Herrera vs. Herrera El caso1 Paloma Herrera solicitó en nuestro país el registro de su propio nombre como marca en las clases 3, 25 y 41, oponiéndose a su concesión Carolina Herrera S.A. −titular de las marca mixta "CAROLINA HERRERA" en dichas clases− y Anne P. Ruiz Picasso −titular del signo marcario "PALOMA PICASSO", conocida diseñadora de joyas y comerciante del perfume designado con esa marca−. Las oposiciones fueron notificadas el 9 de septiembre de 1995. Sin amilanarse por las oposiciones, la peticionaria convocó a las oponentes a la audiencia extrajudicial previa de mediación, prevista por ley 24.573, obteniendo en ésta que Carolina Herrera S.A. -ante la limitación de la marca solicitada “PALOMA HERRERA” a servicios relativos a la enseñanza de baile en la clase 41- levantara su protesta en la mencionada categoría del nomenclador (no así en los renglones 3 y 25). Ante el fracaso parcial de la instancia de mediación, el 23 de septiembre de 1996 Paloma Herrera demandó a las dos oponentes, solicitando el levantamiento de las oposiciones, considerándolas infundadas. Ya avanzado el proceso, la actora y Anne P. Ruiz Picasso llegaron a un acuerdo, poniendo fin a la disputa originada entre ellas, el cual fue homologado en sede judicial. Por consiguiente, sólo subsistió el conflicto entre la solicitante Paloma Herrera y la firma Carolina Herrera S.A., con referencia al cese de oposición de esta última al registro de la marca “PALOMA HERRERA” para distinguir los productos incluidos en las clases 3 y 25 del nomenclador internacional. En su demanda, la actora destacó su notoria fama mundial, adquirida como bailarina clásica y como personaje reconocido internacionalmente, más allá del ambiente de la danza, circunstancia por la cual fue convocada para participar en la publicidad de diversos artículos. Sobre esta base, afirmó la actora que estaba legitimada para registrar su nombre como marca de productos y servicios. En su contestación de demanda, Carolina Herrera S.A. –diseñadora de modas de renombre mundial- insistió en sus oposiciones a los registros pedidos en las clases 1 El presente trabajo se basa en un caso real, que será entregado a la finalización de la clase. No se han alterado los nombres de las partes en litigio, ni el de sus respectivas marcas, porque, de haberlo hecho, hubiese perdido sentido, en gran medida, su análisis. 1 3 y 25, invocando que la marca solicitada era confundible con la suya. En particular, fundó su oposición en los siguientes motivos: a) Que la accionante carecía de interés legítimo para registrar marcas en las clases 3 y 25, desde que la actividad que desarrollaba como bailarina clásica no guardaba relación alguna con los productos incluidos en esos renglones del nomenclador. b) Que el nombre propio "Paloma Herrera", aunque tenía protección en otra esfera jurídica distinta de la ley marcaria, no era famoso para el común de la gente. c) Que, en el ámbito marcario, el nombre “Paloma Herrera” era irregistrable, habida cuenta la existencia de una marca anterior, “CAROLINA HERRERA”, con la que resultaba confundible, y de la cual la demandada era titular. d) Que los signos enfrentados (“PALOMA HERRERA” y “CAROLINA HERRERA”) eran visual, fonética e ideológicamente confundibles. En especial, teniendo en cuenta que el público consumidor de las clases 3 y 25 no presentaba ninguna particularidad en cuanto al cuidado o atención puesto en obra a la hora de comprar. e) Que la marca “CAROLINA HERRERA” constituía una marca notoria de perfumes, de manera que su prestigio podría ser aprovechado ilegítimamente por la desconocida marca de la actora. Invocó que la notoriedad de su marca la facultaba para obtener una protección más intensa, es decir, obligaba a los jueces a aplicar un criterio más riguroso a la hora de efectuar un cotejo marcario. En abono de la tesis de la notoriedad de su marca, la demandada destacó el distinguido status de su clientela, entre las que se contaban desde estrellas de Hollywood hasta reinas, princesas y primeras damas –v.g., J. Onassis, la princesa Margarita, Estée Lauder, Linda Evans e Ivana Trump, entre otras- dispuestas a pagar más de diez mil dólares por un vestido. Tras una dilatada y fatigosa etapa probatoria, las partes presentaron sus alegatos. En esta ocasión, la demandada invocó, por vez primera, que las solicitudes marcarias de la actora debían ser consideradas abandonadas, dado que, desde la fecha de notificación de las oposiciones hasta la de promoción de la demanda, había transcurrido el plazo de un año previsto en el artículo 16 de la ley 22.362. Si bien la cuestión ya había sido formulada por la codemandada Picasso, ésta se apartó del proceso al llegar a un acuerdo con la actora, y el tema no había sido propuesto por Carolina Herrera S.A. con anterioridad a los alegatos. 2 El juez de primera instancia solicitó al I.N.P.I., como medida para mejor proveer, el envío de los expedientes administrativos relacionados con las solicitudes de marca "PALOMA HERRERA" para las clases 3, 25 y 41. Del nuevo material aportado por el I.N.P.I. surgía que las oposiciones a las solicitudes de la actora habían sido notificadas el 9 de septiembre de 1995. El magistrado, aclarando que no podía apartarse de los términos de la demanda y contestación, porque ello implicaría incurrir en el vicio de incongruencia, destacó que, no obstante, teniendo en consideración el artículo 163, inciso 6, parte 2ª, del CPCCN, se encontraba autorizado para tener en cuenta los hechos modificatorios y extintivos de la litis. En consecuencia, juzgó que, como la demanda de levantamiento de oposición fue incoada cuando ya había transcurrido el año desde la notificación de las oposiciones, habíase operado la caducidad de las solicitudes. En consecuencia, rechazó la demanda, con costas a la actora. La sentencia fue apelada por la vencida. Interrogantes directrices 1) ¿Cuáles son los hechos relevantes? 2) ¿Qué información relevante podrían estar ausente del texto? 3) ¿Cuál es el problema principal? ¿Existen problemas secundarios? 4) Realice un catálogo de las principales cuestiones e institutos jurídicos que se debaten en el caso. 5) ¿Qué alternativas de solución se presentan? 6) ¿Qué principios y normas jurídicas, legales o jurisprudenciales, son aplicables al caso? 7) ¿Qué solución concreta adoptaría? Analice la cuestión desde dos perspectivas: a) como árbitro de equidad; y b) como juez que debe aplicar el Derecho positivo. 3