saludable y solidario
5. Respeto y Cuidado del Medio Ambiente
6. Derecho a la Ciudad y Hábitat digno
7. Finanzas solidarias
8. Políticas Sociales universales y transformadoras
9. Garantizar la seguridad social
10. Diversidad de formas de propiedad
11. Principio de igualdad
12. Democratización de la economía
13. Transparencia de la gestión económica
14. Planificación multiactoral
15. Enfoque de subsistemas de producción y reproducción
16. Educación económica
17. Perspectiva de género
18. Flexibilidad normativa
19. Promoción de la perspectiva de la Economía Social y Solidaria
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Este documento de trabajo es un borrador para la discusión, basado en reflexiones registradas en diferentes encuentros
realizados entre finales del 2011 y principios del 2012, en Rosario, Neuquén y Buenos Aires, para promover leyes de
economía social a nivel nacional y provincial.
1. Concepto de economía mixta. Toda economía realmente existente es una
economía mixta, que incluye tres sectores: empresarial, estatal y popular.
Esta perspectiva de economía mixta debe reflejarse gradualmente en los
registros, la política fiscal (impuestos), las cuentas nacionales y los objetivos
de política macroeconómica.
2. Centralidad del trabajo. Apuntamos a una economía centrada en el trabajo.
Esto presupone una centralidad del trabajo en el proceso productivo, por lo
que éste no es “un factor más, entre otros factores de producción”. El trabajo
es fuente de riqueza, de realización de la persona y construcción del
colectivo social. El apoyo al trabajo y la producción debe ser simultáneo al
desaliento de la especulación. El capital es trabajo acumulado. La
legislación para Otra Economía debe reconocer la diversidad de formas del
trabajo (de reproducción, comunitario, cooperativo, asociativo,
autogestionado, voluntario, etc.), con especial énfasis en sus expresiones
consideradas “no productivas” para la economía ortodoxa (trabajo
doméstico, artístico-cultural, comunitario, etc.), prohibiendo la explotación
del trabajo en cualquiera de sus formas, principalmente el trabajo esclavo
nacional o importado.
3. Comercio Justo y Solidario: El mercado es una construcción social, que
expresa (y realimenta) relaciones de poder. Deben promoverse mecanismos
de comercio justo y solidario. Fortalecer los sistemas agroalimentarios
locales, priorizando las cadenas cortas de abastecimiento.
4. Consumo responsable, saludable y solidario. La economía no es solo
producción: hay que reconocer la relevancia del consumo, promoviendo
políticas hacia el Consumo, y no solo hacia la producción. Políticas hacia el
consumo no quiere decir políticas dirigidas a aumentar el consumo, ni
siquiera como herramienta para traccionar la economía. Consumo es distinto
de consumismo. Propiciar el cambio en los patrones de consumo,
promoviendo el consumo responsable, saludable y solidario, empezando por
las compras del Estado (eventualmente fijando un cupo de compras hacia el
sector de la Economía Social y Solidaria). No es sencillo legislar en materia
de publicidad, pero como condición de fortalecimiento de la ciudadanía,
debe tenerse en cuenta la existencia de los procedimientos abiertos o
encubiertos, de efecto inmediato o de largo plazo, dirigidos a niños o a
adultos, orientados a la domesticación, colonización o disciplinamiento del
deseo individual, contribuyendo a degradar la condición de ciudadanos a la
condición de consumidores.
5. Respeto y Cuidado del Medio Ambiente. Todas las actividades económicas
(de producción, distribución y consumo) deben apuntar a la conservación de
la biosfera y la relación armónica de la especie humana con el ambiente, en
pos de una solidaridad intergeneracional. Toda la legislación ambiental es
parte de este concepto: considerarnos parte de la naturaleza, cuidar el
medio ambiente como modo de asegurar nuestra salud y reproducción y la
de las generaciones venideras. Los derechos de la naturaleza, que ya
empiezan a ser incluidos en algunas constituciones latinoamericanas deben
ser promovidos.
6. Derecho a la ciudad y Habitat digno: Promover la producción social del
hábitat, priorizando el derecho por encima de la resolución mercantil de la
problemática de acceso a la vivienda y a un hábitat digno.
7. Finanzas solidarias: La actividad financiera debe ser herramienta de apoyo,
promoción y consolidación de la economía real, subordinándose mediante
mecanismos legales y restringiendo lo máximo posible sus dinamismos de
expansión ilimitada. La lógica del sistema financiero no conduce a la
inversión productiva, cuando existen alternativas que generan mayores y
más fáciles ganancias. Las Finanzas Solidarias deben priorizar la
construcción de mecanismos de retención del ahorro local (o sea: protección
del producto del trabajo local), y no limitarse a enfocar la cuestión del
crédito.
8. Políticas Sociales universales y transformadoras. En materia de políticas
sociales debe apuntarse a un triple movimiento: por un lado, la aplicación
progresiva del principio de universalidad (en la medida que se orientan a
garantizar derechos, deben alejarse del principio de focalización en
poblaciones vulnerables), en segundo lugar, superar la dicotomía entre
política social y política económica, apuntando a la formulación de políticas
socioeconómicas, y en tercer lugar, alejarlas gradualmente de los criterios
compensatorios para orientarlas a la transformación social.
9. Garantizar la seguridad social. Atentos a la diversidad de formas de trabajo,
debe garantizarse la seguridad social, con independencia de esta diversidad
y los ingresos obtenidos. Si no se avanza en esta dirección, la Economía
Social y Solidaria no puede competir con el empleo público y privado.
10. Diversidad de formas de propiedad: privada (con restricciones basadas en la
función social y el interés común), comunitaria (que ya existe en la
Constitución, pero reservada a los pueblos originarios), usufructo público y
patrimonio común (territorios, conocimiento científico básico, servicios
básicos, concesiones con regalías). Reconocimiento del valor y la necesidad
de promoción y generalización de los bienes de patrimonio común
(commons), entre ellos el conocimiento, las radiofrecuencias, etc., que
deben ser sustraídos de su degradación mercantil y administrados en
beneficio de todos los ciudadanos. Rescatar del Derecho romano la idea de
bienes destinados al uso común, no susceptibles de apropiación; res
communis (aire, agua, mar). Profundizar el concepto de bienes públicos (no
rival y no excluyente), sobre todo en el impacto de las nuevas tecnologías.
11. Principio de igualdad. Los modos de organización de la producción deben
promover la igualdad social, aún cuando las tradiciones culturales sostengan
lo contrario. La homologación jurídica y social del trabajo en sus diversas
formas no debe encubrir discriminaciones de ningún tipo, de clase o sector
social, de género, étnicas, etarias, etc. Particularmente, la legislación de la
Economía Social y Solidaria debe prevenirse de configurarla como
“economía para pobres” o “economía de segunda” o “proto-economía”.
12. Democratizar la economía. Profundizar la vida democrática requiere
democratizar la economía: el acceso a bienes y la garantía de derechos
básicos (alimentación, vivienda) es una condición de la democracia. Debe
avanzarse en el cumplimiento del Artículo 14 bis en su letra y en su espíritu.
Deben promoverse mecanismos de articulación y fortalecimiento
democrático de la Economía Solidaria y del funcionamiento de sus
organizaciones, para contrarrestar los efectos disociadores y cooptadores
por parte de los poderes hegemónicos.
13. Transparencia de la gestión económica. Debe promoverse la transparencia
en la gestión de lo económico, en todas sus etapas (producción, circulación,
consumo, etc.), con especial énfasis en los mercados, la tecnología y el
conocimiento, promoviendo la participación ciudadana en los organismos de
control de servicios públicos y monitoreo de cadenas de valor, con la
participación de las universidades nacionales.
14. Planificación multiactoral: Favorecer la planificación multiactoral y la
conformación de sujetos colectivos plurales. Deben constituirse espacios
públicos para la interlocución entre actores colectivos de la ESS y las
instancias estatales en sus diferentes niveles, dando creciente entidad a la
dimensión de lo público no estatal. Prevenir el uso discrecional de los
recursos públicos promoviendo y multiplicando el presupuesto participativo,
y simultáneamente promoviendo la transparencia y accesibilidad de la
información presupuestaria para el conjunto de la población.
15. Enfoque de subsistemas de producción y reproducción. El enfoque prioritario
de la legislación en todos sus niveles (municipal, provincial, regional y
nacional) debe apuntar a los subsistemas de producción y reproducción
(intersectoriales o territoriales) antes que a los emprendimientos aislados.
16. La educación en todos sus niveles debe ser revisada en los contenidos
económicos, particularmente en los puntos que se incluyen en este
programa. Promover una suerte de re-alfabetización económica, que apunte
a reflexionar sobre ciertos sentidos comunes como la reducción de la
condición ciudadana a las categorías de productores-consumidores, la
lectura de la realidad en clave de mercado, la creencia en la búsqueda del
beneficio individual como motor del crecimiento, entre otros. Esto implica
reactivar la discusión y la práctica del cooperativismo y la solidaridad en las
escuelas, así como tematizar el rol de otras instituciones educativas en la
promoción de la otra economía: universidades nacionales, institutos
terciarios, centros de formación profesional, etc.
17. Perspectiva de género: Reconocer la perspectiva de género en la práctica y
los conceptos económicos. La economía “tradicional” está hegemonizada
por atributos masculinos (competencia, la ley del más fuerte, etc.) que
contribuyen a reforzar los mecanismos de dominación de género existentes.
A su vez implica, incorporar esta perspectiva en las prácticas propias de la
economía social y solidaria, cuidando de no reproducir desigualdades de
género.
18. Flexibilidad normativa abierta al cambio. Por estar atravesando un proceso
de transición en materia socioeconómica, tanto a nivel mundial como
particularmente a nivel latinoamericano y nacional, los avances normativos
deben tener una adecuada flexibilidad para habilitar futuras adaptaciones
que profundicen la aplicación de estos criterios. Reconocimiento de formas
institucionales plurales, dinámicas y flexibles. Debe prevenirse el riesgo de
confinar las prácticas de economía social y solidaria dentro de “corralitos”
institucionales que congelen sus posibilidades de crecimiento y desarrollo.
19. La perspectiva de Economía Social y Solidaria. Deberá promoverse la
perspectiva de ESS hacia todas las áreas relevantes del presupuesto
nacional, provincial y municipal, especialmente proveyendo criterios para la
planificación a nivel regional y la evaluación de obras públicas. La legislación
para promover la Economía Social y Solidaria deben facilitar el desarrollo de
pautas y criterios para la evaluación de las grandes obras públicas, desde la
perspectiva del interés colectivo, y sobre todo, teniendo en cuenta el impacto
en materia de ampliación o restricción de derechos y el respeto a las
comunidades locales y regionales.
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